29 octubre, 2015
Resurrección del hijo de la viuda de Naín[1]
Es el evangelista San Lucas el que cuenta el conmovedor episodio de la resurrección, por el poder de Jesucristo, del hijo de la viuda de Naín.
Siguiendo la letra del texto evangélico podemos imaginarnos el escenario. Jesús llegaba a la entrada del villorio, seguido como siempre de una gran muchedumbre, cuando salía el cortejo fúnebre camino del lugar del enterramiento. Unas cuantas personas transportaban unas angarillas sobre las que iba el cadáver de un adolescente, envuelto seguramente, según era costumbre, en un sudario sujeto al cuerpo con algunas ligaduras. El joven era hijo único de su madre, según especifica el texto que además añade que era viuda. La infeliz mujer iba llorando amargamente tras el cadáver, seguida probablemente por las plañideras y por los músicos, según las costumbres de los ritos funerarios de la época. Tras el cortejo, parientes y conocidos, todo el pueblo probablemente, tal como suele ocurrir en los lugares de muy pocos habitantes.
Fue en ese momento cuando Jesús y sus seguidores, que llegaban al pueblo, se encontraron frente a la comitiva fúnebre que salía. El texto subraya que Jesús, percatándose enseguida de la pobre mujer que sollozaba tras el cadáver, se compadeció de ella. Sigue leyendo