A propósito de Halloween…

EL PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO

 

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«Non serviam»

No es raro escuchar hoy en día a dignatarios eclesiásticos afirmar en sus homilías o escritos que Satanás y el infierno son nociones alegóricas salidas de lo más oscuro de la Edad Media, cuando los hombres no vivían más que en el miedo y la superstición.

Los tiempos han cambiado, las «luces» del siglo XVIII han sobrevenido y hemos tenido el Vaticano II (1962-1965). Dios es bueno y si la existencia del Tentador no es explícitamente negada, al menos es pasada en completo silencio.

Respecto al infierno, estaría vacío, porque Cristo ha salvado a todos los hombres de una vez y para siempre en la Cruz. Creer en Satanás y en su influencia sobre el comportamiento humano de los hombres y de la sociedad es dar prueba de infantilismo. Pretender que una persona puede condenarse eternamente en el infierno es un insulto a la bondad de Dios.  Todo eso es muy tranquilizante, pero ¿es la verdad?

Todas estas teorías nuevas se oponen completamente a la Sagrada Escritura y a la doctrina católica. En efecto, hay que recordar que la Biblia habla más de mil veces del demonio y que sólo en el Nuevo Testamento se cuentan 568 referencias al demonio y al infierno. Es preciso recordar que la Biblia es un libro inspirado y que Dios no habla para no decir nada… Además, el Concilio de Arles (473) condenó a quienes no creían en el infierno.

Las reformas litúrgicas implantadas durante estos últimos treinta años confirman desgraciadamente estas tendencias. En el ritual del bautismo anterior a la reforma de 1970 el sacerdote debía hacer tres exorcismos bien explícitos al bautizando. Actualmente no queda sino uno, que además pasa casi inadvertido. Esto ha causado grandes daños y doy como ejemplo el caso que sigue.

Habiendo sido director de escuela durante diez años, puedo testimoniar la eficacia de estos exorcismos practicados durante el bautismo y que hoy han sido virtualmente suprimidos. Recuerdo particularmente que uno de mis alumnos tenía una proclividad a unos terribles arranques de cólera, siendo fuente de gran preocupación para los profesores y para sus padres.

Un día éstos vienen a verme porque su hijo estaba volviendo irrespirable la atmósfera familiar. Después de una larga charla, les pregunté si el niño había recibido el bautismo según el rito tradicional. La respuesta fue negativa. Entonces les propuse, no volver a administrarlo, sino completarlo, agregando aquello que había sido suprimido después de la última reforma, es decir, ciertas unciones y los famosos exorcismos. Aunque estaban dubitativos, aceptaron en razón de la desesperación.

Algunos días más tarde se realizó la ceremonia para completar el bautismo. El joven se transformó de manera espectacular y así persevera hasta nuestros días. No se trata de que se haya convertido en un ángel sino que se convirtió en un niño que tiene las reacciones propias de su edad. ¡La paz volvió al hogar! La presencia de estos exorcismos durante el bautismo tenía su razón de ser y eficacia cierta.

 

Halloween

31 de Octubre

Es preciso subrayar que la creencia en el demonio ha sido banalizada, deformada o devaluada a nivel de fábula. Los libros de Harry Potter, la fiesta de Halloween que se importa desde los Estados Unidos y que se trata de imponer en todo el mundo, son algunos entre muchos otros ejemplos. Son raros los sacerdotes que hablan del infierno, del demonio, de estos dogmas ya sea en sus sermones o en los cursos de catecismo.

 

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Harry Potter y el misterio del príncipe, ¿De cuál príncipe será?

La naturaleza tiene horror al vacío. Cuando se vacían los confesionarios y las iglesias, se llenan las recámaras de los gurúes, de los psicólogos, etc. Muchas personas no dudan en ir a consultar a un «vidente» que le reporte paz al alma o los libere de una prueba. Y no faltan sacerdotes que niegan pura y simplemente que Satanás puede atormentar un alma y que despiden sistemáticamente a esta pobre gente, aconsejándoles que vean a un psiquiatra, que no podrá curarlos.

He visto a muchas de estas personas hundidas en el desasosiego más completo. La caída de la práctica religiosa, especialmente de la confesión, de la Eucaristía, y la falta de disponibilidad de los sacerdotes, que se encargan más de asuntos sociales que del estado de las almas, dan a Satanás una influencia innegable. La violencia, la delincuencia de los jóvenes, la desunión de las familias, la inmoralidad, los suicidios, los desórdenes sociales, la proliferación de las sectas, son consecuencias de una sociedad que excluyó a Dios de su seno y de un clero que defeccionó de su misión. Porque no se quiere dejar reinar a Cristo Rey sobre la sociedad y las almas, el príncipe de este mundo, Satanás, impone su ley.

Claro que todavía es posible dar con exorcistas que creen en lo que hacen. Pero están solos y no se los escucha mucho. Cómo no dudar de la fe de este famoso sacerdote exorcista francés, el Padre Isidore Froc, que en su libro «¿Qué hacen los exorcistas?» afirma que «el fin del exorcismo (…) es educar en la fe y en la oración; los exorcistas se dedican a acoger, compartir, aconsejar; es por eso que los exorcistas todavía son útiles». No dice una sola palabra sobre Satanás y sobre las oraciones del exorcismo, explicando finalmente que los exorcismos practicados por Cristo, según narran los Evangelios, son «concesiones a la época y como hechos culturales». ¿Cuáles son las razones que tiene para decir eso y qué pruebas arrima?   ¡Ninguna!
La gran victoria de Satanás hoy no reside en la negación de su existencia sino en el hecho de que el clero ya no habla de él. Abandonados respecto a la formación y sin defensas, los fieles desorientados olvidan la existencia de este adversario «que merodea como un león buscando a quien devorar» (Carta del Apóstol San Pedro, V,VIII) y no pueden combatirlo por los medios que Cristo trajo, a saber: los sacramentos, la oración y la penitencia.

Algunos dirán que predicar sobre Satanás y el infierno podría ser traumatizante. Esta objeción es inconsistente. En efecto, la Madre de Dios, que es una gran pedagoga, no dudó en mostrar el infierno al cual se precipitan tantas almas a los tres niños de Fátima, que tenían entre siete y diez años. Esta visión terrible los trasformó y los impulsó a rezar con entusiasmo por la conversión de los pobres pecadores. ¡Cuántas almas le deberán la salvación a sus sacrificios!

Debemos estar convencidos de que Satanás y los demonios existen, que son ángeles caídos que se rebelaron contra Dios. Fueron precipitados al infierno en castigo de su orgullo. Movidos por odio a Dios y a las almas, quieren implicar en su desdicha la mayor cantidad posible de almas. Por esta razón tientan a los hombres desde el pecado original a perder el cielo, del que ellos fueron privados por su falta. Los que ceden a la tentación y no quieren vivir los principios del Evangelio harán compañía a estos demonios en su suplicio eterno. Dios es bueno pero también es justo. No puede dar la misma recompensa a quien lleva una vida de penitencia y oración y al que vive como si Dios no existiese. Los que respetan los mandamientos de Dios y de la Iglesia se salvarán, los que los desprecien se condenarán. ¡Es justo!

Cuidado: Satanás no es ni un dios del mal, ni es todopoderoso, como decían los maniqueístas. Es un ángel caldo que no muerde sino a quienes se acercan a él. El cristiano, provisto de las armas de la oración, del Rosario, de los sacramentos y de la penitencia, puede resistirlo y vencerlo. Puede levantarse de sus caídas y esperar en la misericordia de Dios.

Los que enseñan una doctrina contraria son criminales, y ponen en peligro no sólo sus almas sino también las de aquellos que los escuchan. Estrictamente hablando, escandalizan y provocan sobre ellos la ira divina.

Queridos lectores, que la Madre de Dios «fuerte como un ejército preparado para la batalla» sea nuestro refugio y nuestra fuerza en este combate contra las fuerzas infernales desatadas. Que Ella nos proteja de todo mal en este mundo y que nos abra las puertas del cielo el día de nuestra muerte.   ¡Que Dios los bendiga!

 

Tomado de:

http://conviccionradio.cl

Abusos litúrgicos referidos al ministro extraordinario de la sagrada Comunión

A petición de un comentario que hizo Magui en la publiación Diez objeciones a la Misa Tradicional, en este blog el día 23 de Agosto de 2009, en el cual pregunta si es correcto que un laico de la comunión a los fieles  y unido al reciente comentario de Sergio, el día de ayer 30 de Octubre de 2009 en la misma publicación, en el cual comenta que se ha mudado a California y ha observado que en todas las misas hay hombres y mujeres ayudando al Padre a dar la Comunión, pidiendo así saber a que se deben estos hechos, con el fin de aclarar un poco estas inquietudes publico la siguiente información, esperando queden aclaradas sus dudas al respecto.

Autor: Una Voce Reino de Castilla

Joos van Wassenhove (1)

Noli me tangere! «¡No me toques!» (Io 20, 17)

«Por respeto a este sacramento [de la santísima Eucaristía] ninguna cosa lo toca que no sea consagrada, por lo tanto los corporales como el cáliz se consagran, lo mismo que las manos del sacerdote, para poder tocar este sacramento». Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, III q. 82, a. 3, c.

Noli me tangere! «¡No me toques!» (Io 20, 17)

I. Benedicto XVI, Exh. apost. Sacramentum Caritatis (22-II-2007), Distribución y recepción de la Eucaristía, n. 50:

[50] «Otro momento de la celebración, al que es necesario hacer referencia, es la distribución y recepción de la santa Comunión. Pido a todos, en particular a los ministros ordenados y a los que, debidamente preparados, están autorizados para el ministerio de distribuir la Eucaristía en caso de necesidad real, que hagan lo posible para que el gesto, en su sencillez, corresponda a su valor de encuentro personal con el Señor Jesús en el Sacramento. Respecto a las prescripciones para una praxis correcta, me remito a los documentos emanados recientemente».

II. Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instr. Redemptionis Sacramentum (25-III-2004), El ministro extraordinario de la sagrada Comunión, nn. 154.158:

[154] «Como ya se ha recordado, “sólo el sacerdote válidamente ordenado es ministro capaz de confeccionar el sacramento de la Eucaristía, actuando in persona Christi. De donde el nombre de “ministro de la Eucaristía” sólo se refiere, propiamente, al sacerdote. También, en razón de la sagrada Ordenación, los ministros ordinarios de la sagrada Comunión son el Obispo, el presbítero y el diácono, a los que corresponde, por lo tanto, administrar la sagrada Comunión a los fieles laicos, en la celebración de la santa Misa. De esta forma se manifiesta adecuada y plenamente su tarea ministerial en la Iglesia, y se realiza el signo del sacramento».

[158] «El ministro extraordinario de la sagrada Comunión podrá administrar la Comunión solamente en ausencia del sacerdote o diácono, cuando el sacerdote está impedido por enfermedad, edad avanzada, o por otra verdadera causa, o cuando es tan grande el número de los fieles que se acercan a la Comunión, que la celebración de la Misa se prolongaría demasiado [cf. S. Congr. Disciplina Sacramentos, Instr., Immensae caritatis, n. 1; Pontificia Comisión para la Interpret. auténtica del Código de Derecho Canónico, Respuesta “ad propositum dubium”, día 1 de junio de 1988; Congr. Clero y otras, Instr., Ecclesiae de mysterio, Disposiciones prácticas, art. 8 § 2]. Pero esto debe entenderse de forma que una breve prolongación sería una causa absolutamente insuficiente, según la cultura y las costumbres propias del lugar».

III. El Código de Derecho Canónico establece que «son ministros ordinarios de la sagrada comunión el obispo, el presbítero y el diácono» (Código de Derecho Canónico, 25-I-1983, canon 910 § 1). Como enseña el Santo Padre Juan Pablo II, «tocar las sagradas Especies, su distribución con las propias manos es un privilegio de los ordenados, que indica una participación activa en el ministerio de la Eucaristía» (Carta Dominicae Cenae, 24-II-1980, n. 11).

IV. No obstante, hay circunstancias en las que –ya sea por la escasez de ministros ordinarios, o por la imposibilidad de ejercer su ministerio, o por otras causas [1]– los fieles podrían quedar privados de recibir la Sagrada Comunión, quizá durante largo tiempo. Por otra parte, es clara la necesidad de este sacramento para la vida cristiana según las palabras del Señor: «si no coméis la Carne del Hijo del hombre y no bebéis su Sangre, no tendréis vida en vosotros» (Io 6, 53). Por esto, bajo determinadas condiciones, la Iglesia permite que la Sagrada Eucaristía pueda ser distribuida también por ministros extraordinarios.

Con palabras de Juan Pablo II, «la Iglesia puede conceder tal facultad a personas que no son ni sacerdotes ni diáconos, como los acólitos, en el ejercicio de su ministerio, especialmente si están destinados a su futura ordenación, o como a otros laicos debidamente autorizados por una justa necesidad, y siempre después de una adecuada preparación» (Carta Dominicae Cenae, 24-II-1980, n. 11).

V. En este sentido, el Código de Derecho Canónico establece que «donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden también los laicos, aunque no sean lectores ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir, […] dar la sagrada Comunión, según las prescripciones del derecho» (Código de Derecho Canónico, 25-I-1983, canon 230, § 3).

El Ordinario del lugar puede designar ad actum vel ad tempus a un fiel para que supla al ministro ordinario en la distribución de la Eucaristía [2]. Se deduce, por tanto, que han de concurrir simultáneamentelas circunstancias de verdadera necesidad y de carencia de ministro ordinario, para que otro fiel pueda actuar lícitamente como ministro extraordinario de la Sagrada Eucaristía.

VI. Por desgracia, en algunos lugares se ha difundido la intervención abusiva, por innecesaria, de ministros extraordinarios en la distribución de la sagrada Comunión. No faltan quienes, haciendo caso omiso de las disposiciones, antes recordadas, sobre el carácter excepcional de dicho ministerio, llegan a considerarlo como de ordinaria administración, o bien como una especie de premio para agradecer la colaboración de los laicos en otras funciones.

En particular, la Iglesia reprueba «la costumbre de aquellos sacerdotes que, a pesar de estar presentes en la celebración, se abstienen de distribuir la comunión, encomendando esta tarea a laicos» [3]. Estos abusos conducen tristemente, en muchos casos, a un enfriamiento de la fe en la presencia real del Señor en la Eucaristía, que da lugar a irreverencias.

VII. Hay quienes han pretendido justificar la intervención de los ministros extraordinarios para distribuir la sagrada Comunión dentro de la Santa Misa, con algunas interpretaciones arbitrarias del Código de Derecho Canónico. Por esto, para atajar tales abusos y prevenir otros, la Congregación para los Sacramentos formuló en 1987 la siguiente pregunta a la Pontificia Comisión para la interpretación auténtica del C.I.C.:

Pontificio Consilium de Legum Textibus, Interpretationes authenticaecan. 910, § 2 (cf. AAS, LXXX, 1988, 1373):

Patres Pontificiae Commissionis Codici Iuris Canonici Authentice Interpretando proposito in plenario coetu diei 20 Februarii 1987 dubio, quod sequitur, respondendum esse censuerunt ut infra:

D. Utrum minister extraordinarius sacrae communionis, ad normam cann. 910, § 2 et 230, § 3 deputatus, suum munus suppletorium exercere possit etiam cum praesentes sint in ecclesia, etsi ad celebrationem eucharisticam non participantes, ministri ordinarii qui non sint quoquo modo impediti.
R. Negative.

Summus Pontifex Ioannes Paulus II de supradicta decisione certior factus, die 1 iunii 1988 eam publici iuris fieri iussit.

Rosalius Iosephus Card. Castillo Lara, Praeses
Iulianus Herranz, a Secretis

Pontificia Comisión para la Interpret. auténtica del Código de Derecho Canónico, Respuesta “ad propositum dubium”, día 1 de junio de 1988, can. 910, § 2 (cf. AAS 80 [1980] p. 1373):

Los Padres de la Pontificia Comisión para la Interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico, en la reunión plenaria del día 20 de febrero de 1987, han considerado que deben responder a las dudas que siguen como se indica abajo:

D. «Si el ministro extraordinario de la sagrada comunión, designado según las normas de los cáns. 910, § 2 y 230, § 3, puede ejercer su función supletoria también cuando estén presentes en la iglesia ministros ordinarios que no están de algún modo impedidos, aunque no participen en la celebración eucarística».
R. Negativo.

El Sumo Pontífice Juan Pablo II informado de la decisión arriba indicada el día 1 de junio de 1988, la ordenó publicar.

Rosalio José Card. Castillo Lara, Presidente
Julián Herranz, Secretario

La respuesta de la Comisión Pontificia fue: Negative [4]. Roma locuta, causa finita. Por tanto, es patente que en presencia de ministros ordinarios (obispo, sacerdote o diácono), sean o no celebrantes en las ceremonias litúrgicas, con tal que no estén impedidos de alguna manera, no está permitido a los ministros extraordinarios distribuir la Sagrada Eucaristía, ni a sí mismos ni a los demás.

VIII. A la anterior interpretación auténtica se referió el Santo Padre Juan Pablo II en un discurso a un grupo de obispos de los Estados Unidos de América en visita «ad limina Apostolorum», insistiendo en la necesidad de corregir las directrices diocesanas que estén en contraste con las disposiciones vigentes para la Iglesia universal:

«Recently, there was a clarification of the supplementary character of the faculty granted to lay persons to distribute Holy Communion as extraordinary Eucharistic ministers. The conditions established in the Code of Canon Law were authentically interpreted last year, at which time I directed the Congregation for the Sacraments to communicate the decision to the Episcopal Conferences throughout the world. In some cases there may still be a need to revise diocesan policies in this matter, not only to ensure the faithful application of the law but also to foster the true notion and genuine character of the participation of the laity in the life and mission of the Church». (John Paul II, Speech to a group of Bishops from the United States of America on their «ad Limina» visit, 9-XII-1988, n. 6).

«Recientemente se ha hecho una aclaración del carácter suplementario de la facultad concedida a los laicos de distribuir la Sagrada Comunión, como ministros extraordinarios de la Eucaristía. Las condiciones establecidas en el Código de Derecho Canónico fueron auténticamente interpretadas el año pasado, cuando pedí a la Congregación para los Sacramentos que comunicara la decisión a las Conferencias Episcopales de todo el mundo. En algunos casos puede haber todavía necesidad de corregir las directrices diocesanas en esta materia, no sólo para asegurar la fiel aplicación de la ley sino también para fomentar la verdadera noción y el genuino carácter de la participación en la vida y misión de la Iglesia». (Juan Pablo II,Discurso a un grupo de obispos de los Estados Unidos de América en visita «ad limina Apostolorum», 9-XII-1988, n. 6, en «L’Osservatore Romano», 11-XII-1988).

IX. Por si hiciera falta, el Sumo Pontífice aprobó de forma específica el 15-VIII-1997 la Instr. Ecclesiae de mysterio, de la Congregación para el Clero y otros dicasterios de la Curia Romana, (cf. Disposiciones prácticas, art. 8 § 2 y Conclusión), que establece y decreta:

«Para que el ministro extraordinario, durante la celebración eucarística, pueda distribuir la sagrada Comunión, es necesario o que no se encuentren presentes ministros ordinarios o que, estos, aunque presentes, se encuentren verdaderamente impedidos [5]».

«Quedan revocadas las leyes particulares y las costumbres vigentes que sean contrarias a estas normas, como asimismo eventuales facultades concedidas ad experimentum por la Santa Sede o por cualquier otra autoridad a ella subordinada.

El Sumo Pontífice, en fecha del 13 Agosto 1997, ha aprobado de forma específica el presente decreto general ordenando su promulgación.

Del Vaticano, 15 Agosto 1997. Solemnidad de la Asunción de la B.V. Maria».

X. Las disposiciones de la Santa Sede no dejan, pues, lugar a duda. Si, a pesar de todo, algunos no quieren obedecer, un cristiano coherente no puede colaborar con esos abusos aceptando recibir la Sagrada Eucaristía de un ministro extraordinario, si no se cumplen todos los requisitos del derecho. Los sacerdotes, por su parte, han de poner los medios a su alcance para evitar la difusión de tales abusos, ocupándose también de llevar la sagrada Comunión a los fieles enfermos o impedidos, aunque les suponga un esfuerzo considerable.

CODA

1. Qué hacer ante los abusos litúrgicos: «No se puede callar ante los abusos, incluso gravísimos, contra la naturaleza de la Liturgia y de los sacramentos, también contra la tradición y autoridad de la Iglesia, que en nuestros tiempos, no raramente, dañan las celebraciones litúrgicas en diversos ámbitos eclesiales. En algunos lugares, los abusos litúrgicos se han convertido en una costumbre, lo cual no se puede admitir y debe terminarse». Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instr. Redemptionis Sacramentum, 25-III-2004, n. 4.

2. Exposición ante la Sede Apostólica: «Cualquier católico, sea sacerdote, sea diácono, sea fiel laico, tiene derecho a exponer una queja por un abuso litúrgico, ante el Obispo diocesano o el Ordinario competente que se le equipara en derecho, o ante la Sede Apostólica, en virtud del primado del Romano Pontífice [5]». Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instr. Redemptionis Sacramentum, 25-III-2004, n. 184.

3. Algunas direcciones de dicasterios de la Curia Romana:

CONGREGAZIONE PER IL CULTO DIVINO E LA DISCIPLINA DEI SACRAMENTI

Piazza Pio XII 10 – 00120 CITTÀ DEL VATICANO
Tel. 06-698.84316 – Fax 06-698.83499

CONGREGAZIONE PER LA DOTTRINA DELLA FEDE

Piazza del Sant’Uffizio 11 – 00120 CITTÀ DEL VATICANO
Tel. 06-698.83357 – Fax 06-698.83409

PONTIFICIA COMMISSIONE «ECCLESIA DEI»

Piazza del Sant’Uffizio 11 – 00120 CITTÀ DEL VATICANO
Tel. 06-698.85213 – Fax 06-698.83412

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NOTAS

[1] Cf. S. Congregación para la Disciplina de los Sacramentos, Instr.Immensae caritatis, 29-1-1973, n. 1: AAS 65 (1973) 265.

[2] Cf. S. Congregación para la Disciplina de los Sacramentos, Instr.Immensae caritatis, 29-1-1973, n. 1: AAS 65 (1973) 266.

[3] Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instr. Redemptionis Sacramentum (25-III-2004), n. 157; cf. S. Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, Instr. Inaestimabile donum, 3-IV-1980, n. 10: AAS 72 (1980) 336.

[4] Cf. Communicationes XX, 1 (1988) p. 76. La respuesta, del 1-VI-1988, fue publicada en «L’Osservatore Romano» del 20-VII-1988, p. 2.

[5] Pontificia Comisión para la Interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico, Respuesta (1 junio 1988): AAS 80 (1988), p. 1373.

[6] Cf. Código de Derecho Canónico, c. 1417 § 1.

ABUSOS LITÚRGICOS

Una Instrucción vaticana prohibiría los abusos en la celebración de la Eucaristía

A petición de un comentario que hizo Magui en la publiación Diez objeciones a la Misa Tradicional, en este blog el día 23 de Agosto de 2009, en el cual pregunta si es correcto que un laico de la comunión a los fieles  y unido al reciente comentario de Sergio, el día de ayer 30 de Octubre de 2009 en la misma publicación, en el cual comenta que se ha mudado a California y ha observado que en todas las misas hay hombres y mujeres ayudando al Padre a dar la Comunión, pidiendo así saber a que se deben estos hechos, con el fin de aclarar un poco estas inquietudes publico la siguiente información, esperando queden aclaradas sus dudas al respecto.

por Vittoria Prisciandaro

El título provisional es Pignus redemptionis ac futurae gloriae, y se trata de una «instrucción» firmada por las Congregaciones para la Doctrina de la fe, ypara el Culto y la Disciplina de los Sacramentos. El borrador de la última versión del documento ha sido distribuido a obispos y a consultores el 5 junio pasado, y la publicación de la redacción definitiva está prevista para finales de este año o principios del 2004.

La instrucción fue preanunciada por Juan Pablo II en el número 52 de la encíclica Ecclesia de Eucharistia: «Por desgracia, es de lamentar que, sobre todo a partir de los años de la reforma litúrgica posconciliar, por un mal entendido sentido de creatividad y de adaptación, no hayan faltado abusos», escribió el Papa en el texto firmado el Jueves Santo de este año. Y precisó: «Para reforzar el sentido profundo de las normas litúrgicas, he solicitado a los Dicasterios competentes de la Curia romana que preparen un documento más específico, incluso con rasgos de carácter jurídico, sobre este tema de tanta importancia».

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Una danza india realizada frente al Papa en una Ceremonia Eucarística.

Es lo que se propone, justamente, la instrucción en gestación, que en 200 párrafos apunta a 37 «abusos» principales contra el Eucaristía. El texto ha sido elaborado por un equipo compuesto por tres miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe, guiados por el dominico Joseph Augustine Di Noia, y de tres expertos del culto divino, con el padre marista Anthony Ward a la cabeza.

El principal elemento de novedad probablemente está indicado en el párrafo 197 del actual borrador, titulado De quaerelis circa abusus in re liturgica, en el cual se afirma que «todo católico, sacerdote o diácono o fiel laico, tiene el derecho de presentar querella acerca de los abusos litúrgicos», en vía preferencial «al propio obispo diocesano», pero también «al pastor equiparado sui iuris o a la Santa Sede». Y en el párrafo siguiente se pide que «todos dispensen el debido respeto a los que lamentan el abuso, y se abstengan de palabras que puedan perjudicar la buena fama de los denunciantes. Pues a nadie le es lícito lesionar la buena fama de quien goza de ella.»

Pero ¿cuáles son los abusos enumerados en la instrucción? En realidad se vuelve sobre materias ya ampliamente tratadas en otras veces: desde elCódigo de derecho canónico a otros varios documentos litúrgicos, como demuestra el amplio repertorio de 316 notas.

Entremos en lo específico. Una referencia, no explícita, parece apuntar a las Iglesias del Norte de Europa, con Alemania a cabeza, a causa de lo que es considerado un excesivo protagonismo de los laicos. Se habla en efecto de los así llamados «asistentes pastorales», acerca de los cuales se dice en el n. 41: «No responden a ninguna necesidad desde el punto de vista eclesiológico», y que «no pocas veces ostentan de manera no apta caracteres asumidos del ministerio sacerdotal. Así se crea una figura que presenta elementos auténticamente laicales e impropiamente clericales, excesivamente moldeada sobre la forma del ministerio pastoral de los clérigos».

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Sacerdotes con gorras “no litúrgicas” en el Encuentro Mundial de la Juventud

Para resolver las muchas dificultades que de esta confusión de roles se pueden derivar, «donde exista, el asistente pastoral no asuma funciones durante la celebración litúrgica, aunque falten sacerdotes y diáconos. Su compromiso se centre sobre todo en esto: promover el ministerio de los sacerdotes y de los diáconos, suscitar vocaciones al sacerdocio y al diaconado, y procurar que en cada comunidad cristiana los fieles laicos se preparen con esmero, según las normas del derecho, para las diversas funciones litúrgicas». Y se añade en el párrafo siguiente: «En las celebraciones litúrgicas cada cual, ateniéndose a su función, desarrolle sólo y todo lo que le corresponde. No les es nunca lícito a los laicos arrogarse el oficio y la vestimenta del diácono o del sacerdote». A los «asistentes pastorales» y, en general, a los «alumnos del seminario, estudiantes de teología» y a cualquier «otro género de laicos», sea cual sea el grupo, la comunidad o la asociación de pertenencia, les está prohibida la predicación durante la celebración de la Misa» (n. 55).

Siguiendo con la referencia a la participación de los laicos, en el segundo capítulo se dice que la Eucaristía no puede considerarse una «concelebración» del sacerdote con los fieles presentes (n. 34), y las expresiones «comunidad celebrante» y «asamblea celebrante» deben ser evitadas, porque evocan estilos políticos de decir, que poco tienen que ver con la materia litúrgica.

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Hoy en día es muy común ver niñas monaguillas en las parroquias, y luego se asustan cuando las religiosas reclaman el sacerdocio

En el capítulo cuarto, el texto llama a redefinir el espacio sagrado del presbiterio, poniendo nuevamente las rejas y las barandas, donde hayan sido eliminadas, y a colocarlos en las iglesias en construcción. (n. 78). En el octavo capítulo pone el dedo en la llaga, en el tema de las relaciones ecuménicas, pidiendo que se evite la expresión: «hospitalidad eucarística» (n. 153), y no poner en la Misa a ministros de otras confesiones cristianas cerca de los concelebrantes católicos, (n. 175), ni de pedir a ellos bendiciones para los fieles católicos (n.176).

Asumir a niñas como «monaguillas» queda a juicio del obispo, pero ha de evitarse «sin una justa causa pastoral; y nunca los sacerdotes deben creerse obligados a llamar a las niñas para este servicio». Y respecto a los ministerios ordenados de los laicos, estos sólo deben ser ejercidos por estricta necesidad, y tienen que denominarse «ministros extraordinarios de la comunión», y no «de la Eucaristía».

En el capítulo sobre la correcta celebración de la santa Misa, entre otras cosas,se excluye la posibilidad de «aplausos y danzas en el interior del edificio sagrado, inclusive fuera de la celebración eucarística. Y no se admita ningún pretexto a favor» (n. 60). Al fin, todos los abusos tratados están resumidos en el capítulo nueve y, como estrategia para combatirlos, los católicos son invitados a denunciarlos.

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Nueve capítulos de errores y arreglos

La instrucción en preparación toma de mira 37 «abusos» principales contra la Eucaristía, y se compone de 200 párrafos. Está dividida en 9 capítulos, con una premisa, una conclusión y un apéndice sobre los derechos de los fieles laicos en materia litúrgica. Entre las otras cosas, se desaconseja la distribución de la Eucaristía bajo las dos especies (n. 85), y se prohíbe la comunión «autoservicio» (n. 87).

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¿Y el Sacramento del Orden Sacerdotal para que lo Instituyó Nuestro Señor Jesucristo?

El capítulo primero de la instrucción habla de la responsabilidad del obispo en la administración del sacramento de la Eucaristía; en particular se solicita una revisión y una renovación de las Comisiones litúrgicas nacionales y la creación de un grupo de nuevos expertos «firmes en la fe católica y bien preparados en materia teológica y cultural» (n. 17).

A las Conferencias episcopales les queda prohibida toda experimentación, a menos que se haya conseguido, tras explícita solicitud, el consentimiento de laCongregación para el Culto (n. 19). El segundo capítulo está dedicado a la participación de los laicos, el tercero a la correcta celebración de la santa Misa. Los siguientes capítulos, cuarto y quinto, tratan de la «Sagrada comunión» y algunos problemas particulares (desde los ornamentos litúrgicos al lavado del purificador, a la prohibición de sombreros no previstos por la liturgia durante la celebración al abierto, en caso de sol o lluvia). El sexto está dedicado a la conservación de la Eucaristía y a los actos de culto sin Misa; el séptimo trata de los ministerios de los laicos; el octavo, sobre el ecumenismo en relación a la Eucaristía; el noveno resume los abusos y propone la estrategia para combatirlos.

En el cuarto capítulo, el texto invita a redefinir el espacio sagrado del presbiterio, reponiendo las verjas en lugar de las barandillas, donde aquellas hayan sido eliminadas, y a proyectarlas en las iglesias en construcción (n. 78). El octavo capítulo vuelve a poner el dedo en la llaga de las relaciones ecuménicas, pidiendo se evite la expresión «hospitalidad eucarística» (n. 153),no colocar, durante la Misa, a ministros de otras confesiones cristianas al lado de los concelebrantes católicos (n. 175), ni se pidan a aquellos bendiciones por parte de los fieles católicos (n. 176).

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En Revista JESUS , nº 10, octubre 2003; traducción: P. Jesús Álvarez,ssp; revisión: P. Benito Spoletini ssp).

Tomado de: http://www.san-pablo.com.ar/rol/?seccion=articulos&id=201

Ministros extraordinarios de la Eucaristía

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"En virtud de la reverencia debida a este sacramento nada lo toca sino las cosas consagradas; por eso, para tocar este Sacramento, se consagran el corporal y el cáliz así como las manos del sacerdote" (III, q. 82, a. 3). Santo Tomás de Aquino

A petición de un comentario que hizo Magui en la publiación Diez objeciones a la Misa Tradicional, en este blog el día 23 de Agosto de 2009, en el cual pregunta si es correcto que un laico de la comunión a los fieles  y unido al reciente comentario de Sergio, el día de ayer 30 de Octubre de 2009 en la misma publicación, en el cual comenta que se ha mudado a California y ha observado que en todas las misas hay hombres y mujeres ayudando al Padre a dar la Comunión, pidiendo así saber a que se deben estos hechos, con el fin de aclarar un poco estas inquietudes publico la siguiente información, esperando queden aclaradas sus dudas al respecto.

Lo que debería ser extraordinario se ha convertido en norma, y lo que debería ser norma se ha convertido en extraordinario.

Por Michael Davies

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Actualmente no se necesita recibir el sacramento del orden sacerdotal para administrar el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo,las manos comunes y corrientes de los laicos lo administran a los fieles y en la mano, como si fuera una goma de mascar.

La introducción de la comunión en la mano fue invariablemente seguida por la introducción de ministros extraordinarios de la Eucaristía. Pero contrariamente a la comunión en la mano, que fue aceptada en los primeros tiempos de la Iglesia, el uso de ministros extraordinarios durante la Misa no tiene precedente histórico. Ni la más mínima evidencia puede ser invocada para probar que la Sagrada Comunión haya sido jamás administrada durante la liturgia sino por un obispo, sacerdote o diácono.

En los primeros siglos hay evidencia de casos, pero siempre fuera de la liturgia.
Para el siglo trece era ya una tradición establecida que sólo aquello que había sido específicamente consagrado para ese propósito podía entrar en contacto con el Santísimo Sacramento hasta que Éste hubiera sido colocado en la boca del comulgante. Santo Tomás de Aquino (1225-1274) escribió a este respecto (III, q. 82, a. 3):

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Las manos del sacerdote, no son manos comunes y corrientes, son manos consagradas.

“La distribución del Cuerpo de Cristo pertenece al sacerdote por tres razones. Primero, porque él consagra in persona Christi. Pero así como Cristo consagró Su Cuerpo en la Cena, también Él lo dio a los otros para que participaran de él. Consecuentemente, así como la consagración del Cuerpo de Cristo pertenece al sacerdote, del mismo modo su distribución también le corresponde a él. En segundo lugar, porque el sacerdote es el intermediario establecido entre Dios y el pueblo, por lo cual, así como le pertenece ofrecer los dones del pueblo a Dios, también le pertenece a él dispensar al pueblo los dones consagrados. Tercero, porque en virtud de la reverencia debida a este sacramento, nada lo toca sino las cosas consagradas; por eso, para tocar este sacramento, se consagran el corporal y el cáliz, así como las manos del sacerdote. En consecuencia, a nadie le es lícito tocarlo, excepto caso de necesidad, por ejemplo, si estuviera por caer al suelo o en otro caso de urgencia”.

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El sacerdote consagra in persona Christi.

El documento que autoriza la introducción de ministros extraordinarios de la Eucaristía es una Instrucción de la Sagrada Congregación para el Culto Divino, del 29 de enero de 1973, titulada Immensae caritatis. Ella autoriza el uso de ministros extraordinarios en “casos de genuina necesidad”. Esta es la enumeración de los casos, pero siempre y cuando:

a) no haya sacerdote o diácono;

b) éstos se vean impedidos de administrar la Sagrada Comunión por motivo de otro ministerio pastoral, razones de salud o avanzada edad;


c) el número de fieles por recibir la Sagrada Comunión sea tal que la celebración de la Misa o la distribución de la Eucaristía fuera de la Misa pueda verse indebidamente prolongada.

La Instrucción estipula que:

“Dado que estas facultades son concedidas sólo por el bien espiritual de los fieles y para casos de genuina necesidad, se recuerda a los sacerdotes que no por esto ellos están excusados de la tarea de distribuir la Eucaristía a los fieles que legítimamente la piden, y especialmente darla a los enfermos”.

Es difícil imaginar la existencia de circunstancias que justifiquen el uso de ministros extraordinarios no tratándose de tierras de misión. Aunque también es posible que estas circunstancias se den cuando a un sacerdote a cargo de vastas áreas le resulte físicamente imposible administrar la Sagrada Comunión a todos los enfermos y moribundos que lo requieran. Por supuesto, el bien de las almas debe tener toda prioridad, de manera que si se presenta la alternativa entre alguien que muera sin recibir este sacramento o recibirlo de un laico, indudablemente esta última es la preferible, siempre suponiendo que al sacerdote le haya resultado físicamente imposible concurrir. Obviamente, en tales circunstancias sería deseable que el moribundo pudiera acceder al sacramento de la penitencia pero, una vez más, cuando esto es físicamente imposible un acto de contrición perfecta será suficiente, aun en caso de pecado mortal.

Pero no hay comparación entre estas circunstancias verdaderamente extraordinarias y la práctica, hoy demasiado común en muchos países, de encomendar a cientos de laicos en cada diócesis el desempeño de una tarea que, como lo ha destacado Juan Pablo II, debería ser normalmente “un privilegio de los ordenados”. Y con no poca frecuencia se ve a sacerdotes sentados en sus sillas presidenciales, dirigiendo cantos o aun actuando como directores de las filas de comulgantes mientras miembros de élite de la parroquia administran a aquéllos la Santa Comunión, tal vez abreviando la duración de la Misa cinco minutos o menos.

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El sacerdote es otro Cristo, un laico, por mucha preparación que haya recibido para dar la comunión, no es otro Cristo y menos una mujer.

El hecho de que una persona sea seleccionada como ministro extraordinario puede ciertamente contribuir a la autoestima de quienes estén deseosos de obtener oficios que los coloquen aparte (y por encima) de sus coparroquianos. Este fenómeno se manifestó no bien se comenzó a permitir a los laicos leer la Epístola o a tomar parte en las procesiones del Ofertorio. Sacerdotes que no han admitido estas prácticas han sido frecuentemente objeto de quejas al obispo por parte de laicos deseosos de alcanzar el status que estos oficios les traen.

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Laicos que distribuyen los dones consagrados, que sólo al sacerdote le compete distribuír.

Los fieles que han visto la admisión de estos ministros extraordinarios en sus parroquias habrán notado que el correcto término “extraordinario” es raramente usado. Sin embargo, éste es el término oficial usado en Immensae caritatis y en el nuevo Código de derecho Canónico. Los términos “laicos” o “especiales” se aplican preferentemente para referirse a estos ministros porque ello permite camuflar el hecho de que el uso de tales ministros debería constituir un evento extraordinario, algo que sólo raramente –si alguna vez se diera el caso– se podría dar fuera de tierras de misión. Es difícil imaginar algún sacerdote, digamos, en los Estados Unidos, con tantas apremiantes obligaciones que no tenga tiempo de llevar la Santa Comunión a los enfermos. Si el peso de sus tareas administrativas se le tornara tan pesado, esa sí que es un área donde puede obtener ayuda de los laicos. La presente situación, en la que los sacerdotes se ven superados por actividades que pueden desempeñar los laicos, mientras que éstos asumen la tarea propia de los sacerdotes de llevar la Santa Comunión a los enfermos, es positivamente exótica, una perfecta epitomización del ethos de la Iglesia Occidental en nuestros días.

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Se ha perdido, ya no digo el sentido, si no, la conciencia de lo sagrado, ya no se cree en la Transubstanciación.

En cuanto a la indebida prolongación de la Misa en las parroquias con feligresía numerosa, habitualmente hay otro sacerdote para ayudar. Y aun cuando no hubiera otros sacerdotes, y la administración de la Eucaristía fuera prolongada, es difícil imaginar que sea indebidamente prolongada. El sacerdote podría estimular a los fieles para hacer, en esos minutos, una más perfecta preparación y acción de gracias por el privilegio de recibir a su Salvador. ¿Podría cualquier tiempo empleado en tal acción de gracias ser indebidamente prolongado? Raramente se extendería más allá de diez o quince minutos. Si se considera cuanto tiempo emplea el católico medio en mirar T. V. cada día, ¿puede una acción de gracias de quince minutos considerarse indebidamente prolongada?

Lamentablemente, la directiva vaticana fue expresada en términos poco precisos. La frase “indebidamente prolongada” puede significar cinco o cincuenta minutos, según quién la interprete. A través de esas interpretaciones, pues,Immensae caritatis abrió la puerta a la proliferación de ministros extraordinarios. Vinculada con la introducción de la Comunión bajo las dos especies en las misas de los domingos, esta explosión de ministros extraordina-rios ha alcanzado proporciones de epidemia, lo cual ha sido posible, si bien no estrictamente autorizado, por Immensae caritatis. Muy pocos obispos prestan el mínimo acatamiento a la admonición del papa Juan Pablo II en su carta Dominicae Coenae, del 24 de febrero de 1980:

“Tocar las sagradas especies y distribuirlas con sus propias manos es un privilegio de los ordenados”.

“Cuando ministros ordinarios (obispos, sacerdotes o diáconos) se encuentran presentes en la celebración eucarística, estén o no celebrando, en número suficiente, y no estén impedidos de hacerlo en virtud de otros ministerios, los ministros extraordinarios de la eucaristía no están autorizados para distribuir la comunión a sí mismos o a los fieles”.

Por lo contrario, algunos obispos, o los burócratas litúrgicos que los manipulan, muestran gran entusiasmo por la Comunión bajo las dos especies, principalmente por la excusa que ello les da de incrementar la epidemia de los ministros extraordinarios hasta convertirla en una verdadera plaga. En 1987, en una carta que se incluye al final de este trabajo, la Santa Sede intentó restringir la expansión de esta plaga, pero con poco éxito.

Ningún observador imparcial podrá negar que se ha expandido una amplia declinación en la reverencia al Santo Sacramento desde el Concilio Vaticano II. En «Dominicae Coenae» el papa Juan Pablo II deplora estos casos:

«Hemos tomado conocimiento de casos de deplorable falta de respeto hacia las especies Eucarísticas, casos que son imputables no sólo a los individuos culpables de tal conducta, sino también a los pastores de la Iglesia que no han sido suficientemente vigilantes respecto a la actitud de los fieles hacia la Eucaristía».

El Santo Padre concluyó esta carta con su famoso pedido de perdón a los fieles por el escándalo y las perturbaciones a los que se han vistos sometidos respecto a la veneración debida al Santísimo Sacramento:

«Y yo ruego al Señor Jesús que en lo futuro podamos evitar en nuestra manera de conducirnos con este misterio sagrado todo lo que pueda debilitar o desorientar de cualquier modo el sentido de reverencia y amor que existe en nuestro pueblo fiel».

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Sólo manos Consagradas pueden tocar y dispensar el Pan Vivo bajado del Cielo

 

El sentido de reverencia y amor del pueblo fiel por el Santísimo Sacramento se verá inevitablemente debilitado en cualquier diócesis donde el obispo, por convicción o debilidad, haya permitido el uso de ministros extraordinarios de la Eucaristía cuando no existen circunstancias extraordinarias, lo cierto es que tales circunstancias no existen en el noventa y nueve por ciento de las parroquias donde se emplean tales ministros. Lo que debería ser extraordinario se ha convertido en norma, y lo que debería ser la norma se ha convertido en extraordinario. Tal es el estado del catolicismo en el rito romano en nuestros días.

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Actualmente tanto fieles como clérigos, ven, unos al recibir y los otros al distribuír la Sagrada Hostia, sólo un símbolo y no una realidad espiritual, una verdad que va mas allá de nuestros sentidos; ese pan ya no es pan, y ese vino, ya no es vino, sino única y exclusivamente, el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Estamos presenciando no simplemente una disminución en el respeto por el Santísimo Sacramento –allí donde ese respecto existe todavía– sino una disminución en el respeto y valoración del carácter sagrado del sacerdocio, donde ese respeto y esa valoración existen todavía. Muy pocos jóvenes católicos consideran a sus sacerdotes como otro Cristo, alter Christi, un hombre que se diferencia no simplemente en grado sino en esencia del resto de los fieles, un hombre cuya misión primaria es entrar en el santuario y llevar a cabo los ritos sagrados que sólo él puede realizar. En Dominicae Coenae el papa Juan Pablo II recuerda a los católicos que:

«No se debe olvidar el oficio primario de los sacerdotes, que han sido consagrados por su ordenación para representar a Cristo Sacerdote: por esta razón sus manos, así como sus palabras y su voluntad, se han convertido en instrumentos directos de Cristo. A través de este hecho, esto es, como ministros de la Sagrada Eucaristía, ellos tienen una responsabili dad primaria por las Sagradas Especies, porque es una responsabilidad total. Ellos ofrecen el pan y el vino, ellos lo consagran, y luego distribuyen las sagradas especies a los participantes de la asamblea que desean recibirlas … ¡Qué elocuente, en consecuencia, aun cuando no sea costumbre antigua, el rito de ungimiento de las manos en nuestra ordenación Latina, como que para estas manos es necesaria precisamente una gracia especial y el poder del Espíritu Santo!»

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El Sacerdote, cuyas manos han sido ungidas y consagradas, se convierte en otro Cristo.

LA SANTA SEDE INTERVIENE

En septiembre de 1987 la Santa Sede mandó cartas a los presidentes de numerosas Conferencias Episcopales sobre el tema de los ministros extraordinarios, urgiéndolos a impedir el abuso de hacer la norma de aquello que debería ser extraordinario. Incluimos aquí el texto completo de la carta enviada al Arzobispo John L. May, presidente de la Conferencia Nacional de Obispos Católicos de los EEUU.

Como es de imaginar, el documento fue totalmente inefectivo, pero por lo menos brinda evidencia de que la Santa Sede está al tanto de la extensión de los abusos sobre los ministros extraordinarios (se han recibido “numerosas informaciones de tales abusos”), aun cuando no haya podido hacer nada para impedirlos.

Septiembre 21 de 1987.

Muy Reverendo John L. May

Presidente CNOC

1312, Massachusetts Avenue, N. W.

Washington D.C. 20005

Estimado Arzobispo May:

El Cardenal Prefecto de la Congregación de Sacramentos, en una Carta Circular a todos los representantes papales, ha emitido la siguiente clarificación respecto a los ministros extraordinarios de la Eucaristía.

La facultad concedida a los laicos habilitándolos para distribuir la Sagrada Comunión como ministros extraordinarios de la Eucaristía (Cánones 23O, 3; 9IO, 2) representa sin duda una de las más adecuadas formas de participación en la acción litúrgica de la Iglesia. Por un lado, este privilegio ha provisto una real ayuda tanto para el celebrante como para la congregación en ocasiones donde se presenta un gran número de personas para recibir la Santa Comunión. Pero, por otro lado, en ciertas instancias, han tenido lugar significativos abusos de este privilegio. Tales abusos han conducido a situaciones donde el carácter extraordinario de este ministerio se ha perdido. A veces parece, inclusive, como si la designación de ministros extraordinarios se convirtiera en una especie de premio para recompensar a aquellos que han trabajado para la Iglesia.

El Cardenal Mayer advierte que los abusos de los cuales habla suceden cuando:
– los ministros extraordinarios de la Eucaristía ordinariamente distribuyen la comunión junto con el celebrante, tanto cuando el número de comulgantes no requiere su ayuda, como cuando hay otros concelebrantes presentes u o-tros ministros ordinarios disponibles, aunque no estén celebrando;
– los ministros extraordinarios se administran la Sagrada Comunión a ellos mismos y a los fieles mientras el celebrante y los concelebrantes –si los hubiera– permanecen inactivos.

Después de haber recibido numerosos informes de tales abusos, la Congregación decidió solicitar una interpretación auténtica de los Cánones pertinentes a la Pontificia Comisión para la interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico. Se formuló la siguiente duda:

. *“Utrum minister extraordinarius Sacrae Communionis, ad norman cann. 9IO, par. 2 et 23O, par. 3, deputatus suum munus suppletorium exercere possit etiam cum praesentes sint in ecclesia, etsi ad celebrationem eucharisticam non participantes, ministri ordinarii qui non sint quoque modo impediti”

La Comisión Pontificia trató la cuestión en su sesión Plenaria del 20 de febrero de 1987 y respondió: NEGATIVO.

Esta interpretación auténtica fue aprobada por el Santo Padre el 15 de junio de 1987, quien en consecuencia dio instrucción a la Congregación para los Sacramentos de comunicar la decisión a las Conferencias Episcopales.

La respuesta de la Comisión Pontificia indica claramente que cuando ministros ordinarios (obispos, sacerdotes o diáconos) se encuentran presentes en la celebración eucarística, estén o no celebrando, y se encuentren en número suficiente y no estén impedidos de hacerlo en virtud de otros ministerios, los ministros extraordinarios de la eucaristía no están autorizados para distribuir la comunión a sí mismos o a los fieles.

Finalmente, el Cardenal Mayer le solicita que haga llegar estas directivas a los miembros de la Conferencia Episcopal.

Con mis expresiones de estima y buenos deseos, quedo suyo en Cristo,

Pio Laghi

Pro-Nuncio Apostólico

INSTRUCCIÓN
SOBRE ALGUNAS CUESTIONES ACERCA DE LA COLABORACIÓN DE LOS FIELES LAICOS EN EL SAGRADO MINISTERIO DE LOS SACERDOTES

Artículo 8


El ministro extraordinario de la Sagrada Comunión

Los fieles no ordenados, ya desde hace tiempo, colaboran en diversos ambientes de la pastoral con los sagrados ministros a fin que «el don inefable de la Eucaristía sea siempre más profundamente conocido y se participe a su eficacia salvífica con siempre mayor intensidad».(95)
Se trata de un servicio litúrgico que responde a objetivas necesidades de los fieles, destinado, sobre todo, a los enfermos y a las asambleas litúrgicas en las cuales son particularmente numerosos los fieles que desean recibir la sagrada Comunión.

§ 1. La disciplina canónica sobre el ministro extraordinario de la sagrada Comunión debe ser, sin embargo, rectamente aplicada para no generar confusión. La misma establece que el ministro ordinario de la sagrada Comunión es el Obispo, el presbítero y el diácono (96) mientras son ministros extraordinarios sea el acólito instituido, sea el fiel a ello delegado a norma del can. 230, § 3. (97).

Un fiel no ordenado, si lo sugieren motivos de verdadera necesidad, puede ser delegado por el Obispo diocesano, en calidad de ministro extraordinario, para distribuir la sagrada Comunión también fuera de la celebración eucarística, ad actum vel ad tempus, o en modo estable, utilizando para esto la apropiada forma litúrgica de bendición. En casos excepcionales e imprevistos la autorización puede ser concedida ad actum por el sacerdote que preside la celebración eucarística (98).

§ 2. Para que el ministro extraordinario, durante la celebración eucarística, pueda distribuir la sagrada Comunión, es necesario que no se encuentren presentes ministros ordinarios o que, éstos, aunque presentes, se encuentren verdaderamente impedidos (99). Pueden desarrollar este mismo encargo también cuando, a causa de la numerosa participación de fieles que desean recibir la sagrada Comunión, la celebración eucarística se prolongaría excesivamente por insuficiencia de ministros ordinarios. (100)

Tal encargo es de suplencia y extraordinario (101) y debe ser ejercitado a norma de derecho. A tal fin es oportuno que el Obispo diocesano emane normas particulares que, en estrecha armonía con la legislación universal de la Iglesia, regulen el ejercicio de tal encargo. Se debe proveer, entre otras cosas, a que el fiel delegado a tal encargo sea debidamente instruido sobre la doctrina eucarística, sobre la índole de su servicio, sobre las rúbricas que se deben observar para la debida reverencia a tan augusto Sacramento y sobre la disciplina acerca de la admisión para la Comunión.

Para no provocar confusiones han de ser evitadas y suprimidas algunas prácticas que se han venido creando desde hace algún tiempo en algunas Iglesias particulares, como por ejemplo:

— la comunión de los ministros extraordinarios como si fueran concelebrantes;
— asociar, a la renovación de las promesas de los sacerdotes en la S. Misa crismal del Jueves Santo, otras categorías de fieles que renuevan los votos religiosos o reciben el mandato de ministros extraordinarios de la Comunión.
— el uso habitual de los ministros extraordinarios en las SS. Misas, extendiendo arbitrariamente el concepto de «numerosa participación».

Notas:
(95) Sagrada Congregación para la Disciplina de los Sacramentos, Instrucción Immensae caritatis (29 enero 1973), proemio: AAS 65 (1973), p. 264.
(96) Cfr. C.I.C., can. 910, § 1; cfr. también Juan Pablo II, Carta Dominicae Coenae (24 febrero 1980), n. 11: AAS 72 (1980), p. 142.
(97) Cfr. C.I.C., can. 910, § 2.
(98) Cfr. Sagrada Congregación para la Disciplina de los Sacramentos, Instrucción Immensae caritatis, n. 1: l.c., p. 264; Missale Romanum, Appedix:
Ritus ad deputandum ministrum S. Communionis ad actum distribuendae; Pontificale Romanum: De institutione lectorum et acolythorum.
(99) Pontificia Comisión para la Interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico, Respuesta (1 junio 1988): AAS 80 (1988), p. 1373.
(100) Sagrada Congregación para las Disciplina de los Sacramentos, Instrucción Immensae caritatis, n. 1: l.c., p. 264; Sagrada Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, Instrucción Inaestimabile donum, n. 10: l.c., p. 336.
(101) El can. 230, § 2 y § 3 del C.I.C. afirma que los servicios litúrgicos allí mencionados pueden ser asumidos por los fieles no ordenados sólo «ex temporanea deputatione» o en suplencia.

…….
Quedan revocadas las leyes particulares y las costumbres vigentes que sean contrarias a estas normas, como asimismo eventuales facultades concedidas ad experimentum por la Santa Sede o por cualquier otra autoridad a ella subordinada.

El Sumo Pontífice, en fecha del 13 Agosto 1997, ha aprobado de forma específica el presente decreto general ordenando su promulgación.

Del Vaticano, 15 Agosto 1997. Solemnidad de la Asunción de la B.V. María.

Congregación para el Clero
Darío Castrillón Hoyos
Pro-Prefecto

Pontificio Consejo para los Laicos
James Francis Stafford
Presidente

Congregación para la Doctrina de la Fe
Joseph Card. Ratzinger
Prefecto

Congregación para los Obispos
Bernardin Card. Gantin
Prefecto

Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida
Apostólica
Eduardo Card. Martínez Somalo
Prefecto

Congregación para la Evangelización de los Pueblos
Jozef Card. Tomko
Prefecto

Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos
Julián Herranz
Presidente

Congregación para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos
Jorge Arturo Medina Estévez
Pro-Prefecto

Tomado de: http://www.unavoce.com.ar

Nota: Tanto las imágenes como los comentarios que aparecen en ellas, han sido agregados por un servidor.

Arturo Medina Muñoz.

Editor del Blog.

 

31 de octubre

SAN QUINTÍN,*
Mártir

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Vosotros afectáis ser justos ante los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque la que es grande ante el mundo es abominación ante Dios. (San Lucas, 16, 15).

San Quintín, hijo del senador Zenón de Roma, fue aprehendido por el prefecto Rictio Varo mientras predicaba el Evangelio en Picardía. Después de haber sido azotado, fue cargado de cadenas y echado en una prisión; mas, un ángel lo sanó de sus heridas, lo libró de sus cadenas y le abrió las puertas de la cárcel. Predicó en medio de la calle y convirtió a seiscientas personas. El tirano lo hizo atormentar de diversas maneras y, viéndolo invencible lo hizo decapitar, en el año 287, después de cuatro años de maravilloso apostolado.

MEDITACIÓN
SOBRE LA HIPOCRESÍA

I. La mayor parte de los hombres se esfuerzan más por parecer cristianos y virtuosos que por serlo en realidad. Se salvan las apariencias, se quiere contentar a los hombres, pero uno no se toma mucho trabajo por contentar a Dios y la propia conciencia. Se ordena el exterior y el alma está en desorden. ¡Desventurados! Dios nos ve tales cuales somos y no tales cuales queremos aparecer. Dios es quien nos juzgará y no los hombres; no podemos engañarlo, nos engafiamos a  nosotros mismos.

II. ¿Qué pretendes con esa devoción de apariencia? ¿De qué te servirá la estima de los hombres, si Dios te desprecia? Gratuitamente te condenas, tienes toda la pena que los santos encontraron en el servicio de Dios, no tienes sus consuelos en esta vida y no tendrás su recompensa en la otra. ¿Qué haréis, vosotros hipócritas, el día del juicio, cuando Dios dé a conocer vuestros crímenes a todos los hombres y a todos los ángeles?

III. A nadie juzgues por las apariencias, el rostro engaña a menudo. Tal parece orgulloso y es muy humilde. A Dios sólo pertenece el penetrar los secretos del corazón humano; interpreta las acciones de los demás como desearías que se interpretaran las tuyas. Examina tus propios defectos y mira si no eres del número de aquellos de que habla San Cipriano, que condenan en lo exterior aquello que hacen en lo interior, acusadores en público y pecadores en secreto.

La huida de la hipocresía
Orad por la conversión de los hipócritas.

ORACIÓN

Haced, os lo suplicamos, Dios omnipotente, que la intercesión del bienaventurado Quintín, vuestro mártir, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.

* Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com


30 de octubre

SAN MARCELO,*
Mártir

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Es preciso pasar por medio de muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. (Hechos, 14,21).

San Marcelo, centurión del ejército romano, como sus compañeros celebraban mediante sacrificios paganos el aniversario del emperador, exclamó arrojando sus insignias militares: «Yo sirvo a Jesucristo, el Rey eterno. Si es necesario, para ser soldado, sacrificar a los dioses y a los emperadores, me niego a servir«. Fue condenado a muerte y decapitado, el 30 de octubre del año 298, en Tánger.

MEDITACIÓN
ES PRECISO TRABAJAR
PARA GANAR EL CIELO

I. No nos lisonjeemos de ganar el cielo sin que ello nos cueste mucho trabajo. El reino de los cielos sufre violencia, únicamente los animosos pueden conquistarlo. Esta vida no es lugar de descanso, es campo de batalla. Jesucristo nos ha señalado el camino del cielo con las huellas de su sangre; los santos lo han regado con sus sudores, sus lágrimas y su propia sangre. ¡Qué cobardes que somos! ¿Quisiéramos tener sin trabajo lo que tanto ha costado a nuestros antepasados en la fe?

II. Todo lo que hacemos, todo lo que sufrimos es poco, si lo comparamos con lo que Dios pide, Con lo que vale el cielo y con lo que Jesucristo ha hecho para abrirnos su puerta. Sufro yo un momento para librarme de una eternidad de dolores, para gozar una gloria infinita y eterna. Vuestros sufrimientos duran sólo un momento, la gloria que esperáis es eterna. (San Pedro Damián).

III. El mundo exige de sus partidarios servicios mucho más penosos de los que pide Jesucristo a sus servidores. Mira lo que hace un soldado para alcanzar gloria, un comerciante para enriquecerse, un cortesano para agradar a su príncipe. ¿Qué no haces tú mismo para contentar tu vanidad o tus placeres? ¿Cuándo, pues, trabajarás tanto por Dios cuanto trabajaste para el mundo? ¿Cuándo harás por tu alma tanto cuanto hiciste por tu cuerpo?

El cuidado de la salvación 
Orad por  los que están en pecado mortal.

ORACIÓN

Haced, os lo rogamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión de vuestro mártir San Marcelo, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.

*Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/

 

Nuestros Hermanos MAYORES en la FE,

los Santos

30 de Octubre

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

El Santísimo Sacramento del Altar Expuesto

Ya se encuentra On Line

24 horas al día, los 365 días del año.

Santísimo Sacramento del Altar

¡En los Cielos y en la tierra, sea para siempre alabado, el Corazón Amoroso de Jesús Sacramentado!

Dómine Fili,

unigénite  Jesu Christe,

Dómine Deus,

Agnus Dei,

Filius Patris.

Qui tollis peccáta mundi,

miserére nobis.

Qui tollis peccáta mundi,

sucipe deprecatiónem nostram.

Qui sedes ad déxteram Patris, miserére nobis.




29 de octubre

SAN NARCISO *
Obispo Confesor

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Las perfecciones invisibles de Dios, aun su eterno poder y su divinidad, se han hecho visibles después de la creación del mundo, por el conocimiento que de ellas nos dan sus creaturas; y así, los impíos no tienen excusa. (Romanos, 1,20).

San Narciso, obispo de Jerusalén a los 80 años de edad, hacia el año 180 de nuestra era, estuvo dotado de paciencia y dulzura admirables. Tres malos cristianos propalaron contra él una horrible calumnia, diciendo que, si su acusación fuese falsa, consentían, uno en ser quemado, el otro en ser atormentado de vergonzosa enfermedad y, el tercero, en perder la vista. Retiróse el santo al desierto sin querer defenderse. Pero Dios castigó a dos de los acusadores según sus votos, y el tercero, reconociendo su falta, tantas lágrimas derramó que perdió la vista. San Narciso volvió a su sede. Contaba entonces 110 años y vivió algunos más.

MEDITACIÓN
ES MENESTER ADMIRAR
A DIOS EN LAS CREATURAS

I. Se reconoce la sabiduría de Dios en el admirable orden que reina en el universo. La diversidad de las creaturas, el cambio regular de las estaciones, las maravillas que la tierra, el mar y el cielo despliegan ante nuestras miradas; todo ello publica a voces la sabiduría de Dios. ¿Sólo mi voz faltará en este admirable concierto de alabanzas que todas las creaturas elevan hacia Él? Ellas han sido creadas para utilidad mía, pero también para enseñarme mis deberes para con el Señor. El universo creado para mi servicio me instruye con su ejemplo. (San Euquerio).

II La bondad de Dios se manifiesta en las creaturas, pues el Señor no se ha contentado con darnos lo que nos era absolutamente necesario, sino que ha añadido todo lo que puede tornarnos grata la vida. Procedamos igual a su respecto, demos a Dios generosamente, no sólo lo que Él exige de nosotros, sino también todo lo que podamos darle: nos lo devolverá centuplicado aun desde esta vida. Nada se pierde con Él, nunca se deja vencer en generosidad.

III. El poder de Dios brilla maravillosamente en el imperio que ejerce sobre las creaturas. Todas obedecen sus órdenes, obran contra las leyes comunes de la naturaleza cuando Él se lo manda, y nada resiste a su divina voluntad. Alma mía, ¿hasta cuándo resistiremos a Dios? Amemos a las creaturas, pero no ofendamos al Creador; usemos de los bienes de este mundo, pero no abusemos de ellos, si queremos gozar de los del cielo. Aprended a amar en las creaturas al Creador; pero no os apeguéis de tal modo a ellas que perdáis a Aquél que os ha creado. (San Agustín).

El amor a Dios
Orad por  la conversión de los incrédulos.

ORACIÓN

Haced, oh Dios omnipotente, que la augusta solemnidad del bienaventurado Narciso, vuestro confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén.

* Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

28 de octubre

SAN SIMÓN y SAN JUDAS,
Apóstoles

Como vosotros no sois del mundo, sino que os entresaqué yo del mundo, por eso el mundo os aborrece. (San Juan, 15, 19).

San Simón, de Caná en Galilea, y San Judas Tadeo, hijos de María de Cleofás y primos de Jesús, fueron a predicar el Evangelio, uno a Egipto, el otro a Mesopotamia. Después de treinta años de trabajos apostólicos, fueron llamados a Persia, en donde convirtieron a gran número de paganos. Las imágenes del sol y de la luna se quebraron cuando ellos lo ordenaron, y los demonios salieron de sus templos y emprendieron la fuga bajo la forma de negros etíopes. Los paganos, excitados por dos magos, se arrojaron sobre los santos apóstoles y los masacraron. Los instigadores del crimen perecieron fulminados por un  rayo.

MEDITACIÓN
SOBRE SAN SIMÓN
y SAN JUDAS TADEO

I. Dios llama a su servicio a los que Él ama; los separa del mundo, como hizo con estos dos apóstoles, hijos de María de Cleofás, prima de la Santísima Virgen. Jesús amaba particularmente a estos dos hermanos, gracias, sin duda, a la intercesión de Maria en su favor. Dios sólo es quien nos llama a su servicio, mas, ¡cuántas almas deben su vocaci6n a la Santísima Virgen! Renunciemos al mundo, y seremos más grandes que sus honores y que toda su gloria. (San Cipriano).

II. El mundo persiguió a estos dos apóstoles y les dio muerte, porque disipaban sus tinieblas con la luz del Evangelio. Hombres apostólicos: la persecución será siempre vuestra parte. Vosotros aborrecéis al mundo, no os asombréis de que él os pague con la misma moneda. Regocijaos, porque cuanto más disgustéis a los hombres, más agradaréis al Señor. El mundo ama sólo a los que se le parecen.

III. Las amenazas, las calumnias, los tormentos y la muerte no fueron suficientes para detener el celo de los dos ilustres hermanos. El mundo se esforzará por hacer fracasar todo lo que emprendáis por amor a Dios; pero no os dejéis abatir: avanzad, Dios os hará triunfar contra todos los obstáculos. No busquemos agradar a los hombres, alegrémonos más bien de disgustar a aquellos a quienes Dios mismo ha disgustado. (San Paulino).

El desprecio del mundo
Orad por la conversión de la India.

ORACIÓN

Oh Dios, que os servisteis de los bienaventurados apóstoles Simón y Judas Tadeo para conducirnos al conocimiento de vuestro santo Nombre, haced que celebremos su gloria eterna avanzando en la virtud,  y que avancemos en la virtud celebrando su gloria. Por J. C. N. S. Amén.

* Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com


Nuestros Hermanos MAYORES en la FE,

los Santos

28 de Octubre

Santa Misa Dominical

DOMINGO 21º DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

_dom_21( Semidoble – Ornamentos verdes )

Síguese leyendo por ahora en los Maitines la historia de los esforzados Macabeos.
La vida cristiana es un combate en que están comprometidas la gloria de Dios y nuestra salvación. Esto respira en todas las piezas de la misa de hoy y por eso nos recuerda todavía a Job (Ofert.) llagado y perseguido (Ofert.) y a Mardoqueo odiado por Amán (Int.),. por «aquel calumniador», figura del demonio y de sus ministros Infernales, contra los cuales hemos de luchar sin tregua, pues flotan por los aires, buscando alguno a quien dañar con sus maleficios (Ep.). No son seres de carne y sangre, dice el Apóstol, sino espíritus y espíritus malignos de tinieblas; y por eso mismo más temibles, si bien con una sola señal de la cruz podemos ahuyentar a todo el infierno junto.

Eso nos dice a las claras que nuestras armas contra ellos deben ser ante todo espirituales. Debe ser la oración perseverante y confiada. Armados con ella nos sentiremos todopoderosos contra el diablo, como se sentía Santa Teresa, como se sentían los Macabeos en la lucha contra los impíos perseguidores de su religión y de su pueblo. He aquí la armadura más sencilla. Pero la mística panoplia contra nuestros mortales enemigos es la rectitud, la justicia, la paz y la fe, como armas defensivas; y como ofensivas, las palabras divinamente inspiradas que la Iglesia recibió del Espíritu Santo el día de Pentecostés.

Ahora bien, la palabra de Dios, que hoy se nos sirve en el Evangelio. comprendía toda la vida cristiana, haciéndola consistir en el ejercicio de la caridad, que nos impulsa a obrar con nuestro prójimo como Dios se porta con nosotros. Si Él nos perdona nuestras culpas, otro tanto debemos hacer con nuestros semejantes, y no lo de aquel siervo malo y despiadado que ahoga  a su compañero, exigiéndole una suma insignificante, cuando su señor acaba de condonarle una fabulosa cantidad. ¡Qué contraste tan enorme entre la magnanimidad del amo y la ruindad de ese mal siervo!

Ese amo es Dios, y siervos somos todos los hombres. El Señor nos ha de exigir cuentas a todos (Ev.);.pero cábenos el consuelo de pensar que, si las deudas exceden a nuestra solvencia, Dios se portará con nosotros como nos hubiéremos portado con nuestros consiervos. No pudo, pues, sellar con sello más dulce ni más fuerte el precepto del amor fraterno, que todos nos debemos en Cristo, y de la tolerancia mutua. Si ajustamos nuestras cuentas con el prójimo conforme a justicia, conforme a ella las ajustará Dios con nosotros.

Conviénenos, pues, ajustarlas con mucha rebaja, porque entonces seguros estamos de que Dios, supremo Juez, a quien tanto debemos todos, usará con nosotros de esa misma consideración y miramiento, lejos de entregamos a los poderes infernales para que nos atormenten.

Estamos ya en vísperas de cerrar el Ciclo litúrgico, y este periodo postrero del mismo nos recuerda que los demonios andarán desatados al fin del mundo. Busquemos en Dios un castillo de refugio, pues contra su voluntad nada se resiste (Int.), y al fin saldremos vencedores y no habremos por qué temer el día del Juicio. Para eso vino Cristo, nos dice S. Juan, » para que tengamos confianza en el día del Juicio», «en ese día grande y por demás amargo» para los malos y enemigos de Cristo.

El párroco celebra hoy la misa por sus feligreses.

Introito. Esth. 13, 9 et 10-11

INTROITUS In voluntáte tua, Dómine, univérsa sunt pósita, et non est qui póssit resístere voluntáti tuæ: tu eniun fecísti ómnia, cælum et térram, et univérsa quæ cæli ámbitu continéntur: Dóminus universórum tu es. Ps. 118, 1. Beáti immaculáti in via: qui ámbulant in lege Domini. V. Gloria Patri. Introito – De tu voluntad, Señor, dependen todas las cosas, y no hay quien pueda resistirla; pues Tú criaste todas las cosas: cielo, tierra y todo cuanto se contiene en el ámbito del cielo; Tú eres el Señor de todo. – Ps. Bienaventurados los inmaculados en el camino, los que viven en la ley del Señor. V. Gloria al Padre.

Oración-Colecta

ORATIOFamíliam tuam, quæsumus, Dómine, contínua pietáte custódi: ut a cunctis adversitátibus, te protegénte, sit líbera; et in bónis áctibus tuo nómini sit devota. Per Dóminum. R. Amen Defiende, Señor, a tu familia con una continua misericordia; para que, con tu protección, sea libre de todas las adversidades, y con sus buenas acciones esté consagrada a tu nombre. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.RAmen.

Conmemoración

Epístola

El cristiano tiene que sostener una continua y acérrima lucha contra el poder del demonio, mundo y carne, y armarse para ello, principalmente de las virtudes de fe, esperanza y caridad y de la palabra del Evangelio.

EPISTOLA Lectio Epistolae beati Pauli Apostoli ad Ephésios (6, 10-17) Fratres:Confortámini in Dómino, et in poténtia virtútis ejus. Indúite vos armatúram Dei, ut possítis stare advérsus insídias diáboli. Quóniam non est nobis colluctátio advérsus carnem et sánguinem: sed advérsus principes, et potestátes, advérsus mundi rectores tenebrárum hárum, contra spirituália nequítiæ, in cæléstibus. Proptérea accípite armatúram Dei, ut possítis resistere in die malo, et in ómnibus perfécti stare. State ergo succíncti lumbos vestros in veritáte, et indúti lóricam justítiæ, et calceáti pédes in præparatióne Evangélii pacis: in ómnibus suméntes scutum fídei, in quo possítis ómnia tela nequíssimi ignea exstínguere: et gáleam salútis assúmite: et gládium spíritus, quod est vérbum Dei. Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Efesios:  –Hermanos: Fortaleceos en el Señor y en el poder de su virtud. Vestíos la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos que luchar tan sólo contra la carne y la sangre, sino también contra los principados y potestades, contra los gobernadores de estas tinieblas del mundo, contra los espíritus de maldad que andan por los aires. Por tanto, tomad la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y permanecer en todo perfectos. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros muslos con la verdad y vestidos de la coraza de la justicia y teniendo los pies calzados con el celo del Evangelio de paz; sobre todo abrazando el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos encendidos del malísimo enemigo; tomad también el casco de salvación, y la espada del espíritu, que es la palabra de Dios.
GRADUALE (Ps. 89, 23-35) Dómine, refúgium factus es nobis, a generatióne et progénie. Priúsquam montes fíerent, aut formarétur terra et orbis: a sæculo, et usque in sæculum tu es Deus. Alleluia, alleluia. V.(Ps. 113, 1)In éxitu Israël de Ægýpto, domus Jacob de pópulo bárbaro. Alleluia. Gradual – Señor, Tú has sido nuestro refugio, de generación en generación. V. Antes que los montes fuesen hechos, o se formara la tierra y el mundo, desde toda la eternidad y por siempre Tú eres Dios.
Aleluya, aleluya – V. Al salir Israel de Egipto, salió la casa de Jacob de entre un pueblo bárbaro. Aleluya.

Evangelio

Hermosa parábola, donde se nos enseña lo fácilmente que Dios perdona al pecador arrepentido, por enormes y numerosos que sean sus crímenes y pecados, y lo difícilmente que los hombres se perdonan entre sí, aun las injurias más insignificantes. La moraleja es de suma gravedad.

USequéntia sancti Evangélii secúndum Matthæum (18, 23-35)

In illo témpore: Dixit Jesus discípulis suis parábolam hanc: Assimilátum est regnum cælórum hómini regi, qui vóluit ratiónem pónere cum servis suis. Et cum coepísset ratiónem pónere, oblátus est ei unus, qui debébat ei decem millia talénta. Cum autem non habéret unde rédderet, jússit eum dóminus ejus venúmdari, et uxórem ejus, et filios, et ómnia, quæ habébat, et reddi. Prócidens autem servus ille, orábat eum, dicens: Patiéntiam habe in me, et ómnia reddam tibi. Misértus autem dóminus servi illíus, dimísit eum, et débitum dimísit ei. Egréssus autem servus ille, invénit unum de consérvis suis, qui debébat ei centum denários: et ténens suffocábat eum, dicens: Redde quod debes. Et prócidens consérvus ejus, rogábat eum, dicens: Patiéntiam habe in me, et ómnia reddam tibi. Ille autem nóluit: sed ábiit, et misit eum in cárcerem donec rédderet débitum. Vidéntes autem consérvi ejus quæ fiébant, contristáti sunt valde: et venérunt, et narravérunt dómino suo omnia, quæ facta fúerant. Tunc vocávit illum dóminus suus: et ait illi: Serve nequam, omne débitum dimísi tibi, quóniam rogásti me: nónne ergo opórtuit et te miseréri consérvi tui, sicut et ego tui misértus sum? Et irátus dóminus ejus, trádidit eum tortóribus quoadúsque rédderet univérsum débitum. Sic et Pater meus cæléstis fáciet vobis, si non remiséritis unusquísque fratri suo de cordibus vestris.

Credo.

U Continuación del Santo Evangelio según San Mateo En aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El reino de los cielos es comparable a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos. Y, para comenzar, le fue presentado uno, que le debía diez mil talentos. Mas, no teniendo con qué pagarlos, mandó su señor que fuese vendido él, su mujer, sus hijos y cuanto tenía, y que con su producto le pagase la deuda. Entonces el siervo, arrojándose a sus pies, rogóle diciéndole: ¡Ten paciencia conmigo, y todo te lo pagaré! Compadecido el señor de aquel siervo, le dejó libre y le perdonó la deuda. Habiendo salido el siervo, halló a uno de sus compañeros, que le debía cien denarios y, tomándole del cuello le ahogaba diciendo: ¡Paga lo que debes! Derribado a sus pies el consiervo, rogábale diciendo: ¡Ten paciencia conmigo, y todo te lo pagaré! Mas él no quiso esperar, sino que se fue he hizo encarcelarlo, hasta que pagase lo que debía. Viendo los otros consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor  todo lo ocurrido. Llamóle entonces su señor, y le dijo: Siervo malo, toda la deuda te condoné, porque me lo rogaste; pues ¿no debías tú también tener compasión de tu compañero, así como uo la tuve de ti? Y, enojado su señor, hizo entregarle a los verdugos, hasta que pagase toda la deuda. Así hará también con vosotros mi Padre celestial, si no perdonareis de corazón cada uno a su hermano.Credo.

OFFERTORIUM Vir erat in terra Hus, nómine Job: símplex et rectus, ac tímens Deum: quem Sátan pétiit, ut tentáret: et data est ei potéstas a Dómino in facultátes, et in carnem ejus: perdidítque ómnem substántiam ipsíus, et filios: carnem quóque ejus gravi úlcere vulnerávit. OfertorioHabía en tierra de Hus un hombre, llamado Job, sencillo, recto y temeroso de Dios, a quien pidió Satanás poderle tentar; y dio el Señor poder a Satanás, sobre sus bienes y su carne; así que perdió toda su hacienda e hijos; e hirió también su carne con una horrible llaga .

Oración-Secreta

Súscipe, Dómine, propítius hóstias: quibus et te placári voluísti, et nobis salútem poténti pietáte restítui. Per Dominum. Per Dominum. Recibe, Señor, propicio las ofrendas con que quisiste ser aplacado, y restituirnos la salud, por tu poderosa bondad. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.

Conmemoración

Prefacio de la Santísima Trinidad

Vere dignum et justum ets aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui cumm unigenito  Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personae, sed in unius Trinitate substantiae. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione verae, sempiternaeque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur aequalitas. Quam laudat Angeli atque Arcangeli, Cherubim quoque ac Sraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes: Sanctus, Sanctus, Sanctus… Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tu revelado, acerca de tu gloria, creémoslo igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin haber diferencia ni separación. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro:: Santo, Santo, Santo, etc.
COMMUNIO Ps. 118, 81, 84 et 86. In salutári tuo ánima mea, et in vérbum tuum sperávi: quando fácies de persequéntibus me judícium? iníqui persecúti sunt me, ádjuva me, Dómine Deus meus.
Comunión.Mi alma confía en tu promesa, y en tu palabra he esperado; ¿cuándo harás justicia contra mis perseguidores? Los malvados me han perseguido; ayúdame, Señor y Dios mío.

Oración-Postcomunión

Habiendo conseguido el Alimento de inmortalidad, haz, Señor, que guarademos en un alma pura lo que nuestra boca ha recibido. Por Nuestro Señor Jesucristo.

Immortalitátis alimóniam consecúti, quæsumus, Dómine: ut, quod ore percépimus, pura mente sectémur. Per Dóminum.

Conmemoración

  • Para comprender mejor el significado y razón de ser de las imágenes bélicas que aquí usa San Pablo, téngase en cuenta que el Apóstol escribía esta carta en la prisión, ante un soldado. (volver)

  • Era una suma importante. (volver)

  • Cantidad de dinero irrisoria. (volver)

  • Fijémonos bien en esta moraleja: si nosotros no perdonamos los pequeños agravios e injurias de nuestros prójimos, tampoco Dios nos perdonará nuestras grandes deudas de pecados. El Evangelio no falla: la palabra de Dios se cumple infaliblemente. (volver)

  • He aquí en qué consistió la paciencia de Job. Es uno de los ejemplos que más necesitamos recordar en la vida, ya que el sufrimiento y las contradicciones son nuestro pan cotidiano. (volver)

    Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

CONSAGRACIÓN A CRISTO REY

Ordenada por S. S. Pío XI

para el día de Cristo Rey

(último domingo de octubre)

CRISTO REY

CRISTO REY

Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, miradnos humildemente postrados delante de vuestro altar;

vuestros somos y vuestros queremos ser y a fin de poder vivir más estrechamente unidos con Vos,

todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón.

Muchos, por desgracia, jamás os han conocido;

muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han desechado.

Oh Jesús benignísimo, compadeceos de los unos y de los otros,

y atraedlos a todos a vuestro Corazón Sacratísimo.

Oh Señor, sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Vos,

sino también de los pródigos que os han abandonado;

haced que vuelvan pronto a la casa paterna,

para que no perezcan de hambre y de miseria.

Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Vos:

devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe,

para que en breve, se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.

Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo;

dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro reino.

Mirad, finalmente, con ojos de misericordia a los hijos de aquel pueblo que en otro tiempo fue vuestro predilecto:

descienda también sobre ellos como bautismo de redención y de vida, la sangre que un día contra sí reclamaron.

Conceded, oh Señor, incolumnidad y libertad segura a vuestra Iglesia;

otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el orden;

haced que del uno al otro confín de la tierra no suene sino esta voz:

¡Alabado sea el Corazón Divino, causa de nuestra salud,

a Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos!

Amén.

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/

FIESTA DE N. S. JESUCRISTO, REY

(Último Domingo de Octubre)

cristo_rey1

A Ti los que mandan en las naciones te ensalcen

con públicos honores, te honren los maestros y

los jueces, te reproduzcan las leyes y las artes.
(Himno de Vísperas)

«Sí, Yo soy Rey -dijo Jesús a Pilatos-, para eso precisamente he nacido y venido a este mundo: para dar testimonio de la Verdad». Su reino no es de este mundo, es decir, no es un reino temporal; «es el reino de la Verdad y de la vida, el reino de la gracia y de la santidad, el reino de la justicia, del amor y de la paz». (Prefacio). Es el reino divino de la Santa Iglesia, en el que se proporciona la salud a los enfermos, la luz a los ciegos, la libertad a los cautivos. Sus habitantes tienen poder para hacerse hijos de Dios, para vivir una vida divina, para gozar de la libertad; aparta del yugo de Satanás y nos comunica los bienes divinos. Todo ello, en virtud de nuestra unión vital, de nuestra unidad de ser con Cristo, que es nuestra Cabeza, el Fundador de este reino, el que lo constituyó con sus enseñanzas, con sus ejemplos y, sobre todo, con su muerte de cruz. «Adquirió la Iglesia con su sangre». «Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir poder y riqueza, y sabiduría y fortaleza, y honor. A Él la gloria y el imperio por todos los siglos de los siglos amén.»

Este debe ser un día de acción de gracia al Padre, por haber constituido Rey y Señor de todo a su divino Hijo; un día de homenaje y acatamiento y de acción de gracias al Hombre-Dios, que se dignó trasladarnos a su reino. Y, con la Redención, con la liberación del dominio del pecado, poseemos también la vida de la gracia, la filiación divina, el poderío sobre el mundo, sobre la carne, y sobre el poder de las malas pasiones y, con todo esto, la esperanza de ser admitidos un día en el futuro reino de la bienaventuranza eterna. Debemos, por tanto, decir con San Pablo: «Damos gracias a Dios Padre, que nos hizo dignos de participar  de la herencia de los santos en la luz. Él nos arrancó de la potestad de las tinieblas, y nos trasladó el reino de su amado Hijo».

Introito Apoc. 5, 12; 1, 6

INTROITUS Dignus est Agnus, qui occísus est, accípere virtútem, et divinitátem, et sapiéntiam, et fortitúdinem, et honórem. Ipsi glória, et impérium in sæcula sæculorum. Ps. 71, 1. Deus, judícium tuum Regi da: et justítiam tuam Filio Regis V. Gloria Patri. Introito – Digno es el Cordero, que fue muerto, de recibir la virtud, y divinidad, y sabiduría y fortaleza, y honor. A Él gloria y poder por los siglos de los siglos. Ps. ¡Oh Dios Padre! da tu poder de juzgar al Rey Cristo; Y tu cetro de justicia al Hijo del Rey (Cristo). V. Gloria al Padre.

Oración-Colecta

ORATIOOmnípotens sempitérne Deus, qui in dilécto Filio tuo, universórum Rege, ómnia instauráre voluísti: concéde propítius; ut cunctæ famíliæ géntium, peccáti vúlnere disgregátæ, ejus suavíssimo subdántur império: Qui tecum vivit et regnat in unitáte. Per Dóminum. R. Amen Omnipotente y sempiterno Dios, que en tu amado Hijo, Rey universal quisiste restaurarlo todo: concédenos propicio que todos los pueblos, disgregados por la herida del pecado, se sometan a su suavísimo imperio . Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.R. Amen.

Conmemoración: del domingo correspondiente

Epístola

Jesucristo, nos rescató con su sangre, nos sacó del poder de las tinieblas, nos reconcilió con su Padre celestial, fundó la Iglesia Católica de cuyo cuerpo es Él Cabeza, y nos conquistó el reino de los cielos.

EPISTOLA Lectio Epistolae beati Pauli Apostoli ad Colossénses. (Col. 1, 12-20) Fratres: Grátias ágimus Deo Patri, qui dígnos nos fecit in pártem sortis sanctórum in lúmine, qui erípuit nos de potestáte tenebrárum, et tránstulit in regnum Fílii dilectiónis suæ, in quo habémus redemptiónem per sánguinem ejus remissiónem peccatórum: qui est imágo Dei invisíbilis, primogénitus ómnis creaturæ: quóniam in ipso cóndita sunt univérsa in cælis, et in terra, visibília et invisibília, sive thróni, sive dominatiónes, sive principátus, sive potestátes: ómnia per ipsum, et in ipso creáta sunt: et ipse est ante omnes, et ómnia in ipso cónstant. Et ipse est caput córporis Ecclésiæ, qui est princípium, primogénitus ex mórtuis: ut sit in ómnibus ipse primátum tenens: quia in ipso complácuit ómnem plenitúdinem inhabitáre: et eum reconciliáre ómnia in ipsum, pacificans per sánguinem crúcis ejus, sive quæ in terris, sive quæ in cælis sunt, in Christo Jesu Dómino nostro. Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Colosenses – Hermanos: Gracias damos a Dios Padre, que nos ha hecho dignos de participar de la suerte de los Santos, iluminándonos con la luz (del Evangelio); que nos ha arrebatado del poder de las tinieblas, trasladándonos al reino de su Hijo muy amado; por cuya sangre hemos sido nosotros rescatados y recibido la remisión de los pecados; el cual es imagen (perfecta) del Dos invisible, engendrado ante toda criatura; pues por Él fueron criadas todas las cosas en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, sean Tronos, o Dominaciones, o Principados, o Potestades: todas las cosas fueron criadas por Él y en atención a Él. Y así tiene ser ante todas las cosas, y todas subsisten en Él. Y Él es la Cabeza del Cuerpo (místico) de la Iglesia y el principio de la resurrección, el primero que renació de entre los muertos, para que en todo tenga Él la primacía; pues plugo al Padre poner en Él la plenitud de todo ser y reconciliar por Él todas las cosas consigo, restableciendo la paz entre el cielo y la tierra, por medio de la sangre que derramó en la cruz, en Jesucristo, nuestro Señor.
GRADUALE (Ps. 71, 8 et 11) Dominábitur a mari úsque ad mare: et a flúmine usque ad términos órbis terrárum. V. Et adorábunt eum ómnes reges terræ: ómnes gentes sérvient ei. Alleluia, alleluia. V.(Dan. 7, 14) . Potéstas ejus, potéstas ætérna, quæ non auferétur: et regnum éjus quod non corrumpétur. Alleluia. Gradual – Dominará de uno a otro mar, y desde el río (Éufrates) hasta los confines del globo de la tierra. V. Y adorarle han todos los pueblos de la tierra; todas las gentes le servirán.
Aleluya, aleluya – V. Su poder es poder eterno, que no le será arrebatado; y su reino un reino que no se deshará. Aleluya.

Evangelio

Jeauxriato declara ante el tribunal de Pilatos que Él es Rey, pero Rey espiritual, no temporal y político de este mundo. En lo temporal y político Jesucristo y su Iglesia reconocen y respetan a los reyes y mandatarios de este mundo; pero exigen de ellos, en lo espiritual y divino, ese mismo respetuoso acatamiento.

USequéntia sancti Evangélii secúndum Marcum ( 7, 31-37) In illo témpore: Dixit Pilátus ad Jesum: Tu es Rex Judæórum? Respóndit Jesus: A temetípso hoc dicis, an alii dixérunt tibi de me? Respóndit Pilatus: Númquid ego Judæus sum? Gens tua, et pontífices tradidérunt te mihi: quid fecísti? Respóndit Jesus: Regnum meum non est de hoc múndo. Si ex hoc múndo esset regnum meum, minístri mei útique decertárent, ut non tráderer Judæis: nunc autem regnum meum non est hinc. Díxit ítaque ei Pilatus: Ergo Rex es tu? Respóndit Jesus: Tu dícis, quia Rex sum ego. Ego in hoc natus sum, et ad hoc veni in múndum, ut testimónium perhíbeam veritáti: ómnis qui est ex veritáte, áudit vócem meam.Credo. UContinuación del Santo Evangelio según San Marcos En aquel tiempo: Dijo Pilatos a Jesús: ¿Eres Tú el Rey de los Judíos? Respondió Jesús: ¿Dices esto tú por cuenta propia, o te lo han dicho otros de Mí? Replicó Pilatos: ¿Acaso soy yo judío? Tu nación y los Pontífices te han entregado a mí; ¿qué has hecho? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si de este mundo fuese mi reino, mis vasallos me defenderían para que no cayese en manos de los judíos; mi reino, pues, no es de aquí. Díjole, pues, Pilatos: ¿Luego Tú eres Rey? Respondió Jesús: Así es: Yo soy Rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la Verdad; todo aquel que es amigo d la Verdad, escucha mi voz. Credo
OFFERTORIUM Ps. 2, 8Póstula a me, et dabo tibi gentes hereditátem tuam, et possessiónem tuam términos terræ Ofertorio – Pídeme, y te daré a los gentiles por herencia, y posesión tuya hasta los confines de la tierra.

Oración-Secreta

Hóstias tibi, Domine, humánæ reconciliatiónis offérimus; ut, quem sacrifíciis præséntibus immolámus, ipse cunctis géntibus unitátis et pacis dona concédat, Jesus Christus Fílius tuus Dóminus noster: Qui tecum vívit et regnat in unitáte. Per Dominum. Ofrecémoste, Señor, la Hostia con que la humanidad fue reconciliada con su Dios, para que Aquel a quien inmolamos en este presente Sacrificio, Él Mismo conceda a todos los pueblos los dones de la unidad y de la paz, Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro. Que contigo vive y reina.

Conmemoración: del domingo correspondiente

Prefacio de Cristo Rey

La Iglesia fundamenta aquí concisamente las razones por las que Jesucristo es Rey del universo, y describe en frases lapidarias la naturaleza de su reino.

Vere dignum et justum est, aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus: Qui Unigenitum  Filium tuum  Dominum nostrum Jesum Christum, Sacerdótem aetérnum nostrum et universórum regem óleo exsultationis unxiísti; ut, seípsum in ara crucis hóstiam immaculátam et pacificam ófferens, redémptiónis humánae sacraménta parágeret: et suo subjéctis império ómnibus creatúris, aeternum et universale regnum imménsae tuae tráderet Majestáti: regnum veritátis et vitae, regnum sanctitátis et grátiae, regnum justitiae, amóris et pacis. Et ídeo cum Angelis et Arcangelis, cum Thronis et Dominationibus cumque omni militia caelestis exércitus hymnum gl´riae tuae cánimus sine fine dicéntes: Sanctus, Sanctus, Sanctus… Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Que a  tu Unigénito Hijo y Señor nuestro Jesucristo, Sacerdote eterno y Rey del universo, le ungiste con óleo de júbilo, para que, ofreciéndose a Sí mismo en el ara de la Cruz, como Hostia inmaculada y pacífica, consumase el misterio de la humana redención; y sometidas a su imperio todas las criaturas, entregase a tu inmensa Majestad su Reino eterno y universal: Reino de verdad y de vida; Reino de santidad y de gracia; Reino de justicia, de amor y de paz. Y por tanto, con los Ángeles y los Arcángeles, los Tronos y Dominaciones, y con toda la millicia del ejército celestial, entonamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo, etc.
COMMUNIO Immortalitátis alimóniam consecúti, quæsumus, Dómine: ut, qui sub Christi Regis vexíllis militáre gloriámur, cum ipso, in cælésti sede, júgiter regnáre possímus: Qui tecum vivit et regnat in unitáte. Comunión.Se sentará el Señor Rey para siempre; el Señor bendecirá a su pueblo con la paz.

Oración-Postcomunión (Ps. 28, 10 et 11)

Immortalitátis alimóniam consecúti, quæsumus, Dómine: ut, qui sub Christi Regis vexíllis militáre gloriámur, cum ipso, in cælésti sede, júgiter regnáre possímus: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Habiendo conseguido el Alimento de inmortalidad, pedímoste, Señor, que cuantos nos gloriamos de militar bajo las banderas de Cristo Rey, podamos perpetuamente reinar en la patria celestial con Él. Por Nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

Conmemoración: del domingo correspondiente
Último Evangelio: del domingo correspondiente
CONSAGRACIÓN A CRISTO REY: Ordenada para el día de hoy por Pío XII.

(1) En efecto, el reino de Cristo no es terrenal, sino espiritual, y Él, un Rey sin ejércitos ni dominios nacionales, pero dueño de las voluntades y de los entendimientos. El reino de Cristo, por lo tanto no es comparable con el de todo rey o monarca, compatible con todo reino temporal. Lo esencial es que sean respetadas la verdad, la justicia y la santidad.(volver)

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

Nuestros Hermanos MAYORES en la FE,

los Santos

25 de Octubre

Nuestros Hermanos MAYORES en la FE,

los Santos

24 de Octubre

Nuestros Hermanos MAYORES en la FE,

los Santos

23 de Octubre

Nuestros Hermanos MAYORES en la FE,

los Santos

21 de Octubre

Nuestros Hermanos MAYORES en la FE,

los Santos

19 de Octubre

  • San Pedro de Alcántara, Confesor
  • Santos Tolomeo, Lucio y un Compañero, Mártires
  • San Varo, Mártir
  • Santa Cleopatra, Viuda
  • San Edvino, Monje
  • San Aquilino, Obispo de Evreux
  • Santa Fridesvida,  Virgen
  • Beata Inés de Jesús de Langeac, Virgen
  • Beato Tomás de Briville, Confesor
  • Beato Felipe Howard
  • Santa Misa Dominical

    DOMINGO 20º DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

    †

    ( Semidoble – Ornamentos verdes )

    Por ahora se leen en Maitines los Libros de los Macabeos. Los judíos volvieron a su santa ciudad de Jerusalén después del cautiverio de Babilonia. que duró 70 años; y muy pronto levantaron su Templo derruido.

    Mas luego volvieron a la inmoralidad, y fueron de nuevo castigados por Dios, cayendo en poder del despiadado Antíoco Epifanes, quien se apoderó de Jerusalén y robó los tesoros del Templo, publicando un edicto por el cual prohibía por doquier el ejercicio del culto judío y de la ley mosaica, dando esto margen a muchas apostasías.

    Pero contra tamañas abominaciones suscitó Dios un puñado de valientes, que salieron cual fieros leones de sus cuevas para defender la religión y las patrias tradiciones sin temer derramar toda su sangre en el empeño. El sacerdote Matatías organizó una liga de buenos israelitas, poniendo al frente de ella a su hijo Judas Macabeo, el cual derrotó a Antíoco y restableció el culto en Jerusalén, no cejando él ni sus hermanos hasta tanto que vieron reconquistado su país y libre del poder de los sirios.

    Viéronse en esta ocasión casos de extraordinaria valentía, sólo explicables por la especial asistencia del Espíritu Santo. Tal la heroica muerte de Eleazar, que al herir en el vientre a uno de los elefantes del ejército de Antíoco y derribarlo, murió también él aplastado y como «sepultado en su propio triunfo». (S. Amb.). Hermosa escena fue también el martirio del anciano Eleazar y el de los siete jóvenes hermanos llamados Macabeos, mártires de la santa Ley de Dios.
    Pero también los escarmientos del cielo fueron ejemplares, puesto que el tirano Antíoco murió impenitente y corroído por el gusano de carne y por el tormento de una conciencia culpable. Espantoso fue también ver apaleado en el Templo por los mismos Ángeles al infame Heliodoro, que había entrado en él montado en su caballo a saquearlo y profanarlo.

    Aprovechemos el tiempo, como nos lo aconseja el Apóstol, porque los días son malos, y la Ley de Dios y la virtud y las antas tradiciones se ven amenazadas tanto o más que nunca. ( Ep.).

    Como los Macabeos, pongamos en Dios nuestros ojos (Gr.), seguros de que nos ha de mirar con ojos de piedad, y de que, mediante su auxilio, .haremos proezas y que nuestros enemigos quedarán reducidos a la impotencia.

    Pero estos triunfos, lejos de atribuirlos a nuestro propio valor, serán los triunfos del Señor de los ejércitos que canta el Aleluya, el cual vence en nosotros y por nosotros, como venció en sus santos Mártires: Tu vincis in martyribus. Sepamos de cierto que si alguna vez sucumbimos, castigo justo es de nuestras infidelidades a Dios y a la gracia del Espíritu Santo y por haber desobedecido a sus santos mandamientos (Int.).

    Reconozcamos nuestras culpas, y pidamos a Dios perdón por ellas y que se aplaque y nos cure (Ev.). Una vez perdonado nuestro reato y restauradas las quiebras de ese templo de Jerusalén, que es el alma y aun el cuerpo de! cristiano, templo vivo del Espíritu Santo, démosle gracias por nuestra liberación cantándole himnos de alabanza (Ep.) Pidamos al Señor avive nuestra fe, cual la del Centurión y a imitación de los Santos Macabeos.

    El párroco celebra hoy la misa por sus feligreses.

    Introito. Dan. 3, 31, 29 y 35.

    INTROITUS Omnia, quæ fecisti nobis, Dómine, in vero judicio fecísti, quia peccávimus tibi et mandátis tuis non obedivimus: sed da glóriam nómini tuo, et fac nobiscum secúndum multitúdinem miseficórdiæ tuæ. Ps. 118, 1. Beáti immaculáti in via: qui ámbulant in lege Dómini. . Gloria Patri. Introito – Todo cuanto has hecho con nosotros, Señor, con justo juicio lo has hecho, porque pecamos contra Ti, y no hemos obedecido a tus mandatos; pero da gloria a tu nombre, y obra con nosotros según tu gran misericordia. – Ps. Dichosos los que caminan sin mancilla, los que andan en la ley del Señor. V. Gloria al Padre.

    Oración-Colecta

    ORATIOLargire, quæsumus, Dómine, fidélibus tuis indulgéntiam placátus et pacem: ut páriter ab ómnibus mundéntur offénsis, et secúra tibi mente desérviant. Per Dóminum. R. Amen Rogámoste, Señor, concedas benigno a tus fieles el perdón y la paz; para que, purificándose de todas las culpas, te sirvan con segura confianza. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.R. Amen.

    Conmemoración

    Epístola

    Debemos aprovechar para el bien y la virtud el tiempo breve de nuestra vida, guiados por el Espíritu Santo.

    EPISTOLALectio Epistolae beati Pauli Apostoli ad Ephesios. (5, 15-21) Fratres: Vidéte quómodo caute ambulétis: non quasi insipiéntes, sed ut sapiéntes, rediméntes tempus, quóniam dies mali sunt. Proptérea nolíte fíeri imprudéntes, sed intelligéntes, quæ sit volúntas Dei. Et nolite inebriári vino, in quo est luxúria: sed implémini Spiritu Sancto, loquéntes vobismetípsis in psalmis, et hymnis, et cánticis spirituálibus, cantántes, et psalléntes in córdibus vestris Dómino: grátias agéntes semper pro ómnibus, in nómine Dómini nostri Jesu Christi, Deo et Patri. Subjécti invicem in timóre Christi. Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Efesios: – Hermanos: Procurad andar sobre aviso, no como necios, sino como sabios, aprovechando el tiempo, porque los días son malos(1). Por tanto, no seáis imprudentes, sino entended cual sea la voluntad de Dios. Y no os entreguéis con exceso al vino, en el que hay lujuria; sino llenaos del Espíritu Santo, entreteniéndoos con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo a Dios Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo; sometiéndoos unos a otros por reverencia a Cristo.
    GRADUALE (144, 15-16) Oculi ómnium in te sperant, Dómine: et tu das illis escam in témpore opportúno. V. Aperis tu manum tuam: et imples omne ánimal benedictióne Alleluia, alleluia. Ps. 107, 2. Parátum cor meum, Dens, parátum cor meum: cantábo, et psallam tibi, glória mea.  Alleluia. Gradual – Todos tienen los ojos puestos en Ti, Señor; y Tú les nutres a su debido tiempo. V. Abres tu mano, y colmas de bendición a todo ser viviente.
    Aleluya, aleluya – V.  Preparado está mi corazón; cantaré y entonaré salmos a Ti, mi gloria. Aleluya.

    Evangelio

    Jesús premia la fe y confianza de un áulico de la corte del rey Herodes, curándole a distancia a su hijo gravemente enfermo, resultando, como consecuencia inmediata del milagro, la conversión de dicho áulico y de toda su familia.

    USequéntia sancti Evangélii secúndum Joannem ( 4, 46-53)

    In illo témpore: Erat quidam régulus, cujus filius infirmabátur Caphárnaum. Hic cum audísset, quia Jesus adveniret a Judea in Galileam, ábiit ad eum, et rogábat eum ut descénderet, et sanáret filium ejus: incipiébat enim mori. Dixit ergo Jesus ad eum: Nisi signa et prodigia vidéritis, non créditis. Dicit ad eam régulus: Dómine, descénde priúsquam moriátur fílius meus. Dicit ei Jesus: Vade, filius tuus vivit. Crédidit homo sermóni, quem dixit ei Jesus, et ibat. Jam autem eo descendénte, servi occurrérunt ei, et nuntiavérunt dicéntes, quia fílius ejus víveret. Interrogábat ergo horam ab eis, in qua mélius habúerit. Et dizérunt ei: Quia heri hora séptima reliquit eam febris. Cognóvit ergo pater, quia illa hora erat, in qua dixit ei Jesus: Filius tuus vivit: et crédidit ipse, et domus ejus tota

    Credo.

    U Continuación del Santo Evangelio según San Juan En aquel tiempo: Había en Cafarnaúm, un áulico del rey(2), cuyo hijo estaba enfermo. Éste, habiendo oído que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a Él y le rogó descendiese a su casa, y sanase a su hijo porque se estaba muriendo. Mas Jesús le dijo: Si no veis milagros y prodigios, no creéis. El áulico repuso: Ven, Señor, antes que muera mi hijo. Ve, le dijo Jesús, tu hijo vive. Creyó el hombre la palabra de Jesús y se marchó. Y, cuando regresaba, saliéronle al encuentro sus criados, notificándole que se hijo vivía. Preguntóles la hora en que había comenzado a mejorar, y ellos le respondieron: Ayer a la hora séptima cesó la fiebre. Reconoció entonces el padre que era la misma hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él y toda su familia. Credo

    OFFERTORIUM Super flúmina Babylónis illic sédimus, et flévimus: dum recordarémur tui, Sion OfertorioJunto a los ríos de Babilonia, allí nos sentamos y lloramos, acordándonos de ti, oh Sión.

    Oración-Secreta

    Cæléstem nobis præbeant hæc mystéria, quæsumus, Dómine, medicínam: et vitia nostri cordis expúrgent. Per Dominum. Rogámoste, Señor, nos sirvan estos misterios de celestial medicina, y purifiquen de vicios nuestro corazón. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.

    Conmemoración

    Prefacio de la Santísima Trinidad

    Vere dignum et justum ets aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui cumm unigenito  Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personae, sed in unius Trinitate substantiae. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione verae, sempiternaeque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur aequalitas. Quam laudat Angeli atque Arcangeli, Cherubim quoque ac Sraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes: Sanctus, Sanctus, Sanctus… Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tu revelado, acerca de tu gloria, creémoslo igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin haber diferencia ni separación. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro:: Santo, Santo, Santo, etc.

    COMMUNIO Memento verbi tui servo tuo, Dómine, in quo mihi spem dedisti: hæc me consoláta est in humilitáte mea.
    Comunión.Acuérdate, Señor, de la palabra que diste a tu siervo, en la que se funda mi esperanza; ésta me ha consolado en mi abatimiento.

    Oración-Postcomunión

    Para que seamos dignos, oh Señor, de tus sagrados dones, haz que obedezcamos siempre a tus mandamientos. Por Nuestro Señor Jesucristo.

    Ut sacris, Dómine, reddámur digni munéribus: fac nos, quæsumus, tuis semper obedíre mandátis. Per Dóminum.

    Conmemoración

    • (1) Los días de nuestra vida son malos, en el sentido de que están llenos de peligros y de tentaciones; por eso hay que vivir con precaución y aprovechar bien el tiempo. Eso es ser prudentes y sabios. (volver)

    • (2) Del rey Herodes Agripa. (volver)

    Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

    Las reliquias de San Lucas

    (Padua, Italia)

    San Lucas, Evangelista

    San Lucas, Evangelista

    Lo que la Tradición afirma sobre el tercer evangelista lo corroboran los científicos.

    El 17 de septiembre de 1999 se abrió, en la basílica de Santa Justina, de Padua (Italia), por decisión del obispo, monseñor Mattiazzo, para realizar comprobaciones científicas sobre su autenticidad, la urna con las reliquias atribuidas a san Lucas evangelista La comisión científica, presidida por el anatomopatólogo italiano Vito Terribile Wiel Marin, según los análisis realizados, confirma que el esqueleto contenido en el arca de mármol del crucero izquierdo de la basílica de Santa Justina, de Padua, pertenece a un hombre de hace unos dos mil años, fallecido en edad avanzada. Además, han confirmado que la antiquísima caja de plomo en la que se conserva es la misma en la que fue colocado el cadáver poco después de morir, y no los huesos.

    Pero el hallazgo más interesante es la comprobación del cráneo, que no estaba con el resto del cuerpo, ya que, según documentos históricos fidedignos (se hizo una auténtica acta notarial), fue sacado por Carlos IV y llevado a Praga el 9 de noviembre de 1354, donde se venera actualmente. La reliquia llegó a Padua, a petición de monseñor Mattiazzo, para comprobar si ciertamente pertenecía al mismo cuerpo. Según el doctor Wiel Marin, la coincidencia entre el cráneo y el atlas, la primera vértebra cervical, es total. La articulación cráneo-atlas -afirma- se considera altamente específica, del tipo llave-cerradura. Esto, por tanto, es un argumento decisivo para la autenticidad de estas reliquias respecto a otras, presuntas, del santo.

    Sorprendentes resultados de las investigaciones científicas para comprobar su autenticidad.

    Sorprendentes resultados de las investigaciones científicas para comprobar su autenticidad.

    Según una antigua tradición, contenida en un texto del siglo II conocido como Prólogo antimarcionita, Lucas, el querido médico de san Pablo, murió a los 84 años de edad en Beocia (Grecia), en cuya capital, Tebas, aún se venera un sarcófago de mármol vacío. San Jerónimo confirma que la urna con sus reliquias fue trasladada a Constantinopla durante el siglo IV, bajo el emperador Constantino. El profesor Wiel Marin afirma que se hizo medir el sarcófago tebano, y se comprobó que se ajusta perfectamente a las medidas de la caja de plomo abierta en Padua.

    Lo que los historiadores no han aclarado aún es cuándo llegaron los restos de san Lucas a Padua. Según algunos, fueron traídos tras la caída de Constantinopla, en 1204. Otros, en cambio, aportan documentos que prueban que ya estaban allí en 1177. Probablemente fuesen traídos en el siglo VIII por un sacerdote, llamado Urio, para salvarlos de las luchas iconoclastas. Ése es, al menos, el relato de la Tradición.

    Los restos del santo han sido identificados en numerosas ocasiones, según los testimonios documentales: en 1354, por orden del emperador Carlos IV; en 1463, para saber si el auténtico san Lucas era el de Padua o un homónimo aparecido en Venecia; y en 1562, para ser venerado por los fieles. Sin embargo, según los restos encontrados, debió de ser sometido a otras comprobaciones, ya que en la urna se encontraron numerosas monedas de diversa datación; la más antigua es del año 299, bajo el imperio de Maximiano.

    El motivo por el que se ha abierto el sepulcro y se ha sometido a tan minucioso examen fue la petición del metropolitano Hieronimus, arzobispo ortodoxo de Tebas, para que monseñor Mattiazzo donase una reliquia significativa del santo a su ciudad, la primera en la que fue enterrado, con estas palabras: Creemos que estas celebraciones acercarán a los fieles de las dos diócesis, harán más profunda la fraternidad de los dos obispos, ayudarán en el camino del ecumenismo, cosas, hoy, más que nunca necesarias en las presentes circunstancias.

      Yo os elegí del mundo, para  que vayáis y deis frutos, y  vuestro fruto permanezca. (San Juan, 15, 16)

    Yo os elegí del mundo, para que vayáis y deis frutos, y vuestro fruto permanezca. (San Juan, 15, 16)

    Monseñor Mattiazzo lo explica así: El arzobispo de Tebas no tenía ninguna duda de que las reliquias de Santa Justina pertenecían a san Lucas. Yo formé una comisión histórica para examinar la consistencia de esta antigua tradición. Pero inmediatamente nos dimos cuenta de que era necesario también un examen científico. El prelado escribió al cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga, pidiendo prestada la reliquia del cráneo para ulteriores comprobaciones, e informó a la Santa Sede sobre la petición del arzobispo de Tebas y sobre la conveniencia de hacer ese examen científico. La Congregación para las Causas de los Santos, tras consultar a la Secretaría de Estado y al Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, dio su aprobación.

    Monseñor Mattiazzo afirma: Han venido a Padua cristianos ortodoxos orientales, monjes del Monte Athos y el metropolitano de Tebas para venerar a san Lucas, mientras que muchos paduanos ignoraban la tradición de su presencia en Padua. En Padua nos tendríamos que dar cuenta del precioso y extraordinario tesoro que conservamos.

  • San Lucas
  • Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II con ocasión del reconocimiento del cuerpo de san Lucas
  • Tomado de: http://es.catholic.net/turismoreligioso/661/1202/articulo.php?id=6444

    San Lucas Evangelista

    Siglo I

    Gracias Lucas por tu bello evangelio y tu libro de Los Hechos de
    los Apóstoles. Queremos leer muchas veces tan bellos escritos.

    Sed misericordiosos como vuestro Padre Celestial  es misericordioso (San Lucas 6,36).

    Sed misericordiosos como vuestro Padre Celestial es misericordioso (San Lucas 6,36).

    Lucas significa: «luminoso, iluminado» (viene del latín «luce» = luz).

    San Lucas escribió dos libros muy famosos: el tercer Evangelio y Los Hechos de los apóstoles. Es un escritor muy agradable, y el que tiene el estilo más hermoso en el Nuevo Testamento. Sus dos pequeños libros se leen con verdadero agrado.

    Era médico. San Pablo lo llama «Lucas, el médico muy amado», y probablemente cuidaba de la quebrantada salud del gran apóstol.

    Era compañero de viajes de San Pablo. En los Hechos de los apóstoles, al narrar los grandes viajes del Apóstol, habla en plural diciendo «fuimos a… navegamos a…» Y va narrando con todo detalle los sucesos tan impresionantes que le sucedieron a San Pablo en sus 4 famosos viajes. Lucas acompañó a San Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea y después otros dos en Roma. Es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. Era griego.

    El poeta Dante le dio a San Lucas este apelativo: «el que describe la amabilidad de Cristo». Y con razón el Cardenal Mercier cuando un alumno le dijo: «Por favor aconséjeme cuál es el mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo», le respondió: «El mejor libro que se ha escrito acerca de Jesucristo se llama: El Evangelio de San Lucas». Un autor llamó a este escrito: «El libro más encantador del mundo».

    Como era médico era muy comprensivo. Dicen que un teórico de oficina, ve a las gentes mejor de lo que son. Un sociólogo las ve peor de lo que son en realidad. Pero el médico ve a cada uno tal cual es. San Lucas veía a las personas tal cual son (mitad debilidad y mitad buena voluntad) y las amaba y las comprendía.

    En su evangelio demuestra una gran estimación por la mujer. Todas las mujeres que allí aparecen son amables y Jesús siempre les demuestra gran aprecio y verdadera comprensión.

    Su evangelio es el más fácil de leer, de todos los cuatro. Son 1,200 renglones escritos en excelente estilo literario. Lo han llamado «el evangelio de los pobres», porque allí aparece Jesús prefiriendo siempre a los pequeños, a los enfermos, a los pobres y a los pecadores arrepentidos. Es un Jesús que corre al encuentro de aquellos para quienes la vida es más dura y angustiosa.

    También se ha llamado: «el evangelio de la oración», porque presenta a Jesús orando en todos los grandes momentos de su vida e insistiendo continuamente en la necesidad de orar siempre y de no cansarse de orar.

    Otro nombre que le han dado a su escrito es el «evangelio de los pecadores», porque presenta siempre a Jesús infinitamente comprensivo con los que han sido víctimas de las pasiones humanas. San Lucas quiere insistir en que el amor de Dios no tiene límites ni rechaza a quien desea arrepentirse y cambiar de vida. Por eso los pecadores leen con tanto agrado y consuelo el evangelio de San Lucas. Es que fue escrito pensando en ellos.

    Su evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables escenas.

    Dicen que murió soltero, a la edad de 84 años, después de haber gastado su vida en hacer conocer y amar a Nuestro Señor Jesucristo.

    Tomado de: http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Lucas.htm

    18 de octubre

    SAN LUCAS,*
    Evangelista

    No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo soy el que os ha elegido a vosotros y destinado para que vayáis y produzcáis fruto. (San Juan, 15, 16).

    No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo soy el que os ha elegido a vosotros y destinado para que vayáis y produzcáis fruto. (San Juan, 15, 16).

    San Lucas, oriundo de Antioquía, era a la vez médico, literato y pintor hábil. Juntóse con San Pablo y llegó a ser el compañero de sus trabajos. Después de la muerte del gran Apóstol, fue a anunciar a Jesucristo a la Tebaida, a Libia, a Italia, a las Galias, a Dalmacia, etc. Además del Evangelio, escribió los Hechos de los Apóstoles e hizo el retrato de la Santísima Virgen. Algunos autores refieren que fue ahorcado en un olivo por los paganos de Acaya, a la edad de 84 años.

    MEDITACIÓN
    SOBRE SAN LUCAS

    I. San Lucas fue evangelista, escribió y predicó el Evangelio. Debes tú leer el Evangelio, enseñarlo a los demás y practicarlo tú mismo; es el más hermoso ,de los libros: una sola de sus palabras, atentamente meditada, basta para hacerte santo. No basta creer  y meditar las máximas del Evangelio, hay que reproducirlas en tu conducta. Es necesario edificar al prójimo con tu humildad, tu desprecio del mundo y tu amor por Dios. ¿Cómo practicas tú las enseñanzas de Jesucristo? Todos los días medita estas palabras: ¿De qué le sirve al hombre ganar el universo, si llega a perder su alma?

    II. San Lucas fue compañero de San Pablo y su ayuda en la predicación del Evangelio. ¿Cuál es tu compañía habitual? ¿Te lleva a la virtud? ¡Cuán feliz serías si encontrases un amigo semejante a San Pablo! Como San Lucas, muy pronto llegarías a ser un gran santo. Cuídate sobre todo de las malas compañías; apártate de ellas lo antes posible, y no temas ofender a los perversos rompiendo toda relación con ellos. Más vale ser odiado de los malos que frecuentarlos. (San Isidoro).

    III. San Lucas tuvo la dicha de pintar el primer retrato de María. ¿Quieres tú reproducir una copia fiel de este divino original? Sigue el ejemplo de San Lucas: imita la pureza de María, su humildad, su amor hacia Jesús. He ahí el retrato que Ella quiere, he ahí los colores que Ella quiere que tú emplees para pintar en tu alma su imagen y la de Jesucristo. Dios desea que se imiten sus acciones y no solamente que se las represente mediante la pintura. (San Agustín).

    La imitación de la Santísima Virgen
    Orad por la buena educación de la juventud.

    ORACIÓN

    Haced, os lo suplicamos, Señor, que vuestro evangelista San Lucas, que constantemente llevó en su cuerpo la mortificación de la cruz para gloria de vuestro Nombre, intervenga en nuestro favor junto a Vos. Por J. C. N. S. Amén.

    * Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

    Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com

    Santa Margarita María Alacoque, Virgen

    ¡La Santa de Santa María ha muerto!

    Margarita María debía comenzar el 9 de octubre su «soledad» pero la vigilia, una fiebrecilla la obliga a guardar cama. El médico que la ha cuidado siempre opina que esas enfermedades, causadas por el amor, son sin remedio. Le asegura que no será nada, pero ella no se hace ilusiones. Se la oye decir:

    ¡Ay, me abraso!. Pero si fuera del amor divino, ¡qué consolación! Pero nunca he sabido amar perfectamente a m¡ Dios. Pedid a Dios perdón por mí y amadlo mucho con todo vuestro corazón, para reparar todos los momentos en que yo no lo he hecho. ¡Qué dicha la de amar a Dios! ¡Ah!. ¡Qué dicha. Amad, pues, a este Amor, pero amadlo perfectamente.

    El 16 de octubre, obtiene el poder comulgar. Pero como no se la juzga demasiado enferma, se niega que sea en forma de viático. ¡Y, no obstante, es la última comunión de Margarita María y ella lo sabe!

    Al día siguiente, 17 octubre, al fin de jornada, tiene varios desfallecimientos. Mientras se le da el Sacramento de los Enfermos, murmura los nombres de Jesús y de María y rinde el último suspiro después de la cuarta unción. Eran casi las 20 horas. Tenía un poco más de 43 años, y 18 de profesión religiosa.

    Desde el día siguiente, la noticia de su muerte se extiende en la ciudad: «La Santa de Santa María ha muerto«… La voz popular precedía al juicio de la Iglesia.

    Margarita María fue declarada bienaventurada en 1864, santa en 1920.

    P. Gérard DUFOUR, S.J.

    Santa_Margarita_Maria_de_Alacoque__incorruptaSu cuerpo se conserva incorrupto.

    S.S. Juan Pablo II frente a la urna que contiene el cuerpo incorrupto de Santa Margarita María Alacoque

    S.S. Juan Pablo II frente a la urna que contiene el cuerpo incorrupto de Santa Margarita María Alacoque

    Tomado de: http://www.templotibidabo.org/sta_margarita/Dufour.htm

    La vidente del Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo

    Santa Margarita María de Alacoque

    Santa Margarita María de Alacoque

    Primera revelación

    El 27 de diciembre de 1673, día de San Juan el Apóstol, Margarita María, que tenía solo 14 meses de profesa y 26 años de edad, estaba como de costumbre arrodillada ante el Señor en el Santísimo Sacramento expuesto en la capilla. Era el momento de la primera gran revelación del Señor. Ella lo cuenta así:

    «Estando yo delante del Santísimo Sacramento me encontré toda penetrada por Su divina presencia. El Señor me hizo reposar por muy largo tiempo sobre su pecho divino, en el cual me descubrió todas las maravillas de su amor y los secretos inexplicables de su Corazón Sagrado.

    El me dijo:

    «Mi Divino Corazón, está tan apasionado de Amor a los hombres, en particular hacia ti, que, no pudiendo contener en el las llamas de su ardiente caridad, es menester que las derrame valiéndose de ti y se manifieste a ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo  los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición. Te he elegido como un abismo de indignidad y de ignorancia, a fin de que sea todo obra mía.»

    «Luego,» continúa Margarita, «me pidió el corazón, el cual yo le suplicaba tomara y lo cual hizo, poniéndome entonces en el suyo adorable, desde el cual me lo hizo ver como un pequeño átomo que se consumía en el horno encendido del suyo, de donde lo sacó como llama encendida en forma de corazón, poniéndolo a continuación en el lugar de donde lo había tomado, diciéndome al propio tiempo: «He ahí, mi bien amada, una preciosa prenda de mi amor, que encierra en tu costado una chispa de sus mas vivas llamas, para que te sirva de corazón y te consumas hasta el último instante y cuyo ardor no se extinguirá ni enfriará. De tal forma te marcaré con la Sangre de mi Cruz, que te reportará más humillaciones que consuelos. Y como prueba de que la gracia que te acabo de conceder no es nada imaginario, aunque he cerrado la llaga de tu costado, te quedará para siempre su dolor y, si hasta el presente solo has tomado el nombre de esclava mía, ahora te doy el de discípula muy amada de mi Sagrado Corazón.»

    Después de este favor tan grande, Margarita quedó por muchos días como abrasada toda y embriagada y tan fuera de si que podía hablar y comer solamente haciéndose una gran violencia. Ni siquiera podía compartir lo sucedido con su superiora lo cual tenia gran deseo de hacer. Tampoco podía dormir, pues la llaga, cuyo dolor le era tan grato, engendraba en ella tan vivos ardores, que la consumía y la abrasaba toda.

    A partir de la primera revelación, Margarita sufriría todos los primeros viernes de mes una reproducción de la misteriosa llaga del costado, cosa que le sucedería hasta su muerte. Estos eran los momentos particularmente elegidos por el Señor para manifestarle lo que quería de ella y para descubrirle los secretos de su amable Corazón.

    Entre estas visitas le decía el Señor, «Busco una víctima para mi Corazón, que quiera sacrificarse como hostia de inmolación en el cumplimiento de mis designios.» En su gran humildad, Margarita le presentó varias almas que, según ella corresponderían más fielmente. Pero el Señor le respondió que era ella a quien había escogido. Esto no era sino ocasión de confusión para Margarita pues su temor era que llegasen a atribuir a ella las gracias que del Señor recibía.

    Segunda revelación

    Unos dos o tres meses después de la primera aparición, se produjo la segunda gran revelación. Escribe Margarita:

    «El divino Corazón se me presentó en un trono de llamas, mas brillante que el sol, y  transparente como el cristal, con la llaga adorable, rodeado de una corona de espinas y significando las punzadas producidas por nuestros pecados, y una cruz en la parte superior…

    …la cual significaba que, desde los primeros instantes de su Encarnación, es decir, desde que se formó el Sagrado Corazón, quedó plantado en el la cruz, quedando lleno, desde el primer momento, de todas las amarguras que debían producirle las humillaciones, la pobreza, el dolor, y el menosprecio que su Sagrada Humanidad iba a sufrir durante todo el curso de su vida y en Su Santa Pasión.»

    «Me hizo ver, « continúa Margarita, «que el ardiente deseo que tenía de ser amado por los hombres y apartarlos del camino de la perdición, en el que los precipita Satanás en gran número, le había hecho formar el designio de manifestar su Corazón a los hombres, con todos los tesoros de amor, de misericordia, de gracias, de santificación, y de salvación que contiene, a fin de que cuantos quieran rendirle y procurarle todo el amor, el honor y la gloria que puedan, queden enriquecidos abundante y profusamente con los divinos tesoros del Corazón de Dios, cuya fuente es, al que se ha de honrar bajo la figura de su Corazón de carne, cuya imagen quería ver expuesta y llevada por mi sobre el corazón, para grabar en el, su amor y llenarlo de los dones de que está repleto, y para destruir en él todos los movimientos desordenados. Que esparciría sus gracias y bendiciones por dondequiera que estuviere expuesta su santa imagen para tributarle honores, y que tal bendición sería como un último esfuerzo de su amor, deseoso de favorecer a los hombres en estos últimos siglos de la Redención amorosa, a fin de apartarlos del imperio de Satanás, al que pretende arruinar, para ponernos en la dulce libertad del imperio de su amor, que quiere restablecer en el corazón de todos los que se decidan a abrazar esta devoción.»

    En esta segunda gran revelación, Nuestro Señor empezó a descubrir sus intenciones y formular sus promesas. La imagen del Sagrado Corazón de Cristo es el símbolo de su ardiente amor hacia nosotros, el cual había entregado sin condiciones,  y el Señor quería que esta imagen se expusiese en las casas o llevarse sobre el pecho en forma de Medalla, ofreciendo así promesas de gracias y bendiciones a quienes lo veneraban. Pero por el momento Margarita no podía decir nada de lo que había visto pues no había llegado la hora. Estas revelaciones tendrían que pasar primero por muchos exámenes y sufrir mucha oposición. Y aún había mucho más que Jesús quiera revelar.

    Ya en esta época, y para propagar la devoción al sagrado Corazón de Jesús, Margarita María se esfuerza por hacer imprimir imágenes. Después de algunas negociaciones decepcionantes con un religioso, se dirige a una visitandina de Dijon, Sor Jeanne Madeleine Joly, que realiza el dibujo pedido. Las primeras imágenes son impresas en París al principio del año 1688.

    Ya en esta época, y para propagar la devoción al sagrado Corazón de Jesús, Margarita María se esfuerza por hacer imprimir imágenes. Después de algunas negociaciones decepcionantes con un religioso, se dirige a una visitandina de Dijon, Sor Jeanne Madeleine Joly, que realiza el dibujo pedido. Las primeras imágenes son impresas en París al principio del año 1688.

    Tercera revelación

    En lo que probablemente era el primer viernes de junio de 1674, fiesta de Corpus Christi, tuvo Margarita la tercera gran revelación.

    Una vez entre otras, escribe Sta. Margarita, «que se hallaba expuesto el Santísimo Sacramento, después de sentirme retirada en mi interior por un recogimiento extraordinario de todos mis sentidos y potencias, Jesucristo mi Amado se presentó delante de mi todo resplandeciente de Gloria, con sus cinco llagas brillantes, como cinco soles y despidiendo de su sagrada humanidad rayos de luz de todas partes pero sobre todo de su adorable pecho, que parecía un horno encendido; y, habiéndose abierto, me descubrió su amante y amable Corazón.«

    Entonces Jesús le explicó las maravillas de su puro amor y hasta que exceso había llegado su amor para con los hombres de quienes no recibía sino ingratitudes. Esta aparición es mas brillante que las demás. Amante apasionado, se queja del desamor de los suyos y así divino mendigo, nos tiende la mano el Señor para solicitar nuestro amor.

    Le dirige las siguientes peticiones:

    º Comulgarás tantas veces cuanto la obediencia quiera permitírmelo

    º Jueves a viernes haré que participes de aquella mortal tristeza que Yo quise sentir en el huerto de los olivos; tristeza que te reducirá a una especie de agonía mas difícil de sufrir que la muerte.

    º Por acompañarme en la humilde oración que hice entonces a mi Padre en medio de todas mis congojas, te levantaré de once a doce de la noche para postrarte durante una hora conmigo; el rostro en el suelo, tanto para calmar la cólera divina, pidiendo misericordia para los pecadores, como para suavizar, en cierto modo, la amargura que sentí al ser abandonado por mis apóstoles, obligándome a echarles en cara el no haber podido velar una hora conmigo…

    «Una vez, estando expuesto el Santísimo Sacramento, se presentó Jesucristo resplandeciente de gloria, con sus cinco llagas que se presentaban como otro tanto soles, saliendo llamaradas de todas partes de Su Sagrada Humanidad, pero sobre todo de su adorable pecho que, parecía un horno encendido. Habiéndose abierto, me descubrió su amabilísimo y amante Corazón, que era el vivo manantial de las llamas. Entonces fue cuando me descubrió las inexplicables maravillas de su puro amor con que había amado hasta el exceso a los hombres, recibiendo solamente de ellos ingratitudes y desconocimiento.

    «Eso ,» le dice Jesús a Margarita, «fue lo que más me dolió de todo cuanto sufrí en mi Pasión, mientras que si me correspondiesen con algo de amor, tendría por poco todo lo que hice y, de poder ser, aún habría querido hacer más. Mas sólo frialdades y desaires tienen para todo mi afán en procurarles el bien. Al menos dame tú el gusto de suplir su  ingratitud de todo cuanto te sea dado conforme a tus posibilidades.»

    Ante estas palabras, Margarita solo podía expresarle al Señor su impotencia, Él le replicó: «Toma, ahí tienes con qué suplir cuanto te falte.» Y del Corazón abierto de Jesús, salió una llamarada tan ardiente que pensó que la iba a consumir, pues quedó muy penetrada y no podía ella aguantarlo, por lo que le pidió que tuviese compasión de su debilidad. El le respondió:

    «Yo seré tu fortaleza, nada temas, solo has de estar atenta a mi voz y a lo que exija de ti con el fin de prepararte para la realización de mis designios.»

    Entonces el Señor le describió a Margarita exáctamente de que forma se iba a realizar la práctica de la devoción a Su Corazón, junto con su propósito, que era la reparación. Finalmente, Jesús mismo le avisa sobre las tentaciones que el demonio levantará para hacerla caer.

    «Primeramente me recibirás en el Santísimo Sacramento tanto como la obediencia tenga a bien permitírtelo; algunas mortificaciones y humillaciones por ello habrán de producirse y que recibirás como de mi amor. Comulgarás, además, todos los primeros viernes de mes, y en la noche del jueves al viernes, te haré participe de la mortal tristeza que quise sentir en el huerto de los Olivos, cuya tristeza te reducirá, sin que logres comprenderlo, a una especie de agonía más difícil de soportar que la muerte. Para acompañarme en la humilde plegaria que elevé entonces a mi Padre, en medio de todas tus angustias, te levantarás entre las once y las doce de la noche para postrarte conmigo durante una hora, con la cara en el suelo, tanto para apaciguar la cólera divina, pidiendo por los pecadores, como para endulzar de algún modo la amargura que sentía por el abandono de mis apóstoles, lo cual me llevó a reprocharles que no habían podido velar una hora conmigo. Durante esa hora harás lo que te diga. Pero, oye hija mía, no creas a la ligera todo espíritu, ni te fíes, porque Satanás está rabiando por engañarte. Por eso, no hagas nada sin permiso de los que te guían, a fin de que, contando con la autoridad de la obediencia, él no pueda engañarte, ya que no tiene poder alguno sobre los obedientes.»

    Cuarta revelación

    Fue bajo esta nueva aceptación que se dio la cuarta y ultima revelación que se puede considerar como la más importante. El Señor quería establecer en la Iglesia una fiesta litúrgica en honor del Sagrado Corazón de Jesús.

    Sucedió esta revelación en el curso de la octava del Corpus Christi del año 1675, o sea entre el 13 y el 20 de junio. Cuenta Margarita:

    Estando ante el Santísimo Sacramento un día de su octava, y queriendo tributarle amor por Su tan gran amor, me dijo el Señor:

    «No puedes tributarme ninguno mayor que haciendo lo que tantas veces te he pedido ya.»Entonces el Señor le descubrió su Corazón y le dijo «He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombre y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor. Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado. Por eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares. También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute.»

    El Padre Colombiere le ordenó a Margarita a que cumpliese plenamente la voluntad del Señor. Y que también escribiese todo cuanto le había revelado. Margarita obedeció a todo lo que se le pidió pues su mas grande deseo era que se llegase a cumplir el designio del Señor.

    Pasarían mas de diez años antes que se llegase a instituir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en el monasterio de la Visitación. Serian diez años muy duros para Margarita. La Madre Superiora, que por fin llego a creer en ella, fue trasladada a otro monasterio. Pero antes de irse ordena a Margarita a que relatara ante toda la comunidad todo cuanto el Señor le había revelado. Ella accedió solo en nombre de la santa obediencia y les comunicó a todas lo que el Señor le había revelado incluyendo los castigos que El haría caer sobre la comunidad y sobre ellas. Y cuando todos enfurecidos empezaron a hablarle duramente, Margarita se mantuvo callada, aguantando en humildad todo cuanto le decían. Al siguiente día, la mayoría de las monjas sintiéndose culpables de lo que habían hecho, acudían a la confesión. Margarita entonces oyó que el Señor le decía que ese día por fin llegaba la paz de nuevo al monasterio y que por su gran sufrimiento, Su Divina Justicia había sido aplacada.

    En contra de su voluntad, Margarita fue asignada como maestra de novicias y asistente a la superiora. Esto llegó a ser parte del plan del Señor para que por fin se empezara a abrazar la devoción del Sagrado Corazón de Jesús. Sin embargo Margarita nunca llegó a ver durante su vida en la tierra el pleno reconocimiento de esta devoción.

    En la tarde del 17 de octubre del 1690, habiendo Margarita previamente indicado esta fecha como el día de su muerte, encomendó su alma a su Señor, quien ella había amado con todo su corazón. Muere entre 7 y 8PM. Tenía 43 años de edad y 18 años de profesión religiosa.

    Pasaron solamente tres años después de su muerte cuando el Papa Inocencio XIII empezó un movimiento que abriría las puertas a esta devoción. Proclamó una bula papal dando indulgencias a todos los monasterios Visitantinos, que resultó en la institución de la fiesta del Sagrado Corazón en la mayoría de los conventos. En 1765, el Papa Clemente XIII introdujo la fiesta en Roma, y en 1856 el Papa Pío IX extendió la fiesta del Sagrado Corazón a toda la Iglesia. Finalmente, en 1920, Margarita fue elevada a los altares por el Papa Benedicto XV.

    Si deseas leer más sobre Santa Margarita María Alacoque, da clic en el siguiente enlace:

    Tomado de: http://www.corazones.org/santos/margarita_maria_alacoque.htm

    17 de octubre

    SANTA MARGARITA MARÍA,
    Virgen

    Vosotros lloraréis y gemiréis, y el mundo se regocijará; os contristaréis, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. (San Juan, 16, 20).

    Vosotros lloraréis y gemiréis, y el mundo se regocijará; os contristaréis, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. (San Juan, 16, 20).

    Santa Margarita María Alacoque, rehusando un ofrecimiento de matrimonio, entró a la edad de 24 años, en el convento de las Visitandinas de Paray- le-Monial, donde dio los más hermosos ejemplos de paciencia y humildad. Recibió, el 27 de diciembre de 1673, la primera de sus grandes visiones del Sagrado Coraz6n, que terminaron en 1675. Su vida, en adelante, estuvo consagrada al establecimiento de esta devoción y, en particular, al de la fiesta del Sagrado Corazón. Murió en 1690.

    MEDITACIÓN
    SOBRE LA PASIÓN DE JESUCRISTO

    I. Contempla a Jesús clavado en la cruz, mira cuánto sufre en todo su cuerpo. Su sagrada cabeza está coronada de espinas, su rostro magullado, sus manos y sus pies taladrados; todo su cuerpo, en fin, está cubierto de llagas y es presa de los dolores más crueles. ¡He ahí el estado en que se encuentra Jesús, mi Cabeza, mi Rey y mi modelo! Es menester que me asemeje a Él, en esto consiste mi perfección y mi dicha. ¡Ay! vivo en medio de placeres mientras Jesús es colmado de oprobios y sufrimientos. No conviene que los miembros sean afeminados cuando la cabeza está coronada de espinas. (San Bernardo).

    II. El Coraz6n de Jesús estaba sumergido en amargura y dolores tanto como su cuerpo. Él preveía que sus sufrimientos serían inútiles para la mayor parte de los hombres. Tenía piedad del enceguecimiento de los judíos. Estaba afligido más de lo que se puede imaginar, por la tristeza, los suspiros y las lágrimas de su Madre, al pie de la cruz con el discípulo amado. ¡Oh espectáculo doloroso! ¿Puedo yo contemplar a Jesús y a María en este estado sin derramar lágrimas, sin compadecer los dolores del Hijo y la aflicción de la Madre?

    III. Para librarme del infierno, Jesús soportó esta muerte tan ignominiosa y tan cruel. Estaba yo perdido sin remedio si no hubiera muerto Él por mí. ¡Nada había hecho para merecer este favor; y aun ahora ni siquiera pienso en él! No sólo no doy mi sangre por este Dios que murió por mí, sino que le rehúso una lágrima, un suspiro; ¡añado nuevos pecados a mis faltas antiguas! Reconoce cuán grave es la herida del pecado, puesto que fueron menester, para curarlo, las heridas de Jesucristo. (San Bernardo).

    Meditación sobre la pasión
    Orad por la conversión de los cismáticos.

    ORACIÓN

    Señor Jesucristo, que habéis revelado de admirable modo a la bienaventurada Virgen Margarita las inagotables riquezas de vuestro Corazón, concedednos por sus méritos que como ella os amemos en todas las cosas y por sobre todo, y que siempre tengamos nuestra morada en vuestro corazón. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.

    Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com


    San Gerardo Mayela

    Insignis parturientium protector

    Insignis parturientium protector

    San Gerardo Mayela es uno de los más extraordinarios taumaturgos del siglo XVIII. Nació el 6 de abril de 1726 en la pequeña ciudad de Muro Lucano, provincia de Potenza, en el reino de Nápoles. Su vida fue muy breve: vivió exactamente veintinueve años, seis meses y siete días, según su primer biógrafo, el padre Tannoia, que descontaría los días incompletos del nacimiento y de la muerte. Pero en tan poco tiempo este buen obrero de Dios levantó un grandioso edificio de santidad.

    Su padre, Domingo Mayela, tenía una humilde sastrería de barrio que sacaba la casa adelante; la madre, Benita Galella, ayudaba trabajando en el campo las horas que le dejaban libre las faenas domésticas.

    Gerardo fue a la escuela desde los siete años hasta los doce; por su aplicación y buen ejemplo era el preferido del maestro: la doctrina cristiana se la sabía perfectamente, casi antes de comenzar a ir a la escuela.

    Cuando tenía doce años perdió a su padre; Benita se quedaba viuda con Gerardo y tres hijas. Había que trabajar para ayudar a la madre; por eso le sacó ésta de la escuela y le puso de aprendiz de sastre con el maestro Martín Pannuto, con vistas a que pudiera establecerse por sí mismo en la que fue sastrería de su padre.

    Pannuto era bueno, pero tenía un oficial que era una cosa mala; mal encarado, brutote y de mala entraña. En cuanto se percató que el chiquillo era bueno, manso y que olía a beato se le revolvió la bilis: con cualquier motivo le injuriaba, le abofeteaba y hasta le golpeaba con la vara de medir. Con razón se lee en una lápida de mármol puesta encima de lo que fue sastrería de Pannuto: «Aquí estuvo el taller de Pannuto, del cual hizo Gerardo escuela de virtudes».

    Debió de estar hasta los quince años de aprendiz de Pannuto. A esa edad los milagros y las virtudes habían dado al muchacho fama de algo extraordinario: unos decían que era un santo; otros que era un loco. Como en tiempo de Cristo y… como siempre.

    El primer milagro conocido es el que tuvo lugar varias veces en la pequeña iglesia de Capodigiano, dedicada a la Virgen de las Gracias.

    No tendría Gerardo más de seis años: iba solito a rezar en aquélla iglesita de las afueras; el Niño Jesús se bajaba de los brazos de su Madre y jugaba al escondite con el hijo de Benita: ¡cosas de niños! Luego, al despedirse, le daba un pan blanquísimo que puso en la pista a la madre y las hermanas para comprobar el hecho. Ahora la iglesia de Capodigiano es parroquia; la Virgen no es artística, pero tiene una gracia campesina propia del ambiente rural en que vive…

    La afición de Gerardo a la oración, al ayuno, a la soledad y a los dolores de la pasión despertaron en él desde niño y cada día iban en aumento. La madre se desesperaba al ver que casi no comía y lo poco que tomaba lo mezclaba con hierbas amargas.

    A los siete años, sin encomendarse a nadie más que a su amor a Jesús Sacramentado, se acercó a comulgar, pero el cura le puso mala cara y pasó de largo. Gerardo se quejó a Jesús y por la noche le dio la primera comunión nada menos que el arcángel San Miguel. La primera comunión oficial no la pudo hacer hasta los doce años, según costumbre de la época.

    Cuando estuvo de aprendiz con Pannuto, el tiempo que no podía dar a la oración por el día lo daba por la noche. Era tío suyo el llavero de la catedral y se lo ganó para que le dejara las llaves, y se pasaba las noches enteras algunas veces. Allá oraba, se disciplinaba, cantaba y dormía; y hasta luchaba con los demonios que le querían asustar. Desde el sagrario le dijo Jesús: ¡Loquillo, loquillo!» Gerardo le respondió: ‘ Más loco eres Tú, que estás ahí encerrado por mi amor’.

    Tuvo la santa obsesión de reproducir en su cuerpo los tormentos de la pasión: tomaba disciplinas de sangre, hacía que otros le azotaran y que le arrastraran los mozalbetes por las calles empedradas de Muro. Lo más difícil era que le crucificaran: pero también lo logró con motivo de representarse en la catedral el Viernes Santo cuadros vivos de la Pasión: a los verdugos les rogó que le ataran fuerte para que resultara más al natural.

    Su ilusión era hacerse religioso; pero le rechazaban por su aspecto enfermizo, hasta los capuchinos, donde tenía cierta esperanza por ser provincial un hermano de su madre, fray Buenaventura de Muro.

    A falta de convento aprovechó la oportunidad para ponerse a servir al obispo de Lacedonia, monseñor Albini, que era muy bueno, pero tenía un genio que no había quien resistiera en palacio más de dos meses. Gerardo, encantado, con tal de huir del mundo y tener una capilla con su Amigo encarcelado, como llamaba a Jesús Sacramentado. Y estuvo unos tres años, hasta la muerte de su señor. Fue célebre el milagro que hizo cuando, al ir a sacar agua del pozo público, se le cayó la llave de palacio dentro del pozo. Para que no se enfadara monseñor descolgó a un Niño Jesús con la cuerda del pozo y el Niño le hizo limpio el mandado, subiendo del pozo con la llave en la mano: todavía se llama aquel pozo el Pozo de Gerardito.

    Se puso otra vez a trabajar en varias partes y por fin pudo abrir la sastrería; pero los impuestos se la echaron abajo cuando la Real Cámara, con nuestro Carlos III, impuso un régimen implacable de tributación.

    El año 1749 se le presentó ocasión de forcejear de nuevo por entrar en un convento: fue la misión de Muro predicada por 15 misioneros de los recientemente fundados por San Alfonso María de Ligorio, dirigidos por el venerable padre Cafaro. Gerardo se pegó a los misioneros con idea de ganárselos para que le admitieran; el padre Cafaro, austero y de voluntad férrea, le dió una rociada de negativas tajante. Avisada por él la madre encerró a Gerardo el día de la marcha de los misioneros para que no se fuera con ellos; pero saltó por la ventana y los alcazó y logró su intento. Para quitárselo de encima lo mandó al convento de Deliceto el padre Cafaro, convencido de que no duraría una semana.

    Pero se engañó. Creían que, como estaba siempre en oración o en éxtasis, no valdría para trabajar; pero trabajaba por cuatro. Lo cual no le impedía escalar las alturas de la contemplación y de todas las experiencias místicas.

    Su obsesión de copiar la pasión de Cristo se hizo más impresionante: eran espantosas las disciplinas de sangre y la crucifixión, ayudado por los criados del convento, a los que convencía para que hicieran de verdugos diciéndoles que no le dolía, sino que sentía mucho gusto.

    El teatro de estas escenas solía ser una gruta, o mejor una chabola, que todavía se conserva, aunque casi inaccesible, razón por la cual no puedo describirla en el interior, y que ya en el siglo xv sirvió para los mismos menesteres al Beato Félix Corsano.

    A pesar de su altísima oración desempeñaba a la perfección todos los oficios, aunque la sastrería fue siempre su oficina propia. Sobre todo fue el recadista ideal que recorrió los pueblos sembrándolos de milagros, de ejemplos de santidad y de celo de apóstol.

    Por amor a la obediencia adivinaba las órdenes o los deseos de sus superiores; la llevaba tan a la letra que había que andar con cuidado; un día en que un superior le dijo la expresión: «Ande y métase en un horno», se metió en el horno del pan y se hubiera achicharrado allí si no le levantan la obediencia.

    Simple lego como era se lo disputaban los párrocos, los conventos y los obispos para que fuera a arreglarles los asuntos de las almas. A veces iba con los misioneros ligorianos y confesaban éstos que hacía él con sus oraciones y con sus palabras y sus virtudes a veces con sus milagros  más que todos los misioneros juntos. En los ejercicios que se predicaban en las residencias, Gerardo era un elemento decisivo; descubría con frecuencia las conciencias y no había pecador que se le resistiera. Fue una especialidad suya el enfervorizar los conventos de monjas, a veces bastante relajados, y ganar a muchas doncellas para esposas del Señor. Hay quien ha llamado a esta actividad de su celo su segunda vocación. En una ocasión llevó él mismo de una vez siete doncellas al convento. Con ocasión de sus salidas, para recados, para la postulación o para las misiones, a todas las jóvenes que podía las encaminaba a los conventos como medio para llevarlas a la perfección.

    En mayo de 1754 fue víctima de una calumnia por parte de una joven; San Alfonso le llamó y, pareciéndole que la acusación presentaba indicios de verdadera, le impuso severos castigos; el más doloroso, privarle de la comunión. Hasta entonces había estado en residencia en Deliceto; con este vendaval de la calumnia fue de casa en casa sometido a encierro y vigilancia. Cuando, al mes y medio aproximadamente, apareció la verdad por retractación de los autores de la calumnia, le volvió a llamar San Alfonso y le preguntó con emoción: «¿Pero por qué no defendió su inocencia?» Gerardo replicó con dulzura: «Es que la regla prohíbe excusarse cuando reprende el superior». Aquélla respuesta conmovió al santo fundador hasta las lágrimas y, entonces, más que por la fama de los milagros, comprendió que tenía un hermanito entre los suyos que era un santo de cuerpo entero.

    Del paso por las casas en esta época dejó recuerdo indeleble por sus virtudes y por sus continuos éxtasis y milagros; fue célebre el que hizo en Nápoles metiéndose en el mar con capotto y todo, para traer hasta el puerto una barca de la mano, como a una criatura, cuando ya la daban por perdida en un galernazo imponente.

    Su última residencia fue Materdómini, levantada en un alto sobre el pueblo de Caposele. Inmortalizó la portería con su caridad, que le valió el título de padre de los pobres, que le daban en toda la comarca. Entraba a saco por la despensa, la panadería y la cocina del convento; y cuando los encargados se iban a quejar al superior se encontraban con que había más abundancia que antes. Parecía que jugaba con Dios y su providencia a los milagros; así que el superior, padre Caione, le dejó seguir los vuelos de su caridad. Delante de los pobres se extasió mientras un ciego tocaba la flauta y cantaba una letrilla piadosa. Todavía hoy se conmemora el milagro en la comida a los pobres en Materdómini, servida con frecuencia por algún prelado.

    Murió víctima de la obediencia, saliendo a la postulación en pleno verano y con fiebre hética. Tuvo en un pueblo una hemoptisis y volvió a Materdómini deshecho; para morir. Esto era en la segunda mitad de agosto de 1755: el 16 de octubre entregó su alma a Dios. Su enfermedad fue una serie de prodigios; dieron entonces su más vivo resplandor sus grandes amores: la Pasión, la Eucaristía, la Santísima Virgen.

    Después de su muerte siguió prodigando los milagros. Su sepulcro es un imán de peregrinaciones. La del año 1955, segundo centenario de su muerte, doy fe de que fue… una locura. Aun cuando la abundancia de milagros hacía esperar su pronta canonización, por circunstancias adversas no llegó hasta el año 1904.

    Aunque sin tener una aprobación oficial, se le llama patrono de las madres; ya las primeras imágenes, luego de morir, llevaban la inscripción: Insignis parturientium protector (Insigne protector en el trance de la maternidad).

    Para terminar debo declarar que esta semblanza de San Gerardo está sacada de mi Vida de San Gerardo Mayela, documentada y crítica, publicada con motivo de los jubileos gerardinos de 1954 y 1955. Allí puede ver el lector la abundante bibliografía y los archivos consultados en Roma y Nápoles. Por no pasar los límites de esta semblanza, no traslado la nota bibliográfica y el detalle de los archivos consultados, además del abundante de su canonización, archivado en el Archivo de la Postulación de la Congregacion del Santísimo Redentor, en la Casa Generalicia de Roma. Pero por ahí puede deducir el lector que todo está basado en documentación auténtica y abundante, y que esta semblanza no es una Florecilla franciscana, aunque la figura del Santo es una tentación para pergeñarla.

    Pero ya sabemos que los tiempos hipercriticos en que vivimos no están para ninguna clase de florecillas ni franciscanas ni ligorianas…

    DIONISIO DE FELIPE, C. SS. R.

    Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com



    Santa Teresa de Jesús

    Virgen y Doctora de la Iglesia (1515-1582)

    Virgen y Doctora de la Iglesia (1515-1582)

    Reformadora del Carmelo, Madre de las Carmelitas Descalzas y de los Carmelitas Descalzos; «mater spiritualium» (título debajo de su estatua en la basílica vaticana); patrona de los escritores católicos y Doctora de la Iglesia (1970): La primera mujer, que junto a Santa Catalina de Siena recibe este título.

    En aquella época del 1500 las comunidades religiosas habían decaído de su antiguo fervor. Las comunidades eran demasiado numerosas lo cual ayudaba mucho a la relajación. Por ejemplo el convento de las carmelitas de Ávila tenía 140 religiosas. Santa Teresa exclamaba: «La experiencia me ha demostrado lo que es una casa llena de mujeres. Dios me libre de semejante calamidad».

    Un día una sobrina de la santa le dijo: «Lo mejor sería fundar una comunidad en que cada casa tuviera pocas hermanas». Santa Teresa consideró esta idea como venida del cielo y se propuso fundar un nuevo convento, con pocas hermanas pero bien fervorosas. Ella llevaba ya 25 años en el convento. Una viuda rica le ofreció una pequeña casa para ello. San Pedro de Alcántara, San Luis Beltrán y el obispo de la ciudad apoyaron la idea. El Provincial de los Carmelitas concedió el permiso.

    Sin embargo la noticia produjo el más terrible descontento general y el superior tuvo que retirar el permiso concedido. Pero Teresa no era mujer débil como para dejarse derrotar fácilmente. Se consiguió amigos en el palacio del emperador y obtuvo una entrevista con Felipe II y este quedó encantado de la personalidad de la santa y de las ideas tan luminosas que ella tenía y ordenó que no la persiguieran más. Y así fue llenando España de sus nuevos conventos de «Carmelitas Descalzas», poquitas y muy pobres en cada casa, pero fervorosas y dedicadas a conseguir la santidad propia y la de los demás.

    Se ganó para su causa a San Juan de la Cruz, y con él fundó los Carmelitas descalzos. Las carmelitas descalzas son ahora 14,000 en 835 conventos en el mundo. Y los carmelitas descalzos son 3,800 en 490 conventos.

    San Juan de la Cruz

    San Juan de la Cruz

    Por orden expresa de sus superiores Santa Teresa escribió unas obras que se han hecho famosas. Su autobiografía titulada «El libro de la vida»; «El libro de las Moradas» o Castillo interior; texto importantísimo para poder llegar a la vida mística. Y «Las fundaciones: o historia de cómo fue creciendo su comunidad. Estas obras las escribió en medio de mareos y dolores de cabeza. Va narrando con claridad impresionante sus experiencias espirituales. Tenía pocos libros para consultar y no había hecho estudios especiales. Sin embrago sus escritos son considerados como textos clásicos en la literatura española y se han vuelto famosos en todo el mundo.

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    Extracto tomado de: http://www.ewtn.com/spanish/Saints/Teresa_de_Jesus.htm

    Santa Teresa de Ávila

    "En la cruz está la gloria, Y el honor, Y en el padecer dolor, Vida y consuelo, Y el camino más seguro para el cielo."

    "En la cruz está la gloria, Y el honor, Y en el padecer dolor, Vida y consuelo, Y el camino más seguro para el cielo."

    Oración a Santa Teresa de Jesús
    – de San Alfonso de Ligorio

    Oh, Santa Teresa, Virgen seráfica, querida esposa de Tu Señor Crucificado, tú, quien en la tierra ardió con un amor tan intenso
    hacia tu Dios y mi Dios, y ahora iluminas como una llama resplandeciente en el paraíso, obtén para mi también,
    te lo ruego, un destello de ese mismo fuego ardiente
    y santo que me ayude a olvidar el mundo, las cosas creadas,
    aún yo mismo, porque tu ardiente deseo era verle adorado
    por todos los hombres.

    Concédeme que todos mis pensamientos, deseos y afectos
    sean dirigidos siempre a hacer la voluntad de Dios,
    la Bondad suprema, aun estando en gozo o en dolor,
    porque Él es digno de ser amado y obedecido por siempre.

    Obtén para mí esta gracia, tú que eres tan poderosa con Dios,
    que yo me llene de fuego, como tú, con el santo amor de Dios.

    Amén.

    Santa Teresa de Jesús, Virgen

    Vuestra soy, para Vos nací ¿Qué mandáis hacer de mí? (Santa Teresa)

    Vuestra soy, para Vos nací ¿Qué mandáis hacer de mí? (Santa Teresa)

    La gran virgen española, nacida en Ávila, ardió desde muy niña en deseos de ser mártir, y ya se iba a tierra de moros con su hermanito Rodrigo, cuando fueron detenidos en el camino por un tío suyo, que los redujo a la casa paterna.  A los dieciocho años de edad, ingresó en el convento de Santa María del Monte Carmelo, y en él se consagró a su único celestial esposo Cristo.

    Su corazón ardía en llamas de divinal amor, así que pudo escribir «¡Cómo el alma siente más verdaderamente el cautiverio que traemos con los cuerpos y la miseria de la vida! Anda como venida en tierra ajena, y lo que más la fatiga es no hallar muchos que se quejan y pidan esto, sino lo más ordinario es desear vivir»(Vida, c.21).

    Por consejo del mismo Jesús, emitió el voto, tan arduo como desusado, de hacer siempre lo que entendiese ser más perfecto, así que alcanzó un grado tan alto de oración y de vida mística que con razón se la llama la Mística Doctora.  De esa contemplación e íntima y continua unión y trato con Dios sacó tan grandes luces acerca de las cosas divinas que todavía deslumbran a cuantos leen sus muchas obras, que por providencial mandato de sus directores nos dejó escritas1.  Todas ellas son fiel trasunto y como el retrato de su alma seráfica.

    Por todas las prendas de naturaleza y de gracia en ella reunidas ha ejercido siempre tan singular hechizo las santa castellana que fué de Dios tan singularmente dotada.

    Murió Santa Teresa de Jesús en su convento de Alba de Tormes (Salamanca), en 1582 después de reformar la Orden Carmelitana y de fundar treinta y dos conventos de monjas.  Y allí descansa incorrupto su cuerpo en preciosa urna2.

    ¡Oh bendita virgen avilesa! tu mismo nombre está pregonando lo que fuiste: la custodia fiel de Jesús, tu Dios, a quien con tanta generosidad serviste.  Acuérdate de que tienes aún en la tierra muchos que visten tu mismo hábito blanco y pardo y que te llaman su Santa Madre.  Mira por tantas hijas y tantos hijos como se esfuerzan por seguir tus consejos y preceptos en la soledad del claustro.  Mira por esta tu cara patria española, de que eres una de sus más genuinas representantes.  Mira especialmente por las almas espirituales que se afanan por seguir tus huellas, y hasta por las ovejuelas descarriadas, que a ti tanta compasión te daban.  Mira por toda la Iglesia y por España.

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    1.Los principales escritos de la Santa abulens son el Camino de perfección, las Moradas, su Vida y sus Fundaciones.

    2.Santa Teresa murió precisamente en la noche memorable de 4 de Octubre de 1582, en que el papa  Gregorio XIII suprimió 10 días de calendario quedando el mes atrasado de otros tantos.

    Fuente: MISAL DIARIO Y VISPERAL

    Por Dom. Gaspar Lefebvre O.S.B.  De la Abadía de S. Andrés (Brujas, Bélgica) Traducción Castellana y Adaptación del Rdo. P. Germán Prado Monje Benedictino de Silos (España)  Páginas 1752 y 1753.

    Fuente Primaria e Indispensable del Verdadero Espíritu Cristiano(Pío X).

    San Calixto, Papa y Martir

    14 de Octubre

    Oh Dios, que sabes desfallecemos por causa de nuestra flaqueza: afiánzanos misericordiosamente en tu amor por los ejemplos de tus Santos. Por nuestro Señor Jesucristo.

    Oh Dios, que sabes desfallecemos por causa de nuestra flaqueza: afiánzanos misericordiosamente en tu amor por los ejemplos de tus Santos. Por nuestro Señor Jesucristo.

    Calixto, romano de nacimiento, sucedió a San Ceferino en la Silla de San Pedro.  Este Papa estableció las Cuatro Témporas y murió mártir en 222 precipitado en pozo.  Es uno de los Papas más célebres del siglo III.  De origen esclavo, consiguió su libertad concedida por su Señor en premio a sus trabajos.  El Papa San Ceferino viendo sus prendas sobresalientes, le ordenó de diácono y le puso al frente del patrimonio de la Iglesia.  A él se debe también la célebre catacumba romana llamada de San Calixto, en donde fueron inhumados los primeros papas.

    Fuente: MISAL DIARIO Y VISPERAL

    Por Dom. Gaspar Lefebvre O.S.B.  De la Abadía de S. Andrés (Brujas, Bélgica) Traducción Castellana y Adaptación del Rdo. P. Germán Prado Monje Benedictino de Silos (España)  Páginas 1751.

    Fuente Primaria e Indispensable del Verdadero Espíritu Cristiano(Pío X).