La madre Angélica entrevista a Joe Clyde de la legión de María

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Joe Clyde
President of Nashville Comitium
Frank Duff
Founder of the Legion of Mary

Santoral

30 de abril

Santa Catalina de Siena, Virgen
San Eutropio de Saintes, Mártir
San Mariano, Mártir (Con Santiago)
Santiago, Mártir
San Máximo, Mártir
Beato Benito de Urbino
Beato Francisco Dickenson, Mártir (Con Miles Gerard)
Beato Miles Gerard, Mártir
Beata Hildegarda

SAN BENITO COTTOLENGO

29 de abril

Su apellido no parece aludir ya a la persona que lo llevaba y se ha hecho sinónimo de lugar donde se acoge a los que todo el mundo rechaza; y los rechaza por motivos muy justificados, porque son casos imposibles: enfermos incurables, niños idiotas, sordomudos, tullidos, epilépticos, cancerosos, viejos con males sin solución.

   Había que ser muy insensato para cargar con todos esos desechos dedicándoles su vida, porque no iba a servir para nada; el sentido práctico más elemental se oponía a esta idea, y si encima era sin dinero, la catástrofe, además de inútil, era segura.

   José Benito Cottolengo nació en Bra, Italia, cerca de Turín, en 1786. Se hizo famoso por haber fundado el hospital llamado «La Divina Providencia», donde en la actualidad se asiste a más de diez mil enfermos y no se llevan cuentas de dinero.

SAN HUGO, Abad de Cluni

29 de abril

El glorioso y venerable abad de Cluni, san Hugo, nació en Semur, de una ilustre y antigua familia de Borgoña. Su padre llamado Dalmacio era señor de Semur, y su madre Aremberga, descendiente de la antigua casa de Vergi. Quería el padre que su hijo Hugo siguiese, como noble la carrera de las armas, pero sintiéndose él más inclinado al retiro y a la piedad que a la guerra, recabó licencia para ir a cultivar las letras humanas en Châlon-sur-Saône, donde la santidad de los monjes de Cluni, gobernados por el piadoso abad Odilón, le movió a dar libelo a todas las cosas de la tierra, y a tomar el hábito en aquel célebre monasterio.

Hizo allí tan extraordinarios progresos en las ciencias y virtudes, que corriendo la fama de su eminente santidad, sabiduría y prudencia por toda Europa, el emperador Enrique le nombró padrino de su hijo; y Alfonso rey de España, hijo de Fernando, acudió a él para librarse de la prisión en que le tenía su ambicioso hermano Sancho, lo cual recabó el santo con su grande autoridad, y también puso fin a las querellas del prelado de Autún y del duque de Borgoña que devastaba las posesiones de la Iglesia. Y no fue menos apreciado de los sumos pontífices, por su rara prudencia y santidad. Nombróle León IV para que le acompañase en su viaje a Francia, y su sucesor Víctor II previno al cardenal Hildebrando, después Gregorio VII, que le tomase por socio y consejero en la legacía cerca del rey de los franceses; Esteban X que sucedió a Víctor, le llamó  y quiso morir en sus brazos. El gran pontífice Gregorio VII se aconsejaba con este santísimo abad de Cluni en todos los negocios más graves de la cristiandad.

Es increíble lo mucho que trabajó este santo en la viña del Señor, edificándola con sus heroicas virtudes, defendiéndola de sus enemigos, y acrecentándola con su celo apostólico, Finalmente después de haber fundado el célebre monasterio de monjas de Mareigni, y echado los cimientos de la magnífica iglesia de Cluni, lleno de días y mere cimientos falleció en la paz del Señor a la edad de ochenta y cinco años.

REFLEXIÓN 

   Entre las muchas cartas de san Hugo, se halla una escrita a Guillermo el Conquistador, el cual le había ofrecido para su monasterio cien libras por cada monje que le enviase a Inglaterra. Respóndele el santo abad que él daría la misma suma por cada buen religioso que le enviasen para su monasterio. si fuese cosa que se pudiese comprar en cuyas palabras manifestaba el temor de que se relajasen los monjes que enviase a Inglaterra no pudiendo vivir allí en monasterios reformados.

Y si todas estas preocupaciones juzgaba el santo necesarias para conservar la virtud de aquellos tan fervorosos monjes, ¿cómo imaginamos nosotros poder estar seguros de no perder la gracia divina, si temerariamente nos metemos en medio de los peligros y lazos del mundo? Quéjanse muchos de las tentaciones que padecen, y murmuran de la Providencia por los recios y continuos combates que les dan los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne: pero día vendrá en que Dios se justifique recordándo1es que ellos mismos se metían las más de las veces en las tentaciones, y haciéndose sordos a las voces de la gracia y de la conciencia, se ponían voluntariamente en las ocasiones de pecar, y se rendían a sus mortales enemigos.

ORACIÓN

   Suplicámoste, Señor, que nos recomiende delante de Ti la intercesión del bienaventurado Hugo, abad, para que alcancemos por su patrocinio, lo que no podemos conseguir por nuestros merecimientos. Por J. C. N. S.

Sacado de: «FLOS SANCTORUM DE LA FAMILIA CRISTIANA», Las vidas de los Santos y principales festividades del año, ilustradas con otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las Oraciones litúrgicas de la Iglesia) del P. Francisco de Paula Morell, S. J. Ed. Difusión, Bs. As., 1943.

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Meditación sobre el Santo Sacrificio de la Misa

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Santoral

28 de abril

San Pablo de la Cruz, Confesor
San Vidal, Mártir
San Luis María Grignon de Montfort, Confesor
San Prudencio, Obispo y Confesor
Santa Valeria, Mártir
San Vital, Mártir
San Cirilo de Turov
San Dídimo, Mártir (Con Teodora)
San Pánfilo de Sulmona

SAN PRUDENCIO, Obispo y Confesor

28 de abril

Asentó el Señor con él un pacto de paz
y le constituyó Príncipe, adjudicándole
para siempre la dignidad sacerdotal
.(Ecles. 45, 30).

 Fue obispo de Tarazona y floreció antes del siglo VIII; sin que se pueda precisar su fecha de modo seguro. La lista de los obispos de Tarazona ofrece algunos huecos en el siglo VI, y uno de esos huecos debe corresponder, sin duda alguna, a San Prudencio. Había nacido en Armentia, cerca de Vitoria. Siendo aún muy joven, dejó su tierra y se juntó con San Saturio para hacer vida solitaria en una cueva que hay en la orilla del Duero, cerca de Soria. De allí lo sacaron los habitantes de Tarazona, para hacerle su obispo.    

ORACIÓN

   Oh Dios, dador de la paz, que concediste a tu santo Confesor y Pontífice Prudencio la admirable gracia de pacificar los ánimos revueltos: haz, te suplicamos, que, por sus méritos e intercesión, conservemos siempre una verdadera concordia con tu voluntad. Por J. C. N. S.

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SAN LUIS Mª GRIGNON DE MONTFORT,Confesor

28 de abril

Para que llegue el Reino de Jesús,
debe llegar primero el Reino de Maria

Si no arriesgamos nada por Dios,
nunca haremos por El, algo que valga la pena
 

Una de las razones principales por las que
 el Espíritu Santo no realiza obras maravillosas
en las almas es que no encuentra en ellas
unión suficientemente estrecha con su fiel e
indisoluble esposa, la Virgen Maria…
 

   Nació de padres cristianos en Montfort (Bretaña francesa) el año 1673. Fue el segundo de dieciocho hermanos. Su padre era muy autoritario y de un temperamento un tanto brusco. Quizá de él heredó nuestro Santo este mismo temperamento contra el que luchó durante toda su vida.

   Al no poderle educar su madre, le confió para que lo alimentara y formara en los principios de la fe a una señora muy buena cristiana que,  dejó huellas también muy hondas en el espíritu del santo.

   Fue enviado al colegio de los padres jesuitas de Rennes donde pasó ocho años entregado a los estudios de humanidades. Aquí trabó gran amistad con los padres carmelitas de esta ciudad que gozaban en aquel entonces de una bien merecida fama de santidad y de profunda y filial devoción a la Virgen María. Entre aquellos religiosos carmelitas que pertenecían a la célebre reforma Turonense, aprendió sin duda la doctrina que después extendería y haría famosa en la Iglesia de hacerlo todo En María, Con María, Por María y Para María.

SAN VIDAL, Mártir

28 de abril

Entre los santos que derramaron su sangre en las primeras persecuciones de la Iglesia, uno fue san Vidal, caballero muy noble de Ravena y marido de Santa Valeria, y padre de Gervasio y Protasio, que todos cuatro fueron ilustres mártires del Señor. Sucedió que habiendo apresado los gentiles en Ravena a un cristiano, llamado Ursicino, de profesión médico, le dieron muchos y atroces tormentos, los cuales él sufrió con grande constancia y fortaleza ayudado de la gracia del Señor.

Mas cuando se llegaba su última hora y vio que el verdugo desenvainaba la espada y le vendaba los ojos, comenzó (como hombre) a desmayar, y a perder el vigor que antes había tenido; y estando ya para adorar a los falsos dioses, Vidal, que estaba presente en este espectáculo, compadeciéndose de él, y juzgando que le corría obligación de socorrerle en aquel conflicto, alzó la voz y públicamente dijo: «¿Qué es esto, Ursicino? ¿qué dudas? ¿qué temes?

Habiendo tú como médico dado salud a tantos enfermos, ahora no aciertas a salvarte a ti mismo? Acuérdate que con esta muerte que se acaba en un soplo, comprarás una vida bienaventurada que no tiene fin. Fueron de tanta eficacia las palabras de Vidal que animaron de tal suerte a Ursicino, que con gran alegría tendió el cuello al cuchillo y murió por Cristo. San Vidal, no contento de haberle dado la vida del alma, por dar honra a su cuerpo muerto con gran celo y fervor le hurtó y sepultó.

El juez que se llamaba Paulino, visto lo que Vidal había dicho y hecho, y entendiendo que era cristiano, le amonestó blandamente que dejase aquélla nueva secta, y siguiese la antigua religión de los romanos. Burlóse Vidal de las palabras de Paulino, el cual le mandó luego atormentar en el ecúleo, donde fueron despedazadas sus carnes y descoyuntados sus miembros, y pro bada su fe y su paciencia.

Como todo esto no bastase para trocarle y ablandar su pecho fuerte, ordenó que lo llevasen al mismo lugar donde había sido ajusticiado Ursicino, y que hiciesen en él una hoya muy grande, le echasen vivo en ella, y la llenasen de tierra y piedra, lo cual ejecutaron a la letra los verdugos, y murió el glorioso mártir ahogado y sepultado vivo, entregando con este linaje de cruel martirio su triunfante espíritu al Criador. Consérvanse las sagradas reliquias de este santo en un magnífico sepulcro de una iglesia que se le dedicó en Ravena, que es uno de los templos más hermosos del mundo; parte de ellas se veneran en Bolonia y en Praga.

REFLEXIÓN

   Dio el bárbaro tirano contra san Vidal aquélla sentencia de horro rosa muerte, a persuasión de un sacerdote de Apolo, En el cual luego que expiró el santo mártir, entró el demonio y le comenzó a atormentar tan terriblemente, que daba gritos y decía: «¡Quémame, Vidal! ¡enciéndeme, Vidal!  Y como padeciese siete días este tormento, no pudiendo más sufrir el fuego interior que le abrasaba, se echó en un río y se ahogó. Donde se ve el castigo del mal consejo que había dado aquel mal hombre contra nuestro santo; el cual por el contrario, mereció la palma de los mártires por el buen consejo que había dado a Ursicino ayudándole a morir por el Señor. Procuremos pues aconsejar siempre cosas buenas y santas: ya que de los buenos consejos podemos esperar la recompensa de Dios, y de los malos consejos solo podemos esperar el daño y castigo, que no pocas veces recae aun en esta vi da sobre la cabeza de los que aconseja ron a otros lo que era inicuo.  

ORACIÓN

   Suplicámoste, Señor todopoderoso, que los que celebramos el nacimiento al cielo de tu bienaventurado mártir Vidal, seamos por su intercesión fortificados en el amor de tu santo nombre.  Por J. C. N. S.

Sacado de: «FLOS SANCTORUM DE LA FAMILIA CRISTIANA», Las vidas de los Santos y principales festividades del año, ilustradas con otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las Oraciones litúrgicas de la Iglesia) del P. Francisco de Paula Morell, S. J. Ed. Difusión, Bs. As., 1943.

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El padre Robert A. Skeris y la madre Angélica hablan sobre la Santa Misa.

La teología de la adoración

Fr. Robert A. Skeris Chairman, Theology Department Christendom College

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Santoral

27 de abril

Nuestra Señora de Montserrat, Patrona de Cataluña
San Antimio, Obispo y Mártir
San Toribio de Mogrovejo, Obispo y Confesor
San Pedro Armengol, Mártir
San Pedro Canisio, Confesor y Doctor
Santa Zita, Patrona del Servicio Doméstico
San Toribio de Lima
San Esteban de Pechersky
San Floribertode Lieja
Beato Jacobo de Biteto
Beato Antonio de Siena,
Beata Osanna de Cattaro

SANTA ZITA, Patrona del Servicio Doméstico

27 de abril

(1276)

De Santa Zita se cuentan multitud de anécdotas y milagros que sucedieron tanto en vida como después de muerta. Bien puede haber entre ellos la base real que justifica el relato agrandado por el cariño de las gentes sumamente comprensible por ser ella una más del pueblo. Y santa, muy santa tuvo que ser la patrona del servicio doméstico.

   Canonizar a un mártir es fácil, basta con demostrar que su muerte fue causada por el odio a la fe; canonizar a los papas, obispos, abades, fundadores y reyes, es algo más difícil, porque es necesario demostrar procesalmente su presupuesta santidad y la señal del cielo -el milagro ratificante y para eso hay que contar con personas, tiempo y dinero. Canonizar a un sacerdote es bastante más complejo, como en todos los casos, se precisan la santidad del sujeto  y encontrar a alguien que se interese mucho en sacar adelante el largo proceso; es casi tan difícil como canonizar a una madre de familia santa -hay muchas-, a un maestro, o médico de pueblo. Pero canonizar a la criada de toda la vida, a la sirvienta, tiene mucho mérito. 

   Santa Zita nació en una aldea llamada Monsagridi en una familia pobre de bienes y rica en amor y temor de Dios; comienza a servir en Lucca a la familia del acomodado Fatineli que vive junto a la iglesia de San Frigidiano. La bondad de los hábitos adquiridos con paciencia y buen humor en la escuela de la familia y el celoso quehacer llevado con alegría y mucho empeño la indispusieron en su trabajo con los otros criados que se ganan el pan cumpliendo sin mucho esfuerzo. Ella trabajó bien y terminó la tarea con primor, los otros pensaron que se esforzaba en demasía y los dejaba mal a ellos. ¿Por qué no se contentaba con hacer lo suficiente para salir del paso? Los colegas mediocres, en su ineptitud, interpretaron mal sus gestos; a la virtud le llamaron soberbia, a la puntualidad, engreimiento; a la presteza, adulación y al sacrificio, remedo; sí, hasta en la piedad maljuzgaron a Zita como hipócrita aspirante al beaterio. Pero Zita supo ser fuerte, se conservó serena, mantuvo el tipo con espíritu alegre y sin quejas.

Otro aspecto que resalta en su vida de servicio a todos es la caridad con el prójimo menos afortunado en salud, trabajo o dinero. De lo suyo -que era poco- dio todo; alargada en la generosidad, de los bienes que sobraban a otros -los superfluos de su dueño- no se paró en mientes para hacer partícipes a los pobres; esto llegó a causarle trastornos con el amo Fatineli que alguna vez vio aminorada su despensa o disminuidos sus graneros.     Santa Zita murió entre grandes sufrimientos, mostrando la misma serenidad y buen humor que la había caracterizado siempre. Cuatro años después, el obispo de la ciudad la quiso elevar a los altares, debido a los numerosos favores que se recibían al visitar su tumba. Santa Zita es Patrona de las empleadas domésticas.

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SAN PEDRO ARMENGOL, Mártir

27 de abril

El glorioso redentor de los cautivos y mártir de la caridad san Pedro Armengol nació en la Guardia de los Prados, villa del arzobispado de Tarragona, y su apellido queda todavía en la muy ilustre familia de los barones de Rocafort, descendientes de los condes de Urgel y emparentados con los antiguos condes de Barcelona, y reyes de Francia, condes de Flandes y reyes de Castilla y Aragón. Hallóse presente en su nacimiento el venerable padre Bernardo Corbera, religioso de la Merced, el cual profetizó del niño recién nacido diciendo: «A este niño un patíbulo ha de hacerle santo».

Crióle su padre Arnoldo como a mayorazgo, noble, rico y deseado: pero ¡oh fuerza de las malas compañías cuántas torres de virtud has derribado! El ilustre mancebo que parecía un ángel por su piedad e inocentes costumbres, con el ejemplo de otros mozos desenvueltos, bravos y valientes, con quienes jugaba y como brioso caballero de su edad probaba con las armas en la mano la destreza y el valor, vino a desenfrenarse de tal manera, que hacía gala de sus desórdenes y oscurecía su linaje capitaneando una cuadrilla de ladrones. Por este tiempo determinó el rey don Jaime pasar de Valencia a Mompelier entendiendo que los Pirineos estaban infestados de salteadores, mandó a Arnoldo que con dos compañías de infantes y algunos caballos limpiase aquellos caminos de bandoleros. Entonces lucharon cuerpo a cuerpo Arnoldo y su hijo Pedro hasta que después de haberse herido, se reconocieron, y el hijo, llenos de lágrimas los ojos, se echó a los pies del padre, con grande arrepentimiento de su mala vida.

Partióse de allí a Barcelona y después de hacer una confesión general de todas sus culpas, pidió el hábito de los religiosos de la Merced, y comenzó una vida llena de admirables y extraordinarias virtudes. Ordenáronle de sacerdote, y todos los días celebraba la misa con tantas lágrimas que  hacía llorar de devoción a todos los que la oían. Rescató en Murcia doscientos cuarenta cautivos, convirtió al rey Almohazen Mahomet, el cual se hizo Mercedario y se llamó Fray Pedro de santa María.

Pasando después el santo de Argel a Bugía con Fr. Guillermo, florentino, rescató ciento diez y nueve cautivos, y para sacar de la esclavitud a diez y ocho niños se quedó en rehén de mil escudos que ofreció por ellos. Ocho meses estuvo encerrado en un calabozo, padeciendo cada día palos y azotes; y como no llegasen los mil escudos a su tiempo le condenaron a la horca. Vino ocho días después del suplicio su compañero Guillermo con los mil escudos, y con gran espanto le halló vivo todavía y pendiente de la horca, en la cual dijo el santo que la santísima Virgen le había sostenido en sus manos. Finalmente después de haber con vertido con estupendos prodigios a muchos infieles a nuestra santa fe, entregó su bendita alma al Señor en su mismo convento de nuestra Señora de los Prados.

REFLEXIÓN

   La vida admirable de este santo nos manifiesta cuan poderosa es la gracia de nuestro Señor Jesucristo para trocar los corazones de los hombres, hasta hacer de un capitán de bandidos un perfectísimo religioso, un celoso misionero y un gloriosísimo mártir de la caridad. Esta es una excelencia propia de nuestra santa Religión: porque ninguna fuerza ni convicción humana sería bastante para trocar con tan extraña mudanza el ánimo y las costumbres de los hombres, si no interviniera en ello la mano poderosa de Dios.    

ORACIÓN

   Oye, Señor, benignamente las súplicas que te hacemos en la solemnidad de tu glorioso confesor el bienaventurado Pedro, para que consigamos por la intercesión del que tanto te agradó lo que no podemos esperar de nuestros merecimientos.  Por J. C. N. S.

Sacado de: «FLOS SANCTORUM DE LA FAMILIA CRISTIANA», Las vidas de los Santos y principales festividades del año, ilustradas con otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las Oraciones litúrgicas de la Iglesia) del P. Francisco de Paula Morell, S. J. Ed. Difusión, Bs. As., 1943.

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SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO, Obispo y Confesor

27 de abril

Patrono del Episcopado de Iberoamérica

Su contribución a liberar parte de la Europa 
germánica del yugo de la mentira religiosa 
y filosófica y de la tiranía política que le es intrínseca
 es ejemplo de la fuerza que puede tener el 
trabajo intelectual al servicio la Verdad

Toribio Alfonso de Mogrovejo nació en Mayorga, hoy provincia de Valladolid, en 1538, de una antigua familia noble, muy distinguida en la comarca. Su padre, don Luis, «el Bachiller Mogrovejo», como le decían, fue regidor perpetuo de la villa, y su madre, de no menor señorío, fue doña Ana de Robledo. Antes de él habían nacido dos hijos, Luis y Lupercio. Y después de él, dos hermanas, Grimanesa y María Coco, que habría de ser religiosa dominica. Muertos los dos primeros, a él le correspondió el mayorazgo de los Mogrovejo. Recordaremos aquí su vida según la amplia y excelente biografía de Vicente Rodríguez Valencia, y la más breve de Nicolás Sánchez Prieto.

   Su educación fue muy cuidada y completa. A los 12 años estudia en Valladolid gramática y retórica, y a los 21 años, en 1562, comienza a estudiar en Salamanca, una de las universidades principales de la época, que sirvió de modelo a casi todas las universidades americanas del siglo XVI. En Salamanca le ayudó mucho, en su formación personal y en sus estudios, su tío Juan de Mogrevejo, catedrático en Salamanca y en Coimbra.

   Al parecer, pasó también en Coimbra dos años de estudiante, y se licenció finalmente en Santiago de Compostela, adonde fue a pie en peregrinación jacobea. En 1571 gana por oposición una beca en el Colegio Mayor salmantino de San Salvador de Oviedo. Uno de sus condiscípulos del Colegio, su amigo don Diego de Zúñiga, fue importante, como veremos, en ciertos pasos decisivos de su vida.

SAN ANTIMIO, Obispo y Mártir

27 de abril

El demonio, cuando profiere una mentira,
habla como quien es, por ser de suyo
mentiroso y padre mentira.
(Juan, 8, 44).

San Antimio era obispo de Nicomedia, cuando el emperador Diocleciano envió unos soldados para que se apoderaran de su persona. Lo encontraron los soldados y le preguntaron si conocía a Antimio; él los condujo a su casa, dióles un espléndido festín y, después, declaróles que era el hombre a quien buscaban. Los soldados quisieron salvarle valiéndose de una mentira, pero el santo obispo rehusó este favor; tanto los instó que, por fin, lo condujeron ante el emperador. Éste lo hizo decapitar. Corría el año 303 de nuestra era.    

  MEDITACIÓN
SOBRE LA MENTIRA

   I. Nunca se debe mentir, bajo ningún pretexto; pues siempre la mentira es pecado que nos asemeja al demonio, padre de la mentira, y borra de nuestra alma la cualidad de hijos de Dios y hermanos de Jesucristo, que es la Verdad misma. Hemos de sufrir la muerte, como San Antimio, antes que consentir en una mentira, por leve que parezca. Una mentira no es cosa de poca importancia, pues ofende a Dios infinito y omnipotente. No mires como leve nada que ofenda a Dios. (Salviano) .

   II. Perjudicas a tu prójimo cuando le hablas contra tu pensamiento; lo engañas, introduces, en cuanto de ti depende, la discordia en la sociedad. Si todos los hombres fuesen mentirosos, ¿a qué extremos no llegaríamos? Injurias a Jesucristo, que es testigo de tu mentira, pues los cristianos, al decir de San Agustín, no sólo son los miembros de Jesucristo, sino que deben ser también los órganos de su voz. ¿Dices tú muchas mentiras? Examínate sobre este punto.

   III. Hay personas cuya vida es una mentira continua; engañan a todo el mundo mediante su hipocresía. ¡Oh! ¡cuán raros son aquellos que quieren parecer lo que son! Dios te ve tal cual eres; en vano te ocultas a los ojos de los hombres, Dios es tu juez. Al final todo se descubrirá, se conocerán tus imposturas, a luz plena se verá la verdad. Se puede ocultar la verdad por un poco de tiempo, no se la puede hacer desaparecer, la iniquidad puede triunfar por un instante, pero no reinar siempre. (San Agustín).   

Huir de la mentira
Orad por la conversión
de los pecadores.

ORACIÓN

   Dios todopoderoso, mirad nuestra flaqueza, ved cómo nos agobia el peso de nuestros pecados y fortificadnos por la gloriosa intercesión de San Antimio, vuestro mártir y pontífice. Por J. C. N. S.

Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed.ICTION, Buenos Aires, 1982)

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A NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT

Rosa de abril, morena de la sierra
de Montserrat, estrellado.
Ilumina la catalana tierra
y guíanos hacia el cielo

   En las montañas,

los ángeles trabajan

esos picos
para hacerte un palacio

   Reina del cielo,
que los ángeles bajaron
danos abrigo,
dentro de tu manto azul

   Alba naciente de estrellas coronadas,
ciudad de Dios que soñaba David
a vuestros pies la luna se ponía
y el sol con sus rayos os vestía.

   De los catalanes siempre seréis princesa,
de los españoles estrella de oriente,
sois el pilar de fortaleza
y para los pescadores, puerto de salvamento,

   Dais consuelo a quien la patria añora,
sin haber visto nunca la cima de Montserrat,
en tierra y mar, os imploramos
devuélvele a Dios los corazones que le han dejado.

   Fuente del agua de la vida
desde el cielo regáis el corazón de nuestro país
dones y virtudes dejáis floreciendo
para hacer vuestro paraíso

   Dichosos ojos, Maria, los que os ven
dichosos los corazones que se abren a vuestra luz
Rosa del cielo, que los ángeles revolotean
y en la oración ponéis vuestro perfume.

   Árbol gentil, que el Líbano corona
árbol de incienso, palmera de sion
los frutos sagrados que vuestro amor nos da
es Jesucristo, el Redentor del mundo.

   Con vuestro nombre, empieza nuestra historia
y es Montserrat nuestro Sinaí
sean para todos la escalera de la gloria
esos escalones cubiertos de romaní. 

NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT, Patrona de Cataluña

27 de abril

 La montaña de Montserrat, en Cataluña, famosa entre las montañas por su rara configuración, ha sido desde tiempos remotos uno de los lugares escogidos por la Santísima Virgen para manifestar su maternal presencia entre los hombres.

Bajo la advocación plurisecular de Santa María de Montserrat, la Madre de Dios ha dispensado sus bendiciones sobre los devotos de todo el mundo que a Ella han acudido a través de los siglos. Pero su maternidad se ha dejado sentir más particularmente, desde los pequeños orígenes de la devoción y en todas las épocas de su desarrollo, sobre las tierras presididas por la montaña que levanta su extraordinaria mole en el mismo corazón geográfico de Cataluña.

Con razón, pues, la Iglesia, por boca de León XIII, ratificando una realidad afirmada por la historia de numerosas generaciones, proclamó a Nuestra Señora de Montserrat como Patrona de las diócesis catalanas, señalando. asimismo una especial solemnidad litúrgica para honrar a la Santísima Virgen y darle gracias por todos sus beneficios bajo esta su peculiar advocación.  

LAS ROGATIVAS

25 de abril

Las Rogativas (del latín rogare, rogar) o Letanías (del griego Litaneia, súplica u oración), son oraciones solemnes instituidas por la Iglesia para ser rezadas o cantadas en ciertas procesiones públicas y para determinadas y extraordinarias necesidades. Sólo las encontramos en la liturgia dos veces al año: el 25 de abril, fiesta de San Marcos (letanías mayores) y el triduo que precede a la Ascensión (letanías menores).

   El Papa y los Obispos pueden prescribirlas a los fieles,  en las calamidades y necesidades públicas, pero entonces figuran como actos extralitúrgicos. Los calificativos de mayores menores sólo sirven para distinguir unas de otras.

   1. Las Rogativas de San Marcos son de origen romano y datan, probablemente, del siglo IV. Primitivamente no estuvieron sujetas a día fijo. Fue San Gregorio Magno, en el primer año de su pontificado (590), quien las fijó definitivamente; ora, según unos, para dar mayor pompa a las fiestas que, en tal día, se celebraban para conmemorar el aniversario de la entrada de San Pedro en Roma; ora, según otros, en sustitución de los festejos paganos, llamados «Robigalia», que en honor del dios Robigus organizaban, ya de antiguo, los labradores romanos, con procesión a través de los campos y sacrificios de animales, para interesar a la deidad en favor de los sembrados. 

   Nada tienen que ver con la fiesta de San Marcos, establecida mucho después, ni es necesario, por lo mismo, que coincidan ambas.

   Si la fiesta de San Marcos se traslada, no por eso se trasladan las Rogativas, a menos que ocurran el mismo día de Pascua, en cuyo caso se tienen el martes siguiente.

San Juan 20, 19-31

Acerca tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino fiel.

Evangelio

Se relatan aquí dos apariciones de Jesús resucitado: una a todos los Discípulos reunidos, menos Tomás, en la que Jesús instituye el sacramento de la confesión; y otra a los mismos, y a Tomás con ellos, en la que se deja examinar y tocar para confundir el escepticismo de Tomás. Esta segunda corresponde a este domingo de hoy, octava de la Resurrección.

Continuación del Santo Evangelio según San Juan (20I, 19-31) – 

Aquel mismo día, primero después del sábado(3), siendo ya tarde, y estando cerradas las puertas de la casa, en donde se hallaban juntos los discípulos, por miedo a los judíos (4), vino Jesús, y apareciéndose en medio de ellos, les dijo: «La paz sea con vosotros.» Esto dicho, mostróles manos y costado. Llenáronse de gozo los discípulos, viendo al Señor.

Díjoles de nuevo: «La paz sea con vosotros. Como mi Padre me envió, así también yo os envío.» Dichas estas palabras, sopló sobre ellos, y les dijo: «Recibid al Espíritu Santo. Quedan perdonados los pecados a aquellos a quienes les perdonareis, y quedan retenidos a los que se los retuviereis(5).» Pero Tomás, uno de los Doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. y los otros discípulos le dijeron : «Hemos visto al Señor» .

Mas, él les dijo : «Si no viere en sus manos la hendidura de los clavos, y metiere el dedo en el agujero de los clavos, y metiere la mano en su costado, no lo creeré.» y al cabo de ocho días, estaban otra vez sus discípulos dentro, y Tomás con ellos. Vino Jesús, estando cerradas las puertas, y apareciéndose en medio de ellos, les dijo: La paz sea con vosotros  y después dijo a Tomás: «Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; trae tu mano, métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino fiel.» Respondió Tomás, y le dijo: «Señor mío, y Dios mío(6)

Díjole Jesús: «Porque me has visto, Tomás, has creído: Bienaventurados aquellos que sin haberme visto han creído.» Otros muchos milagros hizo Jesús ante sus discípulos, que no están escritos en este libro. Mas, éstos han sido escritos, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre. 

  • (3) Ocurre esta aparición el mismo día de la Resurrección, por la tarde.
  • (4) No debe extrañar  esta entrada de Jesús en la habitación, a través de las paredes, pues para su cuerpo, glorificado ya, no podía haber ningún obstáculo. 
  • (5) La Iglesia ha visto siempre en estas palabras contenido el precepto de la confesión de los pecados, necesaria para juzgar sobre los que hayan de ser perdonados o retenidos. 
  • (6)Palabras famosas con que Tomás, el apóstol incrédulo, confesó a Jesús como hombre (¡Señor mío!) y como Dios (¡y Dios mío!).

SANTA MARÍA EUFRASIA PELLETIER, Virgen

24 de abril

Santa Rosa Virginia Pelletier nació en 1796, en la isla de Noirmoutier, frente a la costa de Bretaña, donde sus padres se habían refugiado cuando el levantamiento de La Vendée. En la escuela de Tours, Rosa oyó hablar del convento del Refugio, perteneciente a una congregación que San Juan Eudes habían fundado en 1641, para rescatar a las mujeres caídas y defender a las que se hallaban en peligro. La congregación se llamaba «Instituto de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio» y tenía una casa en Tours. Rosa entró en el noviciado en 1814 y, unos once años más tarde, cuando tenía sólo veintinueve años, fue elegida superiora.

De Angers le pidieron una nueva fundación, y la santa fue a esa ciudad a tomar posesión de una casa de refugio que existía desde hacía varios años y se llamaba «El Buen Pastor». El éxito que consiguió ahí fue tan maravilloso, que las gentes se opusieron a dejarla volver a su comunidad de Tours. Finalmente, al cabo de largas negociaciones, la madre Pelletier fue nombrada superiora de la nueva fundación.

Comprendiendo que inevitablemente surgirían dificultades si cada casa dependía de un obispo diferente y tenía su propio noviciado, como sucedía en el Instituto de Nuestra Señora de la Caridad, la madre Santa Eufrasia (como la llamaban las gentes) decidió centralizar la organización, fundar un noviciado único y hacer que se nombrara a una superiora general con poder de trasladar a las religiosas de una casa a otra, según las necesidades. A pesar de la oposición y del temor natural que le producía el ejecutar un cambio tan radical, la madre Pelletier defendió con firmeza ese medio de promover la causa por la que todas las religiosas trabajaban.

   Sin perder un ápice de su humildad y de su respeto por la autoridad, la joven superiora (de la que una de sus admiradoras dijo que «tenía madera para gobernar un reino»), consiguió, con la ayuda de la providencia, fundar en Angers el nuevo Instituto del Buen Pastor. En 1835, llegó la aprobación pontificia. Los progresos de la congregación fueron muy rápidos y, las nuevas fundaciones hacían un bien inmenso en dondequiera. Cuando Santa Eufrasia murió, en 1868, la congregación contaba con 2760 religiosas y era ya conocida en todo el mundo. En sus múltiples pruebas y dificultades, que incluyeron acusaciones de espíritu de innovación, ambición personal y deseo de autoridad, Santa Eufrasia dio pruebas de fortaleza heroica y absoluta confianza en Dios.

«Como he dado a luz a mis hijas en la cruz dijo  en cierta ocasión, las quiero más que a mí misma. Mi amor tiene sus raíces en Dios y en el conocimiento de mi propia miseria, pues comprendo que a la edad en que hacen la profesión, yo no hubiese sido capaz de soportar tantas privaciones y un trabajo tan duro». Santa Eufrasia fue canonizada en 1940.

Robert Quardt. Los Santos del Año. Editorial Herder. Barcelona, España. 1958.

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Conoce la Santa Misa de Siempre

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Este video animado, está destinado a los niños y adultos que deseen aprender el verdadero significado de la Santa Misa Tridentina; Rito exclusivo de la religión Católica para agradar a Dios.  

Trae enseñanzas sobre el significado de los ornamentos, los vasos sagrados y otros elementos de la Liturgia Católica.

También enseña como en la misa están presentes los Santos Ángeles y la Virgen María cuando el Sacerdote Celebra la Santa Eucaristía.

Entérese de cómo San Miguel Arcángel lucha contra el demonio para proteger las almas durante la celebración de la Santa Misa.

VERSIÓN INGLES AQUÍ: https://youtu.be/HV2X_H3IBnQ

VERSIÓN PORTUGUÉS AQUÍ: https://youtu.be/nLuJ3YAyp0U

VERSIONE ITALIANA: https://youtu.be/-2nsENs8igs

Tomado de:

Jl Pivel

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SANTA INÉS DE MONTE PULCIANO, Virgen

20 de abril

 La bienaventurada virgen y esposa de Jesucristo, santa Inés de Monte-Pulciano, nació en la ciudad de este nombre, que está en la Toscana, de padres muy señalados por su nobleza y riqueza. Desde la cuna comenzó a mostrar su devoción a Jesucristo y a la santísima Virgen; por que cuando le ponían a los ojos alguna imagen del Señor o de su benditísima Madre, la miraba y remiraba con visibles demostraciones de gran alegría.

Educáronla en el monasterio de las saquinas, llamadas así porque traían un escapulario de sayal grosero; y como una abadesa de rara prudencia y virtud visitase aquel monasterio, en viendo a la niña Inés, dijo: «No ilustrará menos esta Inés a la religión con sus virtudes, que la otra Inés romana con su martirio». A los catorce años mostraba tanto seso y prudencia, que no dudaron en encomendarle la administración de las cosas temporales del convento, y a la edad de diez y ocho años, con la bendición del sumo pontífice Nicolás IV, fue nombrada superiora del convento que se acababa de fundar en Proceno, en el condado de Orvieto.

Ayunaba todos los días a pan y agua, dormía sobre la desnuda tierra, reclinan do la cabeza sobre una piedra: pero, ¿quién podrá explicar los favores extraordinarios que recibía del cielo, las apariciones de los ángeles, de santo Domingo, de san Francisco, y de su dulcísimo Esposo Jesús. con quien familiarmente conversaba con celestial suavidad y regalo? ¿Quién podrá decir los milagros que obró el Señor por esta santa virgen y e] fruto que causó en muchos pecadores con su santa vida y conversación?

Sintieron mucho los vecinos de Monte Pulciano la ausencia de sor Inés, que estaba en Proceno, y acordándose del deseo que tenía la santa siendo niña, de ver convertido en convento de penitencia una casa de mujeres públicas que había en la entrada de la ciudad, determinaron ponerlo por obra a todo trance a trueque de que viniese la santa. Entonces cedió el amor del retiro, al celo de las almas, fundó aquel nuevo monasterio, y entabló en él la primitiva regla de san Agustín, según el, instituto y espíritu de santo Domingo, y en breve tiempo floreció la pureza de muchas santísimas vírgenes, donde tenían su asiento los vicios más abominables. Allí hizo la santa brotar un manantial de agua viva, de virtud muy prodigiosa para curar todo género de enfermedades, que hasta hoy se llama el agua de santa Inés. Finalmente, a los cuarenta y tres años de su vida pasó a gozar de la eterna gloria de su Divino Esposo, haciendo el Señor glorioso su sepulcro con muchos milagros.

REFLEXIÓN 

   En el ardiente celo que manifestó esta santa virgen, convirtiendo aquel lodazal de vicios en jardín de flores celestiales, echarás de ver la inmaculada pureza que inspira nuestra santísima Religión a todos los que de veras la profesan.

Por el contrario, la impiedad infernal de los modernos sectarios y apóstatas, multiplica cada día las tentaciones sensua1es y lazos de Lucifer para acabar con la honestidad y fe de los católicos. «Está resuelto en nuestras logias, dice un documento muy conocido de la suprema Venta de los masones, que es menester popularizar al vicio para matar la fe: que lo respiren los hombres por todos sus, cinco sentidos, que se saturen de él, y ya no habrá más católicos».

No es nueva en el mundo esta astucia de Satanás. La impiedad hace de los hombres bestias: la Religión hace de las bestias hombres, y de los hombres ángeles.   

ORACIÓN

   Oh Dios, que eres nuestra salud, oye nuestras súplicas, para que así como celebramos con gozo la festividad de la bienaventurada virgen Inés, así alcancemos el fervor de una piadosa devoción.   Por J. C. N. S.

Sacado de: «FLOS SANCTORUM DE LA FAMILIA CRISTIANA», Las vidas de los Santos y principales festividades del año, ilustradas con otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las Oraciones litúrgicas de la Iglesia) del P. Francisco de Paula Morell, S. J. Ed. Difusión, Bs. As., 1943.

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Beato Jaime Ducket, Mártir

19 de abril

El Beato Jaime Ducket es particularmente interesante, ya que casi todas las sentencias de prisión pronunciadas contra él, así como la condena a muerte, se debieron a sus esfuerzos por propagar la fe, mediante la prensa católica. Había nacido en Gilfrotriggs, en Westmorland. En Londres aprendió el oficio de impresor. El estudio de un libro, llamado «El firme fundamento de la Religión Católica», le hizo dudar de la verdad del protestantismo, en el que había sido educado y, desde entonces, dejó de asistir a los oficios protestantes.

   El pastor de la iglesia de San Edmundo le mandó llamar; Jaime le confesó francamente que no pensaba volver a una iglesia protestante hasta que se le diesen argumentos más convincentes a favor del protestantismo. Por ello, fue condenado a dos años de prisión, uno en Bridewell y otro en Compter. Gracias a la intervención del impresor con el que trabajaba, Jaime fue puesto en libertad; pero a causa de la sentencia, su patrón juzgó más prudente despedirle.

   Jaime recurrió entonces a un anciano sacerdote, llamado Weekes, para que le instruyese. Por el momento, el sacerdote se hallaba preso en Gatehouse; pero dos meses más tarde quedó libre y lo primero que hizo fue instruir a Jaime en el catolicismo. La vida de Jaime fue realmente ejemplar. Se casó con una viuda católica, a la que quiso mucho. Su hijo, que fue más tarde superior de los Cartujos de Newport, escribió un relato del juicio y la muerte del beato. Jaime se dedicó a la venta de libros, «tanto para consuelo e instrucción de los católicos, como para que pudiesen ayudar a otras almas». Ese trabajo era tan peligroso en aquella época, que de sus doce años de matrimonio, Jaime pasó nueve en la prisión, en diversas ciudades de Inglaterra. La última vez fue denunciado por un tal Pedro Bullock, quien habían empastado varios libros para el beato,  y creyó que, delatándole, lograría conseguir una conmutación de la pena de muerte que había merecido por otro delito. Era falso que Jaime hubiese publicado las «Súplicas de la Reina» del P. Southwell, pero el beato confesó que poseía otros libros católicos. El jurado se rehusó al principio a condenarle por el testimonio de un solo testigo, pero el supremo magistrado, Popham,  pidió al jurado que reflexionase sobre su veredicto.  Bastó un breve receso para cambiar la sentencia; el jurado declaró al Beato Jaime culpable de felonía y le condenó a muerte. La esposa del beato fue a visitarle a la prisión llorando sin consuelo. Jaime le dijo: «Si me hubiesen nombrado secretario o tesorero de la reina, no llorarías. Pues ahora que voy a estar cerca del trono del Rey de los reyes no debe haber lágrimas. Desde arriba podré hacerte todavía más bien, con tal de que sigas sirviendo a Dios morir entre ladrones como mi Maestro y Señor». El beato perdonó de todo corazón a su delator, quien fue ejecutado junto con él, a pesar de su traición. Ambos fueron conducidos a Tybrun en el mismo carro. La esposa del beato le dio un poco de vino en Holborn Bars. Jaime repitió una vez más a Bullock que le perdonaba, le exhortó a morir en la iglesia católica y le dio un beso cuando les echaron la cuerda al cuello.

Robert Quardt. Los Santos del Año. Editorial Herder. Barcelona, España. 1958.

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San Vicente de Colibre, Mártir

19 de abril

En el principio del imperio de Diocleciano estaba en todo el mundo en tanta estimación la fe y la religión cristiana, que los mismos emperadores, aun que paganos, daban el gobierno de las provincias a los cristianos, porque hallaban en ellos tanta fidelidad para con los príncipes, cuanta nunca jamás experimentaron en los de alguna otra profesión. Habíase, pues, mostrad Diocleciano favorable a los cristianos mientras tuvo necesidad de sus fuerzas contra los persas pero viéndose y triunfante y glorioso, reventó y salió de madre furiosamente aquel odio mortal al nombre de Cristo, que por espacio de diez y ocho años estaba represado en su infame corazón; y determinó con Maximino su compañero destruir a los cristianos y acabarlos del todo. En todas las ciudades del imperio se hallaban las cárceles llenas de cristianos, los cuales ajusticiados en las plazas para escarmiento de los de más: y como España estaba sujeta al imperio, le cupo gran parte de esta cruel persecución. En este tiempo pues, había en Colibre, pueblo de Cataluña cerca de Perpignan, un hombre muy católico, virtuoso y gran siervo de Dios, llamado Vicente. Llegó a Calibre Daciano, presidente general de España por los ya mencionados emperadores, y el primer católico que le presentaron fue Vicente, al cual en vano procuró apartar de la fe de Jesucristo, y atraer a la adoración de los falsos dioses; porque le halló siempre firme y constante; y al fin de varios tormentos con que juzgó el tirano amedrentarlo viendo que se cansaba en balde y que Vicente traía escrito contra él el triunfo, palma y corona, que eso es Vicente, o Vincente, le condenó a morir degollado. Ofreció, la cerviz a la cuchilla del verdugo, y con este suplicio entregó su bendita alma en manos del Señor y alcanzó la corona inmortal de los mártires vencedores, significada en el nombre de Vicente que llevaba nuestro santo glorioso.

REFLEXIÓN

Fue tan cruel el odio de estos tiranos emperadores, contra los cristianos, que no contentos con quitarle las vidas después de tan bárbaros cuanto inhumanos tormentos, hacían luego quemar cuantos escritos hallaban en poder de los cristianos que pudieran dar testimonio a los venideros de los san tos mártires y sus hechos ilustres; por lo cual hay infinitos mártires gloriosos, de quienes no han quedado más que los nombres, y de otros tan pocas noticias como se ve en este martirio de san Vicente. Sabe el demonio el provecho que se sigue a las almas de leer semejantes historias, y el daña que a él le viene, y por eso procura ocultarlas; pero no todas las veces sale con su intento, y por donde intenta ocultarnos un Vicente mártir, queda burlado, cuando se nos descubren muchos gloriosos Vicentes, mártires españoles, como son san Vicente, diácono de Zaragoza, mártir insigne; san Vicente de Ebora, mártir glorioso en Ávila, con santa Sabina y Cristela hermanas; san Vicente, mártir en Gerona, con Oroncio y Víctor; san Vicente, abad del monasterio de san Claudio, mártir célebre en tiempo de los godos y otros santos Vicentes, con que el diablo se quiebra los ojos en su dañino intento; vaya para quien es y nosotros esperemos vencerle, por la intercesión de santos Vicentes, como le vencieron y triunfan gloriosos en el reino de Dios.   

ORACIÓN

   Concédenos, oh Dios omnipotente, que los que veneramos el nacimiento para la gloria de tu bienaventurado mártir Vicente, seamos fortalecidos por su intercesión en el amor del Santísimo Nombre.  Por J. C. N. S.

Sacado de: «FLOS SANCTORUM DE LA FAMILIA CRISTIANA», Las vidas de los Santos y principales festividades del año, ilustradas con otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las Oraciones litúrgicas de la Iglesia) del P. Francisco de Paula Morell, S. J. Ed. Difusión, Bs. As., 1943.

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EL Regina Cœli

Durante el tiempo pascual la Iglesia Universal se une en oración recitando el Regina Cœli” (en lugar de la oración del Angelus). Regina Cœli” (en latín), significa Reina del cielo, y se reza desde la Vigilia de Pascua (Sábado Santo) hasta el mediodía del sábado después de Pentecostés; para unirse con alegría a la Madre de Dios por la Resurrección de su Hijo Jesucristo, hecho que marca el misterio más grande de la fe católica.  Como muchas oraciones, las primeras palabras que la componen, le dan su nombre. Regina Cœli” es el nombre de esta oración tradicional que se le reza a la Santísima Virgen María. Debe ser cantado o rezado en coro y de pie.

El rezo de la antífona de Regina Cœli fue establecida por el Papa Benedicto XIV en 1742 y reemplaza durante el tiempo pascual al rezo del Ángelus (cuya meditación se centra en el misterio de la Encarnación). Esta antífona mariana es uno de los cuatro himnos del tiempo de Pascua que se incluyen en la Liturgia de las Horas.  Forma parte de la oración litúrgica nocturna llamada Completas. Su brevedad y sencillez, además de su hermoso significado teológico, hacen de esta oración una de las más bellas expresiones de la alegría pascual.

La antífona original es adaptada para ser recitada como oración, de una forma similar a la del Ángelus, tomando su forma presente y agregando una oración final.  Al igual que el Ángelus, el Regina Cœli se reza tres veces al día, al amanecer, al mediodía y al atardecer, como una manera de consagrar el día a Dios y a la Santísima Virgen María.  Se desconoce el origen de esta oración, Regina Cœli, pero una bella tradición lo atribuye a San Gregorio Magno, Pontífice y Doctor de la Iglesia, quien habría escuchado los primeros tres versos de la boca de los ángeles, mientras iba en procesión descalzo por las calles de Roma. A la composición celestial el Papa Santo habría añadido únicamente la cuarta frase de la oración: “Ruega por nosotros a Dios”. Cantar a la Virgen María: “¡Alégrate!”, es una tradición que se remonta al siglo XII, se sabe que era repetido por los frailes franciscanos después de rezar las completas, en la primera mitad del siglo XIII, luego la popularizaron y la extendieron por todo el mundo cristiano.

Regina Cœli

10 años de indulgencia por cada vez que se rece e indulgencia plenaria si se reza durante todo un mes.

                     Se reza a las 6:00am a las 12:00pm y a las 6:00pm

AD CÆLI REGINAM

V. Reina del cielo alégrate, aleluya.

R. Porque el que mereciste llevar en tu vientre, aleluya.

V. Resucitó como lo dijo, aleluya.

R. Ruega a Dios por nosotros, aleluya.

V. Alégrate y gózate Virgen María, aleluya.

R. Porque el Señor resucitó verdaderamente, aleluya.

V. Oremos:

Oh Dios, que por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te dignaste alegrar al mundo: te rogamos nos concedas, que por su Madre la Virgen María, alcancemos los gozos de la vida eterna. Por el mismo Cristo, nuestro Señor.

R. Amén.

SAN GALDINO DE MILÁN, Obispo

18 de abril

San Galdino fue uno de los principales patronos de Milán. Su nombre aparece, junto con los de San Ambrosio y San Carlos Borromeo, en todas las letanías del rito milanés. El santo descendía de la famosa familia Della Scala. Fue canciller y archidiácono de dos arzobispos de Milán; desempeñó tan hábilmente esos cargos en una época muy difícil, que se ganó la estima del clero y del pueblo. El Papa Alejandro III fue elegido en 1159, pero algunos cardenales disidentes, eligieron poco después, a un antipapa amigo del emperador Federico Barbarroja. Milán había ofendido antes al emperador, reclamando el derecho de elegir a sus magistrados, y el apoyo que la ciudad prestó a la causa del Papa Alejandro III enfureció todavía más a Federico. El Arzobispo Huberto y su archidiácono Galdino, tuvieron que salir de la ciudad, y al año siguiente, Federico la sitió con un gran ejército y la tomó. Fue entonces cuando el emperador dio la orden de trasladar los supuestos cuerpos de los tres Reyes Magos, de la iglesia de San Eustorgio a Colonia, donde se conserva todavía esas «reliquias»

   En 1165, Galdino fue consagrado cardenal. Al año siguiente, murió el arzobispo Huberto y él fue escogido para sucederle. En vano alegó su mala salud, debilitada con las pruebas que había tenido que sufrir; Alejandro III le consagró personalmente. El nuevo prelado se dedicó, ante todo, a consolar y alentar a su rey. Los lombardos habían formado una unión para reconstruir Milán, y el santo colaboró, con todas sus fuerzas, en la empresa. Pero ello no le impidió desempeñar celosamente sus deberes pastorales, pues predicaba constantemente e iba a visitar a los pobres a su casa. También se ocupó de restablecer la disciplina del clero, que inevitablemente se había relajado un tanto, durante la época tormentosa que había atravesado la ciudad. El santo consagró toda su elocuencia y sabiduría a subsanar los efectos del cisma y a refutar las doctrinas de los cátaros, que se habían divulgado mucho en Lombardía.

   El último día de su vida, aunque estaba ya muy débil para celebrar la misa, pronunció todavía un ardiente sermón contra la herejía; pero perdió el conocimiento antes de bajar del púlpito y murió al terminar la misa. El año de la muerte de San Galdino, la Liga Lombarda derrotó a los ejércitos imperiales en la batalla de Legnano. En la famosa reunión, que tuvo lugar en Venecia, en 1177, Barbarroja abjuró del cisma e hizo la paz con la iglesia. En realidad, todos los historiadores sensatos están de acuerdo en afirmar que el Papa jamás puso el pie sobre el cuello del emperador, excepto en un sentido metafórico. Ninguno de los escritores de la época menciona ese hecho que, por lo demás, no cuadra con el carácter magnánimo de Alejandro III.

Robert Quardt. Los Santos del Año. Editorial Herder. Barcelona, España. 1958.

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BETA MARÍA DE LA ENCARNACIÓN, Viuda

18 de abril

Nació en París el 1 de febrero de 1566. Sus padres, nobles, se llamaron Nicolás y María.

   Desde muy niña fue encomendada como interna a las Hermanas Menores de la Humildad de Longchamp para que recibiera una digna educación.

   Estimulada por el amor divino que ardía en su corazón, pronto concibió un entrañable tedio a todas las cosas de la tierra.

   Su madre juzgó que su hija mudaría de actitud obligándola a alternar en el mundo con lo más granado de la sociedad, pero, viéndola cada día más retraída, mudó de proceder tratándola con rigores y aspereza.

   Frustrados sus anhelos de vida religiosa, tuvo que acceder al deseo de sus padres tomando por esposo a Pedro Acarie, señor noble y cristiano con el que tuvo siete hijos.

   Se dedicó por entero a la educación de sus hijos y a ayudar a toda clase de necesitados.

   Fue muy apreciada por los hombres y mujeres más insignes de su tiempo.

   En 1601, leyendo las obras de Santa Teresa, se sintió inspirada para introducir en Francia la reforma de esta gran carmelita y así inició su fundación y consiguió la autoriazación real y la bula pontificia para construir el primer monasterio.

   Después de muchas dificultades, llegaron por fin de España seis carmelitas descalzas y entre éstas la sierva de Dios Ana de Jesús y la Beata Ana de San Bartolomé, iniciando en París la vida regular.

   Seguidamente cooperó nuestra beata en la fundación de Pontoise de Digione y de Amiens en el que vio con alegría ingresar a tres de sus hijas. Por todos es considerada como la «Madre y fundadora del Carmelo Teresiano en Francia».

   Fallecido su esposo en 1613, vio por fin llegado el momento de poder realizar sus anhelos de vida religiosa ingresando ella también como hermana conversa y eligiendo para esto el convento más lejano y más pobre que era el de Amiens donde vistió el hábito el 7.4.1614.

   Por su delicado estado de salud, el 7 de diciembre 1616 fue enviada al Carmelo de Pontoise, donde, confortada por el viático y por éxtasis y visiones celestiales, entregó su alma al Señor el 18 de abril 1618.

   El Papa Pío VI la beatificó el 5 de junio 1791.

   Su cuerpo reposa en la capilla del convento de Pontoise.

   Su fiesta se celebra el 18 de abril.

Buen modelo para casados y religiosos es nuestra Beata.

   En sus treinta años de vida matrimonial sólo pretendió corresponder a la gracia del Señor por el perfecto cumplimiento de sus deberes, probando así cómo los cónyuges pueden alcanzar la santidad en su estado.

   Demostró su adhesión a la Santa Sede cuando la herejía protestante se extendía por Francia y se prodigó moral y materialmente durante el asedio de Paris, ardiendo de celo por la salvación de las almas y manifestándose favorecida por Dios con gracias místicas extraordinarias. Su sobrino, el Cardenal de Berulle, la veneraba como madre y san Francisco de Sales fue su director espiritual y seguro consejero.

   Sobresalió siempre por Su vida de oración y por su celo en la propagación de la fe.

   Como religiosa, edificó constantemente por su plena sumisión, su espíritu de pobreza y su caridad con los enfermos.

   Favorecida por Dios con dones excepcionales, prefirió la sencillez en la práctica de las más sólidas virtudes comunes.

Sus enseñanzas

que las familias cristianas sean escuela de santidad.que seamos celosos apóstoles de nuestro mundo.que sepamos descubrir el valor insustituible de la oración.que nunca nos cansemos de hacer el bien a todos.

ORACIÓN

   Señor, tú concediste a la Beata María de la Encarnación, insigne propagadora del Carmelo teresiano, una fortaleza singular para servirte en los diversos estados de la vida cristiana y superar todas las dificultades; haz que también nosotros sepamos vencer todo obstáculo y nos mantengamos fieles en tu servicio, amándote con corazón sincero. Amén.

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SAN ANDRÉS HIBERNÓN, Fraile

El bienaventurado y fervorosísimo siervo de Dios, beato Andrés Hibernón nació en la ciudad de Murcia de padres pobres aunque eran hijosdalgo de Cartagena. Queriendo darle una carrera, le enviaron a unos tíos suyos que vivían en, Valencia; pero estos le hicieron guardar el ganado, en cuyo oficio llegó con admirable inocencia a la edad de veinte años.

Habiendo recibido ochenta ducados de manos de su tío, pensaba dotar con ellos a una hermana suya, pero como unos ladrones se los robasen, determinó  abrazar la Regla del Patriarca de los pobres y tomó el hábito de fraile lego en el convento de Élche para servir a Dios con extremada humildad, penitencia y desnudez, ejerciendo los oficios de portero, hortelano, refitolero y cocinero.

Cuan do andaba en las cosas de la cocina, maravillábanse los religiosos de que a pesar de verle casi siempre en oración guisa se tan bien los manjares, en los cuales hallaban un sabor tan delicado, que parecía del cielo. Tuvo después el cargo de limosnero, y era tanta la gracia del Señor con que pedía limosna por Jesucristo, que por su medio se pudo acabar la obra del monasterio de san Juan de Valencia, y el famoso noviciado de aquélla custodia, y más tarde el nuevo convento de Murcia llamado el Real de san Diego.

Convertía a los pobres que se llegaban a la portería para pedir limosna, curaba milagrosamente a los enfermos, interpretaba con soberana luz los lugares difíciles de la Sagrada Escritura, penetraba los secretos de los corazones, y hasta los cardenales Doria y Borja y el arzobispo de Valencia beato Juan de Ribera, le veneraba como a santo. Morando en Gandía, y entendiendo que le llegaba el día y la hora de pasar de esta vida, barrió con extraordinario aseo los claustros y corredores por donde había de pasar el Señor, a quien recibió por viático, y clavando los ojos en la imagen de Jesucristo crucificado, murió tranquilamente a los cincuenta y ocho años de edad. Tres días estuvo el santo cuerpo recibiendo los obsequios de los fieles de Gandía, sin que se oyesen en el templo otras voces que las aclamaciones de los que le llamaban santo, y las alabanzas de los enfermos que repentinamente alcanzaban la salud, por los méritos del siervo de Dios.  

REFLEXIÓN

Ahí tienes un pobrecillo fraile lego de San Francisco, despreciable a los ojos del mundo, pero muy apreciable, grande y glorioso a los ojosde Dios. ¡Oh! si entendieses en qué está la verdadera grandeza! ¡Cuán poca estima hicieras de las vanidades del mundo! ¡Oh si considerases que también ha de llegar un día para ti, en el cual no se hará ningún caso de tus riquezas, de tus honras y talentos, sino solamente de tus virtudes, y buenas obras! Este es el secreto de la sabiduría de Dios que nos enseñó su Hijo Unigénito: La verdadera grandeza es para los humildes; el reino de los cielos es para los pobres de espíritu y el gozo de Dios es para los que toman la cruz y siguen a Jesucristo. La sabiduría del mundo piensa y siente todo lo contrario: y por esta causa dice el apóstol, que «la sabiduría de este siglo es necedad delante de Dios».

ORACIÓN

   Oh Dios, que nos alegras con la solemnidad anual de tu confesor el bienaventurado Andrés, concédenos propicio, que los que veneramos su nacimiento para el cielo, imitemos también sus virtuosas acciones. Por J. C. N. S.

Sacado de: «FLOS SANCTORUM DE LA FAMILIA CRISTIANA», Las vidas de los Santos y principales festividades del año, ilustradas con otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las Oraciones litúrgicas de la Iglesia) del P. Francisco de Paula Morell, S. J. Ed. Difusión, Bs. As., 1943.

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SAN ELEUTERIO, Obispo y Mártir

18 de abril

Todo aquél que comete pecado
es esclavo del pecado.
(Juan, 8, 34)

 Las numerosas conversiones que obró este santo obispo en Iliria excitaron contra él el odio de los paganos, que lo denunciaron a los magistrados. Detenido y conducido a Italia, fue asado en una parrilla, colocado después en un lecho de hierro calentado al rojo y, por fin, sumergido en una caldera de aceite y pez hirviendo. Como saliera sano y salvo de todos estos suplicios fue arrojado a los leones, que no le hicieron ningún mal. Finalmente, fue golpeado con varas hasta que murió a la vista de su madre, Santa Antea, y fue al cielo a gozar de la libertad de los hijos de Dios, libertad que ya presagiaba su nombre Eleuterio, es decir, hombre libre.  

  MEDITACIÓN
SOBRE LA LIBERTAD DE LOS 
SERVIDORES DE DIOS

I. No existe servidumbre más cruel que la de los libertinos e impíos: se dicen libres y gimen bajo la más vergonzosa de las esclavitudes: la del pecado. Tantos tiranos tienen cuantas pasiones; están cargados con tantas cadenas como vicios y malas costumbres tienen. Viene la pasión y dice: Eres mío. Vienen todos los vicios y dicen: Eres mío. ¡Qué vil esclavo es quien obedece a tantos señores!(San Ambrosio) .

  II. Verdaderamente es libre quien sirve a Dios y le obedece, pues no tiene entonces sino un solo Señor, el cual nada ordena que no esté de acuerdo con la razón y que no sea para nuestro mayor bien. El servicio voluntario y razonable que le rendimos nos libra de la vergonzosa tiranía del demonio, del pecado y de nuestras pasiones. ¡Ah! si mi libertad es un bien inestimable, si es el mayor de todos los tesoros, ¿a quién lo sacrificaría mejor que a Vos, Dios mío, que me la habéis dado? Obedecer a Dios, es ser libre.

III. Para gozar de una entera y perfecta libertad en este mundo, no se ha de temer ni amar sino a Dios. Todos los suplicios, todas las aflicciones imaginables, todos los placeres y todas las grandezas del mundo, no podrán obligarte a cometer la más mínima falta. De cuántas penas, temores y dolores te librarías, si grabases profundamente en tu espíritu este pensamiento: ¡No temer sino a Dios, no amar sino a Dios! El malo no puede ser libre. (Séneca).

El perdón de las injurias
Orad por vuestros enemigos.

ORACIÓN

Dios todopoderoso, mirad nuestra flaqueza y cómo nos agobia el peso de nuestras obras y fortificad nos por la gloriosa intercesión de San Eleuterio, vuestro mártir.  Por J. C. N. S.

Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed.ICTION, Buenos Aires, 1982)

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Santa Misa Dominical

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Resucitó como lo dijo

(Estación en Sta. María la Mayor)
(Doble de 1ª clase con Octava privilegiada )
Ornamentos blancos

IntroitoPs. 138

INTROITUS S. 138, 18 y 5-6 – Resurrexi et adhuc tecum sum, alleluia: posuisti super me manum tuam, alleluia: mirabilis facta est scientia tua, alleluia, alleluia. Ps. Ibid. 1-2. Domine, probasti me, et cognovisti me: tu cognovisti sessionem meam, et resurrectionem meam. V. Gloria PatriIntroito – Sal.138 Resucité, y aun estoy contigo, Padre mío Aleluya: pusiste sobre mí tu mano, aleluya : admirable es tu sabiduría, aleluya, aleluya. Señor, me probaste, y me conociste; Tú conociste bien mi humillación y mi resurrección. Gloria al Padre, etc.

Oración-Colecta

ORATIO – Deus, qui hodierna die per Unigenitum tuum, aeternitatis nobis aditum devicta morte reserasti: vota nostra, quae praeveniendo aspiras, etiam adjuvando prosequere. Per eumdem Dominum nostrum. R. AmenOh Dios, que en este día, por tu Hijo Unigénito, nos franqueaste de nuevo las puertas de la Eternidad; ayúdanos a realizar los santos deseos que Tú mismo nos inspiras, previniéndonos con tu gracia. Por el mismo, etc. R. Amen.

Epístola

EPISTOLALectio Epistolae beati Pauli apostoli ad Corinthios (1, 5, 7-8) – Fratres: Expurgate vetus fermentum ut sitis nova conspersio, sicut estis azyni. Etenim Pascha nostrum immolatus est Christus. Itaue epulemur: non in fermento veteri, neque in fermento malitiae, et nequitiae: sed in azymis sinceratis, et veritatis.Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Corintios(1, 5, 7-8) – Hermanos: Purificaos de la antigua levadura, para convertiros en nueva masa, omo ázimos que sois. Pues ha sido inmolado Jesucristo, nuestro Cordero Pascual. Por lo tanto, regalémonos, no con vieja leva dura de malicia y de perversidad, sino con ázimos de sinceridad verdad.

Salmodia

GRADUALE Ps. 117, 24 et 1. – Haec dies, quam fecit Dominus: exsultemus, et laetemur in ea. V. Confitemini Domino, quoniam in saeculum misericordia ejus.Allelúja, allelúja. V. (Cor. 5, 7) Pascha nostrum immolatus est Christus.Gradual – Este es el día que hizo el Señor: regocijémonos, y alegrémonos en el Señor: regocijémonos, y alegrémonos en El. Alabad al Señor , porque es bueno: porque su misericordia permanece por lo siglos. Aleluya, aleluya. V. Cristo, nuestra pascua, ha sido inmolado.

Secuencia

1. Victimae paschali laudes immolent Christiani. 2. Agnus redemit oves: Christus innocens Patri reconciliavit peccatores.3. Mors et vita duello conflixere mirando: dux vitae mortuus regnat vivus.4. Dic nobis, maria, quid vidisti in via?5. Sepulcrum Christi viventis: et gloriam vidi resurgentis.6. Angelicos testes, sudarium, et vestes.7. Surrexit Christus spes mea: Praecedet vos in Galilaeam.8. Scimus Christum surrexisse a moruis vere: tu nobis, victor Rex, miserere.Amen. Alleluia.1. Ofrezcan, los cristianos, sacrificios de alabanza a Jesucristo, que es la Víctima de la Pascua.
2. El Cordero ha redimido a las ovejas: Jesucristo, inocente, ha reconciliado a los pecadores con su Padre.
3. Han combatido la muerte y la vida ; el autor de ésta, después de muerto, reina vivo.
4. Dinos tú, oh María, ¿qué has visto en el camino ?
5. Yo he visto el sepulcro de Jesucristo vivo, y la gloria del que ha resucitado.
6. He visto los Ángeles, que han sido testigos, y he visto el sudario y la sábana en que fue envuelto.
7. Cristo, mi esperanza, ha resucitado, e irá delante de vosotros a Galilea.
8. Sabemos que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos: oh Tú, Rey, vencedor de la muerte, apiádate de nosotros.

Evangelio

USequéntia sancti Evangélii secúndum Marcum. 16, 1-7 In illo témpore: Maria Magdalene, et Maria Jacobi, et Salome emerunt aromata, ut venientes ungerent Jesum. Et valde mane una sabbatorum, veniunt ad monumentum, orto jam sole. Et dicebat ad invicem: Quis revolvet nobis lapidem ab ostio monumenti? Et respicientes viderunt revolutum lapidem. Erat quippe magnus valde. Et introeuntes in monumentum viderunt juvenem sedentem in dextris, coopertum stola candida, et obstupuerunt. Qui dicit illis: Nolite expavescere: Jesum quaeritis Nazarenum, crucifixum: surrexit, non est hic, ecce locus ubi posuerunt eum. Sed ite, dicite discipulis ejus, et Petro, quia praecedit vos in Galilaeam: ibi eum videbitis, sicut dixit vobisCredo.Continuación del Santo Evangelio según San Marcos (16, 1-7) – En aquel tiempo, María Magdalena y María,  madre de Santiago, y Salomé, compraron aromas para venir y embalsamar a Jesús. y muy de mañana, el primer día después del sábado, llegaron al sepulcro, salido ya el sol. Decían entre sí: «¿Quién nos ro dará la piedra de la entrada del sepulcro?» y dirigiendo a ella sus miradas, vieron rodada la piedra, que era muy grande. y entrando en el sepulcro, vieron un joven sentado a la diestra vestido de blanco, y se asustaron. Mas él les dijo: «No temáis. Buscáis a Jesús Nazareno, que fue crucificado. Pues ,bien, resucitó y aquí no está. Ved el lugar en donde le pusieron. y ahora, id, y decid a sus discípulos y a Pedro, que va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como El os dijo.» Credo.
Ps. 75, 9-10 – Terra tremuit et quievit, dum resurgeret in judicio Deus, alleluia.Ofertorio – La tierra tembló y tornó al reposo, al levantarse Dios a juicio. Aleluya.

Oración-Secreta

Suscipe, quaesumus, Domine, preces populi tui cum oblationibus hostiarum: ut paschalibus initiata mysteriis, ad aeternitatis nobis medelam, te operante, proficiant. Per DominumRecibe, Señor, las oraciones de tu pueblo, juntamente con la oblación de estas ofrendas; para que, santificadas con los Misterios Pascuales, por un efecto de tu gracia, nos sirvan de remedio para la vida eterna. Por Nuestro Señor, etc.

Prefacio propio de Pascua

Vere dignum et justum est, aequum et salutare: Te quidem, Domine, omni tempore, sed in hac potissimum die (in hoc potissimum) gloriosius praedicare, cum Pascha nostrum immolatus es Christus. Ipse enim verus es Agnus, qui abstulit peccata mundi. Qui mortem nostram moriendo destruxit, et vitam resurgendo reparavit. Et ideo cum Angelis et Archangelis, cum Thronis et Dominationibus, cumque omni militia caelestis exercitus, hymnum gloriae tuae canimus, sine fine dicentes: Sanctus, Sanctus, Sanctus, etc.Verdaderamente es digno y justo, de bido y saludable, que en todo tiempo, Señor, te alabemos; pero princi palmente con mayor magnificencia en éste, en que Jesucristo inmolado es, nuestra Pascua. Porque El es el verdadero Cor dero que quita los pecados del mundo. El cual muriendo, destruyó nuestra muer te, y resucitando, reparó nuestra vida. Por esto, con los Ángeles y Arcángeles, con los Tronos y Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, can tamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo, etc.
COMMUNIO Pascha nostrum immolatus est Christus, alleluia: itaque epulemur in azymis sinceratis, et veritatis, alleluia, alleluia alleluiaComunión. – Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado, aleuya; por tanto, regalémonos con los ázimos de sinceridad y de verdad. Aleluya, aleluya, aleluya.

Oración-Postcomunión

POSTCOMMUNIO – Spiritum nobis, Domine, tuae caritatis infunde: ut, quos sacramentis Paschalibus satiasti, tua facias pietate concorde. Per Dominum … in unitate ejusdem Spiritus Sancti.< Señor   oh Haz,>   Infúndenos, Señor, el espíritu de tu amor; y haz que vivan unidos de corazón tus fieles, a quienes has alimentado con los Sacramentos de la Pascua. Por Nuestro Señor,


Hasta el Sábado in Albis inclusive se añaden al Ite Missa est dos aleluyas.

Tomado de:

https://tridentina-misa.blogspot.com/

Don Pascual

Ninguna otra cosa deseo a mis lectores como don pascual, sino la Sabiduría. Este don pascual no es una ópera, sino el regalo que en otro tiempo se hacían los amigos por Pascua. Por la Sabiduría hizo Dios los cielos y la tierra. La Sabiduría asistía al trono de Dios cuando hacía el mundo, y ella jugaba en su presencia con todas las cosas, los formidables juegos del cielo y del infierno, que son más serios aún que el terrible juego de la guerra, y el ardiente juego de la revolución. Dijo el rey Alfonso el Sabio que este mundo si no está mal hecho, por lo menos lo parece. En realidad ahora está mal hecho, está al revés; está desordenado por el Pecado, que es el receso de la Sabiduría. Por falta de Sapiencia el mundo está patas arriba y Dios se está divirtiendo en ponerlo de pie, cueste lo que cueste.

Dice Jules Romains en una de sus novelas (Verdún) esta blasfemia: “El dulce Cristo de los Evangelios ¿no tenía otro modo de enseñar religión al mundo que esta masacre?”. Pues, no señor, no tenía. Y uno de los culpables de eso es usted, judío pérfido…

¡Oh Sapiencia de Dios! ven aprisa ven,
mi nurse y mi novia veraz
te he pedido al Señor en la misa
de la fiesta de Santo Tomás.

En tiempo de Santo Tomás había monjes que no hacían más que rezar, cantaban el breviario seis veces al día durante largas horas. Con ellos se educó Santo Tomás en Montecasino. Ahora también los hay, pero la gente cree que son una especie de Open Door, que hay que dejarlos solos, ya que les da por eso. “Déjenlos no más que hagan iglesias —pensaban nuestros padres los liberales— total cuando necesitemos plata les quitamos los conventos y chau”. Pero la gente antigua iba a estos conventos siempre abiertos: y miraba y oía cantar .Vísperas y Maitines sin entender gran cosa: y aprendía una gran lección de Sabiduría, la lección de no hacer nada fuera de conocer a Dios. Veía interminablemente esos hombres muertos, inmovilizados, automatizados, en cuerpo y alma dedicados a cantar la palabra de Dios, porque una palabra no es del todo inteligible mientras no se convierta en canto. Y entonces el pueblo que no es zonzo cuando le muestran cosas —aunque lo es cuando lo emborrachan con palabras- entendía la lección de los Absortos en el Más Allá; que lo más importante de la vida es entender a Dios, mucho más que ganarse la vida; y que hay que cesar a ratos de ganarse la vida y reprimir el trajín de lo temporal, para ver si suena allá adentro la Voz antigua y nueva.

Ahora todo se acabó. El pueblo tiene la radio y oye la palabra de Dios, de Jesucristo y del “obispo de los obreros” por boca de Soiza Reillyº a través de Radio Belgrano. Entonces, como Dios está de parte de la Sapiencia —que es su Hijo—, enseña la sapiencia a los pueblos como puede, con otro sistema que todos oyen incluso por radio, aunque tiene más de ruido que de canto. ¿Qué creen ustedes que saca Dios de la guerra? ¿Castigar los pecados? Desde luego. Pero ningún sabio castiga sin sacar algo del castigo, dice Santo Tomás de Aquino. Lo único que saca y puede sacar Dios de la guerra es sabiduría para los que queden. Es tan grande cosa la sabiduría, que juzga Dios bien empleados los miles de vidas jóvenes tronchadas en flor —¡y qué pérdida de mano de obra para la industria y el comercio!— con tal de que un solo joven acrezca un solo grado su conocimiento de lo divino. Para que un solo hombre lo conociese, hizo Dios todas las estrellas; y sería también capaz de deshacerlas, si fuera necesario.

Las admirables costumbres de los viejos pueblos europeos, ese equilibrio vivaz del italiano, esa sensatez recia del español, esos dichos, máximas, lenguajes, modos, normas de vida, rituales, ratinas y hasta supersticiones henchidas de luz y de sentido que hoy vamos a desenterrar a las aldeas fueron hechas a fuerza de siglos de lucha, de paciencia, de riesgo, de infatigable enseñanza. Ahora todo eso acabó; no lo salvarán los “folkloristas”. “Et erunt docibiles Dei”. Serán enseñables a Dios. Sólo Dios puede enseñarnos de nuevo. Y para eso debe hacernos primero “docibiles”, es decir, dóciles. La letra con la sangre entra. ¡Cuán gran conciencia está entrando poco a poco en la humanidad de que todos los esfuerzos humanos, aun los mejor intencionados, sin Dios no son más que Cartas del Atlántico!

El mundo está al revés. La Argentina está en el mundo. Por ejemplo, aquí en la Argentina hay maestros frívolos, y también escandalosos, que no pueden educar a ningún niño; antes al contrario. Esto es sabido desde que yo nací; y también lo saben en La Prensa y La Nación. Hay maestros de los que dijo el Divino Maestro: “Más les valiera que atada al cuello una muela molinera, los echaran al mar”. Si una madre advertida quiere defender a sus hijos del mal ejemplo, no puede: a causa de la “obligatoriedad escolar”. Para mejor, en la Provincia han suprimido hasta la precaria escapatoria de inscribir al niño, educarlo la madre y dar los exámenes como libre. Pues bien, todo eso: arrancar al niño pobre del hogar para entregarlo a la mala maestra es contra el derecho natural. ¿Han protestado alguna vez La Prensa y La Nación, esos “defensores de la persona humana”? Jamás. Viene el doctor Olmedo* y pone en comisión al magisterio a ver si puede mejorarlo un poco; y estos hipócritas ponen el grito en las nubes, porque el doctor Olmedo ha cometido un sacrilegio. Los 50.000 abribocas que todavía se zampan los editoriales de La Prensa empiezan a decir: “¡Miren lo que hizo Olmedo! ¡Miren lo que hizo Olmedo!” y la gente se conmueve ¡oh, por poco tiempo! A esto lo llamamos nosotros el mundo al revés.

Y así podíamos seguir con los ejemplos hasta la página del extracto de la lotería. Le cuesta a la gente convencerse de que estamos en tiempo no ordinario. Por eso esta semana santa no he hecho más que pedir a Dios la Sabiduría. Europa ha entrado en la primavera sangrienta, y la Argentina en el invierno crítico. No nos distraigamos demasiado. Son los deseos de Militis Militorum.

Cabildo, Buenos Aires, N° 544, 12 de abril de 1944.

ºJuan José de Soiza Reilly (1879-1959), veterano periodista, liberal y romántico, cuyas notas, publicadas en Caras y Caretas, La Prensa, etc., eran muy seguidas por la opinión pública. Aparentemente, sin ningún encargo de parte del interesado, tomó a su cargo la «defensa» de Mons. Miguel de Andrea, obispo titular, contra la Santa Sede, en el asunto del patronato.

*El interventor del Consejo Nacional de Educación, José Ignacio Olmedo, autor, junto con Martínez Zuviría (Hugo Wast), del decreto de educación religiosa que daba derecho a los niños católicos a recibir clases de catecismo en horario escolar.

Tomado de:

http://castellaniana.blogspot.com/

¡ALELUYA, aleluya, aleluya!

¡ALELUYA, aleluya, aleluya!

Cristo, nuestra Pascua ha sido inmolado.

Sin embargo, Pedro se fue corriendo al sepulcro;

 y cuando miró dentro,

no vio más que las sábanas. 

 Entonces volvió a casa, admirado de lo que había sucedido.

Evangelio según San Lucas 24,12

He aquí un espejo del Santo Evangelio

La Sábana Santa

¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo?

No está aquí, si no que ha resucitado.

Acuérdense de lo que les dijo cuando todavía estaba en Galilea:

que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de pecadores,

que lo crucificarían y que al tercer día resucitaría.

Evangelio según San Lucas 24, 5-7

¡Felices Pascuas de Resurrección!

Felices Pascuas de Resurrección

Resóndens autem Angelus, dixit muliéribus:  « Nolíte timére vos: scio enim, quod Jesum, qui crucifíxus est, quáeritis: non est hic: surréxit enim, sicut dixit.

Hablando el ángel, dijo: No temáis vosotras, pues ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado; no está aquí, pues resucitó como lo dijo.

El blog 

!Les desea felices pascuas de resurrección!

Pregón Pascual

(Antiquísimo y Bellísimo Poema Litúrgico de la Iglesia Católica Primitiva)

Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.

Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.

Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.

Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.

Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.

Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.

Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.

Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?

¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!

Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!

¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.

Ésta es la noche
de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mí gozo.»

Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.

En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por medio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.

Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.

¡Que noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!

Te rogarnos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado,
que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.
Amén.

Tomado de:

http://www.conocereisdeverdad.org

Santoral

17 de abril

San Aniceto, Papa y Mártir
Beato Rodolfo de Berna, Mártir
Beata Ana María de Jesús, Virgen
Beata Clara de Pisa, Viuda
San Esteban Harding, Abad
San Inocencio de Tortona
San Roberto de Chaise-Dieu, Abad
Beato Everardo de Marchthal, Abad

BEATA CLARA DE PISA, Viuda

17 de abril

La Beata Clara era hija de Pedro Gambacorta, quien llegó a ser prácticamente al amo de la República de Pisa. Clara nació en 1362; su hermano, el Beato Pedro de Pisa (17 de junio), era siete años mayor que ella. Pensando en el futuro de su hijita, a la que la familia llamaba Dora, apócope de Teodora, su padre la comprometió a casarse con Simón de Massa, quien era un rico heredero, aunque la niña sólo tenía siete años. No obstante su corta edad, Dora solía quitarse, durante la misa, el anillo de esponsales y murmuraba: «Señor, Tú sabes que el único amor que yo quiero es el tuyo».

Cuando sus padres la enviaron, a los doce años de edad, a la casa de su esposo, ya había empezado la joven su vida de mortificación. Su suegra se mostró amable con ella; pero, cuando advirtió que era demasiado generosa con los pobres, le prohibió la entrada en la despensa de la casa. Deseosa de practicar de algún modo la caridad, Dora se unió a un grupo de señoras que asistían a los enfermos y tomó a su cargo a una pobre mujer cancerosa. La vida de matrimonio de Dora duró muy poco tiempo; tanto ella como su esposo fueron víctimas de una epidemia, en la que su marido perdió la vida.

   Como la beata era todavía muy joven, sus parientes intentaron casarla de nuevo, pero ella se opuso con toda la energía de sus quince años. Una carta de Santa Catalina de Siena, a quien había conocido en Pisa, la animó en su resolución. Dora se cortó los cabellos y distribuyó entre los pobres sus ricos vestidos, cosa que provocó la indignación de su suegra y de sus cuñadas. Después, con la ayuda de una de sus criadas, se las arregló para tramitar en secreto su entrada en la Orden de las Clarisas Pobres.

Cuando todo estuvo a punto, huyó de su casa al convento, donde recibió inmediatamente el hábito y tomó el nombre de Clara. Al día siguiente, sus hermanos se presentaron en el convento a buscarla; las religiosas, muy asustadas, la descolgaron por el muro hasta los brazos de sus hermanos, los cuales la condujeron a su casa. Ahí estuvo Clara prisionera durante seis meses, pero ni el hambre, ni las amenazas consiguieron hacerla cambiar la resolución. Finalmente, Pedro Gambacorta se dio por vencido y no sólo    permitió a su hija ingresar en el convento dominicano de la Santa Cruz, sino que prometió construir un nuevo convento.

Ahí conoció Clara a María Mancini, que era también viuda e iba a alcanzar un día el honor de los altares. Los escritos de Santa Catalina de Siena ejercieron profunda influencia en las dos religiosas, las cuales, en el nuevo convento, fundado por Gambacorta en 1382, consiguieron establecer la regla en todo el fervor de la primitiva observancia. La  Beata Clara fue primero subpriora y luego priora del convento, del que partieron en lo sucesivo muchas de las santas religiosas destinadas a difundir el movimiento de reforma en otras ciudades de Italia. Hasta el día de hoy, se llama en Italia a las religiosas de clausura de Santo Domingo «Las hermanas de Pisa».  En el convento de la beata reinaban la oración, el trabajo manual y el estudio. 

 El director espiritual de Clara solía repetir a las religiosas: «No olvidéis nunca que en nuestra orden hay muy pocos santos que no hayan sido también sabios».   Clara tuvo que hacer frente, durante toda su vida, a las dificultades económicas, pues el convento exigía constantemente alteraciones y nuevos edificios. A pesar de ello, en una ocasión en que llegó a sus manos una cuantiosa suma que hubiese podido emplear en el convento, prefirió regalar para la fundación de un hospital.

Pero las virtudes en que más se distinguió fueron, sin duda, el sentido del deber y el espíritu de perdón, que practicó en grado heroico. Giacomo Appiano, a quien Gambacorta había ayudado siempre y en quien había puesto toda su confianza, le asesinó a traición, cuando éste se esforzaba por mantener la paz en la ciudad. Dos de sus hijos murieron también a manos de los partidarios del traidor. Otro de los hermanos de Clara, que consiguió escapar, llegó a pedir refugio en el convento de la beata, seguido de cerca por el enemigo; pero Clara, consciente de que su primer deber consistía en proteger a sus hijas contra la turba, se negó a introducirle en la clausura.

Su hermano murió asesinado frente a la puerta del convento, y la impresión hizo que Clara enfermase gravemente. Sin embargo, la beata perdonó tan de corazón a Appiano, que le pidió que le enviase un plato a su mesa para sellar el perdón, compartiendo su comida. Años más tarde, cuando la viuda y las hijas de Appiano se hallaban en la miseria, Clara las recibió en el convento.

   La beata sufrió mucho hacia el fin de su vida. Recostada en su lecho de muerte, con los brazos extendidos, murmuraba: «Jesús mío, heme aquí en la cruz». Poco antes de morir, una radiante sonrisa iluminó su rostro, y la beata bendijo a sus hijas presentes y ausentes. Tenía, al morir, cincuenta y siete años. Su culto fue confirmado en 1830.

Robert Quardt: Los Santos del Año. Editorial Herder. Barcelona, España. 1958.

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BEATA MARÍA ANA DE JESÚS, Virgen

17 de abril

La extática y maravillosa virgen Maria Ana de Jesús, nació en Madrid, de muy noble e ilustre linaje.  Su padre Luis Navarro Ladrón de Guevara servia en la corte del rey don Felipe III. Cuando llevaban en brazos a la iglesia aquella santa niña, notaban que al tiempo de al zar la Hostia y el Cáliz se que daba arrobada; y cuando apenas sabía andar por sus pies, buscaba algún lugar recogido de su casa; y allí la veían puesta en oración delante de una imagen de nuestro Señor crucificado, bañados los ojos en lágrimas o cercado su rostro de resplandores.

Gozaba de la presencia visible de su Ángel custodio; y platicaba de la beatísima Trinidad, de la Encarnación del Verbo, y de la adorable Eucaristía, que son los más inefables Misterios de nuestra divina Religión, como de cosas que más parecía entenderlas que creerlas. Recibió la primera comunión en edad muy temprana, y cada vez que tomaba el Pan de los ángeles, parecía transformarse en un ángel que gozaba de Dios. Mas, ¿quién no se espantará ahora de las durísimas pruebas por que hubo de pasar esta alma angelical?

Muy presto tuvo en lugar de madre una madrastra de condición asperísima, que la afligía sobremanera, y no le iba el padre a la mano tanto como debiera, especialmente cuando la santa doncella hizo voto de perpetua virginidad, contra la voluntad del padre que quería casarla. Era ella, de gentil disposición y muy hermosa. Se cortó un día con las tijeras la rubia cabellera, pensando que así se entibiaría el amor del que la pretendiera por esposa. Entonces fue cuan do su padre y su madrastra salieron de sí y cargaron sobre ella una tempestad de injurias y golpes, con tanto enojo y crueldad, como si fueran verdugos de su hija mártir.

Cuando cesaron los malos tratos, Dios permitió que su sierva se viese todo los instantes del día fieramente atormentada por torpísimas imaginaciones y tentaciones las cuales le duraron once años, y a todo esto se añadían penosísimas enfermedades y agudísimos dolores, que acrisolaron como el oro su invencible paciencia.

Dejó al fin la casa de sus padres, y con la aprobación del venerable Fray Juan Bautista, que era su confesor, y fue el fundador de los Mercedarios descalzos, se labró una celdilla junto a la ermita de santa Bárbara, y recibió después el hábito de nuestra Señora de la Merced de manos del Maestro general de la orden: y en aquella pobrísima casa la visitaban hasta los príncipes, porque era muy grande la fama de sus arrobamientos, milagros y profecías. Finalmente, después de una vida llena de trabajos y celestiales consuelos, en un éxtasis suavísimo entregó su alma al Señor a los cincuenta y nueve años de su edad. 

REFLEXIÓN 

 Los cilicios e instrumentos de penitencia que usaba la santa, y se conservan en el convento de santa Bárbara de Madrid, llenan de asombro y compunción a los que los miran. Llevaba pegado al pecho un peto de espinas y a las espaldas unas cruces anchas sembradas de puntas de hierro; en los brazos unos cilicios, y en la cabeza una corona de espinas y solía hacer el via crucis con una pesada cruz en los hombros. La causa de esta asombrosa mortificación no era otra sino el amor tan grande que tenía esta inocentísima virgen a su divino Amor crucificado, y tan desagradecido e injuriado de los hombres. Pues, ¿Quién no exclamará aquí diciendo: «Esta santa virgen tan inocente y tan penitente y yo tan pecador y tan inmortificado».   

ORACIÓN

   Oh clementísimo Dios, Señor de las virtudes, que llenaste de los dones de tu gracia a la bienaventurada María Ana, concédenos por sus ruegos, que los que la honramos con solemnes cultos, imitemos también sus obras.  Por J. C. N. S. 

Sacado de: «FLOS SANCTORUM DE LA FAMILIA CRISTIANA», Las vidas de los Santos y principales festividades del año, ilustradas con otros tantos grabados y acompañadas de piadosas reflexiones y de las Oraciones litúrgicas de la Iglesia) del P. Francisco de Paula Morell, S. J. Ed. Difusión, Bs. As., 1943.

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