Sermón Dominical

De la

Fiesta de la Santísima Trinidad

Por el Reverendo padre Alfonso Gálvez Morillas

¡IMPERDIBLE!

Sermón del 31 de mayo de 2015

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Homilía: Ahora se combate a la Iglesia desde dentro, y además, por la misma Jerarquía

Solemnidad de la Santísima Trinidad

(Misa Tridentina o Misa de San Pío V)
Mt 28: 16-20

“La Iglesia ha de transmitir las enseñanzas de Cristo y no otras”
“Ahora se combate a la Iglesia desde dentro de la Iglesia, y además, por la misma Jerarquía”
La misión encomendada a la Iglesia es la de transmitir las enseñanzas de Cristo. Enseñanzas que podríamos compendiar en dos grandes bloques.
1.- Enseñanzas básicas: fundamentalmente contenidas en el Sermón de la Montaña: “Habéis oído que se dijo… pero yo os digo”. Donde le da una nueva dimensión a las enseñanzas que venían del Antiguo Testamento.
2.- Verdades eminentemente sobrenaturales como: el mandamiento nuevo, el nuevo modo de relacionarse con Dios (“Ya no os llamo siervos sino amigos”), el valor del sacrificio cristiano, ahora unido al de Cristo, la posibilidad de vivir su misma vida, incluso le da una orientación totalmente nueva a la vida (“Buscad las cosas de arriba, no las de la tierra…”).
Estas enseñanzas y no otras son las que encargó a los Apóstoles para que ellos las transmitieran. Pero el hombre ha intentado desde el principio cambiar estas enseñanzas. De hecho las herejías están desde el principio de la Iglesia. Ahora bien, actualmente hay una gran diferencia. Antiguamente los herejes antes de separaban de la Iglesia, ahora los herejes están y permanecen dentro, incluso forman parte de la Jerarquía.
¿Por qué en los tiempos actuales se ha arreciado la campaña de rechazo a las enseñanzas de Cristo, de tal modo que se escrutan sus palabras y hasta se atreven a juzgarlas? Da la impresión como que el demonio está comenzando su última campaña al saber que le queda poco tiempo. ¿Será el comienzo de los tiempos finales? Para hablar de ello lo hemos de hacer con mucha prudencia.
El occidente está cavando su propia tumba pues está realizando una feroz campaña de destrucción de los valores cristianos (ejemplo: caso de Irlanda, donde ha ocurrido la apostasía de una nación entera sin que la jerarquía irlandesa ni la romana hayan dicho nada). Además, Europa está cada vez más invadida por el Islam; y ya sabemos que el Islam está dispuesto a acabar con los “infieles”…. (sigue)

 

Sermón Dominical

Del

Domingo de Pentecostés

Por el Reverendo padre Alfonso Gálvez Morillas

¡IMPERDIBLE!

Sermón del 24 de mayo de 2015

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Homilía: Son cuatro los grandes problemas que intentan destruir a la Iglesia

Solemnidad de Pentecostés

(Misa Tridentina o Misa de San Pío V)
Jn 14: 23-31
“Son cuatro los grandes problemas que intentan destruir a la Iglesia”

Sobre la Persona del Espíritu Santo se ha hablado mucho. Hay muchas personas y movimientos dentro de la Iglesia que suponen que tienen al Espíritu Santo en el bolsillo, y Éste suscita en esos movimientos continuos carismas, inspiraciones… Esto es falso. El Espíritu Santo es libertad y sopla donde quiere; por lo tanto no “está a nuestro servicio y al servicio de nadie”. Su función está claramente delimitada en la Sagrada Escritura: dirigir las almas a Cristo, recordarnos sus palabras, dibujar a Cristo en nuestras almas, explicarnos sus enseñanzas, llevarnos a la Verdad completa, darnos la gracia para hacer nuestra la vida de Cristo.

Deberíamos escuchar al Espíritu para que nos ayudara a aclarar la confusión que hay en la Iglesia actual.
Son cuatro los grandes problemas que acosan a la Iglesia y que la intentan destruir:

1.- La sodomización de la Iglesia. Invasión y legitimización de la homosexualidad dentro de la Iglesia.
2- Los malos pastores en la Iglesia.
3.- La legitimización y fomento del marxismo, a través de la legitimización y resurrección de la Teología de la liberación.
4.- El ataque directo a los dogmas mediante el modernismo. Según el historicismo, las enseñanzas de la Iglesia y sus dogmas sólo valdrían para un momento histórico concreto.

Da la impresión que estamos ya en los tiempos finales. A decir verdad, sólo falta que se cumpla uno de los signos: la conversión del pueblo judío. Aunque parece ser, según palabras del mismo Cristo, esa conversión se produciría en el mismo momento en el que el pueblo judío viera venir a Cristo en la Parusía.
Y cuando veáis todo esto, levantad vuestras cabezas pues se acerca vuestra liberación. ¡Ven Señor, Jesús!

Sermón Dominical

Del

Domingo después de la Ascensión

Por el Reverendo padre Alfonso Gálvez Morillas

¡IMPERDIBLE!

Sermón del 17 de mayo de 2015

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Homilía: ¿No sabéis que la amistad con este mundo es enemistad con Dios?

Domingo después de la Ascensión

(Misa Tridentina o Misa de San Pío V)
(Jn 16: 5-14)

“Se acerca la hora de que quien nos dé muerte piense que está haciendo un servicio a Dios”
“¿No sabéis que la amistad con este mundo es enemistad con Dios?”

Debido a la gran cantidad de doctrinas que se ofrecen hoy día como cristianas, lo mejor es atenerse a Cristo para así evitar la confusión e incluso la pérdida de fe. El Señor nos dice en el discurso de la Última Cena que el Espíritu Santo daría testimonio de Él. Hoy día el Espíritu Santo tiene tantas cosas que hacer que no tiene tiempo de dar testimonio de Cristo. Cuando no está convocando un concilio, está inspirando al carismático de turno…, cualquier otra cosa, salvo dar testimonio de Cristo. La misión del Espíritu Santo consistiría en recordarnos la palabras de Cristo y darnos fuerzas para poderlas poner en práctica. Él ha de configurar a Cristo en nosotros. Cristo es el eje básico en la Iglesia: “Sin mí, no podéis hacer nada”, “Yo soy el camino, la verdad y la vida”, “sin mí no podéis ir al Padre”. Todo esto se ha olvidado en la predicación de hoy. Hoy día se habla de “ecología”, “fenómenos ambientales”, “la paz mundana”. Si no se pone a Cristo como punto central de la predicación, todo lo demás es inútil. ¿De qué vale tener las mejores piezas para fabricar un coche si olvidamos el motor? Sin el motor, el coche no arranca.
Y no digamos, cuando lo que se enseña es contrario a lo que Cristo nos dijo.Y todo esto comenzó cuando empezó a decirse que la Iglesia tenía que abrirse al mundo, y no ser diferente del mundo; para así no aparecer como obsoleta, anticuada e inservible para el hombre de hoy. Esta “apertura” condujo a un cambio de doctrina. Ya no había de condenar errores. Si la Iglesia no hubiera condenado los errores en el pasado ya habría desaparecido. Es lo mismo que un médico, si no cura una enfermedad que es mortal, el enfermo se muere.

Esta “inquietud” de abrirse al mundo y de que la Iglesia se “adapte” al mundo es intrínsecamente imposible, pues la Iglesia, de suyo, es opuesta al mundo. Como nos dice el apóstol Santiago (4,4): “Adúlteros, ¿no sabéis que la amistad con este mundo es enemistad con Dios?”. Los discípulos de Cristo siguen los criterios del mundo; es más, las enseñanzas de Cristo son en muchas ocasiones totalmente contrarias al mundo. Si la Iglesia intenta ser amiga del mundo, el mundo la destruirá. La Iglesia es militante, lucha contra este mundo; por eso, predicar “abrirse” al mundo es contrario a lo que Cristo nos enseña. “Padre, yo no ruego por este mundo, sino por aquellos que tú me has dado”…
El Señor hace también en este evangelio una descripción de lo que será la vida del cristiano: “Os he dicho esto para que no os escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas (hoy, templos); más aún, se acerca la hora de que quien nos dé muerte piense que está haciendo un servicio a Dios”…

Especial de la Ascensión del Señor

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VIGILIA DE LA ASCENSIÓN

ASCENSIÓN DEL SEÑOR 

ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS: Santa Misa del día

Fiesta de la Ascensión del Señor: Los padres de la Iglesia y la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo

ASCENSIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO: Exposición dogmática, Exposición histórica y Exposición litúrgica

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR: Por San Agustín, SERMÓN 261

“…y una nube lo ocultó de sus ojos”

La Ascensión del Señor

Especial de Nuestra Señora de Fátima

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Reparemos el corazón de Nuestra Santísima Madre

APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA

 

 

 NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

 

 

 

APARICIÓN DE NTRA. SRA EN PONTEVEDRA

 

 

HECHOS SOBRESALIENTES

 

 

LOS VIDENTES DE FÁTIMA

 

 

EL TERCER SECRETO DE FÁTIMA

 

 

ORACIÓN A NTRA. SRA. DE FÁTIMA

 

A propósito del Tercer Secreto de Fátima (I)

 

 

A propósito del Tercer Secreto de Fátima (II)

 

 El Verdadero Tercer Secreto de Fátima

Sermón Dominical

Del

QUINTO DOMINGO DESPUÉS DE PASCUA 

 

Por el Reverendo padre Alfonso Gálvez Morillas

¡IMPERDIBLE!

Sermón del 10 de mayo de 2015

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Homilía: Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, Él os lo concederá

5º Domingo de Pascua

(Misa Tridentina o Misa de San Pío V)

Jn 16: 23-30

Son palabras muy consoladoras pronunciadas por Jesús en el discurso de la Última Cena. Palabras que son muy consoladoras que superan nuestras expectativas, aunque también provocan en nosotros un cierto escepticismo, pues nos resulta difícil creer que Dios nos va a conceder lo que le pidamos.

Esta charlita es para muy poca gente, pues sólo para aquellos que se han tomado en serio el amor de Cristo. El mensaje de hoy es precisamente para ellos.

Esta promesa del Señor se funda en la misma naturaleza del amor. Entre personas que están enamoradas, cuando una le pide algo a la otra, ésta intenta dárselo, precisamente por el amor que se tienen. Pues eso, llevado a la plenitud es lo que ocurre cuando a quien de verdad amamos es Jesús.

El Cantar de los Cantares nos dice: “Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado”. Si los deseos de Jesús son para mí, ¿cómo va a dejar de escucharnos?

Jesús nos amó hasta el fin, pero ¿qué significan estas palabras?

En Cristo, puesto que hay dos naturalezas (divina y humana), hay también dos voluntades (divina y humana). Por eso Cristo nos ama a nosotros como hombre y como Dios.

¿Y cómo amamos nosotros a Cristo? En un primer momento lógico – que no temporal – lo amamos como hombre, pues es lo que captamos; nos enamoramos de Él. Y en un segundo momento lógico, lo captamos como Dios. La relación amorosa con Jesús se hace facilísima.

Si Jesús nos amó hasta el fin, ¿no nos da vergüenza amarlo nosotros tan poco?

Biblioteca Digital San Pío V

 

Hoy fiesta de San Pío V,

nace en este blog

la Biblioteca Digital San Pío V

San Pio V[4]

El día de hoy vio la luz este proyecto que varios años atrás estaba en mente, por cuestiones de tiempo no había sido posible su realización.  Abre sus puertas esta Biblioteca Digital, la cual contendrá una selección de libros católicos apostólicos romanos únicamente, en formato PDF. El primero de los libros que ha llegado a los estantes vacíos de esta biblioteca digital, es un excelente libro del reconocido exorcista, el padre Gabriele Amorth: Habla un Exorcista. Cada día irá apareciendo un nuevo libro en esta Biblioteca Digital dedicada a ese Papa Santo, San Pío V, que hizo la gran codificación litúrgica, y cuyo resultado fue el Missale Romanum.

Este es el enlace:

https://ortodoxiacatolica.org.mx/bliblioteca-digital-san-pio-v/

 

También aparece un enlace en la parte superior del blog.

Fraternalmente:

Ortodoxia Católica

Especial de San Pío V

SanPioV

SAN PÍO V,(*) Papa y Confesor

Santo papa, profeta,

promotor del Índex,

inquisidor

y

protector de la Santa Misa

 

SAN PÍO V

MAGISTERIO DE SAN PÍO V

“Quo primum tempore”

 Bula sobre el uso a perpetuidad

de la Misa Tridentina 

1570

 

La Bula “Quo Primum Tempore”,

su traducción y explicación

 

Motu proprio “Inter multiplices”,

 confirmando la Bula “Cum ex apostolatus” de Pablo IV 

«Inter multiplices»

Motu proprio, confirmando la Bula «Cum ex apostolatus» de Pablo IV
21 de diciembre de 1566

Entre las múltiples preocupaciones que agitan Nuestro espíritu, encuéntrase en primer lugar, tal como debe ser, que la Iglesia de Dios, confiada a Nos desde lo alto, una vez desalojadas y más aún exterminadas, si fuera posible, todas las herejías y las perversas doctrinas de erróneas opiniones, pueda militar confiadamente, y como una nave en mar tranquila, aplacados todos los oleajes y huracanes de las tempestades, pueda navegar sin zozobra y llegar al deseado puerto de la salvación. Así pues como Nosotros al tiempo que debíamos examinar muchos asuntos, en instancias menores del tribunal Santísimo de la Inquisición Romana y Universal, contra la perversidad herética, finalmente denunciados (ya sea en dicho Santísimo Oficio, o en otros correspondientes al ordinario de cada lugar) y procesados por los Inquisidores, a causa de su herética perversidad, habiendo aportado, para el examen de la causa y para su propia defensa, testigos falsos y gozando de la dilucidación de gente muy poco informada acerca de su vida y doctrina; valiéndose además de tales testimonios, o de diversos otros modos ilícitos, o por dolosas excusaciones calculadas, o por malicias para engañar a dicho Sacro Tribunal de la Santa Iglesia y a otros jueces, incluso a los Romanos Pontífices; y que por este engaño muchos, tenidos por inocentes, obtuvieron, o mejor dicho arrancaron: a) absolutorias definitivas en los correspondientes procesos iriquisistoriales; b ) sentencias que en vista de la precedente expurgación canónica, declaraban su vida y su doci trina conformes a la verdadera Fe Católica; c) o bien decretos del mismo Santísimo Oficio, o de oi tros Jueces ordinarios o delegados, o de los Inquisidores, y también de los mismos Romanos Pontífices, predecesores nuestros. Algunos de esos Romanos Pon tífices confirmaron tales sentencias y decretos, incluso con imposición de perpetuo silencio, con inhibición de que dicho Santo Oficio u otros inquisidores pudieran o debieran proceder en prosecución de otros pormenores; y también con avocación de las causas a la exclusiva autoridad del Romano Pontífice, bajo cuya protección se colocaban; o bien median te derogatorias de las derogatorias y con especialísimas disposiciones, algunas muy contradictorias, o por otros decretos sin límite alguno en cuanto a las dispensas, por innumerables disposiciones con carácter de motu propio, o de letras expedidas con el sello o anillo pontificio, incluso emanadas en consistorios o de modo consistorial. De donde Ocurría que dichos reos investigados, bajo cobertura y tutela de tales sentencias declaratorias, y de las letras apostólicas, y sobre todo asegurados por el contexto de algunas cláusulas inhibitorias, redactadas contra los inquisidores, perseveraban ocultamente y también a veces sin reserva alguna, en sus antiguos errores contra la Fe Católica, y unca volvían realmente al seno de la Iglesia, por
el contrario. en seguro contacto con los demás fieles y apareciendo como católicos, pudieron corromper otros espíritus, inficionarlos y arrastrarlos con facilidad a sus heréticas opiniones, para escándalo no pequeño y perjuicio de toda la cristiandad, y para perdición y destrucción de esas almas extraviadas.

1.- Nosotros pues queriendo salir al paso de este escándalo tan peligroso y contagioso, disponer medidas y proveer a la salvación de esas almas, y quitar toda duda y discusión entre los jurisperitos, o cualquier otro impedimento y obstáculo, por cuya causa se impidiera o retardara de cualquier modo o por cualquier instancia el ejercicio de la
Santa Inquisición, respecto de la perversidad herética, de Motu Proprio y por certidumbre de nuestra propia ciencia según la plenitud de la Potestad Apostólica, en relación con:

1) en primer lugar todas y cada una o cualesquiera letras Apostólicas, bajo cualquier forma de expresión, incluso en las predichas y en cualquier otra causa de herejía;

2) las resoluciones de Motu Proprio, o también consistoriales, o emanadas de cualquier otro modo;

3) también las cartas firmadas de cada Motu Proprio, u otras cédulas, de cualquier clase, conforme a derecho y ,justicia, y que modifiquen los términos del proceso;

4) las mencionadas letras contra la fiscalización del Santo Oficio de la Iglesia, o de otros jueces ordinarios o delegados;

5) las inhibiciones, las cláusulas derogatorias de las derogatorias, o cualquier otra que abra un resquicio y que de alguna manera sean contrarias a la disposición o recurrencia del citado Santo Oficio, revocándolas pues a todas ellas, de modo absoluto y perpetuo por esta nuestra constitución universal, de carácter perpetuo y que tendrá validez perpetua, a todas y cada una y de cualquier tenor, incluso las que son absolutorias en causas de probada inocencia; o también las sentencias declaratorias, en cualquier redacción que tuvieran, y supuesta una canónica dilucidación, incluso las sentencias definitivas; los decretos promulgados en favor de los mismos reos, investigados y denunciados por el antedicho Santo Oficio o por otros jueces ordinarios o delegados, o también por los mismos Romanos Pontífices; o las sentencias y decretos que habrán de ser promulgados, incluso por Nos mismos, o por nuestros sucesores los Romanos Pontífices de cada tiempo.

Nosotros por nuestra autoridad Apostólica declaramos, decretamos, establecemos y ordenamos que nunca han tenido efecto, ni en el futuro podrán tenerlo en la cosa juzgada.

2.- Las mencionadas sentencias y decretos, y todas las letras apostólicas, incluidas las que son de gracia, reiteradas o emanadas, confirmadas o que habrán de serlo, por la autoridad de diversos Romanos Pontífices, junto con las mencionadas derogatorias, de cualquier tenor, incluso las cláusulas contradictorias, los decretos y las inhibiciones, y
también las sanciones canónicas, con todas y cada una de sus disposiciones, antecedentes y consecuencias, como si estuvieran a la letra queremos se tengan aquí insertados de modo expreso y total, así como todas las que se Opongan de cualquier manera; y por la misma autoridad apostólica queremos igualmente y mandamos que dicho Santo Oficio de la Inquisición, y los Cardenales nuetros dilectos hijos de hoy, y los que existan en cada tiempo en la Iglesia Romana, inquisidores de la perversidad heretica, y encargados de ese tribunal, ahora y en cualquier tiempo, pueden y deben inquirir de nuevo y proceder contra esos mismos, denunciados o investigados, incluso si fueran obispos, arzobispos, patriarcas, primados, Cardenales de la S.I. Romana, Legados, condes, barones, marqueses, duques, reyes y emperadores, tanto de pormenores del
pasado, como de otros que se hayan agregado posteriormente, con testigos recibidos o a recibir, y con todos los demás argumentos, pruebas e indicios, según las facultades concedidas y dadas -o que en el futuro podrán serlo- a los mismos Cardenales Inquisidores, por Nos o por alguno de nuestros predecesores y Sucesores, los Romanos Pontífices o por la Sede Apostólica, en todo y por todo, tal como si las mencionadas sentencias, decretos y letras apostólicas y las dilucidaciones canónicas no hubiesen conferido ningún beneficio a tales reos denunciados e investigados, incluso obispos, arzobispos, patriarcas, primados, Cardenales, Legados, condes, barones, marqueses, duques, reyes y emperadores, sobre todo si han aparecido nuevos indicios de la misma o de otra especie de herejía, incluso en relación con épocas pasadas, o cuando resultase por indicios de otra naturaleza, que ese mismo reo, denunciado e investigado, hubiera sido absuelto de algún modo ilícito. Concedemos además a los mismos Cardenales Inquisidores y al ya mencionado Santísimo Oficio de la Inquisición, encargados ahora y en el tiempo que sea, la facultad, potestad y autoridad plena, libre, amplia y omnímoda de rever tales causas, sin excluir las que hubiesen sido decididas según la autoridad del Concilio Ecuménico Universal Tridentino, y de reasumirlas en el estado y términos en que se encontraban antes de las mencionadas sentencias y decretos, e incluso antes de las dilucidaciones canónicas, y de llevarlas a término según el fin debido, tal como acontece en las demás causas pendientes, todavía sin decisión alguna, con intervención de esos
mismos Cardenales Inquisidores, según las facultades propias, y tal como puede y es costumbre que así se proceda.

3.- Y además siguiendo las huellas de nuestro predecesor, el Papa Paulo IV, de feliz recordación, renovamos con el tenor de las presentes, la Constituci6n contra los heréticos y cismáticos, promulgada por el mismo pontífice, el 15 de febrero de 1559, año IV de su pontificado, y la confirmamos de modo inviolable, y queremos y mandamos que sea observada escrupulosamente, según su contexto y sus disposiciones.

(Las restantes cláusulas 4-9, de este motu proprio contienen disposiciones de procedimiento canónico, o resoluciones derogatorias, o establecen la validez de las copias del texto, exhibición o publicaci6n de las mismas, etc.)


Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 12º anterior a las kalendas de enero, año I de nuestro pontificado. (21 de diciembre de 1566).

SAN PÍO V

La Bula «Quo Primum Tempore»

(1)La Bula «Quo Primum Tempore», su traducción y explicación(2)

Introducción:

El presente trabajo pretende presentar una traducción, lo más exacta posible de la Bula » QuoPrimum Tempore «, publicada el 19 de Julio de 1570 por el Papa San Pío V. Ade­más, será acompañada de notas que facilitaran su compren­sión.

Una breve historia del Misal Romano situará correcta­mente dicho documento en las circunstancias históricas que lo originaron, lo cual dará una mayor explicación del mismo. En un apéndice analizaremos, finalmente, la cuestión de la perpe­tuidad de La Bula.

La lectura de esta Bula en el texto original es difícil:

—Por la forma: ciertos términos tiene dificultad para ser traducidos en razón de su empleo jurídico que les da un senti do rigurosamente preciso. Las frases, además, tienen una rara complicación, producto de las largas enumeraciones con detalles minuciosos y por incisos que se entremezclan introduciendo proposiciones subordinadas en el interior de otras subordinadas.

—Por el fondo: las decisiones que el documento promul­ ga son de varias especies y es necesario conocer la tradición ca ­nónica en materia legislativa para no confundirse.

—Por la situación histórica: el sentido profundo del docu ­ mento no puede ser comprendido si no se lo sitúa en la circuns ­tancia histórica que lo provocó. Dicha circunstancia debe ser esclarecida por la historia del Misal Romano desde su origen hasta los tiempos del Concilio de Trento.

Breve historia del Misal Romano

a) Los Apóstoles habían recibido el mandato y el poder de celebrar el Sacrificio de la Nueva Alianza. Los documentos más antiguos nos muestran que los Apóstoles y sus sucesores observaron fielmente esta orden.

Por la naturaleza misma de las cosas y con la autoridad inspirada recibida de Nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo, los Apóstoles y sus sucesores debían completar la simple renovación de lo ocurrido el Jueves Santo. Por un conjunto de ritos y ceremonias iban a solemnizar esa renovación y hacer de ella un acto religioso en el estricto sentido de la pa­labra.

De este modo, al dispersarse los Apóstoles, hubo en todas las iglesias locales de Oriente y Occidente un rito más o menos uniforme. Este rito iba a cristalizarse en el curso de los tres pri­meros siglos en «grandes tipos» que debían tomar una forma fija conforme al genero particular de cada pueblo.

Así, a partir del siglo cuarto se pueden reconocer cuatro tipos generales de la liturgia del Santo Sacrificio: Antioqueno, Alejandrino, Romano y Galicano.

b) El rito Romano se extendió por todo Occidente suplan­tando los otros ritos occidentales derivados, pero tomando de ellos algunos elementos. Los ritos occidentales sobrevivientes son el Mozárabe y el Ambrosiano.

c) A partir del siglo doce, el rito Romano sufrió nueva­mente influencias locales que constituyeron variantes, muy se­cundarias, de la fuente común romana: Lyon, Treves, Salis­bury, etc.

d) El estudio de los misales de la Edad Media nos enseña que casi cada catedral tenía su propio misal, con sus particula­ridades litúrgicas. Ellas consistían en adiciones de pura orna­ mentación y devoción: fiestas locales, procesiones, oraciones y cantos, secuencias, prefacios, etc.

Pero ninguna de estas particularidades constituía un rito verdaderamente distinto. Todas pertenecían al tronco común original del rito Romano tal como se fijó en tiempos de San Gregorio Magno (590-604). Los «ancestros» de nuestro Misal, escritos entre los siglos quinto y octavo, nos dan una constitu­ción de la misa idéntica a aquella que San Pío V debía canoni­zar en su Bula.

DESDE SAN GREGORIO MAGNO, SE CONSIDERA EL TEXTO, EL ORDEN Y LA DISPOSICION DE LA MISA COMO UNA TRADICION SAGRADA QUE NADIE SE ATREVE A TOCAR, SALVO EN DETALLES SECUNDA­RIOS. Sigue leyendo

«Quo primum tempore»

 

Bula sobre el uso a perpetuidad de la Misa Tridentina
1570

 

Desde el primer instante de nuestra elevación a la cima de la jerarquía Eclesiástica NOS hemos dirigido con agrado todo nuestro ánimo hacia aquellas cosas que por su naturaleza tienden a conservar la pureza del culto de la Iglesia, y con la ayuda de DIOS Nos hemos esforzado en realizarlas en plenitud, poniendo en ello todo nuestro cuidado. Como entre otras decisiones del Santo Concilio de Trento, Nos incumbe decidir la edición y reforma de los libros sagrados, el Catecismo, el Breviario y el Misal, después de haber ya, gracias a DIOS, editado el Catecismo, para la instrucción del pueblo y para que sean rendidas a DIOS las alabanzas que le son debidas; corregido completamente el Breviario, para que el Misal corresponda al Breviario (lo que es normal y natural, ya que es sumamente conveniente que no haya en la Iglesia de DIOS más que una sola manera de salmodiar, un solo rito para la Misa).

Nos pareció necesario pensar lo más pronto posible en lo que faltaba por hacer en este campo, a saber, editar el mismo Misal. Es por esto que Nos hemos estimado deber confiar este cargo a sabios escogidos; y de hecho son ellos, quienes, después de haber reunido cuidadosamente todos los manuscritos, no solamente los antiguos de nuestra Biblioteca Vaticana, sino también otros buscados en todas partes, corregidos y EXENTOS de alteración, así como las decisiones de los Antiguos y los escritos de autores estimados que no nos han dejado documentos relativos a la organización de estos mismos ritos, han restablecido el mismo Misal conforme a la regla y a los ritos de los Santos Padres.

Una vez éste revisado y corregido, después de madura reflexión, para que todos se aprovechen de esta disposición y del trabajo que hemos emprendido, Nos hemos ordenado que fuese impreso en Roma, lo más pronto posible, y que una vez impreso, fuese publicado, a fin de que los sacerdotes sepan con certeza qué oraciones deben utilizar, cuáles son los ritos y cuáles las ceremonias que deben, bajo OBLIGACIÓN, conservar en adelante en la celebración de las Misas: para que todos acojan por todas partes y observen lo que les ha sido transmitido por la Iglesia Romana, Madre y Maestra de todas las otras Iglesias y para que en adelante y para el tiempo futuro perpetuamente, en todas las iglesias, patriarcales, catedrales, colegiatas, y parroquiales, de todas las provincias de la cristiandad, seculares o de no importa qué Ordenes Monásticas, tanto de hombres como de mujeres, aún Ordenes Militares regulares y en las iglesias y capillas sin cargo de almas, en las cuales la celebración de la Misa conventual en voz alta con el coro, o en voz baja siguiendo el rito de la Iglesia Romana es costumbre u obligación, no se canten o no se reciten otras fórmulas que aquellas conformes al Misal que Nos hemos publicado, aún si estas mismas iglesias han obtenido una dispensa cualquiera por un indulto de la Sede Apostólica, por el hecho de una costumbre, de un privilegio o de un juramento mismo, o por una confirmación apostólica, o están dotados de otros permisos cualesquiera; a menos que después de que se hubiere establecido la costumbre, esta última o la institución misma hayan sido observadas sin interrupción en estas mismas iglesias por la celebración de Misas durante más de doscientos años. En este caso Nos no suprimimos a ninguna de estas iglesias su institución o costumbre de celebrar la Misa; pero si este Misal que Nos hemos hecho publicar les agrada más, con la aprobación y consejo del Obispo o del Prelado, o del conjunto del Capítulo, Nos permitimos que, no obstando nada en contrario, ellas puedan celebrar la Misa siguiendo éste.

Pero, ciertamente, al retirar a todas las iglesias antes mencionadas el uso de sus misales propios y dejarlos totalmente, determinamos que a este Misal justamente ahora publicado por Nos, nada se le añada, quite o cambie en ningún momento y en esta forma Nos lo decretamos y Nos lo ordenamos a PERPETUIDAD, bajo pena de nuestra indignación, en virtud de nuestra constitución, Nos hemos decidido para el conjunto y para cada una de las iglesias enumeradas arriba, … que ellos deberán, en virtud de la santa obediencia, abandonar en el futuro y enteramente todos los otros principios y ritos, por antiguos que sean, provenientes de otros misales, los cuales han tenido el hábito de usar, y cantar o decir la Misa según el rito, la manera y la regla que Nos enseñemos por este Misal y que ellos no podrán permitirse añadir, en la celebración de la Misa, otras ceremonias ni recitar otras oraciones que las contenidas en el Misal. Y aún, por las, disposiciones de la presente y en nombre de nuestra Autoridad Apostólica, Nos concedemos y acordamos que este mismo Misal podrá ser seguido en la totalidad en la Misa cantada o leída en todas las iglesias, sin ningún escrúpulo de conciencia y sin incurrir en ningún castigo, condenación o censura y que podrá válidamente usarse, libre y lícitamente y ESTO A PERPETUIDAD (etiam perpetuo). Y de una manera análoga, Nos hemos decidido y declaramos que los Superiores, Administradores, Canónigos, Capellanes y otros Sacerdotes o religiosos de una Orden cualquiera, no pueden ser obligados a celebrar la Misa de otra manera diferente a como Nos la hemos fijado y que JAMÁS NADIE, quienquiera que sea podrá contradecirles o FORZARLES A CAMBIAR DE MISAL o anular la presente instrucción o a modificarla, sino que ella estará siempre en vigor y válida con toda fuerza, no obstante las decisiones anteriores y las Constituciones Generales o Especiales emanadas de Concilios Provinciales o Generales, ni tampoco el uso de las iglesias antes mencionadas, confirmadas por una regla muy antigua e inmemorial, ni las decisiones ni las costumbres contrarias cualesquiera que sean.

Nos queremos, al contrario, y Nos lo decretamos con la misma autoridad, que después de la publicación de la presente constitución así como del Misal, TODOS LOS SACERDOTES que estén presentes en la Curia Romana están obligados a cantar o a decir Misa según este Misal, dentro de un mes…

…QUE ABSOLUTAMENTE NADIE, POR CONSIGUIENTE, PUEDA ANULAR ESTA PAGINA QUE EXPRESA NUESTRO PERMISO, NUESTRA DECISIÓN, NUESTRA ORDEN, NUESTRO MANDAMIENTO, NUESTRO PRECEPTO, NUESTRA CONCESIÓN, NUESTRO INDULTO, NUESTRA DECLARACIÓN, NUESTRO DECRETO, NUESTRA PROHIBICIÓN, NI OSE TEMERARIAMENTE IR EN CONTRA DE ESTAS DISPOSICIONES. SI, A PESAR DE ELLO, ALGUIEN SE PERMITIESE UNA TAL ALTERACIÓN, SEPA QUE INCURRE EN LA INDIGNACIÓN DE DIOS TODOPODEROSO Y SUS BIENAVENTURADOS APÓSTOLES PEDRO Y PABLO.

Dado en Roma, año 1570, quinto de nuestro pontificado.

SAN PÍO V

SAN PÍO V

  Haga cada cual la oferta conforme lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana, o como por fuerza; porque Dios ama al que da con alegría. (2 Corintios, 9, 7).

Haga cada cual la oferta conforme lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana, o como por fuerza; porque Dios ama al que da con alegría. (2 Corintios, 9, 7).

Antonio Ghislieri nace el 17 de enero de 1504 en Alessandría (Italia), Hijo de Pablo Ghislieri y Dominica Augeria. En 1521, a sus diecisiete años, profesa en la Orden de Predicadores, en Vigevano, tomando el nombre de Miguel. Realiza su “currículum” filosófico – teológico en Bolonia. Posteriormente cumple el ministerio de Lector de Filosofía y de Teología en Pavía.

A los cuarenta y siete años, en 1551 es llamado a Romas por Julio III y designado Comisario General del Santo Oficio, donde trabaja por la difusión y la pureza de la fe. Pablo IV le nombra obispo de Sutri y Nepi en 1556, y cardenal en 1557. El mismo Pablo IV, en 1560, le traslada a Mondovi (Piamonte), diócesis que se encuentra en lamentable estado, donde se empeña por acercarla al Evangelio de Jesucristo.

Descubierto por San Carlos Borromeo, el cardenal fray Miguel Ghislieri es elegido Papa en 1566 a los sesenta y dos años de edad. No es un príncipe, sino un asceta el que la Orden de Santo Domingo presta al papado de Roma. Pío V – así se llamará- lleva el estilo de la Orden a la Curia Romana. El nuevo Papa ofrece a la Iglesia el Breviario y Misal Romanos para que alimente su oración: también se esfuerza por confirmar a toda la Iglesia en la misma fe. Así publica el “Catecismo” del Concilio de Trento, llamado “Catecismo Romano”

Su corazón se inquieta frente a las nuevas situaciones pastorales. Por una parte, mundos recientemente descubiertos que es necesario evangelizar; y por otra, países protestantes que comienzan a nacer. A fin de abordar tales problemas crea dos congregaciones cardenalicias que serán base de la posterior Sagrada Congregación “De Propaganda Fide” (creada en 1622). Proclama a Tomás de Aquino “Doctor de la Iglesia” e impulsa la “Opera Omnia” conocida como “Piana”.

Se esfuerza por hacer coincidir la sociedad terrena con el Reino de Dios. Ve destrucción y muerte sobre Europa con la inminente invasión de los otomanos. Por eso, propicia entre los príncipes la liga de España y Venecia para detenerlos. Se alcanza la victoria en Lepanto el día 7 de octubre de 1571, mientras el Papa se encuentra en oración a María, la Madre de Dios, en su devoción al rosario; por ello instituye para este día la fiesta con el título de Nuestra Señora de la Victoria que en 1573 se denominará “del Rosario”.

San Pio V murió santamente en Roma el 1 de mayo de 1572, a sus sesenta y ocho años y siete de papado. Beatificado por Clemente X, fue canonizado por Clemente XI el 22 de mayo de 1721. Su cuerpo se venera en la capilla del Santísimo Sacramento de la basílica romana de Santa María la Mayor.

Semblanza espiritual

Ejemplo de pobreza, humildad e inagotable actividad, es elegido dos veces prior por los hermanos de su Orden. Todo lo edifica sobre la oración. Siendo Papa Pio V  visita a pie las iglesias de Roma. Su vida testifica la palabra del apóstol Pablo: “¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en Vosotros?”

En cuanto conductor del Pueblo de Dios, vibra con las vicisitudes de los pobres, siente cariño por los cristianos de Roma, que si en un principio fueron muy entusiastas con él, después lo apreciarán como a un padre. En Roma reformó las costumbres del clero y del laicado.

Desde el momento en que es elegido Papa, conservará el espíritu y el hábito dominicano dedicándose con total decisión a poner en práctica, con el ejemplo de su vida, todas las consignas del Concilio de Trento para la reforma de la Iglesia y el bien de las almas. Estimuló la formación teológica de los clérigos en los seminarios a los que, entre otras medidas, propone la introducción de la enseñanza de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino.

Tomado de:

https://eccechristianus.wordpress.com

Sermón Dominical

Del

CUARTO DOMINGO DESPUÉS DE PASCUA 

 Por el Reverendo padre Alfonso Gálvez Morillas

 ¡IMPERDIBLE!

Sermón del 03 de mayo de 2015

Para ver el VIDEO clic sobre la imagen

 

Homilía: Hay muchos católicos que viven estafados en su fe

4º Domingo de Pascua

(Misa Tridentina o Misa de San Pío V)
(Jn 16: 5-14)

“Hay muchos católicos que viven estafados en su fe”
Este evangelio se sitúa en el Sermón de Despedida de la Última Cena. El Señor le dice a sus discípulos que les conviene que Él se vaya para así poderles mandar al Espíritu Santo, el cual les recordará todo lo que Él les enseñó y les llevará hasta la verdad completa.
Nos encontramos en tiempos importantes y difíciles de la vida de la Iglesia, pues hoy día se rechaza sistemáticamente por parte de altos jerarcas de ella la posibilidad del conocimiento de la verdad.

Como consecuencia de un modo de pensar que empezó en el siglo XVIII con Kant, y que decía que era imposible para el hombre conocer la verdad, esas enseñanzas han cristalizado ahora en las modernas teologías que niegan el dogma, e incluso las enseñanzas de Cristo, y hasta su misma existencia.

Se rechaza que hayan verdades inmutables, y que toda “verdad” depende del momento histórico. Y lo que ahora nosotros interpretamos como verdad, para otros será totalmente diferente. Con ello se quiere dar cabida y justificación a una nueva moral y a una nueva teología que nada tiene que ver con la enseñanza de Cristo y del Magisterio de siempre.
El cardenal Alfrink (que tuvo mucho influjo en el concilio Vaticano II) decía durante una rueda de prensa el 23 de septiembre del 1965: “El Concilio ha puestos los espíritus en movimiento. Casi no hay ninguna cuestión en la Iglesia que no pueda ser puesta en discusión”.

Si se niega toda verdad objetiva caemos en el nihilismo, que es lo que está ocurriendo actualmente.

Si Cristo es nuestra vida, y quitamos a Cristo del horizonte de nuestra fe, ¿qué es lo que nos queda? Si la fe ya no es una creencia cierta en las cosas “objetivas” que Dios nos ha revelado y la Iglesia nos enseña, y todo queda en una duda entonces ¿con qué espíritu acudimos a recibir la Eucaristía? ¿por si acaso contiene a Cristo? Esto no es posible.
Por fe creemos en aquellas cosas que no entendemos pero que asentimos porque ha sido Dios quien nos las ha dicho; Dios es veraz, por lo que no nos puede engañar.
¿Qué es la belleza? El resplandor del Ser; pero si no hay Ser entonces tampoco hay resplandor. Esa es la razón por la cual ha desaparecido la belleza en el culto. En las películas modernas, en la pintura, en la música impera el feismo.

Y si desaparece el Ser también desaparece el Amor. Esa es la razón por la cual ya no se cree en el amor verdadero, en el amor para siempre; y tampoco se cree en el Espíritu Santo.
“Yo he venido al mundo para dar testimonio de la Verdad? Pero si ya no se cree en Cristo, tampoco se cree en la Verdad. Todo es mentira, y no olvidemos que el Demonio es el padre de la mentira. Pero aquellos que son buenos y sencillos no serán engañados. Cuando oigamos la voz del Espíritu Santo aprenderemos a discernir la verdad de la mentira. Y cuando hay humildad el Espíritu Santo se derrama sobre nosotros.
Pero el Espíritu Santo no es nuestro mayordomo, como pretenden algunos grupos, de todos conocidos.

Hoy día muchos católicos viven estafados en su fe.
Así pues, tenemos que ajustarnos a las palabras de Jesús; y estas palabras suyas nos las hace entender el Espíritu Santo. Si un teólogo no vive las virtudes cristianas y no hace tampoco oración, es imposible que oiga la voz del Espíritu.
Queridos hermanos todas estas cosas están ahí, pero muy pocos las conocen y por eso son engañados

Primer Sábado del Mes de Mayo de 2015

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GRAN PROMESA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

«Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme, les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación.» ( Revelada por la Santísima Virgen María a la Hermana Lucía, vidente de Fátima, el 10 de diciembre de 1925 en Pontevedra -España-)

La práctica de esta devoción consiste en lo siguiente:

1. Confesión, que puede hacerse durante la semana.

2. La Comunión el mismo sábado.

3. Rezar una parte del santo Rosario.

4. Hacer compañía a la Virgen durante un cuarto de hora meditando o pensando en los misterios del Rosario.

5. Hacer esto durante cinco primeros sábados de mes sin interrupción.

Todo ello con la intención de consolar, honrar y desagraviar a la Santísima Virgen por las blasfemias y ofensas que se cometen contra su Corazón Inmaculado Corazón:

1. Las blasfemias y ofensas contra su Concepción Inmaculada.

2. Las blasfemias y ofensas contra su virginidad perpetua.

3. Los que niegan su maternidad divina y la rechazan como Madre de todos los hombres.

4. Los que infunden en los niños el desprecio y hasta el odio hacia esta Madre Inmaculada.

5. Los que profanan sus sagradas imágenes.

Tomado de:

http://santa-maria-reina.blogspot.com

En la Santa Misa Tradicional el Cielo nos custodia

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1 mayo, 2015

La Iglesia naciente tuvo que enfrentarse al paganismo reinante. El choque era inevitable, el cristianismo venía del cielo, el paganismo de la tierra. Si bien el paganismo fue vencido, no así fue destruido. Con el espíritu del maligno supo introducirse en el interior de la Iglesia con el rostro de la herejía. La herejía supuso algo nuevo y extraño a la realidad de la Iglesia, la división.

El cristiano acepta todo el depósito de la fe, el hereje elije lo que le conviene, lo que le es más cómodo. La herejía no es más que hacer una religión cómoda o menos incómoda. La herejía fracciona la universalidad de la catolicidad, de lo universal pasa a lo particular.

La reforma protestante supuso romper la universalidad de la Iglesia católica, cuyo centro era, y es, Roma,  para parcelar los territorios sometiendo la religión al príncipe, lo espiritual a lo temporal. Sigue leyendo

Primer Viernes del Mes de Mayo de 2015

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¡Dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago, de los ingratos, más que olvido, negligencia y menosprecio! vednos postrados ante vuestro altar, para reparar con especiales homenajes de honor la frialdad indigna de los hombres y las injurias que en todas partes hieren vuestro amantísimo Corazón.

El divino Salvador escogió el primer viernes de cada mes, como día especialmente consagrado a honrar su Smo. Corazón, diciendo a Santa Margarita María Alacoque: “Comulgarás todos los primeros viernes de cada mes”.

Y, para obligarnos en cierto modo a práctica tan santa y tan de su agrado, hizo a la misma Santa Margarita aquel favor regaladísimo que se conoce con el nombre de LA GRAN PROMESA.  en estos términos:

“Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor todopoderoso concederá a todos los que comulgaren los nueve primeros viernes de mes consecutivos la gracia de la penitencia final: no morirán en mi desgracia, ni sin recibir los Santos Sacramentos, haciéndose mi divino Corazón su asilo seguro en aquélla última hora”.

En esta tan consoladora promesa, el Sacratísimo Corazón de Jesús, nos promete:

1º La gracia de la perseverancia final, don verdaderamente inefable, como dice el Concilio Tridentino,

2º La dicha de tener por asilo y refugio en aquella última hora el Corazón del que nos va a juzgar…

Que todo es lo mismo que asegurar nuestra eterna salvación.

¡Bien puedes ahora gloriarte de tener la salvación en tu mano: no tendrá excusa ninguna si te pierdes!

¿Con qué condiciones? Se necesita para ganar esta gracia:

1º Comulgar nueve primeros viernes de mes seguidos y sin interrupción;

2º Comulgar con intención de honrar al Sagrado Corazón y de alcanzar la gracia de la perseverancia final;

3º Comulgar con deseos y propósito de servir siempre al Señor.

De modo que no valen ocho primeros viernes de mes, ni valen nueve primeros domingos de mes, aunque la fiesta del primer viernes se traslade al domingo, ni valen ocho primeros viernes con un primer domingo… Además, han de ser seguidas las comuniones, de tal suerte que una interrupción inutilizaría toda la práctica, y habría que volver a comenzarla.

Tomado de: 

http://misa_tridentina.t35.com