Archivos Mensuales: diciembre 2016
Hoy 12 de Diciembre de 2016 este Blog Cumple su Octavo Año de Existencia
Agnus Dei qui tollis peccata mundi, miserere nobis
¡Cordero de Dios, que has cargado con los pecados del mundo, ten piedad de nosotros! Dona nobis pacem, danos la paz del corazón. ¡Nuestro corazón está inquieto hasta que reposa en ti! La inquietud del corazón alejado de Dios no puede ser superada si no es acercado de nuevo a Dios. Nuestro corazón, para que no sea “inquietum”, debe estar corazón a corazón con el Divino Corazón de Jesús.
El Corazón de Jesús, como fue mostrado a Santa Margarita María, como de él fue gran apóstol San Claudio de la Colombière, es un Corazón atravesado, coronado de espinas, con una cruz y una gran llama de amor sobre él. El Corazón de Jesús, naturalmente, es todo uno con la adorable persona de Nuestro Señor.
La devoción al Sagrado Corazón se difundió como una mancha de aceite por toda la Iglesia con las promesas que acompañan a la práctica de esta devoción. El pueblo cristiano ha obtenido de ella beneficios tan grandes que las críticas de los modernistas, que hablan de “devocionismo” y de “sagradocorazonismo”, no han podido eliminar estos beneficios.
No es pan, es Jesús
Es el título del libro del padre Paul Cocard (Non è pane, e Gesú, ed. Fede e cultura, Verona 2015). Uno de los signos más visibles de la ruptura con la tradición litúrgica es la introducción de la práctica de recibir la Comunión en la mano, después de 1965, primero localmente en los países nórdicos de Europa y después casi por todas partes en la Iglesia latina.
Este libro “pastoral y militante” es publicado después de algún otro, como los de Mons. Juan Rodolfo Laise y de Mons. Athanasius Schneider. Es una llamada urgente e punzante a la vuelta a la forma tradicional de la Comunión en la lengua, en nombre de la Fe católica.
Lo que era considerado hasta hace poco tiempo una aberración y un sacrilegio se ha convertido en un corto espacio de tiempo en la excepción autorizada por un indulto pontificio de Pablo VI y después, muy rápidamente, en la norma. Como para toda la Liturgia en la misma época, la puesta en práctica de la reforma, la instrucción Memoriale Domini de 1969, comienza recordando el principio inalterable y milenario de la recepción de la Comunión en la lengua para inclinarse al final hacia una práctica inversa difundida ya y, por tanto, para conceder un indulto, no obstante la oposición de la gran mayoría de los Obispos (alrededor del 91%).
Recordatorio: Asociación por las Almas del Purgatorio
Este es nuestro recordatorio mensual sobre la Asociación por las Almas del purgatorio. Recordamos que ya no se publican listados y todas las almas enviadas quedan inscritas automáticamente.
La iniciativa de la Asociación por las Almas del Purgatorio (Purgatorial Society) es una iniciativa de Rorate Caeli que lleva ya algunos años en marcha. Tiene un triple destino, por una parte los sacerdotes pueden inscribirse para comprometerse a ofrecer una Misa Tradicional al mes o a la semana por las almas asociadas, por otra los fieles inscriben a las almas de sus seres queridos para que las Misas y oraciones se ofrezcan por ellas, por otro lado los propios fieles rezan también por todas las Almas de la Asociación. Este mes hemos añadido tres nuevos sacerdotes a la Asociación -incluyendo otro Dominico-. En la actualidad hay 76 sacerdotes ofreciendo Misa Tradicional por las almas asociadas, y miles inscritas. Las inscripciones son siempre gratuitas, no hay ningún tipo de finalidad económica -ni siquiera en forma de donativo- en la Asociación.
En el Purgatorio se ama, se ama sin limites, y se arrepiente el alma de tanta ceguera vivida en la vida terrenal. Ellas esperan el consuelo de María y de San Miguel, de los ángeles que acuden en su apoyo, recordándoles que después del sufrimiento tendrán la gloria de llegar al gozo infinito. Allí se pide oración: cuando ellos reciben el amor de los que aun estamos aquí hecho alabanza a Dios, no sólo se consuelan sino que acortan su sufrimiento. Y lo devuelven cuando llegan al Cielo, intercediendo por quienes los supieron ayudar a disminuir sus sufrimientos.
¿Quieres hacer un buen negocio, el mejor de todos?. Une tu alma a las de las almas purgantes, ora por ellas, siente que estás unido a su dolor y las consuelas, mientras ellas adquieren la luminosidad que les permita subir a la Gloria. Verás entonces que los dolores de aquí adquieren un significado distinto, son un trampolín para el crecimiento del alma, te hacen sentirte unido a Dios, trabajando para El. Pocas obras son tan agradables a Jesús y María como la oración de quienes se unen espiritualmente a las almas purgantes. Es un ida y vuelta, un fluir de alabanzas que sube y baja, y que ayuda tanto a unos como a otros.
Oremos por las almas purgantes, porque serán ellas las que intercederán por nosotros cuando tengamos que purificar nuestra alma. Y serán entonces ellas las que nos darán la bienvenida al Cielo, cuando Dios en Su Infinita Misericordia nos conceda esa Gracia.
Caza de Brujas
Como quien no quiere la cosa, y en medio de un clima de diálogo -tendiendo puentes y construyendo sínodos-, bajo el manto poliédrico del NO al descarte del más débil, con la cara bien sonriente, preocupación por los más desfavorecidos y el rechazo a los fariseísmos de turno, ha comenzado en el Vaticano la caza de brujas dirigida, estimulada y coordinada desde la sombra por el Gran Líder. Como un McCarthy de pacotilla, el Ojo-Que-Todo-Lo-Quiere-Ver va elaborando su peculiar lista de los que se oponen a su proyectos de destrucción. Como un Saruman de nuevo cuño, va creando cantidades de orcos que engrosen sus ejércitos, con el objetivo de reducir a cenizas toda la doctrina y fagocitar todo lo que suene a dogma.
Muy pocos se atreverán a plantarle cara. Inmediatamente serán avistados por al Gran Ojo. Pagarán cara su osadía. Serán descartados por el Preboste. Al mismo tiempo, todo el que colabore, simpatice o haga coro a los disidentes; todo el que sugiera, esboce o muestre alguna especie de apoyo a los enemigos del César, irá destinado al destierro más inmisericorde, acompañado del desprecio más inhumano. No se les aplicará la comprensión, no serán objeto de diálogo, no podrán defenderse. No tendrán derecho de réplica. Mientras tanto, se van afilando en Santa Marta las hojas de la guillotina como si se tratara de un guiso a fuego lento, llamado a embucharse a la disidencia.
La carta de los cuatro cardenales expresando sus dudas sobre la doctrina bergogliana, ha sentado mal. Ha emberrenchinado a Francisco. Tan acostumbrado a las loas de medios de comunicación y de eclesiásticos empesebrados, tan instalado en la auto-complacencia, y sin el menor deseo de dirigirse a sus hermanos cardenales (como gusta decir cuando se refiere a los otros), se nota que ha dado instrucciones precisas a sus corifeos para que le hagan el trabajo sucio. De esta forma, entre los pelotas naturales, los cobardes, los asustados y los caguetas se va organizando la procesión que lleva bajo palio a la Amoris Laetitia y la Laudato Si, y que expone en la Custodia un video de niños soldados y de okupas, que son el mejor exponente de Adoración actual, en la Iglesia que ha re-fundado Bergoglio.
El que apoye a uno de estos cuatro cardenales dubitantes, será incluido en la lista y su cabeza empezará a sentir el filo de la navaja. Como dicen ahora que ya no estamos en el Renacimiento o en la Edad Media, es de suponer que hablamos de guillotinas y navajas metafóricas, referidas a capelos, oficios, cargos y honores. Por el momento, Francisco no habla, no contesta, aunque algunos hablan y defienden su silencio. Que diga algo el Vito Pinto. Que se desdiga después. Que vuelva a decirlo a continuación. Que arme lío. Que amenace.
Que diga otro tanto el Papamanolis. Veamos las reacciones. Que susurre algún otro purpurado. Observemos las contrapropuestas. Comienza la caza de brujas. Que diga Müller que él no tiene nada que ver con esto. A ver si todos se asustan y se quedan solos estos cuatro pardillos. Y mientras tanto, sigamos destruyendo, que hay poco tiempo.
Me decía Fray Malaquías que en los tiempos próximos (que insiste en que serán muy breves), veremos con horror, pena y asombro la defección de muchos de los que en la primera hora eran más críticos con esta situación. Hemos leído algo esta semana, en dignas plumas otrora muy chillonas. Ya veremos si esto se va confirmando en los próximos meses. Pero desde luego, la confusión irá reinando y el miedo se apoderará de muchos. Que Dios nos asista.
Menos mal que mientras tanto, y lo digo para relajar la tragedia en que vivimos, el Cardenal de Nueva York ni apoya las dubbia de los cuatro, ni las rechaza; ni las comprende ni las discute. Él está en otra cosa. En lugar se pronunciarse sobre las dubbia, se pega un bailoteo con las rubbias.
Con este no habrá caza de brujas.
Fray Gerundio
Tomado de:
Pío Magno
Se llamaba Eugenio Pacelli y había nacido en Roma el 2 de marzo de 1876, reinando el Beato Pío IX, de noble y catolicísima familia, devotísima a la Santa Sede. Siendo un niño de pocos años los Padres Filipinos de la iglesia que frecuentaba solían verlo todas las tardes arrodillado ante el Sagrario, mirando como un pequeño ángel hacia su Señor y mayor amigo. Por la mañana, antes de ir a la escuela, había servido ya en la S. Misa recibiendo la comunión.
Intimo de Jesús
Se entusiasmaba -dicen sus biógrafos (creo haberlos leído todos o casi todos)- escuchando las narraciones de vida misionera que el tío sacerdote, veterano de Sudamérica, le contaba y comentaba: “Yo también quiero dar mi vida por Jesús”. Después, mirándose sus hermosas manos: “¡Pero los clavos no!”
Tocaba el violín como un niño prodigio y a quien le felicitaba respondía: “¿Que toco? ¡No! Rezo, hablo con Jesús.” Le gustaba enseñar el catecismo y lo hacía con los más pequeños de su palacio con alegría propia y de ellos. Jesús era ya “el Viviente” en su infancia, en su adolescencia pura… Lo llamaban “Pacellino” porque era delgado como el alambre y tenía el rostro afilado con el flequillo en la frente.
¿Y qué puede haber orientado a la consagración total a Dios en el sacerdocio a este angélico joven patricio romano, que amaba la equitación y la música y que algún rostro femenino miraba ya con admiración y al cual respondía él: “Busque en otro lugar, yo soy de Jesús”, si no un amor ardiente, intensísimo a Jesús, el Hombre-Dios?
Murió Castro: la batalla continúa
Fidel Castro ha muerto. Rezamos por su alma. Pedimos que la infinita misericordia de Dios, a quien negó, del que abominó y cuyo Santo Nombre procuró, en vano, desterrar del alma y de la tierra de los hombres que padecieron el yugo de su tiranía, le haya finalmente alcanzado. Pedimos, fervientemente, que esa absolución que con tanta arrogancia exigió a la historia -y que ésta le negará para siempre- le haya sido otorgada por el Señor de la Historia.
En estos días de su muerte se han dicho y escrito multitud de cosas, casi todas disparatadas e insensatas, salvo escasas excepciones. Reléveme el lector de intentar cualquier antología de tales dichos; convengo, por cierto, en que esa antología resultaría, a la postre, un acabado muestrario de la estupidez, la hipocresía y la perversidad del mundo contemporáneo. Pero quede el intento en otras manos y en otros ánimos. El mío, mi ánimo, va por otro lado. Personalmente la muerte de Castro ha reavivado recuerdos, ya muy lejanos en el tiempo, pero siempre presentes con una presencia a flor de piel como la de un dolor o la de un amor que no pasa.
No tenía aún veinte años cuando advino al mundo la que se dio en llamar la Revolución Cubana. Me tocó vivirla desde mi puesto de joven militante del Nacionalismo Católico (que así llamamos en Argentina al Tradicionalismo), el mismo en el que sigo ahora y en el que, si Dios me da su gracia, pienso permanecer hasta el último día. Desde ese puesto puedo decir que aquella generación de los sesenta que soñó, luchó, cantó, mató y murió bajo la fascinación de la Cuba castrista, no fue en absoluto, mi generación. Mis camaradas y yo, los que soñábamos con una primavera en Argentina, fuimos unos verdaderos outsiders, unos extraños. Los aguafiestas de la gran bacanal revolucionaria que transformaría al mundo.
Los judas (sacrílegos) se suceden
A mediados del siglo XVIII, una religiosa de la Visitación, de Turín, tuvo una visión tremenda y por demás impresionante. Mientras rezaba devotamente ante Jesús Sacramentado, se le apareció la sagrada Hostia chorreando sangre fresca.
Ni tiempo tuvo para volver en sí, a causa del asombro y del miedo, cuando repentinamente se encontró en el atrio de las dos iglesias situadas al principio de la plaza de San Carlos, y allí oye una algaraza de gente que viene de las calles laterales de la parte que mira a los Alpes. Gritos, voces, aullidos, blasfemias horribles… La chusma, que aumentaba cada vez más, llenaba completamente la plaza.
Empieza una comedia asquerosísima, e inmediatamente después todos se van precipitando por las calles de la derecha hacia el río Po; les sigue una gran oleada de sangre que inunda toda la plaza, y se desliza por las mismas calles hasta perderse en el río, juntamente con toda aquella gentuza, verdaderos demonios.
La monjita, horrorizada, se dirige al Señor, y exclama: ¡“Oh Jesús, sálvanos”! Y Jesús le responde: “Tranquilízate, que la oleada ya pasó. Sábete que todos éstos son los profanadores de mi Sangre Eucarística. Son todos los que, en esta ciudad del Sacramento, pisotean la Sagrada Eucaristía, comulgando sacrílegamente. Son los Judas que se suceden a través de los siglos. Vete, y cuenta a todos lo que acabas de ver”.
El alma de la filosofía pagana
Es necesario afrontar este tema antes de ilustrar en el próximo número la confrontación entre paganismo y cristianismo y hacer referencia al renacer del paganismo a partir del humanismo y del renacimiento.
La filosofía antigua conoció épocas de esplendor y de plenitud metafísica con Platón y sobre todo con Aristóteles, aunque tuvieron necesidad de ser perfeccionados profundamente en cierta manera por Sto. Tomás de Aquino. Sin embargo, la filosofía de la paganitas, como sistema religioso politeísta, pluralista y tolerante, no se funda en Aristóteles (el cual, como Platón, no apreciaba la mitología de los dioses del pagus y de los paganos), sino en sus enemigos: el escepticismo de la sofística especulativa y el estoicismo de la amoralidad práctica.
Cuando hablamos del alma de la filosofía pagana, no entendemos por ello la filosofía clásica en su conjunto (antes bien, excluimos a Sócrates, Platón y Aristóteles, que -filosóficamente- se fundaban en la razón y en la voluntad y no en los cultos teúrgicos e idolátricos de la paganitaspara ascender “a lo alto”), sino sobre todo entendemos la sofística, el escepticismo especulativo-teórico, el estoicismo práctico o “ético” y la reacción neoplatónica y post-plotínica al Cristianismo.
En efecto, el politeísmo y la tolerancia religiosa, típicos de Grecia y de la Roma antigua, son fruto de una “filosofía” teóricamente escéptica y prácticamente estoica, y no de la metafísica aristotélica.
Arrodíllate y besa el suelo
Queridos hermanos, seguro que muchos de ustedes se sienten preocupados por la situación de la Iglesia y de sus Pastores. No pocos son también los sacerdotes que sufren con dolor la situación del camino que ha emprendido la Iglesia, o mejor, los “frutos” que se están recogiendo después de tantos años de de continua destrucción de la Sagrada Liturgia y dominio de la permisividad moral y arbitrariedad teológica.
Podemos decir que la Iglesia se derrumba desde sus cimientos. ¿Será a caso necesario que el derrumbe sea total para que el Señor la vuelva a levantar? ¿No es necesario en muchas ocasiones derribar la casa en ruinas para volverla a edificar sólidamente? Antes de la Resurrección, fue necesario que nuestro Señor padeciera la amarga Pasión y muriera crucificado. ¿No vive la Iglesia su propia Pasión?
Muchos son tentados, fieles y sacerdotes, fuertemente tentados. Se preguntan ¿dónde está la verdad? ¿Dónde está lo que la Iglesia ha enseñado hasta ahora, donde la enseñanza de los Santos Padres, dónde la enseñanza tradicional católica? Muchos se hacen la pregunta de dónde está su propia identidad católica. Seremos tentados. No podemos sentirnos fuertes. Nuestra fortaleza está en suplicarle al Señor, en suplicarle constantemente que no nos deje caer en tentación. Nada somos sin el Señor. Nos hundimos sin Él. La Iglesia se hunde porque la gobierna el hombre, que piensa y actúa como el mundo, para agradar al mundo, para contentar al mundo.
¿Qué pueden hacer los fieles contra la ‘agenda Kasper’?
Es una triste verdad que estamos en un momento de gran crisis en la Iglesia. Sin embargo, Dios está con nosotros. Me han preguntado que pueden hacer los fieles para combatir los errores que se propagan a través de la Iglesia. Me gustaría responder con algunas sugerencias:
Debemos crear grupos de verdaderos Católicos, académicos, familias y miembros del clero que extenderán con valentía la verdad Católica, llena sobre todo de enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, la naturaleza, y los mandamientos de Dios
Como un medio para este fin, tenemos que hacer uso de todos los recursos que ofrece el mundo moderno para nosotros. No estemos limitados a la espera de los medios de comunicación para difundir estos mensajes. No tenemos que esperar a que cada pastor a predique desde el púlpito. Debemos abrazar las nuevas formas de comunicación que nos permiten difundir el Evangelio y las enseñanzas de nuestra Santa Madre la Iglesia. Debemos llevar nuestro mensaje a la Internet, publicarlo en sitios web, blogs y redes sociales.