EL APÓSTOL DEL REINO DE CRISTO (POR VENIR)

San Luis María Grignion de Montfort

En el punto culminante de la revelación sobre los últimos tiempos, Dios manifiesta la misión encomendada a la Santísima Virgen María (Apocalipsis: 11:15-19; 12: 1-2 y 10):

«Tocó el séptimo Ángel. Entonces sonaron en el cielo fuertes voces que decían: “Ha llegado el reinado sobre el mundo de nuestro Señor y de su Cristo; y reinará por los siglos de los siglos”. Y los veinticuatro Ancianos que estaban sentados en sus tronos delante de Dios, se postraron rostro en tierra y adoraron a Dios diciendo: “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, Aquel que es y que era porque has asumido tu inmenso poder para establecer tu reinado. Las naciones se habían encolerizado; pero ha llegado tu cólera y el tiempo de que los muertos sean juzgados, el tiempo de dar la recompensa a tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, pequeños y grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra”. Y se abrió el Santuario de Dios en el cielo, y apareció el Arca de su Alianza en el Santuario, y se produjeron relámpagos, y fragor, y truenos, y temblor de tierra y fuerte granizada.

Y una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz (…) Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: “Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo…”».

A lo largo de toda la historia de la Iglesia hubo quienes se ocuparon de recordar y destacar que María Santísima es “el Gran Signo de Dios sobre la tierra”

Entre aquellos que han enseñado y predicado la misión providencial de la Madre de Dios se destaca San Luís Maria Grignion de Montfort.

Este enamorado de María nació en 1673 y murió en 1716; fue un valiente defensor de la fe católica, un predicador elocuente de la Cruz y del Rosario, un devoto esclavo de Jesús en María y un propagador infatigable de la esclavitud mariana.

En su admirable Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, el santo misionero anuncia, con acentos de profeta, que pronto el Reino de Jesús por María se establecerá en las almas.

Tomado de:

http://radiocristiandad.wordpress.com/

El Secreto de María – 1ra. Entrega – Inicio de la Serie

Por gracia de Dios da inicio hoy la publicación de manera periódica (todos los días lunes, Dios mediante) en este blog, de un edificante libro para la vida espiritual: EL SECRETO DE MARÍA,  escrito por un gran santo: SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT,  quien vivió de 1673 a 1716, y cuyo lema fue:  «Ad Jesum Per Mariam»

Escribe San Luis María Grignion de Montfort: «Esta es la forma en que actúan las almas predilectas.  Se mantienen dentro de su casa …. o sea, mantienen sus mentes en las verdades espirituales (y no en  las de la tierra).  Se aplican a la oración mental, siguiendo el ejemplo de María, su madre, cuya mayor gloria durante su vida era su vida interior y quien amaba tanto la oración mental.  Estas almas observan como tantos trabajan y gastan grandes energías e inteligencia para ganar éxitos y reconocimiento en la tierra.  Por la luz del Espíritu Santo, saben que hay mas gloria y mas gozo, permaneciendo escondidos en Cristo y en perfecta sumisión a María, que en hacer grandes cosas o grandes milagros.»

La espiritualidad de San Luis María sigue hoy día siendo perseguida por muchos aun de la Iglesia.  Es porque enseña un camino muy claro y exigente que no permite ambigüedades ni medias tintas. El amor lo reclama todo

La espiritualidad de San Luis María Grignion de Montfort se basa en dos fundamentos:

1-Reproducir la imagen de Cristo Crucificado en nosotros.
2-Hacerlo a través y por medio de nuestra consagración a María como esclavo de amor.


En otras palabras: vivir la Cruz Redentora a través de María.

Toda la vida de S. Luis fue centrada sobre un deseo:  La adquisición de la Sabiduría Eterna que es Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo de María. 

Optó por una condición radical de vida formulada como «La santa esclavitud» o la esclavitud voluntaria de amor a la Virgen Santísima para llevarnos a la de Cristo.  A ella le entregamos cuerpo y alma para que haga con nosotros lo que quiera pues todo lo que ella quiere es de Dios.  La Virgen, Gestora de Cristo, pasa a ser la que dispone de nosotros.

Es una vía de perfección y unión, de ascética radical y de misticismo dentro del corazón de María Santísima.  Enseña que el alma abandonada en las manos de la Madre es unida a la obediencia del Hijo.  Esta entrega es total cuando el alma se separa de todo apego terrenal y así es reengendrada en el seno de María donde se encarnó Jesús.  Llega a ser así perfecta imagen de Dios quien escogió ser obediente hasta la Cruz.

San Luis no ve en María una simple devoción piadosa y sentimental, sino una devoción fundada en teología sólida, la cual proviene del misterio inefable de lo que Dios ha optado realizar por su mediación y por su perfecta docilidad a esa obra.  Esto es muy importante, ya que es este desarrollo lo que ha hecho posible la revolución teológica que causó San Luis María Grignion de Montfort.

 Sin más preámbulo a qui tienen EL SECRETO DE MARÍA esperando que les sea de gran ayuda espiritual:

Sma. Virgen María

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