Scalfari y Bergoglio: colaboradores cercanos unidos en una causa común

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6 noviembre, 2015

Rorate Caeli ha proporcionado una traducción al inglés de fragmentos de otra entrevista del papa Francisco conducida por Eugenio Scalfari, el editor ateo del diario italiano La Repubblica.

“Es cierto- contestó el papa Francisco- es una verdad y lo que es más la familia, que es la base de cualquier sociedad, cambia continuamente, como cambian todas las cosas a nuestro alrededor. No debemos pensar que la familia ya no existe, siempre existirá, porque la nuestra es una especie social, y la familia es la viga de apoyo de la sociabilidad, pero no se puede evitar, que la familia actual, abierta como usted dice, contenga algunos aspectos positivos, y otros tantos negativos…
La opinión diversa de los obispos es parte de esta modernidad de la iglesia y de las diversas sociedades en las que opera, pero el objetivo es el mismo, y por lo que respecta a la admisión de los divorciados a los sacramentos, [que] confirma que este principio ha sido aceptado por el sínodo. Es un resultado conclusivo, las evaluaciones de facto se confían a los confesores, pero al final de los caminos, caminos más rápidos o más lentos, todo divorciado que lo pida será admitido”. [Traducción de Rorate, énfasis agregado].

Hoy, sin embargo Edward Pentin de National Catholic Register reporta que Federico Lombardi refutó la entrevista, diciendo que “lo que se ha reportado por él [Scalfari] en el último artículo sobre los divorciados vueltos a casar no es de ninguna manera confiable y no puede ser considerado como la manera de pensar del Papa”. Sigue leyendo

Es tiempo de guerra: tiempo de que toda persona implicada, incluso el papa, lo tenga todo claro

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5 noviembre, 2015

Este domingo en la que, posiblemente, es la principal y más influyente publicación del mundo, el New York Times, el columnista católico Ross Douthat, a quién hace días la ubicua y extendida Institución Católica Liberal cuestionó por su habilidad al hablar y publicar sus puntos de vista, no sólo no se retractó, sino que se reafirmó. Douthat da la bienvenida a la guerra en su contra, identifica a los jugadores principales y, por encima de todos, el principal, el Papa Francisco, y les da la bienvenida al campo de batalla.

La grotesca resistencia de los herejes modernos, ha sofocado la vida católica de América durante estos 50 años posteriores al Concilio. Como un cáncer,-que ha hecho metástasis desde las universidades a los seminarios, de las cancillerías a las parroquias, de los conventos y monasterios a las escuelas, y al interior de cada familia-, ha destruido la fe de decenas de millones de fieles y, por tanto, enviado a un sinnúmero al infierno (en el que, por supuesto, ellos no creen, si es que, acaso, creen en Dios).

Resistieron y crecieron durante los años de Wojtyla y Ratzinger y creen que su era, por fin, ha llegado. Sigue leyendo

Decimos lo que otros callan

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5 noviembre, 2015

El otro día en una parroquia escuchaba como celebraban con gran algarabía el resultado del sínodo, era una Iglesia de corte progresista. Al día siguiente lo mismo en una de corte tradicional y esto me llevó a pensar, sin necesidad de ser Einstein, que todo el mundo está “feliz como una perdiz”. Independientemente de que nuestro párroco vista de camisa de cuadros o lo haga de clerygman, el Santo Padre posee un punto de vista sobrenatural para entusiasmar a todos por igual. Si tienen duda de lo que les digo, pueden ojear las distintas publicaciones digitales que se denominan “religiosas”. Salvo nuestra página, en las demás, si es que las leen, podrán Uds. constatar lo que les estoy diciendo, no es extraño encontrar titulares como el siguiente, “En el sínodo ha triunfado el magisterio de la Iglesia, la doctrina no ha cambiado”, cabe pensar o que no han leído jamás el catecismo o que reciben un sueldo extra por aleccionar en la mentira. No obstante, mi recomendación principal, es que si quieren la verdad y desean fervientemente continuar fieles a la Iglesia de Jesucristo, no se muevan de aquí, de nuestra página, como figura en nuestro encabezado, “decimos lo que otros callan”.

¿Saben cual ha sido el resultado del sínodo? Nuestro Señor 177 veces escupido por cada uno de los votantes, 177 veces, golpeado y azotado por cada mano que se levantó en el sínodo, 177 veces la chusma, que somos nosotros mismos, grita: “crucifícalo”, 177 veces el costado de Nuestro Señor es traspasado. 177 veces que nuestros Jerarcas miran para otro lado, y permiten que vuelvan a crucificar a Jesús… Y nosotros, que somos fieles a la Iglesia de Jesucristo ¿vamos a seguir guardando silencio como corderos degollados? No, no y mil veces no, estamos en las catacumbas, pero no muertos.

Este es el número de la felicidad: 177. El número mínimo de votos para que un texto fuera incluido en la relatio final….Mis queridos amigos, 177 veces que Uds. y yo decimos: “que asco”. ¿Y saben que va a pasar en breve, en apenas dos semanas? Qué ya nadie dirá nada, todos habremos transigido a la entrada del demonio, a la pulverización de nuestros Sacramentos, en menos de un mes todo se verá como normal y fruto de los tiempos que vivimos. En menos de dos meses, si es que esto no está sucediendo ya, la gente que vive en pecado mortal, serán ministros extraordinarios de la Comunión. Sigue leyendo

“Sin cambios en la Doctrina”… ¿Es esto suficiente? (¿Qué diría Santa Catalina de Siena?)

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3 noviembre, 2015

“Así el Prelado o los otros Señores que tienen súbditos, viendo que el miembro de su súbdito se infecta por la podredumbre del pecado mortal, si le aplica solamente el ungüento de la lisonja sin la reprehensión, jamás le sanará, sino que infectará a los otros miembros inmediatos que estan unidos al mismo cuerpo, esto es, con un mismo Pastor.”  Nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, a Santa Catalina de Siena.

La mayoría hemos tenido la desconcertante experiencia de ver a un mago experto realizar un truco con sus manos ante nuestros propios ojos, que nos dejó atónitos en cuanto notamos que el objeto sólido que estábamos buscando hacía un momento, de repente desaparece y se convierte en otra cosa. Nos sentimos avergonzados, al ver nuestros sentidos arrojados a la confusión, mientras el prestidigitador sonríe de oreja a oreja ante nuestra manifiesta estupefacción, que con su habilidad superior nos dejó en ridículo.

Esta comparación es muy apropiada si la adaptamos a los modernistas de la Iglesia de hoy. Con una astuta ambigüedad, doble lenguaje o  haciendo uso de técnicas para dejarnos en ridículo, transforman el bien en mal y el mal en bien delante de nuestros propios ojos, obligándonos a cuestionar nuestra propia razón y sentidos o incluso nuestra propia espiritualidad y catolicidad. Sigue leyendo

Previsible: desmentido del P. Lombardi sobre editorial de Scalfari citando a Francisco

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2 noviembre, 2015

[Secretum Meum Mihi] Como se podía fácilmente prever, el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, ha señalado como no confiables las afirmaciones que el fundador de La Repubblica ha atribuido en su editorial de ayer a Francisco sobre la admisión de los divorciados vueltos a casar a la Sagrada Comunión. El desmentido lo ha obtenido Edward Pentin, quien lo publica hoy en su blog. Traducimos la parte principal.

“Como ya ha ocurrido en el pasado, Scalfari refiere en citas lo que el Papa supuestamente le dijo, pero muchas veces no corresponde a la realidad, porque el no graba ni transcribe las palabras exactas del Papa, como él mismo lo ha dicho muchas veces. Así que es claro que lo que está siendo reportado por él el último artículo sobre los divorciados vueltos a casar no en ningún modo confiable y no puede ser considerado como el pensamiento del Papa.”

El P. Lombardi dijo que no publicaría una declaración sobre el asunto porque los que han “seguido los eventos precedentes y trabajan en Italia saben la manera en que Scalfari escribe y sabe estas cosas bien”. Por los pasados dos años, Scalfari ha escrito varios de tales artículos que siguen conversaciones con el Papa Francisco, cada una de los cuales ha creado controversia.

Y como lo anotamos, ese tipo de desmentidos vaticanos en referencia a la misma persona, es decir, Scalfari, en la práctica no significan nada, y pusimos el claro ejemplo de la primera entrevista de Francisco con Scalfari, que aunque en un segundo momento también se dijo que no era confiable, hoy cualquiera puede leer en el sitio web del Vaticano (ver aquí).

Agradecemos al P. Lombardi el desmentido, pero mientras los hechos no nos digan lo contrario seguiremos tomando por ciertas las alegaciones de Scalfari, al modo que el Vaticano toma por cierta su primera entrevista con Francisco, aunque el portavoz haya dicho que no es fiable.

Tomado de:

http://www.adelantelafe.com

El triunfo de la ambigüedad – Los pasajes más polémicos de la relatio final del Sínodo

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25 octubre, 2015

Hay seis puntos en la Relatio Final que son los más controvertidos, los números 70-71, 75 y 84-86, los cuales obtuvieron menos “sí” y más “no” en las votaciones que otros puntos. Los parágrafos 84-86 (sobre los divorciados vueltos a casar) consiguieron 187, 178 y 190 votos “sí” y 72, 80 y 64 “no” respectivamente. El número mínimo de votos para que un texto sea incluido en la Relatio Final era 177, por lo que el n.85 se ha colado por un solo voto.

El pasaje 85 (que consta de dos parágrafos) es especial; cita la Familiaris Consortio 84 de Juan Pablo II pero omite la parte en que se prohíbe la comunión a los “divorciados y vueltos a casar”. También se abre un camino hacia la descentralización doctrinal al hablar de las “directrices del obispo” con respecto al “divorciado vuelto a casar”.

Nuestro comentario inicial puede encontrarse en la parte inferior de este post, el cual se ha ampliado ante el discurso del Papa contra los conservadores; un signo evidente de frustración y una vistazo aterrador de su teología (¿desde cuando es posible oponer la “letra” y el “espíritu” de la doctrina CRISTIANA?). Seguiremos el lunes.

Situaciones complejas

69. El sacramento del matrimonio, como unión fiel e indisoluble entre un hombre y una mujer llamados a acogerse recíprocamente y a acoger la vida, es una enorme gracia para la familia humana. La Iglesia tiene la alegría y el deber de anunciar esta gracia a cada persona y en cada contexto. Se siente hoy, de modo aún más urgente, la responsabilidad de hacer redescubrir a los bautizados cómo la gracia de Dios opera en su vida – incluso en las situaciones más difíciles – para conducirlos a la plenitud del sacramento. El Sínodo, mientras que aprecia y anima a las familias que honran la belleza del matrimonio cristiano, pretende promover el discernimiento pastoral de las situaciones en las que el recibimiento de este don resulta difícil de ser apreciado, o en diversos modos comprometido. Mantener vivo el diálogo pastoral con estos fieles, para consentir la maduración de una coherente apertura al Evangelio del matrimonio y de la familia en su plenitud, es una tremenda responsabilidad. Los pastores deben identificar los elementos que puedan favorecer la evangelización y el crecimiento humano y espiritual de aquellos que se encomiendan al Señor y a su cuidado.

70. Que la pastoral proponga con claridad el mensaje evangélico y tome los elementos positivos presentes en aquellas situaciones que no correspondan aún o no más a ello. En muchos Países un creciente número de parejas conviven, sin ningún matrimonio ni canónico, ni civil. En algunos Países existe el matrimonio tradicional, concertado entre las familias e incluso celebrado en diferentes etapas. En otros Países en cambio se encuentra en aumento el número de aquellos que, después de haber vivido juntos por largo tiempo, solicitan la celebración del matrimonio en la iglesia. Se opta a menudo por la simple convivencia a causa de la mentalidad general contraria a las instituciones y al compromiso definitivo, pero también a la espera de una seguridad existencial (trabajo y salario fijo). En otros Países, finalmente, las uniones resultan de hecho siempre más numerosas, no sólo por el rechazo a los valores de la familia y del matrimonio, sino también por el hecho de que casarse es percibido como un lujo, a causa de las condiciones sociales, y es así que la miseria material orilla a vivir uniones de facto. Todas estas situaciones son confrontadas de manera constructiva, buscando transformarlas en oportunidad de camino de conversión hacia la plenitud del matrimonio y de la familia a la luz del Evangelio.

71. La elección del matrimonio civil o, en diferentes casos, de la simple convivencia, muy a menudo no es motivada por prejuicios o resistencia en contra de la unión sacramental, sino por situaciones culturales o contingentes. En muchas circunstancias, la decisión de vivir juntos es señal de una relación que quiere realmente orientarse hacia una perspectiva de estabilidad. Esta voluntad, que se traduce en un vínculo duradero, confiable y abierto a la vida puede considerarse como un compromiso sobre el cual implantar un camino hacia el sacramento nupcial, descubierto como el plan de Dios sobre la propia vida. El camino de crecimiento, que puede conducir al matrimonio sacramental, será animado por el reconocimiento de los rasgos propios del amor generoso y duradero: el deseo de buscar el bien del otro antes del propio; la experiencia del perdón pedido y dado; la aspiración a constituir una familia no cerrada sobre sí misma y abierta al bien de la comunidad eclesial y de la sociedad entera. A lo largo de este recorrido podrían ser valoradas aquellas señales de amor que propiamente corresponden al reflejo del amor de Dios en un auténtico proyecto conyugal.

***

75.Una dificultad particular presentan las situaciones respecto al acceso al bautismo de personas que se encuentran en una condición matrimonial compleja. Se trata de personas que han contraído una unión estable en algún momento en el cual al menos una de ellas no conocía la fe cristiana. Los Obispos están llamados a ejercer, en estos casos, un discernimiento pastoral proporcional al bien espiritual de éstas.

El discernimiento y la integración

84.- Los bautizados que están divorciados y vueltos a casar civilmente deben estar más integrados en las comunidades cristianas en los diversos modos posibles, evitando toda ocasión de escándalo. La lógica de la integración es la clave de su acompañamiento pastoral, para que no solo sepan que pertenecen al Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, sino para que puedan tener una feliz y fecunda experiencia de ella. Son bautizados, son hermanos y hermanas, el Espíritu Santo derrama en ellos dones y carismas para el bien de todos.

Su participación puede expresarse en diversos servicios eclesiales: es necesario por ello discernir cuáles de las diversas formas de exclusión actualmente practicadas en el ámbito litúrgico, pastoral, educativo e institucional pueden ser superadas. Ellos no están y no deben sentirse excomulgados, y pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia, sintiéndola como una madre que los acoge siempre, los cuida con afecto y los alienta en el camino de la vida y del Evangelio.

Esta integración es necesaria también para el cuidado y la educación cristiana de sus hijos, que deben ser considerados los más importantes. Para la comunidad cristiana, cuidar a estas personas no es un debilitamiento de la propia fe y del testimonio acerca de la indisolubilidad matrimonial, sino que así la Iglesia expresa en este cuidado su caridad.

85.- San Juan Pablo II ha ofrecido un criterio integral que permanece como la base para la valoración de estas situaciones: “Los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones. En efecto, hay diferencia entre los que sinceramente se han esforzado por salvar el primer matrimonio y han sido abandonados del todo injustamente, y los que por culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido. Finalmente están los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido” (Familiaris Consortio, 84). Es entonces tarea de los presbíteros acompañar a las personas interesadas en el camino del discernimiento según la enseñanza de la Iglesia y las orientaciones del Obispo. En este proceso será útil hacer un examen de conciencia, a través de momentos de reflexión y arrepentimiento.

Los divorciados vueltos a casar deberían preguntarse cómo se han comportado con sus hijos cuando la unión conyugal entró en crisis, si hubo intentos de reconciliación, cómo está la situación del compañero abandonado, qué consecuencia tiene la nueva relación sobre el resto de la familia y la comunidad de fieles, qué ejemplo ofrece a los jóvenes que se deben preparar para el matrimonio. Una sincera reflexión puede reforzar la confianza en la misericordia de Dios que no se le niega a ninguno.

Además, no se pueden negar que en algunas circunstancias “la imputabilidad y la responsabilidad de una acción pueden quedar disminuidas e incluso suprimidas” (CCC, 1735) a causa de diversos condicionamientos. Como consecuencia, el juicio sobre una situación objetiva no debe llevar a un juicio sobre la “imputabilidad subjetiva” (Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Declaración del 24 de junio de 2000, 2a).

En determinadas circunstancias las personas encuentran grandes dificultades para actuar de modo distinto. Por ello, mientras se sostiene una norma general, es necesario reconocer que la responsabilidad respecto a determinadas acciones o decisiones no es la misma en todos los casos. El discernimiento pastoral, teniendo en cuenta la conciencia rectamente formada por las personas, debe hacerse cargo de estas situaciones. También las consecuencias de los actos realizados no son necesariamente las mismas en todos los casos.

86.- El recorrido de acompañamiento y discernimiento orienta a estos fieles a la toma de conciencia de su situación ante Dios. El coloquio con el sacerdote, en el fuero interno, concurre con la formación de un juicio correcto sobre lo que obstaculiza la posibilidad de una participación más plena en la vida de la Iglesia y sobre los pasos que pueden favorecerla y hacerla crecer. Dado que en la misma ley no hay gradualidad (FC, 34), este discernimiento no podrá nunca prescindir de las exigencias de la verdad y la caridad del Evangelio propuesta por la Iglesia. Para que esto suceda, deben garantizarse las necesarias condiciones de humildad, reserva, amor a la Iglesia y a su enseñanza, en la búsqueda sincera de la voluntad de Dios y en el deseo de alcanzar una respuesta más perfecta a ella.

[Traducción de rorate]

¿Nuestro apunte?

El cristianismo siempre ha tratado sobre la Presencia y Palabra de Dios, no sobre encontrar excepciones legales, y acuerdos para no ser santo. El judaísmo post-segundo templo y el Islam siempre han sido estrictamente religiones legales. Los fariseos (los ancestros directos de la corriente dominante del Judaísmo post-segundo templo) que tanto intentaron desacreditar a nuestro Señor, llevaron a cabo precisamente ese trabajo -razón por la que es tan irónico que el papa Francisco use tanto la palabra “fariseo” como una crítica, cuando su uso de la misericordia evidentemente oculta el uso de los detalles legales, excepciones y subterfugios para rodear las claras palabras del Señor. Sucedió en el lamentable motu proprio sobre la nulidad del matrimonio, debilitando la indisolubilidad. Ahora, con esta ambigua declaración permitiendo la posibilidad del sacrilegio -que sólo fue aprobada a causa de su presión personal, con el número más bajo de votos posibles, que llegaron de sus delegados personales-, se ha debilitado de nuevo el matrimonio, el más fecundo (literalmente) de los Sacramentos, por el que nuevos hijos de cristianos nacen a la vida material para reponer la Iglesia y el cielo. Todo esto es un asunto lamentable. Pasarán siglos antes de que este lío se deshaga. Que Dios nos ayude.

[Artículo original]

Tomado de:

http://www.adelantelafe.com

El aliento del papa a la herejía divide a la Iglesia

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24 octubre, 2015

[LifeSiteNews] Estoy escribiendo en el vuelo de regreso a casa desde Roma, después de nueve días agotadores cubriendo el Sínodo de la Familia para LifeSiteNews y trabajando con Voice of the Familyasistiendo a los Padres Sinodales en su labor de defender las enseñanzas de la Iglesia. El trabajo es extenuante – a veces veinticuatro horas con tiempo para nada excepto rezar y trabajar. La oración es parte crucial del trabajo. Un régimen regular de misa y rosarios para implorar la ayuda del Altísimo y la asistencia de los santos no es una opción en esta batalla, que es más espiritual que otra cosa.

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El Papa consulta con el Cardenal Baldisseri Lisa Bourne/LifeSite


Es mucho lo que está en juego; ellos auspician un gran cisma en la Iglesia Católica. La verdad es que, a pesar del énfasis en la fraternidad y en evitar la negatividad dentro de la sala del Sínodo, o aula como la llaman, aquellos defendiendo la ortodoxia han peleado una batalla campal con poderosos enemigos que proponían abiertamente la herejía sin correcciones del papa Francisco.

Este año, el corazón de la facción de los héroes del Sínodo ha pasado de los africanos del año pasado a los europeos orientales. Han alzado la voz, denunciando sin rodeos que las maldades propuestas por cardenales y obispos fueron inspiradas por el demonio. Pero un cardenal poderoso disparó a los obispos fieles acusándolos de causar “división,” el distintivo de Satanás.  Es interesante remarcar que el Arzobispo Tomash Peta habló con seriedad extrema al referirse al “humo de Satanás” entrando en la Iglesia a través de las propuestas heréticas del Sínodo. Mientras que, cuando el Cardenal de Vienna, Christoph Schonborn replicó sobre el “humo de Satanás” se detuvo para lanzar una carcajada hacia su colega de Kazakhstan.

Los herejes más vociferantes y que mayor poder ejercen en el Sínodo son los europeos occidentales, con asistencia de los norteamericanos liberales. El cardenal alemán Walter Kasper parece haberse retirado detrás del Cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia de Obispos Alemanes, que con su intervención publicada en la página web de la conferencia, expone su propuesta anti-católica para permitir la Sagrada Comunión a los divorciados que se han vuelto a casar tras abandonar un matrimonio “canónicamente válido” y mientras sus parejas anteriores aún viven. Incluso luego de rechazada la vía de escape propuesta para las parejas nuevas, una vida de continencia como “hermana y hermano”, el Cardenal Marx dijo, “el consejo de abstenerse de las relaciones sexuales en la nueva relación no sólo parece irreal para muchos. Es también cuestionable si los actos sexuales pueden ser juzgados independientemente del contexto en que se vive.”

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Cardenal Thomas Collins, uno de los 13 firmantes de la carta al papa Francisco Patrick Craine/LifeSite

Los norteamericanos se han dividido en dos, con los elegidos por el papa Francisco promocionando la herejía y callando a los que fueron elegidos por los obispos de los Estados Unidos para asistir al Sínodo. El Arzobispo de Chicago Blase Cupich incluso sugirió abiertamente ante los medios que las parejas homosexuales pueden recibir la Sagrada Comunión. El Cardenal de Washington Donald Wuerl acaba de terminar una gira mediática usando un lenguaje duro para poner en su lugar al Arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput.

 

En cuanto a los canadienses, tres de ellos han capturado la atención. El acto heroico del Cardenal de Toronto, Thomas Collinsuno de los trece Cardenales que firmaron la carta al Papa expresando su preocupación por la manipulación del Sínodo, le ha causado mucho dolor. Lo conocí en un restaurante y lo noté muy cansado. Le di las gracias y le ofrecí oraciones en nombre de los activistas que defienden la vida y la familia. El Arzobispo Paul-Andre Durocher se plantó firmemente en el campamento progresista junto con el P. Thomas Rosica ni bien comenzaron los procedimientos.

Mientras tanto, el papa Francisco ha presidido en silencio, sin corregir las herejías y denunciando una y otra vez en sus homilías privadas en Casa Santa Marta a los “doctores de la ley” que carecen de misericordia y cuya “actitud santurrona” los delata como fariseos.
Cardenal-Reinhard-Marx-300x238La bomba del Sínodo cayó el sábado cuando el papa presidio una celebración para conmemorar el 50 aniversario del Sínodo de los Obispos establecido por el papa Pablo VI. Aprovechó la oportunidad para hablar de una “descentralización” de la Iglesia Católica.  Irónicamente, utilizó y citó la enseñanza más estricta que tiene la Iglesia sobre la autoridad papal para promover un cambio que pareciera despojar al papado de esa misma autoridad. La autoridad investida por Cristo sobre la Roca de Pedro es exclusive de la Iglesia Católica y ha sido dada sólo a Pedro (el Papa) para garantizar la unidad y fidelidad.

Es difícil encontrar otra manera de interpretar lo que está sucediendo en Roma. Antes del Sínodo, el Cardenal Marx, uno de los nueve cardenales asesores del Papa, dijo abiertamente que la Iglesia alemana no es “una subsidiaria de Roma” y que seguiría adelante con su propuesta para dar la Sagrada Comunión a los divorciados vueltos a casar. En el Sínodo manifestó explícitamente esta herejía, sin objeciones por parte del Papa. Y el papa Francisco ha ordenado la descentralización.

¿Qué es lo que las conferencias de obispos no pueden hacer, además de alterar las enseñanzas de la Iglesia? Tal como dijo el Cardenal Arinze  en una entrevista que tuve con él en Roma, pueden hacer de todo menos cambiar la fe y la moral; si cambiamos eso dejamos de ser católicos.

Todos los viejos errores de la década del 60 parecen haber vuelto para hostigarnos. Por amonestarlos levemente en lugar de expulsarlos de una patada y poner orden o expulsar a sus promotores, ahora tenemos siete espíritus malignos nuevos junto con el primero, infestando a la Iglesia. Ciertamente se avizoran tiempos duros, incluso con mayor confusión para la Iglesia.

Si bien el panorama parece desalentador, no debemos preocuparnos. Creemos en la promesa de Cristo, que las puertas del infierno no prevalecerán contra Su Iglesia. Es más, mi breve viaje al corazón de la batalla infundió en mí una gran esperanza. Una esperanza que surgió al presenciar y trabajar con los pequeñitos de Dios; con el clero y los laicos, jóvenes y ancianos, preparados y dispuestos a dar su vida por la fe. Son héroes comunes, listos para perder fama y fortuna, prestigio y honor, por ser fieles a las enseñanzas de Cristo en las buenas y en las malas. Son los pequeñitos que forman el “calcaneum Mariae” o el talón de María que fue profetizado en Génesis 3:15 y que aplastará la cabeza de la serpiente.

John-Henry Westen

[Traducción de Marilina Manteiga. Artículo Original]

Tomado de:

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¿El documento final del Sínodo tendrá una bomba de tiempo escondida sobre los “divorciados y vueltos a casar”?

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24 octubre, 2015

ÚLTIMO MOMENTO: Informe Final del Sínodo, publicado.

(Post original) ¿El documento final del Sínodo tendrá una bomba de tiempo escondida y relativa al tema de los “divorciado y vuelto a casar”?

Si la “Familiaris consortio” no puede ser revocada, entonces se distorsionará.

El Informe Final del Sínodo ya está disponible sólo en italiano:

Synod15 – Relazione Finale del Sinodo dei Vescovi al Santo Padre Francesco (24 ottobre 2015), 24.10.2015

 

(Horario original de la publicación del post: 24/10/2015 3:30 PM)

Se espera que el documento final del Sínodo que se publique esta tarde, hora de Roma. No se sabe aún si será sólo en italiano, o si las traducciones se harán disponibles al mismo tiempo. Una vez que el documento este fuera vamos a tratar de publicar pasajes pertinentes tan pronto como sea posible.

Sin embargo ya tenemos una idea de su contenido por medio de la conferencia de prensa oficial del Vaticano de hoy, donde hablaron Cardenales Schönborn y Damasceno Assis.

Puede ser que se diga que estos dos cardenales están más o menos en el lado “progresista”, y por lo tanto tienen un interés en torcer o distorsionar la presentación del documento final. Nuestra respuesta es que si el documento se puede interpretar de una forma amablemente heterodoxa, entonces tenemos un problema importante, incluso si a la primera lectura no da la impresión que es amigable con la ortodoxia. Ya hemos visto esto suceder con el Instrumentum Laboris del Sínodo (en adelante, IL), que al momento de su lanzamiento fue aclamado ampliamente como un documento “conservador”, sólo porque las progresistas bombas de tiempo se hicieron más evidentes tras una lectura más atenta del texto.

Pero antes de comenzar con el informe de Edward Pentin de hoy (¿El Informe Sínodo, el último giro de la “Familiaris consortio”?):

Como los padres sinodales votan cada párrafo del informe final de esta tarde, existe la preocupación de que una propuesta de admitir los divorciados vueltos a casar civilmente a la Sagrada Comunión sea sutilmente votada, sobre la base de lo que muchos creen que la misma es una falsa interpretación de la Exhortación Apostólica “Familiaris consortio” del Papa San Juan Pablo II.

El párrafo final del informe en cuestión supuestamente no mencionaría explícitamente la Eucaristía, pero fuentes dentro del Sínodo sostienen que existe la preocupación de que si se aprueba, la palabra “discernimiento” sea interpreta de manera variable según la posición que cada uno tenga del tema.

“Si tuviera que adivinar, mi presentimiento es que va a pasar, será aprobado”, dijo una fuente cercana al Sínodo, “pienso que se preguntan cuáles serán las consecuencias si esto se lleva a cabo, ya que se da lugar a muchas interpretaciones.”

Una parte del artículo no. 84 de la Familiaris consortio se refiere al discernimiento estados:

“Los pastores deben saber que, en aras de la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones. De hecho, hay una diferencia entre aquellos que han intentado sinceramente para salvar su primer matrimonio y han sido abandonados injustamente, y los que a través de su propia culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido. Por último, están aquellos que han entrado en una segunda unión por el bien de la educación de los hijos, y que a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que su matrimonio anterior, irreparablemente destruido, no había sido válido. “

En conferencia de prensa hoy, el Cardenal Christoph Schönborn de Viena, moderador del grupo de lengua alemana en el Sínodo, dijo que “discernimiento” es la “palabra clave”, y agregó que las situaciones con respecto a las personas divorciadas civilmente y vueltas a casar son “diferentes”, no siempre es “blanco y negro”, y por lo tanto requieren este discernimiento. Citando las “prácticas de San Ignacio,” incluso sugirió que este enfoque sería jesuítico.

Los críticos dicen que tal interpretación conserva en sí, la idea de “fuero interno” que al parecer se ha sido recogida en el informe, y que equivaldría al “giro” de la Familiaris Consortio, lo cual permitiría para promover la posibilidad de admitir a los divorciados vueltos a casar a la Sagrada Comunión.

Aquí, publicamos unos tweets de Francis X. Rocca, que nos indican que el Cardenal Schonborn afirmó que el Documento Final se refiere a la comunión de los divorciados vueltos a casar de una forma “indirecta”:

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Tomado de:

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PELIGRO ADELANTE. ¿Divorciados vueltos a casar?, la “descentralización” aún está en la agenda

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24 octubre, 2015

PELIGRO ADELANTE. Un miembro del comité de redacción para el documento final del Sínodo afirma: ¿Familiaris Consortio? ¡Las circunstancias han cambiado!  ¿Divorciados vueltos a casar?, la “descentralización” aún está en la agenda

El cardenal Oswald Gracias de Mumbai, uno de los diez prelados mayormente liberales, asignado por el papa Francisco para el comité de redacción preliminar para la relatio final del Sínodo, ha surgido inesperadamente en los últimos días como un defensor de una mayor “apertura” hacia los homosexuales. Sus comentarios en la conferencia de prensa del Vaticano del día de hoy son fieles a sus formas, y dado su papel en la redacción del documento sinodal deja entrever algo que podría ser manipulado en favor de la Kasperita y de preocupaciones liberales.

Es revelador que en el discurso de descentralización él, y otros defensores de esta idea, hagan referencia repetidamente al problema de la poligamia en África como ejemplo de los problemas cotidianos con los que se deben lidiar por parte de las conferencias episcopales locales. Uno debe preguntarse si éste es un tema de conversación liberal acordado para humillar a los obispos africanos y dirigirlos hacia un respaldo a la opción de “descentralización”.

Como dijimos ayer, no tenemos razones para relajar nuestra vigilancia mientras el Sínodo entra en sus días finales. Oraciones y penitencias continuas son aún más necesarias durante los días previos al sábado, cuando la relatio final será consignada al papa Francisco.

Del reporte de la rueda de prensa de hoy del Sínodo, de las Noticias del Vaticano (las negritas son nuestras) – tomen nota de que el nombre del Cardenal ha sido extrañamente mal escrito en todo momento como “Clemencia”: (“Gracious”).

“Clemencia” fue cuestionado acerca de qué piensa de la “sana descentralización”. Dijo que la Iglesia es un cuerpo universal pero que esto también significa que existen diversas circunstancias en este cuerpo. Expresó que la Iglesia tiene que lidiar concretamente con las situaciones. Sería por lo tanto apropiado para las diversas Conferencias Episcopales el estudiar los comportamientos que ocurran en su contexto, según comentó el Cardenal. Empleó a la poligamia como un ejemplo. Dijo que esto no era un problema en la India pero sí que lo era en África por lo que le correspondería a la Iglesia africana el investigar este asunto. Agregó que los obispos necesitarían contar con el entrenamiento y la asistencia adecuados teológica y canónicamente.

También expresó que el comité de la redacción preliminar recibió entre 700 y 800 modi o “comentarios” para el texto final. Éstos fueron entregados a expertos para ser clasificados dentro de varias áreas diferentes. Fueron examinados por el comité de redacción preliminar y luego entregados a los escritores.

El Cardenal fue cuestionado acerca de la Familiaris Consortio nº 84 (el documento del Sínodo de la Familia en 1980). En este documento san Juan Pablo II dijo que los divorciados y los vueltos a casar civilmente no podían ser admitidos a la Eucaristía. Se le preguntó si el comité de redacción preliminar plantearía este problema en el documento final, ya que ha sido hablado frecuentemente en este Sínodo. Clemencia afirmó que un número de problemas eran similares, pero que las circunstancias han cambiado. Puntualizó que la Familiaris Consortio también estableció que los casos deberían ser examinados cuidadosamente. Comentó que san Juan Pablo II, en ese párrafo, estableció que no debemos poner a todos en la misma categoría. El Cardenal dijo que no podemos tratar a todas las personas de la misma manera. Aquel que rompió un vínculo matrimonial es diferente de aquel que no quiso que sucediera y que trató por todos los medios de mantenerlo. Clemencia manifestó: “Para ser honesto, no tenemos una solución”. Sostuvo que  se necesita contar con un estudio de escrituras, teología moral, doctrina, tradición y, con esperanza, así como que la comprensión se profundice, entonces surgirá un camino a seguir.

El cardenal Clemencia añadió que hay percepciones diferentes, pero que es importante que un texto clave esté producido, porque puede ofrecer -esta vez- una dirección pastoral.

[Traducido por Mauricio Monroy. Artículo original]

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El papa Francisco está, a todos los efectos, en guerra con la Iglesia

francisco

23 octubre, 2015

Acabamos de recibir esta nota de Damian Thompson:

“Francisco pronunció ayer un discurso ante un Sínodo profundamente dividido sobre el tema de la Familia, en el que confirmó sus planes de descentralizar la Iglesia otorgando más libertad a las conferencias episcopales para que ellas mismas resuelvan los casos de divorcio y homosexualidad.

Esta es la pesadilla de los cardenales conservadores, entre los que se cuentan – -como era de esperar– los del Vaticano. Creían que tenían mayoría suficiente en el Sínodo para impedir que se revocara la prohibición de comulgar a los católicos divorciados y vueltos a casar, o cualquier ablandamiento en la actitud de la Iglesia hacia las parejas homosexuales.

Pero en el discurso inaugural de ayer, al iniciarse la última semana del Sínodo, Francisco anunció que la descentralización se impondrá desde arriba.

Mientras se refiere a sí mismo deliberadamente como ‘el obispo de Roma‘, para subrayar su solidaridad con los obispos de todo el mundo (en oposición a la Curia Romana – es decir, “el Vaticano”), invocó la autoridad del Sumo Pontífice sobre los meros cardenales.” La nota informativa completa (en inglés) se puede leer AQUÍ.

COMENTARIO DE THE REMNANT

Unas preguntas para la Federación Internacional Una Voce, la Fraternidad de San Pedro, el Instituto de Cristo Rey, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, etc., etc., etc.: ¿A qué esperamos exactamente? Muchos conservadores e incluso neocatólicos se están desempeñando mejor al desenmascarar el evidente  golpe de estado que está teniendo lugar en este momento al interior del Vaticano. Y mientras, ¿los católicos tradicionales guardamos un silencio solemne y, la mayor parte, nos quedamos cruzados de brazos? No lo entiendo.

Se acabó. Se están apoderando de nuestra Iglesia. Están invadiendo nuestra casa. Están violando a nuestra madre. Nuestra vida como católicos nunca será la misma después de esto. Por Dios, ¿a quién le importan la situación canónica y las autorizaciones permisos para decir Misa en latín y mantener una apariencia respetable y normal ante los apóstatas? ¡Qué más da! El barco se hunde y tenemos que avanzar hacia Roma, si no físicamente, en todo lo demás; también a través de Internet y con brigadas de oración.

El tiempo para la diplomacia ya se acabó. Nos guste o no, han declarado la guerra a todo lo que consideramos sagrado, incluida la fe que nos transmitieron nuestros padres. En marcha, pues.

Esta bien puede ser nuestra última oportunidad, puesto que una vez que Roma se rinda por completo en cuestiones morales no podremos recurrir a la cláusula de objeción de conciencia, y menos cuando la policía del pensamiento se presente aporreando nuestra puerta en mitad  de la noche. No vamos a poder apelar a nuestras convicciones religiosas cuando nos quieran imponer el homomonio, la cohabitación y todo lo demás. Si enseñamos a nuestros hijos la fe y la moral de siempre en los días por venir, nos tildarán de fundamentalistas y de fanáticos intransigentes y dirán que no estamos en condiciones de criar a nuestros hijos.

Esos locos modernistas de Roma están preparando el terreno para la peor persecución de católicos en la historia. Y cuando llegue esa persecución, me pregunto si nos vamos a preocupar que hubiera un tiempo en que nos llamaran fanáticos tradicionalistas, nos acusaran de cismáticos y dijeran que nuestra situación canónica era irregular. Repito, ¿QUÉ MÁS DA?

Ha llegado la hora de levantarse y luchar. Si no lo hacemos, con certeza la historia nos condenará por haber sido cómplices de las serpientes y demonios que hicieron cuanto estaba en sus manos para destruir la Santa Iglesia de Jesucristo Rey.

Que Dios nos ayude a todos a hacer lo que debemos en este momento.

Michael Matt

[Traducido por Cecilia González. Artículo Original]

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El desmantelamiento. La reestructuración de la iglesia por medio de la “sinodalidad”

iglesiadestruida

23 octubre, 2015

Con este artículo iniciamos la publicación en español de forma regular de los mejores contenidos de la web Catholic Family News, cuyos contenidos prometemos no les defraudaran. Agradecemos a su director la amistosa autorización.

Adelante la Fe


El programa destructivo que Francisco está preparado para imponerse a través de la descentralización

Durante el Sínodo ordinario de 2015 se ha discutido la posibilidad de implementar cierto “regionalismo”, es decir, permitir a las Conferencias Episcopales de cada país decidir unilateralmente los criterios pastorales a seguir en relación a: la comunión de los divorciados y vueltos a casar por la ley civil; los amancebados y los homosexuales. En una entrevista publicada el 15 de octubre, el Cardenal Burke afirmó concretamente que esta propuesta de “diversidad regional” es: “… simplemente, contraria a la fe y la práctica católica”.

Sin embargo, en la alocución del día 17 de octubre, el mismo papa Francisco manifestó su resolución de descentralizar la Iglesia, aunque se tenga que imponer de arriba a abajo, lo que sería un pérfido abuso de autoridad [1].

Descentralización y regionalismo son contrarios al catolicismo, pero su aparición en el Sínodo no ha sido repentina; ésta es su historia.

“Descentralización” y reestructuración de la Iglesia

418W7QTZEEL._SX323_BO1204203200_Este nuevo programa de destrucción, ahora en marcha, ya había estado volando bajo el radar de los católicos más inquietos, pero es ahora cuando sale a la luz  a través del Sínodo.

Es una propuesta para reestructurar radicalmente la Iglesia, basada en el pensamiento modernista de los cardenales Martini, Lehman, Danneels, Kasper y el arzobispo Quinn; y sí, también Jorge Bergoglio. Este programa es la base del regionalismo que ahora está tomando voz en el Sínodo de la Familia de 2015.

Cualquiera familiarizado con el grupo San Galo sabe de qué estoy hablando.

Este grupo se formó secretamente durante el pontificado de Juan Pablo II.

Con el fin de impedir lo que consideran una intromisión por parte del Vaticano, el grupo San Galo trabaja para desarrollar plenamente las enseñanzas del Concilio Vaticano ii en relación a la colegialidad episcopal y el poder del Sínodo; su objetivo último es proporcionar a los obispos más autonomía respecto a Roma.

Sus propuestas incluyen conceder a las conferencias episcopales: completa autoridad doctrinal; libertad para nombrar a los obispos o la última palabra en cuestiones litúrgicas, entre otras cosas.

En resumen, estos radicales quieren desencadenar sobre la estructura de la Iglesia, la misma fuerza destructiva que ya desataron sobre la Misa después del Vaticano II.

El grupo San Galo

El grupo San Galo fue organizado por Ivo Furere, obispo de la diócesis de Saint-Gall (Suiza), y tiene como objetivo conseguir mayor colegialidad y sinodalidad de la Iglesia [2].

Entre sus miembros destacan:

  • el fallecido cardenal de Milán, Carlo Martini;
  • el cardenal belga Godfried Danneels;
  • los cardenales alemanes Lehmann y Kasper;
  • el inglés Comac Murphy-Conner;
  • en su pensamiento e ideas siguen las del arzobispo John Quinn, autor del libro The Reform of the Papacy, líder en ventas.

Todos ellos son modernistas, heterodoxos, pérfidos, provocadores de escándalos, entusiastas del Vaticano ii y totalmente comprometidos con esta revolución.

Además, parecen estar entre los pensadores favoritos del papa Bergoglio.

Por ejemplo, Francisco se ha deshecho en halagos hacia los cardenales Martini y Kasper, dos de los cardenales más abiertamente radicales de nuestros tiempos [3].

Siendo todavía arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Bergoglio le comentó al arzobispo Quinn que había leído su libro y que tenía la esperanza de que sus propuestas pudieran llevarse a cabo. [4]

En el grupo San Galo figuran prelados que ridiculizan al papa Juan Pablo II y su modo, supuestamente, conservador de gobernar la Iglesia.

Por ejemplo, tanto Juan Pablo II como el cardenal Ratzinger insistían en que, cuando los obispos celebraran sus conferencias episcopales, Roma tenía que revisar los documentos y aprobarlos o rechazarlos, antes de que se hicieran públicos. Asimismo, las traducciones litúrgicas también debían contar con el beneplácito de Roma antes de su publicación y el Vaticano podía intervenir y censurar a algún teólogo radical aunque contara con el apoyo del la conferencia episcopal de su país.

Pues bien, los prelados del grupo San Galo califican todo esto como una molesta intrusión del papa. A estos mismos obispos les horrorizó la afirmación del cardenal Ratzinger, cuando aún era secretario de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, insistiendo en  que la Iglesia Universal es “ontológicamente anterior” a la iglesia local [5] y, por tanto, ésta está necesitada del gobierno del pastor universal: el papa.

Los prelados del grupo San Galo, junto a Bergoglio, creen que estamos necesitados de un nuevo desarrollo de la doctrina del Concilio acerca de la colegialidad de los obispos y de una mayor descentralización de poder.

Colegialidad y sinodalidad, que no son más que un desarrollo necesario para llegar a una Iglesia más horizontal, en lugar de una Iglesia en que las órdenes vienen de arriba. Hacen una llamada a los obispos para que se vean más involucrados en las decisiones doctrinales, litúrgicas y pastorales.

Este modo modernista de entender la colegialidad de los obispos, niega la primacía de jurisdicción del papa, tal y cómo la enseñó el papa León XIII en su encíclica Satis Cognitum y que, además, aparece en innumerables enseñanzas del Magisterio.

Como bien puede deducir cualquier católico bienpensante, esa horizontalización y descentralización nos lleva, con toda seguridad, a una mayor fragmentación de la fe católica en todo el mundo. Es, de hecho, el borrador para el nacimiento de las iglesias nacionales, para la proliferación de doctrinas y pastorales contradictorias entre una nación y otra, todas débilmente unidas por una pretendida “diversidad conciliada”, en expresión del cardenal Kasper que, más bien, suena a toque de difuntos para la inmutabilidad, estabilidad, unidad y universalidad de la fe católica.

Bergoglio apadrina a Martini

En el Sínodo de 1999, el cardenal Martini abogó por un enfoque más colegial y sinodal en el gobierno de la Iglesia y sugirió, indirectamente, la necesidad de un nuevo concilio para tratar este tema, de modo que favoreciera a los progresistas.Esto era demasiado incluso para el Vaticano de Juan Pablo II, quién no vio con buenos ojos esta propuesta.

En cambio, el papa Bergoglio, está resueltamente a favor de este plan radical de Martini. Como se ha manifestado en otros números de Catholic Family News, Francisco ha alabado públicamente a Martini, considerándolo una “figura profética” y un “padre para toda la Iglesia” [6].

De igual modo, en su penosa entrevista de octubre de 2013 con Eugenio Scalfari, editor ateo del periódico La Repubblica, Francisco habló del cardenal Martini como de: “…alguien muy querido de Nosotros y también de usted”.

Francisco confesó abiertamente que: “Lo primero que decidí fue nombrar un grupo de cardenales para ser mis consejeros. Nada de aduladores, sino personas que compartieran mis mismos sentimientos. Se trata del comienzo de una iglesia con una organización no sólo ya vertical sino también horizontal. Cuando el cardenal Martini habló de poner su atención en los concilios y sínodos ya sabía lo largo y difícil que resultaría avanzar en esa dirección. Poco a poco pero con firmeza y perseverancia.” [7]

Una propuesta más detallada para una Iglesia descentralizada se halla en el libro The Reform of the Papacy del arzobispo John Quinn, publicado en 1999. Quinn aboga por:

  • un aumento de la colegialidad y sinodalidad según los dictados propuestos por el cardenal Martini:
  • mayor descentralización del gobierno de la Iglesia; [8]
  • participación de sacerdotes y seglares en la elección de los obispos; [9]
  • un proceso de elección de obispos similar al de la Iglesia oriental cismática y la Iglesia anglicana; [10]
  • más comunicación horizontal e internacionalización;
  • mayor participación de los laicos, especialmente de las mujeres, en los puestos directivos de la Curia romana; [11]
  • un cambio en el papado en atención al ecumenismo (una de las razones que se esgrimen para ello es que, tanto anglicanos y evangélicos como ortodoxos encontrarían desalentadora una intromisión excesiva del papado en cuestiones doctrinales, pastorales y litúrgicas).[12]

El arzobispo Quinn también considera que:

  • la Curia es una barrera entre el papa y los obispos y lamenta la imagen monárquica del papado.
  • le ofende [13] la afirmación contenida en el Informe Ratzinger (1.984) según el cual, las conferencias episcopales no tienen base teológica, no pertenecen a la estructura de la Iglesia tal y como la quiso Cristo y sólo tienen una función práctica y específica [14].
  • Quinn cita con aprobación al obispo Hadisumarta de Indonesia, quién dijo que: “La teología, la espiritualidad, la legislación y la liturgia tienen que ser tan diversas como los lenguajes y las culturas. En el futuro, todo ello llevaría a un cambio en la relación entre las conferencias episcopales y los distintos dicasterios romanos. La Curia romana se convertiría en una central de información, una institución de apoyo y estímulo, en lugar de un centro de decisiones”. [15]
  • Quinn se alegra de que en la encíclica Ut Unum Sint de Juan Pablo II no se emplee la expresión “primacía de jurisdicción” al referirse al papado; [16]
  • desaprueba el uso de la expresión “colegio cardenalicio”, ya que hace aparecer al colegio de los obispos como un cuerpo de segunda clase. [17]
  • denuncia la censura que el Vaticano hizo de Jacques Dupuis, el teólogo jesuita modernista que, entre otras herejías, enseña que las falsas religiones son, en sí, medios de gracia y salvación. Quinn rechaza este entrometimiento por parte del Vaticano ya que: “El cardenal Konig, los obispos de la India y el provincial de los jesuitas en la India junto con el antiguo decano de la Gregoriana en Roma han puesto en duda esa intervención de Roma o han defendido públicamente a Dupuis”; [18]
  • se lamenta de que los Sínodos sólo hagan recomendaciones al papa, que no tengan poder deliberativo; [19]
  • lamenta que sólo se convoquen en Roma; [20]
  • ha expresado su horror ante lo que llama “grupos restauracionistas”, es decir, los que intentan restablecer no sólo la misa pre-conciliar, sino también la liturgia pre-conciliar en la administración de los sacramentos. [21]
  • En conjunto, aboga por una reestructuración total del papado [22], de la Curia romana y del procedimiento para nombrar obispos. [23]

El arzobispo Quinn continúa dando conferencias y propagando con fuerza su programa colegial. En su nuevo libro, Ever Ancient, Ever New: Structures of Communion in the Church [24], escrito durante el centrista pontificado de Benedicto y publicado en 2013, continúa en la misma línea argumentada en Reform of the Papacy. Podemos estar seguros de que, bajo el papa Francisco, sus propuestas se volverán, incluso, más agresivas.

Nos podemos preguntar cómo, un verdadero católico, puede apostar por lo que defiende el arzobispo Quinn ya que, su pensamiento modernista, es bien manifiesto no sólo en todo lo dicho, sino en otras áreas. Se puede terminar citando su conferencia pronunciada en Oxford en junio de 1996; en ella considera que temas como la ordenación de las mujeres, están todavía abiertos a discusión (el entonces cardenal John O’Connor denunció a Quinn en este punto) [24]. Cuando el arzobispo Quinn era obispo de San Francisco, si diócesis fue de las primeras en abrir las puertas Dignity y en tener una parroquia abierta a los homosexuales [26], cuyos sacerdotes daban bendiciones en las manifestaciones del orgullo gay [27].

Y, sin embargo, como se ha dicho más arriba, el papa Francisco, siendo aún arzobispo de Buenos Aires y en un encuentro casual con el arzobispo Quinn en Roma, le dijo que había leído su libro y tenía esperanzas de que sus propuestas se convirtieran en realidad [28].

Hemos visto el inicio de esta realidad en la orientación general del papado bergogliano, especialmente, en el tumultuoso sínodo extraordinario de 2014, así como en las propuestas hechas para el sínodo de 2015, en el que, abiertamente, poner en tela de juicio la moral católica, junto con el escándalo que ello causa, se considera más importante que la estabilidad de la doctrina tradicional.

Recordemos, también, que el papa Francisco ha alabado públicamente la propuesta de sinodalismo del cardenal Martini, cuando le dijo a Eugenio Scalfari: “Este es el comienzo de una Iglesia con una organización que no es solamente vertical, sino también horizontal. Cuando el cardenal Martini habló de concentrarse en los concilios y los sínodos sabía lo largo y difícil que sería avanzar en esa dirección. Lentamente, pero con firmeza y tenacidad”.

En la misma línea de pensamiento, el infame Hans Küng dirige los mayores elogios a la exhortación apostólica de 2013, en particular, en lo que respecta a la colegialidad y a la llamada reforma de la Iglesia.

Küng dice que, en su exhortación apostólica Evagelii Gaudim el papa Francisco habla claramente a favor de la reforma de la Iglesia en todos los niveles. Aboga, de manera especial, en las reformas estructurales, a saber: “La descentralización a favor de las diócesis y comunidades; la reforma del oficio papal; una promoción del laicado que contrarreste el excesivo clericalismo y favorezca la presencia más eficaz de la mujer en la Iglesia, sobre todo, en las instituciones con poder ejecutivo” [29].

El programa de Francisco parece ser un calco del programa del grupo de San Galo del cardenal Martini y del pensamiento del arzobispo Quinn. Ello resulta evidente al examinar el párrafo 32 de la Evangelii Gaudium en el que el papa parece estar dispuesto a conceder a las conferencias episcopales “una genuina autoridad doctrinal” [30].

No debemos sorprendernos cuando leemos las palabras del cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich y presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, cuando declaró la independencia de las iglesias alemanas sobre ciertos aspectos de las reglas vaticanas. El pasado febrero, dijo: “Nosotros no somos subsidiarios de Roma. Cada conferencia episcopal es responsable del cuidado pastoral según su cultura; ésta ha de ser nuestra tarea. No podemos esperar que el Sínodo nos diga como ha de ser la guía y el cuidado pastoral para matrimonio y la familia” [31].

Parece que el Cardenal Marx, anticipándose al papa Francisco, hace una aparente invitación a abrir la puerta a una “gran autoridad doctrinal” para las conferencias episcopales nacionales. El resultado de semejante movimiento sería un caos doctrinal, moral, litúrgico y pastoral. Incluso Monseñor William Smith, profesor de Teología Moral en el Seminario de Dunwoodie, dijo en una conferencia: “La razón de Roma acerca de las conferencias episcopales nacionales es sospechosa, porque la mayoría de las veces llevarían a iglesias nacionales independientes”.

El cardenal Burke cita, una vez más, que la “diversidad regional” ahora propuesta “es, simplemente, contraria a la razón y la vida católica” [32].

Vemos pues que la horizontalización y la descentralización, ahora incluidas en el Sínodo de Octubre de 2015, puede dar como  resultado  una gran fragmentación de la Fe en el mundo. Es el proyecto para el nacimiento de las iglesias nacionales, la proliferación de doctrinas contradictorias y practicas nacionales inmorales, en una pretendida aceptación del “reconocimiento de la diversidad” (como dijo el cardenal Kasper), que será el toque de difuntos de la inmutabilidad, estabilidad, unidad y universalidad de la Fe católica.

John Vennari

[Traducido por P.E. Artículo original]

[1] Ver “Pope Francis is now at war with the Vatican. If he wins, the Catholic Church could fall apart” Damien Thompson, The Spectator, Oct. 18 2015 y Pope Francis Reminds the Synod that He Has the Last Word” America, 17 Oct. 2015. [2] The Great Reformer: Francis and the Making of a Radical Pope. Austen Iverieigh (New York: Henry Hold, 2013) p. 257. [3] V. “The Martini Pope, John Vennari, Catholic Family News, January 2014 (para información sobre Kasper v. nota 36) [4] V. “Quinn to priest group: Church poised at a momento of far reaching consequences´ National Catholic Reporter, 7 de Julio 2014 [5] Ivereigh p. 257 [6] The Martini Pope John Vennari Catholic Family News enero de 2014 [7] The Pope, How the Church will Change. La Repubblica Oct. 1, 2013 énfasis añadido. [8] Estos tres primeros puntos pueden verse a lo largo de todo el libro. [9] The Reform of the Papacy: The Costly Call to Christian Unity John Quinn (New York, Herder 1999) p. 117 [10] Ibidem p. 123. Atila Sinke Guimares al escribir sobre este tema en 2001 explica que “la generalización de Quinn es excesiva, pues de hecho hay muchos modos de seleccionar obispos de acuerdo las tradiciones y privilegios de cada diócesis y no se pueden reducir a una sola fórmula” cita de “A New Papacy on the Horizon” Guimares, Catholic Family News abril de 2001. Yo añado que hemos de observar que el criterio principal para la elección de un obispo y debe ser la absoluta fidelidad a la fe católica en toda circunstancia. El énfasis excesivo de Quinn en el jugar con las estructuras es una señal más de su comprensión insuficiente de la misma fe católica. [11] The Reform of the Papacy, pp. 166 y 171 [12] Este aspecto de los cambios que se proponen en el papado es un tema de gran importancia y se tratará más tarde. El papa Juan Pablo II, ecumenista a ultranza, propuso cambios indeterminados en el papado en favor del ecumenismo. Esto lo hizo en su encíclica ecuménica Ut Unum Sint (25 de mayo de 1995) que Quinn cita a lo largo de su libro. Quinn se alegra de que este aspecto de Ut Unum Sint rompe un precedente y es revolucionario. v. The Reform of the Papacy p. 34. De la misma manera el cardinal Kasper se muestra favorable a una reestructuración de la iglesia en favor del ecumenismo. [13] The Reform of the Papacy p. 115 [14] Ratzinger Report, 1984 citado en Pope Francis´ doctrine chief: Bishops conferences presidents are not ´vice-popes´. Lifesitenews, 30 de diciembre de 2013. [15] The Reform of the Papacy p. 160 énfasis añadido. [16] The Reform of the Papacy p. 30 [17] The Reform of the Papacy p. 143 [18] The Reform of the Papacy p. 160 [19] The Reform of the Papacy p. 113 [20] Ibid. [21] The Reform of the Papacy pp. 167-169 [22] Al igual que  en el Vaticano II los radicales impusieron la nueva misa basados supuestamente en “prácticas litúrgicas antiguas”, Quinn intenta argumentar que lo que él propone es en realidad un “redescubrimiento” de la Tradición en lo que concierne al gobierno de la iglesia. Sus reivindicaciones  son un conjunto de afirmaciones engañosas,  de medio -verdades,  y de generalizaciones que carecen de distinciones esenciales y reveladoras en cuanto a lo que se niegan a afirmar. Esto también necesita de una explicación más detallada de la que puede darse en este número. También deja de clarificar la colegialidad y la subsidiaridad legítima. Esto dicho, Quinn consigue señalar algunos problemas verdaderos, como ese excesivo énfasis en la autoridad del papa que cree al papa infalible en todo lo que diga o haga; y también la afirmación gratuita del cardenal Solano quien dice que no se debe criticar a la curia nunca. [23] The Reform of the Papacy índice [24] Más acerca del libro de Quinn en un artículo futuro. [25] The Claims of the Primacy and the Costly Call to Unity John R. Quinn junio de 1996 y la respuesta del cardinal O´Connor: Reflections on the Church Government Cardinal John O´Connor Catholic New York 25 de julio de 1996. Los dos pueden encontrarse en la biblioteca digital de la EWTN. [26] Pope Appoints Gay-Friendly Bishop to San Francisco. Dr. Marian T. Horvat  en traditioninaction.com. [27] Life and Death at a Gay Parish Randy Engel, traditioninaction.com. [28] Quinn a un grupo de sacerdotes: “La iglesia está lista para un acontecimiento de consecuencias trascendentales.” National Catholic Reporter 7 de julio de 2014. [29] Cita de “Pope Francis´text is a call for church reform at all levels Hans Küng, The Tablet 29 de noviembre de 2013. [30] Sin embargo este deseo no se ha realizado plenamente, pues el estatuto jurídico de las conferencias episcopales que las considera sujetas a ciertas atribuciones específicas, incluida la genuina autoridad doctrina,l no ha sido todavía suficientemente elaborado. La excesiva centralización, más que ayudar, complica la vida de la iglesia y su actividad misionera.” Evangelii Gaudium, núm. 32 [31] German Church declares Independence before de 2015 Synod: “We are not a Roman Subsidiary” Rorate Coeli, 25 de febrero de 2015. [32] Cardinal Burke: controversial Synod proposal “simply contrary” to Catholicism, Lifesitnews, 15 de octubre de 2015.

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No hay peor ciego que el que no quiere ver

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22 octubre, 2015

¡La conciencia manda! ¡Bendita ignorancia!

Blase Cupich, arzobispo de Chicago, descubre que la conciencia es inviolable y marca la pauta en todo lo que tenga que ver con la teología.

En una entrevista concedida a Edward Pentin, del National Catholic Register, Cupich, nombrado personalmente por S.S. Francisco para participar en el Sínodo de la Familia, afirmó que en el tema de administrar la Sagrada Comunión a divorciados que se han vuelto a casar por lo civil, esas personas tienen que “decidir con la conciencia tranquila”, y que “la Iglesia tiene la misión de ayudarlas a avanzar, respetando lo que decidan.”

“La conciencia es inviolable -declaró el purpurado a los reporteros destacados en el Vaticano-  “y hay que respetar lo que decidan. Yo siempre lo he hecho.”

Eso sí, añadió que como pastor de almas tiene la misión de ayudarlas “durante un tiempo de discernimiento a entender a qué las llama Dios en concreto en esa coyuntura, de modo que es para todos.”

¿Qué querrá decir eso? Y aún hay más galimatías.

“Hay que tener cuidado para no encasillar a ningún sector, como si hubiera que aplicarles otras reglas”, dijo. “Sería un grave error.”

Sí, claro, hay que reflexionar con mucho detenimiento sobre los superficiales razonamientos teológicos del gran gurú Cupich.

¡Bendita ignorancia!

Ahora que este arzobispo ha elevado a la conciencia por encima de la doctrina, Pentin le preguntó qué pensaba de que el Papa haya escogido personalmente a un cardenal al que se había sorprendido en una grabación tratando de ocultar abusos sexuales por parte de un sacerdote e instando a la víctima a pedir perdón al obispo que abusó de él, que además era su tío.

Astutamente, Cupich respondió que tiene una conciencia mal formada: “No sé nada de eso ni cómo lo eligió ni nada de que lo usted ha dicho sobre su pasado. No tengo ni idea.”

Hmmm. ¿Se dan cuenta de lo bien que puede venir tener una conciencia olvidadiza y mal formada? ¿Quieren que los católicos creamos que monseñor Cupich, nombrado por el Sumo Pontífice para participar en el Sínodo, no está enterado de los escandolosos titulares y reportajes sobre otro cardenal elegido por Francisco para el Sínodo, el belga Danneels, cuando se había encontrado una grabación en la que hacía callar los abusos a un menor cometidos por un obispo de su país? ¿De verdad quiere Cupich que nos traguemos que no tenía ni idea? ¿Acaso no debía tener máxima prioridad la salvaguardia de los menores y saber quiénes son los lobos a la hora de formar la conciencia de los prelados?

El cardenal Godfried Danneels es el típico obispo encubridor de abusos. Que Francisco lo escogiera para participar en el Sínodo es una afrenta a las familias, a los menores de edad y a la propagación de la fe, y deja en ridículo al Sínodo de la Familia. Una declaración escrita de las prioridades que tiene este Sínodo es que el propio Papa elija y nombre y escoja a sus amiguetes del cónclave para ocuparse de algo tan importante como es la familia.

¿Qué clase valores y asesoramiento puede aportar el cardenal Danneels al Sínodo de la Familia? Tómense un momento para leer este desgarrador reportaje [en inglés] sobre cómo trata Danneels a los menores católicos y a la familia es éstos.

Es para llorar.

El daño que ha causado Danneels a la fe de las familias católicas a la inocencia de los menores de edad en Bélgica es incalculable. Y que a pesar de eso Francisco lo haya escogido dice muchísimo de la ideología modernista que subyace tras este sínodo y de las prioridades de este pontífice.

Aunque este sea el Sínodo de la Familia, con Danneels, Cupich y los obispos alemanes parece que sea más bien el Sínodo de los Homosexuales.

Elizabeth Yore

[Traducción de J.E.F. Artículo Original]

Tomado de:

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Manifiesto de los Cardenales. Su gran significado histórico no puede perderse en medio del caos

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20 octubre, 2015

Las palabras exactas del histórico Manifiesto de los Cardenales o La intervención Pell-Müller (por los nombres de sus principales autores) y que es conocido como La carta de los 13 Cardenales, ha sido el desafío más profundo con el que se ha enfrentado un Pontífice en la historia reciente. Esto puede ser objeto de controversias, pero las condiciones generales de la misiva no lo son. Y, sobre todo, la trascendental importancia histórica de un documento que promete ser fundamental en el Papado del siglo XXI no debe perderse.

Y es que, ¡el documento es magnífico! Es el primer capítulo de un movimiento que tendrá unas consecuencias mucho mayores de las que se han intuido por el momento. Así como las reformas gregorianas no podían haber sido más claras en las décadas que las precedieron, en esta época de caos y de dominación modernista, se ocultan las semillas de no pocos Hildebrandos que están esperando para llevar a la Iglesia hasta el borde de los abismos satánicos de la inmoralidad; es más, parece que están a punto de tragársela por todos los lados.

grvii_1-300x225Un punto de la carta que no debe ser obviado, y que está enfatizado por Antonio Socci, es uno del cual,  aquellos que se convirtieron al Protestantismo son siempre conscientes: el impresionante deseo de los reformadores (apoyados por el mismísimo Papa y con Kasper a la cabeza) por seguir el mismo camino por el que fue el Protestantismo liberal. Es más, en una simple valoración objetiva y material de las perspectivas de la Iglesia Católica,-entendida, simplemente, como empresa meramente humana y de cuya continuidad sus actuales administradores deberían, por lo menos, aparentar estar 

interesados-, puede ser considerada como un movimiento con sólo dos alternativas, sin una tercera opción disponible: o bien como un idiota sin remedio o bien como deliberadamente malvado. Volvamos pues, a este último párrafo de la carta que es el más importante ya que no se ocupa de las cuestiones de procedimiento sinodal, sino que se ocupa del Magisterio, es decir, qué es la Cátedra de Pedro y para qué sirve:

«Por último, y quizá lo más urgente, varios Padres han expresado su preocupación de que un Sínodo diseñado para abordar una cuestión pastoral fundamental,- el refuerzo de la dignidad del matrimonio y la familia-, pueda llegar a ser dominada por la cuestión teológica-doctrinal de la Comunión para los divorciados y vueltos a casar civilmente. Siento esto así, aumentarán, inevitablemente, más cuestiones fundamentales acerca de cómo la Iglesia, en el futuro, deberá interpretar y aplicar la Palabra de Dios, sus Doctrinas y sus disciplinas con los cambios de la cultura. El colapso de las Iglesias Protestantes liberales en la Era Moderna, acelerado por su abandono de elementos clave de la Fe y de las prácticas cristianas en nombre de una adaptación pastoral, justifican una gran cautela en nuestras propias discusiones sinodales.»

Esto es asombroso. En primer lugar, contiene una advertencia, un aviso acerca de lo “urgente” que es este tema. En ella, el propio Vicario de Cristo es prevenido por algunos de sus colaboradores más importantes, como su Secretario de Economía, el Guardián de la doctrina de la Fe y el Guardián del Culto Divino, quienes también consideran todas estas cuestiones. E incluso es avisado por el no siempre coherente Cardenal Dolan, lo que da una idea del amplio espectro cubierto por los interesados, sobre cómo este proceso caótico creado por el mismo Papa,  (…) está originando problemas fundamentales en relación a la propia Iglesia que, en un futuro, deberá de interpretar la Palabra de Dios, incluyendo sus Doctrinas y sus disciplinas por cada cambio de cultura. (…)”.

La advertencia va mucho más allá ya que, como muchos han resaltado, en ella se emplea un término apocalíptico, el colapso, estrictamente relacionado con las ideas defendidas por Kasper en relación con la Comunión de los divorciados vueltos a casar y otros conceptos afines; ideas que están protegidas por el Papa y que han provocado el colapso de las comunidades protestantes liberales. (Y no nos engañemos más en este punto tan importante: en este momento todavía es una propuesta pero, obviamente, es una propuesta de Kasper-Bergoglio y lo ha sido desde que el propio Papa le pidió a Kasper que se propusiera en el Consistorio de febrero de 2014). La advertencia termina con una nota aún más sorprendente: el colapso “(…) de las iglesias protestantes se fue “acelerando por su abandono de elementos clave para la Fe cristiana y su práctica en nombre de una adaptación pastoral (…)”; esto significa exactamente lo que está escrito, es decir: los reformadores, con el Papa a su lado, que están utilizando “la adaptación pastoral” como bandera para cambiar el Magisterio lo hacen “por su abandono de los elementos clave de la Fe cristiana”. Es decir, que los reformadores católicos,-quienes, al igual que los fariseos originales y los protestantes liberales, y en contra de Cristo, son verdaderos creyentes en la tolerancia del divorcio-, están haciendo lo mismo. Su método es el mismo; su objetivo, es el mismo. Y el resultado también será el mismo: colapso.

La carta de los 13 Cardenales es la acusación más fuerte que jamás se haya hecho por Cardenales en contra de todo esto y, desde luego, no existe acusación similar contra cualquiera de los otros Pontificados en la historia reciente de la Iglesia.

[Traducido por Miguel Tenreiro. Artículo original]

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Monseñor Schneider visita el Christendom College

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19 octubre, 2015

Front Royal (Virginia).–Su Excelencia monseñor Athanasius Schneider pronunció hoy una magnífica conferencia aquí en el Christendom College sobre las inalterables verdades del matrimonio y la familia. También celebró la Misa tradicional en latín en nuestra Capilla de Cristo Rey, y respondió después las preguntas de los alumnos. Aunque estuve presente en la Misa oficiada por él este año en el Domingo de Pentecostés con motivo de la peregrinación anual a Chartres, no había tenido oportunidad de conocer personalmente a monseñor Schneider, y no puedo menos que decir que es un verdadero santo y un gran obispo católico.

ad178b2914f200f2125e1e10c5f607c1_XLComo estudio lejos de mi casa, y los últimos acontecimientos en la Iglesia están tomando un cariz verdaderamente aterrador, fue una grato consuelo y encontré muy motivador escuchar al obispo auxiliar de Astana (Kazahstan) y obispo titular de Celerina.

Dado que hoy en día muchas veces no se sabe adónde acudir en busca de consejo, la visita de Schenider fue para mí una maravillosa gracia de Dios, que agradezco de corazón al Christendom College por invitarlo a dirigirse a nosotros.

Su conferencia, así como la posterior sesión de preguntas, me aclaró cuáles deben ser mis preocupaciones, me iluminó con relación a lo que está pasando en Roma y reavivó la urgente llamada a la oración que muchos sacerdotes han hecho a los fieles.

Cuando preguntaron a monseñor Schneider: qué podríamos hacer los laicos si el Sínodo malinterpretara o incluso llegara a alterar la doctrina católica?”, respondió: “Conocemos las verdaderas y eternas enseñanzas de Cristo. Sabemos la verdad y, por consiguiente, la seguimos, aunque nuestros sacerdotes, obispos o el propio Papa no estén a la altura. Recen. Recen con mucha insistencia.”

Las palabras más consoladoras llegaron hacia el final de su exposición, cuando dijo: “Al final venceremos los pequeños si no perdemos la fe.”

Nos recordó que las personas divorciadas que se han vuelto a casar pecan contra el sexto mandamiento, y declaró que un nuevo grupo dentro de la Iglesia trata de socavar esa doctrina. Pero ni siquiera el Papa puede cambiar la verdad de Cristo, dijo, y debemos seguir en la verdad aunque nos sintamos muy solos.

Dijo que debemos de ser firmes en el testimonio, que debemos luchar unánimes y alentar a nuestros sacerdotes a mantenerse fuertes, aunque algunos obispos aprueben algo que se desvía de la verdad; no apartarnos jamás de la verdad y la Tradición. Tener siempre presente que el Espíritu Santo guiará a su Iglesia. La iglesia no es del Papa. No es nuestra. La Iglesia es de Jesucristo, y siempre debe mantenerse fiel a sus enseñanzas.

“Incluso algunos cardenales promueven actualmente el pecado en la Iglesia, y yo pregunto con frecuencia: ¿es que no temen los castigos de Dios? Es un misterio, un gran misterio.”

Schneider comparó la confusión reinante hoy en día con la herejía arriana, y señaló que el humo de Satanás ha entrado en la Iglesia y vivimos tiempos de lucha, de batalla, ¡pero Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat!

Nunca me había motivado tanto un sacerdote como este asombroso padre. Dijo mucho más, pero a efectos de este sencillo blog lo dejaré por aquí, y pediré a todos que hagan exactamente lo que nos pidió monseñor Schneider: rezar por la Iglesia y mantener la fe.

Tenga Dios a bien bendecir a monseñor Schneider.

Cecelia M. Matt

[Traducción Guillermo Visedo. Artículo original]

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Las intrigas para desacreditar a los cardenales que se oponen al Papa

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18 octubre, 2015

La carta de los 13 Cardenales al Papa en contra del opresivo Sínodo y de las tesis modernistas de Bergoglio es muy sensacionalista, especialmente por la autoridad que ostentan los firmantes; por tanto, lo que ocurrió para desacreditarla y oscurecer su explosivo contenido debe ser explicado. Ante todo, la carta ha circulado como la seña identificativa de una conspiración de los llamados “conservadores” católicos.

Marco Tosatti, vaticanista serio e independiente, señaló, muy acertadamente, que una carta privada al Papa, firmada con nombres y apellidos, es la cosa más transparente, leal y valiente que hemos visto en el Vaticano en los últimos tiempos,- considerando que el mismo Bergoglio (al menos de palabra) pide apertura-; por tanto, es justamente lo opuesto a una conspiración. De hecho, como dice Tosatti, “proporcionó una oportunidad de oro para los numerosos autores de conspiración y rebelión”. Mientras, con respecto a cosas ocultas, conocemos a través del periódico alemán Die Tagespost, que es el Papa Francisco quién, en su residencia de Santa Marta, ha estado sosteniendo su propio “Sínodo clandestino”, reservado solamente a la Dirección del Sínodo oficial.

Lo que desencadenó la confusión fue que cuatro de los trece Cardenales firmantes negaron haber puesto su rúbrica. El lunes por la noche, el Cardenal Pell, confirmó a través de un portavoz, que la carta había sido firmada por él y otros Cardenales; añadió que era privada y por ello no se había dado a conocer. Por otra parte, explicó que el texto publicado por Magister tenía “errores, tanto en el contenido como en la lista de firmas”. Esa misma noche nos enteramos de que la revista American Jesuit, de tendencia progresista, confirmó que la carta había sido firmada por 13 Cardenales todos ellos presentes en el Sínodo y entregó la lista con los nombres correctos, substituyendo a los cuatro que habían negado su firma por los verdaderos firmantes. Además, la misma revista, confirmó el texto publicado por Magister, confirmación que también hace el periódico La Nación de Buenos Aires a través de un artículo de Elizabetta Piqué, biógrafa y amiga personal de Francisco y, por tanto, con acceso a fuentes dignas de crédito.

El día 13 por la tarde, Magister publicó un nuevo artículo en el que cita estas confirmaciones fiables y en el que reitera que hay trece firmas de Cardenales, reconstruyendo la lista correcta pero parece ser que una ha desaparecido; el texto es el mismo que se publicó en primer lugar, admitiendo que, la carta entregada al Papa puede “incluir algunos pequeños cambios. De forma, no de fondo”. Pero con el escándalo que suscitó en los medios, lo que era esencial escapó a la atención de todos: la rareza de semejante documento firmado por Cardenales de autoridad, muchos de ellos presentes en el Sínodo, en el que se destruye la Instrumentum laboris en los puntos no aprobados en el Sínodo de 2.014 pero que Bergoglio aseguró que se volverían a tratar, al menos los más controvertidos.

Además, en su carta, los Cardenales critican los nuevos procedimientos que sofocan, e intentan manejar, al Sínodo en curso. La carta expresa preocupación por la Comisión que tendrá que redactar la Relatio final ya que no ha sido elegida por los Padres sino que está compuesta por personas nombradas directamente por Bergoglio, todos afines a él. Asimismo, la misiva expresa la preocupación por un Sínodo que había sido convocado por Benedicto xvi en defensa de la familia y que terminó en peleas acerca de la comunión de los divorciados vueltos a casar; algo que, si fuese aceptado, colapsaría completamente la doctrina sobre el matrimonio y los Sacramentos.

Al final de la carta hay una advertencia dramática que, incluso escrita en un lenguaje respetuoso suena a alarma, diciendo que: al final del camino emprendido por Bergoglio, en imitación de las Iglesias Protestantes Europeas, habría un colapso; en otras palabras, el fin de la Iglesia. En una declaración reciente, el Cardenal Pell dio otras dos noticias importantes acerca de lo que está pasando: la primera concuerda exactamente con lo que escribimos el domingo pasado en esta columna y es que la corriente Kasper-Bergoglio es minoría. De hecho, Pell dice: “Hay un gran acuerdo en la mayoría de los puntos pero, obviamente, hay cierto desacuerdo ya que hay una minoría de elementos que desea cambiar las enseñanzas de la Iglesia en las disposiciones necesarias para recibir la Comunión. Naturalmente, no hay posibilidad de cambio alguno en la Doctrina”.

La otra noticia de Pell, alarma incluso si está en lenguaje suave: “Todavía hay preocupación entre los Padres del Sínodo sobre la composición del Comité a cargo de la redacción de la Relatio final y sobre el proceso a través del cual se presentará a los Padres del Sínodo”. La controversia, por tanto, sigue abierta. La razón es simple, aunque nunca se diga: la intención de Bergoglio, ahora muy clara, es empujar al Sínodo hacia las conclusiones que él desea, recibir así legitimación e introducir las ideas de Kasper dentro de la Iglesia, aunque sea de forma solapada, de la misma forma que introdujo el divorcio a través del Motu Proprio. Por esta razón, hace unos días, al descubrir que la mayoría del Sínodo es católica, Bergoglio planteó preguntas sobre la Relatio final que llegaron a ser escritas en  todos los programas oficiales como resultado del Sínodo.

Viendo el desconcierto que ha provocado el cambio de reglas en el Sínodo hizo público, a través del Padre Lombardi, que habría una Relatio Finalis pero Bergoglio decidiría qué hacer con ella y si se publicará. Más tarde se supo que, probablemente, no habría una relatio similar a las de otros Sínodos, en las que incluso se votaron proposiciones sencillas, sino un texto genérico que se votaría en bloque, una especie de lo tomáis o lo dejáis, una forma de acorralar a la parte más católica, en la que habría una referencia genérica a la misericordia pero que podría ser interpretada como la luz verde a la revolución. Es necesario recordar que, ningún Papa tiene el poder de cambiar la Ley de Dios ni la Doctrina Católica, a menos que desee caer en la herejía y, por tanto, caer en declive.

Como fue explicado por un eminente Cardenal del Sínodo de 2.014, los temas a debatir hoy, habiendo sido definidos solemnemente por la Iglesia basándose en la Sagrada Escritura, no pueden ni deben ser cuestionados; el Papa no puede hacer lo que le plazca, al contrario de lo que muchos creen, justo como afirmó Benedicto xvi en la Misa de Investidura a la Catedra Romana el 7 de mayo de 2.005:

«El Papa no es un monarca absoluto cuyos pensamientos y deseos son ley. Al contrario: el ministerio del Papa es garantizar la obediencia a Cristo y a su Palabra. No debe proclamar sus propias ideas, sino constantemente obligarse a sí mismo y a la Iglesia a obedecer la Palabra de Dios, de cara a todo intento de adaptarla o diluirla, y de toda forma de oportunismo […] El Papa sabe que, en sus decisiones importantes, está unido a la gran comunidad de fe de todos los tiempos, a las interpretaciones vinculantes que se han desarrollado a través del peregrinar de la Iglesia. Así, su poder no está sobre, sino al servicio de la Palabra de Dios. Le corresponde a él asegurarse de que esta Palabra continúe estando presente en su grandeza y que resuene en su pureza, para que no sea rota a pedazos por los cambios continuos en su uso.»

Esta es la interpretación correcta del “poder de atar y desatar” que Cristo le dio a Pedro, un versículo del Evangelio que ha sido indebidamente invocado estos días por los partidarios de Bergoglio, casi como si permitiera al Papa argentino hacer lo que le plazca. El venerable Pio Brunone Lanteri, quién fue también un gran defensor del Papado, lo explicó claramente en un libro:

«Se me dirá que el Santo Padre puede hacer cualquier cosa, quodcumque solveris, quodcumque ligaveris, etc. Es verdad; pero no puede hacer nada en contra de la Constitución Divina de la Iglesia; él es el Vicario de Dios, pero no es Dios, ni tampoco puede destruir la obra de Dios.».

Antonio Socci

[Traducción de Rocío Salas. Artículo Original]

Tomado de:

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Carta abierta al Sínodo por parte de más de 100 conversos. Texto completo firmado

cartasdeloslectores

16 octubre, 2015

24 de septiembre de 2015

Su Santidad, queridos Padres en Cristo:

Somos todos conversos a la fe Católica. Algunos fuimos criados en otras comunidades cristianas; algunos llegamos, sin bautizar, de otras religiones, otros conocimos el secularismo absoluto y nos creíamos agnósticos o ateos.  A pesar de la diversidad de experiencias tenemos lo siguiente en común: adoptamos a la Iglesia como adultos. Al prepararse para el Sínodo de la Familia esperamos que se sientan alentados por la multitud de fieles laicos que se han unido, y continúan uniéndose, a la Iglesia en gran parte debido a lo que esta propone acerca del ser humano en sus enseñanzas sobre la diferencia de géneros, la sexualidad, el matrimonio y la familia.

En el pasado, la mayoría de nosotros hubiésemos objetado a, cuando menos, algunos de los componentes de las enseñanzas de la Iglesia tocante a estos temas. Sin embargo, al darnos cuenta cuan dañinos eran los resultados de los conceptos populares acerca de la sexualidad humana, y cuando algunas de nuestras congregaciones empezaron a ceder ante la cultura dominante —y sus ideas acerca de la libertad, la igualdad, el progreso, así como su creciente agnosticismo— cada uno de nosotros empezó a sospechar que había algo acertado en el criterio de la Iglesia. Amén de su falta de popularidad, las enseñanzas de la Iglesia acerca de la realidad nos parecieron curiosamente atractivas; con el tiempo quedamos convencidos de que reflejaban la verdad más profunda de nuestro ser, una verdad que, aunque exigente, está llena de bondad y hermosura a la vez. Es más, la certeza de la Iglesia en sus enseñanzas y su confianza al proclamarlas, inclusive ante una oposición hostil, fue para nosotros prueba de que en ella podríamos encontrar una vida en Jesucristo tal y como Él es. Como seres humanos, comprendemos la naturaleza dramática del deseo y de la «dictadura» de la auto justificación que frecuentemente lo acompaña. Y como conversos, también reconocemos esa tendencia de los cuerpos eclesiales, cuando carecen de la autoridad de un vínculo histórico con Cristo a través de Su Vicario, a adaptar el cristianismo a la mentalidad dominante.

En resumen, el hecho de que la Iglesia Católica se ha aferrado a la verdad más profunda acerca de nuestra existencia personificada fue, para nosotros, un foco de atracción y una señal de que la Iglesia es el vínculo más seguro al Cristo Encarnado.

Con respecto a la desconcertante diversidad en la opinión contemporánea acerca del bienestar humano, y especialmente en lo que concierne al cuerpo humano, comprendimos que la naturaleza radical de la aserción cristiana —que Dios, el Hijo, asumió toda la carne en Si—  se encontraba en entredicho. Cristo «manifiesta plenamente el hombre al propio hombre» (Gaudium et Spes 22). Él, por lo tanto «esclareció» el sentido de nuestra humanidad —y con este el significado del cuerpo, de la diferencia de géneros, de la sexualidad, del matrimonio y de la familia. Hizo esto, por ejemplo, cuando los fariseos le preguntaron acerca del divorcio y los remitió (al igual que a sus discípulos) al «principio», a la naturaleza humana tal y como fue creada. Dio, además, algo nuevo a esa humanidad al otorgarle, misericordiosamente, una porción de Su fidelidad a la Iglesia. No fue cosa accidental que los primeros cristianos se sentían atraídos a la Iglesia a través de la radiante humanidad de Sus partidarios, la cual se manifestaba, por ejemplo, en su insólita actitud hacia la mujer, los hijos, la sexualidad humana y el matrimonio.  Y no fue accidental tampoco que, por razones similares, también nosotros sentimos esa atracción hacia la Iglesia muchas centurias después.

Estamos perfectamente conscientes de la difícil situación pastoral a la cual se enfrentarán durante el Sínodo, especialmente en lo que concierne a los católicos divorciados; y compartimos con ustedes esa abrumadora carga a la que se enfrentan. Algunos de nosotros hemos experimentado  el dolor del divorcio en carne propia, y casi todos tenemos parientes y amigos que han padecido de esta misma manera. Estamos, por lo tanto, agradecidos de que se le preste atención a un problema que ha causado tanto daño a hombres y mujeres, a sus hijos y, ciertamente, a nuestra cultura en general.

Les escribimos esta carta, sin embargo, debido a nuestra ansiedad acerca de ciertas propuestas cuyo objetivo es cambiar la disciplina de la Iglesia en cuanto a la comunión de católicos divorciados y vueltos a casar por lo civil. Francamente estamos sorprendidos por la opinión de los que proponen una «vía de penitencia» que toleraría lo que la Iglesia jamás ha permitido. En nuestro juicio tales propuestas no le hacen justicia  a la irrevocabilidad de la unión matrimonial, ya que descartan el «primer» matrimonio como si este estuviera «muerto» o, peor aún, reconocen la perdurabilidad de su existencia a la vez que lo violentan. Estas propuestas no pueden hacer otra cosa sino contradecir la doctrina cristiana del matrimonio. No podemos comprender como es que estas propuestas podrían considerarse, según se afirma, misericordiosas o de carácter pastoral. Una respuesta pastoral que no respeta la realidad de los hechos, no importa cuán bien intencionada sea, solamente agrava el sufrimiento que busca aliviar. ¿Cómo no pensar en el cónyuge abandonado y en los hijos? Es necesario considerar el efecto en las generaciones venideras, ¿cómo pueden tales cambios inculcar a los jóvenes el valor y la belleza de la indisolubilidad del matrimonio?

Ante todo, creemos que tales propuestas no consideran plenamente la verdadera crisis de la familia, la que subyace los problemas del divorcio, la anticoncepción, la convivencia y la atracción homosexual. La crisis, como ya lo ha señalado Benedicto XVI, es «a causa de una errónea comprensión de la libertad; peor aún, continua, debemos ahora enfrentarnos a un punto de vista que plantea «la cuestión del hombre mismo; de la cuestión sobre qué es el hombre» (Discurso del Santo Padre Benedicto XVI a la Curia romana con motivo de las felicitaciones de Navidad, 2012). Los cambios a la disciplina de la Iglesia que se han presentado no están tan solo lejos de ser idóneos para los retos que debemos enfrentar, pero nos parecen una capitulación ante el problema al que supuestamente están dirigidos.

Al igual que todos, hemos sido testigos de la destrucción creada por la cultura del divorcio, y como conversos hemos sido también testigos de la complicidad del cristianismo en esa cultura. Hemos visto como nuestras comunidades abandonaron el veraz y radical testimonio original cristiano acerca del hombre y la mujer, junto con el acompañamiento pastoral que quizá les hubiera permitido vivirlo.

Es por esto que nos volvemos hacia ustedes. Esperamos que defiendan las enseñanzas de Cristo acerca de la indisolubilidad del matrimonio con la misma fidelidad, con ese mismo testimonio jovial y valeroso que la Iglesia Católica ha desplegado a lo largo de toda su historia. Contra esta sabiduría mundana, que aconseja resignarnos y ceder al derrotismo, la Iglesia debe  hacer al mundo recordar, una vez más, la belleza de la fidelidad conyugal cuando esta se vive en unión con Cristo. ¿Quién queda en pie para ofrecerle al mundo algo más que el eco de su propio cinismo? ¿Quién queda en pie para guiarlo hacia una experiencia auténtica del amor? ¡Es hoy, más que nunca, cuando el mundo necesita del testimonio profético de la Iglesia! En las palabras que el Papa Francisco dio a miles de jóvenes durante la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil:

Hay quien dice que hoy el matrimonio está “pasado de moda”…  que no vale la pena comprometerse para toda la vida, hacer opciones definitivas, “para siempre”, porque no se sabe lo que pasará mañana.  Yo, en cambio, les pido que sean revolucionarios, que vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son capaces de amar verdaderamente. (Jornada Mundial de la Juventud [encuentro con los voluntarios, 28 de julio de] 2013)

Al reunirse en Roma para el Sínodo de la Familia, queremos brindarles el testimonio de nuestra conversión, el cual testifica sobre el atractivo de la verdad acerca del hombre y la mujer, tal y como fue hecho patente por Cristo a través de su Iglesia. Confiamos en que este testimonio fortalecerá el suyo propio para que la Iglesia continúe respondiendo a lo que el corazón humano anhela con tanta vehemencia.

Sinceramente en Cristo,
Mark Alder – Director, Christendom Awake

James D. Anderson,  Asesor Mayor de Historia y Teología, The Coming Home Network
International; antiguo seminarista luterano.

Bryan Atkinson,  Director médico de hospicio paliativo

Joseph Atkinson,  Profesor Adjunto de Escritura Sacra, The John Paul II Institute for
Studies in Marriage and the Family en la  Catholic University of America (Washington
DC); Director, Theology of the Family Project; antiguo sacerdote anglicano.

Diacono Mark Baker,  Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Diacono James Barnett, Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Francis J. Beckwith, Profesor de Filosofía y Estudios de la Iglesia y el Estado, Baylor University;
antiguo Presidente de la Evangelical Theological Society; antiguo ministro en la Iglesia Evangelica Unida.

Philip Bess, Profesor de Arquitectura, University of Notre Dame.

Joshua Belokur,  enfermero, Highland Hospital (New York); antiguo pastor en The Church of
the Nazarene.

Rachelle Belokur, enfermera, Heritage Christian Services (New York).

Timothy T. Bergsma,  farmacómetrista, Certara.

Reverendo W. Scott Blick,  Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Reverendo Kenneth M. Bolin, Ordinariato Personal de la Silla de San Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Laura Bramon,  especialista en la protección internacional de menores y contra la trata de personas.

Clinton A. Brand,  Profesor Adjunto y Director de la Facultad de Inglés, University of
St.Thomas (Houston, Texas).

Christine-Thérèse Broesamle, misionera en África y Europa, negociadora internacional,
autora,  antigua misionera de la iglesia evangélica.

Reverendo Jerry Brown − Pastor, iglesia católica de la Inmaculada Concepción de María (Brentwood, CA);
Director de formación sacerdotal (Diócesis de Oakland); antiguo sacerdote episcopal.

Gail Buckley, Presidente y fundadora de Catholic Scripture Study International; Presidente de la
Catholic Leadership Conference.

  1. Budziszewski, Profesor de Asuntos Gubernamentales y Filosofía, University of Texas en Austin.

Reverendo Mark Cannaday,  Administrador de la Iglesia Católica de St. Gilbert of Sempringham,
Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, jubilado (Boerne, Texas); antiguo canónigo
y rector episcopal.

Steven L. Carlson − Catequista,  iglesia católica de San Juan Bautista (Plum City, Wisconsin); antiguo
ministro en la Iglesia Evangélica Luterana (ELCA).

Paul Cates,  Presidente, Faith Christian Ministries; antiguo pastor luterano.

Jeff Cavins − fundador y Presidente, The Great Adventure Bible Study System.

Charles M. Clowe, Presidente, Clowe Oil Co. (Ardmore, Oklahoma).

Paisley H. Clowe, maestra, ministro de música.

Adam G. Cooper,  Socio Permanente y Decano Adjunto de Investigación, The John Paul II
Institute for Marriage and Family (Melbourne); antiguo pastor en la iglesia luterana de
Australia

Rob Corzine,  Vise Presidente de Programas, St. Paul Center for Biblical Theology.

David Crawford,   Decano Adjunto de Asuntos Académicos, The John Paul II Institute for Studies
in Marriage and the Family en la Catholic University of America (Washington DC).

David B Currie, Catedrático, St Paul Center for Biblical Theology; autor; conferenciante; antiguo
misionero fundamentalista.

Reverendo Peter H. Davids,  Director, Casa de estudios del Ordinariato Personal de la Silla de
San Pedro, Sacerdote en  residencia, iglesia católica de Nuestra Señora de Walsingham (Houston, Texas);
Profesor invitado de la Biblia y Teología Aplicada, Houston Graduate School of
Theology; antiguo sacerdote episcopal.

Alan J. Doksansky, antiguo pastor bautista.

Muy Reverendo Peter J Elliott, Obispo Auxiliar, Melbourne; Director, The John Paul II Institute
(Melbourne).

Peter G. Epps, Profesor Invitado Adjunto de Inglés, Oklahoma State University;
Coordinador de RICA,  iglesia católica de San Francisco de Asís (Oklahoma City, OK); antiguo
profesor en el College of Biblical Studies (Houston, Texas).

Thomas F. Farr − Director, Religious Freedom Project, The Berkley Center for Religion, Peace,
and World Affairs, Georgetown University.

John Finnis − Profesor Emérito de Derecho y Filosofía del Derecho, University of Oxford.

John Fraysier, propietario, CastleGuard Pest Management, Inc. (New York); antiguo Director
Regional, InterVarsity Christian Fellowship
Clinton Froscher, miembro, junta editorial del provedor de libros Communio International Catholic Review.
Jennifer Fulwiler, autora, anfitriona de la radio.

Laura L. Garcia,  Académica en Residencia en Filosofía, Boston College.

Sherif Girgis, Investigador Académico, Witherspoon Institute; candidato a Doctor en Jurisprudencia, Yale Law School;
candidato al doctorado, Princeton University; autor.

Dawn Eden Goldstein, autora; candidata al doctorado en teología, The University of St. Mary of the Lake.

Gregory Graham, Director de Tecnología, Cistercian Preparatory School (Irving, Texas).

George Griffin – antiguo pastor metodista.

Marcus C. Grodi, fundador y Presidente, The Coming Home Network International; anfitrión, The
Journey Home (EWTN); antiguo ministro presbiteriano.

Jean De Groot, Profesor de Filosofía, The Catholic University of America.

Reverendo Lee W. Gross − Decano de Estudiantes, Mount St. Mary’s Seminary (Emmitsburg, MD); antiguo
ministro luterano y episcopal.

Scott Hahn, Profesor de Teología, Franciscan University of Steubenville; autor; antiguo
pastor protestante

Kimberly Kirk Hahn, autora; conferencista.

Jacqueline Halbig von Schleppenbach, asesora y líder laica.

Michael Hanby,  Profesor Adjunto de Religión y Filosofía de la Ciencia, The John Paul II
Institute for Studies in Marriage and the Family en la Catholic University of America
(Washington DC).

Greta Harper, fundadora de Voices in the Square.

Reverendo Brian W. Harrison, Académico en Residencia, Oblates of Wisdom Study Center (St. Louis,
Missouri); Profesor Adjunto Emérito de Teología, Pontifical Catholic University of
Puerto Rico (Ponce, PR); Capellán, St. Mary of Victories Chapel (St. Louis, Missouri)

Reverendo Richard Harrris, Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Todd Hartch, Profesor de Historia, Eastern Kentucky University; antiguo ministro del campus,
InterVarsity Christian Fellowship

Padre Doug Hayman, Sacerdote Administrador, Iglesia de la Anunciación de la Santísima Virgen María
(Ottawa, Canadá), una cuasi-parroquia del Ordinariato Personal de la Silla de San
Pedro; capellán y miembro de la facultad, Augustine College (Ottawa); antiguo sacerdote de la
Anglican Church of Canada y de la Anglican Catholic Church of Canada.

Joy Elizabeth Heebink, Profesora Adjunta de Religión, Waldorf College; antigua pastora luterana
(ELCA).

Richard George Herbel, monje en St. Augustine’s House (Oxford, Michigan); antiguo pastor
luterano.

Frank W. Hermann, Profesor Adjunto de Inglés, Franciscan University of Steubenville

Kent R. Hill, executive de desarrollo international ; activista pro libertad religiosa; antiguo presidente de
Nazarene College.

Reverendo William Holiday, Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

  1. John L. Holleman, Pastor, Holy Name of Jesus Church (Semmes, AL); antiguo sacerdote
    episcopal.

Reverendo Charles A. Hough IV, Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro; antiguo sacerdote
episcopal.

Rodney Howsare, Profesor de Teología, DeSales University; antiguo pastor en la Assembly
of God Church.

Jane Hartman Irwin, Profesor de Música, Lincoln Land Community College; pianista;
artista de grabación.

Mike L. Isbell, Miembro de la Junta Educativa (Beaufort County, North Carolina); antiguo
pastor de Disciples of Christ.

Reverendo Joseph Jacobson, Rector de la Arquidiócesis de Grouard-McLennan (jubilado)
(Alberta, Canadá); Vicario Parroquial, Cathedral Parish of St. John the Baptist (jubilado)
(Alberta, Canadá); antiguo pastor luterano y obispo (Sínodo de Alberta, ELCIC).

Susan Jenkins, Ministro de Actividades Pastorales, Maria Stein Shrine of the Holy Relics (Ohio).

Frank Johnson, Catequista Mayor; antiguo pastor metodista.

Jennifer Johnson, Directora Adjunta, The Ruth Institute.

Katherine M. Johnson,  autor; ministro y líder de adultos; antiguo misionero con Wycliffe Bible
Translators.

Reverendo Phillip M. Johnson, Pastor, parroquia de St. Thomas More (Cherry Hill, New Jersey);
antiguo pastor luterano.

Richard Johnson, Director de Ministerio a Familias y Adultos, Iglesia Católica del Espíritu Santo
(Duncanville, Texas); antiguo Director de personal, Wycliffe Bible Translators.

Reverendo Carleton P. Jones, Prior, St. Dominic Priory (Washington, DC); antiguo clérigo
anglicano.

Elizabeth Kantor, autora; editora, Regnery Publishing.

Reverendo Lee Kenyon, Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Reverendo Leonard R. Klein, Administrador, Catedral de San Pedro y Santa  María/parroquia de San Patricio
(Wilmington, DE); antiguo pastor luterano.

Reverendo W.E. Knickerbocker, Jr., Ministro Sacramental; St. Iglesia Católica de Santa Teresa (Junction,
Texas); Profesor Emérito, Memphis Theological Seminary; antiguo sacerdote Episcopal.

Robert C. Koons, Profesor de Filosofía, University of Texas at Austin.

Christopher Marc LaRose, Director Adjunto, The Coming Home Network
International (jubilado); antiguo pastor metodista.

Reverendo Mark Lewis y Sra. Vicki Lewis, Ordinariato Personal de la Silla de San Pedro; antiguo
sacerdote episcopal.

Jody Vaccaro Lewis, Profesora Adjunta de Escritura Sacra, Pontifical Faculty of the
Immaculate Conception at the Dominican House of Studies.

  1. Bradley Lewis, Profesor Adjunto de Filosofía, The Catholic University of America.

Jurgen Lias, Pastor, St. Gregory the Great Ordinariate Catholic Church (Boston, MA);
antiguo sacerdote episcopal.

Katherine E. Lundstrom, Presidente/CEO, Firm Foundations, Inc.

Margaret Harper McCarthy, Profesora Adjunta de Antropología Teológica, The John
Paul II Institute for Studies in Marriage and the Family en la Catholic University of
America; editora de Humanum.

Hermana Laura Marie Menge, novicia de las Missionary Benedictine Sisters of Tutzing; antigua
pastora luterana.

Serena Harper Miggins, Administradora de Operaciones y Negocios, Aquinas Companies (Houston, Texas).

David Mills, Director editorial, Ethika Politika; Editor en jefe, The Stream; antiguo
Editor ejecutivo, First Things.

Anca Nemoianu, Directora, Intensive English Program, The Catholic University of America.

Alana Newman, fundadora y Directora, The Anonymous Us Project y la Coalition Against
Reproductive Trafficking.

Reverendo Jay Scott Newman, Pastor,  Iglesia Católica de Santa María (Greenville, S C).

Reverendo George Ortiz-Guzman, Ordinariato Personal de la Silla de San Pedro; antiguo sacerdote
episcopal.

Reverendo David Ousley, Pastor, Church of St Michael the Archangel and Blessed John Henry
Newman Catholic Community en el Ordinariato Personal de la Silla de San Pedro
(Philadelphia); antiguo rector episcopal.

Reverendo Diácono Joseph A. Pasquella, Diácono de St. Patrick’s (Bellfast, NY), St. Patrick’s (Fillmore,
NY) y  Our Lady of the Angels (Cuba, NY); antiguo ministro pentecostal (Cuba, NY).

Colin Patterson, Socio Permanente, The John Paul II Institute for Marriage and Family
(Melbourne); antiguo ministro de la Uniting Church en Australia.

Reverendo Timothy Perkins,  Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Chad Pirotte,  Instructor, School of Faith (Kansas City); antiguo pastor presbiteriano.

Dale Pollard,  Profesor de Sociología y Liderazgo, Trinity Western University; Director, 8th
Day Community (sin fin de lucro); antiguo pastor en Assemblies of God.

Steve Ray,  autor; conferenciante; productor; guía de peregrinajes.

Mark Regnerus, Profesor Adjunto de Sociología, University of Texas at Austin; Socio
Pricipal, Austin Institute for the Study of Family and Culture.

Reverendo Carl Reid, Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Jay Richards,  Profesor Adjunto de Investigación, School of Business and Economics, The Catholic
University of America; Editor ejecutivo, The Stream.

Keith A. Rickert Sr.  antiguo sacerdote en la  International Communion of The Charismatic
Episcopal Church.

Anna Rist,  autora.

John Rist,  Profesor Emérito de Filosofía y los Clásicos, University of Toronto.

Christopher C. Roberts,   autor; candidato al diaconato, St. Charles Borromeo Seminary.

Reverendo Patrick Rohen,  Capellán (Captan), Ejercito de los Estados Unidos (retirado); antiguo ministro
evangélico.

Reverendo Richard Rojas,  Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Devin Rose, apólogo católico; autor.

Austin Ruse, Presidente, Center for Family & Human Rights (C-Fam).

Cathy Ruse, Socia Principal en Derecho, Family Research Council.

Karen Sadock,  Catequista; antigua candidata al sacerdocio en la iglesia Episcopal.

Reverendo John Saward, Sacerdote a Cargo, SS. Gregory and Augustine, Oxford; Socio, Blackfriars
Hall, Oxford University; antiguo clérigo anglicano.

Marianne Scarborough, ex Catedrática de Historia Antigua, Salisbury University (MD);
antigua misionera anglicana.

Joshua W. Schulz,  Profesor Adjunto de Filosofía, DeSales University; editor, Maritain
Notebook.

Rebecca Samuel Shah,  Investigadora Adjunta, The Berkley Center for Religion, Peace and World
Affairs, Georgetown University.

Timothy Shah,  Director Adjunto de The Religious Freedom Project, The Berkley Center for
Religion, Peace, and World Affairs, Georgetown University.

Mark Shiffman,  Profesor Adjunto, Facultad de Humanidades, Villanova University.

Reverendo Chori Seraiah y Sra. Catherine Seraiah, Ordinariato Personal de la Silla de San
Pedro; antiguo sacerdote Episcopal.

Richard Upsher Smith, Jr.  Profesor de los Clásicos, Franciscan University of Steubenville;
antiguo sacerdote de la Anglican Church of Canada y de ECUSA.

  1. J. Snell, Profesor de Filosofía, Eastern University; Director ejecutivo, The Agora
    Institute for Civic Virtue and the Common Good.

Tim Staples, Director of Apologética y Evangelización, Catholic Answers.

Monseñor Jeffrey Steenson, Ordinario, Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro; antiguo
Obispo de la Diócesis del Río Grande en la Episcopal Church USA.

Diácono Mark Stockstill, Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro, antiguo sacerdote episcopal.

Reverendo D. Paul Sullins, Profesor Investigador en Sociología, The Catholic University of America;
Socio Principal, Marriage and Religion Research Institute (MARRI); antiguo clérigo anglicano
Bruce Sullivan,   catequista parroquial; Asesor, Coming Home Network International; antiguo
ministro en Church of Christ.

Karen Taliaferro,  Socia de Investigación Posdoctoral, James Madison
Program in American Ideals & Institutions, Princeton University.

Charles G. Tate,  Juez Especial de Distrito (Retirado), State of Oklahoma; antiguo pastor protestante.

Rebecca Ryskind Teti,  Directora de Programas para la Mujer, Our Lady of Bethesda Retreat Center.

Paul Thigpen,  autor; Profesor de Teología (jubilado), Southern Catholic College; ex
miembro del National Advisory Council of the U.S.C.C.B.; antiguo pastor protestante y
misionero.

Reverendo Pedro Toledo,  Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro; antiguo sacerdote Episcopal
Hilary Towers,  Psicóloga del Desarrollo; autora.

Reverendo Vaughn A. Treco,  Capellán, The Society of Saint Bede the Venerable Chaplain &
Teacher, Providence Academy; antiguo clérigo anglicano.

Wesley Vincent,  Psicólogo Clínico.

Reverendo William G. Waun, Ordinariato Personal de la Silla de San  Pedro; antiguo sacerdote Episcopal.

Monseñor Peter Wilkinson,  Prelate of Honour; antiguo Arzobispo de la Anglican Catholic
Church of Canada.

Reverendo Kenneth T. Wolfe, Ordinariato Personal de la Silla de San Pedro; antiguo sacerdote Episcopal.

Joseph R. Wood,  Profesor, Institute of World Politics.

Stephen Wood,  Presidente, Family Life Center International; antiguo ministro en la
Presbyterian Church in America.

[Traducido por Enrique Treviño]

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Lo ridículo del Sínodo: El sacrilegio que hizo que toda la sala sinodal llorara

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16 octubre, 2015

No sabemos si algo de esto es cierto. No sabemos si la historia original es verdadera; el participante no identificado del Sínodo que pudo haber dado a conocer este relato, pudo habérselo inventado. No sabemos si realmente causó “conmoción” en la asamblea (otra perturbación que no haya sido la causada por el horror al sacrilegio de cómo se trata a Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento en la diócesis de la narración). Si fue cierto que la “conmoción” era “general”, o si solamente el portavoz de habla hispana de la Oficina de Prensa de la Santa Sede (el sacerdote de Chicago padre Manuel Dorantes, la contraparte en español del padre Rosica) fue “el conmovido”, y decidió compartir su “emoción”. Lo que sí es cierto es que el padre Dorantes contó esta historia en la conferencia de prensa oficial del día de hoy (jueves 15 de octubre).

En cualquier caso, todo es una mezcla poco apropiada: falsedades, sacrilegios, emocionalismo barato, Nuestro Señor tratado ya sea como un rehén de las emociones o mejor aún como una galleta glorificada, la completa falta de objetividad de los que deben proporcionar las noticias (de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, todos atados a su propio “sentimentalismo” y “conmoción” personal manipuladora) y la misma actitud de los medios de comunicación que no están haciendo su trabajo correctamente y tampoco se avergüenzan de no informar convenientemente sobre las “opiniones emocionales” de estos portavoces, como si fueran noticias reales; todo está atado en el encuentro religioso más surrealista de la historia de la humanidad. Todo hace que el Vaticano II parezca angelical en comparación con este encuentro; este patético Sínodo consigue que incluso la pieza más ridícula de la literatura o la película más barata sean sublimes. Han perdido verdaderamente todo el sentido de la vergüenza, siempre y cuando puedan alcanzar lo que quieren: el cambio completo en el significado de las palabras de Nuestro Señor Jesucristo sobre el matrimonio, como la Iglesia siempre las ha comprendido.

Opinión de Yves Daoudal:

Insoportable

Durante la rueda de prensa diaria de la Pravda* del Vaticano sobre el Sínodo, el portavoz del idioma español, informó de un momento “profundamente conmovedor” en las intervenciones ante la asamblea plenaria, según La República, cuyo periodista Antonello Guerrera escribe en Twitter, que es “la historia que hizo llorar al Sínodo” [sic]. (Esto también se publica en el Vatican Insider, que habla de “palabras emocionalmente fuertes”).

Como todos saben, desde ayer por la tarde, el Sínodo no discute de otra cosa, una vez más, que no sea de “los divorciados vueltos a casar”… Bueno, entonces, un obispo (cuyo nombre no se revela) habló de una misa de primera comunión, en la que un pequeño muchacho, recibiendo la hostia en la mano, la partió en dos, con el fin de dar la mitad a su padre, ya que este último es divorciado y vuelto a casar, y por lo tanto no puede recibir la comunión de manos del sacerdote…

¿Cuándo llegaremos al fondo para que podamos comenzar a subir de nuevo? [Fuente]

[Traducido por Cecilia GonzálezArtículo original]

*Nota aclaratoria de la traducción: Pravda era el periódico oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética.

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El matrimonio, la misericordia y la cruz

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16 octubre, 2015

Mamá, vosotros os vais a separar?

Hace aproximadamente un año, mi hijo mediano me sorprendió con esta pregunta. Varios compañeros de su clase estaban sufriendo el trauma de la separación de sus padres, y mi hijo quería asegurarse de que no iba a pasar por lo mismo. Recibió un tajante «no» por respuesta, que no obstante, no le satisfizo en absoluto.

— ¿Por qué? —insistió con desafío.

Mi primer instinto fue acudir al socorrido «porque nos queremos», pero como conozco a mi hijo y sé que eso solo le habría preocupado más, le di la verdadera respuesta:

— Porque se lo prometí a Dios.

Aquella réplica me sirvió para tener con ellos una de las charlas más intensas que recuerdo. Mis años de madre me han enseñado que no basta con tener preparadas contestaciones a las previsibles preguntas que te van haciendo los hijos, ya que, como no se vivan esas respuestas, rápidamente se desmontan bajo el ojo crítico del ejemplo.

Quizá por eso, para mí esta afirmación me vino fácil.

Me casé siendo consciente del paso que iba a dar. El comportamiento de mis padres respecto a su matrimonio me había mostrado lo que Dios esperaba de mí. Soportaron una profunda y duradera crisis matrimonial durante mis años de adolescencia y sin embargo, el comportamiento de ambos resultó heroico. Sabían que su matrimonio era para siempre, y se agarraron a su cruz con fortaleza.

Como Dios escribe recto con renglones torcidos, esa cruz pesada que les tocó sobrellevar sirvió para que sus hijos fueran plenamente conscientes de lo que suponía el sacramento matrimonial. Y con tal experiencia, no es de extrañar que durante mi propia boda me pasara pidiendo a Dios la gracia de llevar a cabo mi compromiso vital, o mejor expresado, mi vocación. Me agarré a su presencia mil veces durante la celebración, y fue plenamente consciente de que me ofrecía como sacrificio no solo para mi marido o para mis futuros hijos, sino también, para el mundo.

Quizá el lector se sorprenda por este lenguaje, pero la cruz que soportaron mis padres con heroísmo fue decisiva para abrirme los ojos. Porque, el matrimonio cristiano es heroico. ¿Quién puede dar un sí quiero para toda la vida? ¿Quién puede decirle al otro que le amará sin condiciones? Y más grave aún, ¿quién puede asegurar que amará al otro sea cual sea la actitud o comportamiento futuro del cónyuge? Nadie.

Y sin embargo, ahí están los católicos de buena voluntad, camino hacia el altar, para dar ese consentimiento. Es escandaloso.

¿Se han preguntado por qué lo hacemos? Los años que impartimos prematrimoniales sirvieron para mostrarme que los contrayentes confiaban en que el matrimonio cristiano, por ser sacramental, confería la gracia para llegar a buen puerto. Por eso acudían a la Iglesia, para ellos, el sacramento era una especie de ayuda extra de la que no gozaban los que se casan fuera de la Iglesia.

Eso es cierto, pero a medias. Porque, ¿y si el hombre no es receptivo a esa gracia? ¿y si se niega a recibirla? ¿Qué pasa entonces?

Cuando les planteaba esta realidad a los contrayentes, se removían inquietos en sus sillas y desechaban con rapidez estos pensamientos bajo la irrealista creencia de que eso no les ocurriría a ellos. Mejor no pensar en esas cosas.

El día que caminé hacia el altar, yo sí sabía lo que estaba haciendo. Estaba a punto de decirle a Dios que estaba dispuesta a que mi matrimonio fuera fiel reflejo del amor que Él le tiene al mundo. Cuando los hombres observaran mi matrimonio, deberían ver reflejado el amor de Dios. Y aquí está la clave, pues ¿cómo es el amor de Dios? El amor de Dios es misericordioso: ama sin condiciones, sin esperar nada a cambio. Es el amor del padre en la parábola del hijo pródigo, es el amor de Cristo en la cruz que grita: «Padre, no se lo tengas en cuenta, porque no saben lo que hacen».

Y yo, asumiendo la vocación que Dios me tenía preparada, estaba dispuesta a sacrificarme por Él, para ser testimonio de su amor al mundo. El matrimonio refleja la misericordia de Dios, porque es indisoluble. No se puede disolver porque uno de los contrayentes no quiera asumir más su compromiso, al igual que el amor de Dios no desaparece porque no queramos corresponderle; Él siempre nos está esperando. Ahí radica la grandeza del matrimonio católico, en que es reflejo del escandaloso amor que Dios nos tiene, y de ahí que haya que destruirlo.

Cuando escucho que, bajo el argumento de «misericordia», se va rompiendo la indisolubilidad matrimonial se me revuelve el estómago. Es perverso. Cada nulidad matrimonial ligeramente concedida, cada petición de que los divorciados con nueva pareja puedan comulgar, cada petición de que se admita el divorcio en la Iglesia, supone un ataque directo a la misericordia de Dios, pues, al final, es un matrimonio menos que la refleja al mundo.

Y eso es lo que el demonio quiere, que el hombre deje de creer en ella.

A veces pienso que tanto hablar de misericordia es porque, en realidad, se ha dejado de creer en ella. Yo, que si siento que Dios es misericordioso conmigo (con tantos pecados y faltas como arrastro) soy capaz de llevar en gratitud ese mismo espíritu de amor y entrega a mi matrimonio. «Hoy yo te perdono, mañana serás tú». Sin misericordia divina, no puede haber matrimonio indisoluble.

Mi propio marido afirmó con solemnidad hace pocos días, durante una reunión de grupo, que el matrimonio era su cruz. Mi reacción fue levantar la ceja divertida, consciente de que, fuera de nuestro grupo, quien escuchara tales palabras se escandalizaría. ¡Menuda cosa decir!

Sin embargo, para mí, aquella expresión fue motivo de alegría. Supone que ambos tenemos claro que el matrimonio cristiano es fuente de sacrificios y renuncias (a egoísmos y apetencias), de trabajo y esfuerzo. En definitiva, una cruz. Pero es una cruz gloriosa que nos llevará a la santidad. Mi marido será misericordioso conmigo (y viceversa) porque Dios lo es también con él. Y eso, me da una seguridad enorme. A punto de celebrar felices nuestro aniversario de bodas, aquella afirmación supuso para mí mayor expresión de amor que un manido «te querré siempre», donde, si somos sinceros, como humanos que somos, esa expresión está sujeta a mil condicionantes.

Al final, la charla con mis hijos debió tener éxito porque días más tarde, preparando la cena, los oí hablar en la mesa del comedor. Mi hijo mediano comentaba al mayor:

— Sí es verdad, pero debes elegir con cuidado, porque si luego llega una mejor, no puedes irte con ella. Al fin y al cabo, recuerda que el matrimonio es para siempre.

No quise ahondar más en su conversación, pero creo que entendieron lo que traté de decirles a la perfección. Después de todo, son pequeños, pero no tontos.

Mónica C. Ars

Tomado de:

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Pues sí, eso que dice de la misericordia…

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16 octubre, 2015

El Santo Padre ha recalcado a menudo el mensaje de que algunos tienen que manifestar más misericordia en la Iglesia, y ese mensaje casi siempre se dirige a los católicos fieles. Una homilía reciente, predicada el segundo día del Sínodo de la Familia, reitera este mensaje, diciendo:

Jesús también vivió este drama con los doctores de la Ley, que no comprendían por qué no les permitía apedrear a la mujer adúltera, por qué comía con publicanos y pecadores: no comprendían. No entendían la misericordia.

Es muy revelador que el Papa Francisco dijera cosas así después de la apertura del Sínodo, porque los liberales están intentando servirse del Sínodo como una oportunidad de acabar con la norma de la Iglesia de no administrar de la Sagrada Comunión a los adúlteros. Todo en nombre de la “misericordia”.

Sea como fuere, hemos llegado a un punto en el pontificado de Francisco en el que hay que preguntarse si al Santo Padre le importa de verdad la misericordia, ¿o es simplemente una excusa para permitir la liberalización de la fe? Aquí hay algunas preguntas que es necesario contestar para defender lo primero por encima de lo segundo.

  • Si a Francisco le preocupa de verdad la misericordia, ¿por qué continúa permitiendo que el cardenal Kasper proponga que les pueda dar la Sangrada Comunión a adúlteros impenitentes? ¿Cómo puede ser misericordia contribuir a la condenación de las almas? La misericordia, ¿no estaría más bien en rechazar semejante propuesta por el bien de las almas que se condenarán si reciben la Comunión indignamente (1ª Corintios 11,29)?
  • Si a Francisco le preocupa de verdad la misericordia, ¿por qué sigue dando al cardenal Danneels tanta influencia sobre la Iglesia, y más durante el Sínodo de la Familia? Es el mismo cardenal que protege a pedófilos y respalda uniones de sodomitas. Es más, ¿por qué designó recientemente a monseñor Barros, que está acusado de encubrir casos de pedofilia (y de haber estado presente en un acto de dichas características), para la diócesis chilena de Osorno y luego tildó a los osorninos de tontos por objetar tal decisión? ¿Dónde está la misericordia para los que sufrirán abusos a manos de manos de sacerdotes que se sentirán más alentados aún a cometer actos pedófilos, en vista de que el Santo Padre valora tanto a quienes los protegen? ¿Dónde está la misericordia para esas posibles víctimas y para los fieles de Osorno?
  • Si a Francisco le preocupa de verdad la misericordia, ¿por qué continúa sembrando confusión en la Iglesia con discursos improvisados? Da igual que luego se puedan manipular sus palabras para darles un sentido ortodoxo; lo cierto es que la gente lo interpretó en un sentido destructivo, y el Santo Padre no dijo nada para aclarar lo que había dicho. Peor aún, De hecho, lo ha agravado con su comportamiento hacia los homosexuales. ¿A cuántas almas habrá llevado erróneamente a creer que la sodomía es aceptable después del escandalo delquién soy yo para juzgar? ¿Por qué no ha tenido la misericordia de advertirles claramente que la sodomía conduce al infierno? ¿Dónde está la misericordia para los católicos que tienen que estudiar formas de justificar las improvisadas palabras del pontífice actual?
  • Si a Francisco le preocupa de verdad la misericordia, ¿por qué no denunció de forma clara y contundente el aborto cuando se presentó ante el Congreso durante su viaje a EE.UU.? Su discurso fue ambiguo en extremo, y los partidarios del aborto lo pudieron acoger favorablemente. ¿Donde está la misericordia para las almas de los bebés que serán asesinados sin una clara denuncia del sucesor de San Pedro?
  • Si a Francisco le preocupa de verdad la misericordia, ¿por qué sigue predicando sobre la necesidad de cuidar de la Tierra, en vez de cuidar de las almas predicando el Evangelio? ¿Ha afirmado claramente alguna vez Francisco que Dios manda “a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan” (Hechos 17,30) y “crean en el Señor Jesús” (Hechos 16,31) para salvarse? ¿Dónde está la misericordia para los millones de almas que van camino a la condenación eterna si no se arrepienten? ¿No es acaso la predicación de este Evangelio una obra de misericordia que tiene por objeto librar a los hombres de la esclavitud del pecado, de Satanas y de este mundo?
  • Si a Francisco le preocupa de verdad la misericordia, ¿por qué no suspende el Sínodo, excomulga a los herejes que están confundiendo a las almas, defiende la fe sin ambages y llama a todos los hombres en todas partes (Hechos 17,30) al arrepentimiento y la fe en Cristo? Creo que a estas alturas ya conocemos la respuesta.

Michael Lofton

[Traducción de Alex Bachmann. Artículo Original]

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BENEDICTO XVI DESAUTORIZA EL USO QUE HIZO KASPER DE UN TEXTO SUYO

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DESAUTORIZA EL USO QUE HIZO KASPER DEL TEXTO

Benedicto XVI corrige un texto suyo de 1972 para reafirmar la imposibilidad de dar la comunión a divorciados vueltos a casar

Su Santidad Benedico XVI, papa emérito, ha redactado de nuevo las conclusiones de un artículo que escribió en 1972 y que el cardenal Kasper había citado en apoyo a sus propias tesis sobre la comunión de los divorciados vueltos a casar. De esa manera, desautoriza al cardenal alemán que pretendía usar su figura para sostener una postura contraria al magisterio de la Iglesia, que Joseph Ratzinger defendió como cardenal y como Papa.

3/12/14 3:23 PM |

(Sandro Magister/Chiesa.espresso/InfoCatólica) En la Opera Omnia Ratzinger está volviendo a publicar – con la ayuda del prefecto de la congregación para la doctrina de la fe, Gerhard Ludwig Müller – todos sus escritos teológicos, agrupados por tema. En el último de los nueve volúmenes publicados hasta ahora en alemán, de casi 1000 páginas y titulado «Introducción al cristianismo. Profesión, bautismo, seguimiento» ha encontrado su lugar un artículo de 1972 sobre la cuestión de la indisolubilidad del matrimonio, publicado ese año en Alemania en un libro escrito por varios autores sobre matrimonio y divorcio.

Ese artículo de Ratzinger de 1972 fue desempolvado el mes de febrero pasado por el cardenal Walter Kasper en el informe con el que introdujo el consistorio de los cardenales convocado por el papa Francisco para debatir sobre el tema de la familia, en vista del sínodo de los obispos programado para octubre.

Apoyando la admisión a la comunión eucarística de los divorciados que se han vuelto a casar, Kasper dijo:

«La Iglesia de los orígenes nos da una indicación que puede servir, a la que ya hizo mención el profesor Joseph Ratzinger en 1972. […] Ratzinger sugirió retomar de manera nueva la posición de Basilio. Parecería una solución apropiada, que está también en la base de mis reflexiones». Efectivamente, en ese artículo de 1972, el entonces profesor de teología de Ratisbona, que contaba cuarenta y cinco años de edad, sostenía que dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, en condiciones particulares, parecía estar «plenamente en línea con la tradición de la Iglesia» y en particular con «ese tipo de indulgencia que surge en Basilio donde, después de un periodo continuo de penitencia, al ‘bigamus’ (es decir, a quien vive en un segundo matrimonio) se le concede la comunión sin la anulación del segundo matrimonio: con la confianza en la misericordia de Dios, que no deja sin respuesta la penitencia».

Defendió la fe de la Iglesia como cardenal y Papa

En ese artículo de 1972 fue la primera y la última vez que Ratzinger se «abrió» a la comunión a los divorciados y vueltos a casar. De facto, seguidamente no sólo se adhirió en pleno a la posición de prohibición de la comunión, reafirmada por el magisterio de la Iglesia durante el pontificado de san Juan Pablo II, sino que contribuyó de manera determinante, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, también a la argumentación de dicha prohibición.

Contribuyó sobre todo firmando la carta a los obispos del 14 de septiembre de 1994, con la cual la Santa Sede rechazaba las tesis favorables a la comunión a los divorciados vueltos a casar sostenidas en los años precedentes por algunos obispos alemanes, entre ellos Kasper.

Y, seguidamente, con un texto de 1998 publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe y vuelto a publicar por «L’Osservatore Romano» el 30 de noviembre de 2011: La pastoral del matrimonio debe fundarse en la verdad

Sin contar que sucesivamente, como Papa, volvió a confirmar y motivó varias veces la prohibición de la comunión en el marco de la pastoral para los divorciados vueltos a casar.

Desautorización al cardenal Kasper

Por consiguiente, no es causa de asombro que Ratzinger haya considerado inapropiada la cita que de su artículo de 1972 hizo el pasado febrero el cardenal Kasper para apoyar sus tesis, como si nada hubiera sucedido después de ese año.

De aquí la decisión tomada por Ratzinger, al volver a publicar su artículo de 1972 en la Opera Omnia, de reescribir y ampliar la parte final del mismo, alineándola con su pensamiento sucesivo y actual.

En el siguiente enlace pueden leer la traducción de la nueva parte final del artículo, tal como aparece en el volumen de la Opera Omnia, desde hace poco en las librerías, entregado a la imprenta por el Papa emérito Benedicto XVI en marzo de 2014. En la reedición de 2014 se precisa que «la contribución ha sido totalmente revisada por el autor».

Nuevo final del artículo de 1972, redactado de nuevo por Joseph Ratzinger en 2014

Tomado de:

http://infocatolica.com/

Cuando la maldad se disfraza de obediencia

Nuevo orden mundial

Práctica esencial del Nuevo Orden Mundial es entrenar a las masas democráticas para aceptar falsos dogmas, y para hacerlos pasar como tales, contratan a científicos y profesionales para que transmitan el pseudo-conocimiento que se quiere implantar. Y es a través de la ONU, herramienta política por excelencia de la masonería mundial, que se busca implantar este gobierno mundial tecnocrático con una sola legislación proveniente mayormente de los pactos o tratados internacionales.

Una de las técnicas que esta gobernanza utiliza para que la gente acepte estas imposiciones es hacernos sentir cómodos, esto a través del consumismo y las conductas rutinarias. De esa forma, se nos acostumbró al confort proveniente de las “bondades” de la tecnología actual, que al hacer “más fácil y menos esforzada” nuestra vida, nos lleva a la inacción ante las terribles injusticias y crímenes que hoy se viven, para no perder la “porción de felicidad que nos toca”. De ahí que una de las premisas fundamentales del hombre moderno es “no ser comedido” es decir, mejor no entrometerse aún cuando se trate de defender los Derechos de Dios.

De la misma manera en el plano religioso, el modernismo promueve el sentimentalismo. Así con la misma premisa tecnocrática “confié, somos especialistas”, se promueven falsos dogmas que llevan al catolicismo ignorante de su fe a aceptar premisas tales como: “al Papa lo elige el Espíritu Santo y por lo tanto no puede equivocarse” o“prefiero equivocarme con el Papa a estar en la Verdad en su contra”, por lo que se convierte en el más terrible pecado para esta gente, el corregir o hacer observaciones a quienes incurren en transgresiones a las enseñanzas inmutables de la Iglesia, cuando estas provengan de sus autoridades. También se suple la falta de conocimiento de los saberes que estamos obligados a conocer para salvarnos, con obediencia ciega y de ese modo, la masa cristiana apela a la comodidad de omitir cualquier formación para simplemente dejarse dirigir por las autoridades eclesiásticas en quienes sienten, más que el deber, la comodidad de obedecer sin reparos.

Bergoglio el destructor  NCSJB

Así en el video que presentamos hace unos días (aquí), el Padre Santiago Martín denuncia la posibilidad cierta de un cisma, señalando que está en juego, posiblemente como nunca en 2000 años, el futuro de la Iglesia a causa principalmente del uso demagógico del concepto de misericordia. 

Sigue leyendo

Quod non fecerunt daemonia…

… fecit Franciscus!

 

Efectivamente. El P. Fortea es un conocido exorcista español que ha pasado décadas cazando fantasmas y expulsando demonios. Es, también, un celebérrimo neocon.
Pues bien, la lobotomización que no lograron hacer los demonios expulsados a pesar del rencor que guardaban por el preste, la ha hecho el papa Francisco.
La estupidez y la abdicación de la inteligencia de los neocones ya no tiene nombre!
fortea

Esto es lo que el P. Fortea ha publicado en su blog:

La Iglesia siempre ha condenado el adulterio. El adulterio es una traición. Pero, por poner sólo un ejemplo de entre muchos posibles, creo que si la hay debemos buscar una solución para el pobre chico que a los veintinueve años de edad su mujer abandonó tras un año de matrimonio, y que tras muchos años de soledad y dolor encontró una mujer que le amaba y hacia la que lleva una vida de unión y fidelidad desde hace más de un cuarto de siglo. ¿Se debe calificar de vida de adulterio a esta nueva unión?

Creo firmemente todo lo que se dice en el Catecismo acerca del matrimonio. Pero no creo que el Catecismo diga todo lo que se puede saber sobre el matrimonio. Tengo la íntima convicción de que el Espíritu Santo sobrevolará al Colegio Cardenalicio para aconsejar sabiamente al Santo Padre. Y que el Sucesor de Pedro con los Príncipes de la Iglesia venidos a Roma de todo el mundo, nos darán una palabra de luz sobre este tema. Palabra, sea cual sea, que aceptaremos externa e internamente. Porque quien a vosotros escucha, a mí me escucha»

Tomado de:

Cuando se ha abierto una rendija en la puerta…

lo que se ha abierto, es la puerta.

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Video: La rendija en la puerta

Video: La rendija en la puerta

 

Dar clic en la imagen para ver el video

 

En su semanal comentario de actualidad en Magnificat.TV, el Padre Santiago Martín defiende la Doctrina de la Iglesia frente a la sugerencia del purpurado alemán, Cardenal Walter Kasper, de que podría permitirse en algunos casos la Comunión a divorciados vueltos a casar.

Anticipando el Cisma

Cisma en la Iglesia Católica

Cisma en la Iglesia Católica

Recomendamos mirar con atención el video del Padre Santiago Martín ya que el mismo pertenece a lo que podría considerarse el “oficialismo” católico y sin embargo advierte sobre un cisma en la Iglesia en virtud de los posibles cambios propuestos por el card. Kasper aplaudidos y promocionados por Bergoglio y por el erróneo concepto de misericordia que este último propone. 

Felicitamos al Padre Martín por este valiente testimonio y esperamos que su ejemplo sirva a otros sacerdotes que desde hace tiempo hablan en privado pero al no hacerlo en público no ayudan a la confundida feligresía. Sí sí, no no.

Conferencia muy importante sobre el tema de: Dar la comunión a los divorciados vueltos a casar.

Conferencia muy importante sobre el tema de: Dar la comunión a los divorciados vueltos a casar.

Dar clic en la imagen para ver el video

Padre Santiago Martín (Magnificat TV)

Tomado de: 

http://nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.com.ar/

¿NO ES POSIBLE LA ABSOLUCIÓN PARA LOS QUE VIVEN EN ADULTERIO?

LO DIJO EL CARDENAL KASPER EN UNA ENTREVISTA

“El Papa considera que la mitad de los matrimonios no son válidos”

El purpurado alemán dijo que el primer vínculo es el “único sacramentalmente válido” pero que hay personas que se casan en una iglesia “porque es más bonito y hay que preguntarse si hay fe”. Se impone como tema importante para el sínodo de octubre.

 

nckasper

LÉANLO COMPLETO, SI PUEDEN…

NO COMENTAMOS NADA, NO HACE FALTA


“Hay algunos que creen que la Iglesia es para los puros. Se olvidan que la Iglesia es una Iglesia de pecadores. Todos somos pecadores. Y estoy feliz de que sea así, porque si no lo fuera no formaría parte de ella. Es una cuestión de humildad… Tengo la impresión de que esto es muy importante para el Papa Francisco. No le gusta la gente que está en la Iglesia solo para condenar a los demás”. Son las palabras del cardenal alemán Waler Kasper, autor de la relación sobre los problemas de la familia leída en el Consistorio de febrero de este año. Continúa, pues, la discusión sobre el que se está prefigurando como argumento más delicado del Sínodo extraordinario sobre la familia que se llevará a cabo en octubre: los sacramentos para los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil. Kasper respondió a algunas objeciones de sus críticos con una larga entrevista a la revista estadounidense “Commonweal”. Sigue leyendo