López Obrador, comunista, neo promotor del «vericidio» de la masonería

El presidente de México, AMLO, en una de sus típicas arengas populistas -impronta de los demagogos izquierdistas de siempre-, ha informado que ha cursado sendas cartas al rey español Felipe VI y al papa Francisco, pidiéndoles que pidan perdón por los «abusos cometidos por los españoles y la Iglesia Católica durante la conquista del actual México»:

«Envié una carta al rey de España y otra carta al Papa para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos. Hubo matanzas, imposiciones. La llamada Conquista se hizo con la espada y con la cruz».

I. Las carabelas de la Fe

Las carabelas que salieron del puerto de Palos, el 3 de agosto de 1492, iban a la buena de Dios. La Santa María, la Pinta y la Niña, partían rumbo a lo desconocido.

Nadie lo sabía excepto Dios, y la Señora Santa María, cuyo nombre portaba la carabela capitana, y en cuyo honor diariamente dixeron la Salve, que la acostumbraban decir e cantar a su manera todos los marineros.[1]

La Fe católica no llegó a Latinoamérica por pura casualidad. En el siglo XVI, América fue evangelizada por un pueblo muy cristiano que tenía muchos santos. Había llegado la hora de Dios. Dios la eligió desde la eternidad, por eso la Fe Católica es el tesoro más grande de América Latina.

En la historia de Colón, de sus viajes y sus peripecias, muchos no ven, sino una página de relaciones humanas. Claro es, que la historia de Colón y la consiguiente colonización son una historia verdadera, pero su interpretación económica y política, no sería el único aporte a la historia de la humanidad.

Quien sigue con la debida atención los pasos, las aventuras, las tragedias, los triunfos de los Apóstoles, en el Libro de los Hechos, se da perfecta cuenta de que Dios se sirve de las ambiciones y de las pasiones humanas para inyectar a griegos y romanos primeramente y después a todo el mundo conocido la sublimidad de su Revelación.

«De todos modos, tal como reconoce Maltby, “fueran cuales fuesen los defectos de su gobierno, en la historia no hubo ninguna nación que igualara la preocupación de España por la salvación de las almas de sus nuevos súbditos”. Hasta que la corte de Madrid no sufrió la contaminación de masones e “iluminados» [por la Ilustración], no reparó en gastos ni en dificultades para cumplir con los acuerdos con el Papa, que había concedido los derechos del Patronato a cambio del deber de evangelización. Los resultados hablan; gracias al sacrificio y al martirio de generaciones de religiosos mantenidos con holgura por la Corona, en las Américas se creó una cristiandad que es hoy la más numerosa de la Iglesia católica […] A diferencia de lo ocurrido en Norteamérica, en Sudamérica el cristianismo y las culturas precolombinas dieron vida a un hombre y a una sociedad realmente nuevos respecto a la situación precolombina».[2]

II. Leyenda negra

Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra leyenda significa, en su 4ª acepción, relación de sucesos que tienen más de tradicionales y maravillosos que de históricos y verdaderos. En este mismo diccionario encontramos que el adjetivo negra se refiere tanto a la opinión contra lo español difundida a partir del siglo XVI, (1ª acepción), opinión desfavorable y generalizada sobre alguien o algo, generalmente infundada (2ª acepción), en otras palabras que no es como debería ser en realidad.

Sin lugar a dudas, se debe al fraile dominico Bartolomé de Las Casas la fundación de la leyenda negra sobre la obra de España en América.

Las exageraciones de Las Casas sirvieron para estimular la leyenda negra de la invasión española con la cruz y la espada, denigrándola en términos absolutos, sobre todo en la Brevísima relación de la destruición de las Indias. La obra, de 1542, fue ampliamente empleada por los luteranos contra la Iglesia, y por las grandes potencias europeas –Inglaterra, Francia, etc.– contra la hegemonía de España en ese tiempo.

Renombrados historiadores, entre ellos agnósticos y no católicos, demuestran que las acusaciones de las Casas no pasaron de ser un entresijo de deformaciones, exageraciones y rotundos errores.

De este vergonzoso batiburrillo, sale la increíble cifra de unos veinte millones de indios muertos por los españoles durante la conquista.[3]

Para Ramón Menéndez Pidal, Las Casas era un desequilibrado mental.

Holgadamente se hallaba Las Casas, en un ambiente profetista, situándose fuera de toda realidad, y ¡con cuánta sencillez falseaba por completo la verdad de todo lo que le rodeaba![4]

Se puede decir que la leyenda negra alcanza su mayoría de edad en el siglo XVIII, atacaba a España porque la España unificada que surge del final de la Reconquista y del reinado de los Reyes Católicos, la que va a descubrir el Nuevo Mundo y a convertirse en árbitro mundial durante trescientos años, alcanza ese papel por su identificación con una mentalidad, con una cosmovisión que es la que le otorga la religión católica. Y sobre esta base religiosa, el modelo político, social y cultural de la España Imperial responde, con sus aciertos y sus errores como toda obra humana, al Orden Social Cristiano que se ha desarrollado desde la idea del Imperio Romano, de la filosofía medieval, y de la moral cristiana. Y eso es lo que la Leyenda Negra pretendía desacreditar. Por supuesto, la Leyenda no actúa como un sujeto personal con vida propia, sino que es simplemente un medio, un instrumento, para crear una opinión generalizada, utilizado en la pugna que, durante los últimos siglos, ha vivido el mundo entre dos cosmovisiones, dos paradigmas filosóficos, que han configurado la historia de Occidente desde la desaparición del mundo antiguo: la mentalidad Tradicional, y el pensamiento de la Modernidad.[5]

La masonería bajo la guía de la Corona británica, atentó siempre contra las monarquías católicas, pero dejó en paz las Coronas protestantes, en las que no veían obstáculo para el liberalismo masónico. «Bolívar, San Martín, Sucre, O’Higgins, fueron masones de alta graduación, lo mismo que Miranda y otros líderes de la independencia; y también lo eran en España muchos de los políticos liberales y de los militares que favorecieron la emancipación».[6]

«Haced caso de este viejo incrédulo, que sabe lo que dice: la obra maestra de la propaganda anticristiana es haber logrado crear en los cristianos, sobre todo en los católicos, una mala conciencia, infundiéndoles la inquietud, cuando no la vergüenza, por su propia historia. A fuerza de insistir, desde la Reforma hasta nuestros días, han conseguido convencernos de que sois los responsables de todos, o casi todos, los males del mundo. (…) Habéis permitido que todos os pasaran cuentas, a menudo falseadas, casi sin discutir. No ha habido problema, error o sufrimiento histórico que no se os haya imputado. Y vosotros, casi siempre, ignorantes de vuestro pasado, habéis acabado por creerlo. Hasta el punto de respaldarlos. En cambio, yo (agnóstico, pero también historiador que trata de ser objetivo) os digo que debéis reaccionar en nombre de la verdad. (…) Tras un balance de veinte siglos de cristianismo las luces prevalecen ampliamente sobre las tinieblas».[7]

Para los propugnadores de la nueva leyenda negra, resucitada por ocasión del V° Centenario, los conquistadores y colonizadores españoles y portugueses, y sus acompañantes, los misioneros católicos, habrían cometido en América un triple crimen:

1. Un crimen de gentes: por cuanto la conquista fue un «genocidio» en el que se exterminaron de 70 a 90 millones de indígenas.

2. Un crimen religioso: porque la evangelización hizo desaparecer los cultos aborígenes. La evengelización también la hicieron los indígenas, fue un proceso hecho por neófitos educados en conventos cristianos.

3. Un crimen cultural: porque a los indios se les quitó su historia de 40.000 años(¿?), y se los injertó en una historia ajena.

Olvidan que antes de la llegada de los europeos, en el Nuevo Mundo «la idolatría era criminal, en sí misma, destructora de la supervivencia de la “nación india”, por los sacrificios humanos, las constantes y mortales borracheras colectivas, la droga, la reducción de las cabezas de los recién nacidos, etc.».[8]

Al respecto, cada español tendría que haber matado tres indios por día laborable, y nueve los domingos durante 20 años…

Frente a estos datos asombra que incluso las publicaciones católicas a partir, o de un poco antes de 1992, barajen cifras completamente fantasiosas haciendo causa común con un terrorismo estadístico de inspiración marxista cuyo único fundamento es una delirante fantasía.

Angel Rosemblat, considerado por la Universidad de Cambridge como la mayor autoridad en demografía histórica de América, señala que en octubre de 1492 la población indígena de toda América alcanzaba 13,3 millones de habitantes.

Las culturas indígenas de acuerdo a los más exactos estudios científicos d renombrados antropólogos y paleontólogos no remontan más allá de 1.500 años A.C.

Y si se trata del concepto de civilización al de historia, la historia indígena, antes de la llegada de los europeos, no tiene más de 200 años.[9]

III. Cuestionado pedido de perdón

Decía el gran Papa León XIII: «Una característica distingue principalmente a Colón: al recorrer una y otra vez los inmensos espacios del océano iba tras algo mucho más grande y elevado que todos los demás. Esto no quiere decir que no lo moviese en nada el honestísimo deseo de conocer o de ser bien apreciado por la sociedad humana, o que desdeñase la gloria, cuyas penas más ásperas suelen estar en los hombres más valerosos, o que despreciase del todo la esperanza de obtener riquezas. No obstante, mucho más decisiva que todas estas razones humanas fue para él la religión de sus padres, que ciertamente le dio mente y voluntad indubitables, y lo proveyó a menudo de constancia y solaz en las mayores dificultades. Consta, pues, que esta idea y este propósito residían en su ánimo: acercar y hacer patente el Evangelio en nuevas tierras y mares».[10]

Sin embargo ante la celebración del V Centenario en 1992 se implantó, sobre todo desde las instancias eclesiales progresistas esa corriente indigenista que consideraron el V Centenario como la celebración de un etnocidio.

Así, Juan Pablo II en 1992 pidió perdón: «por las injusticias» de la colonia.

De la misma forma Benedicto XVI citando al «defensor de los indios» Las Casas, decía: «no es posible olvidar los sufrimientos y las injusticias que infligieron los colonizadores a las poblaciones indígenas, a menudo pisoteadas en sus derechos humanos fundamentales».[11]

Ni qué se diga de Franciscus, durante su visita a Bolivia en 2015, pidió perdón por los «muchos y graves pecados cometidos contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios».

La Carta de la Tierra y la Declaración universal del bien común de la madre tierra y de la humanidad, presentada esta última, en la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra, realizada en Cochabamba, Bolivia, en abril de 2010, no han tenido ni tienen otro fin que retornar a la idolatría y el paganismo mediante un sistemático y maligno proyecto, liderizado ahora por AMLO.

AMLO en el tren delirante de la nueva izquierda populista, busca el apoyo de los mexicanos para posteriormente perpetuarse en el poder, como los Castro en Cuba, Maduro en Venezuela y Morales en Bolivia, con la cantaleta de la conquista bajo la espada y la cruz.

No se puede pedir perdón por un «vericidio», es decir un colosal exterminio de la verdad.[12]


[1] COLÓN, CRISTÓBAL, Los cuatro viajes. Testamento.

[2] MESSORI, VITORIO, Leyendas  negras de la Iglesia.

[3] P. W. POWELL, Árbol de odio.

[4] MENÉNDEZ PIDAL, RAMÓN, El Padre Las Casas. Su doble personalidad.

[5] Cf.: SÁENZ DEL CASTILLO Y CABALLERO, JAVIER, La leyenda negra hispanoamericana.

[6] IRABURU, JOSÉ MARÍA, Hechos de los apóstoles de América.

[7] MESSORI, VITORIO, Leyendas  negras de la Iglesia, Introducción. Hablando del Profesor de Historia  y Sociología de la Universidad de Bruselas Moulin, uno de los intelectuales más prestigiosos de Europa, cita sus palabras.

[8] DUMONT, JEAN, La Hora de Dios en el Nuevo Mundo.

[9] Cf.: CRISTIANDAD, documentos. Tres acusaciones indigenistas.

[10] LEÓN XIII, Carta Apostólica «Quarto abeunte saeculo», en el IV Centenario del descubrimiento de América.

[11] BENEDICTO XVI, 16-05-2017

[12] Cf.: CRISTIANDAD, documentos. Tres acusaciones indigenistas.

 

Germán Mazuelo-Leytón
Es conocido por su defensa enérgica de los valores católicos e incansable actividad de servicio. Ha sido desde los 9 años miembro de la Legión de María, movimiento que en 1981 lo nombró «Extensionista» en Bolivia, y posteriormente «Enviado» a Chile. Ha sido también catequista de Comunión y Confirmación y profesor de Religión y Moral. Desde 1994 es Pionero de Abstinencia Total, Director Nacional en Bolivia de esa asociación eclesial, actualmente delegado de Central y Sud América ante el Consejo Central Pionero. Difunde la consagración a Jesús por las manos de María de Montfort, y otros apostolados afines.
Tomado de:

¿Triunfa la «homoherejía»?

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La reciente visita del Obispo de Roma, Jorge Mario Bergoglio a Chile estuvo salpicada de una feroz campaña de las fuerzas anti-católicas: la izquierda eclesial, los grupos defensores de las víctimas de abusos sexuales, los medios, en especial el canal televisivo estatal de Chile.

Desarrollaron una campaña hábilmente verificada, dirigida principalmente contra el obispo de Osorno, acusado «como encubridor de los abusos –sexuales y de poder– cometidos por su mentor» el sacerdote Fernando Karadima. Simultáneamente fueron reactivando casos de abuso sexual de los Hermanos Maristas y la Compañía de Jesús en Chile y otros. Las listas ventiladas por organizaciones civiles respecto de abusos sexuales a menores por parte del clero chileno son bastante abultadas.

«Bishop Accountability» registra 78 nombres de clérigos y religiosos de Chile acusados de abusos.

El profesor universitario chileno Gonzalo Rojas S., afirma no nos confundamos. Lo importante durante la visita de Francisco, para ciertos actores públicos, era minar la autoridad episcopal. Sólo les interesaba destruir la dimensión jerárquica de la Iglesia Católica… de hecho, en los días previos hubo conocidos eclesiásticos que enfocaron toda su preparación de la visita papal en un objetivo: desacreditar a los obispos chilenos, porque ninguno de ellos -dicen estos gurús de la sociología eclesiástica- está a la altura de lo que se necesita.

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Malicia del pecado venial

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Si se busca la causa de la flojera de un altísimo número de bautizados respecto de su vida espiritual, la enorme tibieza, abandono de las obligaciones inherentes a la vida cristiana, ausencia de un compromiso apostólico, rutina en la vida de piedad, ¿dónde se halla la causa principal de esta perniciosa acedia? Sin duda en la escasa o nula atención que se presta al llamado pecado venial.

Evitar todo pecado mortal ya parece un heroísmo a la mayoría de los bautizados. Son pocos los que poseen la delicadeza de darse cuenta de que aún el pecado venial es pecado, es ofensa a Dios, es traición, es deuda a pagar, es ocasión perdida de merecer; por lo que no se apuran por adquirir la sensibilidad suficiente para notar que el pecado venial es un mal de importancia.

Bien lo dijo San Agustín: las grietas, lentamente, abren brechas en el barco y producen su hundimiento.

Sí que es verdad que el pecado venial se puede perdonar sin el recurso de la confesión sacramental, pero sigue siendo un pecado que influye en el alma del cristiano, de modo que su exigua atención a los veniales puede deformar permanentemente la conciencia.

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Colapso en la catequesis

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No hay duda de que una de las mayores carencias de la Iglesia Católica de hoy es la deficiente catequesis. Un auténtico testimonio de la fe depende de una correcta comprensión de ésta.

Su Eminencia el cardenal Burke, en mayo 2017, durante el «Rome Life Forum» refiriéndose a la tarea de los clérigos de enseñar la fe a los fieles, señaló la causa de la crisis actual en la Iglesia:

Su incapacidad para enseñar la fe, en fidelidad a la enseñanza y práctica constantes de la Iglesia, ya sea por un enfoque superficial, confuso o incluso mundano y su silencio, pone en peligro mortal, en el más profundo sentido espiritual, a las mismas almas por las cuales han sido consagrados para cuidar espiritualmente. Los venenosos frutos del fracaso de los pastores de la Iglesia se ven en la forma de adoración, de enseñanza y de disciplina moral que no están en consonancia con la Ley Divina.

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Clero y narcisismo

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En 2017, a los obispos consagrados durante el año el Obispo de Roma les apremió a ejercer el episcopado «sin protagonismos o narcisismos»; sin embargo la reciente visita de Francisco a Chile y Perú estuvo marcada, por una centralidad fijada en la persona de Jorge Mario Bergoglio, una especie de «culto al sacerdote», es decir con un alto protagonismo del Papa. Las televisiones, con comentaristas jesuitas en ambos países, subrayaron especialmente su discurso «ecológico», «su permanente sonrisa», «su corazón joven», «su colegialidad».

Ha sido muy comentado en los medios de la región, la celebración de una «boda católica» en el avión que lo trasladaba en Chile, la incorporación de rituales paganos de los araucanos en el Santo Sacrificio, y otros temas anejos.

I. ¿Aire fresco o vicioso?

Juan XXIII convocó al Concilio Vaticano II para que ingresara aire fresco a la Iglesia. Irónicamente, al aire fresco se convirtió en aire fétido, en ventarrón y huracán vicioso.

Es evidente, que las pretendidas reformas conciliares produjeron los mismos efectos que los cambios frescos esperaban evitar, y los resultados del «aggiornamento» fueron «la negación de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, la transformación de la Misa en una simple cena, la negación o el ocultamiento del carácter sacrificial y propiciatorio de la santa Misa, la confusión entre el sacerdocio ministerial y el sacerdocio común de los fieles, la desacralización de la sagrada Liturgia, la falta de reverencia, adoración y modestia en el vestir en el culto divino, la mundanización de la Iglesia, etc.».[1] Un éxodo de los religiosos de sus órdenes y sobre todo una «evangelización del mundo a la Iglesia».

Pero entonces, ¿el Espíritu Santo no asistió a los Papas del Concilio…? Mons. Spadafora lo explica así: «La asistencia del Espíritu Santo presupone que, de parte del Papa hay una correspondencia sin reservas; si esta correspondencia falta, la asistencia del Espíritu Santo es puramente negativa, esto es, impide solo que el Vicario de Cristo imponga a la Iglesia, como un dogma infalible, el error».[2]

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Juramento anti-modernista 2018

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Está circulando la versión de que Jorge Mario Bergoglio estaría considerando exigir a la jerarquía eclesiástica mundial un «juramento de fidelidad a su magisterio».

Sea cierta o no dicha versión, semejante elucubración vendría a ser un proyecto descabellado, desproporcionado y narcisista. Diabólico y contradictorio, ya que el Papa Bergoglio hizo la sorprendente afirmación de que Jesús fundó la Iglesia con el Colegio Apostólico como su cabezay que el papel de San Pedro es sólo el de confirmar a los hermanos como un primus inter pares (el primero entre iguales).

Tal juramento de fidelidad al neomodernismo, sería la antítesis total de la profesión de fe católica.

I. San Pío X

A la muerte del Papa León XIII la Iglesia sufría el estallido del modernismo, el error más mortífero que había enfrentado en toda su historia.

El 4 de agosto de 1903, el cardenal Giuseppe Sarto, arzobispo de Venecia, muy a pesar suyo fue elegido 257º sucesor de San Pedro. Durante el desarrollo del crucial cónclave había pedido a los cardenales que no lo eligieran, y lo eligieron en contra de sus deseos: Que ese cáliz se aparte de mí. Sin embargo, que se haga la voluntad de Dios. Acepto, como una cruz.

El nuevo pontífice que tomó el nombre de Pío X, tenía miedo de ser elegido como responsable de la pureza de la Fe Católica, era muy consciente de esa colosal responsabilidad ante Dios.

El 3 de octubre Pío X publicaba su primera encíclica E supremi apostolatus cathedra con la que inauguraba su pontificado con la divisa de restaurar todas las cosas en Cristo.

Abre el Papa su carta encíclica recordando los temores que le angustiaron al ser elegido: Nuestro mundo sufre un mal: la lejanía de Dios. Los hombres se han alejado de Dios, han prescindido de Él en el ordenamiento político y social. Todo lo demás son claras consecuencias de esa postura.

Pío se comprometió en su encíclica inaugural E Supremi, a, que el programa de su pontificado sería «restaurar todas las cosas en Cristo».

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El Reino de María

La Sagrada Escritura empieza y termina con la batalla entre la Mujer y la antigua serpiente. Esta batalla, del Dragón contra la Verdadera Religión, «es también guerra de sus respectivas iglesias: la sinagoga de satanás contra la Iglesia de Cristo, es decir, es el establecimiento de la enemistad interpuesta por Dios entre la serpiente y la Mujer y entre los linajes o descendencias de ambos».

«Dios no ha hecho ni formado nunca más que una sola enemistad, mas ésta irreconciliable, que durará y aumentará incluso hasta el fin, y es entre María, su digna Madre, y el diablo; entre los hijos y servidores de la Santísima Virgen y los hijos y secuaces de Lucifer, de suerte que el más terrible de los enemigos que Dios ha creado contra el demonio es María».[1]

I. «Dios te salve Reina y Madre»

En el reino de Israel, la madre del rey (del hebreo Gebirah=«la gran señora» tenía el oficio exaltado de reina madre, que con ese noble oficio, asistía al rey en el gobierno del reino.[2]

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No condenar, ni condonar

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Romano Amerio hace la radiografía de nuestros días:

El mundo civil, que llevaba la impronta de la religión en las costumbres y en la legislación, ha borrado en casi todas partes la huella cristiana: adopción del divorcio y el aborto; legalización de la sodomía y de las relaciones incestuosas; iniciación a las prácticas anticonceptivas introducida por el Estado a la escuela, progresivo desconocimiento de los derechos nacidos de las desigualdades entre los hombres; secularización total de los colegios, la educación, la prensa, el calendario y las obras en tiempos llamadas de misericordia; profesión constitucional del indiferentismo religioso y del ateísmo como base de la comunidad civil; o reducción de los actos públicos de religión a una ritualidad meramente civil frecuentada por creyentes y no creyentes.[1]

En ese contexto es bien sabido que la despenalización del aborto se ha extendido como reguero de pólvora especialmente en los antiguos países de raíz cristiana, y desde ellos, las organizaciones promotoras del aborto lo promueven y buscan su despenalización en todos los demás países muchos de los cuales ceden para contentar las voces que lo reclaman, querer despenalizar el aborto criminal porque son muchas las mujeres que lo reclaman es una aberración y no lo convierte en bueno.

«El problema del aborto provocado y de su eventual liberalización legal ha llegado a ser en casi todas partes tema de discusiones apasionadas. Estos debates serían menos graves, si no se tratase de la vida humana, valor primordial que es necesario proteger y promover”.[2]

La Iglesia siempre ha condenado el aborto como un homicidio a través de los Padres de la Iglesia, Doctores, Romanos Pontífices y Concilios.

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¿Sacralización de la sodomía?

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San Pablo denunció la estrecha asociación entre la cultura homosexual con el rechazo a Dios y la idolatría (Rom 1, 18-32). «La condenación fue hecha por causa de su asociación con la idolatría».

Como observa Santo Tomás, no lo hizo empujándolos al mal, sino abandonándolos, retirando de ellos su gracia. Así cayeron en grandes errores y en vicios vergonzosos (Gil. 5, 19; Ef. 4, 19).

Lo mismo hizo con Israel según el Salmo 80, 13. La Sagrada Escritura nos pone de aviso que esa forma pagana de vivir es incompatible con el Dios Verdadero[1], y San Pablo nos advierte que habrán tiempos en los que la verdadera doctrina será rechazada, despreciada, y los que la sigan perseguidos.[2]

«Por primera vez en la historia del Occidente cristiano, y quizás de la humanidad, la sociedad enfrenta no sólo a grupos dispersos de homosexuales influyentes sino a un movimiento organizado y visible de homosexuales declarados, que no sólo se jactan de sus hábitos, sino que se unen en un intento de imponer su ideología a la sociedad». «No es un movimiento de derechos civiles, ni aún un movimiento de liberación sexual, sino una revolución moral dirigida a cambiar la visión mortal que la gente tiene sobre la homosexualidad». [3]

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Los errores de Rusia se han esparcido en la Iglesia

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«Por primera vez en la historia, asistimos a una lucha fríamente calculada y arteramente preparada por el hombre “contra todo lo que es divino” (2 Tes 2, 4)».[1]

El estado actual del mundo, como declaró Pio XII, puede fijarse así: «En realidad, el problema radical del universo está ya fundamentalmente resuelto y se apoya en la importante disyuntiva que jamás se había planteado a la libertad humana: con Dios o contra Dios. Esta es la elección que hoy planea sobre el destino de la humanidad».[2]

El Cardenal Jòzsef Mindszenty, símbolo de la libertad de Hungría, es sin duda alguna un ícono fehaciente de muchos pastores insignes que escribieron con el testimonio de sus vidas páginas elocuentes del mandato evangélico de que el Buen Pastor debe dar la vida por sus ovejas (Jn 10, 11-18).

El entonces arzobispo de Esztergom en sus «Memorias» escribió detalladamente cómo el comunismo llegó a hacerse del poder en Hungría.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945: «El Partido de los Pequeños Propietarios salió vencedor de las elecciones con un 57,7 por ciento de los votos. En su programa había hecho solemne promesa de defender y hacer realidad los principios cristianos. El resultado de las elecciones significaba una protesta, hecha con un gran vigor, contra las exigencias de poder del comunismo. El partido comunista había obtenido tan sólo el diecisiete por ciento de los votos emitidos, pero de éstos, una buena parte los consiguió tan sólo mediante corrupción, engaño y terror.”

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Lutero y Nuestra Señora de Fátima

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Entre mayo y octubre del año del Señor de 1917, Nuestra Señora se apareció en Fátima por seis veces. El 13 de julio, un milagro había sido anunciado por la Virgen:

«Continúen viniendo todos los meses. En octubre diré quién soy y lo que quiero, y haré un milagro para que todos vean y crean».

El 13 de octubre de 1917, se operó ante la multitud el milagro anunciado. Antes y durante la aparición había llovido torrencialmente. Finalizado el coloquio de Lucía con la Santísima Virgen, la niña había gritado a la multitud: «¡Miren el sol!».

Se entreabrió el cielo nublado, dando lugar al sol que aparecía como un disco de plata. Todos podían verlo a pesar de la intensidad de su brillo, sin que la vista se viera afectada. La gente contemplaba absorta «cuando súbitamente el astro se puso a bailar», girando raudamente como una gigantesca rueda de fuego.

Un enorme gesto de sobresalto ascendió de la multitud: «¡Milagro, milagro! ¡Milagro, milagro!», gritaron miles de personas. La excitación y el entusiasmo de la muchedumbre era indescriptible. Un anciano, incrédulo hasta entonces, extendió sus manos y brazos hacia arriba y dijo en voz alta: «¡Virgen santa, Virgen bendita!» Las lágrimas le corrieron en abundancia sobre las majillas. Estaba ensimismado con las manos levantadas como un profeta y gritó con toda su fuerza: «¡Reina del rosario, salva a Portugal!» Semejantes escenas se sucedieron por doquier.

El prodigio solar duró unos 10 minutos. Todos los presentes lo contemplaron: creyentes e incrédulos, gentes del campo, de la ciudad, hombres de ciencia, periodistas y librepensadores.[1]

«El fenómeno solar del 13 de octubre de 1917, recogido en todos los periódicos de entonces, fue algo maravilloso y ha producido una impresión muy profunda en quienes tuvieron la suerte de contemplarlo. Los niños anunciaron de antemano la hora en que iba a suceder. El aviso corrió veloz a todos los rincones de Portugal. Y, a pesar del rigor del tiempo frío y de la lluvia continua, llegaron muchos miles que fueron los testigos presenciales de todos estos fenómenos solares en honor de la Reina del cielo y de la tierra».[2]

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El milagro de la transubstanciación

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Cada vez que el sacerdote católico celebra el Santo Sacrificio de la Misa, ve la Sangre de Jesús en el cáliz y acaricia su verdadero Cuerpo, y esto no es suposición, ya que es dogma de fe que tras la pronunciación de las palabras de la consagración el pan que está sobre el altar y que el sacerdote lo ve y lo toca se convierte en verdadero Cuerpo de Jesús, nada de suposiciones, sino absoluta certeza.

Al pronunciar el sacerdote las palabras de la consagración, tiene lugar la misteriosa transubstanciación.

En la Eucaristía se hallan verdadera, real y sustancialmente presentes el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo (de fe divina expresamente definida).

Desde los orígenes mismos de la Iglesia, se dieron doctrinas heréticas opuestas a esa verdad de fe. Partiendo del supuesto de que Cristo tuvo tan sólo un cuerpo aparente, los docetas y las sectas gnósticomaniqueas negaron la presencia real del Cuerpo y Sangre de Cristo en la eucaristía.

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Los castigos que Dios manda a los que lo abandonan

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En los últimos días varios sismos han devastado extensas zonas de Italia, el mayor de éstos se verificó en las regiones de Umbría y Las Marcas, al centro del mismo, y este 6 de noviembre de 2016, un tornado afectó las afueras de la Ciudad Eterna.

Recientemente también, el Padre Giovanni Cavalcoli O.P., que participaba en un programa de Radio María italiana, fue consultado por un radioescucha respecto de si las catástrofes naturales como el terremoto pueden ser consecuencia de un pueblo y de un legislador que hace leyes como las uniones del mismo sexo, aprobadas recientemente en Italia y que calificó de contrarias a Dios, el teólogo respondió: Se tiene la impresión de que estas ofensas a la ley divina, pensad en la dignidad de la familia, del matrimonio, de la unión sexual, hacen pensar que estamos ante, llamémoslo castigo divino.

Consecuentemente Radio María de Italia anunció la supresión inmediata del programa mensual del sacerdote, debido a que considera que sus afirmaciones sobre los seísmos como castigos divinos «no están en línea con el anuncio de la misericordia, que es la esencia del Cristianismo y de la acción pastoral del papa Francisco».

El eminente dominico, se ha ratificado en una entrevista para La Fede Quotidiana: «Creo y confirmo todo lo que dije. En todo caso deberían excusarse con los católicos aquellos que recientemente han reevaluado, creando confusión, a Lutero que puede haber hecho cosas buenas, pero es un herético. Soy dominico serio y de columna vertebral derecha, no un adulador».

Es doctrina de la Iglesia, que todas las calamidades que puedan conducir a los pueblos a la reflexión sirven para el cumplimiento de los planes de Dios.[1]

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«Religión del sentimiento» = Cielo fácil

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10 noviembre, 2015

El New Age va invadiendo todas las áreas del quehacer humano y, como su meta principal es la destrucción de la fe cristiana, no debe extrañarnos la influencia de técnicas paganas en la oración cristiana. Peligrosa amenaza que está siendo promovida también desde dentro de la propia Iglesia -inclusive por sacerdotes- y desde empresas editoriales y librerías católicas. Hay suficientes libros religiosos y de oración enmarcados dentro de esta corriente del New Age, así como cursos, talleres, conferencias etc. que tratan de incorporar a la oración cristiana dichas técnicas de oración provenientes del paganismo oriental.[1]

«La ideología subyacente del New Age es francamente pagano e incluye las siguientes ideologías y filosofías: panteísmo, sincretismo, monismo, gnosticismo, teosofía, esoterismo, ocultismo, relativismo moral y práctico, subjetivismo, reencarnacionismo, idolatría, misticismo oriental, materialismo y hedonismo, igualación de las religiones».[2]

Es una desgracia confundir la verdadera religiosidad con expresiones corporales, gestuales y rítmicas: «la fe no es un sentimiento religioso ciego que surge de las profundidades del subconsciente, bajo el impulso del corazón y el movimiento de la voluntad moralmente informada, sino que un verdadero asentimiento de la inteligencia a la verdad adquirida extrínsecamente, asentimiento por el cual creemos verdadero, a causa de la autoridad de Dios cuya veracidad es absoluta, todo lo que ha sido dicho, atestiguado y revelado por el Dios personal, nuestro creador y nuestro Señor.»[3] Sigue leyendo

La ofensiva jesuita

Bebe

3 noviembre, 2015

Comienzo agradeciendo a los muchos jesuitas ejemplares que he conocido, varios de los cuales fueron mis profesores durante la enseñanza primaria y secundaria, y asimismo a tantos abnegados y fieles sacerdotes y hermanos de la Compañía de Jesús, con los que he tenido la gracia de trabajar apostólicamente a lo largo de los años.

Empero, no sería justo que por mi admiración a la Compañía, y en particular por mi aprecio y gratitud a varios de sus miembros y sus obras, incluyera a todos los jesuitas en esa admirada reputación, ya que bastantes de sus miembros, en las últimas décadas, han promovido bajo la apariencia de una «nueva teología» el modernismo, la teología de la liberación incluida la de corte marxista, y últimamente la abyecta ideología de género, dejando en claro que aún hoy en día, también muchos miembros de dicha Orden se mantienen fieles a la ortodoxia.

Verificado el Concilio Vaticano II, una descomposición litúrgica, doctrinal y pastoral devino en la Iglesia católica -una oscura rebelión– alentada principalmente por los teólogos de la liberación, y desarrollada pastoralmente desde las Comunidades Eclesiales de Base, coadyuvados por los «Cristianos por el Socialismo»: «proceso en el que la Compañía tiene mayor responsabilidad histórica en esta oscura rebelión de la Iglesia Católica contemporánea, por su especial preparación, por su gloriosa ejecutoria y por su voto específico de obediencia al Papa» (Ricardo de la Cierva, Oscura rebelión en la Iglesia). Sigue leyendo

Halloween: la fiesta del anti-santo

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27 octubre, 2015

Sin duda alguna, una mayoría del público identifica la celebración del Halloween, con la noche del 31 de octubre -cuando los niños principalmente en los Estados Unidos- salen a las calles disfrazados de vampiros, brujas, muertos, demonios, de Harry Potter, de superhéroes etc., portando calabazas, sapos, búhos, murciélagos y otros.

Los sacerdotes expertos en el tema, hacen notar cómo en los disfraces se advierte una insistencia del mercado en hacer ver a las mujeres vestidas como prostitutas. Disfraces horripilantes porque el demonio es la fealdad, y como en el pecado de origen, quieren ocultarse de Dios. La cultura de la distorsión moral que explota todas las celebraciones, incluyendo la Navidad, que explota el impudor de una moral social decadente, y que se va permeando.

Pero una mayoría del público también dirá con toda seguridad, que todo eso es algo divertido e inofensivo sin ningún efecto negativo para quienes se hacen parte de dicha celebración, es como decían los romanos: Al pueblo pan y circo.

Halloween que se verifica en un contexto deformado, un contexto neopagano, ya que en su etimología Halloween de acuerdo a la Enciclopedia Británica significa: 1) en tiempos medievales, All Hallows Eve, la fiesta sagrada o santa que se observaba el 31 de octubre, víspera del Día de Todos los Santos, y, 2) en tiempos modernos: la ocasión para hacer maldades y para que los niños pidan golosinas a cambio de no hacer destrozos contra sus vecinos.

Una Víspera de Todos los Santos deformada, corrompida, ya que con el correr del tiempo, las costumbres paganas la influenciaron, y gradualmente ésta transitó de celebración católica a fiesta secular. Como parte del resurgimiento de las ciencias ocultas, se observa la tendencia en muchos a retornar al paganismo. Hoy vivimos una invasión pagana que responde a una peligrosa fascinación por lo oculto.

Las siempre presentes prácticas ocultistas son ahora revitalizadas y propagadas por el New Age, pues sirven a su fin, ya que éstas –falsamente espirituales- no conducen al Reino de Dios, sino al reino del mal.

Así como en los países hispanoamericanos observamos un resurgimiento de los ritos y costumbres ancestrales indígenas, como parte de una ofensiva de resurgimiento autóctono, que tiene como objetivo socavar los cimientos de la Iglesia en estos países, partiendo de un concepto indigenista muy bien calculado,[1] junto al mismo, una influencia neopagana viene también arremetiendo proveniente del New Age o Era de Acuario.

Cuando estuve en Bogotá en octubre 2012, me sorprendió que en las calles de un país otrora tan prestigiosamente católico, cientos de jóvenes se desplazaban disfrazados ad hoc para celebrar Halloween en el contexto deformado como se conoce a esta fiesta hoy en día, y, me alegró que en una parroquia cercana a la Universidad Central de Bogotá, organizaban una fiesta de Todos los Santos para los niños, que son los primeros a quienes quieren atrapar las fuerzas anticristianas para meterlos al embudo de Halloween. Cuando le dije a un párroco que era maravilloso que contrarrestaran la perniciosa celebración del Halloween, éste me respondió: no es para combatir el Halloween. ¿Entones para qué?

Pero, para quien trata de vivir las exigencias del Evangelio, es decir para un cristiano, es triste ver que esta corriente abyecta se haya mimetizado incluso en parroquias y escuelas católicas, y es motivo de confusión y dolor, que haya incluso sacerdotes que la justifiquen, y hasta la defiendan.

La penetración nuevaerista es tan evidente, que hasta librerías y editoriales católicas imprimen y difunden libros para los alumnos de sus colegios, como la editorial marista Edelvives, que editó una línea de libros de primaria denominada SuperPixePolis con la que impregna todos o casi todos sus libros en clave de fantasía infantil, con temas de brujería, magia, Halloween, etc. Es ciertamente grave que se presente a los niños, aunque sea en clave positiva, el mundo de las ciencias ocultas. Y no solamente son los maristas, sino que también múltiples editoriales católicas. Basta utilizar el buscador para encontrar catálogos similares de publicaciones de otras editoriales católicas de España.

Sin embargo, Halloween es una fiesta que intenta burlarse del nacimiento de Cristo, porque es el nacimiento de Satanás, los brujos lo celebran así. Para la noche de Halloween se roban hostias -miren cómo el demonio sabe que Cristo está ahí, y nosotros ni creemos- el demonio sabe que está Cristo en la Eucaristía, hace robar hostias, a sus brujos, a la gente que le habla en la cabeza, a los posesos, y otras, le hace robar y a gente que colabora con eso porque le dan dinero. ¿Que hacen con la hostia robada el 31 en la noche, en la noche de Halloween?, la orinan, hacen sus excrementos arriba, van pasando uno al lado del otro, hacen sus necesidades, las mujeres echan menstruación, se cortan y echan sangre, y con todo eso hacen un líquido, con ese líquido invocando a Satanás esparcen sobre todos los presentes como si fuera agua bendita, burlándose de la Eucaristía, es lo más asqueroso, pero es así.

Todo aquel que participa directa o indirectamente de una fiesta de Halloween porque se viste como tal, porque lo festeja, sepan que están participando de la fiesta satánica más grande que jamás tuvo él en su historia, y es la oposición del nacimiento de Jesús en Belén, es lo opuesto, y lo hacen justo ese día porque al otro día es día de Todos los Santos, y él se presenta como el anti-santo de todo, es la burla de los santos.

Entonces tengan cuidado con decir: es una cosa inocente. Es inocente pero estamos adhiriendo directa o indirectamente a su festejo. Cada uno verá qué va a responder de su fe, no puede ser que la fe de un católico llegue hasta festejar la fiesta de Satanás.[2]

Germán Mazuelo-Leytón

[1] SALGADO, MANUEL. F., Los regalos de la Era de Acuario.

[2] SPAHN, P. CARLOS, exorcista.

Tomado de:

http://www.adelantelafe.com

Muerte del matrimonio

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20 octubre, 2015

Muchos matrimonios no funcionan es evidente, son muchas las parejas que se deshacen y buscan nuevos rumbos tras las solemnes promesas de un amor eterno, y son pocas las parejas que aun cuando no se separen por razones diversas prácticamente viven separados porque poseen un otro nido más o menos vivo.

La conductora de un programa televisivo enlatado en los Estados Unidos del género talk show dirigido al mundo hispanohablante, finaliza casi siempre el espectáculo con la conclusión de que quienes concurrieron como protagonistas del mismo, carecían de relaciones sexuales, aconsejándoles frecuentemente el empleo de un artefacto para reconducir la vida sexual de sus panelistas y así salvar el matrimonio.

¿Cuál es la verdadera causa de que hayan naufragado tantos matrimonios que parecían inseparables para siempre?

Sin duda carecían de dos elementos sustanciales: la falta de confianza mutua, y la falta de aceptación del otro tal como es.

Sobre la confianza no tenemos a menudo una idea clara, la confundimos con la ausencia de pudor o la falta de finura y delicadeza. La confianza es más que fiarse del otro, es tener la convicción de que el otro es bueno, me ama y quiere lo mejor para mí, y esto con toda seguridad sin que me pueda quedar la menor duda.

Para el logro de esa confianza es imprescindible que cada uno destruya todo prejuicio hacia el otro, que pueda condicionar la mutua apertura. Tengamos presente que con facilidad, la previa opinión que nos hemos formado de los demás, nos impide verlos como en realidad son, buscando en cada momento que con su forma de actuar se confirme el juicio que ya teníamos sobre ellos.

No significa claro está, que no reconozcamos los defectos y las limitaciones del otro, sino que a partir de ello, confundamos en él, estando seguros de que lo bueno siempre supera lo imperfecto y negativo.

En segundo lugar es necesario también aceptar a los demás, lo que no es absorberlos ni moldearlos a nuestro gusto, ni cambiarlos para que sean distintos, sino acogerlos tal como son con su propio carácter y esforzarnos para que cada uno desarrolle al máximo todo lo que hay en él de positivo.

Desgraciadamente es más fácil descubrir lo que hay de negativo en el otro, o lo que desde nuestro punto de vista es más negativo en él, por eso es necesario aceptarlo tal como es, no porque sea perfecto o porque sea como yo quiero, sino por respeto y amor a su persona, en lo que tiene de original y propio.

La aceptación y conocimiento del otro ayudan también por contraste a conocernos mejor, y a aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, sin miedo a reconocer nuestros defectos y limitaciones.

Por eso comunicarse y compartir ayudan en último término a sentirnos más seguros de nosotros mismos.

Un testimonio similar extraído de las experiencias de tantos matrimonios a la deriva, revela que es el egoísmo la causa principal de la falta de intimidad, cuando no de la abierta ruptura de los cónyuges; la experiencia personal en asuntos de este género a través del apostolado, me ha convencido de que es difícil que cada uno asuma su parte de culpabilidad, y más bien son proclives los cónyuges a convencerse de que es el otro, no él, el otro, la causa principal, o a medias, del fracaso matrimonial, y mientras alguno de los dos, o los dos se mantengan en esta ceguera es imposible que se dé paso alguno en orden a la serenidad, solidaridad y fortaleza de la unión matrimonial.

Hay dificultades en todas las relaciones; nadie pretende que sea fácil, y el matrimonio es probablemente, entre todas, la forma más pura de amor. Pero cuando las parejas olvidan que la fe y el sacrificio mutuo constituían una parte importante de su decisión inicial de contraer matrimonio, dan rienda suelta a su propio orgullo y a su propio egoísmo. Los resultados, como podéis imaginar, puede ser devastadores.[1]

Es interesante al par que risible, observar que los dos cónyuges son víctimas de los defectos del otro, de tal modo que ni él ni ella se consideren principales causantes de la tensa situación a que se ha llegado en su unión.

Les ciega el egoísmo hasta el punto de no poder ver que van multiplicando, trabas, problemas, discusiones, actitudes, posturas, acciones que abren un abismo entre los dos. Cuando explican las causas de su frialdad progresiva, se da el caso de que unas mismas acciones, vistas por ambos cónyuges, resultan completamente diversas.

Ordinariamente cualquier mediador fracasa, porque ninguna de las dos partes posee sinceridad ni humildad suficientes para reconocer sus propios fallos que provocan la ruptura.

Es el egoísmo, es el egoísmo sí, el mayor enemigo de la felicidad doméstica. Un matrimonio es feliz, cuando cada uno de los cónyuges al contraerlo, se propone no ser feliz, sino hacer feliz al otro. Hay que trabajar estimando en poco lo que se hace. Sin andar discutiendo, ni midiendo quien hace más. Todo lo que se hace en familia debe ser obra de la colaboración de los esposos que no deben permanecer extraños al trabajo del otro cónyuge, aunque cada uno tenga su misión propia.

La colaboración de los esposos, exige muchas veces renunciar a los propios gustos e ideas. No hay que insistir en lo que separa sino en lo que une. Los sacrificios que la unión impone deben hacerse con alegría. Hay que adquirir el hábito de la paciencia. Hay que interesarse por lo que interesa al otro cónyuge, y será muestra de delicadeza, interesarse por su familia.

El amor propio gustaría que la otra parte se sometiera plenamente a los propios caprichos, pero hay que sacrificarse por la armonía conyugal. Hay que disimular los defectos del cónyuge no sólo ante los demás, sino ante sí mismo y en el seno de la propia conciencia.

El don mutuo es en el matrimonio principio de expansión y fuente de vida, y se embellece cuando se verifica el intercambio entre dos almas, llenas de vida sobrenatural. Los esposos no podrán ayudarse espiritualmente si permanecen cerrados entre sí, hay que vencer el hábito del aislamiento y la timidez, o el orgullo que impiden la confianza conyugal, vivir su vida, y conservar la independencia en el matrimonio es un modo siniestro de egoísmo, a veces por no abrirse plenamente dos esposos viven juntos como extraños entre sí.

Es difícil admitir la propia culpabilidad, porque el egoísmo ciega y defiende su conducta, pero por no luchar contra esta ceguera naufragan diariamente miles de nuestros matrimonios, hundidos por las olas de su propio egoísmo.

Estos males tan terribles confrontan a las personas a pesar de todas sus leyes e instituciones y las vuelven impotentes, sin saber cómo superar esta calamidad. Finalmente eligen la peor de las soluciones: simplemente caen de rodillas ante el problema.

Los Estados, cuya tarea más elevada es la protección del bien común, se han convertido en servidores del mal, que abren de par en par las puertas a todas las consecuencias negativas para sí mismo y al final de cuentas para la sociedad humana, que intentan combatir un mal con otro, apagando el incendio con gasolina.

Germán Mazuelo-Leytón

[1] MADRE ANGÉLICA, Respuestas no promesas.

 

Tomado de:

http://www.adelantelafe.com

La Virgen y los errores de Rusia

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13 octubre, 2015

La intervención de Dios en la historia humana es su respuesta definitiva a la rebelión de los hombres y de las naciones contra la revelación y el imperio de Nuestro Señor Jesucristo, la rebelión contra el Dios Verdadero, es el  Misterio de la Iniquidad, que como lo afirma San Pablo ya está en acción.[1]

Misterio de Iniquidad que es el principio de la Ciudad del Hombre, que lucha con la Ciudad de Dios desde el comienzo; es la raíz de todas las herejías y el fuego de todas las persecuciones; «es la quietud incestuosa de la criatura asentada sobre su diferencia específica»; es la continua rebelión del intelecto pecador contra su principio y su fin, eco multiplicado en las edades del «no serviré» de Satanás.[2]

La rebelión contra Dios se manifestó durante la era apostólica bajo la forma de gnosticismo, reapareciendo durante la Edad Media como la herejía del dualismo gnóstico de los albigenses y por último irrumpiendo a principios de la Edad Moderna como la filosofía atea de la iluminación del siglo XVI.

Así, dos manifestaciones sobrenaturales importantes se produjeron cuando más tenía necesidad el mundo de ellas, y lamentablemente cuando menos atención se les prestó. Sigue leyendo

Mensaje de Fátima: contra pecado y abandono de Dios

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6 octubre, 2015

Se ha iniciado en Roma el Sínodo ordinario 2015, con una agenda centrada en  La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo. Como sabemos desde fuera y desde dentro, muchos esperan un giro eclesial que produzca un cambio en la doctrina católica. La lineamenta sinodal, propuso una orientación que dirige los debates de la asamblea sinodal aparentemente más en la línea del Nuevo Orden Mundial –que en otras palabras- ataca la familia según el Plan de Dios.

Los fatimistas miramos este debilitamiento de la familia, que lleva a las almas lejos de la Fe Católica, como un castigo por haber desoído las peticiones de Nuestra Señora del Rosario de Fátima.

Durante décadas todo el mundo estuvo preocupado por el contenido del Tercer Secreto de Fátima, guardado celosamente por los últimos pontífices y que se encierra en la carta que Lucía, escribió al Papa. Sigue leyendo