SAN PABLO EXTRAMUROS

Basílica papal

La Basílica de San Pablo Extramuros es, después de San Pedro, la iglesia más grande de Roma. Imponente y monumental, se destaca más aún por el amplio espacio que la separa de los edificios circundantes. Surgió en la primera mitad del siglo IV por voluntad del emperador Constantino, en el lugar que la tradición indica como latumba del Apóstol Pablo.

Aquí cada año se clausura solemnemente -el 25 de enero, día de la conversión de san Pablo- la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

Ubicación: en la romana vía Ostiense. Fuera de las murallas de Roma, a 11 kilómetros de San Pedro y cerca de «Las tres fontana», donde San Pablo fue martirizado.

Desde siempre, esta Basílica fue meta incesante de fieles y peregrinos provenientes de todas partes del mundo, para venerar al «Apóstol de los gentiles», que con su palabra y sus escritos contribuyó – en los primeros años de vida de la Iglesia- a la difusión del mensaje cristiano en modo determinante. A fines del primer Año Santo del 1300, fue incluida en el itinerario jubilar para obtener las indulgencias. La Basílica quedó prácticamente intacta en su aspecto extraordinariamente sugestivo de templo patriarcal paleocristiano, hasta inicios del siglo XIX. En 1823 fue destruida casi completamente por un terrible incendio, provocado por el descuido de los vigilantes en la restauración del techo. A León XIII le tocó la ardua tarea de iniciar la reconstrucción de la Basílica. En los trabajos de reconstrucción se encontró un sepulcro sumamente antiguo (de antes del siglo IV) con esta inscripción: «A San Pablo, Apóstol y Mártir». Los trabajos continuaron activamente bajo el pontificado de Pío IX que el 10 de diciembre de 1854 consagró la nueva Basílica.

La entrada a la Basílica de San Pablo se hace hoy como antiguamente, a través de un atrio precedido por un jardín. El atrio con sus 70 metros de lado y sus 150 columnas, es más solemne y amplio. En el jardín, entre flores y palmeras, se destaca la estatua de un San Pablo severo, obra de José Obici. El apóstol tiene en una mano la espada, símbolo de su martirio, y en la otra mano el libro que subraya su actividad de mensajero de la Palabra de Dios, escrita y proclamada. Pablo es el apóstol al que en modo especial se debe la difusión de la fe cristiana en el mundo greco-romano. Sus cartas y el texto bíblico de los «Hechos de los apóstoles» nos dan abundantes noticias sobre su vida, su pensamiento y su actividad. Ninguno de los apóstoles tiene una existencia tan documentada como San Pablo. Pablo nació en Tarso, un pueblo de Cilicia (actual Turquía), aproximadamente en el año 10 de la era cristiana. Al inicio fue un perseguidor convencido y encarnizado de la joven Iglesia. Convertido por Cristo, que se le apareció en el camino de Damasco, se transformó en el mensajero más decidido de la fe cristiana. Sus predicaciones lo llevaron a Chipre, Panfilia, Pisidia y Licaonia. La tradición indica que San Pablo murió decapitado aproximadamente en el año 67, en Roma. Las reliquias del Santo mártir de Cristo se veneran hoy en la cripta de la Basílica a él dedicada.

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Tomado de:

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San Pablo, Apóstol

¡San Pablo, ora pro nobis!

«Lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo» (Flp 3,7-8).

Pablo lo sufrió todo por amor a Cristo

Pablo es el libre prisionero de Cristo (cf. Hch 20,22); ya no se pertenece, sino que su vivir, amar y morir es Cristo Jesús (cf. Gal 2,20). Amar a Cristo es inseparable de amar a aquellos que le han sido confiados con el mismo amor de Cristo. Ese amor es superior a los meros esfuerzos humanos, es el amor divino que ha recibido, que no escatima en nada para llevar al amado a Cristo (cf. 1Cor 4,14-17; 2Cor 6,13; 11,2; 12,15; 1Tes 2,7.10-11; Fil 10; Gal 4,19).

Oficio de lectura, 25 de enero, La conversión del apóstol San Pablo

De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50, 477-480

Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y cuánta su capacidad de virtud lo podemos colegir sobre todo de la persona de Pablo. Cada día se levantaba con una mayor elevación y fervor de espíritu y, frente a los peligros que lo acechaban, era cada vez mayor su empuje, como lo atestiguan sus propias palabras: Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante; y, al presentir la inminencia de su muerte, invitaba a los demás a compartir su gozo, diciendo: Estad alegres y asociaos a mi alegría; y, al pensar en sus peligros y oprobios, se alegra también dice, escribiendo a los corintios: Vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos y de las persecuciones; incluso llama a estas cosas armas de justicia, significando con ello que le sirven de gran provecho.

Y así, en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve victorioso de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo: Doy gracias a Dios, que siempre nos asocia a la victoria de Cristo. Imbuido de estos sentimientos, se lanzaba a las contradicciones e injurias, que le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que nosotros empleamos en la consecución de los honores, deseando la muerte más que nosotros deseamos la vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo mucho que muchos otros apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él temía era ofender a Dios; lo demás le tenía sin cuidado. Por esto mismo, lo único que deseaba era agradar siempre a Dios.

Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte, sin él, de los más encumbrados y honorables.

Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este amor: para él, su privación significaba el infierno, el único sufrimiento, el suplicio infinito e intolerable.

Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de los ángeles, los bienes presentes y futuros, el reino, las promesas, el conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.

Las realidades presentes las despreciaba como hierba ya podrida. A los mismos gobernantes y al pueblo enfurecido contra él les daba el mismo valor que a un insignificante mosquito.

Consideraba como un juego de niños la muerte y la más variada clase de tormentos y suplicios, con tal de poder sufrir algo por Cristo.

Oración

Señor, Dios nuestro, tú que has instruido a todos los pueblos con la predicación del apóstol san Pablo, concede a cuantos celebramos su conversión caminar hacia ti, siguiendo su ejemplo, y ser ante el mundo testigos de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

SAN PABLO

Apóstol de los Gentiles

"Señor, ¿qué quieres que haga?

Cuando Pablo fue tirado por tierra, fue capaz de entregarle a Cristo absolutamente todo sus ser.   Mas tarde pudo decir «ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi»

Pablo escribió 13 cartas que forman parte del Nuevo Testamento y están dirigidas a las comunidades de gentiles, paganos convertidos por su predicación. En ellas les exhorta, les guía en la fe y enseña sobre ética y doctrina. Estas cartas son inspiradas por el Espíritu Santo y forman parte de la revelación divina.  Es decir,son Palabra de Dios y por medio de ellas Dios mismo se da a conocer.  Pablo es el instrumento en esta comunicación divina pero al mismo tiempo las cartas nos ayudan a conocer al autor humano.  Reflejan su personalidad, sus dones y sus luchas intensas. Otras fuentes que nos ayudan a conocer el apóstol son los Hechos de los Apóstoles escritos por San Lucas y ciertos libros apócrifos.

Pablo nació de una familia judía acomodada, de la tribu de Benjamín, en Tarso de Cilicia (hoy Turquía). Su nombre semítico era Saulo. No sabemos cuando comenzó a llamarse con el nombre latino de Pablo. Por ser Tarso una ciudad griega, gozó de ciudadanía romana. La fecha de su nacimiento se calcula alrededor del año 3A.D. Según se cree, Jesús nació alrededor del 6 o 7 B.C. Entonces Jesucristo sería sólo unos 10 años mayor que San Pablo.

Aunque criado en una ortodoxia rigurosa, mientras vivía en su hogar de Tarso estuvo bajo la influencia liberal de los helenistas, es decir de la cultura griega que en ese tiempo había penetrado todos los niveles de la sociedad en el Asia Menor. Se formó en las tradiciones y culturas judaicas, romanas y griegas.

Siendo joven, no sabemos la edad, Saúl fue aestudiar en Jerusalén en la famosa escuela rabínica dirigida por Gamaliel. Además de estudiar la ley y los profetas, allí aprendió un oficio como era la costumbre. El joven Saúl escogió el de construir tiendas. No se sabe si jamás vió a Jesús antes de su crucifixión pero no cuenta nada sobre ello.

Hacia el año 34 Saúl aparece como un recto joven fariseo, fanáticamente dispuesto contra los cristianos. Creía que la nueva secta era una amenaza para el judaísmo por lo que debía ser eliminada y sus seguidores castigados. Se nos dice en los Hechos de los Apóstoles que Saúl estuvo presente aprobando cuando San Esteban, el primer mártir, fue apedreado y muerto. Fue poco después que Pablo experimentó la revelación que iba a transformar su vida. Mientras iba a la ciudad de Damascopara continuar su persecución contra los cristianos y hacerles renegar de su fe, Jesucristo se le apareció y tirándolo por suelo le pregunta: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?» Hechos 9,4. Por la luz sobrenatural quedó ciego. Pablo ante el Señor se entregó totalmente: -«Señor, ¿qué quieres que haga?.  Jesús le pide un profundo acto de humildad ya que se debía someter a quienes antes perseguía: -«vete donde Ananías y él te lo dirá». Después de su llegada a Damasco, siguió su conversión, la sanación de su ceguera por el discípulo Ananías y su bautismo. Pablo aceptó ávidamente la misión de predicar el Evangelio de Cristo, pero como todos los santos, vio su indignidad y se apartó del mundo para pasar tres años en << Arabia >> en meditación y oración antes de iniciar su apostolado. Hacía falta mucha purificación. Jesucristo lo constituyó Apóstol de una manera especial, sin haber convivido con El.  Es pues el último apóstol constituido. «Y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo.» I Corintios 15:8. Su vida es totalmente transformada en Cristo:

«Lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo. Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo» (Flp 3,7-8).

Desde entonces era un hombre verdaderamente nuevo y totalmente movido por el Espíritu Santo para anunciar el Evangelio con poder. Saúl desde ahora se llamará con el nombre romano: Pablo.  El por su parte nunca descansó de sus labores. Predicación, escritos y fundaciones de iglesias, sus largos y múltiples viajes por tierra y mar (al menos cuatro viajes apostólicos), tan repletos de aventuras, podrán ser seguidos por cualquiera que lea cuidadosamente las cartas del Nuevo Testamento. No podemos estar seguros si las cartas y evidencia que han llegado hasta nosotros contienen todas las actividades de San Pablo. Él mismo nos dice que fue apedreado, azotado, naufragó tres veces, aguantó hambre y sed, noches sin descanso, peligros y dificultades. Fue preso y, además de estas pruebas físicas, sufrió muchos desacuerdos y casi constantes conflictos los cuales soportó con gran entusiasmo por Cristo, por las muchas y dispersas comunidades cristianas.

Tuvo una educación natural mucho mayor que los humildes pescadores que fueron los primeros apóstoles de Cristo. Decimos «educación natural» porque los otros apóstoles tuvieron al mismo Jesús de maestro recibiendo así una educación divina. Esta también la recibió San Pablo por gracia de la revelación. Siendo docto tanto en la sabiduría humana como en la divina, Pablo fue capaz de enseñar que la sabiduría humana es nada en comparación con la divina:

«Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; no os complazcáis en vuestra propia sabiduría.» Romanos 12,16.

A aquel que puede consolidaros conforme al Evangelio mío y la predicación de Jesucristo: revelación de un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente, por la Escrituras que lo predicen, por disposición del Dios eterno, dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe, a Dios, el único sabio, por Jesucristo, ¡a él la gloria por los siglos de los siglos! Amén. Rm 16,25-27

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CONMEMORACIÓN DE SAN PABLO, Apóstol

30 de Junio

He peleado el buen combate, he terminado la carrera, he guardado la fe. N o me queda sino esperar la corona de justicia que me está reservada, y que el Señor, justo Juez, me dará en el gran día, a mí y a todos los que aman su venida. (2 Timoteo, 4, 7.8).

¿Quién podría enumerar los trabajos emprendidos por San Pablo, los peligros que ha afrontado, los países que ha recorrido, los pueblos que ha conquistado para la verdad? Nada asusta a su flaqueza: sabe que todo lo puede en Aquél que lo conforta; nada detiene ni cansa a su celo; sabe que tendrá la eternidad para descansar; nada calma la sed que tiene de sufrir: sabe que los sufrimientos de aquí abajo nada son comparados con el peso de eterna gloria que será su recompensa en el cielo.

MEDITACIÓN

NUESTRAS BUENAS OBRAS
NOS SIGUEN AL OTRO MUNDO

I. Llegaste a este mundo sin nada, sin nada ingresarás al seno de la tierra. ¿Para qué, pues, amontonar riquezas que habrá que abandonar? Dime, hazme el favor: ¿Qué valor atribuirás, en la hora de la muerte, a lo que hoy persigues tan afanosamente? Desde ese punto de vista has de considerar los bienes de la tierra, para estimarlos en su justo valor. Penétrate de los sentimientos que entonces tendrás, y muy pronto despreciarás lo temes y lo que amas al presente.

II. Tus buenas obras te seguirán. He aquí el único tesoro que te quedará, el único que podrá hacerte feliz por toda la eternidad. ¿Qué has hecho tú que merezca recompensa? ¿Aun tus mejores acciones no están, acaso, corrompidas por la negligencia, por la vanidad o por alguna mala intención? ¡Cuán de temer es que seas tú del número de aquellos que, despertando del sueño de esta vida, se encuentran con las manos vacías! Desprecia durante tu vida lo que no puedes tener después de tu muerte (San Bernardo).

III. Tus malas acciones tanto te seguirán como las buenas; te acusarán ante el tribunal de Dios. Tu pecado por todas partes te seguirá: contigo se presentará ante Dios para confundirte. ¿Qué harás entonces? ¿Qué excusa alegarás? Eres tú quien nos ejecutaste, somos tu obra, no te abandonaremos, iremos contigo al juicio (San Bernardo).

El pensamiento de la muerte.
Orad por los afligidos.

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis instruido a la multitud de las naciones por la predicación del bienaventurado Pablo, Apóstol, haced que celebrando su nacimiento al cielo, experimentemos los efectos de su protección. Por J. C. N. S. Amén.

El juramento Papal de coronación

Tiara

Este juramento se atribuye al Papa San Agaton en el año 678 D.C, pero se presume que tiene mucho más siglos de antigüedad.

Fue hecho por todos los Pontífices Romanos, con excepción de Juan Pablo II, y Benedicto XVI, incluso este último en su escudo papal ha suprimido la Tiara por una Mitra de Obispo.

«EGO PROMITTO…
Nihil de traditione quod a probatissimis praedecessoribus meis servatum reperi, diminuere vel mutare, aut aliquam novitatem admittere; sed ferventer, ut vere eorum discipulus sequipeda, totia viribis meis conatibusque tradita conservare ac venerari. Si qua vero emerserint contra disciplinam canonicam, emendare; sacrosque Canones et Constituta Pontificum nostrorum ut divina et coelestia mandata, custodire, utpote tibi redditurum me sciens de omnibus, quae profiteor, districtam in divino judicio rationem, cuius locum divina dignatione perago, et vicem intercessionibus tuis adjutus impleo. Si praeter haec aliquid agere praesumsero, vel ut praesumatur, permisero, eris mihi, in illa terribili die divini judicii, depropitius (…) Unde et districti anathematis interdictionis subjicimus, si quis unquam, seus nos, sive est alius, qui novum aliquid praesumat contra huiusmodi evangelicam traditionem, et orthodoxae fidei Christianaeque religionis integritatem, vel quidquam contrarium annintendo immutare, sive subtrahere de integritate fidei nostrae tentaverit, vel auso sacrilego hoc praesumentibus consentire.»

««Yo prometo

No cambiar nada de la Tradición recibida, y en nada de ella —tal como la he hallado guardada antes que yo por mis predecesores gratos a Dios— inmiscuirme, ni alterarla, ni permitirle innovación alguna.
Juro, al contrario, con afecto ardiente, como su estudiante y sucesor fiel de verdad, salvaguardar reverentemente el bien transmitido, con toda mi fuerza y máximo esfuerzo. Juro expurgar todo lo que está en contradicción con el orden canónico, si apareciere tal, guardar los Sagrados Cánones y Decretos de nuestros Papas como si fueran la ordenanza divina del Cielo, porque estoy consciente de Ti, cuyo lugar tomo por la Gracia de Dios, cuyo Vicariazgo poseo con Tu sostén, sujeto a severísima rendición de cuentas ante Tu Divino Tribunal acerca de todo lo que confesare. Juro a Dios Todopoderoso y Jesucristo Salvador que mantendré todo lo que ha sido revelado por Cristo y Sus Sucesores y todo lo que los primeros concilios y mis predecesores han definido y declarado. Mantendré, sin sacrificio de la misma, la disciplina y el rito de la Iglesia.
Pondré fuera de la Iglesia a quienquiera que osare ir contra este juramento, ya sea algún otro, o yo. Si yo emprendiere actuar en cosa alguna de sentido contrario, o permitiere que así se ejecutare, Tú no serás misericordioso conmigo en el terrible Día de la Justicia Divina. En consecuencia, sin exclusión, sometemos a severísima excomunión a quienquiera —ya sea Nos, u otro— que osare emprender novedad alguna en contradicción con la constituida Tradición evangélica y la pureza de la Fe Ortodoxa y Religión Cristiana, o procurare cambiar cosa alguna con esfuerzos opuestos, o conviniere con aquellos que emprendieren tal blasfema aventura.».»
(Liber Diurnus Romanorum Pontificum).

Tomado de:

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El Primado de Pedro

Papa Pío IX

Magisterio de la Iglesia

Pastor Aeternus
Constitución dogmática sobre la Iglesia de Cristo

CONCILIO VATICANO I
CUARTA SESIÓN: 18 de julio de 1870

Pío, obispo, siervo de los siervos de Dios, con la aprobación del Sagrado Concilio, para perpetua memoria.

El eterno pastor y guardián de nuestras almas42, en orden a realizar permanentemente la obra salvadora de la redención, decretó edificar la Santa Iglesia, en la que todos los fieles, como en la casa del Dios viviente, estén unidos por el vínculo de una misma fe y caridad. De esta manera, antes de ser glorificado, suplicó a su Padre, no sólo por los apóstoles sino también por aquellos que creerían en Él a través de su palabra, que todos ellos sean uno como el mismo Hijo y el Padre son uno43. Así entonces, como mandó a los apóstoles, que había elegido del mundo44, tal como Él mismo había sido enviado por el Padre45, de la misma manera quiso que en su Iglesia hubieran pastores y maestros hasta la consumación de los siglos46.

Así, para que el oficio episcopal fuese uno y sin división y para que, por la unión del clero, toda la multitud de creyentes se mantuviese en la unidad de la fe y de la comunión, colocó al bienaventurado Pedro sobre los demás apóstoles e instituyó en él el fundamento visible y el principio perpetuo de ambas unidades, sobre cuya fortaleza se construyera un templo eterno, y la altura de la Iglesia, que habría de alcanzar el cielo, se levantara sobre la firmeza de esta fe47.

Y ya que las puertas del infierno, para derribar, si fuera posible, a la Iglesia, se levantan por doquier contra su fundamento divinamente dispuesto con un odio que crece día a día, juzgamos necesario, con la aprobación del Sagrado Concilio, y para la protección, defensa y crecimiento del rebaño católico, proponer para ser creída y sostenida por todos los fieles, según la antigua y constante fe de la Iglesia Universal, la doctrina acerca de la institución, perpetuidad y naturaleza del sagrado primado apostólico, del cual depende la fortaleza y solidez de la Iglesia toda; y proscribir y condenar los errores contrarios, tan dañinos para el rebaño del Señor.

Capítulo I
Acerca de la institución del primado apostólico en el bienaventurado Pedro

Así pues, enseñamos y declaramos que, de acuerdo al testimonio del Evangelio, un primado de jurisdicción sobre toda la Iglesia de Dios fue inmediata y directamente prometido al bienaventurado Apóstol Pedro y conferido a él por Cristo el Señor. Fue sólo a Simón, a quien ya le había dicho «Tú te llamarás Cefas»48, que el Señor, después de su confesión, «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo», dijo estas solemnes palabras: «Bendito eres tú, Simón Bar-Jonás. Porque ni la carne ni la sangre te ha revelado esto, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo, tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ates en la tierra será atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra será desatado en el cielo»49. Y fue sólo a Simón Pedro que Jesús, después de su resurrección, le confió la jurisdicción de Pastor Supremo y gobernante de todo su redil, diciendo: «Apacienta mis corderos», «apacienta mis ovejas»50.

A esta enseñanza tan manifiesta de las Sagradas Escrituras, como siempre ha sido entendido por la Iglesia Católica, se oponen abiertamente las opiniones distorsionadas de quienes falsifican la forma de gobierno que Cristo el Señor estableció en su Iglesia y niegan que solamente Pedro, en preferencia al resto de los apóstoles, tomados singular o colectivamente, fue dotado por Cristo con un verdadero y propio primado de jurisdicción. Lo mismo debe ser dicho de aquellos que afirman que este primado no fue conferido inmediata y directamente al mismo bienaventurado Pedro, sino que lo fue a la Iglesia y que a través de ésta fue transmitido a él como ministro de la misma Iglesia.

[Canon] Por lo tanto, si alguien dijere que el bienaventurado Apóstol Pedro no fue constituido por Cristo el Señor como príncipe de todos los Apóstoles y cabeza visible de toda la Iglesia militante; o que era éste sólo un primado de honor y no uno de verdadera y propia jurisdicción que recibió directa e inmediatamente de nuestro Señor Jesucristo mismo: sea anatema.

Capítulo II
Sobre la perpetuidad del primado del bienaventurado Pedro en los Romanos Pontífices


Aquello que Cristo el Señor, príncipe de los pastores y gran pastor de las ovejas, instituyó en el bienaventurado Apóstol Pedro, para la perpetua salvación y perenne bien de la Iglesia, debe por necesidad permanecer para siempre, por obra del mismo Señor, en la Iglesia que, fundada sobre piedra, se mantendrá firme hasta el fin de los tiempos51. «Para nadie puede estar en duda, y ciertamente ha sido conocido en todos los siglos, que el santo y muy bienaventurado Pedro, príncipe y cabeza de los Apóstoles, columna de la fe y fundamento de la Iglesia Católica, recibió las llaves del reino de nuestro Señor Jesucristo, salvador y redentor del género humano, y que hasta este día y para siempre él vive», preside y «juzga en sus sucesores»52 los obispos de la Santa Sede Romana, fundada por él mismo y consagrada con su sangre.

Por lo tanto todo el que sucede a Pedro en esta cátedra obtiene, por la institución del mismo Cristo, el primado de Pedro sobre toda la Iglesia. «De esta manera permanece firme la disposición de la verdad, el bienaventurado Pedro persevera en la fortaleza de piedra que le fue concedida y no abandona el timón de la Iglesia que una vez recibió»53. Por esta razón siempre ha sido «necesario para toda Iglesia —es decir para los fieles de todo el mundo—» «estar de acuerdo» con la Iglesia Romana «debido a su más poderosa principalidad»54, para que en aquella sede, de la cual fluyen a todos «los derechos de la venerable comunión»55, estén unidas, como los miembros a la cabeza, en la trabazón de un mismo cuerpo.

Por lo tanto, si alguno dijere que no es por institución del mismo Cristo el Señor, es decir por derecho divino, que el bienaventurado Pedro tenga perpetuos sucesores en su primado sobre toda la Iglesia, o que el Romano Pontífice no es el sucesor del bienaventurado Pedro en este misma primado: sea anatema.

Capítulo IIISobre la naturaleza y carácter del primado del Romano Pontífice

Y así, apoyados por el claro testimonio de la Sagrada Escritura, y adhiriéndonos a los manifiestos y explícitos decretos tanto de nuestros predecesores los Romanos Pontífices como de los concilios generales, nosotros promulgamos nuevamente la definición del Concilio Ecuménico de Florencia, que debe ser creída por todos los fieles de Cristo, a saber, que «la Santa Sede Apostólica y el Romano Pontífice mantienen un primado sobre todo el orbe, y que el mismo Romano Pontífice es sucesor del bienaventurado Pedro, príncipe de los apóstoles, y que es verdadero vicario de Cristo, cabeza de toda la Iglesia, y padre y maestro de todos los cristianos; y que a él, en el bienaventurado Pedro, le ha sido dada, por nuestro Señor Jesucristo, plena potestad para apacentar, regir y gobernar la Iglesia universal; tal como está contenido en las actas de los concilios ecuménicos y en los sagrados cánones»56.

Por ello enseñamos y declaramos que la Iglesia Romana, por disposición del Señor, posee el principado de potestad ordinaria sobre todas las otras, y que esta potestad de jurisdicción del Romano Pontífice, que es verdaderamente episcopal, es inmediata. A ella están obligados, los pastores y los fieles, de cualquier rito y dignidad, tanto singular como colectivamente, por deber de subordinación jerárquica y verdadera obediencia, y esto no sólo en materia de fe y costumbres, sino también en lo que concierne a la disciplina y régimen de la Iglesia difundida por todo el orbe; de modo que, guardada la unidad con el Romano Pontífice, tanto de comunión como de profesión de la misma fe, la Iglesia de Cristo sea un sólo rebaño bajo un único Supremo Pastor57. Esta es la doctrina de la verdad católica, de la cual nadie puede apartarse de ella sin menoscabo de su fe y su salvación.

Esta potestad del Sumo Pontífice de ninguna manera desacredita aquella potestad ordinaria e inmediata de la jurisdicción episcopal, por la cual los obispos, quienes han sido puestos por el Espíritu Santo58 como sucesores en el lugar de los Apóstoles, cuidan y gobiernan individualmente, como verdaderos pastores, los rebaños particulares que les han sido asignados. De modo que esta potestad sea es afirmada, apoyada y defendida por el Supremo y Universal Pastor; como ya San Gregorio Magno dice: “Mi honor es el honor de toda la Iglesia. Mi honor es la fuerza inconmovible de mis hermanos. Entonces yo recibo verdadero honor cuando éste no es negado a ninguno de aquellos a quienes se debe”59.

Además, se sigue de aquella potestad suprema del Romano Pontífice de gobernar la Iglesia universal, que él tiene el derecho, en la realización de este oficio suyo, de comunicarse libremente con los pastores y rebaños de toda la Iglesia, de manera que puedan ser enseñados y guiados por él en el camino de la salvación. Por lo tanto condenamos y rechazamos las opiniones de aquellos que sostienen que esta comunicación de la Cabeza Suprema con los pastores y rebaños puede ser lícitamente impedida o que debería depender del poder secular, lo cual los lleva a sostener que lo que es determinado por la Sede Apostólica o por su autoridad acerca del gobierno de la Iglesia, no tiene fuerza o efecto a menos que sea confirmado por la aprobación del poder secular.

Ya que el Romano Pontífice, por el derecho divino del primado apostólico, presida toda la Iglesia, de la misma manera enseñamos y declaramos que él es el juez supremo de los fieles60, y que en todos las causas que caen bajo la jurisdicción eclesiástica se puede recurrir a su juicio61. El juicio de la Sede Apostólica (de la cual no hay autoridad más elevada) no está sujeto a revisión de nadie, ni a nadie le es lícito juzgar acerca de su juicio62. Y por lo tanto se desvían del camino genuino a la verdad quienes mantienen que es lícito apelar sobre los juicios de los Romanos Pontífices a un concilio ecuménico, como si éste fuese una autoridad superior al Romano Pontífice.

[Canon] Así, pues, si alguno dijere que el Romano Pontífice tiene tan sólo un oficio de supervisión o dirección, y no la plena y suprema potestad de jurisdicción sobre toda la Iglesia, y esto no sólo en materia de fe y costumbres, sino también en lo concerniente a la disciplina y gobierno de la Iglesia dispersa por todo el mundo; o que tiene sólo las principales partes, pero no toda la plenitud de esta suprema potestad; o que esta potestad suya no es ordinaria e inmediata tanto sobre todas y cada una de las Iglesias como sobre todos y cada uno de los pastores y fieles: sea anatema.

Capítulo IV
Sobre el magisterio infalible del Romano Pontífice


Aquel primado apostólico que el Romano Pontífice posee sobre toda la Iglesia como sucesor de Pedro, príncipe de los apóstoles, incluye también la suprema potestad de magisterio. Esta Santa Sede siempre lo ha mantenido, la práctica constante de la Iglesia lo demuestra, y los concilios ecuménicos, particularmente aquellos en los que Oriente y Occidente se reunieron en la unión de la fe y la caridad, lo han declarado.

Así los padres del cuarto Concilio de Constantinopla, siguiendo los pasos de sus predecesores, hicieron pública esta solemne profesión de fe: «La primera salvación es mantener la regla de la recta fe… Y ya que no se pueden pasar por alto aquellas palabras de nuestro Señor Jesucristo: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”63, estas palabras son confirmadas por sus efectos, porque en la Sede Apostólica la religión católica siempre ha sido preservada sin mácula y se ha celebrado la santa doctrina. Ya que es nuestro más sincero deseo no separarnos en manera alguna de esta fe y doctrina, …esperamos merecer hallarnos en la única comunión que la Sede Apostólica predica, porque en ella está la solidez íntegra y verdadera de la religión cristiana»64.

Y con la aprobación del segundo Concilio de Lyon, los griegos hicieron la siguiente profesión: «La Santa Iglesia Romana posee el supremo y pleno primado y principado sobre toda la Iglesia Católica. Ella verdadera y humildemente reconoce que ha recibido éste, junto con la plenitud de potestad, del mismo Señor en el bienaventurado Pedro, príncipe y cabeza de los Apóstoles, cuyo sucesor es el Romano Pontífice. Y puesto que ella tiene más que las demás el deber de defender la verdad de la fe, si surgieran preguntas concernientes a la fe, es por su juicio que estas deben ser definidas»65.

Finalmente se encuentra la definición del Concilio de Florencia: «El Romano Pontífice es el verdadero vicario de Cristo, la cabeza de toda la Iglesia y el padre y maestro de todos los cristianos; y a él fue transmitida en el bienaventurado Pedro, por nuestro Señor Jesucristo, la plena potestad de cuidar, regir y gobernar a la Iglesia universal»66.

Para cumplir este oficio pastoral, nuestros predecesores trataron incansablemente que el la doctrina salvadora de Cristo se propagase en todos los pueblos de la tierra; y con igual cuidado vigilaron de que se conservase pura e incontaminada dondequiera que haya sido recibida. Fue por esta razón que los obispos de todo el orbe, a veces individualmente, a veces reunidos en sínodos, de acuerdo con la práctica largamente establecida de las Iglesias y la forma de la antigua regla, han referido a esta Sede Apostólica especialmente aquellos peligros que surgían en asuntos de fe, de modo que se resarciesen los daños a la fe precisamente allí donde la fe no puede sufrir mella67. Los Romanos Pontífices, también, como las circunstancias del tiempo o el estado de los asuntos lo sugerían, algunas veces llamando a concilios ecuménicos o consultando la opinión de la Iglesia dispersa por todo el mundo, algunas veces por sínodos particulares, algunas veces aprovechando otros medios útiles brindados por la divina providencia, definieron como doctrinas a ser sostenidas aquellas cosas que, por ayuda de Dios, ellos supieron estaban en conformidad con la Sagrada Escritura y las tradiciones apostólicas.

Así el Espíritu Santo fue prometido a los sucesores de Pedro, no de manera que ellos pudieran, por revelación suya, dar a conocer alguna nueva doctrina, sino que, por asistencia suya, ellos pudieran guardar santamente y exponer fielmente la revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe. Ciertamente su apostólica doctrina fue abrazada por todos los venerables padres y reverenciada y seguida por los santos y ortodoxos doctores, ya que ellos sabían muy bien que esta Sede de San Pedro siempre permanece libre de error alguno, según la divina promesa de nuestro Señor y Salvador al príncipe de sus discípulos: «Yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y cuando hayas regresado fortalece a tus hermanos»68.

Este carisma de una verdadera y nunca deficiente fe fue por lo tanto divinamente conferida a Pedro y sus sucesores en esta cátedra, de manera que puedan desplegar su elevado oficio para la salvación de todos, y de manera que todo el rebaño de Cristo pueda ser alejado por ellos del venenoso alimento del error y pueda ser alimentado con el sustento de la doctrina celestial. Así, quitada la tendencia al cisma, toda la Iglesia es preservada en unidad y, descansando en su fundamento, se mantiene firme contra las puertas del infierno.

Pero ya que en esta misma época cuando la eficacia salvadora del oficio apostólico es especialmente más necesaria, se encuentran no pocos que desacreditan su autoridad, nosotros juzgamos absolutamente necesario afirmar solemnemente la prerrogativa que el Hijo Unigénito de Dios se digno dar con el oficio pastoral supremo.

Por esto, adhiriéndonos fielmente a la tradición recibida de los inicios de la fe cristiana, para gloria de Dios nuestro salvador, exaltación de la religión católica y salvación del pueblo cristiano, con la aprobación del Sagrado Concilio, enseñamos y definimos como dogma divinamente revelado que:

El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables.

[Canon] De esta manera si alguno, no lo permita Dios, tiene la temeridad de contradecir esta nuestra definición: sea anatema.

Dado en Roma en sesión pública, sostenido solemnemente en la Basílica Vaticana en el año de nuestro Señor de mil ochocientos setenta, en el decimoctavo día de julio, en el vigésimo quinto año de Nuestro Pontificado.

Papa Pío IX

Notas:
42 Ver 1Pe 2,25.

43 Ver Jn 17,20-21.

44 Ver Jn 15,19.

45 Ver Jn 20,21.

46 Ver Mt 28,20.

47 San León I Magno, Sermo 4, De natali ipsius, c. 2 (PL 54, 150c).

48 Jn 1,42.

49 Mt 16,16-19.

50 Jn 21,15-17.

51 Ver Mt 7,25; Lc 6,48.

52 Del discurso de Felipe, el legado papal, en la tercera sesión del concilio de Éfeso, 11, julio 431 (Denz. n. 112).

53 San León I Magno, Sermón 3, cap. 3 (PL 54, 146B).

54 San Ireneo de Lyón, Contra los herejes, l. III, c. 3, n. 2 (PG 7, 849A).

55 San Ambrosio de Milán, Epístola 11, c. 4 (PL 16, 986B [ed. 1866 y 1880]).

56 Concilio de Florencia, 6ta sesión.

57 Ver Jn 10,16.

58 Ver Hch 20,28

59 Greogorio I Magno, Carta a Eulogio de Alejandría, VIII, 29 (30) (MGH, Ep. 2, 31 28-30; PL 77, 933C).

60 Pío VI, Carta Super soliditate (28 Nov. 1786).

61 De la profesión de fe del Emperador Miguel Palaeólogo, leída en el segundo Concilio de Lyon, sesión IV, 6 de julio de 1274.

62 San Nicolás I, Carta al Emperador Miguel, 28 de setiembre de 865, (PL 119, 954).
63 Mt 16,18.

64 Fórmula del Papa Hormisdas, 11 de agosto de 515.

65 De la profesión de fe del Emperador Miguel Palaeólogo, leída en el segundo Concilio de Lyon, sesión IV, 6 de julio de 1274.

66 Concilio de Florencia, sesión VI.

67 San Bernardo, Carta 190 (Tratado a Inocencio II Papa contra los errores de Abelardo ) (PL 182, 1053D).

68 Lc 22,32.

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El Papa

Papa Pío XII bendice a la multitud el 12-03-39 tras la coronación Papal más triunfalista de los últimos dos siglos. (Hulton Getty)

El título de Papa es un término bastante actual que se utiliza para denotar al Obispo de Roma, quien en virtud a su posición como sucesor de Pedro, es el Jefe máximo de la Iglesia Católica, el Vicario de Cristo en la tierra.

Existen además otras denominaciones que lleva el Obispo de Roma: él es el Arzobispo de la provincia de Roma, Primado de Italia y de las islas adjacentes y absoluto Patriarca de la Iglesia occidental.

Los cuatro capítulos de la constitución «Pastor Aeternus», del Primer Concilio Vaticano, enfrentó respectivamente el oficio de la suprema cabeza conferida a San Pedro, a decir: la perpetuidad de ese oficio en la persona del Pontífice Romano, la juridiscción del Papa y su Suprema autoridad para definir todas las pregunas y dudas sobre la fe y la moral.

Para ver la lista de los Papas, clic aquí

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Fiesta de San Pedro y San Pablo

San Pedro

Tan atrás como en el siglo cuarto se celebraba una fiesta en memoria de los Santos Pedro y Pablo

San Pablo

en el mismo día, aunque el día no era el mismo en Oriente que en Roma. El Martirologio Sirio de fines del siglo cuarto, que es un extracto de un catálogo Griego de santos del Asia Menor, indica las siguientes fiestas en conexión con la Navidad (25 de diciembre): 26 dic. San Estéban; 27 dic. Santos Santiago y Juan; 28 dic. Santos Pedro y Pablo.

La fiesta principal de los Santos Pedro y Pablo se mantuvo en Roma el 29 de junio tan atrás como en el tercero o cuarto siglo. La lista de fiestas de mártires en el Cronógrafo de Filócalo coloca esta nota en la fecha – «III. Kal. Jul. Petri in Catacumbas et Pauli Ostiense Tusco et Basso Cose.» (=el año 258) . El «Martyrologium Hieronyminanum» tiene, en el Berne MS., la siguiente nota para el 29 de junio: «Romae via Aurelia natale sanctorum Apostolorum Petri et Pauli, Petri in Vaticano, Pauli in via Ostiensi, utrumque in catacumbas, passi sub Nerone, Basso et Tusco consulibus» (ed. de Rossi–Duchesne, 84).

La fecha 258 en las notas revela que a parir de ese año se celebraba la memoria de los dos Apóstoles el 29 de junio en la Vía Apia ad Catacumbas (cerca de San Sebastiano fuori le mura), pues en esta fecha los restos de los Apóstoles fueron trasladado allí (ver arriba). Más tarde, quizá al construirse la iglesia sobre las tumbas en el Vaticano y en la Vía Ostiensis, los restos fueron restituidos a su anterior lugar de descanso: los de Pedro a la Basílica Vaticana y los de Pablo la iglesia en la Vía Ostiensis.

En el sitio Ad Catacumbas se construyó, tan atrás como en el siglo cuarto, una iglesia en honor de los dos Apóstoles. Desde el año 258 se guardó su fiesta principal el 29 de junio, fecha en la que desde tiempos antiguos se celebraba el Servicio Divino solemne en las tres iglesias arriba mencionadas (Duchesne, «Origines du culte chretien», 5ta ed., París, 1909, 271 sqq., 283 sqq.; Urbano, «Ein Martyrologium der christl. Gemeinde zu Rom an Anfang des 5. Jahrh.», Leipzig, 1901, 169 sqq.; Kellner, «Heortologie», 3ra ed., Freiburg, 1911, 210 sqq.). La leyenda procuró explicar que los Apóstoles ocupasen temporalmente el sepulcro Ad Catacumbas mediante la suposición que, enseguida de la muerte de ellos los Cristianos del Oriente deseaban robarse sus restos y llevarlos al Este. Toda esta historia es evidentemente producto de la leyenda popular.

Una tercera festividad de los Apóstoles tiene lugar el 1 de agosto: la fiesta de las Cadenas de San Pedro. Esta fiesta era originariamente la de dedicación de la iglesia del Apóstol, erigida en la Colina Esquilina en el siglo cuarto. Un sacerdote titular de la iglesia, Filipo, fue delegado papal al Concilio de Éfeso en el año 431. La iglesia fue reconstruida por Sixto II (432) a costa de la familia imperial Bizantina. La consagración solemne pudo haber sido el 1 de agosto, o este fue el día de la dedicación de la anterior iglesia. Quizá este día fue elegido para sustituir las fiestas paganas que se realizaban el 1 de agosto. En esta iglesia, aún en pié (S. Pietro en Vincoli), probablemente se preservaron desde el siglo cuarto las cadenas de San Pedro que eran muy grandemente veneradas, siendo considerados como reliquias apreciadas los pequeños trozos de su metal.

De tal modo, la iglesia desde muy antiguo recibió el nombre in Vinculis, convirtiéndose la fiesta del 1 de agosto en fiesta de las cadenas de San Pedro (Duchesne, op. cit., 286 sqq.; Kellner, loc. cit., 216 sqq.). El recuerdo de ambos Pedro y Pablo fue más tarde relacionado con dos lugares de la antigua Roma: la Vía Sacra, en las afueras del Foro, adonde se decía que fue arrojado al suelo el mago Simón ante la oración de Pedro y la cárcel Tullianum, o Carcer Mamertinus, adonde se supone que fueron mantenidos los Apóstoles hasta su ejecución.

También en ambos lugares se erigieron santuarios de los Apóstoles y el de la cárcel Mamertina aún permanece en casi su estado original desde la temprana época Romana. Estas conmemoraciones locales de los Apóstoles están basadas en leyendas y no hay celebraciones especiales en las dos iglesias. Sin embargo, no es imposible que Pedro y Pablo hayan sido confinados en la prisión principal de Roma en el fuerte del Capitolio, de la cual queda como un resto la actual Carcer Mamertinus.

Tomado de: http://www.aciprensa.com

SANTOS PEDRO y PABLO, Apóstoles

29 de Junio

A ti te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que atares sobre la tierra, será atado también en los cielos. (San Mateo, 16, 19).

San Pedro, el Príncipe de los Apóstoles, y San Pablo, el Doctor de las gentes, cementaron con su sangre los cimientos de la Iglesia romana. San Pedro murió crucificado. A San Pablo se lo decapitó, el año 69. Los dos tuvieron la dicha de confirmar, con la efusión de su sangre, la doctrina que habían predicado con tanta elocuencia y confirmado con tantos milagros. Nerón, no te imagines haber triunfado: para siempre permanece la gloria del combate a favor de estos ilustres mártires, y muy pronto depondrán a tus sucesores de su trono; los césares abandonarán el Capitolio y cederán su lugar a los sucesores de San Pedro.

MEDITACIÓN SOBRE SAN PEDRO Y SAN PABLO

I. San Pedro había sido testigo ocular de la mayoría de los milagros de Jesucristo, y, con todo, lo negó tres veces en la noche misma de su Pasión. ¡Cuánta es la fragilidad del hombre abandonado a su propia miseria! Humillémonos, trabajemos en nuestra salvación con temor y temblor. Pero no desesperemos: basta una sola mirada de Jesús para sacarnos del pecado. Lloremos, pues, a ejemplo de San Pedro, que derramaba un torrente continuo de lágrimas al solo recuerdo de su perfidia.¡Que tus lágrimas sean como la sangre que brota de las heridas de tu corazón! (San Agustín).

II. San Pablo, de perseguidor de Jesucristo, llegó a ser el Apóstol de las gentes. ¿Qué somos nosotros? ¿Qué hemos hecho? Si nos hemos convertido como él, mantengámonos firmes en la virtud, y muramos antes que perder la gracia de Dios. Imitemos su paciencia en los sufrimientos, su celo por la salvación de las almas, su humildad, su amor por Jesucristo. Escuchemos lo que él nos dice: Sed mis imitadores como yo lo soy de Cristo.

III. Considera la honra que al presente reciben en la tierra estos dos Apóstoles. Los reyes, los emperadores y los papas se consideran dichosos de poder prosternarse ante las sagradas cenizas de un pescador y de un artesano, porque la santidad los ha hecho omnipotentes en el cielo. Ambiciosos: ¿qué son los honores del mundo, comparados a éstos? Regocijé monos de que Dios haya honrado tanto a sus servidores. Pero si los santos son así honrados en la tierra, ¿qué honores no recibirán en el cielo? Humillémonos, imitemos sus ejemplos y compartiremos su gloria.

La penitencia
Orad
por el Papa.

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis consagrado este día con el martirio de vuestros Apóstoles San Pedro y San Pablo, haced que vuestra Iglesia sea fiel en la observancia de los preceptos de los que han sido los primeros ministros de la santa Religión que ella profesa. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

SAN IRENEO DE LYON

Contra los Herejes

Padre de la Iglesia, nacido cerca del año 130 Obispo de Lyon (hoy día ciudad del sur de Francia)

CONTRA LOS HEREJES, es la primera gran síntesis teológica en la historia del cristianismo. Su autor es el más destacado teólogo y Padre de la Iglesia del siglo II, San Ireneo de Lyon, que a través de su maestro San Policarpo fue discípulo de San Juan. Representa del modo más puro la Tradición Apostólica.  Esta obra es de un interés particular, porque en la Providencia divina llegó a ser la fuente de la que brotaron muchas ideas y principios que en los siglos siguientes fecundaron la teología hasta el día de hoy.

Para leerla clic, aquí

Original de:

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Una de las Obras de San Ireneo

De su Tratado contra las herejías:

La economía de la encarnación redentora.

La Encarnación para la redención.

19 de diciembre

Lecturas de la liturgia de las horas

PRIMERA LECTURA
Del Libro del Profeta Isaías 47, 1, 3b-15

SEGUNDA LECTURA
Del Tratado de San Ireneo, Obispo, contra las herejías
(Libro 3, 20, 2-3: SCh 34, 342-344)

La gloria del hombre es Dios; el hombre, en cambio, es el receptáculo de la actuación de Dios, de toda su sabiduría y su poder.

De la misma manera que los enfermos demuestran cuál sea el médico, así los hombres manifiestan cuál sea Dios. Por lo cual dice también Pablo: Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos. Esto lo dice del hombre, que desobedeció a Dios y fue privado de la inmortalidad, pero después alcanzó misericordia y, gracias al Hijo de Dios, recibió la filiación que es propia de Éste.

Si el hombre acoge sin vanidad ni jactancia la verdadera gloria procedente de cuanto ha sido creado y de quien lo creó, que no es otro que el poderosísimo Dios que hace que todo exista, y si permanece en el amor, en la sumisión y en la acción de gracias a Dios, recibirá de Él aún más gloria, así como un acrecentamiento de su propio ser, hasta hacerse semejante a aquel que murió por él.

Porque el Hijo de Dios se encarnó en un carne pecadora como la nuestra, a fin de condenar al pecado y, una vez condenado, arrojarlo fuera de la carne. Asumió la carne para incitar al hombre a hacerse semejante a Él y para proponerle a Dios como modelo a quien imitar. Le impuso la obediencia al Padre para que llegara a ver a Dios, dándole así el poder de alcanzar al Padre. La Palabra de Dios, que habitó en el hombre, se hizo también Hijo del hombre, para habituar al hombre a percibir a Dios, y a Dios a habitar en el hombre, según el beneplácito del Padre.

Por esta razón el mismo Señor nos dio como señal de nuestra salvación al que es Dios-con-nosotros, nacido de la Virgen, ya que era el Señor mismo quien salvaba a aquellos que no tenían posibilidad de salvarse por sí mismos; por lo que Pablo, al referirse a la debilidad humana, exclama: Sé que no es bueno eso que habita en mi carne, dando a entender que el bien de nuestra salvación no proviene de nosotros, sino de Dios; y añade: ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo presa de la muerte? Después de lo cual se refiere al libertador: la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

También Isaías dice lo mismo: Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes, no temáis.» Mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona y os salvará; porque hemos de salvarnos, no por nosotros mismos, sino con la ayuda de Dios.

Ver otras de sus obras de su Tratado contra las herejías aquí


Tomado de:

http://www.corazones.org

SAN IRENEO, Obispo y Mártir

28 de Junio

Con sumo gusto sacrificaré todo y a mí mismo me sacrificaré por la salvación de vuestras almas. (2 Corintios, 12, 15).

San Ireneo es el apóstol de Lyon. Enviado a esta ciudad por San Policarpo, discípulo del Apóstol San Juan, predicó allí el Evangelio, y fue elegido para suceder al obispo San Fotino. Consagró toda su vida a combatir a los herejes. San Agustín y varios otros Padres de la Iglesia hablan con admiración de la santidad de su vida y de la excelencia de su doctrina. Fue martirizado en Lyon con gran parte de los habitantes de esta ciudad, en la persecución de Se vero, hacia el año 203.

MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA
DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

I. Considera lo que han sufrido los primeros héroes del cristianismo, en la ciudad de Lyon principalmente. Se los atormenta, se les confiscan los bienes, se los destierra, se los hace morir, todo sacrifican para conservar la fe. Compara sus sufrimientos con los tuyos. ¿No eres hijo descaecido de padres tan gloriosos? Si el cristiano es cargado de oprobios, se gloría de ellos; si es acusado, no se defiende; interrogado, confiesa la verdad; condenado, da las gracias. (Tertuliano).

II. Tanta era su mutua caridad que ponían sus bienes en común, dividiéndolos por igual entre ricos y pobres. ¿Qué se ha hecho esta caridad, entre los cristianos de nuestros días? La fe con la caridad es la fe del cristiano; la fe sin la caridad es la fe del demonio. (San Agustín).

III. La devoción a la Santa Eucaristía era la fuente de la constancia que mostraban en los tormentos estos ilustres soldados de Jesucristo. El pensamiento de los sufrimientos de Jesucristo sostenía su valor. Nosotros somos los hijos de esos santos, tenemos la misma fe, los mismos sacramentos; tenemos, además, el ejemplo de sus virtudes: nos es fácil imitarlos. ¿De dónde proviene, pues, que sucumbamos tan a menudo? Escuchemos las advertencias que estos gloriosos mártires nos dan desde el cielo. Guardaos, dicen, de perder en el puerto la fe que hemos conservado en medio de las tempestades.(San Euquerio).

La imitación de los primeros cristianos
Orad
por los incrédulos.

ORACIÓN

Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la solemnidad de vuestro mártir y pontífice, el bienaventurado Ireneo, haced, en nuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, experimentemos aquí abajo los efectos de su protección. Por J. C. N. S.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

Los santos que reinan con Cristo

28 de Junio

  • San Ireneo, Obispo y Mártir
  • San Argimiro, Mártir
  • San Basílides, Mártir
  • San Plutarco, Mártir
  • San Sereno, Mártir
  • San Potamiaena, Mártir
  • Santa Marcella, Mártir
  • San Heráclides, Mártir
  • Beato Herón, Mártir
  • San Germano de Valaam, Abad
  • San Sergio, Abad
  • San Pablo I
  • Beato Juan Southworth, Mártir

Santa Misa Dominical

DOMINGO 5º DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

(Doble – Ornamentos verdes )

 

 

 

 

 

 

Ve a reconciliarte con tu hermano.

 


La liturgia de este Domingo nos inculca sobre todo el perdón de las injurias, con la historia de David que sigue leyéndose en el Breviario, y un paso de las Epístolas del Apóstol S. Pedro, cuya fiesta cae en torno de este mismo Domingo.

Vencedor David del gigante Goliat fue vitoreado con entusiasmo por todo Israel, y por doquier se oía este grito: «Saúl ha muerto a mil, y David a diez mil! I (Filisteos.)

Con esto entró Saúl en celos, y la envidia carcomía su corazón, porque pensaba que iba a suplantarle en el trono de Israel. Y fue tal la melancolía y la saña que se apoderó de Saúl, que llegó a lanzar dos veces una saeta contra el cariñoso David, que le tañía el arpa por ver de calmarle y darle contento. Pero el dardo no le tocó, ni tampoco le hirieron en la guerra adonde le destinara el rey para exponerlo al peligro.

El genio malo de Saúl subió entonces de punto, y exasperado, entró cierto día en una caverna, tramando emboscada contra David. Éste, que se hallaba dentro de ella, pudo entonces matar a su injusto perseguidor. Dijéronle sus compañeros: Es el rey; el Señor te le entrega; éste es el momento de matarle con tu lanza. Pero David respondió: Jamás pondré mi mano en el que ha recibido la unción sagrada; y se contentó con cortar parte del fleco del manto de Saúl, mostrándoselo después desde lejos. Saúl al ver rasgo tan generoso, lloró, diciendo: ¡Hijo mío David, eres tú mejor que yo! Muerto Saúl en sangrienta refriega contra el Filisteo, no se alegró de ello David, antes mandó matar al infeliz Amalecita que, a ruegos del mismo rey, se había atrevido a acabar con su vida, y hasta cantó con amargas endechas su muerte, diciendo: ‘¡Montes de Gelboé! que ni rocío ni lluvia caigan más sobre vosotros… porque en vosotros cayeron los héroes de Israel: Saúl y Jonatás, amables en su vida, ni en la muerte se han separado’.

San Gregorio explica alegóricamente la maldición de David sobre el monte de Gelboé, y hasta llega a ver en Saúl, en el «Ungido del Señor», una figura de Cristo, el verdadero Rey, el verdadero Ungido y Mediador entre Dios y los hombres (II Noct.). Pero lo que más nos importa es recoger esas grandes lecciones de caridad, tanto más de admirar cuanto que se nos dan antes del Evangelio, y sin haber tenido David, como los tenemos nosotros, ejemplos tan elocuentes del perdón generoso de las injurias, como no fuera el ejemplo del Patriarca José. Verdaderamente David podía decir en los Salmos: «He devuelto bien por mal., y en esto era figura viva de Cristo nuestro Señor, el cual disculpaba y oraba por sus mismos sayones que le clavaban al madero. También la Epístola y el Evangelio(1) nos hablan del perdón de las injurias: «Vivid unidos de corazón en la oración, no devolviendo mal por mal, ni agravio por agravio. (Epist.) Y es que, además, no acepta Dios ningún sacrificio mientras haya entre nosotros alguna rencilla contra el prójimo. Tanto vale la caridad, ese mandato único que Cristo vino a traer tundo y que los compendia perfectamente a todos. Así resultó David, ungido después rey de Israel por los ancianos del pueblo en Hebrón, tomó por asalto la ciudadela de Sión, que desde entonces fue su ciudad y en ella colocó el Arca de la Alianza (Com.), recompensa debida a su caridad.

El  modo mejor de llegar a una caridad tan heroica como la de David, a esa fusión de corazones que tanto nos inculcan el Evangelio y la Epístola, será amar a Dios, y no desear sino los bienes eternos (Or.), y el morar en aquellos celestiales palacios, en que sólo se entra mediante la práctica ininterrumpida de esta hermosísima virtud.

El párroco celebra hoy la misa por sus feligreses.

Introito. Ps 26.

INTROITUS Exaudi Domine, vocem meam, qua clamavi ad te: adjutor meus esto, ne derelinquas me, neque despicias me, Deus salutaris meus. Ps. Dominus illuminatio mea, et salus mea: quem timebo? V. Gloria Patri… Introito – Escucha, Señor, mi voz, con que te he invocado; Señor; sé mi ayudador; no me abandones, ni me desprecies, Dios mío, y Salvador mío. – Ps. El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? Gloria al Padre, etc. V. Gloria al Padre.

Oración-Colecta

ORATIODeus, qui diligentibus te bona invisibilia praeparasti: infunde cordibus nostris tui amoris affectum: ut te in omnibus, et super omnia diligentes, promissiones tuas, quae omne desiderium superant, consequamur. Per Dominum.
R. Amen
Oh Dios, que tienes bien preparados bienes invisibles a los que te aman, infunde en nuestros corazones el afecto de tu amor para que, amándote en todo y sobre todo consigamos un día esas tus promesas, que exceden a todo deseo. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.R. Amen.

Conmemoración

Epístola

El buen cristiano debe estar dispuesto a devolver bien por mal, y a perdonar y aun a bendecir al enemigo, por amor a Jesucristo; eso le reportara en la vida una gran paz y alegría y le preparara para los mayores heroísmos.

EPISTOLALectio Epistolae beati Petri Apostoli (I, 3, 8-15,) Carisimi: Omnes unianimes in oratione estote, conpatientes fraternitatis amatores, misericordes, modesti, humiles: non reddentes malum pro malo, nec maledictum pro maledicto: sed e contrario benedicentes: quia in hoc vocati estis ut benedictionem hereditate possideatis. Qui enim vult vitam diligere et dies videre bonos coerceat linguam suam a malo et labia eius ne loquantur dolum. Declinet autem a malo, et faciat bonum inquirat pacem et sequatur eam. Quia oculi Domini super iustos et aures eius in preces eorum vultus autem Domini super facientes mala. Et quis est qui vobis noceat si boni aemulatores fueritis? Sed et si quid patimini propter iustitiam beati. Timorem autem eorum ne timueritis, et non conturbemini. Dominum autem Christum sanctificate in cordibus .
Lección de la Epístola del Apóstol S. Pedro: (3, 8-15) Carísimos: Perseverad todos unánimes en la oración; sed compasivos, amantes de todos los hermanos, misericordioso, modestos humildes; no volviendo mal por mal, ni maldición por maldición; sino por el contrario, bendecid a los que os ofenden; porque a esto sois llamados, a fin d que poseáis en herencia la bendición celestial. Así pues, «El que de veras amar la vida, y quiere vivir días dichosos, refrene su lengua del mal, y sus labios no se desplieguen en favor de la falsedad. Huya del mal, y obre el bien; busque la paz, y sígala. Porque Dios tiene puestos los ojos sobre los justos, y está pronto a oír sus súplicas: pero mira con enojo a los que obran mal. ¿ y quién habrá que os pueda hacer daño, si os empleáis en hacer el bien? Pero si sucede que padecéis algo por amor a la justicia, sois bienaventurados. No temáis nada de cuanto os puedan hacer vuestros enemigos, ni perdáis la paz. Mas, bendecid a Nuestro Señor Jesucristo en Vuestros corazones.
Gradual – Oh Dios, Protector nuestro, míranos y pon los ojos en estos tus siervos. Oh Señor, Dios de los ejércitos, escucha las oraciones de tus siervos.
GRADUALE (Ps. 27 ) Protector noster, aspice, Deus: et respice super servos tuos. V. Domine Deus virtutum, exaudi preces servorum tuorum.Alleluia, alleluia. Domine, in virtute tua laetabitur rex, et super salutare tuum exsultabit vehementer. Alleluja. Gradual – Vuélvete a mirarnos, oh Dios, Protector nuestro, y pon los ojos en estos tus siervos.
Aleluya, aleluya – V.  Oh Señor, en tu poder hallará el rey su alegría, y saltará de gozo por la salvación que le enviarás. Aleluya.

Evangelio

La caridad fraterna es tan de la esencia del cristianismo, que sin ella nada es agradable a Dios, ni siquiera los más preciosos dones, ni aun la más fervorosa oración.

 

USequéntia sancti Evangélii secúndum Mathaeum ( 5, 20-24) In illo témpore: Dixit Jesus discipulis suis: Nisi abundaverit iustitia vestra plus quam scribarum et pharisaeorum non intrabitis in regnum caelorum. Audistis, quia dictum est antiquis: Non occides: qui autem occiderit reus erit iudicio. Ego autem dico vobis: quia omnis qui irascitur fratri suo reus erit iudicio. Qui autem dixerit fratri suo, raca reus erit concilio. Qui autem dixerit fatue reus erit gehennae ignis. Si ergo offeres munus tuum ad altare et ibi recordatus fueris quia frater tuus habet aliquid adversum te: relinque ibi munus tuum ante altare et vade prius reconciliare fratri tuo et tunc veniens offers munus tuum.

Credo.

U Continuación del Santo Evangelio según San Mateo – En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es más cumplida que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a vuestros mayores: ‘No matarás;’ Y quien matare, será condenado en juicio(2). Yo os digo aún más: quienquiera que tome ojeriza con su hermano, merecerá que el juez le condene. Y el que le llamare ‘raca’(3), merecerá que le condene la asamblea. Mas, quien le llamare ‘fatuo’, reo
será del fuego del infierno. Por tanto, si al tiempo de presentar tu ofrenda en el altar, allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y después volverás a presentar tu ofrenda»
(4). Credo.

 

OFFERTORIUM Benedicam Dominum, qui tribuit mihi intellectum: providebam Deum in conspectus meo semper: quooniam a dextris est mihi, ne commovear..  OfertorioAlabaré al Señor, que me dio a comprender su santísima voluntad; yo contemplo al Señor siempre delante de mi, porque está a mi diestra, para que no me bambolee

 

 

 

Oración-Secreta

 

Propitiare, domine, suplicationibus nostris: et has oblations famulorum famularumque tuarum benignus assume: ut, quod singuli obtulerunt ad honorem nominis tui, cunctis proficiat ad salutem. Per Dominum. Atiende propicio a nuestros ruegos, Y recibe benigno estas ofrendas de tus siervos y siervas, para que lo que cada cual ha ofrecido en honor de tu Nombre, lo aproveche para su salvación. Por Nuestro Señor, etc.

 

Conmemoración

Prefacio de la Santísima Trinidad

 

Vere dignum et justum ets aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui cumm unigenito  Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personae, sed in unius Trinitate substantiae. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione verae, sempiternaeque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur aequalitas. Quam laudat Angeli atque Arcangeli, Cherubim quoque ac Sraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes: Sanctus, Sanctus, Sanctus… Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tu revelado, acerca de tu gloria, creémoslo igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin haber diferencia ni separación. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro: Santo, Santo, Santo, etc.
COMMUNIO Unam petii a Domino, hanc requiram; ut inhabitem in domo Domini omnibus diebus vitae meae.
Comunión.Una sola Cosa he pedido al Señor, y con todo empeño la procuraré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida(5).

 

Oración-Postcomunión

 

Quos caelesti, Domine, dono satiasti: praesta,quaesumus; ut a nostris mundemur occultis, et ab hostium liberemur insidiis. Per Dominum < Señor   oh Haz,   > Concede, Señor, a los que acabas de alimentar con el Don Celestial, que seamos limpios de nuestras culpas ocultas, Y libres las asechanzas del enemigo. Por Nuestro Señor Jesucristo.

 

Conmemoración

 

  • (1) Queriendo inculcarnos esto la liturgia, se ha permitido añadir las palabras in oratione al texto de San Pedro. Así se ve más facilmente la íntima conexión de la Epístola con el texto Evangélico. (volver)

  • (2) Los escribas y fariseos se contentaban con observar la letra de la ley, no el espíritu; los cristianos, en cambio, debemos atender ante todo a su espíritu. Ellos se contentaban con no matar corporalmente; nosotros, debemos, además, no molestar ni hacer daño alguno a los demás. (volver)
  • (3)“Raca” significa mentecato, imbecil, cabeza vacía. (volver)
  • (4) Dios no acepta gustoso las ofrendas, por ricas y santas que sean, si quien las presenta esta lleno de saña y de rencor contra el prójimo, o sabe que tiene a alguno ofendido o justamente resentido. (volver)
  • (5) Para poder habitar eternamente en el Cielo, que es la verdadera morada de Dios, es menester vivir siempre en el seno de la verdadera Iglesia, sin separarse de ella ni por herejía, ni por el cisma ni por el incumplimiento de los deberes religiosos. Por eso, la perseverancia en la fe y en el bien obrar, dentro de la Santa Iglesia Católica, debe ser el blanco de nuestras continuas y ardientes plegarias. (volver)

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO (*)

27 de Junio

EL ORIGINAL ESTÁ EN LA IGLESIA DE SAN ALFONSO, EN ROMA.

Pocos casos hay en la historia de la Iglesia de difusión tan rápida y universal de una devoción mariana como es la del culto al famoso cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Era el día 23 de junio del año 1867, domínica infraoctava del Corpus, cuando, en la iglesia de padres redentoristas de Roma, el decano del Capítulo Vaticano, patriarca de Constantinopla (después cardenal), daba comienzo a la ceremonia de coronación de la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Con anterioridad, el día 12 de mayo del mismo año, habían aprobado por unanimidad los capitulares el proyecto de coronación, declarando en público decreto que dicho cuadro reunía todas las condiciones para tal honor: antiquísimo culto de más de tres siglos y fama de muy milagroso. Se señaló para la litúrgica conmemoración. de aquélla fiesta la domínica que precede a la Natividad de San Juan Bautista. Hoy se celebra trasladada al 27 de junio en el calendario universal de la Iglesia.

¿Cuál es la historia de este cuadro, desde entonces tan celebrado en las cinco partes del mundo?

Precisamente uno de los diputados por el Cabildo Vaticano para la coronación era Pedro Wenzel, subprefecto después del Archivo Secreto Vaticano, quien, años andando, en 1903 comunicó a un padre redentorista, investigador del origen de este cuadro por Bibliotecas y Archivos vaticanos, un interesante documento manuscrito que constituía la fuente primaria para la historia de la venerada imagen. Hallábase el documento en un códice manuscrito de Franciscus Turrigius (s. XVI), También se hallaron dos relaciones del mismo en la obra manuscrita en veintiséis grandes volúmenes de Io. Antonius Brusius (s. XVII) sobre antigüedades sacras de Roma. El documento primitivo, escrito en pergamino, fijo en una tabla, estaba colocado en el cancel que cerraba el altar mayor de la iglesia de San Mateo in Merulana. Ambos autores copiaron el original, que, por ser largo, lo resumiremos aquí.

Un comerciante de Creta robó de una iglesia el cuadro milagroso y se dio a la mar, ocultando el cuadro entre las mercancías. Sobrevino una tempestad y todos, sin saber del cuadro, invocaban a la Virgen. Serenóse el mar y tomaron puerto. Un año después el comerciante, con el cuadro, llegaba a Roma. Enfermó el cretense y un amigo romano se lo llevó a su casa. En el trance de la muerte el cretense contó al romano el robo del cuadro, sin honor entre sus mercancías, rogándole que lo colocase en una iglesia donde se le diera culto. Lo prometió el romano. Muerto el mercader, hallaron, en efecto, el cuadro, mas la mujer del piadoso amigo persuadió a su marido a quedarse con el cuadro, reteniéndolo nueve meses. La Virgen, en una visión, dijo al romano que no hiciera tal, sino que lo colocara en lugar más decente. No obedeció. Volvió la Virgen segunda y tercera vez, amenazándole entonces con una mala muerte si no lo ponía en una iglesia. Temió el romano y rogó a su mujer que regalara el cuadro a alguna iglesia. Negóse ella con muchas razones y el marido se conformó. La Virgen volvió a hablar al romano: «Te avisé, te amenacé, no has querido obedecer. Tendrás que salir tú primero, para salir yo después en busca de lugar más honorable”. Y se murió el romano. Se apareció la Virgen a una hija suya de seis años y le dijo: «Avisa a tu madre y a tu tío, y diles que Santa María del Perpetuo Socorro quiere que la saquéis de casa si no queréis morir todos muy pronto». Contó la niña, temió la madre, que había tenido la misma visión, y se determinó a obedecer. Pero en esto una vecina, enterada de lo ocurrido, la decide con muchas y poco piadosas razones a que no lo haga. Volvió la vecina a casa, pero enfermó de peste. Entonces invocó a la Virgen y se curó. Volvió la Virgen a la niña para que dijese a su madre: que quería ser llevada a cierta iglesia llamada de San Mateo, entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Obedeció la madre y, avisando a los frailes agustinos que llevaban aquella iglesia, con acompañamiento de todo el clero Y pueblo fue trasladado el cuadro y el mismo día de la traslación hizo el primer milagro.

La fecha de la traslación fue el 27 de marzo de 1499, reinando Alejandro VI, y la data del documento fue entre la fecha anterior y el año 1503, en que murió dicho Papa. Brutius decía que la letra y el color denunciaban la fecha.

Quedó allí la imagen durante tres siglos (1499-1798). Las tropas de Napoleón ocuparon Roma y, entre otras iglesias, derribaron la de San Mateo. Los agustinos irlandeses que la regentaban se pasaron con el cuadro a la próxima iglesia de San Eusebio y, de allí, a la de Santa María in Posterula. En el año 1855 tomaba el hábito de redentorista el joven Miguel Marchi. De niño había sido monaguillo en la casi extinta comunidad de agustinos, custodios del cuadro que ignoraban. Pero un lego, fray Agustín Orsetti, muy viejo, que había conocido el culto y los milagros de la Virgen olvidada, decía con frecuencia al monaguillo: «Sábetelo bien, Miguelito. La Virgen de San Mateo la tenemos en el oratorio. No lo olvides… ¡Era muy milagrosa!». Y no lo olvidó. Enterado el superior general de los padres redentoristas, reverendísimo padre Nicolás Maurón, se presentó con el padre Marchi a Pío IX. Le refirió el caso del milagroso cuadro, su paradero, ser voluntad de la Virgen exponerla al culto entre San Juan de Letrán y Santa María la Mayor, término que coincidía precisamente con el solar de los redentoristas. Acogió Pío IX las súplicas y pocos días después, por billete escrito de propio puño, ordenó (11 de diciembre de 1865) al cardenal prefecto de la Propaganda gestionase la entrega del cuadro a los padres redentoristas. Así se hizo.

El día 26 de abril de 1866 recorrió el cuadro de nuevo las calles de Roma. Al año siguiente, como dijimos al principio, fue coronado por el Cabildo Vaticano. Desde entonces no ha cesado su devoción de recorrer aldeas y ciudades de las cinco partes del mundo con gran fruto espiritual de conversiones.

El cardenal Francisco Ehrle, S. I., decía a un padre redentorista: «No hay Virgen romana más documentada que la Virgen del Perpetuo Socorro».

Descripción del cuadro.-Su tamaño es de 53 por 41,5 centímetros. Está pintado al temple y en nogal. Fue restaurado por el artista polaco Novodny en 1866. La Virgen viste túnica roja, peplos o manto azul marino con vueltas verdes y esclavina. El quecrúfalos, redecilla o pañuelo verde, le recoge el cabello. El Niño viste túnica verde con cinturón púrpura y manto marrón claro. A la derecha de la figura San Miguel, túnica jacinto, manto y paño de honor verdes. A la izquierda, San Gabriel, túnica, manto y paño de honor jacinto. Todos los personajes nimbados. Los pliegues de los paños van acusados con reflejos de oro. El fondo es oro. Los personajes llevan sus nombres en abreviaturas griegas: Jesús-Cristo, Madre de Dios, el arcángel Miguel, el arcángel Gabriel. Los trazos sobre las letras son signos ortográficos y de abreviación.

Composición del cuadro.- No es una simple imagen o retrato de María. Es una escena, una especie de cuadro de género. Para ello no basta que haya en la escena varios personajes. Es preciso que el pedazo de vida que allí se vive encadene y relacione a los personajes unos con otros, no con inscripciones o guiones, sino con el gesto, la mirada, el sentido. Es un momento simbólico de la vida de María.

Su momento feliz es interrumpido por una visión terrible: la Pasión, cuyos instrumentos presentan los ángeles al Niño. Este vuelve la mirada consternado hacia la aparición. Con el movimiento brusco de terror contrae el pie izquierdo y la sandalia se le desprende. Las manecitas se aferran al pulgar de la Madre. Por eso la llaman a veces los rusos la Virgen del pulgar (Taletskaia Bojia Mater). La mirada de la Virgen trasciende el cuadro y pasa al espectador.

Escuela y fecha.- La flexibilidad de la escena denota la presencia del realismo italiano. Sin embargo, la técnica es bizantina. Su dibujo es más rígido que el de sus contemporáneos italianos, tiene más de calco que de inspiración personal. No es un cuadro hecho en Italia como sus congéneres de Cimabue, Bernabé de Módena y Botticelli. Es un cuadro bizantino con influencias italianas. La isla de Creta era entonces colonia veneciana. Un ejemplar de nuestro cuadro está firmado por Andreas Rico de Candía (s. XV). El nuestro parece más antiguo que sus similares esparcidos por Italia. Kondakof y Muratof, disintiendo a veces, convienen en la inspiración italiana y lo atribuyen a la escuela ruso-bizantina de Novgorod, entre los siglos XIV y XV. En Rusia las Metsnaia ikona (imágenes de asiento) o Poklonnaia ikona (imágenes grandes) estaban fijas en el Iconostasio. Las Vírgenes de la Pasión (nuestro cuadro) eran imágenes de la devoción íntima y se llamaban Domovaia (imagen doméstica) o Molennaia ikona (imagen pequeña).

Los papas han tenido siempre particular devoción al cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Pío IX lo regaló a los católicos de Zitomir (Rusia), que le pedían una de las Vírgenes más veneradas en Roma. León XIII se la dio a los misioneros de la Asunción que partían para Bulgaria. San Pío X la regaló a la emperatriz abisinia Taitú. Benedicto XV la tenía sobre su trono; para el 50 aniversario de la exposición al culto del prodigioso cuadro acuñó, a sus expensas, una medalla conmemorativa con su busto y la imagen del Perpetuo Socorro. Pío XI la puso en el escudo de la misión pontificia para socorrer a los niños hambrientos de Rusia. Hoy se la considera como símbolo de enlace entre la Iglesia romana y las Iglesias orientales disidentes, para la unión. Es cosa menos que interminable enumerar las naciones y centros en que a la Virgen del Perpetuo Socorro se le tributa culto especial. Baste decir que se halla extendida su devoción por las cinco partes del mundo. Sólo destacaremos las formas más significativas de este culto.

Existe la Archicofradía de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de la que Pío IX quiso ser el primer archicofrade, encabezando las listas. También lo fue Alfonso XIII, cuya curación, en una gripe infantil, se atribuyó a una estampa de la Virgen colocada en su cuna. La Archicofradía tiene una sección especial: la Súplica Perpetua, por la que los socios se comprometen a orar media hora todos los meses ante el cuadro. Está también en plena vitalidad la Visita Domiciliaria por medio de capillas portátiles. En muchos países extranjeros existe la Novena Perpetua, sobre todo en los pueblos anglosajones, originaria de los Estados Unidos, que celebra una función religiosa como de media hora un día a la semana, durante todo el año. Pero esa función se repite, como en San Luis (Estados Unidos) once veces por día, para dar entrada a las oleadas de devotos. Estos, en la iglesia de Boston, no bajan de 20.000 el día semanal de la novena. El centro de Manila es asombroso. En Baclarán, barrio de la capital, se ha construido una iglesia capaz para 12.000 personas. En los días de Novena Perpetua el municipio organiza servicio especial de tranvías y autobuses, con un promedio de 60.000 asistentes en los siete ejercicios al día. El delegado apostólico, monseñor Panico, decía: “La Novena Perpetua es la gracia más grande que Dios ha dado a Filipinas después de su conversión al cristianismo». A estas Novenas Perpetuas asisten muchos no católicos. El padre Juan Herat, oblato de María Inmaculada, decía que, en su parroquia de Colombo, asistían los miércoles de la Novena 30.000 personas entre católicos, hindúes, budistas, mahometanos, parsis y protestantes. Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Alemania, Inglaterra la tienen en la mayor parte de sus iglesias. Son cientos de miles los lugares misionados adonde se ha llevado el cuadro y su devoción. Varios cientos de miles suman los ejemplares de las revistas de su nombre. Los altares erigidos en su honor son innumerables. Un cronista extranjero contaba por el año 1916 unos 1.200 altares sólo en pueblos de Andalucía. En España, además de la devoción privada que todo español conoce, tiene esta Virgen el homenaje de instituciones públicas de que es ella Patrona, así: Sanidad Militar, Colegios Médicos, Beneficencia Municipal de Madrid, en el Ministerio de la Gobernación, Asociación Mutua de Socorros, el Seguro Español, Mutualidad de Peritos del Ministerio de Agricultura, Ministerio de Hacienda. En Méjico y en las naciones de Centro y Sudamérica florece la devoción en prácticas piadosas y frutos de bendición, como en cualquier nación europea.

No basta la distancia remota de los pueblos para limitar su devoción. A principios de siglo unos misioneros austriacos, en misión rodante por el Transiberiano, llevaron el cuadro desde Moscú a VIadivostok. En Africa lo presentan al culto los misioneros del Alto Níger (franceses), del Congo (belgas), de Africa del Sur (ingleses). También en Oceanía los misioneros de Nueva Guinea. Siete catedrales de Australia y Nueva Zelanda celebran la Novena Perpetua. En Newcastle (Oceanía) cinco estaciones radiofónicas comerciales transmiten la Novena Perpetua. En 1948 el padre Henry, oblato de María Inmaculada, llevaba el cuadro al Polo Norte, al 70º de latitud, península de Boothia.

Como se ve, esta devoción tiene un marcado carácter universalista, con un fruto abundante de conversiones.

RODRIGO BAYÓN, C. SS. R.

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO

Oh María, Madre bendita del Socorro, concededme que siempre pueda invocar vuestro dulcísimo Nombre porque él es ayuda del que vive y salud del que muere. Oh, Virgen Santísima del Socorro, haced que vuestro nombre sea de hoy en adelante la respiración de mi vida. Señora y Madre mía, no tardéis en socorrerme siempre que os llame, ya que en todas las tentaciones que han de combatirme, en todas las necesidades que se me presenten yo no quiero nunca dejar de llamaros, exclamando siempre: María, Madre mía. ¡Qué alivio, qué dulzura, qué confianza y qué ternura siente mi alma con sólo invocar vuestro nombre y con sólo pensar en Vos! Mil gracias doy a Dios por haberme dado para mi bien este nombre tan dulce, tan amable y tan poderoso; y V os, oh portentoso Señor de los Milagros, concededme que escudándome bajo el nombre y la protección de la Virgen Santísima del Socorro, merezca, por su intercesión, verme libre de todo peligro y de todo mal en la tierra, a fin de poder bendecir su nombre y adoraros a Vos en la eterna bienaventuranza. Así sea.

* Año Cristiano, Tomo II, biblioteca de Autores Crisitianos, Madrid, 1966.

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SAN LADISLAO, Rey y Confesor

27 de Junio

Todo árbol bueno produce buenos frutos, y todo árbol malo da frutos malos. (San Mateo, 7, 17).

Ladislao, primer rey de Hungría, unía a sus cualidades de héroe las virtudes de un santo. Fue padre para su pueblo sostén para la Iglesia, y protector para los desventurados. Consagraba todo su tiempo a los deberes de su cargo y a los ejercicios de piedad. Su reputación de sabiduría y de valentía hizo que se le encomendase el mando de la gran cruzada contra los sarracenos. En momentos en que se preparaba para ir a libertar la Tierra Santa, lo llamó Dios a la celestial Jerusalén, el año 1095.

MEDITACIÓN EL CRISTIANO
DEBE HACER MUCHAS BUENAS OBRAS

I. Hay árboles que producen hojas y flores, pero nunca frutos. Los hipócritas son semejantes a estos árboles: tienen una devoción de escaparate y de alarde. Todo lo que hacen, lo hacen únicamente para parecer virtuosos y atraerse las alabanzas de los hombres. El vicio es horrible bajo cualquier color que se presente: pero es infinitamente más horrible aun cuando se oculta bajo las exterioridades de la virtud. (San Jerónimo).

II. Algunos árboles no dan frutos o no dan sino malos. Son los cristianos que se entregan a sus pasiones, y no se preocupan en absoluto de corresponder a las gracias y a las inspiraciones que Dios les envía. Para hacerlos volver en sí, Dios los prueba mediante la enfermedad, los reveses de fortuna, la pérdida de un pariente o de un amigo. No te asombres si cada día eres más probado, pues cada día te haces más malo. (Salviano).

III. Hay árboles que dan fruto, pero en pequeña cantidad. ¿No eres tú del número de estos árboles mezquinos para con la mano que los ha plantado? ¿No es verdad, acaso, que no produces sino pocas obras buenas, que no haces sino aquello que estás obligado a hacer? y aun en esto faltas a menudo. ¿Dónde estarías tú si Dios te tratase del mismo modo? ¿Estaba obligado acaso a crearte, a conservarte, a redimirte, a colmarte de tantas gracias de elección? ¡Oh Dios mío, cuán generoso sois conmigo y cuán mezquino soy yo con vos! ¡Cómo si no fuese trabajar para nosotros mismos el serviros!

El celo de las buenas obras
Orad
por el aumento
de las obras de caridad.

ORACIÓN

Oh Dios, que todos los años nos dais un nuevo motivo de alegría con la solemnidad del bienaventurado Ladislao, vuestro confesor, haced que celebrando su nacimiento al cielo, imitemos sus obras. Por J. C. N. S. Amén.

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Los santos que reinan con Cristo

27 de Junio

  • Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
  • San Ladislao de Hungría, Rey y Confesor
  • San Zoilo, Mártir
  • San Mtasmindeli, Abad
  • San Acisclo, Mártir
  • San Juan Chinon
  • San Sansón de Constantinopla
  • Beato Bienvenido de Gubbio
  • Beata Francisca Lanel, Mártir
  • Beata Magdalena Fontaine, Mártir
  • Beata Teresa Fantou, Mártir
  • Beata Juana Gerard, Mártir

SANTOS JUAN y PABLO, Mártires

26 de Junio

Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey. (1 San Pedro 2,17).

San Juan y San Pablo eran hermanos, Constancia, hija de Constantino, en reconocimiento de sus leales servicios, les había legado una fortuna considerable de que se sirvieron para alimentar a los pobres de Jesucristo. El emperador Juliano los invitó a ir a su corte; pero respondieron que no querían tener trato con un príncipe que había renunciado a Jesucristo. Dióles el emperador un plazo de diez días para que se determinasen a adorar a Júpiter, lapso que aprovecharon para distribuir a los pobres los bienes que les quedaban. Cuando, al cabo de los diez días, Terenciano, capitán del cuerpo de guardias, vino a preguntarles qué decisión habían tomado, le respondieron que estaban dispuestos a dar la vida por el Dios que adoraban. Y fueron decapitados. El hijo de Terenciano fue librado del demonio que lo poseía, en la tumba de estos mártires. Este milagro convirtió a su padre.

MEDITACIÓN SOBRE TRES CLASES
DE IMÁGENES DE DIOS

I. Hay imágenes vivas del verdadero Dios, y Él nos manda que las honremos. Son nuestros superiores espirituales y todas las personas consagradas a Dios. Son imágenes de Jesucristo. Les ha participado su autoridad. Quien los menosprecia, al Salvador mismo menosprecia. El honor que les rinde recae sobre Jesucristo mismo que los ha enviado. Sus defectos personales no te deben impedir honrar el carácter que invisten. Quien os desprecia, a Mí me desprecia, quien os escucha, a Mí me escucha. (Jesucristo).

II. Los príncipes y los reyes, vuestros padres, vuestros patronos, vuestros superiores temporales también merecen que los honres como a imágenes de Dios, y como a sus lugartenientes en la tierra. La autoridad que tienen sobre ti de Dios proviene; debes obedecerles mientras no te manden nada contrario a la ley divina. Pero si, como Juliano el Apóstata, quieren apartarte del servicio de Dios, no tengas con ellos complacencias criminales. No seas como esos paga nos, que tienen más respeto para el emperador que para sus dioses. (Tertuliano).

III. Los santos que viven en la tierra, tanto como aquellos que reinan ya en el cielo, son las imágenes más perfectas de Jesucristo, porque los ha hecho partícipes de su santidad; les debes, a este título, honores totalmente particulares. Ten devoción, pues, a los santos que están en el cielo. Respeta a los que viven en la tierra y busca su compañía. Conversando con ellos aprenderás a imitar a Jesucristo, cuyas copias fieles son: Despójate de la figura del siglo, y fórmate según la imagen del Salvador. (San Pedro Crisólogo).

El vencimiento del respeto humano
Orad
por los pastores de la Iglesia.

ORACIÓN

Haced, os lo suplicamos, Dios omnipotente, que experimentemos este día doble gozo con ocasión del triunfo de los bienaventurados Juan y Pablo, a quienes una misma fe y un mismo martirio hicieron verdaderamente hermanos. Por J. C. N. S. Amén.

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SAN GUILLERMO, Abad

25 de Junio

Tened un mismo sentir, conservad la paz, y el Dios de la paz y del amor estará con vosotros. (2 Corintios, 13, 11).

San Guillermo, para dedicarse más libremente a la oración, se retira al Monte Virgen en el reino de Nápoles; pero su reputación de santidad síguelo a su retiro, y lleva a él a gran número de personas que desean practicar, bajo su dirección, los ejercicios de la vida ascética. Llégasele también una mujer para tentarlo. Revuélcase el santo sobre carbones encendidos y Dios no permite que sufra la menor quema dura. Su muerte, predicha por él, tuvo lugar el 25 de junio de 1142.

MEDITACIÓN SOBRE LA PAZ DEL ALMA

I. Vive en paz con el prójimo; disimula, sufre antes de romper la paz y faltar a la caridad. Si algún acontecimiento viene a turbar esta paz, restablécela lo antes posible: cede algo de tus derechos, en interés de la paz y de la unión. En esto se conocerá si eres imitador de Jesucristo, si amas la paz y la caridad; y esta paz, que conservas con todos, es guerra cruelísima que haces al demonio. La paz entre vosotros es la guerra contra él. (Tertuliano)

II. Con todo, es preciso romper esta paz con el prójimo, cuando ella te obligue a hacer la guerra a Dios. Tienes un amigo peligroso, un pariente que te arrastra al vicio, un inferior que se entrega al libertinaje; es preciso advertirle, aun a riesgo de que se aleje de ti y se haga tu enemigo: vale más romper con los hombres que con Dios. Ninguna paz con los pecadores, ninguna paz con el vicio. Esa calma sería una tempestad. (San Jerónimo).

III. Conserva no obstante la paz de tu alma, al precio que sea. El espíritu de Dios ama a los corazones apacibles y a las almas tranquilas. Si siempre te acuerdas que Dios permite todo lo que te sucede, para su gloria y para tu mayor bien, los acontecimientos, aun los más fastidiosos, no podrán alterar tu paz, ni arrebatar tu dicha. ¿Qué más precioso y más dulce para el corazón, qué más calmo y más tranquilo en la tierra que una buena conciencia? (San Bernardo).

La paz del alma
Orad
por la paz en el seno
de las familias.

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis dado el ejemplo y la ayuda de los santos para abrir a nuestra flaqueza el camino de la salvación, haced que honrando los méritos del bienaventurado Guillermo, abad, aprovechemos sus sufragios y caminemos siguiendo sus huellas. Por J. C. N. S. Amén.

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CULTO A SAN JUAN BAUTISTA

¡San Juan Bautista, ora pro nobis!

Goza de un culto privilegiado San Juan Bautista, no como apóstol, sino por ser Precursor del Señor, celebrando la Liturgia dos fiestas en su honor y (Degollación, 29 agosto, y Nacimiento, 24 junio) citando su nombre en el Confiteor, Oblación y Evangelio de San Juan.

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NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

24 de Junio

En verdad, os digo, ninguno de entre los hijos de mujer ha sido mayor que Juan Bautista. (San Mateo, 11, 11).

Toda la tierra se alegra del nacimiento de San Juan; pero, ¿no debemos nosotros afligirnos al comparar lo que él ha hecho con lo que hacemos nosotros? Él deja el mundo y se retira al desierto para hacer penitencia; su alimento es un poco de miel silvestre con langostas; su vestidura, la piel de un camello. Sus ejemplos, más aun que sus palabras, son una exhortación a la penitencia. Viendo a Jesucristo, ex clama: He ahí el Cordero de Dios que quita los peca dos del mundo; y el Salvador quiere ser bautizado por él.

MEDITACIÓN SOBRE SAN JUAN BAUTISTA

I. He aquí un penitente que no es culpable de pecado alguno, y a quien la presencia de Jesús,  oculto en el seno de su Madre, ha purificado antes de su na cimiento hasta de la mancha original. ¿Qué falta había cometido él cuando se retiró al desierto a hacer penitencia? Nos enseña con ello que el hombre, aun el más inocente, debe hacer penitencia. ¿Comenzaste tú este ejercicio? Te parece muy penoso, y he aquí un niño que lo hace como juego. Pon manos a la obra, y pronto experimentarás cuán indecible satisfacción reserva Dios a los que renuncian al placer para darse a Él. ¡Cuán instantáneamente pareció dulce a mi corazón privarse de las dulzuras de las vanidades del mundo! Temía perder las, y dejarlas llegó a ser para mí la fuente de la dicha. (San Agustín).

II. Temprano comienza este santo su penitencia y la prolonga hasta el fin de su vida. N o basta que te mortifiques por algún tiempo, hay que hacerla hasta la muerte. Siempre tienes contra ti a tu cuerpo, al demonio y al mundo. El único medio para triunfar de estos tres enemigos es combatirlos sin des canso hasta el fin. Piensa en el infierno que debes evitar, en el paraíso que debes ganar, y nunca te can sarás de hacer penitencia.

III. Si la humildad no las acompaña, tus austeridades no te servirán sino para atormentarte. San Juan rechaza los honores que le rinden los judíos llamándole Profeta y Mesías; se humilla delante de Jesucristo. Humíllate tú ante Dios y los hombres. Lo que haces, lo que sufres, nada es comparado con los trabajos y sufrimientos de los santos. ¿De qué sirve mortificar el cuerpo por la paciencia, si el espíritu está hinchado de orgullo? (San Jerónimo).

La humildad
Orad
por la conversión
de los pecadores

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis solemnizado este día con el nacimiento de San Juan Bautista, conceded a vuestro pueblo la gracia de los gozos espirituales, y dirigid las almas de los fieles por el camino de la salvación eterna. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

SANTA EDILTRUDIS, Virgen

23 de Junio

Si viviereis según la carne, moriréis;
si, en cambio, con el espíritu hacéis
morir las obras de la carne, viviréis.
(Romanos, 8, 13).

Santa Ediltrudis no vivía según la carne, puesto que guardó virginidad perpetua con el príncipe Tombrecto y el rey Ecfrido, que fueron sucesivamente sus maridos. Obtuvo de este último permiso para entrar en un monasterio. Por sus virtudes fue nombrada abadesa después de un año de profesión religiosa. Soportó con mucha paciencia un tumor que le sobrevino en el cuello. Oraba a Dios desde medianoche hasta la salida del sol. Dieciséis años después de su muerte, su cuerpo fue encontrado incorrupto. Acaeció su dichosa muerte el 23 de junio del año 679.

MEDITACIÓN SOBRE LA MORTIFICACIÓN

I. Debes mortificarte si quieres vivir como hombre racional. Tu razón no será la soberana si concedes a tus sentidos todo lo que te piden. En todos tus actos ten puesta la mira no en lo que agrada, sino en lo que es razonable. No te dejes arrastrar al amor, al aborrecimiento, al placer; ello sería vivir a manera de animal. ¡Cuán pocos hombres hay que siguen las luces de la razón! Y tú, ¿lo haces?

II. No basta vivir como hombre: para salvarse, hay que vivir como cristiano; es decir, que hay que obrar según el espíritu de Jesucristo, y no perseguir con nuestra conducta otro fin que el de agradar a Dios. Para esto, nada debe hacerse que contente la sensualidad y la ambición, nada que satisfaga las pasiones. Es preciso despojarse de las malas inclinaciones de la naturaleza corrompida, y hacer todo lo contrario de lo que ella exige: así es como hacen los verdaderos cristianos.Comienzan por aborrecer su vida pasada y por practicar lo que ellos aborrecían. (Tertuliano).

III. Si eres sacerdote o religioso, motivo de más para mortificarte, puesto que tu estado te separa del mundo y te consagra totalmente a Jesucristo; y esta mortificación debe extenderse al cuerpo y al espíritu, pues ambos están consagrados a Dios de manera especial. ¿Puedes decir en verdad: He muerto a todo el resto; las cosas de Jesucristo son las únicas que me encuentran vivo y pronto a obrar? (San Bernardo).

La mortificación
Orad
por la Iglesia.

ORACIÓN

Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, y que la fiesta de la bienaventurada Ediltrudis, al regocijar nuestra alma, la enriquezca con los sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/

PENSAMIENTOS DE SANTO TOMÁS MORO

¡Santo Tomás Moro, ora pro nobis!

«Si me distraigo, la Eucaristía me ayuda a recogerme. Si se ofrecen cada día oportunidades para ofender a mi Dios, me armo cada día para el combate con la recepción de la Eucaristía. Si necesito una luz especial y prudencia para desempeñar mis pesadas obligaciones, me acerco a mi Señor y busco Su consejo y luz» 1

«Estas cosas, buen Señor, por las que rezamos, danos la gracia de trabajarlas» 2

«Es mas breve y rápido escribir herejías que responder a ellas» 3

NOTAS

1 «If I am distracted, Holy Communion helps me become recollected. If opportunities are offered by each day to offend my God, I arm myself anew each day for the combat by reception of the Eucharist. If I am in need of special light and prudence in order to discharge my burdensome duties, I draw nigh to my Savior and seek counsel and light from Him.» –Saint Thomas More

2 «These things, good Lord, that we pray for, give us Thy grace to labor for.» –Saint Thomas More.

3 «It is a shorter thing and sooner done, to write heresies, than to answer them.» –Saint Thomas More.

Tomado de: http://www.corazones.org

Santo Tomás Moro

Mártir, canciller del rey inglés Enrique VIII.
Patrono de los gobernantes y los políticos.
Nace: 1478, muere 1535.
Fiesta: 22 de junio, junto con san Juan Fisher

"El hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la moral"

«El Buen servidor del rey, pero primero Dios»

Santo Tomás Moro nació en Londres en 1477. Recibió una excelente educación clásica, graduándose de la Universidad de Oxford en abogacía. Su carrera en leyes lo llevó al parlamento. En 1505 se casó con su querida Jane Colt con quien tuvo un hijo y tres hijas. Jane muere joven y Tomás contrae nuevamente nupcias con una viuda, Alice Middleton.

Hombre de gran sabiduría, reformador, amigo de varios obispos.

En 1516 escribió su famoso libro «Utopía». Atrajo la atención del rey Enrique VIII quién lo nombró a varios importantes puestos y finalmente «Lord Chancellor», canciller, en 1529.  En el culmen de su carrera Tomás renunció, en 1532, cuando el rey Enrique persistía en repudiar a su esposa para casarse, para lo cual el rey se disponía a romper la unidad de la Iglesia y formar la iglesia anglicana bajo su autoridad.

Santo Tomás pasó el resto de su vida escribiendo sobre todo en defensa de la Iglesia. En 1534, con su buen amigo el obispo y santo Juan Fisher, rehusó rendir obediencia al rey como cabeza de la iglesia. Estaba dispuesto a obedecer al rey dentro de su campo de autoridad que es lo civil pero no aceptaba su usurpación de la autoridad sobre la Iglesia. Tomás y el obispo Fisher se ayudaron mutuamente a mantenerse fieles a Cristo en un momento en que la gran mayoría cedía ante la presión del rey por miedo a perder sus vidas. Ellos demostraron lo que es ser de verdad discípulos de Cristo y el significado de la verdadera amistad.  Ambos pagaron el máximo precio ya que fueron encerrados en La Torre de Londres. Catorce meses mas tarde, nueve días después de la ejecución de San Juan Fisher, Sto. Tomás fue juzgado y condenado como traidor. El dijo a la corte que no podía ir en contra de su conciencia y decía a los jueces que «podamos después en el cielo felizmente todos reunirnos para la salvación eterna»

Ya en el andamio para la ejecución, Santo Tomás le dijo a la gente allí congregada que el moría como «El buen servidor del rey, pero primero Dios» («the King’s good servant-but God’s first»). Nos recuerda las palabras de Jesús: «Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.»  Fue decapitado el 6 de julio de 1535. Su fiesta es el 22 de junio.

Qué gran modelo es Santo Tomás Moro para todos, en especial para los políticos, gobernantes y abogados.  Pidámosle que su valentía les inspire para mantenerse firmes e íntegros en la verdad sin guardar odios ni venganzas.

Para leer más sobre este Gran Santo, clic aquí.

Tomado del excelente sitio web: http://www.corazones.org obra de Las  Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.

SAN JUAN FISHER, Obispo y Mártir

22 de Junio

Era libre respecto de todos y de todos me hice siervo, para ganar más almas. (1 Corintios, 9, 19).

Juan Fisher, nacido en 1469, cursó sus estudios en Cambridge y llegó a ser canciller de esta universidad. En 1502, fue nombrado capellán de lady Mar garita Beaufort, madre del rey. de Inglaterra, y en 1504 obispo de Rochester. En todos sus cargos distinguióse por su piedad y amor al estudio. Bajo Enrique VIII, se opuso a los deseos del rey que quería obtener la anulaci6n de su matrimonio y la dignidad de jefe supremo de la Iglesia en Inglaterra. Fue en carcelado en la Torre de Londres y, después, decapitado en 1535.

MEDITACIÓN SOBRE EL AMOR AL PRÓJIMO

I. Bien está amar a los demás más que a sí mismo al punto de sacrificar la propia libertad para sacar a un desdichado de la esclavitud, tal como hizo San Paulino. Imita esta heroica virtud, amando al prójimo por lo menos como a ti mismo. Sírvele, complácele, habla en su favor; en una palabra, trátalo como quisieras que te trataran a ti, si estuvieras en su lugar. ¿Por ventura podría decirse de ti lo que se decía de los primeros cristianos: Ved cómo se aman, están dispuestos a morir unos por otros? (Tertuliano).

II. Te inclinas naturalmente a hablar favorablemente de ti mismo, a encontrar excelentes tus acciones, a disculpar tus defectos, a interpretar bien lo que te concierne. Haz lo mismo respecto de tu prójimo; trátalo con indulgencia. No quieres que se tengan ojos para tus faltas ni lengua para hablar de ellas. ¿Eres ciego y mudo tú cuando los otros hacen mal?

III. Tu amor por el prójimo debe ser universal, sin acepción de personas. Todos los hombres llevan la imagen de Dios, todos han sido redimidos por la sangre de Jesucristo, todos pueden ir al cielo; así, debes amarlos a todos, sin dejarte guiar jamás por tu humor y tu capricho. De otro modo, tu amor no es más que amor natural que no tiene derecho a re compensa alguna en el cielo. San Paulino se hizo esclavo para rescatar a un hombre que no conocía, pero en quien veía la imagen de Dios. Nuestro amor, decía él, no considera ni la persona ni la condición de los hombres, ve sólo las almas.

El amor al prójimo
Orad
por el acrecentamiento de la caridad.

ORACIÓN

Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis nuevo motivo de alegría en la solemnidad de vuestro mártir y pontífice, el bienaventurado Juan, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, experimentemos aquí abajo los efectos de su protección. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/


SAN LUIS GONZAGA S.J.

Fiesta: 21 de junio
(1568-1591)
Patrón de la juventud cristiana.

San Luis Gonzaga abrazando el Crucifijo. Cronología:XIX (Ca.1825) Autor:Luis López Piquer

Fue muy puro y exigente consigo mismo.

Obligado por su rango a presentarse con frecuencia en la corte del gran ducado, se encontró mezclado con aquellos que, según la descripción de un historiador, “formaban una sociedad para el fraude, el vicio, el crimen, el veneno y la lujuria en su peor especie”. Pero para un alma tan piadosa como la de Luis, el único resultado de aquellos ejemplos funestos, fue el de acrecentar su celo por la virtud y la castidad.

A fin de librarse de las tentaciones, se sometió a una disciplina rigurosísima. En su celo por la santidad y la pureza, se dice que llegó a hacerse grandes exigencias como, por ejemplo, mantener baja la vista siempre que estaba en presencia de una mujer. Sea cierto o no, hay que cuidarse de no abusar de estos relatos para crear una falsa imagen de Luis o de lo que es la santidad. No es extraño que en los primeros años, después de una seria desición por Cristo, se cometan errores al quererse encaminar por la entrega total en una vida diferente a la que lleva el mundo. El mismo fundador de los Jesuitas explica que en sus primeros años cometió algunos excesos que después supo equilibrar y encausar mejor.  Lo admirable es la disponibilidad de su corazón, dispuesto a todo para librarse del pecado y ser plenamente para Dios. Además, hay que saber que algunos vicios e impurezas requieren grandes penitencias.  San Luis quiso, al principio, imitar los remedios que leía de los padres del desierto.

Algunos hagiógrafos nos pintan una vida del santo algo delicada que no corresponde a la realidad. Quizás, ante un mundo que tiene una falsa imagen de ser hombre, algunos no comprenden como un joven varonil pueda ser santo. La realidad es que se es verdaderamente hombre a la medida que se es santo. Sin duda a Luis le atraían las aventuras militares de las tropas entre las que vivió sus primeros años y la gloria que se le ofrecía en su familia, pero de muy joven comprendió que había un ideal mas grande y que requería mas valor y virtud.

Fue en Montserrat donde se decidió la vocación de Luis.

Hacía poco más de dos años que los jóvenes Gonzaga vivían en Florencia, cuando su padre los trasladó con su madre a la corte del duque de Mántua, quien acababa de nombrar a Ferrante gobernador de Montserrat. Esto ocurría en el mes de noviembre de 1579, cuando Luis tenía once años y ocho meses. En el viaje Luis estuvo a punto de morir ahogado al pasar el río Tessin, crecido por las lluvias. La carroza se hizo pedazos y fue a la deriva. Providencialmente, un tronco detuvo a los náufragos. Un campesino que pasaba vio el peligro en que se hallaban y les salvó.

Una dolorosa enfermedad renal que le atacó por aquel entonces, le sirvió de pretexto para suspender sus apariciones en público y dedicar todo su tiempo a la plegaria y la lectura de la colección de “Vidas de los Santos” por Surius. Pasó la enfermedad, pero su salud quedó quebrantada por trastornos digestivos tan frecuentes, que durante el resto de su vida tuvo dificultades en asimilar los diarios alimentos.

Otros libros que leyó en aquel período de reclusión son , Las cartas de Indias, sobre las experiencias de los misioneros jesuitas en aquel país, le suscitó la idea de ingresar en la Compañía de Jesús a fin de trabajar por la conversión de los herejes y Compendio de la doctrina espiritual de fray Luis de Granada. Como primer paso en su futuro camino de misionero, aprovechó las vacaciones veraniegas que pasaba en su casa de Castiglione para enseñar el catecismo a los niños pobres del lugar.

En Casale-Monferrato, donde pasaba el invierno, se refugiaba durante horas enteras en las iglesias de los capuchinos y los barnabitas; en privado comenzó a practicar las mortificaciones de un monje: ayunaba tres días a la semana a pan y agua, se azotaba con el látigo de su perro, se levantaba a mitad de la noche para rezar de rodillas sobre las losas desnudas de una habitación en la que no permitía que se encendiese fuego, por riguroso que fuera el tiempo.

Fue inútil que su padre le combatiese en estos deseos. En la misma corte, Luis vivía como un religioso, sometiéndose a grandes penitencias.  A pesar de que ya había recibido sus investiduras de manos del emperador, mantenía la firme intención de renunciar a sus derechos de sucesión sobre el marquesado de Castiglione en favor de su hermano.

El Noviciado.

Inmediatamente después, Luis partió hacia Roma y, el 25 de noviembre de 1585, ingresó al noviciado en la casa de la Compañía de Jesús, en Sant’Andrea. Acababa, de cumplir los dieciocho años. Al tomar posesión de su pequeña celda, exclamó espontáneamente: “Este es mi descanso para siempre; aquí habitaré, pues así lo he deseado” (Salmo cxxxi-14). Sus austeridades, sus ayunos, sus vigilias habían arruinado ya su salud hasta el extremo de que había estado a punto de perder la vida.

Sus maestros habían de vigilarlo estrechamente para impedir que se excediera en las mortificaciones. Al principio, el joven tuvo que sufrir otra prueba cruel: las alegrías espirituales que el amor de Dios y las bellezas de la religión le habían proporcionado desde su más tierna infancia, desaparecieron.

Seis semanas después murió Don Fernante. Desde el momento en que su hijo Luis abandonó el hogar para ingresar en la Compañía de Jesús, había transformado completamente su manera de vivir.  El sacrificio de Luis había sido un rayo de luz para el anciano.

No hay mucho más que decir sobre San Luis durante los dos años siguientes, fuera de que, en todo momento, dio pruebas de ser un novicio modelo. Al quedar bajo las reglas de la disciplina, estaba obligado a participar en los recreos, a comer más y a distraer su mente. Además, por motivo de su salud delicada, se le prohibió orar o meditar fuera de las horas fijadas para ello: Luis obedeció, pero tuvo que librar una recia lucha consigo mismo para resistir el impulso a fijar su mente en las cosas celestiales.

Por consideración a su precaria salud, fue trasladado de Milán para que completase en Roma sus estudios teológicos. Sólo Dios sabe de qué artificios se valió para que le permitieran ocupar un cubículo estrecho y oscuro, debajo de la escalera y con una claraboya en el techo, sin otros muebles que un camastro, una silla y un estante para los libros.

Luis suplicaba que se le permitiera trabajar en la cocina, lavar los platos y ocuparse en las tareas más serviles. Cierto día, hallándose en Milán, en el curso de sus plegarias matutinas, le fue revelado que no le quedaba mucho tiempo por vivir. Aquel anuncio le llenó de júbilo y apartó aún más su corazón de las cosas de este mundo.

Durante esa época, con frecuencia en las aulas y en el claustro se le veía arrobado en la contemplación; algunas veces, en el comedor y durante el recreo caía en éxtasis. Los atributos de Dios eran los temas de meditación favoritos del santo y, al considerarlos, parecía impotente para dominar la alegría desbordante que le embargaba.

Los restos de San Luis Gonzaga se conservan actualmente bajo el altar de Lancellotti en la Iglesia de San Ignacio, en Roma.

Fue canonizado en 1726.

El Papa Benedicto XIII lo nombró protector de estudiantes jóvenes.
El Papa Pio XI lo proclamó patrón de la juventud cristiana.

Para leer más sobre este Gran Santo, clic aquí.

Tomado de: http://www.corazones.org

SAN LUIS GONZAGA, Confesor

21 de Junio

Os conjuro, hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios. (Romanos, 12, 1).

San Luis Gonzaga, desde la edad de siete años recitaba todos los días, de rodillas, los siete salmos penitenciales y el Oficio de la Santísima Virgen; a los ocho años, hizo voto de castidad perpetua; a los trece, ayunaba tres días a la semana a pan y agua, y tres veces al día desgarraba su delicado cuerpo con la disciplina. Alrededor de los dieciocho años entró en la Compañía de Jesús y murió cinco años después, víctima de una enfermedad contraída por cuidar a los atacados de peste. Tan recogido era en sus oraciones, que todas sus distracciones en seis meses no sumaban la duración de un  Ave María.

MEDITACIÓN SOBRE LA VIDA
DE SAN LUIS GONZAGA

I. El joven santo fue víctima del amor de Dios; le sacrificó su fortuna, abandonando su marquesado para entrar en la Compañía de Jesús, a pesar de los obstáculos que oponía su padre a su piadoso designio. ¿Estás acaso, retenido en el mundo por lazos tan fuertes como los suyos? Dios bien merece que dejes todo lo que tienes, para seguir su llamado y ganar su paraíso; deja todo, si no materialmente, por lo menos por el espíritu y la voluntad.

II. Sacrificó Luis su cuerpo a Dios por el voto de virginidad, que renovó al entrar en religión. Émulo de la pureza de los Ángeles, llevó la molestia hasta no poner nunca sus ojos en una mujer. Además, mortificó su cuerpo con rigurosa y continua penitencia. ¿Quieres consagrar tu cuerpo a Jesucristo como hostia viva y santa? Custodia tus sentidos, mortifícalos. La vida de un cristiano debe ser continuo martirio.

III. Consagró el santo su libertad a Dios por el voto de obediencia. Los honores que ahora recibe, en el cielo y en la tierra, son el precio de su voluntario abatimiento. El camino más seguro para ir al cielo es el de la obediencia. Obedece a tus superiores fiel mente, prontamente, sin murmurar; a Jesucristo es a quien obedeces, Él es quien te recompensará. En fin, recuerda que no sólo los religiosos, sino también los cristianos deben ser víctimas que se inmolan sin cesar a Dios. Los cuerpos de los fieles son hostias de Dios, miembros de Cristo, templos del Espíritu Santo. (San Agustín).

La castidad
Orad
por las órdenes religiosas

ORACIÓN

Oh Dios, dispensador de los dones celestiales, que habéis unido en el angélico Luis, una admirable inocencia de vida con un gran espíritu de mortificación, haced, por sus méritos y oraciones, que, si no hemos imitado su pureza, por lo menos imitemos su penitencia. Por J. C. N. S. Amén.

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Santa Misa Dominical

CUARTO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

(Doble – Ornamentos verdes )

De hoy en adelante serás pescador de hombres.

El amor de Dios sigue en este domingo revelándonos sus delicadezas. El mundo se nos presenta con la imagen de un mar lleno de tormenta y peligros. Estamos salvos -pensamiento de la Pascua- pero el enemigo, envidioso de nuestra felicidad, se esfuerza por perdernos de nuevo. No debemos desalentarnos. En medio de todas las luchas, la Providencia de Dios vigila sobre nosotros. Este es el pensamiento dominante de la liturgia de hoy.

Introito. Ps 26.

INTROITUS Dominus illuminatio mea, et salus mea, quem timebo? Dominus defensor vitae meae, a quo trepidabo? Qui tribulant me inimici mei, ipsi infirmati sunt, et ceciderunt. – Ps. Si consistant adversum me castra non timebit cor meum. V. Gloria Patria! Gloria al Padre, etc. Introito – El Señor es mi luz y mi salvación: a quién temeré? El Señor es el defensor de mi vida; ¿quién me hara temblar? Mis enemigos, que me atribulan, han flaqueado y caído.
Ps. Aunque se enfrenten ejércitos contra mí, no temerá mi corazón. Gloria al Padre.

Oración-Colecta

ORATIODa nobis quaesumus, Domine, ut et mundi cursus pacifice nobis tuo ordine dirigatur: et Ecclesia tua tranquilla devotione laetetur. Per Dominum. Per D. N. R. Amen Suplicámoste, oh Señor, nos concedas la gracia de ver pacíficamente dirigida por el orden de tu
Providencia la marcha del mundo; y que tu Iglesia goce también de paz en el ejercicio del culto. Por Nuestro Señor, etc.. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.
R. Amen.

Conmemoración

Epístola

Por el pecado, no solo el hombre sino toda la creación quedo sujeta a servidumbre y en estado de abyección; pero, por la redención de Jesucristo, toda ella ha adquirido un cierto derecho a la adopción de hijos de Dios y ha sido elevada a la dignidad de causa instrumental para la santificación del hombre, si este sabe usar de ella con discreción.

EPISTOLALectio Epistolae beati Pauli Apostoli ad Romanos (I Rom. 8, 18-23) Fratres: Existimo, quod non sunt condignae passionis hujus temporis ad futuram gloriam, quae revelabitur in nobis. Nam exspectatio creaturae revelationem filiorum Dei exspectat. Vanitati enim creatura subjecta est, non volens, sed propter eum, qui subjecit eam in spe: quia et ipsa creatura liberabitur a servitute corruptionis, in libertatem gloriae filiorum Dei. Scimus enim quod omnis creatura ingemiscit et parturit usque adhuc. Non solum autem illa, sed et nos ipsi primitias spiritus habentes; et ipsi intra nos gemimus, adoptionem filiorum Dei expentantes, redemptionem corporis nostri: in Christo Jesu Domino nostro.
Amen.
Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Romanos: (I Rom. 8, 18-23) Hermanos: Creo que los sufrimientos de la presente vida no son comparables con la gloria venidera, que se ha de manifestar en nosotros. Así las criaturas todas ansían la manifestación de los hijos de Dios. Porque se ven sujetas a la vanidad, no de grado, sino por causa de Aquél que las puso en tal sujeción: esperando también ellas ser redimidas de esa servidumbre a la corrupción, para participar de la libertad y gloria de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta ahora todas las criaturas están suspirando, y como con dolores de parto. Y no solamente ellas, sino también nosotros mismos, que tenemos ya las primicias del Espíritu Santo, suspiramos de lo intimo del corazón, aguardando la adopción de los hijos de Dios, esto es, la redención de nuestro cuerpo en Jesucristo, Nuestro Señor(1).
GRADUALE Ps. 78Propitiue esto, Domine, peccatis nostris: nequando dicant gentes: ubi est Deus eorum? V. Djuva nos, Deus
salutaris noster: et propter honorem nominis tui, Domine, libera nos.
Alleluia, alleluia. V. Deus, qui sedes super thronum, et judicas aequitatem, esto refugium pauperum in
tribulatione. Alleluia.
Gradual – Ps. 78 – Se propicio, Señor, en perdonar nuestros pecados, para que no digan las gentes ¿Dónde está su
Dios? Ayúdanos, oh Dios Salvador nuestro; y libranos, Señor por la honra de tu Nombre.
Aleluya, aleluya Oh Dios que estás sentado sobre el trono, y que juzgas con rectitud, sé refugio de los pobres
en la tribulación. Aleluya.

Evangelio

Con el relato de la pesca milagaarosa, que ahora vamos a escuchar, debemos aprender a no trabajar, ni en el orden apostolico y ni siquiera en el orden material de la vida, sin invocar la ayuda de Dios, en la que hemos de poner toda nuestraa confianza.

USequéntia sancti Evangélii secúndum Lucas.Luc. 5, 1-11

In illo témpore:Cum turbae irruerunt in Jesum, ut audirent verbum Dei, et ipse stabat secus stagnum: Genesareth. Et vidit duas naves stantes secus stagnum: piscatores autem descenderant, el lavabant retia. Ascendens autem in unam navim, quae erat Simonis rogavit eum a terra reducere pusillum. Et sedens docebat de navicula turbas. Ut cessavit autem loqui, dixit ad Simonem: Duc in altum et laxate retia vestra in capturam. Et respondens Simon, dixit illi: Praeceptor, pero totam noctem laborantes, nihil cepimus, in verbo autem tuo laxabo rete. Et cum hoc fecissent, concluserunt piscium multitudinem copiosam: rumpebatur autem rete eorum. Et annuerunt sociis, qui erant in alia navi, ut veniren, et adjuvaren eos. Et venerunt, et impleverunt ambas naviculas, ita ut pene mergerentur. Quod cum videret Simon Petrus, procidit ad genua Jesu, dicens: Exi a me, quia homo peccator sum, Domine. Stupor enim circumdederat eum, et omnes, qui cum illo erant, in captura piscium, quam ceperant: similiter autem Jacobum, et Joannem, filios Zebedaei, qui erant socii Simonis. Et ait ad Simonem Jesus: Noli timere: ex hoc jam homines eris capiens. Et subductis ad terram navibus, relictis omnibus, secuti sunt eum.

Credo.
U Continuación del Santo Evangelio según San Lucas (5, 1-11) – Hallándose Jesús junto al lago de Genezaret, las gentes se agolpaban en torno suyo, ansiosas de oír la palabra de Dios En esto, vio dos barcas a la orilla del lago, cuyos pescadores habían bajado, y estaban lavando las redes. Subiendo, pues, a una de ellas, que era de Simón, pidióle la desviase un poco de la orilla. Y sentándose dentro, predicaba desde la barca al numeroso gentío. Acabada la plática, dijo a Simón: «Guía mar adentro, y echad estas redes para pescar.» Replicóle Simón: «Maestro, toda la noche hemos estado fatigándonos, y nada hemos recogido, no obstante, fiado en tu palabra, echaré la red»(2). Y habiéndolo hecho, recogieron tan gran cantidad de peces, que la red se rompía. Por lo cual, hicieron señas a sus compañeros de la otra barca, para que viniesen a ayudarles. Vinieron luego, y llenaron con tantos peces las dos barcas, que poco faltó para que se hundiesen. Viendo esto Simón Pedro, echóse a los pies de Jesús, diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador». Y es que el asombro se había apoderado así de el, como de todos los demás que con el estaban, en vista de la pesca que acababan de hacer: lo mismo sucedía a Santiago, y a Juan, hijos de Zebedeo, y compañeros de Simón. Entonces dijo Jesús a Simón: «No temas: de hoy en adelante serás pescador de hombres.»
Y estad seguros que yo estaré siempre con vosotros, hasta la consumación de los siglos.
Credo.

OFFERTORIUMIllumina oculos meos, ne umquam abdormiam in morte: nequando dicat inimicus meus: Praevalui adversus eum.
OfertorioAlumbra mis ojos, para que no me duerma yo jamás en el sueño de la muerte; no sea que mi enemigo diga: He podido mas que el.

Oración-Secreta

Oblationibus nostris, quaesumus, Domine, placare susceptis: et ad te nostras etiam rebelles compelle propitius voluntates. Per Dominum nostrum.. Aplacate oh Señor, aceptando nuestras ofrendas, y reduce suavemente a tu obediencia nuestras rebeldes voluntades. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.

Conmemoración

Prefacio de la Santísima Trinidad

Vere dignum et justum ets aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui cumm unigenito  Filio tuo, et Spiritu Sancto, unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personae, sed in unius Trinitate substantiae. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione verae, sempiternaeque Deitatis, et in personis Proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur aequalitas. Quam laudat Angeli atque Arcangeli, Cherubim quoque ac Sraphim: qui non cessant clamare quotidie, una voce dicentes: Sanctus, Sanctus, Sanctus… Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Quien, con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, eres un solo Señor: no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola sustancia. Porque cuanto creemos, por habérnoslo Tu revelado, acerca de tu gloria, creémoslo igualmente de tu Hijo, y del Espíritu Santo, sin haber diferencia ni separación. De modo que, al reconocer una sola verdadera y eterna Divinidad, sea también adorada la propiedad en las personas, la unidad en la esencia y la igualdad en la majestad. A la cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que no cesan de cantar diariamente, diciendo a coro:: Santo, Santo, Santo, etc.
COMMUNIO Dominus firmamentum meum, et refugium meum, et liberator meus, Deus meus, adjutor meus.

Comunión.El Señor es mi mas firme apoyo, mi refugio y mi libertador, mi Dios, y mi ayudador.

Oración-Postcomunión

Mysteria nos, Domine, quaesumus, sumpta purificent, et suo munera tucantur. Per Dominum nostrum. < Señor   oh Haz,   >Haz, Señor, que nos purifique este Sacramento que acabamos de recibir, y que con su virtud nos defienda. Por Jesucristo Nuestro Señor.

Conmemoración

  • (1) Los verdaderos cristianos, aun sabiendo que han recibido una adopción de hijos de Dios, pero imperfecta todavía, por la gracia, se sienten en esta vida como en un destierro y encarcelados en la prisión de su cuerpo, y suspiran sin cesar por la perfecta adopcción, que se consigue en el Cielo mediante la gloria, la cual nos renovará completamente en el cuerpo y en el alma. 

  • (2) Cuando Dios nos manda algo, aunque sea difícil y sobrehumano, o el cumplimiento de nuestro deber nos exige emprender cosas arduas, debemos lanzarnos a la brega en el nombre del Señor. En Él está el darnos buen éxito, si le place. ¡Cuántos milagros se han obrado y se obran todos los días con esta poderosa arma de la confianza en Dios!

Tomado de:

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SAN SILVERIO, Papa y Mártir

20 de Junio

Para acercarse a Dios, es menester creer que existe, y que es remunerador de los que le buscan. (Hebreos, 11, 6).

San Silverio, Papa, negó a la emperatriz Teodora restablecer al hereje Antimo en la sede de Constantinopla, y fue confinado en la isla Pontia. Se refiere que desde allí escribió en estos términos al obispo Amador: «Me alimento con el pan de la tribulación y el agua de la angustia, pero jamás he renunciado, y tampoco ahora renuncio a mi cargo». Murió hacia el año 537, a consecuencia de los malos tratos que se le infligieron.

MEDITACIÓN SOBRE TRES ATRIBUTOS DE DIOS

I. Dios es todopoderoso; de nadie depende, y todas las creaturas dependen de Él; y, sin embargo, ¡Yo me atrevo a ofender a este Dios que puede entregarme a los suplicios eternos! Si Él está contra mí, ¿quién estaría a mi favor? ¿Dónde ocultarme si Él me persigue? Desde que pequé soy su enemigo, y no puedo vivir en paz y sin temor. ¡Ah! es que yo no medito es tas verdades como debería hacerlo. A menudo repetiré este acto de fe: Creo, Señor, que sois omnipotente, y que tendréis en cuenta toda acción tanto buena como mala, porque todo Juez es remunerador en  la causa sobre la cual pronuncia sentencia. (Tertuliano).

II. Ese Dios será mi juez al fin de mi vida y al fin del mundo. Ese juez está presente en todas partes y a nadie teme; sabe todo lo que hago, nada puede substraer se a su conocimiento; es justísimo y la compasión no tendrá cabida en Él. Lo que hay de más tremendo es que este juez está irritado; y, a la vez, es juez y parte, porque a Él es a quien ofendí. ¿Qué será de mí, Señor, si Vos me tratáis según el rigor de vuestra justicia? Es horrible caer culpable en las manos del Dios vivo. (San Pablo).

III. Dios es eterno; sus decretos son inmutables: lo que Él ha resuelto ejecútase infaliblemente; la sentencia que pronunciará contra mí nunca será revocada. Sin embargo, ¡cuán insensatos somos!, ¡preferimos la amistad inconstante de los hombres a la amistad del mismo Dios! ¡Preferimos desobedecer a Dios antes que disgustar a los hombres; nos adherimos a bienes transitorios, y despreciamos los bienes eternos e inmutables!

El temor de Dios
Orad
por la conversión
de los herejes.

ORACIÓN

Pastor eterno, mirad benevolente a vuestro re baño, y guardad lo con protección constante por vuestro bienaventurado mártir y Sumo Pontífice Silverio, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. N. S. Amén.

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SANTA JULlANA DE FALCONIERI, Virgen

19 de Junio

Quien come mi carne, y bebe mi sangre,
en Mí mora y Yo en él.
(Juan, 6, 57).

Juliana apenas si sabía balbucear, cuando ya se la oía en su cuna pronunciar distintamente los santos nombres de Jesús y María. Tanta era su modestia, que nunca miró la cara de un hombre; tanto su fervor por la oración, que pasaba días enteros orando; tanta su caridad por el prójimo, que nada era capaz de detenerla cuando se presentaba la ocasión de hacer un servicio. Soportó con rostro siempre alegre una larga y dolorosa enfermedad. Una sola cosa la afligía: no poder, a causa de sus vómitos continuos, recibir el cuerpo de Nuestro Señor. En su lecho de muerte, pidió que por lo menos se le acercase al pecho la Santa Hostia. Accedió el sacerdote a su pedido; pero la Hostia desapareció y, al mismo tiempo, sonriendo, expiró Juliana. Cuando se la envolvió en el sudario, encontróse impresa en su pecho, como un sello, la sagrada Forma. Su muerte acaeció en 1341.

MEDITACIÓN SOBRE
LA COMUNIÓN FRECUENTE

I. La frecuente recepción del Sacramento del altar avivará tu fe. Es el misterio de fe por excelencia: las delicias inefables que experimentarás después de una comunión bien hecha serán para ti una prueba sensible de la presencia de Dios. La Comunión forti ficará tu esperanza, porque la Eucaristía es la prenda del amor que Dios te profesa. En fin, perfeccionará tu caridad para con Dios y el prójimo; Jesús, en efecto, quiso darse a nosotros por amor; ha querido darse a los pobres como a los ricos, para enseñamos a amar ‘igualmente a todos los hombres en su Persona.

II. Muy grandes mercedes recibirás por la virtud de este Sacramento, todas las veces que te acerques a él dignamente. Dios te colmará de gracias especiales proporcionadas a la preparación que para ello pongas. Además, este pan de ángeles, este vino que engendra vírgenes, es todopoderoso para someter la carne al espíritu y reprimir los movimientos de la sensualidad. Quien ame el pan de los ángeles será enemigo de su propia carne. (San Gregorio de Niza).

III. Recibe, pues, a Jesucristo; si tu amor es tibio, se inflamará mediante la recepción de este Sacramento, porque es la fuente del fervor y de la devoción. No temas que la familiaridad engendre el menosprecio; por el contrario, ella te hará descubrir en Jesús nuevas hermosuras y acrecentará así tu amor por Él. Si te acercas a él con estas disposiciones,encontrarás allí remedio para todas las enfermedades de tu alma. (San Juan Crisóstomo).

La devoción al Santísimo Sacramento
Orad
por los enfermos en peligro de muerte.

ORACIÓN

Oh Dios, que consolasteis en su lecho de muerte a la bienaventurada Juliana, vuestra virgen, alimentándola milagrosamente con el precioso cuerpo de vuestro Hijo, haced, os lo suplicamos en nombre de sus méritos, que, alimentados y fortificados en nuestra última hora por el divino Viático, logremos llegar a la patria celestial. Por J. C. N. S. Amén.

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SANTOS MARCOS Y MARCELINO, Mártires

18 de Junio

Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de
arriba, allí donde Cristo está sentado a la diestra
de Dios.
(Colosenses, 3, 1).

Los dos hermanos Marcos y Marcelino, detenidos por cristianos, fueron atados y clavados por los pies a un poste. Como los exhortara el juez a que tuviesen piedad de sí mismos y se librasen de sus crueles tormentos, le respondieron: Jamás hubo para nosotros banquete de delicias comparable al gozo que experimentamos al sufrir por Jesucristo. ¡Plazca a Dios que estos sufrimientos duren tanto tiempo cuanto estemos revestidos de este cuerpo corruptible!» Pasaron así un día y una noche, cantando las alabanzas de Dios, hasta que, finalmente, atravesado el corazón con un lanzazo, obtuvieron la corona del martirio, hacia el año 287.

MEDITACIÓN SOBRE LA VISTA DEL CIELO

I. Mira al cielo en la prosperidad: todos los bienes de este mundo poca cosa te parecerán en comparación a la gloria de los bienaventurados. Míralo en la adversidad y hazte la siguiente reflexión: ¿Por qué me asombraré de ser infeliz en este valle de lágrimas? En el cielo solamente están los verdaderos bienes, las alegrías sin mezcla. Ningún dolor sentirás, ni en tu cuerpo ni en tu espíritu, en el cielo. (Tertuliano)

II. Pregunta a los bienaventurados qué piensan ahora de las cosas de este mundo; consúltalos en tus dudas. ¡Con cuánta lástima consideran ellos el afán que ponemos en correr tras los bienes que habrá que abandonar cualquier día! ¿Qué es la tierra para quien posee el cielo? (San Juan Crisóstomo).

III. Según San Clemente de Alejandría, Dios ha dado al hombre un triple Decálogo: el primero es la razón, que dicta al hombre lo que debe evitar; el segundo es la ley que dio a Moisés; el tercero es la vista del cielo. En efecto, ¿quién podría, durante una noche serena, contemplar el cielo sin amar y adorar a Aquél que lo ha creado? ¿Se le puede ver, cuando está cargado de truenos y relámpagos, sin temer a Dios y sin humillarse? ¿Se puede mirar los astros que lo decoran sin menospreciar la tierra? Amar, adorar, temer a Dios, despreciar la tierra, suspirar por el cielo, ¿no es, acaso, obedecer los preceptos del Decálogo? ¡Cuán despreciable me parece la tierra cuando miro el cielo! (San Ignacio de Loyola).

El pensamiento del paraíso
Orad
por la conversión
de los cismáticos.

ORACIÓN

Haced, os lo suplicamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión de los bienaventurados mártires Marcos y Marcelino, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos libre de todos los males que nos amenazan. Por J. C. N. S.

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SAN AVITO, Confesor

17 de Junio

Todo lo que pidiereis con fe
en la oración, lo obtendréis
(Mateo, 21, 22).

San Gregorio de Tours nos hace saber que Avito, abad en la antigua provincia de Percha, intercedió ante el rey Clodomiro para que perdonase la vida de Segismundo, rey de Borgoña, de su mujer y de sus hijos, que aquél había hecho prisionero. Los ruegos del santo fueron desoídos. Murió hacia el año 530 y fue enterrado, con mucho honor, no lejos de Orléans.

MEDITACIÓN ACERCA DE LA ORACIÓN

I. Obtendrás de Dios todo lo que le pidieres como es debido; es una verdad del Evangelio: nada hay, ni en el orden de la naturaleza ni en el de la gracia, que la oración no obtenga. ¡Cuán feliz serías si supieses orar! Experimenta por ti mismo el poder de la oración. Pide, pero con confianza; pide la ayuda del Señor en tus necesidades temporales y espiritua les, en tus penas y tentaciones. ¿Eso haces por ventura?

II. Para obtener los favores del Cielo, ponte en gracia de Dios. ¿Cómo quieres que escuche Dios tus ruegos, si eres su enemigo? Es preciso ser hijo de Dios mediante la gracia para tocar el corazón de este Padre misericordioso. Si estás en pecado, no dejes de orar a Dios; pero comienza tus oraciones con un acto de contrición; pídele primeramente que te admita en su amistad. La oración es un sacrificio que no puede agradar a Dios, si el que lo ofrece no comienza por agradar él mismo. (San Lorenzo Justiniano).

II. No te desalientes si no eres escuchado de inmediato. Dios quiere ser urgido e importunado. El pobre no se contenta con pedir la limosna una sola vez, redobla sus pedidos, aguarda, espera siempre. Dios te ha prometido escucharte, pero no ha dicho que bastaba pedir una sola vez. Dios sabe cuán útil nos es la oración; por eso, antes de escucharnos, quiere ser forzado, en cierto modo, ser vencido por nuestra importunidad. (San Bernardo).

El fervor
Orad
por los que trabajan
en la salvación de las almas.

ORACIÓN

Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de alegría con la fiesta de San Avito, vuestro confesor, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, imitemos también la que ha vivido en la tierra. Por J. C. N. S. Amén.

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Los santos que reinan con Cristo

17 Junio

  • San Avito, Confesor
  • Santa Emilia de Vialar, Virgen
  • Beato Pablo Burali d’Arezzo, Obispo y Confesor
  • San Gregorio Barbarigo, Obispo y Confesor
  • San Avito, Abad
  • San Besarión
  • San Rainiero de Pisa
  • Santa Sancha de Portugal
  • Santa Teresa de Portugal
  • San Harvey, Abad
  • San Hervé,
  • San Hipacio, Abad
  • San Ismael, Mártir
  • San Manuel, Mártir
  • San Sabel, Mártir
  • San Marciano, Mártir
  • San Nicandro, Mártir
  • San Nectan
  • Beato Pedro de Pisa

SAN FRANCISCO DE RÉGIS, Confesor

16 de Junio

Nada hay oculto que no deba ser descubierto, ni escondido, que no haya de ser conocido y publicado. (San Lucas. 8, 17).

San Francisco impresionóse de tal modo de lo que oyó decir un día a su madre concerniente a las penas del infierno, que toda su vida experimentó sumo horror por el pecado mortal. Cobijó su inocencia bajo el manto de la Reina de los cielos; y para mejor servir a esta bondadosa Madre, ingresó a una de las piadosas congregaciones erigidas en su honor. Entró en la Compañía de Jesús y, con tanto celo y fruto trabajó en la salvación de las almas, que mereció ser llamado apóstol de Vivarais. Murió el año 1640 en Lalouvesc, donde su tumba se ha hecho célebre por la afluencia de peregrinos que a ella acuden y por los milagros que allí se producen.

MEDITACIÓN SOBRE LOS TRES OBSTÁCULOS
PARA UNA BUENA CONFESIÓN

I. La negligencia en prepararte a la Confesión a menudo es la causa de que no aproveches de un re medio tan salutífero. No indagas tus pecados con suficiente esmero; no te excitas lo suficiente a la contrición, porque no consideras el mal que te causan tus pecados, ni el bien de que te privan. Has perdido el más valioso de los bienes, la gracia, y todavía has menester que se te mande que tengas dolor de ello.

II. El respeto humano impide a menudo que se declaren todos los pecados. El demonio que nos había quitado la vergüenza cuando cometíamos nuestros crímenes, quiere ahora devolvérnosla en el santo tribunal. Desecha esta mala vergüenza, a menos que prefieras ver, en el día del juicio, expuestos tus pe cados a la vista de todos antes que declararlos aquí a un solo hombre. Esta confusión que sufres ahora te será saludable, la otra será inútil. No te avergüences de tener que decir lo que no tuviste vergüenza de hacer. (San Bernardo).

III. Recaes siempre en las mismas faltas, siempre te confiesas de lo mismo, porque no tienes un firme propósito de enmienda y no prevés los escollos allí donde tienes costumbre de naufragar. Piénsalo seriamente en lo porvenir, deja esas ocasiones peligrosas, y no te preocupes por lo que diga el mundo. ¿Dónde estamos si más tememos disgustar a los hombres que a Dios? (Tertuliano)

La huida del pecado
Orad
por los que están
en pecado mortal.

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis otorgado al bienaventurado Francisco, vuestro confesor, una admirable caridad y una paciencia invencible en los trabajos que emprendió para la salvación de las almas, haced, por vuestra misericordia, que siendo enseñados por sus ejemplos y ayudados por su intercesión, obtengamos las recompensas de la vida eterna. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

SANTOS VITO, MODESTO y CRESCENCIA, Mártires

15 de Junio

Acuérdate de dónde has caído, haz penitencia y haz tus primeras obras. (Apocalipsis, 2, 5).

San Vito fue bautizado a la edad de doce años, a escondidas de su padre. Éste, al saber lo que había pasado, nada omitió que pudiera hacerle abjurar de la fe cristiana; lo entregó a Valeriano, gobernador de la provincia; pero los tormentos no pudieron quebrantar la firmeza del joven cristiano. Crescencia y Modesto libraron a Vito de las manos de sus perseguidores y huyeron con él a Italia. Mas tampoco allí encontraron la tranquilidad que buscaban. Detenidos en Lucania, padecieron gloriosamente el martirio durante la persecución de Diocleciano.

MEDITACIÓN SOBRE
EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

I. Este sacramento es necesario para los que han perdido la inocencia bautismal por algún pecado mortal. Este remedio es fácil, pues basta descubrir las llagas para ser curado; es también consolador: no hay en este mundo gozo comparable al que experimenta el pecador que se descarga del peso de sus faltas mediante una buena confesión. Meditemos estas verdades, y entonces iremos con alegría a purificarnos en el saludable baño de la Penitencia.

II. A menudo hay que allegarse a este Sacramento, puesto que a menudo ofendemos al Señor. ¿Cómo podemos vivir aunque sea un momento con el pecado mortal en nuestra conciencia? Si muriése mos en ese funesto estado, estaríamos perdirdos para toda la eternidad. Vemos todos los días que la muerte arrebata a tantas personas repentina e imprevista mente; nunca deberíamos vivir en un estado en el cual ni quisiéramos morir. Confiésate con frecuencia: se llama al médico todas las veces que uno está enfermo.

III. Debes hacer rigurosa penitencia por los pe cados ya confesados, a menos que prefieras hacerla en el purgatorio. Esta penitencia debe durar tanto como tu vida; si te parece larga, piensa en el tremen do castigo que te ahorra. ¡Dichosa penitencia que nos reconcilia con Dios, y extingue las llamas del in fierno y del purgatorio! Repitamos con los peniten tes de la primitiva Iglesia: Ahora sufro y me mortifico, a fin de reconciliarme con Dios a quien ofendí con mis pecados.(Tertuliano).

La paciencia
Orad
por
la conversión de los pecadores.

ORACIÓN

Dignaos, Señor, por la intercesión de vuestros santos mártires Vito, Crescencia y Modesto, conc der a vuestra Iglesia el resistir al orgullo, y progresar cada vez más en la humildad que os place, a fin de que, rechazando todo lo que es malo, ejerza la justicia con una voluntaria caridad. Por J. C. N. S. Amén