(1875-1960)
“El apóstol mundial del Sagrado Corazón de Jesús”
Pío XI
Entre los apóstoles contemporáneos del Corazón de Jesús tiene un lugar especial el célebre Padre Mateo Crawley-Boevey y Murga, religioso de la congregación de los Sagrados Corazones, gran impulsor de dos obras que han tenido una amplísima difusión entre los católicos: la entronización en los hogares y la Hora Santa.
Nació en la localidad de Tingo, cerca de Arequipa (Perú), el 18 de noviembre de 1875, siéndole impuesto en el bautismo el nombre de Eduardo Máximo. Hijo de padre británico y madre peruana, creció entre dos culturas, lo que le permitió no sólo desarrollar su natural aptitud para los idiomas, sino también para adquirir un útil conocimiento humano, complementado por su educación francesa en el colegio de los Sagrados Corazones de Valparaíso (Chile), ciudad a la que había ido a residir la familia después de sucesivas estancias en el Perú y en Inglaterra.
Cuando contaba trece años el mundo se enteró de la piadosa muerte del P. Damián de Veuster, el apóstol de los leprosos, que pertenecía a la congregación de sus educadores. Este hecho no dejó de ejercer su influencia en la naciente vocación del joven Eduardo, que, edificado por el ejemplo del héroe de Molokai, se decidió a entrar en los Sagrados Corazones. Al principio su padre se opuso, pero finalmente lo dejó marchar, comenzando su noviciado el 2 de febrero de 1891. En religión cambió su nombre por el de José Estanislao.
Desde el principio se distinguió el novicio Crawley-Boevey por su fervor eucarístico, pasando mucho tiempo en adoración ante el Santísimo en la capilla. Sus superiores se mostraron siempre contentos de él por su observancia y regularidad. Hizo la profesión temporal el 11 de septiembre de 1892. Entonces cambió su nombre de Hno. José Estanislao por el de Hno. Mateo, para no ser confundido con otro religioso que llevaba el mismo nombre. El P. General quiso enviarlo a estudiar a la Universidad Católica de Lovaina para completar sus estudios, pero el P. Provincial de Chile consiguió retenerlo. Fue ordenado sacerdote por el arzobispo Jaime Casanova y Casanova en la catedral metropolitana de Santiago de Chile, el 17 de diciembre de 1898.