Primer Viernes del Mes de Octubre de 2015

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¡Dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en pago, de los ingratos, más que olvido, negligencia y menosprecio! vednos postrados ante vuestro altar, para reparar con especiales homenajes de honor la frialdad indigna de los hombres y las injurias que en todas partes hieren vuestro amantísimo Corazón.

El divino Salvador escogió el primer viernes de cada mes, como día especialmente consagrado a honrar su Smo. Corazón, diciendo a Santa Margarita María Alacoque: “Comulgarás todos los primeros viernes de cada mes”.

Y, para obligarnos en cierto modo a práctica tan santa y tan de su agrado, hizo a la misma Santa Margarita aquel favor regaladísimo que se conoce con el nombre de LA GRAN PROMESA.  en estos términos:

“Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor todopoderoso concederá a todos los que comulgaren los nueve primeros viernes de mes consecutivos la gracia de la penitencia final: no morirán en mi desgracia, ni sin recibir los Santos Sacramentos, haciéndose mi divino Corazón su asilo seguro en aquélla última hora”.

En esta tan consoladora promesa, el Sacratísimo Corazón de Jesús, nos promete:

1º La gracia de la perseverancia final, don verdaderamente inefable, como dice el Concilio Tridentino,

2º La dicha de tener por asilo y refugio en aquella última hora el Corazón del que nos va a juzgar…

Que todo es lo mismo que asegurar nuestra eterna salvación.

¡Bien puedes ahora gloriarte de tener la salvación en tu mano: no tendrá excusa ninguna si te pierdes!

¿Con qué condiciones? Se necesita para ganar esta gracia:

1º Comulgar nueve primeros viernes de mes seguidos y sin interrupción;

2º Comulgar con intención de honrar al Sagrado Corazón y de alcanzar la gracia de la perseverancia final;

3º Comulgar con deseos y propósito de servir siempre al Señor.

De modo que no valen ocho primeros viernes de mes, ni valen nueve primeros domingos de mes, aunque la fiesta del primer viernes se traslade al domingo, ni valen ocho primeros viernes con un primer domingo… Además, han de ser seguidas las comuniones, de tal suerte que una interrupción inutilizaría toda la práctica, y habría que volver a comenzarla.

Tomado de: 

http://misa_tridentina.t35.com

El Hospital abortista del obispo Vives

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2 octubre, 2015

Pedimos a la Virgen que no salga un pueblo dividido sino hermanado de las próximas elecciones, que cesen las mentiras contra nuestro pueblo, que cese la tergiversación de la verdad, que unos y otros recuperen el seny, que Catalunya viva hermanada con los otros pueblos de España y de Europa. (Mons. Vives)

Joan Enric Vives Sicilia, obispo de la Seo de Urgel y copríncipe de Andorra, es un prelado singular por simpático, cercano y populista. De verbo fácil, abierto y dicharachero con casi todos, y excelente amigo de sus amigos. El pobre ha tenido que hacer complicados equilibrios para nadar y guardar la ropa o para bailar la música que tocan sin pisar a la pareja -como él mismo solía decir- en el frágil tema de la posible legalización del aborto en el Principado de Andorra, del que hasta el momento ha salido bien librado[1]. Donde se tira a nadar y de cabeza es en hacer el caldo gordo a los que han tomado partido por la independencia. Eso sí y sin ninguna vergüenza: mentiras contra nuestro pueblo, tergiversación de la verdad sólo en una dirección, los pueblos de España, de Europa y “el nuestro” por separado y al mismo nivel… Y es que siempre juega a caballo ganador. O eso se cree él…

Hace exactamente un año Ara.cat se hacía lenguas de la actitud de Mons. Vives dispuesto, cual nuevo Balduino, a abdicar del coprincipado para no suscribir con su firma una ley abortista[2]. Lo cual, según el diario, le abriría un maravilloso futuro. La configuración política de Andorra exigiría la firma de los dos copríncipes -el presidente francés y el obispo de Urgel- para promulgar válidamente una ley. Así pues, Vives dejaría su cargo para suceder a Martínez Sistach en Barcelona y el nuevo obispo de Urgel tomaría posesión del coprincipado -limpio de polvo y paja- tras la legalización del aborto únicamente con la firma de Monsieur Hollande. Otra jugada maestra de la sesuda diplomacia vaticana: Sí, pero no. No, pero sí… ¡Y tengamos la fiesta en paz! A ver si el tema del aborto va a traer una crisis diplomática inasumible por los achantados monseñores de la Secretaría de Estado. Sigue leyendo