¡MÉXICO! ¡PUEBLO BENDITO DE DIOS!

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¡Sí! Como lo dijo un padre en su sermón: “El pueblo de México es un pueblo bendito por Dios”. Escuchando esta expresión me puso a reflexionar el porqué de esa frase y caigo en verdad que tiene un santísimo contenido.

El Santo Papa León XIII refiriéndose a las benditas apariciones de la Santa Virgen de Guadalupe en México dijo: “Dios hizo  con esa nación lo que con ninguna”. Por el mundo hay apariciones de la Santa Virgen María, las más conocidas en Europa, concretamente las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal y la Virgen de Lourdes en Francia, muy visitadas y veneradas.

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En América también hay un buen legado de apariciones por diversos países del continente, pero las apariciones de la Santa Virgen de Guadalupe es como  ninguna otra, en el sentido de que la Virgen se quedó con los mexicanos en su Santa Tilma que Juan Diego entrega al Obispo y que desde el siglo XVI a la fecha, esa Tilma se ha  conservado tal cual. Sigue leyendo

Santiago Apóstol y la Hispanidad

Santiago Apostol NCSJB

España honra como a su Santo Patrono y Caudillo a Santiago el Mayor, el hijo de Zebedeo, primero de los Apóstoles que derramó su sangre por la Iglesia naciente y también el primero en llevar el Evangelio a la Hispania, esa tierra que el geógrafo griego Estrabón definió como una gran piel de toro tendida en la extremidad del Occidente, entre los montes de los Pirineos y las columnas de Hércules, frente al Océano tenebroso inexplorado.

No en vano Santiago era “hijo del trueno”, no en vano poseía el carácter bravío que le llevó a pedir a Jesús el castigo del fuego para el pueblo samaritano que no quiso escuchar la Palabra.

Santiago será llamado a evangelizar a esa “piel de toro”, a esa España como él áspera y bravía, España indomable que se constituiría más tarde en la defensora de la Cristiandad, la que soportará durante ocho soglos la arremetida salvaje del invasor musulmán, para permitir con su agonía la vida del Occidente Cristiano. “España evangelizadora de la mitad del orbe, España martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma…” no solo va a recibir la Luz de la Fe por el Apóstol, sino que también va a gozar de su protección visible en los momentos más difíciles de su historia.

Alrededor de cincuenta y siete apariciones se cuentan de Santiago para dar la victoria a las armas españolas, en igual número de batallas. De todas ellas la aparición del Apóstol en Clavijo es celebrada por la Iglesia que la conmemora el día 23 de mayo.

Ocurrió cuando se iniciaba la Reconquista en la Península: Don Ramiro I, Rey de Asturias, entabla combate con los musulmanes en los campos de Iregua, Rioja, pero la suerte es propicia a las huestes de Abderramán, debiendo el ejército cristiano replegarse y buscar refugio en el castillo de Clavijo. Es en esa noche, preñada de tristeza y de desesperanza cuando Santiago se aparece a Don Ramiro y le promete la victoria sobre el infiel. Al amanecer el Rey convoca a sus hombres y les hace saber la promesa recibida. Cuando llega la hora de enfrentarse al musulmán al grito de “¡Santiago y Cierra España!”, ven aparecer traspasando las nubes al Apóstol, montado en brioso corcel blanco, enarbolando en su mano izquierda una bandera que ostenta la cruz bermeja, y en la diestra fulgente espada con que se abre paso, sembrando la muerte y la confusión entre los enemigos.

Los ejércitos hispanos depositaron siempre su esperanza en la victoria por la mediación del Santo Apóstol, y nos cuentan las crónicas que los Reyes Católicos, Don Fernando y Doña Isabel hacían ondear el estandarte de Santiago en el sitio más alto de la plaza conquistada precediendo siempre éste al pabellón de Castilla.

Era el espíritu de Santiago el que alentó la última y gloriosa Cruzada. Era su espíritu bravo e indomable el que sostenía el brazo del humilde requeté o el del falangista en la lucha. Era su espíritu el que quedó palpitando en el último y desgarrado “¡Arriba España!” de José Antonio, cuando en la fría madrugada de Alicante los fusiles sellaron labios que por haber dicho todo en esta tierra solo podían abrirse nuevamente en el Cielo.

Pero el hijo de Zebedeo, el que mereció que la Ssma. Virgen lo visitara en carne mortal a orillad del Ebro, no limita su protección a la España sino que la extiende a toda la Hispanidad. Sigue leyendo

Día de la «Raza»

«La perspectiva de un mexicano ante el Dia de la Raza y el concepto de Hispanidad en el que los iberoamericanos deben sentirse incluidos».


Por: Etsuo Tirado Hamasaki

Durante mi infancia, cada año se celebraba como un día especial el 12 de Octubre, como el «Día de la Raza». Incluso en los programas oficiales de estudio, tan cargados ideológicamente de indigenismo, se hablaba del Descubrimiento así, con ese nombre, y se le consideraba un gran acontecimiento. El tratamiento a Colón era elogioso, aunque no faltaban elementos de leyenda negra: el mito de las joyas empeñadas por la Reina (que mal podía empeñarlas de nuevo si ya lo había hecho para la campaña que culminó con la conquista de Granada) y el infundio de que la tripulación de las carabelas se había nutrido de malhechores. Pero en general se celebraba como un gran acontecimiento. Era, y de hecho, sigue siendo, un día festivo o feriado en el sentido de ser asueto obligatorio en escuelas y oficinas de gobierno, pero entonces el ambiente era de fiesta nacional. A Colón se le consideraba un héroe de la humanidad, se le dedicaban poemas, discursos, homenajes. A los estudiantes se les encargaban composiciones, dibujos, maquetas… En esos años veíamos aún muy lejano el V Centenario, que suponíamos alcanzaríamos a ver, pero sentíamos que faltaban muchos años.

Fué pasando el tiempo, algunos asistimos a la Universidad, la fecha se acercaba pero aún pensábamos que quedaban muchos años. Nunca hubiera imaginado lo que finalmente sucedió. Una campaña, a nivel internacional y que naturalmente repercutió en México, donde el discurso indigenista siempre había sido un recurso fácil de la demagogia, anuló los festejos que muchos hubiéramos esperado como naturales. Cuando se acercaba, ahora sí, el V Centenario, lejos de analizar serena y objetivamente la historia, los «intelectuales» favorecidos por los medios masivos de comunicación, aquellos a los que se les citaba en todas partes, se les reproducía los artículos, se les entrevistaba, se dedicaron sistemáticamente a una campaña que se negaba a hablar de Descubrimiento, que cuando mucho hablaba de «Encuentro», que se preguntaba en tono estridente si había algo que celebrar, que calificaba a Colón de aventurero despistado, ególatra, mitómano, codicioso… y en fin, que calificaba al descubrimiento y la conquista como un desastre, una desgracia, una intromisión en el mundo feliz de las desarrolladas culturas indígenas por parte de unos codiciosos salvajes que habían venido a destruir la preciosa armonía en que vivían los civilizados naturales de estas tierras. Era un coro de lamentos, con poquísimas y honrosas excepciones, lo que se dejó oir. Porque a los que no compartían esta maniquea visión de la historia, incluso a los que pedían moderación, por lo general no se les permitía el acceso a los medios. Toda esta campaña, de parte de los herederos de quienes crearon y propagaron la Leyenda Negra, no era extraña. Tampoco lo era de nuestra extrema izquierda nacional, ni la del grupo en el poder que siempre quiso crear, desde el siglo XIX, la consciencia e identidad nacional mexicana en base a un mítico México prehispánico que había sucumbido ante la invasión ibérica. Pero lo que terminaba de crear la más completa confusión, era la actitud vergonzante de tantas figuras del gobierno y de la intelectualidad española, que pedían disculpas por haber tenido la imprudencia de descubrir, perdón, de realizar un «encuentro», y de conquistar y civilizar a América, aceptando, cómo no, que no había sido tal labor civilizadora sino sólo un saqueo y una imposición de idioma, religión y costumbres…

Ante tanta confusión, conviene preguntarse ¿qué celebramos el 12 de Octubre? ¿qué es el concepto de Raza que se exalta cuando hablamos de Hispanidad? ¿porqué lo celebramos, o por qué habríamos de seguirlo celebrando, en países que hace dos siglos nos independizamos de esa Madre Patria a la que se le expresan sentimientos tan contradictorios? Sigue leyendo