SANTA BALBINA, Virgen

31 de marzo

Vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos; y los arrojarán en el horno del juego. Allí será el llanto y el crujir de dientes. (San Mateo. 13, 49-50).

Dios, para castigar al tribuno Quirino por la prisión que había hecho sufrir al Papa Alejandro, permitió que su hija Balbina, que era de notable belleza, se viese cubierta de llagas y horriblemente desfigurada. Quirino acudió al santo pontífice, quien sanó a Balbina con sólo tocarla con sus cadenas. El tribuno, convertido por el milagro, murió mártir con el mismo Alejandro, pasado algún tiempo. Balbina consagró su belleza a Dios que se la devolviera, y mostró con su conducta que el cristianismo puede conciliar dos cosas aparentemente difíciles de unir, una rara hermosura y una gran pureza.

MEDITACIÓN
SOBRE LA MEZCLA
DE BUENOS y MALOS

I. En este mundo, los buenos están mezclados con los malos. Así lo ha permitido Dios para que los malos puedan aprovechar los ejemplos de los buenos, y para que los justos tengan ocasión de ejercitar su celo y su paciencia soportando a los pecadores y trabajando en su conversión. No imites a los malos, pero tampoco los desprecies: acaso lleguen a ser más grandes que tú en el paraíso; acaso tú cometas faltas más graves que ellos, puesto que no existe pecado que no puedas cometer, si Dios te abandona a tu propia flaqueza.

II. En esta vida el bien está mezclado con el mal, y el mal con el bien. No existe hombre tan desgraciado que de tanto en tanto no tenga consuelos, ya de parte de Dios, ya de los hombres; como tampoco hombre tan dichoso que no tenga alguna pena. Por lo tanto, no esperemos felicidad completa en este mundo. Nuestra única felicidad consiste en conformarnos con la voluntad de Dios. Es el secreto para vivir felices. Los santos lo han sido en medio de la pobreza, de las lágrimas y de las enfermedades, por que sabían que tal era el beneplácito de Dios. Son pobres y aman la pobreza, lloran y aman sus lágrimas, son débiles y se regocijan en su debilidad. (San Salviano).

III. En el día del juicio, los malos serán separa dos de entre los buenos, éstos serán colocados a la derecha y destinados para la gloria; aquellos, pos puestos a la izquierda y condenados al infierno. Se verán entonces los crímenes de los réprobos y las virtudes de los santos. Hipócrita, ¿qué dirás, qué harás tú? ¡Todo lo bueno estará en el cielo, todo lo malo en el infierno, y así quedará por toda la eternidad! Piensa en esto y sé precavido mientras tengas tiempo todavía. Pluguiese a Dios que fuesen sabios e inteligentes, así pensarían en sus postrimerías. (Deuteronomio).

El pensamiento del juicio
Orad por la conversión de los pecadores .

ORACIÓN

Escuchadnos, Señor Salvador nuestro, a fin de que la tiesta de Santa Balbina, virgen, al mismo tiempo que regocije nuestra alma desarrolle en ella los sentimientos de una tierna devoción. Por. J. C. N. S. Amén.

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/

SAN JUAN CLÍMACO, Abad

30 de marzo

El mundo pasa con su concupiscencia. Mas el que hace la voluntad de Dios permanece eternamente. (1 San Juan, 2,17).

San Juan Clímaco subió al cielo por la escala que nos presenta, pues todo lo que enseña en su hermoso libro tituladoEscala Espiritual, él mismo lo practicó. Dejó el mundo y se hizo monje a la edad de 16 años. Su vida desde entonces fue una mortificación continua. Empleaba su tiempo en llorar sus pecados, en conversar con Dios, o bien en componer libros destinados a instruir y edificar al prójimo. Fue nombrado abad del Monte Sinaí, y murió a la edad de 80 años apenas transcurrida la primera mitad del siglo VII.

MEDITACIÓN
SOBRE LOS TRES GRADOS
DE LA SUBIDA HACIA DIOS

I. El primer grado de la perfección es el des precio del mundo y de todo  aquello que ama el mundo: honores, placeres y riquezas. Vanos son los honores del mundo; criminales sus placeres; peligrosas sus riquezas. ¡Qué difícil es llegar a este grado! ¡Cuánta virtud se necesita para pisotear lo que adoran los hombres! Pero, lo que es difícil no es imposible. sobre todo si consideran que el mundo pasa con su concupiscencia, y que es preferible abandonarlo a él antes que ser por él abandonados.

II. El segundo grado es la abnegaci6n de uno mismo. Has de renunciar a tus placeres, a tus más, caras inclinaciones, a tu propia voluntad, has de triunfar de ti mismo en todo. Fácil es decirlo, pero difícil hacerlo. Es necesario, sin embargo, porque nada harías abandonando el mundo, si no renuncias a ti mismo. Es pues menester que, en adelante, sea mi propio enemigo, que me declare la guerra, que luche contra todas las inclinaciones de la naturaleza corrompida.

III. El tercer grado es la conformidad con la voluntad de Dios en todo y en cualquier parte. Si llegaste ya a este estado, di que has encontrado un paraíso en este mundo; serás feliz y habrás encontrado todas las virtudes. Dios mío, enseñadme a hacer vuestra santa voluntad. Si Vos no me enseñáis este secreto, haré yo mi propia voluntad y Vos me abandonaréis; no seréis mi Dios mientras sea yo mi señor. (San Agustín).

El deseo de la perfección
Orad por los que tienen vocación religiosa.

ORACIÓN

Haced, Señor, os suplicamos, que la intercesión de San Juan Clímaco, abad, nos torne agradables a Vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por sus ruegos lo que no podemos esperar de nuestrosmé ritos. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/

SAN ARMOGASTO, Mártir

29 de marzo

Si no velares, vendré a ti como un ladrón,
y no sabrás  a qué hora vendré a ti.
(Apocalipsis, 3, 3).

¡Qué hermoso espectáculo ver a San Armogasto abandonar todas sus dignidades en la corte para permanecer fiel a Jesucristo! Viéndolo Genserico, rey de los vándalos, inquebrantable en su fe, le hizo anudar la cabeza y los pies con gruesas cuerdas; mas el santo miró al cielo y rompiéronse sus ataduras. Se lo suspendió de un pie; empero, nada quebrantó su resolución. Finalmente, condenado a guardar los rebaños del rey por el resto de su vida, obedeció con placer, pues sabía que la soledad es favorable a los coloquios entre el alma y Dios. Predijo su muerte próxima, indicó el lugar donde quería se lo enterrase, y fue al cielo a recibir la recompensa de sus trabajos, hacia el año 455.

MEDITACIÓN
SOBRE LA PREPARACIÓN
A LA MUERTE

I. Toda nuestra vida debe ser una preparación para la muerte, pues nuestra muerte, de todos nuestros negocios, es el más importante, ¿qué digo?, los demás nada son comparados con éste. ¿Cómo te preparas tú? ¿Vives como un hombre que en breve ha de morir? ¿Acaso miras la muerte como algo muy alejado de ti ? En adelante mi principal afán será pensar en este gran viaje a la eternidad, no sea que me sorprenda la muerte. La muerte, que sor prende a los que no están preparados, debe encontrarnos siempre prestos. (San Euquerio).

II. Morirás, no lo ignoras. Morirás sólo una vez, y de esta muerte única dependerá una eternidad de dicha o de desventura. No se trata aquí de una pérdida sin importancia, sino de la pérdida del mayor de todos los bienes y, no debes olvidarlo, de una pérdida irreparable.¡Oh muerte, cuán temible eres! ¿Se puede pensar en ti sin despreciar al mundo, y sin darse a Dios?

III. Una vida santa es la mejor de todas las preparaciones para la muerte. No te duermas con un pecado mortal en la conciencia. Por la mañana, al levantarte, piensa: Acaso no alcance a vivir hasta la noche; y por la noche, al acostarte: Acaso no me levante ya, y estas sábanas sean mi sudario. De vez en cuando pregúntate si estás preparado para morir . Nada hay que los hombres vean con más frecuencia que la muerte y nada que olviden con mayor facilidad. (San Euquerio).

El pensamiento de la muerte
Orad por las almas del purgatorio.

ORACIÓN

Haced, os suplicamos, Dios omnipotente, que la intercesión del bienaventurado Armogasto, vuestro mártir, cuyo dichoso nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.

Santa Misa Dominical

DOMINGO DE RAMOS

Escena de la grandiosa entrada de Nuestro Señor en Jerusalén.

MISA
Estación en San Juan de Letrán
( Semidoble de 1ª  clase – Ornamentos morados )

Donde se hubiere hecho la bendición y la procesión de los ramos, el celebrante, con los ministros ayudantes, se acerca al altar, omitido el salmo Judica me Deus y el Confiteor, sube en seguida , besa el altar y lo inciensa como de costumbre.

Introito. Ps. 21, 20-22

INTROITUS Domine, ne longue facias auxilium tuum a me, ad defensionem meam adspice: libera me de ore leonis, et a cornibus unicornium humulitatem meam. Introito – Señor, no dilates tu socorro, atiende a mi defensa; sálvame de la boca del león, y salva a mi pobre alma de las astas de los unicornios. Dios mío, Dios mío, vuelve a mí tus ojos, ¿por qué me has desempa rado? Las voces de mis pecados alejan de mí la salvación. Señor, no dilates…

Oración-Colecta

ORATIOOmnipotens sempiterne Deus, qui humano géneri ad imitándum humilitatis exémplum, Salvatórem nóstrum cárnem súmere, et crúcem subire fecisti: concede propitius; ut et patiéntiae ipsíus habere documenta, et resurrectiónis consórtia mereamur. Per eudem Dominum. R. Amen Omnipotente y Eterno DIOS, que para ofrecer al género humano un ejemplo de humil dad, ordenaste que nuestro Salvador se encarnase y muriese en cruz, concédenos propicio seguir los ejemplos de paciencia que nos dio, y merecer participar de su Resurrección. Por el mismo, etc.R. Amen.

Epístola

EPISTOLALectio Epistolae beati Pauli apostoli ad Philippenses(Philipp., 2, 5-11) Fratres: Hoc enim sentite in vobis, quod et in Christo Jesu, qui cum in forma Dei esset, non raapinam arbitratus est esse se aequalem Deo: sed semetipsum exinanivit formam servi accipiens, in similitudinem hominum factus, et habitu inventus ut homo. Humiliavit semetipsum, factus obediens usque ad mortem autem crucis. Propter quod, et Deus exaltavit illum: et Deus exaltavit illum: et donavit illi nomen, ut in nomine Jesu (hic genuflectitur) omne genu flectatur, caelestium, terrestrium, et infernorum, et omnis lingua confiteatur, quia Dominus Jesus Christus in gloria est Dei Patris. Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Filipenses: Epístola. (Tomada de la Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses (2, 5-11) Hermanos: Abundad en los mismos sentimientos que J esucristo, el cual, siendo Dios, no tuvo por usurpación el ser igual a Dios, y no obstante, se anonadó a sí mismo, tomando la forma de siervo hecho semejante a los demás hombres, y redu cido a la condición de hombre. Se humilló a Sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. Por lo cual. también Dios le ensalzó, y diole un nombre superior a todo nombre, para que al Nombre de J esús se doble toda rodilla (aquí se ponen todos de rodillas) en el cielo, y en la tierra, y en los infiernos; y toda lengua confiese que Nuestro Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre.

Salmodia

GRADUALE (Ps. 72, 24, 1-3) Genuisti manum dexteram meam: et in voluntate tua deduxisti me: et cumgloria assumpsisti me. V. Quam bonus Israël Deus rectis corde! mei autem pene moti sunt pedes: pene effusi sunt gressus mei: quia zelavi in peccatoribus, pacem peccatorum videns. TRACTUS. V. (Ps. 21, 2-9, 18,19, 22, 24 et 32) , Deus meus, respice in me: quare me ereliquisti? V. Lonque a salute mea verba delictorum meorum. V. Deus meus, clamabo per diem, nec exaudies: in nocte, et non ad insipientiam mihi. V. Tu autem in sancto habitas, laus Israël. V. In te speraverunt patres nostri: speraverunt et liberasti eos. V. Ad te clamaverunt, et salvi facti sunt: in te speraverunt, et non sunt confusi. V. Ego autem sum vermis, et non homo: opprobium hominum et abjectio plebis. V. Omnes qui videbant me, aspernabantur me: locuti sunt labiis, et moverunt caput. Omnipotens sempiterne Deus, qui humano géneri ad imitándum humilitatis exémplum, Salvatórem nóstrum cárnem súmere, et crúcem subire fecisti: concede propitius; ut et patiéntiae ipsíus habere documenta, et resurrectiónis consórtia mereamur. Per eudem Dominum.. Speravit in Domino, cripiat eum: salvum faciat eum, quoniam vult eum. Ipsi vero consideraverunt, et inspexerunt me; diviserunt sibi vestimenta mea, et super vestem meam miserunt sortem. V. Libera me de ore leonis: et a cornibus unicornium humilitatem meam. V. Qui timetis Dominum, laudate eum: universum semen Jacob, magnificate eum: V. Annuntiabitur Domino generatio ventura:et annuntiabunt caeli justitiam ejus. V. Populo, qui nascetur, quem fecit Dominus. GradualTomaste mi mano de recha y me guiaste según tu voluntad, y me recibiste con gloria. ¡ Cuán bueno es el Dios de Israel para los rectos de corazón! Casi vacilaron mis pies, por poco se extravían mis pasos, porque envidié a los malos, viendo la paz de los pecadores.

Tracto

Oh Dios, Dios mío. Vuelve a mí tus ojos; ¿por qué me has desamparado ? V. Lejos están de Dios mi Salvador los gritos de mis pecados. V. Dios mío, clamaré durante el día y no me oirás: y durante la noche, y no hallo descanso. V. Pero Tú habitas en el lugar santo, oh gloria de Israel. V. En Ti esperaron nuestros padres, esperaron y los libraste. V. A Ti clamaron y fueron puestos en salvo: en Ti esperaron y no quedaron avergonzados. V. Mas, yo soy gusano y no hombre, el oprobio de los hombres, y el desecho de la plebe. V. Todos los que me miraban, hicieron mofa de mí con palabras y con meneos de cabeza, diciendo: V. Esperaba en el Señor, que El le libre, que le salve, puesto que le ama. V. Y se detuvieron a mirarme y a observarme; se repartieron entre sí mis vestidos y sortearon mi tú nica. V. Líbrame de la boca del león, y salva a mi pobre alma de las astas de los unicornios. V. Vosotros que teméis al Señor, alabadle: hijos todos de Jacob, glorificadle. V. Se hablará al Señor de la generación venidera: y anunciarán los cielos su justicia. Al pueblo que ha de nacer, el cual es obra del Señor.

Terminado el canto de la Epístola, se colocan del lado del Evangelio y en el plano del presbiterio atriles descubiertos y se procede al canto o lectura de la historia de la Pasión del Señor en esta forma: se canta o se lee por ministros ordenados al menos de diáconos, los cuales, acompañados por los acólitos sin ciriales y sin incienso, se acercan al altar y arrodillados allí en la ínfima grada y profundamente inclinados recitan en voz baja, como de costuombre, el Munda cor meum… Purifica mi corazón y mis labios, Dios omnipotente, como purificaste los labios del profeta Isaías con un carbón encendido; dígnate por tu benignísima misericordia purificarme a mí del mismo modo, para que pueda anunciar dignamente tu santo Evangelio. Por Cristo nuestro Señor. Y luego piden al celebrante su bendición, diciendo: Jube, domne, benedicere (Dame, señor, tu bendición). A lo que el celebrante, vuelto hacia ellos, contesta: Dominus sit cordibus vestris… El Señor esté en vuestros corazones y en vuestros labios a fin de que anunciéis digna y competentemente su Evangelio. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Ellos contestan: Amen.

Después, juntamente con los acólitos o ayudantes, hacen la reverencia y se acercan a los atriles; no se signan ni a sí mismos ni al libro al comenzar a leer o cantar.

El sacerdote, después de leer el gradual y el tracto, dice, como de costumbre, en medio del altar, Munda cor meur, Jube, Domine, y Dominus sit in corde meo. Luego, al lado del evngelio, en el altar, lee o canta con voz clara la historia de la Pasión del Señor, pero no signa el libro ni a sí mismo al empezar a leer o cantar.
Este modo de cantar o leer se observa también el martes y miércoles cuando se canta o se lee la historia de la pasión.

Evangelio

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO

La Agonía en el Huerto de los Olivos

USequéntia sancti Evangélii secúndum Mateo. Mat. 26, 36-75; 27, 1-54 In illo témpore: Venit Jesus cum discipulis suis in villam, quae dicitur Gethsemani, et dixit discipulis suis: Sedete hic donec vadam illuc, et orem. Et assumpto Petro, et duobus filiis Zebedaei, coepit contristari, et moestrus esse. Tunc ait illis: Tristis est anima mea usque ad mortem: sustinete hic, et vigilate mecum. Et progressus pusillum, procidit in faciem suam, orans, et dicens: Pater mi, si possibile est, transeat a me calix iste. Verumtamen non sicut ego volo, sed sicut tu. Et venit ad discipulos suos, et invenit eos dormientes, et dicit Petro: Sic non potuistis una hora vigilare meum? Vigilate, et orate, ut non intretis in tentationem. Spiritus quidem promptus est, caro autem infirma. Iterum secundo abiit, et oravit, dicens: Pater mi, si non potest hic calix transire nisi bibm illum, fiat voluntas tua. Et venit iterum, et invenit eos dormientes: erant enim oculi eorum gravati. Et relictis ilis, iterum abiit, et oravit tertio, eumdem sermonem dicens. Tunc venit ad discipulos suos, et dicit illis: Dormite jam, et requiescite: ecce appropinquavit hora, et Filiius hominis tradetur in manus peccatorum. Surgite, eamus: ecce appropinquavit qui me tradet. U Continuación del Santo Evangelio según San Mateo (26, 36-75; 27, 1-54)En aquel tiempo:  fue Jesús con ellos a una granja, que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: «Sentaos aquí, mientras voy allí y hago oración». Y habiendo tomado consigo a Pedro, y a los dos hijos del Zebedeo, comenzó a en tristecerse y a angustiarse. Entonces les dijo: «Triste está mi alma hasta la muerte: aguardad aquí, y velad conmigo». Y ha biendo andado algunos pasos, postróse sobre su rostro, y oró, diciendo: «Padre mío, si es posible, pase de mi este Cáliz; mas, no sea como yo quiero, sino como tú quieres», y volviendo a sus discípulos, y les halló durmiendo; y dice a Pedro: «¿No habéis podido velar ni una hora conmigo? Velad y orad, para que no entréis en tentación. El espíritu está pronto, es verdad, pero la carne es débil». Volvió a alejarse por segunda vez, y oró, diciendo : «Padre mío, si no puede pasar este Cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu volun tad». Y volvió de nuevo, y les halló durmiendo, porque sus ojos estaban car gados de sueño. y dejándoles, volvió a alejarse, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. Entonces volviendo a donde estaban sus discípulos, y les dijo: «Dormid ya, y reposaos; he aquí que ha llegado la hora, y el Hijo del hombre será entregado en manos de pecadores. Levantaos, vamos. He aquí que ha llegado el que ha de entregarme.»

Traición de Judas y huida de los Discípulos

Adhuc eo loquente, ecce Judas unus de duodecim venit, et cum eo turba multa cum gladiis, et fustibus, missi a princibus sacerdotum, et senioribus populi. Qui autem tradidit eum, dedit ilis signum, dicens: Quemcumque osculatus fuero, ipse est, tenete eum. Et confestim accedens ad Jesum, dixit: Ave Rabbi. Et osculatus est eum. Dixitque illi Jesus: Amice, ad quid venisti? Tunc accesserunt, et manus injecerunt in Jesum, et tenuerunt eum. Et ecce unus ex his, qui erant cum Jesum, extendens manum, exemit gladium suum, et percutiens sevum principis sacerdotum, amputavit auriculam ejus. Trunc ait ili Jesus: Converte gladium tuum in locum suum. Omnes enim, qui acceperint gladium, gladio peribunt. An putas, quia non possum rogare Patrem meum, et exhibebit mihi modo plus quam duodecim legiones Angelorum? Quomodo ergo implebuntur Scripturae, quia sic oportet fieri? In illa hora dixit Jesus turbis: Tamquam ad latronem existis cum gladiis et fustibus comprehendere me: quotidie apud vos sedebam docens in templo, et non me tenuistis. Hoc autem totum factum est ut adimplerentur Scripturae prophetarum. Tunc discipuli omnes, relicto eo, fugerunt. Estando El aun hablando, he aquí que llegó Judas, uno de los Doce, y con él, numerosa turba con espadas y con palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. Y el que le entregó les había dado una señal, diciendo: «Aquél a quien yo besare, ése es; prendedle.» Y acercándose luego aJesús, dijo: «Dios te guarde, Maestro.» Y le besó. Y Jesús le dijo: «Amigo, ¿a que has venido?» Entonces se llegaron, echaron mano de Jesús, y le prendieron. Y he aquí que uno de aqué11os que estaban con Jesús, alargó la mano, sacó su espada, hirió a un criado del príncipe de los sacerdotes, cortandole una oreja. Entonces
le dijo Jesús: «Vuelve tu espada a su vaina, porque todo el que tomare la espada, a espada perecerá. ¿Crees acaso que no puedo rogar a mi Padre, y al punto me daría más de doce legiones de ángeles? Mas, ¿cómo se cumplirían las Escrituras, que así es menester que sucedan?» En aquella hora dijo Jesús a la turba: «Como a un ladrón habéis salido con espadas y con palos, para prenderme. Cada día estaba sentado entre vosotros en el templo, y no me prendisteis.» Mas, todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos sus discípulos, abandonándole, huyeron.

Jesús afirma su divinidad

At illi tenentes Jesum, duxerunt ad Caipham principem dacerdotum, ubi scribae, et seniores convenerant. Petrus autem sequebatur eum a longe, usque in atrium principis sacerdotum. Et ingressus intro, sedebat cum ministris, ut videret finem. Principes autem sacerdotum, et omne concilium, quaerebant falsum testimonium contra Jesum, ut eum morti traderent: et non invenerunt, cum multi falsi testes accessissent. Novissime autem venerunt duo falsi testes, et dixerunt: Hic dixit: Possum destruere templum Dei, et post triduum reaedificare illud. Et surgens princeps sacerdotum, ait illi: Nihil respondes ad ea, quae isti adversum te testificantur? Jesus autem tacebat. Et princeps sacerdotum ait illi: Adjuro te per Deum vivum, ut dicas nobis, si tu  es Christus, Filius Dei. Dicit illi Jesus: Tu dixisti. Verumtamen dico vobis, amodo videbitis Filium Hominis sedentem a dextris virtutis Dei, et venientem in nubibus caeli. Tunc princeps sacerdotum scidit vestimenta sua, dicens: Blasphemavit: quid adhuc egemus testibus? Ecce nunc audistis blasphemiam: quid vobis videtur? At illi respondentes, dixerunt: Reus est mortis. Tunc exspuerunt in fasciem ejus, et colaphis eum ceciderunt, alii autem pañmas in fasciem ejus dederun, dicentes: Prophetiza nobis, Christe, quis est qui te percussit? Los que habían prendido a Jesús, le llevaron ante Caifás, príncipe de los sacerdotes, donde estaban congregados los escribas y los ancianos. Y Pedro  le siguió de lejos hasta el palacio del príncipe de los sacerdotes; y habiendo entrado hasta el interior, permanecía sen tado con los sirvientes, para ver el fin. Los príncipes de los sacerdotes, y todo el consejo, buscaban algún falso testimonio contra Jesús, para entregarlo a la muerte. y no lo hallaron, aunque muchos falsos testigos se presentaron. Mas, al fin vinie ron dos falsos testigos, y dijeron: «Este ha dicho: ‘Yo puedo destruir el templo de Dios, y reedificarlo en tres días.’ Habló entonces el príncipe de los sacerdotes, y le dijo: «¿No respondes nada a lo que éstos atestiguan contra ti?’, Mas, J esús callaba. Y el príncipe de los sacerdotes le dijo: «Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le dijo: «Tú lo has dicho. Más aun, yo os digo, que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la Majestad de Dios, y viniendo sobre las nubes del cielo.» En tonces el príncipe de los sacerdotes rasgó sus vestiduras diciendo: «Ha blasfemado : ¿A qué hemos menester más testigos? Ved que acabáis de oír una blasfemia. ¿Qué os parece?» Y ellos, respondiendo, dijeron: «Reo es de muerte.» Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron puñetazos, y otros le dieron bofetadas, diciendo: «Profetízanos, Cristo: ¿quién te ha herido?»

Negación de Pedro

Petrus vero sedebat foris in atrio; et  accessit ad eum una ancilla, dicens: Et tu cum Jesu Galilaeo eras. At ille negavit coram omnibus, dicens: Nescio quid dicis; Exeunte autem illo januam, vidit eum alia ancilla, et ait his, qui erant tibi: Et  hic erat cun Jesu Nazareno. Et iterum negavit cum juramento: Quia non novi hominem. Et post pusillum accesserunt qui stabant, et dixerunt Petro: Vere et tuex illis es: nam et loquela tua manifestum te facit. Tunc coepit detestari, et jurare quia non novisset hominem. Et continuo galus cantavit. Et recordatus est Petrus verbi Jesu, quod dixerat: Priusquam gallus cantet, ter me negabis. Et egressus foras, flevit amare. Pedro estaba sentado fuera en el atrio; y se llegó a él una criada, diciendo: «Tú también estabas con Jesús, el Galileo.» Mas él negó delante de todos, diciendo: «No sé lo que dices.» y al salir él a la puerta, viole otra criada, y dijo a los que estaban ahí : «También éste estaba con Jesús, el Nazareno.» y lo negó de nuevo con juramento, diciendo: «No conozco a ese hombre.» y poco después se acercaron los que allí estaban, y dijeron a Pedro: » Verdaderamente, tú también eres de ellos, porque tu habla te descubre.» Entonces prorrumpió en imprecaciones, y en juramentos, diciendo que no conocía a ese hombre. y luego cantó el gallo. Entonces recordó Pedro las palabras que Jesús había dicho: «Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.» y saliendo fuera, lloró amargamente.

Desesperación de Judas

Mane autem facto, concilium inierunt omnes principes sacerdotum, et seniores populi adversus Jesum, ut eum morti traderent. Et vinctum adduxerunt eum, et tradiderunt Pontio Pilato praesidi. Tunc videns Judas, qui eum tradidit, quod damnatus esset; poenitentia ductus, retulit triginta argenteos principibus, dicens: Peccavi, tradens sanguinem justum. At illi dixerunt: Quid ad nos? Tu videris: Et projectis argenteis in templo, recessit; et, abiens, laqueo se suspendit. Principes autem sacerdotum, acceptis argenteis, dixerunt: Non licet eos mittere in corbonam: quia pretium sanguinis est. Consilio autem inito, emerunt ex illis agrum figuli, in sepulturam peregrinorum. Propter hoc vocatus est ager ille, Haceldama, hoc est ager, sanguinis, usque in hodiernum diem. Tunc impletum est, quod dictum est per Jeremiam Prophetam, dicentem: Et acceperunt triginta argenteos pretium appretiati, quem appretiaverunt a filiis Israël: et dederunt eos in agrum figuli, sicut constituit Mihi Dominus. Venida la mañana, tuvieron consejo todos los príncipes de lossacerdotes y los ancianos del pueblo contra  Jesús, para darle muerte. y le llevaron atado, y le entregaron al procurador Poncio Pilato. Entonces Judas, el que le había entregado, al ver que era condenado, devolvió arrepentido las treinta monedas de plata a los príncipes de los sacerdotes y a los ancianos, diciendo: «He pecado entregando sangre inocente.» Mas, ellos  le dijeron: «¿A nosotros, qué nos va? Allá tú.’ Y arrojando en el templo las monedas de plata, se retiró, y fué, y se ahorcó. Y los príncipes de los sacerdotes, tomando las monedas, dijeron: «No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, porque son precio de sangre.» Y después de haber deliberado, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de extranjeros. Por lo cual, se ha llamado aquel campo Hacéldama, es decir, campo de sangre, hasta el día de hoy. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías: «Y tomaron treinta monedas de plata, precio del que fue puesto a precio, a quien pusieron aprecio los hijos de Israel, y las dieron para el campo del alfarero, según me ordenó el Señor .’

Jesús y Barrabás

Jesus autem stetit ante Praesidem, et  interrogavit eum Praeses, dicens: Tu es Rex Judeorum? Dicit illi Jesus: Tu dicis. Et cum accusaretur a principibus sacerdotum et senioribus, nihil respondit. Tunc dicit ili Pilatus: Non audis quanta adversum te dicunt testimonia? Et non respondit ei ad ullum verbum, ita ut miraretur Praeses vehementer. Per diem autem solemnem  consueverat Praeses vehementer. Per diem autem solemnem consueverat Praeses populo dimittere unum vinctum, quem voluissent. Habebat autem tunc vinctum insignem, qui dicebatur Barabbas. Congregatis ergo illis, dixit Pilatus: Quem vultis dimittam vobis: Barabbam, an Jesum, qui dicitur Christus? Sciebat enim quod per invidiam tradissent eum. Sedente autem illo pro tribunali, misit ad eum uxor ejus, dicens: Nihil tibi, et justo illi: multa enim passa sum hodie per visum propter eum. Principes autem sacerdotum, et seniores persua serunt populis, ut peterent Barabbam, Jesum vero perderent. Respondens autem Praeses, ait illis: Quem vultis vobis de duobus dimitti? At illi dixerunt: Barabbam. Dicit illis Pilatus: Quid igitur faciam de Jesu, qui dicitur Christus? Dicunt omnes: Crucifigatur. Ait illis Praesees: Quid enimmali fecit? At illi magis clamabant, dicentes: Crucifigatur. Videns autem Pilatus quia nihil proficeret, sed magis tumultus fieret: accepta aqua, lavit manus coram populo, dicens:Innocens ego sum a sanguine justi hujus, vos videritis. Et respondens universus populus, dixit: Sanguis ejus super nos, et super filios nostros. Tunc dimisit illis Barabbam: Jesum autem flagellatum tradidit eis, ut crucifigeretur. Jesús fué llevado ante el procura dor; y el procurador le interrogó, diciendo : » ¿Eres Tú el rey de los judíos?»
Jesús le dijo: «Tú lo dices.» Y como le acusasen los príncipes de los sacerdotes y los ancianos; no respondió nada. Entonces le dice Pilatos : «¿No oyes cuántos :testimonios aducen contra ti?» y no le respondió a cosa alguna, por manera que el procurador se maravilló grandemente. Y para el día de la fiesta, acostumbraba el procurador soltar a un preso, el que ellos quisiesen. y tenían entonces un preso famoso, que se llamaba Barrabás. Estando, pues, ellos reunidos, les dijo Pilatos: «¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, que es llamado el Cristo?» porque sabía que por envidia le habían entregado. y estando él sentado al tribunal, su mujer le envió a decir : «Que no tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido mucho en sueños por causa suya.» Mas, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos indujeron a la multitud a pedir a Earrabás, y a hacer morir a Jesús. y respondiendo el procura dor, les dijo: «A cuál de los dos queréis que os suelte?» Y ellos dijeron: A Barrabás.» Pilatos les dice: «Entonces, ¿qué haré con Jesús, que es llamado el Cristo?» Dicen todos, «Que sea crucifi cado.» Díjoles el procurador: «Pues, ¿qué mal ha hecho?» Y ellos gritaban aún más, diciendo: «Que sea crucificado.» Y viendo Pilatos que nada adelantaba, y que antes bien, crecía el tumulto, tomó agua, y se lavó las manos delante del pueblo dicien do: «Soy inocente de la sangre de este justo: vosotros veréis.» Y respondiendo todo el pueblo, dijo: «Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos.» Entonces les soltó a Barrabás. Y a Jesús, después de azotarle, le entregó a. ellos para que fuese crucificado.

Los soldados se mofan de Jesús

Tunc milites praesidis suscipientes Jesum in praetorium, congragaverunt ad eum universam cohortem: et exuentes eum, chlamydem coccineam circumdederunt ei coronam de spinis, posuerunt super caput ejus, et arundinem in dextera ejus. Et genu flexo ante eum, illudebant ei, dicentes: Ave, rex Judeorum. Et exspuentes in eum, acceperunt arundinem, et percutiebant caput ejus. Et postquam illuserunt ei, exuerunt eum chlamyde, et induerunt eum vestimentis ejus, et duxerunt eum ut crucifigerent. Entonces los soldados del procurador llevaron a Jesús al pretorio, y juntaron alrededor de él toda la cohorte; y le desnudaron, y le echaron encima un manto de grana; y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, y una caña en la mano derecha. y doblando la rodilla ante él se mofaban de él diciendo: «Salve, Rey de los judíos.» y escupiéndole, tomaron la caña, y comenzaron a golperale con ella la cabeza. y después de haberse mofado de él, le quitaron el manto, y le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.

La Crucifixión

Exeuntes autem, invenerunt hominem Cyrenaeum, nomine Simonem: hunc angariaverunt ut tolleret crucem ejus. Et venerunt in locum, qui dicitur Golgotha, quod est Calvariae locus. Et dederunt ei vinum bibere cum felle mixtum. Et cum gustasset, noluit bibere. Postquam autem crucifixerunt eum, diviserunt vestimenta ejus, sortem mittentes: ut impleretur, quod dictum est per prophetam dicentem: Diviserunt sibi vestimenta mea, et super vestem meam miserunt sortem. Et sedentes, servabant eum. Et imposuerunt super caput ejus causam ipsius scriptam: HIC EST JESUS REX JUDEORUM. Tunc crucifixi sunt cum eo duo latrones: unus a dextris, et unus a sinistris. Al salir , encontraron a un hombre de Cirene, por nombre Simón; a éste le obligaron a llevar la cruz. y llegaron al lugar que se llama Gólgota, que es, lugar de la Calavera. y le dieron a beber vino mezclado con hiel; y habiéndolo gustado, no lo quiso beber. y después que le crucificaron, repartieron sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta, que dijo : «Se repartieron mis vestidos, y sobre mi túnica echaron suertes.» Y sentados, le guardaban. y sobre su cabeza pusieron escrita la causa de su condena: «ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.» Fueron entonces, con él, crucificados dos ladrones  uno a la derecha, y otro a la izquierda.

Sufrimientos de Jesús en la Cruz

Praeteruntes autem blasphemabant eum, moventes capita sua, et dicentes: Vah, qui destruis templum Dei,et in triduo illud raedificas: salva temetipsum. Si Filius Dei es, descende de cruce. Similiter et principes sacerdotum, illudentes cum scribis et senioribus, dicebant: Alos salvos fecit, seipsum non potest salvum facere: si Rex Israël est, descendat nunc de cruce, et credimus ei: confidit in Deo: liberet nunc, si vult eum; dixit enim: Quia filius Dei sum: Idipsum autem et latrones, qui crucifixi erant cum eo, improperabant ei. Los que pasaban, le injuriaban, meneando la cabeza: «Eh Tú que destryes el templo, de Dios, y en tres días lo reedificas. Sálvate a ti mismo. Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.» De la misma manera, los príncipes de los sacerdotes, mofándose de él, con los escribas y los ancianos, decían: «A otros salvó, y a sí mismo no puede salvarse; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. En Dios confió: que le salve si le ama; porque ha dicho : ‘Soy hijo de Dios.’ Y del mismo modo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.

Muerte de Jesús

A sexta autem hora tenebrae factae sunt super universam terram usque ad horam nonam. Et circa horam nonam clamavit Jesus voce magna, dicens: Eli, Eli, Lamma sabacthani? Hoc est: Deus meus, Deus ,eus, ut quid dereliquisti me? Quidam autem illic stantes, et audientes, dicebant: Eliam vocat iste. Et continuo currens unus ex eis, acceptam spongiam implevit aceto, et imposuit arundini, et dabat ei bibere. Ceteri vero dicebant: Sine, videamus an veniat Elías liberans eum. Jesus autem iterumclamans voce magna, emisit spiritum. Desde la hora de sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora de nona. y cerca de la hora de nona, exclamó Jesús con gran voz, di ciendo: «Eli, Eli, lamma sabacthani.» Esto es: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» y algunos que allí estaban y lo oyeron, decían : A Elías llama éste.» y corriendo luego uno de ellos, empapó en vinagre una esponja que había tomado, y la puso en una caña y le dio a beber. y los otros decian: «Deja, veamos si viene Elías a librarle.» Y Jesús, habiendo clamado de nuevo con gran, voz, expiró.

Aquí se arrodillan todos, y se hace una breve pausa.

El centurión reconoce la divinidad de Jesús

Et ecce velum templi scissum est in duas partes a summo usque deorsum: et terra mota est, et petrae scissae sunt, et monumenta aperta sunt: et multa corpora sanctorum, qui dormierant, surrexerunt. Et exeuntes de monumentis post resurrectionem ejus, venerunt in sanctam civitatem, et apparuerunt multis. Centurio autem, et qui cum eo erant, custodientes Jesum, viso teraemotu, et his quae fiebant, timuerunt valde, dicentes: Vere Filius Dei erat iste. He aquí que el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las piedras se hendie ron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían muerto, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la Resurrección de él, vinieron a la Santa Ciudad, y se aparecieron a muchos. Y el centurión y los que con él estaban custodiando a Jesús, al ver el terremoto, y lo que estaba pasando, se llenaron de temor y dijeron: «Verdadera mente, éste era el Hijo de Dios.»

Sepultura de Jesús

Erant autem ibi mulieres multae a longe, quae secutae erant Jsum a Galilea, ministrantes ei: inter quas erat Maria Magdalene, et Maria Jacobi, et Joseph mater, et mater filiorum Zebedaei. Cum autem sero factum esset, venit quidam homo dives ab Arimathaea, nomine Joseph, qui et ipse discipulus erat Jesu. Tunc Pilatus jussit reddi corpus. Et accepto corpore, Joseph involvit illud in sindome munda. Et posuit illud in monumento suo novo, quo exciderat in petra. Et advolvit saxum magnum ad ostium monumenti, et abiit. Credo. Estaban allí, a distancia, muchas mujeres, que habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole. Entre las cuales estaban María Magdalena, y María, madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo. Y siendo ya tarde, vino un hombre rico de Arimatea, por nombre José, el cual también era discípulo de Jesús. Este se presentó a Pilatos, y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilatos mandó le fuese entregado el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, envolviólo en una sábana limpia, y lo puso en un sepulcro nuevo que había labrado en la roca, y haciéndola rodar , arrimó una gran piedra a la puerta del sepulcro, y se fue. y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro. Credo.

Los sacerdotes que digan una segunda o tercera misa rezada, pueden omitir la Pasión y decir el siguiente Evangelio:

U secúndum Mateo. Mat. 27, 45-52 A sexta autem hora tenebrae factae sunt super universam terram usque ad horam nonam. Et circa horam nonam clamavit Jesus voce magna, dicens: Eli, Eli, Lamma sabacthani? Hoc est: Deus meus, Deus ,eus, ut quid dereliquisti me? Quidam autem illic stantes, et audientes, dicebant: Eliam vocat iste. Et continuo currens unus ex eis, acceptam spongiam implevit aceto, et imposuit arundini, et dabat ei bibere. Ceteri vero dicebant: Sine, videamus an veniat Elías liberans eum. Jesus autem iterumclamans voce magna, emisit spiritum. Et ecce velum templi scissum est in duas partes a summo usque deorsum: et terra mota est, et petrae scissae sunt, et monumenta aperta sunt: et multa corpora sanctorum, qui dormierant, surrexerunt. Et exeuntes de monumentis post resurrectionem ejus, venerunt in sanctam civitatem, et apparuerunt multis. – Credo. U Continuación del S. Evangelio según S. Mateo. – Desde la hora de sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora de nona. y cerca de la hora de nona, exclamó Jesús con gran voz, di ciendo: «Eli, Eli, lamma sabacthani.» Esto es: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» y algunos que allí estaban y lo oyeron, decían : A Elías llama éste.» y corriendo luego uno de ellos, empapó en vinagre una esponja que había tomado, y la puso en una caña y le dio a beber. y los otros decían: «Deja, veamos si viene Elías a librarle.» Y Jesús, habiendo clamado de nuevo con gran, voz, expiró. (Aquí se arrodillan todos) He aquí que el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las piedras se hendieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían muerto, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la Resurrección de él, vinie ron a la Santa Ciudad, y se aparecieron a muchos.Credo.

Ofertorio

OFFERTORIUM Ps. 68, 21-22 Improperium expectavit cor meum, et miseriam: et sustinui qui simul mecum contristaretur, et non fuit: consolantem me quaesivi, et non inveni: et non fuit: consolantem me quaesivi, et non inveni: et dederunt in escam meam fel, et in siti mea potaverunt me aceto. OfertorioOprobio y miseria esperó mi corazón: y aguardé que alguien se compadeciese con migo, y no lo hubo; busqué quien me consolase, y no lo hallé; y me dieron hiel por comida, y en mi sed, me hicieron beber vinagre.

Oración-Secreta

Cocede quaesumus, Domine, ut oculis tuae majestatis munus oblatum, et gratiam nobis devotionis obtineat, et effectum beatae perennitatis acquirat. Per Dominum nostrum. Concédenos, Señor, te rogamos, que este don ofrecido a los ojos de tu Majestad, nos consiga la gracia de la devoción, y nos merezca alcanzar la eterna felicidad. Por Nuestro Señor, etc.

Prefacio De la Santa Cruz

Vere dignum et justum est, aequum et salutare nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui salutem humani generis in ligno Crucis constituisti: ut unde mors oriebatur, inde vita resurgeret: et qui in kigno vincebat, in ligno quoque vinceretur: per Christum Dominum nostrum. Per quem majestatem tuam laudant Angeli, adorant Dominationes, tremunt Potestates. Caeli caelorumque Virtutes ac beata Seraphim, socia exultatione concelebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admitti jubeas deprecamur, supplici confessione dicentes:  Sanctus, Sanctus, Sanctus, etc. Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, el darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor Santísimo, Padre Todopoderoso, Dios Eterno: Que pusiste la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que de donde salió la muerte, de allí renaciese la vida, y el que en un árbol venció, en un árbol fuese vencido; por Cristo, Nuestro Señor. Por quien los Ángeles alaban a tu Majestad, las Dominaciones la adoran, la temen las Potestades. Los cielos, y las Virtudes de los cielos, y los Serafines, con recíproca alegría la celebran. Rogámoste, que con sus alabanzas, recibas las nuestras, diciendo con humilde confesión: Santo, Santo, Santo etc.
COMMUNIO – Pater, si non potest hic calix transire nisi bibam illum, fiat voluntas tua.
Comunión.«Padre, si no puede pasar este Cáliz sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.»

Oración-Postcomunión

POSTCOMMUNIO Per hujus, Domine, operationem mysterii: et vitia nostra purgentur, et justa desideria compleantur. Per Dominum nostrum Jesum Christum. < Señor   oh Haz,   >   Por la virtud de este Sacramento, oh Señor, seamos purificados de nuestros vicios, y cúmplanse nuestros deseos. Por Nuestro Señor, etc.

El celebrante, terminada la misa y dada la bendición del modo acostumbrado, omite el último Evangelio y todos vuelven a la Sacristía.
En las Misas en que no haya Bendición de Ramos, se lee como último Evangelio Cum ppropinquasset Jesus:

Último Evangelio

(Para las Misas en las que ho haya nabido bendición de ramos)

In illo tempore: Cum appropinquasset Jesus Jerosolymis, et venisset Bethphage ad montem Oliveti: tunc misit duos discipulos suos, dicens eis: Ite in castellum, quod contra vos est, et statim invenietis asinam alligatam, et pullum cum ea: solvite et adducite mihi: et si quis vobis aliquid dixerit, dicite, quia Dominus his opus habet, et confestim dimittet eos. Hoc autem totum factum est, ut adimpleretur quod dictum est per Prophetam, dicentem: Dicite filiae Sion: Ecce rex tuus venit tibi mansuetus, sedens super asinam et pullum, filium subjugalis. Euntes autem discipuli, fecerunt sicut praecepit illis Jesus. Et adduxerunt asinam et pullum: et imposuerunt super eos vestimenta sua, et eum desuper sedere fecerunt. Plurima autem turba straverunt vestimenta sua in via: alii autem caedebant ramos de arboribus, et sternebant in via: turbae autem, quae sequebantur, clamabant, dicentes: Hosanna filio David: benedictus qui venit in nomine Domini. < Señor   oh Haz,   >     En aquel tiempo, acercándose Jesús a Jerusalén, luego que llegó a Betfagé, en el monte de los Olivos, despachó a dos discípulos, diciéndoles: «Id a esa aldea en frente de vosotros, y en seguida encon traréis una asna atada, y su pollino con ella; desatad los y traédmelos. y si alguno os dijere algo, respondedle que los ha menester el Señor, y al punto, os los dejará llevar.» Todo esto sucedió en cum plimiento de lo que dijo el Profeta: «Decid a la hija de Sión: Mira, que viene a ti tu Rey, lleno de mansedumbre, sentado sobre una asna, y su pollino, hijo de la que está acostumbrada al yugo.» Fuéronse los discípulos, e hicieron lo que J esús les había mandado. Trajeron el asna y el pollino, y los aparejaron con sus vestidos, y le hicieron sentar encima. y una gran muchedumbre de gentes tendían por el camino sus vestidos y otros cortaban ramas de los árboles, y las esparcían por el camino. Y tanto las gentes que iban delante, como las que venían detrás, clamaban, diciendo: «Hosanna al hijo de David. Bendito sea el que viene en Nombre del Señor.»

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/


BENDICIÓN DE LOS RAMOS Y PROCESIÓN

SEGUNDO DOMINGO DE PASIÓN
DOMINGO DE RAMOS
Doble de 1ª clase

Escena de la grandiosa entrada de Nuestro Señor en Jerusalén.

La liturgia de este día expresa por medio de dos ceremonias, una de alegría y  otra de tristeza, los dos aspectos del misterio de la Cruz.
Se trata primero de la bendición y procesión de las Palmas en que todo respira santo júbilo, el cual nos permite, aun después de veinte siglos, revivir la escena grandiosa de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Luego viene la Misa, cuyos cantos y lecturas se relacionan exclusivamente con el doloroso recuerdo de la Pasión del Salvador.

BENDICIÓN DE LOS RAMOS Y PROCESIÓN

En Jerusalén, y en el siglo IV, se leía en este Domingo, y en el lugar mismo en que se realizó, el relato evangélico que nos pinta a Cristo aclamado por las turbas como rey de Israel, y tomando posesión de la capital de su reino. Y, en efecto, Jerusalén era imagen del reino de la Jerusalén celestial.
Luego, el obispo, cabalgando sobre un jumento, iba desde la cima del monte de los Olivos hasta la iglesia de la Resurrección, rodeado de la muchedumbre que llevaba en la mano ramos y cantaba himnos y antífonas.
Semejante ceremonia iba precedida de la lectura del paso del Éxodo, relativo a la salida de Egipto. El pueblo de Dios, acampado a la sombra de las palmeras, junto a las doce fuentes en que Moisés les prometió el maná, era figura del pueblo cristiano que corta ramas de palmeras y manifiesta que su Rey, Jesús, viene a libertar las almas del pecado y a conducirlas a las fuentes bautismales para alimentarlas después con el Maná eucarístico.
La Iglesia romana, al adoptar uso tan bello hacia el siglo IX, añadió los ritos de la bendición de los Ramos. De ahí el nombre de Pascua Florida que se da a este Domingo.
Ese cortejo de cristianos que, con palmas en la mano y entonando triunfantes hosannas, aclama todos los años en el mundo entero y a través de todas las generaciones la realeza de Cristo, está compuesto de catecúmenos, de penitentes públicos, y de fieles que los Sacramentos del Bautismo, de la Eucaristía y de la Penitencia van a asociar en la solemnidades Pascuales al glorioso Triunfador.

«Viendo por la fe ese hecho y su significación, roguemos al Señor que, lo que aquel pueblo hizo exteriormente, nosotros lo cumplamos también espiritualmente, ganando la victoria sobre el demonio» (Oración de la bendición de los Ramos)
Conservemos religiosamente en nuestras casas uno de los ramitos bendecidos. Ese sacramental nos alcanzará gracias, por virtud de la oración de la Iglesia, y afianzará nuestra fe en Jesús vencedor del pecado y la muerte.

BENDICIÓN DE LOS RAMOS
Ornamentos rojos

El celebrante se reviste de amito, alba, cíngulo, estola y capa pluvial; los ministros sagrados de amito, alba y cíngulo; el subdiácono toma además la tunicela; el diácono, la estola y dalmática.
Los ramos, a no ser que ya los tengan los fieles en sus manos, se preparan sobre una mesa, cubierta con mantel blanco y colocada en un sitio conveniente del presbiterio de tal modo, sin embargo, que esté a la vista del pueblo.
Todo debidamente dispuesto, el celebrante, con los ministros sagrados o ayudantes, hecha la debida reverencia al altar, se sitúa detrás de la mesa, mirando al pueblo. Entretanto se canta la siguiente antífona:

Hosanna Filio David: Benedictus qui venit in nomine Domini: Rex Israël: Hosanna in excelsis. Hosana al hijo de David: bendito el que viene en nombre del Señor, ¡Oh Rey de Israel!, hosana en las alturas.

Luego el celebrante, estando con las manos juntas, bendice los ramos cantando en tono ferial:

Dominus vobiscum;

A lo que todos contestan:

Et cum spiritu tuo

En la oración siguiente el celebrante dice, según convenga a la calidad de los ramos: hos palmarum ramos, o hos olivarum ramos, o hos arborum ramos, o hos palmarum et olivarum ramos, o hos palmarum (olivarum) et aliarum ramos.

Oremus: Bene Udic, quaesumus, Domine, hos palmarum, seu olivarum ramos, vel aliarum arborum: et praesta; ut, quod populus tuus in tui venerationem hodierno die corporaliter agit, hoc spiritualiter summa devotione perficiat, de hoste victoriam reportando, et opus misericordiae summopere diligendo. Per dominum Oremos: BenUdice, oh Señor, te rogamos, estos ramos de palmas u olivos u otros árboles, y haz que lo que tu pueblo practica hoy exteriormente para gloria tuya, lo cumpla espiritualmente con suma devoción, triunfando del enemigo, y amando de todo su corazón las obras de misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo…

Luego el celebrante aspergea por tres veces los ramos puestos sobre la mesa: después, desde la baranda, los ramos de los fieles si es que los llevan en las manos, a no ser que prefiera hacer esta asperción yendo por el medio de la iglesia.
A continuación el celebrante pone, como de costumbre, incienso en el turíbulo e inciensa tres veces los ramos puestos sobre la mesa; luego, desde la baranda o yendo por el medio de la iglesia, inciensa los ramos de los fieles. Los ministros o ayudantes acompañan al celebrante, tanto en la asperción como en la incensación, sosteniéndole los bordes de la capa pluvial.

DISTRIBUCIÓN DE LOS RAMOS

Terminada la bendición, se procede a la distribución de los ramos según costumbre del lugar.
El celebrante, desde la grada del altar y mirando al pueblo, ayudado por los ministros sagrados o ayudantes, entrega primero los ramos bendecidos a todo el clero por su orden, luego a los ayudantes y finalmente desde la baranda a los fieles.
Al empezarse la distribución de los ramos se cantan las siguientes antífonas y salmos:

Antifona: Pueri Hebraeorum, portates ramos olivarum, obviaverunt Domino, clamantes, et dicentes: Hosanna in excelsis. Antifona: Los hijos de los hebreos llevando ramos de olivo, salieron a recibir al Señor, diciendo en alta voz: Hosana en las alturas.
Domini est terra et quae replent eam,
orbis terrarum et qui habitant in eo.
Nam ipse super maria fundavit eum,
et super flumina firmavit eum.
Del Señor es la tierra y cuanto la hinche, el orbe y todos los que en él habitan Pues Él lo cimentó sobre los mares, y sobre las corrientes lo asentó.

Se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes..

Attollite, portae, capita vestra, et arrollite vos, foresantiquae,
ut ingrediatur rex gloriae!
Quis est iste rex gloriae?
Dominus fortis et potens,
Dominus potens in proelio
«El Señor esforzado y poderoso,
¡Alzad oh puertas, los dinteles vuestros,
dilataos, portales de los siglos,
porque el rey de la gloria pueda entrar!
Pues ¿quién es este rey de la gloria?
El Señor valeroso en la batalla.»

Se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes..

Attollite, portae, capita vestra, et arrollite vos, foresantiquae,
ut ingrediatur rex gloriae!
Quis est iste rex gloriae?
Dominus exercituum: ipse est rex gloriae.
«El Señor esforzado y poderoso,
¡Alzad oh puertas, los dinteles vuestros,
dilataos, portales de los siglos,
porque el rey de la gloria pueda entrar!
Pues ¿quién es este rey de la gloria?
Es El Señor, el Dios de los ejércitos.

Se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes…

Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto, Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amen < Señor   oh Haz,   >   Gloria al Padre, al HIjo, y al Espíritu Santo, Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. 

Se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes..

Salmo 46

Omnes populi, plaudite manibus.
exultate voce laetitiae, Quoniam Dominus excelsus, terribilis, rex magnus super omnem terram.
< Señor   oh Haz,   >    Con las manos, pueblos todos, aplaudid,
con gritos de gozo a Dios aclamad.
Porque es el Señor, excelso, terrible, el Rey
soberano de toda la tierra

Se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes..

Subicit populos nobis, et nationes pedibus nostri. Eligit nobis hereditatem nostram, gloriam Iacob, quem diligit. Él a nuestro yugo sujeta los pueblos,
y a las gentes pone bajo nuestros pies.
Él nos ha elegido nuestra heredad,
gloria de Jacob, a quien él amó.
Ascendit Deus cum exultatione, Dominus cum voce tubae. Psallite Deo, psallite; psallite regi nostro, psallite. < Señor   oh Haz,   >   Dios está subiendo entre aclamaciones, el Señor (asciende) al son de trompetas


Se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes..

Quoniam Rex omnis terrae est Deus
psallite hymnum. Deus regnat super nationes, Deus sedet super solium sanctum suum.
< Señor   oh Haz,   > Entonad a Dios cantos, entonad;
cantad al Rey nuestro, al arpa cantad.
Pues Dios es el Rey de toda la tierra,
canción primorosa le habéis de cantar,
Dios es soberano sobre las naciones,
Dios está sentado en su santo solio.

Se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes..

Principes populorum congregati sunt.
cum populo Dei Abraham. Nam Dei sunt proceres terrae: excelsus est valde.
< Señor   oh Haz,   >     De todas las gentes los príncipes llegan a juntarse al pueblo del Dios de Abraham. Que de Dios nobles de la tierra son; Él inmensamente encumbrado está.

Se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes..

Gloria Patri, et Filio, eet Spiritui Sancto, Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amen < Señor   oh Haz,   >   Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen

Se repite la antífona: Pueri Hebraeorum portantes..

Si la distribución no hubiere terminado, se vuelven a repetir versículos y antífonas, o si se termina antes se corta el salmo con el Gloria Patri y se termina con la antífona.
Terminada la distribución de los ramos y quitada la mesa, el celebrante se lava las manos sin decir nada, subiendo las gradas del altar, lo besa en el medio, y pone incienso en el incensario como de costumbre. El Diácono lleva el libro de los evangelios al altar y lo coloca sobre él y se hace todo como en la misa cuando se canta el evangelio

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Mateo. Mat., 21, 1-9 – In illo tempore: Cum appropinquasset Jesus Jerosolymis, et venisset Bethphage ad montem Oliveti: tunc misit duos discipulos suos, dicens eis: Ite in castellum, quod contra vos est, et statim invenietis asinam alligatam, et pullum cum ea: solvite et adducite mihi: et si quis vobis aliquid dixerit, dicite, quia Dominus his opus habet, et confestim dimittet eos. Hoc autem totum factum est, ut adimpleretur quod dictum est per Prophetam, dicentem: Dicite filiae Sion: Ecce rex tuus venit tibi mansuetus, sedens super asinam et pullum, filium subjugalis. Euntes autem discipuli, fecerunt sicut praecepit illis Jesus. Et adduxerunt asinam et pullum: et imposuerunt super eos vestimenta sua, et eum desuper sedere fecerunt. Plurima autem turba straverunt vestimenta sua in via: alii autem caedebant ramos de arboribus, et sternebant in via: turbae autem, quae sequebantur, clamabant, dicentes: Hosanna filio David: benedictus qui venit in nomine Domini. < Señor   oh Haz,   > Secuencia del santo Evangelio según San Juan, Mat., 21, 1-9: En aquel tiempo, acercándose Jesús a Jerusalén, luego que llegó a Betfagé, en el monte de los Olivos, despachó a dos discípulos, diciéndoles: «Id a esa aldea en frente de vosotros, y en seguida encontraréis una asna atada, y su pollino con ella; desatad los y traédmelos. y si alguno os dijere algo, respondedle que los ha menester el Señor, y al punto, os los dejará llevar.» Todo esto sucedió en cumplimiento de lo que dijo el Profeta: «Decid a la hija de Sión: Mira, que viene a ti tu Rey, lleno de mansedumbre, sentado sobre una asna, y su pollino, hijo de la que está acostumbrada al yugo.» Fuéronse los discípulos, e hicieron lo que Jesús les había mandado. Trajeron el asna y el pollino, y los aparejaron con sus vestidos, y le hicieron sentar encima. y una gran muchedumbre de gentes tendían por el camino sus vestidos y otros cortaban ramas de los árboles, y las esparcían por el camino. Y tanto las gentes que iban delante, como las que venían detrás, clamaban, diciendo: «Hosanna al hijo de David. Bendito sea el que viene en Nombre del Señor.»

Concluido el evangelio, el subdiácono presenta el libro, para que lo bese, al celebrante, el cual no es incensado por el diácono.

PROCESIÓN

Hecho esto, el celebrante pone incienso en el turíbulo como se acostumbra. Luego el diácono, vuelto al pueblo, dice:

Procedamus in pace,

a lo que todos contestan:

In nomine Christi. Amen.

Comienza la procesión. Va delante el turiferario con el incensario, luego otro subdiácono o, en su defecto, un acólito o un ayudante llevando la cruz descubierta en medio de dos acólitos con ciriales encendidos; sigue el clero por su orden, el celebrante con el diácono y subdiácono, detrás de ellos los fieles llevando en las manos los ramos benditos.
La procesión, si es posible, se hace fuera de la iglesia por el trayecto más largo. En donde se dispone de otra iglesia en la cual se pueda hacer cómodamente la bendición de los ramos, nada impide que allí se haga la bendición y desde allí se dirija la procesión a la iglesia principal.
Al empezarse la procesión se pueden cantar las siguientes antífonas, todas o algunas, según convenga.

1ª Ant. Occurrunt turbae cum floribus et palmis Redemptori obviam: et victori triumphanti digna dant obsequia: Filium Dei ore gentes praedicant: et in laudem Christi voces tonant per nubila: Hosanna. 2ª Ant. Cum Angelis et pueris fideles inveniamur, triumphatori mortis clamantes: Hosana in excelsis. 3ª Ant. Turba multa, quae convenerat ad diem testum, clamabat Domino: Benedictus  qui venit in nomine Domini: Hosanna in excelsis.

4ª Ant. Coeperunt omnes turbae descendentium gaudetes laudare Deum voce magna, super omnibus quas viderant virtutibus, dicentes: Benedictus qui venit Rex in nomine Domini; pax in terra et gloria in excelsis. (Luc., 19, 37-38.)

< Señor   oh Haz,   > 1ª Ant. El pueblo con flores y palmas sale a recibir al Redentor, y al vencedor triunfante rinde dignos obsequios. Cual Hijo de Dios le publican las gentes, y en alabanza de Cristo resuenan voces por los aires: Hosana en las alturas. 2ª Ant. A los Ángeles y a los niños agreguémonos con fe viva, cantando al triunfador de la muerte: Hosana en las alturas. 3ª Ant. Una gran multitud de pueblo que había acudido a la fiesta, clamaba al Señor: Bendito el que viene en nombre del Señor: Hosana en las alturas.

4ª Ant. Transportados de gozo, comenzaron todos a alabar a Dios en alta voz por todos los prodigios que habían visto diciendo: Bendito sea el Rey que viene en nombre del Señor; paz en la tierra y gloria en lo más alto de los cielos.

Durante la procesión se canta el siguiente himno, repitiendo continuamente el pueblo los dos últimos versos.

Gloria, laus, et honor tibi sit, Rex Christe Redemptor: Cui puerile decus prompsit Hosanna pium R. Gloria, laus.V. Israel es tu Rex. Davidis et inclyta proles: Nomine qui in Domini, Rex benedicte, venis.

R. Gloria, laus…..

V. Coetus in excelsis te laudat caelicus omnis, Et mortalis homo, et cuncta creata simul.

R. Gloria, laus …

V. Plebs Hebraea tibi cum palmis obvia venit. Cum prece, voto, hymmnis, adsumus, ecce tibi.

R. Gloria, laus …

V. Hi tibi passuro solvebant munia laudis:
Nos tibi regnanti pangimus ecce melos.

R. Gloria, laus, …

V. Hi placuere tibi, placeat devotio nostra.
Rex bone, Rex clemens cui bona cuncta placent.

R. Gloria, laus, …

5ª Ant. Omnes colludant nomen tuum, et dicunt: Benedictus qui venit in nomine Domini: Hosannain excelsis.

< Señor   oh Haz,   > Gloria, alabanza y honor te sea dado, Rey Cristo Redentor: A quien los niños piadosamente clamaban: Hosana. R. Gloria, alabanza Tú eres el Rey de Israel, y de David ínclita prole: Rey bendito que viene en el nombre del Señor.

R. Gloria, alabanza …

V. En las alturas te alaba toda la corte celestial.
Y el Hombre mortal con todo lo criado.

R. Gloria, alabanza …

El pueblo hebreo te sale a recibir con palmas::
Y nosotros a Ti nos presentamos con preces, votos e himnos.

R. Gloria, alabanza, ..

Aquellos te tributan loores, cuando habías de padecer:
Nosotros te cantamos con dulces armonías, Rey inmortal.

R. Gloria, alabanza,  …

V. Aquellos te agradaron, plázcate también nuestra devoción.
Oh Rey bueno, Rey benigno, a quien todo lo bueno agrada.

R. Gloria, alabanza, …

5ª Ant. Todos alaben tu nombre y digan: Bendito el que viene en el nombre del Señor: Hosana en las alturas….

Salmo 147

Lauda, Ierusalem, Dominum,
lauda Deum tuum, Sion.
Quod firmavit seras portarum tuarum,
Benedixit filiis tuis in te.
Composuit fines tuos in pace,
medulla tritici satiat te.
emittit eloquium suum in terram,
velociter currit verbum eius.
Dat nivem sicut lanam,
pruinam sicut cinerem spargit.
Procit glaciem suam ut frustula panis;
coram frigore eius aquae rigescunt.
Emittit verbum suum et liquefacit eas;
flare iubet ventum suum et fluunt aquae.
Annuntiavit verbum suum Jacob,
satuta et praecepta sua Israël.
Non fecit ita ulli nationi:
praecepta sua non manifestavit eis.
Gloria Patri et Filio, et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc et semper et in saecula saeculorum. Amen.
< Señor   oh Haz,   > Alaba al Señor, Jerusalén,
loa a tu Dios, Sion.
Pues reforzó las barras de tus puertas,
a tus hijos bendijo en tu recinto.
Él asentó la paz en tus fronteras,
te sacia con la flor de los trigales.
A la tierra sus órdenes envía,
y su palabra corre velozmente.
Manda caer la nieve como lana
y esparce la escarcha cual ceniza.
Él dispara su hielo a bocaditos,
ante su frio las aguas se congelan.
Sus órdenes despacha y las derrite,
su viento hace soplar, corren las aguas.
Él a Jacob sus órdenes intima,
sus normas y sus fallos a Israel.
Con ningún otro pueblo hizo otro tanto
ni le dio a conocer sus decisiones.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Se repite la antífona: Omnes collaudent nomen tuum…

6ª Ant. Fulgentibus palmis prosternimur advenienti Domino: huic omnes occurramus cum hymnis et canticis, glorificantes et dicanticis, glorificantes et dicentes: Benedictus, dominus.
7ª Ant. Ave, Rex noster Fili David. Redemptor mundi, quem prophetae praedixerunt Salvatorem domui Israël esse venturm. Te enim ad salutarem victimam Pater misit in mundum, quem expextabant omnes sancti ab origine mundi, et nunc: Hosanna, Filio David. Benedictus qui venit in nomine Domini, Hosanna in excelsis.
< Señor   oh Haz,   > 6ª Ant. Adornados con palmas nos postramos al encuentro del Señor: salgámosle todos al encuentro del Señor: salgámosle todos al encuentro glorificándole con himnos y cánticos diciendo: Bendito es el Señor.
7ª Ant. Te saludamos, Rey nuestro, Hijo de David, Redentor del Mundo a quien los profetas anunciaron como Salvador del pueblo de Israel. A Ti el Padre te envió al mundo como víctima d salvación, a quien esperaban todos los santos desde el primncipio del mundo y ahora decimos: Hosana al Hijo de David. Bendito el que viene en el nombre del Señor, Hosana en las alturas.

Está permitido que el pueblo cante el himno Christus vincit o algún otro cántico en honor de Cristo Rey.

Al entrar la procesión en la iglesia y cuando el celebrante traspasa el umbral de las puertas de la iglesia, se canta la última antifona.

Ingrediente Domino in sanctam civitatem, Hebraeorum pueri resurrectionem Vitae pronuntiantes.
Cum ramis palmarum: «Hosanna, clamabant, in excelsis.»
Cum audisset populus quod Jesus venitet Jerosolyman, exierunt obviam ci.
Cum ramis …
< Señor   oh Haz,   > Al entrar el Señor en la santa ciudad, los niños de los hebreos anticipaban la resurrección de la vida.
Con ramos de palma clamaban: Hosana en las alturas.
Habiendo oído el pueblo que Jesús venía a Jerusalén, salióle al encuentro.
Con ramos …

El celebrante, llegado al pie del altar y hecha la debida reverencia, sube las gradas con los ministros sagrados; y estando en medio de ellos y vuelto al pueblo, sosteniéndole el libro algún clérigo, canta en tono ferial, juntas las manos, la oración para completar la procesión.
Los ayudantes presentan el libro y todo se hace como más arriba se dijo.

Dominus vobiscum,

y todos contestan:

Et cum spiritu tuo.

Oremus Domine Jesu Christe, Rex ac Redemptor noster, in cujus honorem, hos ramos gestantes, selemnes laudes decantavimus: concede propitius; ut, quocumque hi rami deportati fuerint ibi tuae benedictionis gratia descendat, et, quavis daemonum iniquitate vel illusione profligata, dextera tua protegat, quos redemit. Qui vivis et regnas. < Señor   oh Haz,   > Oremos – Oh Señor Jesucristo, nuestro Rey y Redentor, en cuyo honor, llevando estos ramos, hemos cantado solemnes alabanzas: concede propicio, para que, donde quiera fueren llevados estos ramos, allí descienda la gracia de tu bendición, y, desbaratada toda iniquidad e ilusión diabólica, tu poder proteja a aquellos a quienes has redimido. Tu que vives y reinas.

Terminada la oración, el celebrante y los ministros, hecha la debida reverencia al altar, se quitan los ornamentos rojos y se revisten para la Misa con los de color morado.
Los ramos no se tienen en las manos mientras en la misa se canta o lee la historia de la Pasión del Señor.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

SAN GUNTRANO, Rey y Confesor

28 de marzo

Cada uno de nosotros procure dar gusto a su prójimo en lo que es bueno y pueda edificarle. (Romanos, 15, 2).

San Guntrano, rey de Borgoña, era nieto de Santa Clotilde, reina de Francia. Cumplió con todos los de beres de un rey. Amaba tiernamente a sus súbditos, y perdonaba generosamente a sus enemigos. Pocos monarcas hubo tan populares como él. Durante una peste, se ofreció como víctima al Señor para que se librara el pueblo. Después de haber fundado o do tado a muchas iglesias y monasterios, murió el 28 de marzo del año 593, a los 68 años de edad.

MEDITACIÓN
SOBRE LAS BUENAS OBRAS

l. Haz tantas obras buenas cuantas puedas mien tras vivas; lo demás carece de valor después de la muerte. No dejes pasar ni un solo día sin que lo señales con alguna acción buena. La vida presente es breve, la futura es eterna. Hay que expiar los pe cados cometidos: redímelos haciendo limosna a los pobres. ¿Por qué respetas la efigie del príncipe esculpida en el mármol o acuñada en el oro, y desprecias la imagen de Dios en la persona del pobre? (San Agustín)

II. Que sean buenas tus acciones delante de Dios y no sólo delante de los hombres; para ello realízalas para agradar a Dios, y tal como quiere Él que las hagas. Cuídate de que no estén viciadas por la vanidad y el amor propio; si así no lo hicieres, no tendrás otra recompensa que la que el mundo te dé. ¡Qué!, mi corazón es tan pequeño, mi vida tan corta. ¿y querré yo partirlos entre Dios y el mundo?

III. También tienes la obligación de hacer el bien delante de los hombres, les debes el buen ejemplo. Sin vacilar declárate a favor de Dios, y nadie se atreverá, en tu presencia, a realizar un acto que le ofenda. No te avergüences cuando llegue la ocasión de salir en defensa del Evangelio, y el momento de comportarte como verdadero cristiano; acaso rían a costa tuya: regocíjate entonces. ¿El mundo no aprue ba tus actos? Señal es que tienes el espíritu de Jesu cristo. El cristiano es amado por Dios cuando es maltratado por el mundo. (San Ignacio).

La limosna
Orad por los que os gobiernan.

ORACIÓN

Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la fiesta del bienaventurado Guntrano, vuestro confesor, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, imitemos la que vivió en la tierra. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

SAN JUAN DAMASCENO

Lo que es un libro para los que saben leer, es una imagen para los que no leen. Lo que se enseña con palabras al oído, lo enseña una imagen a los ojos. Las imágenes son el catecismo de los que no leen. -San Juan Damasceno.

Teólogo griego; Presbítero y Doctor de la Iglesia


Defendió la práctica de la veneración de imágenes contra los iconoclastas.

ICONOCLASTA
Etim.: del griego. eikon (imagen) + klaein (romper)

Herejía que rechaza como superstición el uso de imágenes religiosas y aboga por que se destruyan. Se originó con el crecimiento del Islam, religión que considera idólatras a todas las imágenes sagradas. La presión del Islam sobre los políticos precipitó la crisis.

Los iconoclastas destruían las imágenes y perseguían a quienes las venerasen.

La primera fase de los ataques ocurrieron con el emperador León el Isauriano en el año 726 y terminó con el Segundo Concilio de Nicea en el 787 , el cual definió que las imágenes pueden ser expuestas y veneradas legítimamente porque el respeto que se les muestra va dirigido a la persona que representan.

La segunda fase comenzó con el emperador León V el Armenio y terminó cuando la Fiesta de la Ortodoxia fue establecida en el año 842 bajo la emperadora Teodora. San Juan Damasceno y la emperadora eran los principales defensores de las imágenes sagradas.

La Reforma Protestante reanudó los ataques contra la veneración de imágenes y reliquias por considerarla supersticiosa. El Concilio de Trento reiteró la aprobación católica a la veneración de las imágenes.

Ver :
¿Por que los católicos veneran imágenes?
Veneración

Tomado de:www.corazones.org

Este sitio web es obra de Las  Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María

SAN JUAN DAMASCENO, Doctor de la Iglesia

27 de marzo

San Juan Damasceno, el último Padre de la Iglesia de Oriente, nació en Damasco (por eso se le llama «Damasceno»),hacia el 675, fue ordenado sacerdote antes del 726 en Jerusalén, predicador de la iglesia del Santo Sepulcro, murió en el 749. León XIII lo proclamó doctor de la Iglesia.

Su fama se debe principalmente a que él fue el primero que escribió defendiendo la veneración de las imágenes.

Era hijo de un alto empleado del Califa de Damasco, y ejerció también el importante cargo de ministro de Hacienda en esa capital. Pero de pronto dejó todos sus bienes, los repartió entre los pobres y se fue de monje al monasterio de San Sabas, cerca de Jerusalén, y allí se dedicó por completo a leer y escribir.

Juan se dio cuenta de que Dios le había concedido una facilidad especial para escribir para el pueblo, y especialmente para resumir los escritos de otros autores y presentarlos de manera que la gente sencilla los pudiera entender.

Al principio sus compañeros del monasterio se escandalizaban de que Juan se dedicara a escurrir versos y libros, porque ese oficio no se había acostumbrado en aquella comunidad. Pero de pronto cambiaron de opinión y le dieron plena libertad de escribir (dice la tradición que este cambio se debió a que el superior del monasterio oyó en sueños que Nuestro Señor le mandaba dar plena libertad a Damasceno para que escribiera).

En aquel tiempo un emperador de Constantinopla, León el Isaúrico, dispuso prohibir el culto a las imágenes, metiendose él en los asuntos de la Iglesia, cosa que no le pertenecía, y demostrando una gran ignorancia en religión, como se lo probó en carta famosa el Papa Gregorio II. Y fue entonces cuando le salió al combate con sus escritos San Juan Damasceno. Como nuestro santo vivía en territorios que no pertenecían al emperador (Siria era de los Califas mahometanos), podía escribir libremente sin peligro de ser encarcelado. Y así fue que empezó a propagar pequeños escritos a favor de las imágenes, y estos corrían de mano en mano por todo el imperio.

El iconoclasta León el Isaúrico, decía que los católicos adoran las imágenes (se llama iconoclasta al que destruye imágenes). San Juan Damasceno le respondió que nosotros no adoramos imágenes, sino que las veneramos, lo cual es totalmente distinto. Adorar es creer que una imagen en un Dios que puede hacernos milagros. Eso sí es pecado de idolatría. Pero venerar es rendirle culto a una imagen porque ella nos recuerda un personaje que amamos mucho, por ejemplo Jesucristo, la Santísima Virgen o un santo.

Los católicos no adoramos imágenes (no creemos que ellas son dioses o que nos van a hacer milagros. Son sólo yeso o papel o madera, etc.) pero sí las veneramos, porque al verlas recordamos cuanto nos han amado Jesucristo o la Virgen o los santos. Lo que la S. Biblia prohíbe es hacer imágenes para adorarlas, pero no prohibe venerarlas (porque entonces en ningún país podían hacerse imágenes de sus héroes y nadie podría conservar el retrato de sus padres).

El icono de «La Virgen de tres manos» honra la memoria de este santo. Según la hagiografía, el emperador León III habría hecho llegar al Califa una carta falsificada en la que el santo incitaba al emperador a conquistar Siria. Por orden del Califa al santo le fue amputada la mano derecha. Víctima del suplicio, éste corrió a rezar frente al ícono de la Virgen con el Niño.

La Virgen de tres manos

Gracias a la intercesión de la Madre recuperó de forma milagrosa la mano amputada, y en señal de agradecimiento, San Juan hizo añadir una mano votiva en la parte interior del icono. Este icono sería el prototipo de todos los denominados «La Virgen de las tres manos». Basa en un recuerdo histórico, la tercera mano recibe una interpretación alegórica: mano auxiliadora de la Madre de Dios que siempre ayuda a los fieles como se manifestó milagrosamente a este santo.

Subrayando el papel de los textos de las Escrituras, San Juan Damasceno revaloriza el papel de los sentidos del hombre en la vida espiritual. Decía en sus escritos: «lo que es un libro para los que saben leer, es una imagen para los que no leen. Lo que se enseña con palabras al oído, lo enseña una imagen a los ojos. Las imágenes son el catecismo de los que no leen».

En palabras de este santo, santificados el oído y la vista conducen hacia la gloria de la divinidad: «los apóstoles han visto corporalmente a Cristo, sus sufrimientos y sus milagros y han oído sus palabras; también nosotros queremos ver y oír para ser beatos. Ellos lo vieron cara a cara ya que estaban presentes corporalmente; también nosotros; puesto que no está presente corporalmente, escuchamos sus palabras a través de los libros y por ellos somos santificados y beneficiados y los adoramos venerando los libros que nos han hecho oír sus palabras. Lo mismo ocurre para el icono dibujado; nosotros contemplamos sus trazos y por cuanto Él está entre nosotros captamos el espíritu de la gloria de su divinidad.

Somos dobles, hechos de alma y cuerpo y nuestra alma nos es desnuda sino como envuelta por un manto; nos es difícil llegar a lo espiritual silo corpóreo. Habiendo palabras sensibles escuchamos con nuestros oídos corpóreos y recogemos las cosas espirituales; del mismo modo a través de la contemplación corpórea alcanzamos la contemplación espiritual».

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

SAN JUAN, Ermitaño

27 de marzo

Si alguien habla, que sea como si hablase Dios.
(1 Pedro, 4, 11).

San Juan guardó silencio casi continuo durante los 50 años que pasó sobre la roca que había elegido para su retiro. Sanaba a los enfermos dándoles aceite bendito, a fin de que se atribuye se el milagro a Dios por medio de este aceite más bien que a Dios por medio de sus oraciones. Decía que cuanto más se alejaba de los hombres, más gustaba del placer de estar con Dios. Predijo al emperador Teodosio las victorias que habría de obtener. ¿Es para asombrarse que conociese lo por venir? Dios manifiesta sus secretos a aquellos que larga y familiarmente conversan con Él.

MEDITACIÓN
SOBRE LAS PALABRAS

I. Un cristiano jamás debe pronunciar una mala palabra; debe evitar con el mayor esmero las palabras deshonestas, las conversaciones demasiado libres, las blasfemias y las detracciones. Nada más fácil que pecar con palabras; difícil es, a menudo imposible, curar las heridas que se infieren con la lengua y reparar el perjuicio que se causa al prójimo con ella, ¿Te gustaría que se hablase de ti como hablas tú de los demás?

II. Evita aun las chanzas y las palabras inútiles. Si te habitúas a las burlas, muy pronto se deslizarán en tus conversaciones las palabras de doble sentido y las contrarias a la caridad; y, no pocas veces, preferirás herir la caridad o la modestia antes que callar una agudeza. Rendirás cuenta, en el día del juicio, hasta de la menor palabra inútil que hayas dicho. Concededme, Señor, la gracia de gobernar mi lengua; guardad mis labios, (Salmo).

III. Para evitar todos estos defectos no has de hablar a menudo ni mucho, Si hablas mucho llegarás a ofender a Dios o al prójimo. Sabio te manifestarás si te callas; hombre de poco juicio si hablas mucho, Muy frecuentemente te arrepentirás de haber hablado, nunca de haber guardado silencio. Habla cuando tengas que decir algo bueno preferible al silencio; mas, cuando sea mejor callar que hablar, cállate (San Gregorio).

El silencio
Orad por los religiosos.

ORACIÓN

Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis nuevo motivo de gozo con la fiesta del bienaventurado Juan, vuestro confesor, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido e1 el cielo, imitemos la que vivió en la tierra. Por J. C N. S. Amén.

Semana Santa 2010

OFICIOS

JUEVES SANTO (TRAER AZUCENAS PARA EL SANTÍSIMO)

8:00 A.M. OFICIO DE TINIEBLAS.

6:30 P.M.  SANTA MISA: LAVATORIO DE LOS PIES.

PROCESIÓN.

ADORACIÓN.

8:30 P.M.   SERMÓN DE LA INSTITUCIÓN.

VISITA A LAS 7 IGLESIAS. (POR FAMILIAS)

VIERNES SANTO (AYUNO Y ABSTINENCIA)

8:00 A.M. OFICIO DE TINIEBLAS.

11:00 A.M. VÍA CRUCIS.

3:00 P.M. LAS 7 PALABRAS.

5:30 P.M. SOLEMNE ACCIÓN LITÚRGICA Y SAGRADA COMUNIÓN.

7:30 P.M. SERMÓN DE LA SOLEDAD O DEL PÉSAME.

SABADO SANTO

8:00 A.M. OFICIO DE TINIEBLAS.

11:00 A.M VÍA CRUCIS DE MARÍA SANTÍSIMA.

8:00 P.M. SANTA MISA DE LA VIGILIA PASCUAL Y APERTURA DE LA GLORIA.

DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCION.

MISA DE PASCUA FLORIDA.

9:00 A.M. / 10:30A.M. / 12:00 P.M.  Y 4:00 P.M.

LOS DOLORES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

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(Viernes de Pasión)

La Iglesia dedica dos fiestas durante el año a honrar los Dolores de la Santísima Virgen. La primera es la del viernes de la Semana de Pasión. Antiguamente se la llamaba con toda propiedad la fiesta de laCompasión de María. Antes de entrar de lleno en la meditación de los tormentos de Cristo, la liturgia de este día nos invita a considerar la compasión de María al pie de la cruz, de su Hijo. «Veremos la transfixión de la gloriosa María al pie de la cruz, para que podamos recoger el dulce fruto de la Pasión de su Hijo«, dice D. Gueranger.

   Litúrgicamente ambas fiestas son relativamente recientes, aunque ésta es la más antigua, y si bien tienen partes comunes, el caracter de cada una está bien determinado en el oficio. Esta considera los sufrimientos de María al pie de la Cruz, y aquélla sus siete dolores, devoción propagada por los servitas, en el siglo XIII.

Tomado de:

misa_tridentina

SAN LUDGERIO, Obispo y Confesor

26 de marzo

Perseverad en la oración, velando en ella con acciones de gracias. (Colosenses, 4,2).

San Ludgerio puso de manifiesto, desde su infancia, una fervorosa asiduidad en la oración y en la lectura de las Sagradas Escrituras. Un día su no. driza le preguntó el nombre de su soberano: Es Dios -le respondió- mi Soberano. Encargado de predicar la fe a los sajones, convirtió a un gran número de infieles, fundó monasterios y edificó muchas iglesias. Enterado Carlomagno de su virtud lo propuso para ocupar la sede de Munster. Envióle, pues, tres emisarios para llamarle a su lado; no fue el santo al palacio sino después de haber concluido de recitar su oficio, que había comenzado, diciendo que hablaba aun Príncipe más grande que el emperador .

MEDITACIÓN
ACERCA DE LA ORACIÓN

I. En este mundo siempre se ha de orar, porque siempre tenemos necesidad del socorro divino para ser consolados en nuestras aflicciones y para ser asistidos en nuestras necesidades temporales y espirituales frente a nuestros enemigos visibles e invisibles. Dices tú que no puedes rezar continuamente: reza lo más a menudo que puedas, al comenzar tus, principales acciones y, sobre todo, en las tentaciones que contra ti suscite el enemigo de la salvación.

II. Reza con respeto y modestia que edifiquen al prójimo. Dios reclama de ti, mientras rezas, la atención del espíritu y la modestia del cuerpo. Ese recogimiento y esa modestia mucho te ayudarán para la modestia interior. ¿Te atreverías a hablar aun personaje importante en la forma con que a menudo lo haces con Dios? ¡Con qué precipitación recitas tus oraciones vocales! Piensa, al comenzarlas, en la majestad de Dios ante quien tiemblan los querubines, y le hablarás con más respeto, humildad y modestia. La oraci6n misma puede convertirse en pecado. (San Agustín).

III. La atención debe acompañar siempre a tus oraciones. Dios es espíritu, y quiere que lo adores en espíritu. Tu boca habla a Dios y tu corazón está lejos de Él, está ocupado en las riquezas, absorto en el amor de las creaturas. Es el corazón lo que Dios te pide, y no la punta de tus labios. ¿Cómo quieres que te escuche, si tú no te escuchas a ti mismo? (San Cipriano).

El amor a la oración
Pedid a Dios que os acreciente
el espíritu de devoción.

ORACIÓN

Haced, oh Dios omnipotente, que la solemnidad del bienaventurado Ludgerio, vuestro confesor pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

ANGELUS

Y el Verbo se hizo Carne, y habitó entre nosotros

V. El Angel del Señor anunció a María.

R. Y concibió del Espíritu Santo.

Dios te Salve María, etc.


V. Y el Verbo se hizo carne

R. Y habitó entre nosotros.

Dios te Salve María, etc.


V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que nos hagamos dignos de las promesas de Jesucristo.


FUNDACIÓN 25 DE MARZO

Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. (San Lucas 1,31)

La FUNDACIÓN 25 DE MARZO, creada en honor de la Encarnación del Verbo de Dios en el Vientre Santísimo de la Bienaventurada Virgen María, ha sido constituida con el objeto de defender los bienes y valores que siempre han sido enseñados y defendidos por la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana; el Derecho Natural y la sana moral. En particular la protección del niño recién concebido en el seno materno (seres totalmente indefensos) contra el ABORTO.

Absolutamente todos los anticonceptivos son abortivos.
Lista de todos los anticonceptivos hormonales comercializados en Argentina.información extractada de los prospectos y sitios de los propios laboratorios.
Sitio de la Fundación 25 de Marzo.

Un crimen abominable. Hace escasos días apareció un artículo en un periódico judicial, escrito por un abogado, el Dr. Alberto M. Sánchez, sobre un tema candente de actualidad que, lamentablemente va in crescendo, en miras a cobijarse a una pretendida ley nacional. Por su oportunidad y sensatez, lo transcribimos prácticamente en su integridad, en orden a seguir forjando en nuestras almas el espíritu de resistencia, incluso pública, ante la constante insidia del enemigo.

Algunos enlaces interesantes sobre el tema:

Notivida. Boletín de noticias que se relacionan con la promoción y defensa d ela vida humana y la familia.

Dura realidad. El video que ha prohibido YouTube. Enlace.

Tomado de: http://statveritas.com.ar

Día del Niño por Nacer

Declárase el día 25 de marzo de cada año como “Día del Niño por Nacer”

Especialmente en su etapa prenatal, el niño es un ser de extrema fragilidad e indefensión, salvo la natural protección brindada por su madre.

ARGENTINA – Decreto 1406/98

Bs. As., 7/12/98 – B.O.: 10/12/98

VISTO el artículo 75, incisos 22 y 23, de la Constitución Nacional, y

CONSIDERANDO:

Que la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, proclamó que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, ratificando así la afirmación contenida en la Carta de las Naciones Unidas acerca de la fe de los pueblos en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de todo el género humano.

Que como una política de concreción efectiva de la protección universal de los derechos humanos, para todos los hombres y para todas las naciones, la comunidad internacional ha destacado al niño como un sujeto digno de una especial consideración, particularmente en la Declaración de los Derechos de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño, en la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959 y en la Convención sobre los Derechos del Niño aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989.

Que tal como se afirma en el Preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño: “el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento”.
Que especialmente en su etapa prenatal, el niño es un ser de extrema fragilidad e indefensión, salvo la natural protección brindada por su madre.

Que el niño, tanto antes como después del nacimiento. “para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión”, como lo señala la Convención sobre los Derechos del Niño, lo que incluye un especial cuidado de su salud tanto psíquica como física.

Que la vida, el mayor de los dones, tiene un valor inviolable y una dignidad irrepetible.

Que el derecho a la vida no es una cuestión de ideología, ni de religión, sino una emanación de la naturaleza humana.

Que la calidad de persona, como ente susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones, deviene de una prescripción constitucional y para nuestra Constitución y la Legislación Civil y Penal, la vida comienza en el momento de producirse la concepción.

Que debe reafirmarse públicamente el compromiso de este Gobierno con las causas de la humanidad, así como lo ha hecho en los Foros internacionales de El Cairo en 1994, Copenhague y Beijing en 1995 y Estambul en 1996 y, tomando en cuenta que habitualmente se designa un día en el calendario para conmemorar los hechos más relevantes del genero humano, se considera apropiado y necesario dedicar un día en el ámbito nacional al niño por nacer, con el objeto de invitar a la reflexión sobre el importante papel que representa la mujer embarazada en el destino de la humanidad, y el valor de la vida humana que porta en su seno.

Que se estima conveniente que el Día del Niño por Nacer se celebre el 25 de marzo de cada año, fecha en que la Cristiandad celebra al Anunciación a la Virgen María, en virtud de que el nacimiento más celebrado en el mundo por cristianos y no cristianos es el del Niño Jesús cuyo momento de concepción coincide con dicha fecha.

Que también en ese día se conmemora el Aniversario de la Encíclica Evangelium Vitae, que el Papa Juan Pablo II ha destinado a todos los hombres de buena voluntad.

Que el presente acto se dicta en ejercicio de las facultades conferidas por el artículo 99, inciso 1, de la Constitución Nacional.

Por ello,

EL PRESIDENTE DE LA NACION ARGENTINA

DECRETA:

Artículo 1° – Declárase el día 25 de marzo de cada año como “Día del Niño por Nacer”.

Art. 2° – Encomiéndase al señor Secretario de Culto de la Presidencia de la Nación, al señor Embajador de la República ante la Santa Sede y al señor Asesor Presidencial para la Protección de los Derechos de la Persona por Nacer, la organización de los eventos destinados a la difusión y celebración del “Día del Niño por Nacer” el próximo 25 de marzo de 1999.

Art. 3° – Comuníquese, publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese.

Artículo 1° - Declárase el día 25 de marzo de cada año como “Día del Niño por Nacer”.

Encomiéndase al señor Secretario de Culto de la Presidencia de la Nación, al señor Embajador de la República ante la Santa Sede y al señor Asesor Presidencial para la Protección de los Derechos de la Persona por Nacer, la organización de los eventos destinados a la difusión y celebración del “Día del Niño por Nacer” el próximo 25 de marzo de 1999.

El derecho a la vida no es una cuestión de ideología, ni de religión, sino una emanación de la naturaleza humana.

Tomado de: http://diario7-archivos.blogspot.com

SAN DIMAS*

25 de marzo

"Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino"

El buen ladrón
(29)

En la suposición de que Nuestro Señor fue crucificado el 25 de marzo, el Martirologio Romano, en este día, contiene la siguiente relación: «En Jerusalén, la conmemoración del santo ladrón que confesó a Cristo en la cruz y mereció oír de El las palabras: «Este día estarás conmigo en el paraíso». No sabemos más de su historia que lo contenido en los pocos versículos dedicados a él por el evangelista San Lucas; pero, como en el caso de la mayoría de los otros personajes nombrados en los Evangelios, tales como Pilato, José de Ari matea, Lázaro, Marta, pronto se compuso un relato que situó al «buen ladrón» en lugar eminente en la literatura apócrifa de los siglos primitivos. En el «Evangelio de la Infancia» de los árabes, se nos relata cómo, en la ruta de la huida a Egipto, la Sagrada Familia fue asaltada por ladrones. De los dos jefes llamados Tito y Dumaco, el primero, movido a compasión, pidió a su compa ñero que dejara pasar a aquellas gentes sin molestia y, al rehusarse Dumaco, Tito lo sobornó con cuarenta dracmas para que los dejara en paz. Entonces, la Santísima Virgen le dijo a su benefactor: «El Señor Dios te sostendrá con su diestra y te concederá la remisión de tus pecados». Y el Niño Jesús también intervino y dijo: «Dentro de treinta años, madre, los judíos me cruci ficarán en Jerusalén y estos dos ladrones serán crucificados conmigo, Tito a mi derecha y Dumaco a mi izquierda y, a partir de ese día, Tito me precederá en el paraíso». Este relato, junto con otros, encontró popular aceptación en tre la cristiandad occidental. Aunque los nombres más comúnmente dados a los ladrones fueron los de Dimas y Gestas, también encontramos los de Zoatan y Camata y aún otros diversos. Ese sentimiento genuino de devoción fue algunas veces evocado, ya que el instante del perdón del buen ladrón en la cruz parece figurar en la visión de San Porfirio (c. 400), a la que se hizo referencia en su día (26 de febrero). Encontramos a los dos ladrones representados en cua dros de la crucifixión, desde tiempos muy remotos, como por ejemplo, en el manuscrito de Ciríaco, ilustrado por Rábulas, en 586, conservado en la Biblio teca Lorenciana en Florencia. Las palabras del buen ladrón: «Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu reino», se han adaptado a un uso muy solemne en la misa bizantina, al»gran principio» de ella y  la comunión de los ministros y el pueblo.

Vidas de los Santos, de Butler. Vol. I, ed. 1964

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

MISA PROPIA DEL DÍA DE LA FIESTA

25 de marzo

ANUNCIACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

( Doble de 1ª- clase – Ornamentos blancos )

La fiesta de hoy nos recuerda el acontecimiento más grande de la historia: la Encarnación del Señor en el seno de una virgen (Ep.). En este día, el Verbo se hizo carne, y se unió para siempre a la humanidad de Jesús. El misterio de la Encarnación le merece a María su título más hermoso, el de « Madre de Dios» (Dr.), en griego Teotocos, nombre que la Iglesia oriental escribía siempre con letras de oro, a manera de preciosa diadema en la frente de sus imágenes pintadas y en sus estatuas. « Colocada en los confines de la Divinidad «, pues suministró al Verbo de Dios la carne a que hipostáticamente se había unido, la Virgen fue honrada siempre con culto supereminente llamado de «hiperdulía» : El hijo del Padre y el Hijo de la Virgen se convierten naturalmente en un solo y mismo Hijo, dice S. Anselmo, y siendo desde entonces María la reina del humano linaje, todos deben venerarla (Int.).


Al 25 de Marzo corresponderá nueve meses después el 25 de Diciembre, día en que se ha de manifestar ante la faz del mundo el milagro que hoy tan sólo conocen el cielo y la humilde Virgen nazarena. Según los antiguos martirologios, el 25 de Marzo sería el día de la muerte del Salvador. Nos recuerda, pues, en esta santa cuarentena, como también el canto del Credo, que « por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo el Hijo de Dios, y se encarnó por obra y gracia del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María; que se hizo hombre y padeció bajo Poncio Pilato, que fué sepultado y al tercer día resucitó «.
Ya que el titulo de Madre de Dios hace a María todopoderosa, pidámosle interceda ante Jesús (Dr.), para que, por los méritos de su Pasión y de su Cruz, lleguemos a la gloria de su Resurrección (Posc.).


El párroco celebra hoy la misa por sus feligreses.

Introito. Ps 44, 13, 15 y 16.

INTROITUS Ultum tuum deprecabúntur omnes dívites plebis: adducéntur Regi vírgines post eam: próximæ ejus adducéntur tibi in lætítia et exsultatióne. (T. P. Allelúja, allelúja). Ps. ibid., 2 Eructávit cor meum verbum bonum: dico ego opera mea Regi Gloria Patri. Introito – Implorarán tu benevolencia todos los magnates del pueblo; serán conducidas al Rey vírgenes (las almas) en pos de Ella (María); sus compañeras serán traídas a Ti (Señor), con alegría y exultación. (T. P. Aleluya, aleluya). Ps. Eructó mi corazón una palabra buena; digo: « mis obras son para el Rey, mi Dios ».

Oración-Colecta

ORATIODeus, qui de Beatæ Maríæ Virginis útero, Verbum tuum, Angelo nuntiánte, carnem suscípere voluísti: præsta supplícibus tuis; ut qui vere eam Dei Genitrícem crédimus, ejus apud te intecessiónibus adjuvémur. Per eúndem Dóminum nostrum Jesum Christum, Fílium tuum: Qui tecum. R. Amen Oh Dios, que quisiste que tu Verbo tomase carne en el seno de la Santísi ma Virgen Maria, después de anunciárselo el Ángel: conce de a nuestras humildes súpli cas que, pues la creemos ver dadera Madre de Dios, sea mos ayudados ante Ti con su intercesión. Por el mismo Je sucristo nuestro Señor, etc.R. Amen.

Epístola

Vaticinios alusivos a la Maternidad de la Virgen María, de la cual nacerá el divino Emanuel.

EPISTOLALéctio Isaíæ Prophétæ. Isai. 7, 10-15 In diébus illis: Locútus est Dóminus ad Achaz, dicens: Pete tibi signum a Dómino Deo tuo in profúndum inférni, sive in excélsum supra. Et dixit Achaz: Non petam, et non tentábo Dóminum. Et dixit: Audíte ergo domus David: Númquid parum vobis est, moléstos esse homínibus, quia molésti estis et Deo meo? Propter hoc dabit Dóminus ipse vobis signum. Ecce virgo concípiet, et pariet fílium, et vocábitis nomen ejus Emmánuel. Butýrum et mel cómedet, ut sciat reprobáre malum et elígere bonum.
Lección del profeta Isaías En aquellos días : Habló el Señor a Acaz diciendo: Pide a tu gusto al Señor tu Dios una señal (prodigio), sea de lo profundo del infierno, o de arriba en lo más alto del cielo. y respondió Acaz: No la pediré, y no tentaré al Señor. Entonces dijo Isaías : Oye , pues tú ahora, casa de David: ¿Acaso os parece poco el ha cer agravio a los hombres, que osáis también hacerlo a mi Dios? Por tanto el mismo Señor os dará una señal: Sabed que una Virgen concebirá, y parirá un hijo, y su nombre será Emmanuel. Mantequilla y miel comerá, para que sepa desechar lo malo y elegir lo bueno.
Graduale Ps. 44, 3 et 5

Diffúsa est gratia in labiis tuis: proptérea benedíxit te Deus in ætérnum. V. Propter veritátem, et mansuetúdinem, et justítiam: et dedúcet te mirabíliter déxtera tua.

Tractus Ibid., 11 et 12

Audi fília, et vide, et inclína aurem tuam: quia concupívit Rex spéciem tuam. V. Ibid., 13 et 10 Vultum tuum deprecabúntur omnes dívites plebis: fíliæ regum in honóre tuo. V. Ibid., 15 et 16 Adducéntur Regi vírgines post eam: próximæ ejus afferéntur tibi. V. Afferéntur in lætítia, et exsultatióne: adducéntur in templum Regis.

Gradual – Derramada está la gracia en tus labios; por eso te bendijo Dios para siempre. V. Reina por la verdad, y la mansedumbre, y la justicia; y tu diestra te llevará a cosas maravillosas. Tracto. – Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; porque el Rey se ha prendado de tu hermosura. V. Venerarán tu rostro todos los poderosos del pueblo; las hijas de los reyes te prestarán honores. V. Serán presentadas al Rey las vírgenes de tu séquito, ante ti serán traídas sus compañeras. V. Conducidas serán con alegría y exultación; serán llevadas al templo del Rey.

En Tiempo Pascual se omiten el Grafual y el Tracto y se dice:

Allelúja, allelúja. V. Luc. 1, 28 Ave María, gratia plena: Dóminus tecum: benedícta tu in muliéribus. Allelúja. V. Virga Jesse flóruit: Virgo Deum et hóminem génuit: pacem Deus réddidit, in se reconcílians ima summis. Allelúja. Aleluya, aleluya. Dios te salve, Maria; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres. Aleluya. La vara de Jesé ha florecido; la Virgen ha engendrado a un Dios hombre; Dios ha devuelto la paz, reconciliando en si lo bajo con lo más alto. Aleluya.

Evangelio

El Arcángel Gabriel trae del Cielo a María el mensaje más trascendental que se haya jamás recibido en la tierra.

USequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam ( Luc. 1, 26-38)

In Iillo témpore: Missus est Angelus Gabriel a Deo in civitátem Galilǽæ, cui nomen Názareth, ad Vírginem desponsátam viro, cui nomen erat Joseph, de domo David, et nomen vírginis María. Et ingréssus Angelus ad eam, dixit: Ave, grátia plena: Dóminus tecum: benedícta tu in muliéribus. Quæ cum audísset, turbáta est in sermóne ejus, et cogitábat qualis esset ista salutátio. Et ait Angelus ei: Ne tímeas, María, invenísti enim grátiam apud Deum: ecce concípies in útero, et páries fílium et vocábis nomen ejus Jesum. Hic erit magnus, et Fílius Altíssimi vocábitur, et dabit illi Dóminus Deus sedem David patris ejus: et regnábit in domo Jacob in ætérnum, et regni ejus non erit finis. Dixit autem María ad Angelum: Quómodo fiet istud, quóniam virum non cognósco? Et respóndens Angelus dixit ei: Spíritus Sanctus supervéniet in te, et virtus Altíssimi obumbrábit tibi. Ideóque et quod nascétur ex te Sanctum, vocábitur Fílius Dei. Et ecce Elísabeth cognáta tua, et ipsa concépit fílium in senectúte sua: et hic mensis est sextus illi, quæ vocátur stérilis: quia non erit impossíbile apud Deum omne verbum. Dixit autem María: Ecce ancílla Dómini, fiat mihi secúndum verbum tuum.

Credo.

U Continuación del Santo Evangelio según San Lucas – En aquel tiempo: Envió Dios al ángel Gabriel a Nazaret, ciudad de Galilea, a una Virgen desposada con un varón llamado José, de la casa de David; y el nombre de la Virgen era María. Y habiendo entrado el ángel donde ella, dijo: Dios te salve, llena de gracia: el Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Al oír estas palabras, la Virgen se turbó, y púsose a considerar qué significaría semejante saludo. Mas el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Sabe que concebirás en tu seno, y darás a luz un Hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Este será grande, y será llamado el Hijo del Altísimo; y le dará el Señor Dios el trono de David su padre; y reinará en la casa de Jacob para siempre; y su reino no tendrá fin. Pero María dijo al Ángel: ¿Cómo será eso, pues yo no conozco varón? El Ángel respondió y le dijo: El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra: por lo cual el santo que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios. Y sabe que Isabel, tu parienta, ha concebido también un hijo en su vejez: y la que se llamaba estéril se halla en el sexto mes: porque nada es imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra. Credo.

OFFERTORIUM Luc. 1, 28 et 42 Ave María, grátia plena: Dóminus tecum: benedícta tu in muliéribus, et benedíctus fructus ventris tui (T. P. Allelúja). OfertorioDios te salve, María, llena eres de gracia: el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres, y ben dito es el fruto de tu vientre .(T. P. Aleluya).

Oración-Secreta

In méntibus nostris, quǽsumus, Dómine, vere fídei sacraménta confírma: ut, qui concéptum de Vírgine Deum verum et hóminem confitémur; per ejus salutíferæ resurrectiónis poténtiam, ad ætérnam mereámur perveníre lætítiam. Per eúndem Dóminum nostrum Jesum Christum, Fílium tuum: Qui tecum vivit et regnat. Te suplicamos, Señor, arraigues en nuestras almas los misterios de la ver dadera fe; para que, confesan do verdadero Dios y Hombre al que fue concebido de una Virgen, merezcamos llegar a la eterna felicidad por virtud de su saludable Resurrección. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Por Nuestro Señor Jesucristo, etc.

En Cuaresma, conmemoración de la Feria.

Prefacio de la Santísima Virgen

Vere dignum et justum est, aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus: Et te in Assumptióne beátae Maríae semper Virginis collaudárae, benedícere et praedicáre. Quae et Unigénitum tuum Sancti Spíritus obumbratióne concépit: et virginitátis glória permanénte, lumen aeternum mundo effúdit, Jesum Christum Dóminum nostrum. Per quem Majestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes, Caeli, caelorúnque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admítti júbeas deprecámur, súpplici confessióne dicéntes: Sanctus, Sanctus, Sanctus… Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar oh Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios. Y el alabarte, bendecirte y glorificarte en la fiesta del Rosario de la bienaventurada siempre Virgen María, que, habiendo concebido a tu único Hijo por virtud del Espíritu Santo, dio a luz, conservando siempre la gloria de su virginidad, a la Luz eterna, Jesucristo nuestro Señor. Por quien los Ángeles alaban a tu Majestad, las Dominaciones la adoran, y las Potestades la temen. Los Cielos y las Virtudes de los cielos, y los bienaventurados Serafines celebran juntos tu gloria transportados de mutuo regocijo. Haz, Señor, que unamos nuestras voces con las suyas diciéndote con humilde confesión: Santo, Santo, Santo, etc.

COMMUNIO – Virgo concípiet, et pariet filium: et vocábitur nomen ejus Emmánuel (T. P. Allelúja).
Comunión.Una Virgen concebirá, y parirá un Hijo; y será llamado Emmanuel (T. P. Aleluya)

Oración-Postcomunión

Gratiam tuam, quǽsumus, Dómine, méntibus nostris infúnde: ut qui, Angelo nuntiánte, Christi Fílii tui Incarnatiónem cognóvimus; per passiónem ejus et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Dóminum nostrum. < Señor   oh Haz,   > Te suplicamos, Señor, infundas tu gracia en nuestras almas; para que reconociendo y venerando la Encarnación de Jesucristo tu Hijo, anunciada a María por el Ángel, consigamos, por su Pasión y Cruz, llegar a la » gloria de la Resurrección. Por el mismo Señor.

En Cuaresma, conmemoración de la Feria.

Si esta fiesta cae en Semana Santa o en la semana de Pascua, se transfiere entonces al Lunes que sigue al Domingo in Albis, observando el rito pascual.

NOTAS

  • (1) Emmanuel significa «Dios con nosotros» (volver)
  • (2) Esto era lo que comían los niños hebreos hasta llegar a los años de discreción. Jesús se atuvo a esa práctica, ya que se hizo hombre como ellos. (volver)

LA ANUNCIACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA y ENCARNACIÓN DEL VERBO

25 de marzo

Y habiendo entrado el Ángel a donde estaba María, le dijo: Dios te salve, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres. (San Lucas, 1, 28).

Considera al Arcángel Gabriel entrando a donde estaba María, para anunciarle que la Santísima Trinidad la ha elegido para ser Madre de Dios. Su humildad y su pudor alármanse ante esta noticia; pero es tranquilizada asegurándosele que será madre sin dejar de ser virgen. «Hágase en mí según tu palabra», exclama; y, al instante, con la sangre purísima de la Virgen Inmaculada, el Espíritu Santo forma el cuerpo adorable de Jesús.

MEDITACIÓN
SOBRE LA ANUNCIACIÓN

I. Hoy, María es hecha Madre de Dios; su humildad y su pureza le han valido este inefable honor . ¡Qué alegría me da, oh divina María, veros elevada a tan alto rango de gloria! Mas, puesto que sois Madre de Jesucristo, también lo sois de los cristianos. ¡Ah, cuán consolador es este pensamiento! Sois todopoderosa para socorrerme, porque sois la Madre de Dios; poseéis un corazón henchido de amor por mí, porque sois mi Madre. También yo, si quiero, mediante la fe y la caridad puedo poseer a Jesús en mi corazón. Si sólo María ha engendrado a Cristo según la carne, todos los cristianos pueden engendrarle en sus corazones por la fe (San Ambrosio).

II. Desde hoy, Jesús es nuestro hermano; el amor que nos tiene lo hace semejante a nosotros, a fin de hacernos semejantes a Él. Viene a la tierra para que vayamos al cielo. ¡Os adoro, Verbo encarnado en el seno virginal de María! ¡Quien me diera el poder de haceros una merced tan preciosa como Vos me hicisteis! Oh Hermano amabilísimo, os ofrezco todas mis acciones, todo mi ser.

III. María es nuestra Madre, Jesús nuestro Hermano: ¿somos dignos hijos de María, dignos hermanos de Jesucristo? María es totalmente pura, humilde y obediente: ¿posees tu esas virtudes? Jesús en todo busca la gloria de su Padre y la salvación de las almas: ¿estás animado tú del mismo celo? ¿No tendría motivo Jesús para quejarse, y decir a su Madre: Los hijos de mi Madre han combatido contra mí? (Cantar de los Cantares).

La devoción a la Santísima Virgen 
Orad por las asociaciones marianas.

ORACIÓN

Oh Dios, que habéis querido que vuestro Verbo se encarnase en el seno de la bienaventurada Virgen María en el momento en el que al anunciarle el Ángel este misterio, Ella pronunció su fiat, conceded que nuestras plegarias, mientras honramos a la que firmemente creemos que verdaderamente es Madre de Dios, obtengan el auxilio de su intercesión junto a Vos. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/

Los santos que reinan con Cristo

25 de Marzo

SAN GABRIEL ARCÁNGEL

24 de marzo

“Yo soy Gabriel, el que estoy delante del Señor Dios, y que he venido a hablarte y a traerte esta feliz nueva”.

San Gabriel había sido ya enviado a Daniel para anunciarle la época en que el Cristo había de nacer; y a Zacarías, cuando estaba ofreciendo en el templo el incienso, para avisarle del nacimiento del Bautista Precursor del Mesías. «Sólo San Gabriel, cuyo nombre significa Fortaleza de Dios, fue hallado digno, entre todos los Ángeles, de anunciar a María el plan divino respecto a Ella», dice San Bernardo.

San Gabriel se acerca con un santo respeto a la Virgen escogida desde toda la eternidad para ser en la tierra la madre de Aquél de quien Dios es Padre en el cielo. Dícele, con las palabras que le fueron dictadas por el Altisimo y que la Iglesia gusta de repetir a menudo: «Dios te salve, llena de gracia; el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas ias mujeres».

Y, como ve el Ángel que María se asombra de semejante salutación, explícale cómo ha venido a pedir su Fiat, para que se cumpla el gran misterio, que es la condición de la redención del humano linaje. «Yo soy Gabriel, el que estoy delante del Señor Dios, y que he venido a hablarte y a traerte esta feliz nueva».

Pero Maria quiere permanecer siempre Virgen; y entonces el Ángel la ilustra acerca del misterio, y dícele cómo ha deconcebir por obra del Espíritu Santo, Y que dará a luz un Hijo, al cual llamará Jesús, es decir, Salvador. Todo ello sin detrimento alguno del lirio virginal que ofreciera a Dios desde su más tierna infancia.

´   Maria entonces obedece sin titubeo y con la más profunda humildad, diciendo: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.

Y en este momento se obró el más estupendo de todos los milagros, elevando Dios hasta SÍ, en unión personal, al fruto bendito del seno de la Virgen. «Y el Verbo se hizo carne, habitando entre nosotros» ; se desposó con la humanidad, con nuestra pobreza, con nuestra nada, y en cambio de ellos nos dio su divinidad.

Puesto que por la voz de Gabriel hemos conocido la Encarnación del Verbo, quiera Dios que, por su valimiento, consigamos los beneficios de esa misma Encarnación. Dispongámonos ya desde hoya la fiesta de la Anunciación, que mañana mismo
celebraremos con santo gozo, interrumpiendo por unas horas las tristezas cuaresmales.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

SAN PIGMENO, Mártir

24 de marzo

Caminad, pues, mientras tenéis luz, para que las
tinieblas no os sorprendan, que quien anda en tinieblas,
no sabe adonde va.
(San Juan, 12, 35).

Este santo, que había enseñado la Religión verdadera a Juliano el Apóstata, fue desterrado por este emperador por dar sepultura a los mártires.  Durante su estada en Persia, quedó ciego y, por orden del cielo, volvió a Roma. Habiéndolo encontrado Juliano le dijo: Agradezco a los dioses por la felicidad que me conceden de ver a Pigmeno. -Y yo, replicó1e el Santo, doy gracias al Dios del cielo por ahorrarme la vista de un emperador idólatra. Irritado el apóstata con esta respuesta, lo hizo arrojar al Tíber

MEDITACIÓN
SOBRE LAS TRES CLASES
DE CEGUERA

I. Es preciso ser ciego en este mundo sometiendo la razón a la fe, creyendo lo que no se ve, y lo que no se puede comprender. De este modo debes creer en los misterios de la Santísima Trinidad, de la Eucaristía y tantos otros que nos propone Dios por medio de su Iglesia. ¿Puedo acaso sorprenderme si no comprendo misterios tan elevados, si ni siquiera comprendo lo que soy, lo que tengo ante mis ojos, lo que pasa en mi interior? Dios no sería Dios si pudiésemos comprenderlo. Yo creo porque Dios lo ha dicho. La palabra divina es, para mí, prueba suficiente. (Salviano).

II. Debes ser ciego para no ver lo que sea capaz de conducirte al mal. Vigila tus ojos: ellos son los que introducen en tu alma la turbación, el fuego y el desorden. Jamás mires lo que no puedes desear ni poseer sin pecado. Los ojos son las puertas del corazón; por ellas penetran en él la mayoría de los vicios; y por ellas salen la devoción, la humildad y la pureza.Aparta mis ojos, Señor, a fin de que no vean la vanidad. (Salmo).

III. No mires las faltas ajenas, si a ello no te obligan los deberes de tu estado; no tengas ojos sino para sus buenas cualidades y para las gracias que Dios les hizo. Si sigues este consejo no te tentará el orgullo comparándote con los demás, y no los menospreciarás viendo sus defectos. Piensa en ti, examínate a ti mismo: no se te pedirá cuenta de la vida de los demás, sino de la tuya.

La fe 
Orad por los ciegos.

ORACIÓN

Dios omnipotente, haced, os lo suplicamos, que la intercesión del bienaventurado Pigmeno, vuestro mártir, cuyo feliz nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.

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SAN TORIBIO DE MOGROVEJO, Obispo y Confesor

Patrono del Episcopado de Iberoamérica

23 de Marzo

Su contribución a liberar parte de la Europa germánica del yugo de la mentira religiosa y filosófica y de la tiranía política que le es intrínseca es ejemplo de la fuerza que puede tener el trabajo intelectual al servicio la Verdad

Toribio Alfonso de Mogrovejo nació en Mayorga, hoy provincia de Valladolid, en 1538, de una antigua familia noble, muy distinguida en la comarca. Su padre, don Luis, «el Bachiller Mogrovejo», como le decían, fue regidor perpetuo de la villa, y su madre, de no menor señorío, fue doña Ana de Robledo. Antes de él habían nacido dos hijos, Luis y Lupercio. Y después de él, dos hermanas, Grimanesa y María Coco, que habría de ser religiosa dominica. Muertos los dos primeros, a él le correspondió el mayorazgo de los Mogrovejo. Recordaremos aquí su vida según la amplia y excelente biografía de Vicente Rodríguez Valencia, y la más breve de Nicolás Sánchez Prieto.

Su educación fue muy cuidada y completa. A los 12 años estudia en Valladolid gramática y retórica, y a los 21 años, en 1562, comienza a estudiar en Salamanca, una de las universidades principales de la época, que sirvió de modelo a casi todas las universidades americanas del siglo XVI. En Salamanca le ayudó mucho, en su formación personal y en sus estudios, su tío Juan de Mogrevejo, catedrático en Salamanca y en Coimbra.

Al parecer, pasó también en Coimbra dos años de estudiante, y se licenció finalmente en Santiago de Compostela, adonde fue a pie en peregrinación jacobea. En 1571 gana por oposición una beca en el Colegio Mayor salmantino de San Salvador de Oviedo. Uno de sus condiscípulos del Colegio, su amigo don Diego de Zúñiga, fue importante, como veremos, en ciertos pasos decisivos de su vida.

Como es frecuente en los santos, ya desde chico da Toribio signos precoces de las maravillas que Cristo va obrando en él. Su capellán más íntimo, Diego de Morales, afirma que «desde sus tiernos años consagró a Dios su virginidad», y que la defendió con energía cuando fue puesta a prueba con ocasión de una broma de estudiantes. En su tiempo de universitario, continuó en él la manía de dar limosna que ya tenía desde niño, y acostumbraba contentarse con pan y agua en desayuno y cena. El rector del Colegio Mayor salmantino en que vivía, el de Santiago de Oviedo, hubo de llamarle la atención por la dureza de las mortificaciones que practicaba. Una testigo de Villaquejido, donde Toribio solía ir en las vacaciones escolares y universitarias, pues era el pueblo natal de su madre, «dijo que era tan buen mozo y tan buen cristiano como no lo vio en su vida» (Rgz. Valencia I,91).

Por influjo quizá de su amigo Zúñiga, oidor entonces de la Audiencia de Granada, fue nombrado don Toribio Inquisidor de Granada, función muy alta y delicada, en la que permaneció cinco años. Tenía entonces éste 35, y fue aquél un tiempo muy valioso para él, pues aprendió a ejercitar el discernimiento y la prudencia, sirviendo a la pureza de la fe en aquella sociedad compleja, en la que moriscos y abencerrajes estaban mezclados con la población cristiana.

El primer arzobispo de Lima, don Jerónimo de Loaysa, murió en 1575. Y por aquellos años, tanto el rey como el Consejo de Indias recibían continuas solicitudes de virreyes y gobernadores, para que mandaran a las Indias obispos jóvenes, abnegados y fuertes, pues tanto el empeño misionero como el gobierno eclesiástico de aquellas regiones, apenas organizadas, requerían hombres de mucho temple y energía.

En marzo de 1578, siendo don Diego de Zúñiga consejero en el Consejo de Indias, don Toribio de Mogrevejo es designado para arzobispo de Lima. En ocasión solemne, Felipe II afirma: «la elección que yo hice de su persona»… En aquel momento Mogrovejo es sólo clérigo de primera tonsura, y tiene 39 años. Se explica, pues, que necesitara tres meses para decidirse, en agosto, a aceptar el nombramiento. Recibe entonces en Granada las órdenes menores y el subdiaconado, y allí mismo, donde continúa dos años como Inquisidor, recibe el subdiaconado, el diaconado y el sacerdocio presbiteral.

Prepara en esos años su viaje a América, donde le van a acompañar veintidós personas, entre ellas su hermana Grimanesa, con su marido don Francisco de Quiñones. Se despide en Mayorga de su madre doña Ana, visita en Madrid el Consejo de Indias, es ordenado obispo en Sevilla, donde está la llave que abre las puertas de las Indias. Por fin, en setiembre de 1580, desde Sanlúcar de Barrameda, parte con los suyos en la flota que va al Perú.

La tarea apostólica de Santo Toribio iba a desarrollarse en una arquidiócesis limeña de enorme extensión, unos mil por trescientos kilómetros. Abarcaba, en efecto, desde Chiclayo y Trujillo al norte, hasta Ica al sur, más las regiones andinas, desde Cajamarca y Chachapoyas hasta Huancayo y Huancavelica, y aún más al oriente por Moyobamba. A las ciudades ya nombradas se añadían Huaylas, Cinco Villas, Cañete, Carrión, Chancay, Santa, Saña -donde vino a morir-, más otros pueblos y unas 200 reducciones-doctrinas de indios. Actualmente hay dicinueve grandes diócesis en ese inmenso territorio.

Pero además era Lima una arquidiócesis de suma importancia en lo eclesiástico, pues tenía como diócesis sufragáneas la vecina de Cuzco, las de Panamá y Nicaragua, Popayán (Colombia), La Plata o Charcas (Bolivia y Uruguay), Santiago y La Imperial, después trasladada a Concepción (Chile), Río de la Plata o Asunción (Paraguay) y Tucumán (Argentina). Es decir, casi toda Sudamérica y parte de Centroamérica quedaba presidida por este hombre de 43 años, recién hecho sacerdote y obispo.

Santo Toribio llega a la sede limeña en mayo de 1581. Seis años llevaba sin cabeza pastoral la Ciudad de los Reyes, fundada en 1535. El dominico fray Jerónimo de Loaysa, primer obispo de Lima (1541), y primer arzobispo (1546), había muerto en 1575. Fue Loaysa «sintetizador de las reivindicaciones que las grandes personalidades cristianas del Perú hicieron en favor de los naturales durante el siglo XVI», como dice Manuel Olmedo Jiménez (299).

Y mereció realmente ser llamado Pacificador de españoles y protector de indios, pues lo fue de verdad, «sin más pretensioneslascasianas, sino midiendo la propia realidad de los hechos y sus verdaderas posibilidades de acción» (ib.). En su tiempo se celebraron los Concilios regionales I de Lima (1552) y II de Lima (1567). Y a él debemos los Avisos breves para todos los confesores destos Reinos del Perú, donde tan gravemente se urgen las conciencias de los españoles (309-313).

Sin embargo, esta gran disciplina eclesiástica apenas había sido aplicada a la realidad pastoral. De hecho, ya en 1556, Loaysa pidió al rey ser relevado de su cargo, alegando «no puedo cumplir con la carga y oficio que tengo», pues se veía enfermo y agotado (Rgz. Valencia I,194)

Mogrovejo asume, pues, la diócesis en los comienzos de su organización, tras seis años de sede vacante, con un clero diocesano y regular bastante numeroso, y con un Cabildo eclesiástico de hombres bien preparados en la Universidad limeña de San Marcos, fundada en 1551. Y sus veinticinco años de ministerio episcopal se distribuyen de forma verdaderamente rigurosa y exacta, que denota un perfecto dominio de sí mismo. «No es nuestro el tiempo», solía decir. Éste fue, en síntesis, el calendario de su apostolado:

  • 1581: Llegada de Santo Toribio a Lima, y primera salida de su sede, «para tomar claridad y lumbre de las cosas que en el concilio se habían de tratar».
  • 1582-1583: III Concilio de Lima.
  • 1584-1590: Primera Visita general.
  • 1591: IV Concilio.
  • 1593-1597: Segunda Visita.
  • 1601: V Concilio.
  • 1605-1606: Tercera Visita. Hizo también varias salidas en Visitas parciales, y cumpliendo la norma de Trento, celebró Trece Sínodos diocesanos.
  • 1606 Muere.

La diócesis limeña, como todas las de entonces, era fundamentalmente misionera. Y muy consciente de ello, Santo Toribio, a diferencia de otros obispos que se quedaban en su sede y dejaban a los religiosos y doctrinos la acción propiamente misional, se dedicó principalmente al apostolado entre los indios, limitando casi sus estancias en Lima a los tiempos en que se celebraron sus tres Concilios o los Sínodos diocesanos.

Al narrar los hechos apostólicos de Santo Toribio, merecen memoria especial sus visitas pastorales, que conocemos bien por el Diario, y por el Libro de la Visita. Tenemos también los relatos y testimonios detallados de sus acompañantes Bernardino de Almansa, Juan de Vargas, Sancho Dávila, Hernando Martínez, Ramírez Berrio…

En los libros de visita todo quedaba anotado: estado de los indios, de la iglesia, de los ganados, telares y obras, estadísticas… Veamos como muestra la visita a la doctrina de Cajacay: «Está junto a Chiclayo; hay 67 indios tributarios y 18 reservados, y 145 de confesión y 185 ánimas, grandes y chicas. Confirmó su Señoría Ilma., la vez pasada, en este pueblo 255 personas, y ahora 22. Hay cerca de este pueblo las estancias siguientes: Una estancia de Alonso de Migolla, que está media legua de este pueblo. Hay 20 personas. Otra estancia»… Y así va detallando hasta sumar 356 indios tributarios (Rgz. Valencia I,455).

Los secretarios de visita, que se turnaban para acompañar al señor arzobispo, quedaban agotados, pero él iba siempre adelante incansablemente, y no llevado por indígenas en litera o silla de manos, como era normal en los indios o españoles principales, sino siempre en mula o a pie, como dice Almansa, «sólo por no dar molestia ni trabajo a los indios». Viajaba en mula a veces por laderas asomadas a los abismos andinos, «que parecía milagroso dejarse de matar». O si no era posible entrar la cabalgadura, «muchas veces a pie, con las ciénagas y lodo hasta las rodillas y muchas caídas».

No era raro para él tener que pasar la noche al sereno. Utilizaba entonces la montura de la mula como cabezal. Y también le servía para cubrirse con ella en los aguaceros que a veces les sorprendían de camino, perdidos, lejos de cualquier tambo, en soledades donde nadie había para orientarles.

Los indios estaban con frecuencia dispersos fuera de las doctrinas y pueblos. Pero Santo Toribio no limitaba sus visitas pastorales a estos centros principales, ni empleaba delegados, sino que él mismo se allegaba, según los testimonios de sus acompañantes, «visitando personalmente y consolando a sus ovejas, no dejando cosa por ver… No dejando huaicos, cerros ni valles que él mismo por su persona no los visitase con grandísimo trabajo y riesgo de su vida… No contentándose con andar y visitar los pueblos grandes, sino los cortijos, pueblos y chácaras, aunque en ellos no hubiese más de tres o cuatro viejos… Muchas veces a pie».

Para dar la confirmación a una indiecita en alguna parte remota, allá «iba él propio a buscarla y la confirmaba, y no quería que pasase la dicha india ningún peligro en su persona; y Su Señoría lo quería pasar y la iba a buscar». Durante la peste de viruela, que diezmó las reducciones, él visitaba a los indios, entrando en sus chozas, «sufriendo el hedor que tenían, de suerte que, si no fuera con celo ferviente de caridad y amor, no se pudiera hacer ni sufrir». Tampoco había zona de indios de guerra que le arredrase, como cuando entró en las montañas de Moyobamba. En aquella ocasión «le persuadieron y aconsejaron muchas personas y le requirieron que en ninguna manera entrase». Pero él allá se entró, «que por Dios más que aquello se había de pasar». Con todo esto, «algunos de los criados que llevaba se le despidieron y quedaron por no atreverse a entrar».

El apostolado no es otra cosa que mostrar a los hombres el amor que Dios les tiene en Cristo (+1Jn 4,16). Pues bien, el amor de Cristo a los indios del Perú se manifestó de forma conmovedora en las andanzas apenas imaginables que el santo arzobispo Mogrovejo pasó en sus visitas pastorales. Los incas habían dejado una incipiente red viaria, pero él hubo de ir muchas veces por caminos de cabras, «aptos sólo para ciervos» (cervis tantum pervia), como decía el padre Acosta, su colaborador principal.

Téngase en cuenta que la diócesis de Lima iba desde los calurosos llanos hasta las alturas de los Andes, cuyas cimas alcanzan allí los 7.000 metros de altura. Ni siquiera sus criados indios aguantaban a veces cambios climáticos tan brutales. Pero el santo arzobispo, un día y otro, durante meses, durante muchos años, atravesaba selvas, llanos y ciénagas, valles y ríos, o se remontaba a aquellas alturas majestuosas, que avistaban cortinas sucesivas de montes y montañas, entre cortados precipicios, con un río quizá allá abajo, apenas un hilo de plata dos kilómetros al fondo.

Mogrovejo iba siempre animando a todos, con buen semblante, unas veces detrás, recogido en oración, otras veces delante, abriendo camino, si el paso era peligroso, y en ocasiones cantando a la Virgen o semitonando aquellas Letanías del Concilio de Lima -así llamadas porque se incluyeron en la compilación de sinodales del Santo-, en las que por cierto se confesaba la Inmaculada Concepción de María y su gloriosa Asunción a los cielos con varios siglos de anticipación a su proclamación dogmática. Fray Melchor y el licenciado Cepeda, que en una ocasión le acompañaban, y le hacían coro, comentaban: «No parecía sino que venía allí un ángel cantando la letanía, con lo cual no se sentía el camino».

Es preciso repetirlo: resulta casi inimaginable lo que Santo Toribio pasó recorriendo aquellas inmensas distancias en sus visitas pastorales. Como los itinerarios de sus viajes quedaron registrados al detalle, puede calcularse con bastante exactitud que recorrió unos 40.000 kilómetros.

Este hombre, de buena salud, pero de complexión no demasiado fuerte, que hasta los 43 años lleva una vida sedentaria, entre papeles y cartapacios, y que a esa edad inicia 25 años de vida pastoral, la mayor parte de ella de camino, en chozas, a la intemperie, a pan y agua, es una demostración patente de que el hombre sinceramente enamorado de Dios viene a participar de la omnipotencia divina, se hace tan fuerte como el amor que inflama su corazón, y puede con todo. Y además con facilidad y con alegría.

Su apasionado amor pastoral le llevaba a una entrega tan total que excluía todo descanso. Ni se le pasó por la mente tomar nunca vacaciones, por cortas que fueran. Y nunca viajó a España, aunque asuntos muy graves lo hubieran justificado a veces. Prefería enviar un delegado en su nombre. El sabía aquello de San Pablo, «el tiempo es corto» (1Cor 7,29).

Y no se le ocurría invertir una semana o un día o medio en visitas de cumplido, en conmemoraciones, bodas de plata, oro o diamante, inauguraciones diversas o fiestucas piadosas. Incluso para ordenar obispos suyos sufragáneos, estando de visita pastoral en lugares alejados de Lima, hacía llegar al presbítero electo a donde él estaba; así lo hizo, por ejemplo, con fray Luis López, a quien consagró como obispo de Quito. El tenía claro que «no es nuestro el tiempo».

La Providencia divina le hizo superar muchos peligros graves. Contaremos sólo un par de ejemplos. Una vez, queriendo llegar a Taquilpón, anejo a la doctrina de Macate, había de atravesar el río Santa, que estaba en crecida impetuosa. Allí no servían ni balsas de enea, ni flotadores de calabazas, ni los demás trucos habituales. Allí hubo que tender un cable de lado a lado, bien tenso entre dos postes, y atado el cuerpo del arzobispo con unas cuerdas y suspendido así del cable, fueron tirando de él desde la orilla contraria, con el estruendo vertiginoso del potente río a sus pies. Y una vez cumplida y bien cumplida su misión pastoral, con visita y muchas confirmaciones, otra vez la misma operación a la inversa.

En otra ocasión, bajando de las montañas, descendía a caballo una cuesta larguísima, «de más de cuatro leguas», La Cacallada, que le decían los indios, la pedregosa. Ya a oscuro, les pilló el estallido de una tormenta andina, con fragor de truenos, ecos redoblados, lluvia, oscuridad, estruendo. El arzobispo, acompañado de su criado Diego de Rojas, iba adelante, con tenacidad obstinada, y Diego se maravillaba «viendo la paciencia y contento con que el dicho señor arzobispo iba animando a los demás». A pesar de sus voces, se iba dispersando el grupo, todos a ciegas, «se fueron todos quedando, unos caídos y otros derrumbados con sus caballos». A una de éstas, el arzobispo se vió descalabrado en una caída aparatosa, tan fuerte que al criado «se le quebró el corazón de ver al señor arzobispo echado, desmayado en el lodo, donde entendió muchas veces que pereciera». Acudieron algunos a sus gritos, y todos pensaron que Santo Toribio estaba muerto, «helado y hecho todo una sopa de agua». Pero cuando le levantaron, cobró conocimiento y algo de ánimo, y sostenido por los compañeros, descalzo -había perdido las botas hundidas en el barrro-, retomó la subida, desmayándose varias veces por el camino. Cesó la tormenta, asomó la luna de parte de Dios, y allí divisaron un tambo, al que llegaron como pudieron. No había nadie. Sólo había silencio y soledad, noche y frío. Tumbado el arzobispo, helado, exangüe, quedó como muerto. Cuando así le vio su paje Sancho Dávila «se hartó de llorar al verlo de aquella suerte». Todos le daban por perdido, pero a él, a Sanchico, se le ocurrió sacar la lana de una almohada, y calentándola a la lumbre, frotar y calentar con ella al arzobispo, hasta que logró que volviera en sí. Ya de día comenzaron a llegar algunos indios, y el Santo se encontraba de nuevo dispuesto a todo. Celebró la misa, predicó en lengua indígena «con tanto fervor y agradable cara como si por él no hubiera pasado cosa alguna». Allí dejó, en aquellas desolaciones de montaña, dos doctrinas que integraron a 600 indios.

Mogrovejo, como Zumárraga, era un ministro apasionado de la confirmación sacramental. Su capellán Diego de Morales cuenta que, acompañándole él en la visita de 1598 y 1599, con Juan de Cepeda, capellán también, y el negro Domingo, se les hizo la noche a orillas de un río muy caudaloso. Como no tenían más que un pan, el arzobispo lo dividió en cuatro, y así cenaron. Rezó el breviario, paseó un poco, y se acostó a dormir en el suelo, con la silla de la mula como cabezal. Al poco rato, se inició «un aguacero muy terrible», que duró hasta el amanecer, y él «no tuvo otro reparo más que taparse con el caparazón de la silla».

Muy de mañana, en ayunas, emprendieron la marcha a pie, y el arzobispo iba rezando las Horas mientras subían una gran cuesta. Y «como había pasado tan mala noche, se sintió fatigado», y hubieron de ofrecerle un bastón, pero él «no le quiso admitir hasta que pagaron a un indio, cuyo era, cuatro reales por él, y entonces le tomó». Llegó por fin, «sudando y fatigado del camino», a la doctrina que llevaba el dominico fray Melchor de Monzón. Allí fue a la iglesia, hizo oración, predicó a los indios en la misa, y estuvo confirmando hasta las dos del mediodía. Cuando se sentó a comer eran ya las tres, y estaba «bien cansado y trabajado».

Entonces se le ocurrió preguntar al padre doctrinero si faltaba alguno por confirmar. Tras algunas evasivas de éste, el arzobispo le exigió la verdad, y el padre hubo de decirle que a un cuarto de legua, en un huaico, había un indio enfermo. El arzobispo «se levantó de la mesa» y se fue allá con el capellán Cepeda. El indio estaba en un altillo, «que si no era con una escalera, no pudieran subir». Le animó y le confirmó con toda solemnidad, como si hubiera «un millón de personas». Regresó después, a las seis de la tarde, y se sentó a comer…

Bien podían quererle los indios, que «no le saben otro nombre más que Padre santo». Cuando el señor arzobispo, una vez celebrada la misa en el claro del bosque, o junto al río fragoroso, o en una capilla perdida en las alturas andinas, bajo el vuelo circular de los cóndores, se despedía de los indios y después de bendecirlos se iba alejando, «lloraban con muchas veras su partida como si se les ausentase su verdadero padre». Y es que realmente lo era: «aunque tengáis diez mil pedagogos en Cristo, pero no muchos padres, que quien os engendró en Cristo por el Evangelio fui yo» (1Cor 4,15).

«Confirmó más de ochocientas mil almas», afirma su sobrino clérigo, Luis de Quiñones, ateniéndose a los registros. Hizo más de medio millón de bautismos. Anduvo 40.000 kilómetros… A veces la cantidad es tan enorme que se trasforma en calidad, en dato cualitativo. Bien pudo decir quien llegó a ser su fiel capellán, Sancho Dávila: «Conoció este testigo que el amor de verdadero pastor y gran santidad de dicho señor arzobispo le hacía sufrir y hacer lo que… ni persona particular pudiera hacer».

Considerando estas enormidades -más allá de la norma- que produce la caridad pastoral extrema, no faltará alguno que se diga: «Qué cosas es necesario hacer para llegar a ser santo»… Pero el santo no es santo porque hace esas cosas, sino que hace esas cosas porque es santo.

A no pocos capitalinos de Lima, muy conscientes de vivir en la Ciudad de los Reyes, no les hacía ninguna gracia las interminables ausencias del señor arzobispo, aunque éste se viera sustituido por el prudentísimo don Antonio de Valcázar, provisor.

Un grupo de canónigos del Cabilde limense, molestos con el arzobispo por un par de cuestiones, escriben al rey con amargura: «Para más nos molestar, ha casi siete años que anda fuera de esta ciudad so color de que anda visitando… Pudiendo hacer la Visita en breve tiempo, se está en los Partidos hasta los fenecer» (30-4-1590). El oidor Ramírez de Cartagena confecciona primorosamente un Memorial al rey, engendro contrario al Santo, que entregó al virrey nuevo del Perú, don García Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, el cual tuvo buen cuidado de hacerlo llegar al Consejo de Indias. Otros varios se unen también contra él, con pleitos y cartas de agravios dirigidas al rey.

El de Cañete estimula estos escritos difamatorios contra el arzobispo, y se apresuraba para hacer llegar todas estas quejas a la Corte. El mismo escribe al rey que el arzobispo «y sus criados andan de ordinario entre los indios comiéndoles la miseria que tienen». Y añade delicadamente: «y aún no sé si hacen cosas peores… Todos le tienen por incapaz para este Arzobispado» (1-5-1590). Y en otra carta: «Hará ocho meses que está fuera de aquí… Es muy enemigo de estar a donde vean la poca compostura y término que en todas las cosas tiene» (12-4-1594).

El rey, que mucho aprecia al Santo, llega a creer, al menos en parte, las acusaciones, y en una cédula real le ruega y le exige que excuse «las dichas salidas y visitas todo cuanto fuere posible». Con todo respeto, el arzobispo escribe al rey, recurre en consulta al Consejo de Indias, alega siempre los imperativos de su oficio pastoral, cita las normas dadas por Trento, y no muda su norma de conducta, asegurando, como atestigua don Gregorio de Arce, que «andar en las visitas era lo que Dios mandaba», y que en ellas él «se ponía en tan graves peligros de mudanzas de temples [climas], de odio de enemigos, de caminos que son los más peligrosos de todo el mundo», hasta el punto que «muchas veces estuvo en peligro de muerte», y que todo «esto hacía por Dios y por cumplir con su obligación».

Santo Toribio tuvo siempre gran aprecio por el rey, como buen hidalgo castellano, y no despreció a sus contradictores, especialmente al Consejo de Indias. Pero jamás permitió que el César se entrometiera en las cosas de Dios indebidamente, y en lo referente a las visitas pastorales nunca modificó su norma de vida episcopal, más aún, como veremos, logró que en el III Concilio limeño, con la firma de todos los padres asistentes, se hiciera de su conducta personal norma canónica para todos los obispos.

En el antiguo imperio de los incas se hablaban innumerables lenguas. El padre Acosta, al tratar de hacer el cálculo, pierde la cuenta, y termina diciendo que unos centenares (De procuranda Indorum salute I,2; 4,2 y 9; 6,6 y 13; Historia natural 6,11). Ya en 1564 se disponía de un Arte y vocabulario de la lengua más común, el quechua, libro compuesto por fray Domingo de Santo Tomás y publicado en Valladolid.

Pero los padres y misioneros, fuera de algunas excepciones, no se animaban a aprender las lenguas indígenas, pues eran muy diversas y había poca estabilidad en los oficios pastorales, de manera que la que hoy se aprendía, mañana quizá ya no les servía. De hecho, a la llegada de Santo Toribio al Perú, todavía los indios aprendían la doctrina «en lengua latina y castellana sin saber lo que dicen, como papagayos». La acción misionera en México había ido mucho más adelante en la asimilación de las lenguas.

«Fue arduo el problema lingüístico del Perú, observa Rodríguez Valencia. Pero era necesario resolverlo, por gigantesco que fuera el esfuerzo. Y es de justicia y de satisfacción mencionar a los Virreyes, Presidentes y Oidores de Lima, que prepararon con su pensamiento y su denuedo de gobernantes el camino a la solución misional de Santo Toribio» (I,347). Solórzano sintetiza la posición de aquéllos: «No se les puede quitar su lengua a los indios. Es mejor y más conforme a razón que nosotros aprendamos las suyas, pues somos de mayor capacidad» (Política indiana II,26,8). Muchas veces se discutió en el Consejo de Indias la posibilidad de unificar toda América en la lengua castellana. La tentación era muy grande, si se piensa en la escuela y la administración, la actividad económica y la unidad política. Pero «triunfó siempre el criterio teológico misional de llevar a los indios el evangelio en la lengua nativa de cada uno de ellos. Se vaciló poco en sacrificar el castellano a las necesidades misionales» (Rgz. Valencia I,347). De hecho, sólamente «en 1685 se toman providencias definitivas para unificar la lengua de América en el castellano, pues hasta entonces, por fuerza de la evangelización en lengua nativa, estaba «tan conservada en esos naturales su lengua india, como si estuvieran en el Imperio del Inca»» (I,365).

El Virrey Toledo, que visitó el Virreinato casi entero, fue en esto el «adalid seglar de la lengua indígena, «que [según decía] es el instrumento total con que han de hacer fruto [los sacerdotes] en sus doctrinas»» (I,348). Bajo su influjo, el rey Felipe II prohibió la presentación de clérigos para Doctrinas si no sabían la lengua indígena.

Por otra parte, si ya Loaysa en 1551 había iniciado en su propia catedral limeña una Cátedra de lengua indígena, en 1580 el rey dispuso que en Lima y en todas las ciudades del Virreinato se fundaran estas Cátedras, que tenían finalidad directamente misional. En efecto, en ellas habían de hacer el aprendizaje necesario el clero y los religiosos, y por ellas se pretendía que los naturales «viniesen en el verdadero conocimiento de nuestra santa fe católica y Religión Cristiana, olvidando el error de sus antiguas idolatrías y conociendo el bien que Nuestro Señor les ha hecho en sacarlos de tan miserable estado, y traerlos a gozar de la prosperidad y bien espiritual que se les ha de seguir gozando del copioso fruto de nuestra Redención» (19-9-1580). La dignidad cristiana de esta cédula real está a la altura delTestamento de Isabel la Católica.

Llegó al Perú la real cédula en la misma flota que trajo al arzobispo Mogrovejo, quien procuró en seguida su aplicación, como veremos, en el Concilio III de Lima (1582-83). No muchos años después, pudo escribir al rey elogiando al clero: «procuran ser muy observantes… y aprender la lengua que importa tanto, con mucho cuidado» (13-3-1589). Y en una relación de 1604, hay en el arzobispado «ciento veinte Doctrinas de Clérigos, y figura una relación de un centenar de sacerdotes seculares de la Diócesis que saben la lengua… Esa cifra da idea de la marcha rápida e implacable de la imposición de la lengua indígena en el Arzobispado de Lima» (Rgz. Valencia I,364).

Puede, pues, decirse que «el esfuerzo misional de las lenguas indígenas retrasó en más de un siglo la unificación de idioma en América. Prevaleció el criterio teológico y se sacrificó el castellano» (I,364). Ésa es la causa histórica de que todavía hoy en Hispanoamérica sigan vivas las lenguas aborígenes, como el quechua, el aymará o el guaraní.

El mismo Santo Toribio, que ya quizá en España estudiara el Arte y vocabulario quechua, a poco de llegar, usaba el quechua para predicar a los indios y tratar con ellos -«desde que vine a este Arzobispado de los Reyes», le informa al Papa-. Siendo tantas las lenguas, solía llevar intérpretes para hacerse entender en sus innumerables visitas. No poseía, pues, el santo arzobispo el don de lenguas de un modo habitual, pero en algunos casos aislados lo tuvo en forma milagrosa, como la Sagrada Congregación reconoció en su Proceso de beatificación.

En una ocasión, por ejemplo, según informó un testigo en el Proceso de Lima, entró a los panatguas, indios de guerra infieles. Salieron éstos en gran número con sus armas y le rodearon, «y su Señoría les habló de manera que se arrojaron a sus pies y le besaron la ropa». Uno de los intérpretes quiso traducir al señor arzobispo lo que los indios le decían «en su lengua no usada ni tratada», pero éste le contestó: «Dejad, que yo los entiendo». Y comenzó a hablarles en lengua para ellos desconocida «que en su vida habían oído ni sabido… y fue entendido de todos, y vuelto a responder en su lengua». En esta forma asombrosa «los predicó y catequizó y algunos bautizó y les dió muchos regalos y dádivas, con que quedaron muy contentos». Fundó allí una Doctrina, dejando un misionero a su cargo.

El magno Concilio de Trento se celebra en los años 1545-1563, dando un fortísimo impulso de renovación a la Iglesia. «Publicado en España en 1564 y recibido como ley del reino [1565], Felipe II concibió el generoso proyecto de secundarle inmediatamente con la celebración simultánea de Concilios provinciales en todas las metropolitanas de España y de sus reinos de Europa y de ultramar a lo largo del año 1565» (Rgz. Valencia I,193). En efecto, en 1565 se celebraron Concilios en Compostela, Toledo, Tarragona, Zaragoza, Granada, Valencia, Milán, Nápoles, Sicilia y México. Y en 1567, el Concilio II de Lima.

Continuando, pues, este mismo impulso de renovación eclesial, y en virtud del regio Patronato, en 1580 Felipe II encarga al recién elegido arzobispo de Lima con todo apremio, por real cédula, que reuna un Concilio provincial, y que exija asistencia a todos los obispos sufragáneos, «advirtiéndoles que en esto ninguna excusa es suficiente ni se les ha de admitir, pues es justo posponer el regalo y contentamiento particular al servicio de Dios, para cuya honra y gloria esto se procura». Sabía el rey las enormes dificultades que llevaba consigo la reunión de un Concilio al que habían de asistir obispos, a veces ancianos, desde miles de kilómetros de distancia. De ahí que su mandato, dado con la autoridad del Patronato Real, sea tan enérgico, reforzando así al arzobispo metropolitano en su llamada convocadora.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

SAN VICTORIANO, Mártir

23 de marzo

En el mundo tendréis grandes tribulaciones, pero
tened confianza: Yo he vencido al mundo.
(San Juan, 16,33).

Hunerico, rey de los vándalos, queriendo ganar para la causa arriana a Victoriano, procónsul de Cartago, le mandó decir que si consentía en abandonar el cristianismo, lo colmaría de honores. Victoriano respondió a los emisarios: «Id a decir al rey que yo pongo mi confianza en Jesucristo y que los suplicios no me espantan. Nunca consentiré en abandonar la Iglesia católica, en la que he sido formado, y aun cuando no hubiese sino la vida presente, no quiero pagar con ingratitud a Dios que me ha colmado de beneficios. Furioso Hunerico con esta respuesta, lo hizo morir en medio de los más crueles tormentos, corriendo el año 484.

MEDITACIÓN
EN QUIÉN DEBEMOS PONER
NUESTRA CONFIANZA

I. No pongas tu confianza en los hombres, porque muy frecuentemente o no pueden o no quieren ayudar a los que penan. Tus amigos son inconstantes y no piensan sino en sus intereses; en el mejor de los casos no te pueden hacer bien sino en esta vida; no pueden darte el paraíso. A pesar de ello. ¿cuánto tiempo pierdes en procurarte amigos en la tierra? ten cuidado. Procúrate la amistad de Dios. Pon tu confianza en Él y no te quejes si el mundo te abandona,pues Dios está presente cuando el mundo está alejado. (San Pedro Crisólogo).

II. No confíes en ti, piensa por lo contrario que eres el más débil de los hombres. Sin el auxilio de Dios, sólo puedes ofenderlo; ten cuidado Él te negará ese socorro si pones tu confianza en tus propias fuerzas. ¿No experimentaste ya bastante tu debilidad? Que conozca yo mi fragilidad, a fin de desconfiar de mí; mas, que también conozca tu bondad, oh Dios mío, a fin de no dejarme llevar de la desesperación.

III. Ten confianza en Dios, Él quiere salvarte; nada te negará, puesto que te dio a Jesucristo, su Hijo unigénito. Ten confianza en Jesucristo, que tanto ha hecho y tanto ha sufrido por tu salvación; ¿crees que te abandona? Pídele, por los méritos de su Pasión, las gracias que necesitas. ¿Qué confianza tienes en Jesucristo? ¿Qué le pides? Muchos hombres piden a Dios tesoros y bienes de la tierra; en cuanto a ti, no pidas a Dios sino Dios mismo. (San Agustín).

La paciencia
Orad por los
que os gobiernan.

ORACIÓN

Dios omnipotente, haced, os lo suplicamos, que la intercesión del bienaventurado Victoriano vuestro mártir, cuyo nacimiento al cielo celebramos, nos fortifique en el amor de vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.

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SANTA LEA, Virgen

22 de marzo

Los que se rigen por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. (Rom., 8, 14).

San Jerónimo nos ha dejado un hermoso elogio de Santa Lea en una carta a Santa Marcela. Lea, que había tenido muchos esclavos, abandonó el mundo y se hizo sierva de todos. Dirigió un monasterio de vírgenes, a las cuales enseñó en la virtud por sus ejemplos, mejor todavía que por sus palabras.

MEDITACIÓN
SOBRE LOS HIJOS
ADOPTIVOS DE DIOS

I. Jesucristo es el Hijo de Dios por naturaleza; todos los cristianos son sus hijos por adopción y gracia. Tienen a Dios por padre, a Jesucristo por hermano, al cielo por herencia. Alma mía, elevémonos a Dios, y despreciemos todo lo que no es Dios. He nacido para grandes cosas, puesto que soy hijo de Dios; no debo, pues, rebajarme hasta amar los bienes del mundo. Puedo poseer a Dios y reinar en el cielo: ¿no es bastante, acaso, para satisfacer mis ambiciones y colmar la totalidad de mis deseos? Hijos y herederos del Padre celestial, no os dejéis seducir por las riquezas de este mundo, ni por el brillo mentiroso de sus grandezas. En lo que a mi se refiere, he aprendido a pisotear la tierra y no a adorarla. (San Clemente de Alejandría).

II. Para mantener dignamente este carácter de hijo de Dios, impreso en mi alma por el santo bautismo, es menester que todas mis acciones estén animadas del espíritu de Dios. Dios no trabaja sino por su gloria; mis acciones no deben tener otra finalidad que la gloria de mi Padre celestial. Descaezco, si tengo en vista un fin menos elevado. Examinemos nuestras acciones: ¿por quién trabajamos? Si es por los hombres, perdemos nuestro tiempo. El mundo, de ordinario, es demasiado ingrato para que nos recompense dignamente de nuestros afanes, ¿acaso es agradecido?, y aunque lo fuere no puede hacerlo. (Santo Tomás Moro).

III. Si estás animado del espíritu de Dios, trabajarás con celo por su gloria, sin temer el menosprecio de los hombres, sin buscar su estima. Te bastará tener por testigo de tus acciones a Dios que debe recompensarte. En todo tiempo y lugar serás fiel al Señor, porque Él te ve siempre en cualquier parte que estés. Sea cual fuere el resultado de tus empresas, ello no te turbará; te será suficiente que Dios conozca tu buena intención. ¿Cuál es el espíritu que te anima? ¿El del mundo, es decir, el deseo de riquezas? ¿El del demonio, es decir, el orgullo? ¿El espíritu de la carne, es decir, el amor de placeres y de comodidades de la vida ? Todo esto es incompatible con el espíritu de Dios.

La obediencia a los superiores 
Orad por los parientes fallecidos.

ORACIÓN

Escuchadnos, oh Dios que amáis nuestra salvación, y haced que regocijándonos con la fiesta de la bienaventurada Lea, seamos también instruidos por los sentimientos de una tierna devoci6n. Por J. C. N. S. Amén.

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Santa Misa Dominical

PRIMER DOMINGO DE PASIÓN

Tomaron piedras para lanzárselas; mas Jesús se escondió y salió del Templo..

Estación en San Pedro
(Doble de 1ª clase – Ornamentos morados )

Introito. Ps. 42, 1-2

INTROITUS Ps. 142 Judica me, Deus, et discernere causam meam de gente non sancta: ab homine iniquo et doloso eripe me: quia tu es Deus meus et fortitudo mea. – Ps. Ibid. 3 Emitte lucem tuam et veritatem tuam: ipsa me deduxerunt et adduxerunt in montem sanctum tuum et in tabernacula tua. Introito – Júzgame, Dios mío, y separa mi causa de la de una nación impía: del hombre inicuo y falaz líbrame; porque tú eres mi Dios y mi fortaleza. Envía tu luz y tu verdad: ellas me guiaron y condujeron a tu santo monte y a tus tabernáculos. Júzgame

Oración-Colecta

ORATIOQuaesumus, omnipotens Deus, familiam tuam propitius respice: ut, te largiente, regatur in corpore; et, te servante, custodiatur in mente. Per Dominum
R. Amen
Rogámoste, oh Dios . Todopoderoso, mires propicio a tu familia, para que con tu gracia sea dirigida en el cuerpo, y con tu protección sea guardada en el alma. Por Nuestro Señor, etc.R. Amen.

Epístola

EPISTOLALectio Epistolae beati Pauli apostoli ad Hebraeos (IX, 11-15 Fratres: Christus assistens pontifex futurorum, per amplius et perfectius tabernaculum non manufactum, id est non hujus creationis, neque per sanguinem hircorum aut vitulorum sed per proprium sanguinem, introivit semel in Sancta, aeterna redemptione inventa. Si enim sanguis hircorum et taurorum, et cinis vitulae aspersus, inquinatos santificat ad emundationem carnis; cuanto magis sanguis Christi, qui per Spiritum Sanctum semetipsum obtulit immaculatum Deo, emundabit conscientiam nostram ab operibus mortuis ad serviendum Deo viventi? Et ideo novi testamenti mediator est: ut morte intercedente, in redentionem earum praevaricationum quae erant sub priori testamento, repromissionem accipiant qui vocati sunt aeternae hereditatis, in Christo Jesu Domino nostro. Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Hebreos: (Hebr. 9, 11-15) – Hermanos: Habiendo  venido Cristo como Pontífice de los bienes futuros, atravesó por un tabernáculo más excelente y más perfecto, no hecho a mano, esto es, no de fábrica semejante a la nuestra, ni con sangre de machos cabríos, ni de becerro sino que con la sangre propia entró una sola vez para siempre en el santuario, consiguiendo una redención eterna. Porque si la sangre de los machos cabríos, de lo toros, y la ceniza esparcida de la temera santifica a los inmundos en orden a purificaci6n de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo el cual a impulsos del Espíritu Santo se ofreció a sí mismo inmaculado a Dios limpiará nuestra conciencia de las obras muertas de los pecados para servir al Dios vivo? Y por esto Jesús es Mediador de un Nuevo Testamento para que interviniendo su muerte para expiación aun de aquellas prevaricaciones cometidas en tiempo del primer Testamento, reciban la herencia eterna los que han sido llamados en Jesucristo) Señor nuestro.

Salmodia

GRADUALE Ps. 142, 9 et 10 Eripeme, domine, de inimicis meis: doce me facere voluntatem tuam. VPs. 17, 48-49.Liberator meus, Domine, de gentibus iracundis: ab insurgentibus in me exaltabis me: a viro inicuo eripies me.Tractus V. (Ps. 128, 1-4) Saepe expugnaverunt me a juventute mea. V. Dicat nunc Israël: saepe expugnaverunt me a juventutem mea. V. Etenim non potuerunt mihi: supra dorsum meum fabricaverunt peccatores. V. Prolongaverunt iniquitates suas: Dominus justus concidit cervices peccatorum. Gradual – Sal. 142 – Líbrame, de mis enemigos: enséñame a hacer tu voluntad. Señor, Tú que me libras de las gentes malvadas; Tú me ensalzarás sobre los que se levantan contra mí; del hombre malvado me librarás.Tracto –  Muchas veces me combatieron desde mi juventud. Dígalo ahora Israel: muchas veces me combatieron desde mí juventud. Pero no prevalecieron sobre mí. Sobre mis espaldas fabricaron los pecadores. Me hicieron sentir largo tiempo su crueldad; pero el Señor cortó la cerviz de los pecadores.

Evangelio

U secúndum Joanem.Jn 8, 46-59. In illo témpore: Dicebat Jesus turbis Judaeorum: Quis ex vobis arguet me de peccato? Si veritatem dico vobis, quare non creditis mihi? Qui ex Deos est, verba Dei audit. Propterea vos non auditis, quia ex Deo non estis. Responderunt ergo Judaei, et dixerunt ei: None bene dicimus nos, quia Samaritanus es tu, et daemonium habes? Respondit Jesus: Ego daemonium non habeo: sed honorifico Patrem meum, et vos inhhonorastis me. Ego autem non quaero gloriam meam: est qui quaerat, et judicet. Amen, amen dico vobis: si quis sermonem meum servaverit, mortem non videbit in aeternum. Dixerunt ergo Judaei: Nunc cognovimus quia daemonium habes. Abrham mortuus est, et prophetae; et tu dicis: Si quis sermonem meum servaverit, non gustabit mortem in aeternum. Numquid tu major es patre nostro Abraham, qui mortuus est? et prophetae mortui sunt. Quem teipsum facis? Respondit Jesus: si ego glorifico meipsum, gloria mea nihil est: est Pater meus, qui glorificat me, quem vos dicitis quia Deus vesterest, et non cognovistis eum: ego autem novi eum: et si dixero, quia non scio eum, ero similis vobis, mendax. Sed scio eum, et sermonem ejus servo. Abraham pater vester exsultavit, ut videret diem meum: vidiit. et gavius est. Dixerunt ergo Judaei ad eum: Quinquaginta annos nondum habes, et Abraham vidisti? Dixit eis Jesus: amen, amen dico vobis, antequam Abraham fieret, ego sum. Tulerunt ergo lapides, ut jacerent in eum; Jesus autem abscondit se, et exivit de templo. Credo. U Continuación del Santo Evangelio según San Mateo ( Juan 8, 46-59) – En aquel tiempo, dijo Jesús a las turbas de los judíos: «¿Quién de vosotros me con- vencerá. de pecado? ¿Si os digo la verdad, por qué no me creéis? El que es de Dios, oye las palabras de Dios. Por eso, vosotros no las oís, porque no sois de Dios». Los judíos respondieron: «¿No decimos bien que eres un samaritano, y que estás endemoniado?» Jesús respondió: «Yo no estoy poseído del demonio, sino que honro a mi Padre, y vosotros me habéis deshonrado a mí. Pero yo no busco mi gloria: hay quien la promueva y la vindique. En verdad, en verdad, os digo que quien observare mi doctrina, no morirá. jamás.» Los judíos le dijeron: «Ahora conocemos que estás poseído de algún demonio. Abrahán murió, y los profetas, y tú dices: ‘Quien observare mi doctrina no morirá. eternamente’. Por ventura, ¿eres mayor que nuestro padre Abrahám, el cual murió, que los profetas, que también murieron? Tú, ¿por quién te tienes?» Jesús les respondió: «Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada vale; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios, y no le conocéis; mientras que yo le conozco. y si dijese que no le conozco, sería tan mentiroso como vosotros. Mas, le conozco, y observo sus palabras. Abrahán, vuestro Padre, deseó con ansia ver mi día. Lo vió, y gozó mucho». Y los judíos le dijeron: «¿Aun no tienes cincuenta años, y has visto a Abrahán?» Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo, que antes que Abrahán fuera criado, existo yo.» Tomaron entonces piedras para lanzárselas, mas, Jesús, se escondió, y salió del templo. Credo.
OFFERTORIUM Ps. 92 Confitebor tibi, Domine, in toto corde meo: retribue servo tuo; vivam, et custodiam sermones tuos: vivifica me secundum verbum tuum, Domine OfertorioTe alabaré, Señor, con todo mi corazón: da el premio a tu siervo; viviré y guardaré tus palabras: dame vida según tu promesa.

Oración-Secreta

Haec  munera, quaesumus, Domine, et vincula nostrae provitatis absolvant, et tuae nobis misericordiae dona concilient. Per Dominum nostrum. Rogámoste, Señor,  que estos dones, no sólo rompan los vínculos de nuestra maldad, sino que nos atraigan los dones de tu misericordia. Por Nuestro Señor, etc.

Prefacio de Pasión y de la Santa Cruz

Vere dignum et justum est, aequum et salutare nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Qui salutem humani generis in ligno Crucis constituisti: ut unde mors oriebatur, inde vita resurgeret: et qui in kigno vincebat, in ligno quoque vinceretur: per Christum Dominum nostrum. Per quem majestatem tuam laudant Angeli, adorant Dominationes, tremunt Potestates. Caeli caelorumque Virtutes ac beata Seraphim, socia exultatione concelebrant. Cum quibus et nostras voces, ut admitti jubeas deprecamur, supplici confessione dicentes:  Sanctus, Sanctus, Sanctus, etc. Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, el darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor Santísimo, Padre Todopoderoso, Dios Eterno: Que pusiste la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que de donde salió la muerte, de allí renaciese la vida, y el que en un árbol venció, en un árbol fuese vencido; por Cristo, Nuestro Señor. Por quien los Ángeles alaban a tu Majestad, las Dominaciones la adoran, la temen las Potestades. Los cielos, y las Virtudes de los cielos, y los Serafines, con recíproca alegría la celebran. Rogámoste, que con sus alabanzas, recibas las nuestras, diciendo con humilde confesión: Santo, Santo, Santo etc.
COMMUNIO Hoc corpus, quod pro vobis tradetur: hic calix novi testamenti est in meo sanguine, dicit Dominus: hoc facite, quotiescumque sumitis, in meam commemorationem.
Comunión.Este es el Cuerpo que será entregado por vosotros; este Cáliz es el Nuevo Testamento en mi sangre, dice el Señor: «Haced esto cuantas veces lo toméis, en memoria mía».

Oración-Postcomunión

POSTCOMMUNIO – Adestonobis, Domine Deus noster: et quos tuis mysteriis recreasti, perpetuis defende subsidiis. Per Dominum nostrum Jesum Christum < Señor   oh Haz,>   Atiéndenos, Señor Dios nuestro, y defiende con perpetuos auxilios a los que has restaurado con tus Misterios. Por Nuestro Señor. etc

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SAN BENITO, Abad

21 de marzo

Dichosos los siervos a los cuales el amo al venir encuentra velando. (San Lucas, 12, 37).

San Benito abandonó el mundo a la edad de 14 años para retirarse al desierto. Esforzóse el demonio por encender en su corazón el fuego de las pasiones impuras. Para vencer, San Benito revolcábase entre espinas y zarzas. Su fama de santidad extendióse a lo lejos y le atrajo una multitud de discípulos. Hizo muchos milagros que lo han hecho célebre; mas el mayor de los prodigios fue el establecimiento de su orden, que ha dado un sinnúmero de santos a la Iglesia. Murió hacia la mitad del siglo VI.

MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA y LA MUERTE
DE SAN BENITO

I. Desde que hubo comprendido la vanidad del mundo, retiróse San Benito a la soledad, y allí mortificó su cuerpo mediante continuas austeridades.¡Hace ya tanto tiempo que tú conoces los peligros del mundo, y lo amas todavía! ¡Sabes que es infiel, y en él te fías! ¡Estás persuadido de que no hay recompensa para sus adoradores, y ansiosamente buscas sus favores! Engañó ya a muchos otros con sus falsos bienes; mas, los que antes lo honraban lo desprecian ahora. ¿Por qué no lo dejas? Apenas si tiene el mundo lo que es preciso para engañar; carece de bienes, hasta de bienes frágiles. (San Euquerio).

II. San Benito despreció al mundo, y el mundo le honra; los reyes, los príncipes, numerosos fieles acuden a verlo en la soledad, para encomendarse a sus oraciones o para imitar su género de vida. Tú amas al mundo y él te desprecia; lo desprecias y él te prodiga sus alabanzas. Pareciera que Dios, impaciente por recompensar a sus servidores, no puede esperar la vida futura para hacerlo. ¡Cuán apurada estáis, oh bondad divina, en glorificar a vuestros santos! (San Eusebio).

III. San Benito, vencedor del mundo, lo abandona, y muere en una iglesia en medio de sus religiosos, advertidos por él de la hora de su muerte. ¿Te ha sido revelado cuándo y cómo morirás? Mantente siempre preparado. Los religiosos de este santo son sus hijos y su corona. Tus hijos y tu corona son tus obras: ellas te seguirán hasta el trono de Dios, para acusarte o defenderte.

El amor de la soledad 
Orad por la Orden
de San Benito.

ORACIÓN

Haced, Os lo rogamos, Señor, que la intercesión de San Benito, abad, nos haga agradables a Vuestra Majestad, y que obtengamos por sus oraciones la que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.

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SAN CUTBERTO, Obispo y Confesor

20 de marzo

Antorcha de tu cuerpo son tus ojos: si tu ojo fuere sencillo, todo tu cuerpo estará iluminado. Mas si tienes malicioso tu ojo, todo tu cuerpo estará tenebroso. (San Mateo, 6, 22-23).

San Cutberto, después de haber sido pastor y soldado, entró en el monasterio de Melrose, donde se distinguió por sus austeridades. Llegó a ser prior y se consagró, en seguida, a convertir y a consolar espiritualmente a los campesinos de Normandía. No contento con enseñarles las verdades de la fe, alivió sus sufrimientos por medio de numerosos milagros. Después de haber sido prior también en Lindisfarne, fuese retirando a yermos cada vez más solitarios. El rey Egfrido fue personalmente a buscarlo a Farne para persuadirlo a que aceptara el episcopado. Murió en el año 687.

MEDITACIÓN
SOBRE LA PUREZA
DE INTENCIÓN

I. Haz buenas obras como San Cutberto; mas, como él, hazlas con intención pura y santa. Si tu intención es pura, tu obra será luminosa; si es mala, sólo harás obra de tinieblas. ¿Qué fin te propones al realizar tus actos, aun los más santos? A menudo trabajas sin pensar para qué lo haces. Cuídate en tus intenciones; Dios no recompensará sino lo que se haya hecho por su amor.

II. ¿No es acaso la vanidad, la que, muy a menudo, te impulsa a obrar? Practicas la virtud, das limosna, frecuentas la Iglesia; ¿no es acaso para adquirir fama de hombre de bien? Si fuere así, tendrás tu recompensa en este mundo: los hombres te alabarán; pero Dios te castigará. ¡Qué ceguera preferir una vana honra a la gloria eterna, alabanzas de hombres a la estima de Dios!

III. Haz, pues, tus buenas acciones en secreto, y no delante de los hombres. Si es necesario que se manifiesten, purifica tu intención, renuncia a la vanidad que puede corromper las acciones más santas. Pon tu intención desde la mañana; renuévala al comienzo de tus principales actos. Todo lo que hago. Señor. quiero hacerlo para agradaros. Sólo Vos tenéis derecho a mi amor.

La pureza de intención
Orad por los que están
constituidos en dignidad.

ORACIÓN

Concedednos, os lo rogamos, Dios omnipotente, que la solemnidad de San Cutberto, vuestro confesor y pontífice, aumente nuestra devoción y nos conduzca a la salvación. Por J. C. N. S. Amén.

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Los santos que reinan con Cristo

20 de Marzo

Misa de la Fiesta de San José

19 de Marzo

SAN JOSÉ,
ESPOSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

Doble de 1ª clase – Ornamentos blancos


La Iglesia honra siempre a San José con María y Jesús, especialmente en las fiestas de Navidad.


Oriundo de la estirpe davídica, fue San José el tipo consumado del varón justo (Ev.). Como por causa de su matrimonio con la Virgen María San José tiene derechos sobre el fruto bendito del seno virginal de su Esposa, existe gran afinidad de orden moral entre él y Jesús, ejerciendo sobre el Niño Dios cierto derecho paterno, que el Prefacio de San José describe muy delicadamente con los términos paterna vice. San José, sin que haya engendrado a Jesús, es legal y moralmente padre del Hijo de la Virgen Santísima, por los estrechos lazos que le unen con María.


Estaban en la familia de Nazaret las tres personas más grandes y excelsas del universo: Cristo Hombre, la Virgen Madre de Dios, y José, padre nutricio y legal de Cristo. Dios le reveló el misterio de la encarnación y le confió la custodia del Verbo encarnado y la virginidad de María.


El himno de Laudes dice que «Cristo y la Virgen le asistieron en su hora postrera con rostro sereno». San José voló al cielo para gozar claramente de la visión del Verbo, cuya humanidad tanto tiempo y tan cerca le había sido dado contemplar en la tierra. Con razón, pues, se le invoca como modelo de las almas interiores y contemplativas y patrón de la buena muerte. Además, en el cielo, sigue siempre ejerciendo muy poderoso influjo sobre el corazón de Jesús Hijo y de María, su santísima Esposa (Dr.).


Imitemos en este santo tiempo la pureza, la humildad y el espíritu de oración y recogimiento de José en Nazaret, donde vivió con Dios, cual otro Moisés en la nube (Ep.).


¡
Glorioso Patriarca! ¡Esposo fidelísimo de María! durante tu vida fuiste el amparo de la Sagrada Familia. Continúa esa solicitud sobre toda la Iglesia, la Familia de Dios en la tierra. Que aprendamos de ti la verdadera sabiduría a la cual ajustaste perfectamente tus obras. Varón justo te llama el Evangelio; enseña a todos la verdadera justicia, a los que mandan y a los que obedecen, a los patronos y a los obreros, pues de todos eres ejemplo admirable. Danos un tierno amor a Jesús y María y protégenos sobre todo a la hora de la muerte.
El sacerdote celebra hoy la misa por sus feligreses.

Introito. Ps. 91

INTROITUS – Justus ut palma florébit: sicut cedrus Libani multiplicábitur: plantátus in domo Dómini, timo Pómin1, in átrís domus Dei nostri. Ps. Bonum est confltéri Dómino: et psáliere nómini tuo, Altíssime. V. Glórla Patri. El justo florecerá como la palma: Se multiplicará como cedro del Líbano, plantado en la casa del Señor, en los atrios de nuestro Dios. – Ps. Bueno es alabar al Señor: y cantar a tu nombre, oh Altísimo. V. Gloria al Padre.

Oración-Colecta

ORATIOSanctissimae Genitrícis tuae Sponsi, quaesumus. Dómine, méritis adjuvémur: ut, quod possibilitas nostra non óbtinet, ejus nobis intercessióne donétur; Qui v1vís. R. Amen Rogámoste, oh Señor, que nos ayuden los méritos del Esposo de tu Madre Santísima: para que, por su intercesión, se nos conceda lo que no alcanzamos por nuestros méritos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

CONMEMORACIÓN Y ÚLTIMO EVANGELIO DE CUARESMA

Epístola

La Iglesia aplica aquí a San José el elogio que la sabiduría hace de Moisés. Al igual que aquel Patriarca, San José fue amado de Dios y de los hombres, hizo prodigios de humildad y de mansedumbre y mereció vivir codo a codo con Dios, siendo jefe de su casa.

Lectio libri Sapiéntiae Sapiéntiae 45, 1-6. Diléctus Deo, et hominibusm eujus memória in benedictióne est. Símilem illum fecit in glória sanctórum et magnificávit eum in tímore inimicórum, et in verbis sua monstra placávit. Glorificavit illum in conspéctu régum et jussit illi coram pópulo suo, et ostendit illi gloriam suam. In fide et lenitate ipsíus sanctum fecit illum, et elégit eum ex omni carne. Audivit enim eum, et vocem ipsíus, et indúxet illum in nubem. Et dedit illi coram praecépta et legem vitae et discipinae.

Lección del libro de la Sabiduría: Amado de Dios y de los hombres; cuya memoria se conserva en bendición. Hízole el Señor semejante en la gloria a los santos, y engrandecióle, e hizole terrible a los enemigos; y él, con su palabra, hizo cesar horrendas plagas. Glorificóle en presencia de los reyes; dióle preceptos que promulgase a su pueblo; y le mostró su gloria. Santificóle por medio de su fe y mansedumbre y escogióle entre los hombres. Por eso oyó a Dios y su voz; e hízole Dios entrar dentro de la nube; donde cara a cara le dio los Mandamientos y la Ley de vida y de ciencia.

Salmodia

GRADUALE. Ps. 20, 4 et 5.Dómine, praevinísti eum in benedictionibus dulcédinis: posuisti in cápite ejus corónam de lápide pretioso. V Vitam pétit a te, et tribuísti ei longitúdinem diérum in saeculum saeculi. TRACTUS, Ps.111, 1-3 Beárus vir, qui timet Dóminum: in mandátis ejus cúpit nimis. V. Pótens in terra erit semen ejus: generátio rectórum benedicétur. V. Gloria et divítiae in domo ejus: et justitia ejus manet in saeculum saeuculi. Gradual. – Oh Señor, le has prevenido con dulces bendiciones; pusiste sobre su cabeza una corona de piedras preciosas. V. Te pidió vida, y Tú le has concedido alargar sus días por los siglos de los siglos. Tracto. – Bienaventurado el hombre que teme al Señor, y que pone sus delicias en cumplir sus Mandamientos. V. Poderosa será sobre la tierra su descendencia; bendecida será la generación de los justos. V. Habrá en su casa gloria y riquezas, y su justicia durará eternamente.

En tiempo Pascual, omitidos el Gradual y el Tracto, se dice en su lugar:

ALLELUIA, alleluia. Eccli. 45, 9. Amavit eum Dóminus, et ornávit eum: stólam gloriae índuit eum.Aleluya V. O see 14 – Justus germinábit sicut lílium, et florébit in aeternum ante Dóminum, allelúia. Aleluya, aleluya. V. Amóle el Señor, y le adornó; vistióle con un manto de gloria. Aleluya V. El justo brotará como el lirio, y florecerá eternamente ante el Señor, aleluya.

Evangelio

Terrible congoja de San José y compasiva intervención del cielo para tranquilizarlo. No tiene por qué dudar ni temer, pues María, su esposa, ha concebido y dará a luz a Jesús, por virtud del Altísimo.

USequentia sancti Evangelii secundum Matthaeum 1, 18-21.Cum esset desponsata mater eius Maria Ioseph, antequam convenirent inventa est in utero habens de Spiritu Sancto. Ioseph autem vir eius, cum esset iustus et nollet eam traducere, voluit occulte dimittere eam. Haec autem eo cogitante, ecce angelus Domini in somnis apparuit ei dicens: “ Ioseph fili David, noli timere accipere Mariam coniugem tuam. Quod enim in ea natum est, de Spiritu Sancto est; pariet autem filium, et vocabis nomen eius Iesum: ipse enim salvum faciet populum suum a peccatis eorum ”.

Credo

U Continuación del santo Evangelio según S. Mateo.Estando desposada la madre de Jesús, María, con José, antes de cohabitar, se halló que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo. Mas José, su esposo, como era justo, y no quería delatarla, deliberó dejarla secretamente. Estando él en este pensamiento, he aquí que un ángel del Señor le apareció en sueños diciéndole: José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa: porque lo que en ella se ha engendrado es obra del Espíritu Santo. Y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a su pueblo de los pecados de ellos. Credo.
OFFERTORIUM. – Ad te levavi animam meam: Deus meus, in te confido, non erubescam: neque irrideant me inimici mei: etenim universi, qui te exspectant, non confundentur. Ofertorio. – Mi verdad y mi clemencia estarán con él: V. en mi nombre se acrecentará su poder.

Oración-Secreta

Débitum tibi, Dómine, nostrae réddimus servitútis, supplíciter exorántes: ut sufrágiis beáti Joseph, Sponsi Genitrícis Fílii tui Jesu Christi Dómini nostri, in nobis tua múnera tueáris; ob cujus venerándam festivitatem laudis tibi h´sotias immolamus. Per eúmdemDóminum. Te presentamos, oh Señor, el tributo de nuestra servidumbre, rogándote suplicantes, que por los méritos de San José, Esposo de la Madre de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en cuya veneranda festividad te ofrecemos esta hostia de alabanza, conserves en nosotros tus dones. Por el mismo Jesucristo N. S.

Prefacio de San José

Vere dignum et justum est aequum et salutare, nos tibi semper, et ubique gratias agere: Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus. Et te in Festivitate beati Joseph débitis magnificare praecóntis, benedicere et praedicare. Qui et vir justus, a te Deiparae Virgini Sponsus est datus: et fidélis servus ac prudens, super Familiam tuam est constitútus; ut Unigénitum tuum, Sancti Spíritus obumbratoóne concéptum, paterna vice custodíret, Jesum Christum Dóminum nostrum.  Per quem majestatem tuam laudant Angeli, adórant Dominationes, tremunt Potéstates; Caeli caelorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostrae voces, ut admítti júbeas, deprecámur, súpplici confessióne dicéntes: Sanctus, Sanctus, Sanctus… Verdaderamente es digno y justo, equitativo y saludable, que te demos gracias en todo tiempo y lugar ¡Señor Santo, Padre todopoderoso y eterno Dios! Que, en la Festividad de San José te honremos con las debidas alabanzas, te bendigamos y te ensalcemos. El fue el varón justo que diste por Esposo a la Virgen Madre de Dios, y el que constituiste como fiel y prudente servidor sobre tu Familia; para que guardase, haciendo las veces de padre, a tu Hijo unigénito y Señor nuestro Jesucristo, concebido por obra del Espíritu Santo. Por quien los Ángeles alaban a tu Majestad, la adoran las Dominaciones, y lse sobrecogen de respeto las Potestades. Los Cielos y las Virtudes celestiales y los bienaventurados Serafines la ensalzan con el mismo júbilo. Por lo que te pedimos te dignes escuchar juntamente con las suyas nuestras voces, al prorrumpir en esta respetuosa alabanza: santo, Santo, Santo…
COMMUNIO. Matth. 1, 20. Joseph fili David, noli timere accipere Mariam coniugem tuam. Quod enim in ea natum est, de Spiritu Sancto est Comunión. José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa: porque lo que en ella se ha engendrado es obra del Espíritu Santo.

Oración-Postcomunión

POSTCOMMUNIO – Adésto nobis, miséricors Deus: et intercedénte pro nobis beáto Joseph Confessóre tua circa nos propitiátus dona custodi. Per Dóminu. Asístenos, por favor oh Dios misericordioso: e intercediendo por nosotros San José, Confesor, guarda bondadosamente tus dones en nosotros. Por Nuestro Señor Jesucristo.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/


DEVOCIÓN A SAN JOSÉ

San José

«Nunca pedí nada a San José, sin haber sido oída«
(Santa Teresa)

Fuera de Jesús y de su Madre Santísima, ¿qué abogado hallaremos más poderoso para con Dios, que el glorioso patriarca San José? El Padre Eterno le confió su Hijo amantísimo; el Hijo de Dios lo adoptó por padre y tutor de su Humanidad sacrosanta; el Espíritu Santo le entregó su amantísima Esposa; Jesús y María Santísima, después de haberlo honrado y obedecido treinta años consecutivos asistieron a su muerte preciosa. ¡Qué motivos estos tan poderosos para profesarle una cordial devoción!

¿Queréis, pues, almas cristianas, adelantar en la virtud y alcanzar una santa muerte? Tomad por guía en la vida y por protector en el terrible trance de la muerte. al glorioso San José. Consagradle el mes de marzo y los miércoles de cada semana, rezando aquellos días un Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri, en honor de sus principales dolores y gozos.



SAN JOSÉ, Esposo de la Bienaventurada Virgen María

19 de marzo

Teniendo, pues, qué comer, y con qué cubrirnos, contentémonos con esto. (1 Timoteo, 6, 8).

San José fue esposo legal de María y padre nu tricio de Jesús. Bastan estas dos palabras para su elogio. La gran humildad de que dio pruebas ejerciendo el oficio de carpintero, la solicitud con que rodeó la infancia del Salvador, su respeto para con la Madre de Dios, lo hicieron digno de morir en los brazos de Jesús y de María. ¡Oh dulce muerte! ¿Quieres tú morir como él? Imita sus virtudes e invoca su protección.

MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SAN JOSÉ

l. San José mereció, por su pureza, el honor de ser elegido por Dios para ser el esposo de su Madre. ¡Qué gloria para ti, oh gran santo, mandar a una esposa omnipotente en el cielo y en la tierra! Imita la pureza, la humildad y la modestia de José, y María se mostrará contigo llena de ternura. Para que llegues a ser un gran santo, haz, siguiendo el ejemplo de San José, todas tus acciones pensando que Dios te ve.

II. Fue el padre nutricio de Jesús, y Jesús le estaba sometido. Admira la humildad del Salvador, que, pudiendo nacer en el palacio de Augusto o de Herodes, prefiere elegirse un padre pobre y desconocido, un padre que debe trabajar con sus manos para procurarle alimento y vestido. A ejemplo de San José, nunca te separes de Jesús: que en todos tus actos sea tu compañero, conversa a menudo con Él. Haz un lugar a Jesús en medio de tus hijos: que tu Señor venga a tu familia, que tu Creador se acerque a su creatura. (San Agustín).

III. San José murió en brazos de Jesús y de María. Tú también quieres terminar tu existencia con una muerte dichosa y santa: ten una gran devoción a San José. Nos asegura Santa Teresa que ha obtenido todo lo que ha pedido por los méritos de San José. Pídele esta última gracia que debe coronar tu vida y hacerte comenzar una eternidad de dicha. Con frecuencia durante tu vida, y sobre todo en la hora de tu muerte, pronuncia los tres hermosos nombres de Jesús, María y José.

La devoción a San José
Rogad por los agonizantes.

ORACIÓN

Haced, Señor, que los méritos del bienaventurado José, esposo de vuestra Santísima Madre, nos ayuden, a fin de que obtengamos por su intercesión lo que nuestra flaqueza no puede merecer. Vos que, siendo Dios, vivís y reináis por todos los siglos de los siglos.  Amén.

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/

SAN CIRILO, Obispo y Confesor

18 de marzo

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia (San Mateo. 5, 7).

San Cirilo era obispo de Jerusalén cuando Juliano el Apóstata, por odio al cristianismo, quiso restablecer el templo de Jerusalén. Predíjole este santo que no quedaría piedra sobre piedra. En efecto, el rayo y los temblores derribaron lo que el apóstata había hecho edificar. Era San Cirilo tan caritativo que los arrianos, para arrebatarle su episcopado, lo acusaron de haber vendido los ornamentos de la iglesia y distribuido su precio entre los pobres. Murió en el año 387.

MEDITACIÓN
SOBRE LA MISERICORDIA

I. Debes compadecer los sufrimientos del prójimo, provengan de enfermedad o de pobreza. Esta compasión debe excitar en ti el deseo de aliviarlos, y este deseo debe ser efectivo. ¡Cuántas ocasiones pierdes de hacer el bien a los desgraciados! Nada hay que te haga más semejante a Dios como la caridad para con los pobres. Si no estás en condición como para socorrerlos, ruega a Dios que lo haga Él y agradécele el que te haya librado de las miserias que hacen gemir a tu prójimo.Nunca se parece tanto el hombre a la Divinidad como cuando hace el bien a sus semejantes; sé providencia para los desventurados, imitando la misericordia de Dios. (San Gregorio).

II. Ten compasión de los pecadores; por ricos y felices que sean en apariencia, su suerte es mucho más digna de compasión que de envidia. Son tanto más dignos de lástima, cuanto que no conocen su mal estado y no quieren ponerle remedio. Adviérteles, si lo puedes, hazles conocer el lastimoso estado de su alma; ruega a Dios por ellos; apártalos de las ocasiones peligrosas; emplea para esto, tu solvencia, tus riquezas: bien que quiso dar su vida por ellos Jesucristo. No envidies a los malos, antes bien compadécelos. (San Pedro Damián).

III. ¿Acaso tú mismo no eres digno de compasión, a causa de tus miserias o de tus pecados? Si es a causa de tus miserias, ten paciencia: Jesús vivió en el dolor, los santos pasaron su vida en las lágrimas. Si tus pecados te hacen digno de compasión, ten piedad de ti mismo; sal, lo más pronto posible, de ese funesto estado.

La caridad
Orad por los afligidos .

ORACIÓN

Dios todopoderoso, haced, os lo suplicamos, que la solemnidad del bienaventurado Cirilo, vuestro confesor y pontífice, acreciente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de nuestra salvación. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/

La Penitencia VII

El buen propósito

El buen propósito es parte integrante de una buena contrición y por eso diremos algo de él.  ¿Qué decir de un niño que pide perdón a su padre de la manera siguiente?: «Padre mio, yo estoy triste de haberos causado pena, pero dentro de algunos días os la volveré a causar». ¡Cuántas personas hay que hacen propósitos parecidos a los de este niño!   Son bastantes los que se confiesan quizá con sinceridad, y yo diré más, con una aparente contrición, pero sin ningún buen propósito para el porvenir.
¿Qué es el propósito que se requiere para la contrición? Es una resolución o voluntad firme de no pecar y así no ofender a Dios en adelante.   Pero ¿Puedo yo saber si no ofenderé más al buen Dios en el porvenir? Esto no es lo que se pide, sino se requiere que en el momento mismo que uno se confiese, esté resuelto verdaderamente a no ofenderle más.
La necesidad del buen propósito se puede demostrar:
1) Por la naturaleza de la contrición, porque ésta encierra necesariamente la detestación del pecado y el amor a nuestro Dios.   Ahora bien, la unión al pecado, que no se quiere dejar, es el odio a Dios.  Por el consiguiente estos dos sentimientos de amor y de odio no pueden existir en el mismo corazón ante la mirada de Dios: el uno excluye al otro.
2) Por el efecto de la contrición, que es el retorno a Dios, mientras que el efecto del pecado es el apartamiento de Él.   Aún más:  el uno destruye al otro.  Uno no puede volver el rostro y la espalda a un tiempo a la misma persona.

3) Por la palabra de Dios, pues el nos dice por boca del profeta Ezequiel las dos cosas que son necesarias en una conversión:   «Arrojad de sobre vosotros todas las iniquidades que cometéis y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo» (18, 31).   Por tanto, cuando uno quiere convertirse, lo primero que ha de hacer: Arrojar los pecados pasados, o sea, detestarlos, y después:  Hacerse un corazón nuevo…, nuevos afectos y deseos.

Vosotros amáis vg. la embriaguez, ahora lejos de amarla es necesario detestarla… Vosotros amáis la impureza; lejos de amarla, es necesario detestarla en adelante… Es necesario, pues, arrojar los pecados en el sacramento de las penitencia ante el sacerdote y no volverlos a cometer más…

» La Coraza de San Patricio»

Esta hermosa oración de San Patricio, popularmente conocida, fue supuestamente compuesta por él en preparación de esta victoria sobre el paganismo.

Acontinuación una traducción literal de un antiguo texto irlandés:

Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.

Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,
Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro,
Por medio de la fuerza de Su resurrección y asunción,
Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.

Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del amor de Querubines,
En obediencia de Ángeles,
En servicio de Arcángeles,
En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,
En oraciones de Patriarcas,
En palabras de Profetas,
En prédicas de Apóstoles,
En inocencia de Santas Vírgenes,
En obras de hombres de bien.

Me levanto hoy
Por medio del poder del cielo:
Luz del sol,
Esplendor del fuego,
Rapidez del rayo,
Ligereza del viento,
Profundidad de los mares,
Estabilidad de la tierra,
Firmeza de la roca.

Me levanto hoy
Por medio de la fuerza de Dios que me conduce:
Poder de Dios que me sostiene,
Sabiduría de Dios que me guía,
Mirada de Dios que me vigila,
Oído de Dios que me escucha,
Palabra de Dios que habla por mí,
Mano de Dios que me guarda,
Sendero de Dios tendido frente a mí,
Escudo de Dios que me protege,
Legiones de Dios para salvarme
De trampas del demonio,
De tentaciones de vicios,
De cualquiera que me desee mal,
Lejanos y cercanos,
Solos o en multitud.

Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado,
Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,
Contra conjuros de falsos profetas,
Contra las negras leyes de los paganos,
Contra las falsas leyes de los herejes,
Contra obras y fetiches de idolatría,
Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,
Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.

Cristo escúdame hoy
Contra filtros y venenos, Contra quemaduras,
Contra sofocación, Contra heridas,
De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.

Cristo conmigo, Cristo frente a mí, Cristo tras de mí,
Cristo en mí, Cristo a mi diestra, Cristo a mi siniestra,
Cristo al descansar, Cristo al levantar,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira, Cristo en cada oído que me escucha.

Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.

Tomado de: http://www.mercaba.org

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Muchos pueblos renacieron a Dios por mí

Del oficio de lectura, 17 de Marzo, San Patricio, Obispo

De la Confesión de san Patricio
(Caps. 14-16: PL 53, 808-809)

"donde jamás se había tenido conocimiento de Dios; allá, en Irlanda, donde se adoraba a los ídolos y se cometían toda suerte de abominaciones, ¿cómo ha sido posible formar un pueblo del Señor, donde las gentes puedan llamarse hijos de Dios? Ahí se ha visto que hijos e hijas de los reyezuelos escoceses, se transformen en monjes y en vírgenes de Cristo". San Patricio

Sin cesar doy gracias a Dios que me mantuvo fiel el día de la prueba. Gracias a él puedo hoy ofrecer con toda confianza a Cristo, quien me liberó de todas mis tribulaciones, el sacrificio de mi propia alma como víctima viva, y puedo decir: ¿Quién soy yo, y cuál es la excelencia de mi vocación, Señor, que me has revestido de tanta gracia divina? Tú me has concedido exultar de gozo entre los gentiles y proclamar por todas partes tu nombre, lo mismo en la prosperidad que en la adversidad. Tú me has hecho comprender que cuanto me sucede, lo mismo bueno que malo, he de recibirlo con idéntica disposición, dando gracias a Dios que me otorgó esta fe inconmovible y que constantemente me escucha. Tú has concedido a este ignorante el poder realizar en estos tiempos esta obra tan piadosa y maravillosa, imitando a aquellos de los que el Señor predijo que anunciarían su Evangelio para que llegue a oídos de todos los pueblos. ¿De dónde me vino después este don tan grande y tan saludable: conocer y amar a Dios, perder a mi patria y a mis padres y llegar a esta gente de Irlanda, para predicarles el Evangelio, sufrir ultrajes de parte de los incrédulos, ser despreciado como extranjero, sufrir innumerables persecuciones hasta ser encarcelado y verme privado de mi condición de hombre libre, por el bien de los demás?

Dios me juzga digno de ello, estoy dispuesto a dar mi vida gustoso y sin vacilar por su nombre, gastándola hasta la muerte. Mucho es lo que debo a Dios, que me concedió gracia tan grande de que muchos pueblos renacieron a Dios por mí. Y después les dio crecimiento y perfección. Y también porque pude ordenar en todos aquellos lugares a los ministros para el servicio del pueblo recién convertido; pueblo que Dios había llamado desde los confines de la tierra, como lo había prometido por los profetas: A ti vendrán los paganos, de los extremos del orbe, diciendo: «Qué engañoso es el legado de nuestros padres, qué vaciedad sin provecho». Y también: Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.

Allí quiero esperar el cumplimiento de su promesa infalible, como afirma en el Evangelio: Vendrán de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob.

Oración

Oh Dios, que elegiste a tu obispo san Patricio para que anunciara tu gloria a los pueblos de Irlanda, concede, por su intercesión y sus méritos, a cuantos se glorían llamarse cristianos, la gracia de proclamar siempre tus maravillas delante de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo.

Tomado de: http://www.corazones.org

Este sitio web es obra de Las  Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María

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