Ego sum veritas = Yo soy la Verdad

Hoy se cumplen 500 años desde la rebelión del sacerdote agustino y heresiarca Martín Lutero, en la vigilia de la fiesta de Todos los Santos de 1517, cuando publicó sus «95 Tesis» en el atrio del templo de Wittenberg.

I. Anti-modelo del Evangelio

Nacido en 1483, fraile agustino, quien por no dominar sus pasiones, apostató de su fe y de su religión, excitando a la rebelión, dando los más grandes escándalos públicos. Así azuzaba a los campesinos a la guerra: Corred, matad, destruid, saquead sin escrúpulo: cuanto recojáis es vuestro.

¡Qué fundador de una «iglesia de Cristo»! «Lutero fue un glotón, a menudo borracho, blasfemo, de lenguaje procaz, iracundo de carácter, de pasiones violentas. Pero es bueno, sin embargo, que se sepa además sobre el “hombre Lutero” con su contradictoria psicología, con sus conflictos interiores, con sus altos y bajos, con sus múltiples enfermedades psíquicas y físicas, con sus dramas angustiosos en sus relaciones con la Justicia divina y la imposible abstención del pecado. Su lucha contra las “tentaciones” fue un trabajo de Sísifo».

Así como era descontrolado en el comer, lo era también en el denigrar, en el ofender, en la maledicencia, carente de inhibiciones, con su furia contra los campesinos, su autorización. De la bigamia, su odio feroz e implacable contra sus enemigos, su lenguaje procaz, su ética sexual permisiva, su negación radical de los dogmas de fe, su radical eliminación del estado religioso, y tantas otras cosas más aún que nos hace decir: ¿cómo pudo decir ese Cardenal que Lutero fue «nuestro común Maestro»?[1]también el Papa Bergoglio ha dicho que el heresiarca es un «testigo del Evangelio».

La «Reforma» de Lutero clamó contra diversas fallas de la Iglesia, eran faltas verdaderas como lo reconoce Chesterton: «Es perfectamente cierto que podemos encontrar males reales, que provocaban la rebeldía, en la Iglesia Romana anterior a la Reforma». Pero agrega enseguida «Lo que no podemos encontrar es que uno solo de esos males reales fuera reformado por la Reforma».

«La Revolución religiosa comenzó con el “libre examen” de Lutero, erigiéndose en criterio personal, en norma suprema de la verdad cristiana. En vez de aceptar el hombre las verdades de la fe tales como fueron reveladas por Dios e interpretadas y enseñadas por el Magisterio de la Iglesia, su auténtica depositaria, convirtió su propia inteligencia en “cátedra”, aun contra la autoridad de la Iglesia docente».

El Padre Luigi Villa enseña:

La posición de Lutero se reduce a esto:

– una Sola Escritura, sin la Tradición de la Iglesia;

– una Sola Fe, sin las obras;

– una Sola Gracia, sin la colaboración del hombre en su libertad moral;

– un Solo Dios, sin la mediación, para su salvación, de la Iglesia y la intercesión de los Santos.

Lutero deformó el texto de la Carta a los Romanos, (3, 28), donde dice San Pablo que el hombre se justifica por la fe, sin que en ese texto original figure la palabra «sola», que añadió por su cuenta el heresiarca en la traducción de la Biblia al alemán.

Sigue leyendo

Lutero, príncipe de los herejes: por qué es el heresiarca por excelencia

 

En solemne y luctuoso recuerdo de los sucesos relacionados con las acciones de Martín Lutero, que dividieron a Europa privando a cientos de millones de almas de los beneficios de la vida sacramental, volvemos a publicar artículos importantes sobre el tema.

***

De 2011:

En este mes que se conmemora la revuelta protestante publicamos un estudio en dos partes basados en una conferencia del P. Pietro Leone Monselice* sobre la obra teológica del hombre que causo tanto daño y dolor a la Santa Madre Iglesia, el príncipe de los heresiarcas, como acertadamente lo llama el P. Pietro .

[PRIMERA PARTE]

In Nomine Patris et Filli et Spiritus Sancti. Amen

En estos tiempos de gran ignorancia y confusión radical, cuando hasta los católicos de los más altos niveles de la jerarquía elogian gustosos a Martín Lutero, nos gustaría presentar y evaluar brevemente su teología.

I Teología de Lutero

A grandes rasgos, la teología luterana se puede resumir en sus cuatro doctrinas: Sola Scriptura, Sola Fides, Sola Gratia Solus Deus.  Procedamos a hablar de dichas doctrinas a la luz de la Fe católica.        

1. Sola Scriptura 

La primera, la de Sola Scriptura, sostiene que la fe se basa exclusivamente en las Sagradas Escrituras, y que es la propia Sagrada Escritura la que se interpreta a sí misma (lo cual significa a todos los efectos que la interpretación queda al criterio de quien la lee), mientras que la Iglesia Católica, en una declaración del Concilio de Trento (S.4, 1546), invocada en el Concilio Vaticado I (s.3c.2), enseña que la Fe se basa en la Revelación Divina (también llamada Depósito de la Fe), que no sólo consiste en la Sagrada Escritura (parte escrita del Depósito de la Fe), sino también en la Tradición (parte oral del Depósito de la Fe).

No son las personas particulares las que tienen autoridad sobre el Depositum Fidei, sino la Iglesia, que ha determinado qué libros forman parte de las Sagradas Escrituras. La Iglesia interpreta también dichos libros y los datos aportados por la Tradición oral para definir los dogmas de fe.  En la Ascensión tenemos un ejemplo de un dogma definido por la Iglesia basándose en las Escrituras. Y en la Asunción, un ejemplo de un dogma definido por la Iglesia basándose en la Tradición oral.   

      Sigue leyendo

Francisco vs. Sarah

Las respuestas y los comentarios – o la falta de ellos – de un Papa son rara vez accidentales. Cuando cuatro cardenales pidieron al papa Francisco que clarificara el lenguaje de Amoris Laetitia favoreciendo el divorcio, las preguntas fueron ignoradas durante tanto tiempo que desde entonces ya ha muerto la mitad de los cardenales. Los dos restantes siguen esperando una respuesta.

Sin embargo, cuando Francisco tiene una misión, cualquier cosa (o persona) que se interpone en su camino tendrá que vérselas con el Papa más humilde, caritativo y menos crítico de la historia de la Iglesia Católica Romana.

El ejemplo más reciente es el de Magnum Principium, su motu proprio para arrojar las traducciones del novus ordo en manos de las conferencias episcopales en lugar de bajo la autoridad de la Sede Apostólica. Aparentemente, “y con tu espíritu” es muy difícil de comprender para el católico promedio, y “para que la renovación de toda la vida litúrgica pueda continuar”, las traducciones del novus ordo variarán de país en país, sin preocuparse de que alguien del Vaticano pueda vetar “y con el tuyo” como traducción española de “et cum spiritu tuo“. El novus ordo retrocede a 1970.

El cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, realizó un comentario sobre el motu proprio, intentando interpretar la liberalización del Papa como una acción limitada, en la que la oficina del cardenal, de tendencia tradicionalista, mantendría en esencia el control de las traducciones litúrgicas. Pocos días después, el papa Francisco hizo saber que el poder del cardenal Sarah será usurpado, al punto de decirle a Sarah que ponga al corriente sobre la voluntad de Francisco a todo aquel con quien se había comunicado.

Ahora que el papa Francisco está muy interesado en la ley litúrgica, Rorate está a la espera de reprimendas a prelados que ignoraron directivas más serias sobre la misa. Mientras tanto, uno es libre de cumplir la obligación dominical a las 2:30 de un sábado en una catedral, o de vestir lo que uno desee para ofrecer lo que solía conocerse como misa pontificia, sin ningún miedo a ser reprendido.

Como muchas otras acciones de su pontificado, el Efecto Francisco continuará siendo beneficioso para el negocio de la parroquia local con misa tradicional.

(Traducido por Marilina Manteiga. Artículo original)

25/10/17 12:04 AM

Tomado:

adelantelafe.com