Ellos NO fueron Neutrales
“Los copos caen blandamente, cegando el mirar, posándose en leve vuelo sobre su cabeza desnuda. Pero él no se mueve.
Está – tan quieto y silencioso – rezando junto a una tumba.
Es un sacerdote de la División Azul”
(Manuel Pombo Angulo)
La gesta de la División de Voluntarios Españoles, más conocida como la División Azul es bastante difundida y su historia muy buscada por quienes ven en aquellos hombres lo mejor de la estirpe española y católica. A pesar de haber tenido una presencia muy activa en la Campaña de Rusia, no les alcanzó al menos todavía, la demoledora campaña de mentiras, multiplicando hasta el paroxismo las inconductas en que incurrieron unidades alemanas. Más aún, en los tiempos que corren han crecido de modo exponencial los libros y artículos que se refieren a esta legendaria división de voluntarios. Como si las nuevas generaciones cansadas de la mediocridad y de la avaricia humana necesitasen abrevar en el cántaro soberbio de estos héroes que, luego de una sangrienta guerra de tres años, empuñaron nuevamente las armas y marcharon a la lejana Rusia a luchar y morid por Dios y por España.
Como dijo el entonces Ministro del Interior de España, Serrano Suñer – todavía cercano a Franco -, dirigiéndose a una multitud que clamaba tomar parte por Alemania en la lucha contra Rusia: “Rusia es Culpable”. En realidad no era la verdadera Rusia la culpable, sino la Rusia infectada por el marxismo. Esa Rusia era culpable. Era culpable de haber arrasado cerda de diez naciones, argumentando el pacto Molotov-Ribbetropp; era culpable de estar esperando el desgaste alemán para atacar sorpresivamente, pero, mucho antes, fue culpable de desangrar España en una lucha fratricida y de trocar todo su odio en persecución y muerte hacia sacerdotes y religiosas. ¡Era culpable de haber ametrallado a Cristo!