LAS ROGATIVAS

25 de abril

Las Rogativas (del latín rogare, rogar) o Letanías (del griego Litaneia, súplica u oración), son oraciones solemnes instituidas por la Iglesia para ser rezadas o cantadas en ciertas procesiones públicas y para determinadas y extraordinarias necesidades. Sólo las encontramos en la liturgia dos veces al año: el 25 de abril, fiesta de San Marcos (letanías mayores) y el triduo que precede a la Ascensión (letanías menores).

   El Papa y los Obispos pueden prescribirlas a los fieles,  en las calamidades y necesidades públicas, pero entonces figuran como actos extralitúrgicos. Los calificativos de mayores menores sólo sirven para distinguir unas de otras.

   1. Las Rogativas de San Marcos son de origen romano y datan, probablemente, del siglo IV. Primitivamente no estuvieron sujetas a día fijo. Fue San Gregorio Magno, en el primer año de su pontificado (590), quien las fijó definitivamente; ora, según unos, para dar mayor pompa a las fiestas que, en tal día, se celebraban para conmemorar el aniversario de la entrada de San Pedro en Roma; ora, según otros, en sustitución de los festejos paganos, llamados «Robigalia», que en honor del dios Robigus organizaban, ya de antiguo, los labradores romanos, con procesión a través de los campos y sacrificios de animales, para interesar a la deidad en favor de los sembrados. 

   Nada tienen que ver con la fiesta de San Marcos, establecida mucho después, ni es necesario, por lo mismo, que coincidan ambas.

   Si la fiesta de San Marcos se traslada, no por eso se trasladan las Rogativas, a menos que ocurran el mismo día de Pascua, en cuyo caso se tienen el martes siguiente.

EL Regina Cœli

Durante el tiempo pascual la Iglesia Universal se une en oración recitando el Regina Cœli” (en lugar de la oración del Angelus). Regina Cœli” (en latín), significa Reina del cielo, y se reza desde la Vigilia de Pascua (Sábado Santo) hasta el mediodía del sábado después de Pentecostés; para unirse con alegría a la Madre de Dios por la Resurrección de su Hijo Jesucristo, hecho que marca el misterio más grande de la fe católica.  Como muchas oraciones, las primeras palabras que la componen, le dan su nombre. Regina Cœli” es el nombre de esta oración tradicional que se le reza a la Santísima Virgen María. Debe ser cantado o rezado en coro y de pie.

El rezo de la antífona de Regina Cœli fue establecida por el Papa Benedicto XIV en 1742 y reemplaza durante el tiempo pascual al rezo del Ángelus (cuya meditación se centra en el misterio de la Encarnación). Esta antífona mariana es uno de los cuatro himnos del tiempo de Pascua que se incluyen en la Liturgia de las Horas.  Forma parte de la oración litúrgica nocturna llamada Completas. Su brevedad y sencillez, además de su hermoso significado teológico, hacen de esta oración una de las más bellas expresiones de la alegría pascual.

La antífona original es adaptada para ser recitada como oración, de una forma similar a la del Ángelus, tomando su forma presente y agregando una oración final.  Al igual que el Ángelus, el Regina Cœli se reza tres veces al día, al amanecer, al mediodía y al atardecer, como una manera de consagrar el día a Dios y a la Santísima Virgen María.  Se desconoce el origen de esta oración, Regina Cœli, pero una bella tradición lo atribuye a San Gregorio Magno, Pontífice y Doctor de la Iglesia, quien habría escuchado los primeros tres versos de la boca de los ángeles, mientras iba en procesión descalzo por las calles de Roma. A la composición celestial el Papa Santo habría añadido únicamente la cuarta frase de la oración: “Ruega por nosotros a Dios”. Cantar a la Virgen María: “¡Alégrate!”, es una tradición que se remonta al siglo XII, se sabe que era repetido por los frailes franciscanos después de rezar las completas, en la primera mitad del siglo XIII, luego la popularizaron y la extendieron por todo el mundo cristiano.

Regina Cœli

10 años de indulgencia por cada vez que se rece e indulgencia plenaria si se reza durante todo un mes.

                     Se reza a las 6:00am a las 12:00pm y a las 6:00pm

AD CÆLI REGINAM

V. Reina del cielo alégrate, aleluya.

R. Porque el que mereciste llevar en tu vientre, aleluya.

V. Resucitó como lo dijo, aleluya.

R. Ruega a Dios por nosotros, aleluya.

V. Alégrate y gózate Virgen María, aleluya.

R. Porque el Señor resucitó verdaderamente, aleluya.

V. Oremos:

Oh Dios, que por la Resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te dignaste alegrar al mundo: te rogamos nos concedas, que por su Madre la Virgen María, alcancemos los gozos de la vida eterna. Por el mismo Cristo, nuestro Señor.

R. Amén.

Tributo a la Misa Tradicional

Tributo a la Misa Tradicional

Dar clic en la imagen para ir al video

14 octubre, 2015

Quería presentarles este video que gustosamente he realizado, como tributo a la Misa Tradicional. No puedo engañarme, es la que verdaderamente expresa el sentido de la Misa, el Sacrificio de la Misa.
Por favor, no se ofendan los que no la conocen y sigan leyendo.

Yo antes no la conocía, pero en realidad era lo que necesitaba, pues sabía que Cristo se inmola en la Cruz, pero la liturgia nueva en verdad no me ofrecía lo que mi alma reclamaba.

Lo que más me chocó al principio fue que era de cara a Dios y los silencios, las palabras que el sacerdote dice en voz baja (vox secreta).
No fue una sorpresa desagradable, algo desconcertante quizá, pues realmente es muy distinto, y era la primera vez en mi vida que asistía a algo que respiraba sacralidad por todos  lados.  Uno en seguida se da cuenta que se está rindiendo el culto debido a Dios. Algo verdaderamente digno de Dios.

En  la misa Tradicional uno se siente más poca cosa, y eso es bueno, porque no somos más que simples gusanos frente a la majestad de Dios. No hay lugar apenas para protagonismos ni  nada que pueda centrarse en el hombre en la Misa Tradicional. Por eso uno se mosquea un poco. Nadie sale a leer etc… pero te das cuenta en seguida de que eso es bueno, te centras en  que estás viviendo la Pasión del Señor. Y que el centro es Cristo que se ofrece a sí mismo al Padre usando como instrumento al sacerdote.

Fue una sorpresa porque nunca había vivido algo así, algo tan maravilloso, algo tan centrado en Cristo, todos de cara a Dios.
Cuando voy a una misa Novus Ordo voy con espíritu tridentino, casi toda la misa me preparo para comulgar, medito la Pasión del Señor, que se está inmolando por mi, aunque la liturgia no acompañe. Confieso que acostumbrado a la misa Tradicional, no siempre me es fácil asistir a la Nueva Misa, te das cuenta de todas las cosas que faltan, pero es peor estar 6 días sin recibir al Señor.

Insisto en que no pretendo ofender de ningún modo a los que no van a Misa Tradicional, este video también es para ellos, para ayudar a vivir con el verdadero espíritu la Santa Misa. Digo esto porque se que hay mucha gente que en verdad anhela la Misa Tradicional y no se acercan a ella porque hay malas lenguas que se dedican a perseguir este rito declarado a perpetuidad por San Pio V y que ha alimentado a tantos grandes santos hasta hace relativamente  poco e inspirado las siguientes oraciones de acción de gracias conocidas por muchas almas piadosas que día a día las recitan y que para finalizar comparto con ustedes algunas de ellas:

Oración de San Buenaventura

Traspasa, dulcísimo Jesús y Señor mío, la médula de mi alma con el suavísimo y saludabilísimo dardo de tu amor; con la verdadera, pura y santísima caridad apostólica, a fin de que mi alma desfallezca y se derrita siempre sólo en amarte y en deseo de poseerte: que por Ti suspire, y desfallezca por hallarse en los atrios de tu Casa; anhele ser desligada del cuerpo para unirse contigo. Haz que mi alma tenga hambre de Ti, Pan de los Ángeles, alimento de las almas santas, Pan nuestro de cada día, lleno de fuerza, de toda dulzura y sabor, y de todo suave deleite. Oh Jesús, en quién se desean mirar los Ángeles: tenga siempre mi corazón hambre de Ti, y el interior de mi alma rebose con la dulzura de tu sabor; tenga siempre sed de Ti, fuente de vida, manantial de sabiduría y de ciencia, río de luz eterna, torrente de delicias, abundancia de la Casa de Dios: que te desee, te busque, te halle; que a Ti vaya y a Ti llegue; en Ti piense, de Ti hable, y todas mis acciones encamine a honra y gloria de tu nombre, con humildad y discreción, con amor y deleite, con facilidad y afecto, con perseverancia hasta el fin: para que Tú sólo seas siempre mi esperanza, toda mi confianza, mi riqueza, mi deleite, mi contento, mi gozo, mi descanso y mi tranquilidad, mi paz, mi suavidad, mi perfume, mi dulzura, mi comida, mi alimento, mi refugio, mi auxilio, mi sabiduría, mi herencia, mi posesión, mi tesoro, en el cual esté siempre fija y firme e inconmoviblemente arraigada mi alma y mi corazón. Amén.

Oración de Santo Tomás de Aquino

Gracias te doy, Señor Santo, Padre todopoderoso, Dios eterno, porque a mí, pecador, indigno siervo tuyo, sin mérito alguno de mi parte, sino por pura concesión de tu misericordia, te has dignado alimentarme con el precioso Cuerpo y Sangre de tu Unigénito Hijo mi Señor Jesucristo. Suplícote, que esta Sagrada Comunión no me sea ocasión de castigo, sino intercesión saludable para el perdón; sea armadura de mi fe, escudo de mi voluntad, muerte de todos mis vicios, exterminio de todos mis carnales apetitos, y aumento de caridad, paciencia y verdadera humildad, y de todas las virtudes: sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo, único y verdadero Dios, y sello de mi muerte dichosa. Ruégote, que tengas por bien llevar a este pecador a aquel convite inefable, donde Tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable, dicha consumada y felicidad perfecta. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.

San Ignacio de Loyola

Toma, Señor, toda mi libertad. Recibe mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo lo que tengo y poseo Tú me lo diste: todo te lo devuelvo y entrego totalmente al dominio de Tu voluntad. Concédeme con tu gracia amarte solamente a Ti; con eso me basta, no pido más.

Santiago Llull Sesma

LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

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En Español

Sagrado Corazón de Jesús ††

Señor, ten piedad de nosotros.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.
R/ Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.
R/ Cristo, escúchanos.

Dios, Padre Celestial.
R/ Ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo-
R/ Ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo
R/ Ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios.
R/ Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R/ Ten Misericordia de nosotros. (Se repite cada vez). R/

Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios,
Corazón de Jesús, de infinita majestad,
Corazón de Jesús, templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo,
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría, y de la ciencia,
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad,
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseado de los eternos collados,
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia,
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad,
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, colmado de oprobios,
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza,
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores,
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan,
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren,
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
R/ Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
R/ Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
R/ Ten piedad de nosotros.

V/.Jesús, manso y humilde de Corazón,
R/.Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

Oración

Oh Dios todopoderoso y eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece y concede el perdón a éstos que piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

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En Latín

Sagrado Corazón de Jesús ††

Kyrie, eleison.
R/. Kyrie, eleison.

Christe, eleison.
R/. Christe, eleison.

Kyrie, eleison.
R/. Kyrie, eleison.

Christe, audi nos.
R/. Christe, audi nos.

Christe, exaudi nos.
R/. Christe, exaudi nos.

Pater de cælis Deus,
R/. Miserere nobis.

Fili Redemptor mundi Deus,
R/. Miserere nobis.

Spiritus Sancte Deus,
R/. Miserere nobis.

Sancta Trinitas, unus Deus,
R/. Miserere nobis.

Cor Iesu, Filii Patris aeterni,
R/. Miserere nobis.

Cor Iesu, in sinu Virginis Matris a Spiritu Sancto formatum,
Cor Iesu, Verbo Dei substantialiter unitum,
Cor Iesu, maiestatis infinitæ,
Cor Iesu, templum Dei sanctum,
Cor Iesu, tabernaculum Altissimi,
Cor Iesu, domus Dei et porta cæli,
Cor Iesu, fornax ardens caritatis,
Cor Iesu, iustitiæ et amoris receptaculum,
Cor Iesu, bonitate et amore plenum,
Cor Iesu, virtutum omnium abyssus,
Cor Iesu, omni laude dignissimum,
Cor Iesu, rex et centrum omnium cordium,
Cor Iesu, in quo sunt omnes thesauri sapientiæ et scientiæ,
Cor Iesu, in quo habitat omnis plenitudo divinitatis,
Cor Iesu, in quo Pater sibi bene complacuit,
Cor Iesu, de cuius plenitudine omnes nos accepimus,
Cor Iesu, desiderium collium æternorum,
Cor Iesu, patiens et multæ misericordiæ,
Cor Iesu, dives in omnes qui invocant te,
Cor Iesu, fons vitæ et sanctitatis,
Cor Iesu, propitiatio pro peccatis nostris,
Cor Iesu, saturatum opprobriis,
Cor Iesu, attritum propter scelera nostra,
Cor Iesu, usque ad mortem obœdiens factum,
Cor Iesu, lancea perforatum,
Cor Iesu, fons totius consolationis,
Cor Iesu, vita et resurrectio nostra,
Cor Iesu, pax et reconciliatio nostra,
Cor Iesu, victima peccatorum,
Cor Iesu, salus in te sperantium,
Cor Iesu, spes in te morientium,
Cor Iesu, deliciæ Sanctorum omnium,

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi,
R/. Parce nobis, Domine.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi,
R/. Exaudi nobis, Domine.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi,
R/. Miserere nobis.

V/. Iesu, mitis et humilis Corde,
R/. Fac cor nostrum secundum Cor tuum.

Oremus

Omnipotens sempiterne Deus, respice in Cor dilectissimi Filii tui et in laudes et satisfactiones, quas in nomine peccatorum tibi persolvit, iisque misericordiam tuam petentibus, tu veniam concede placatus in nomine eiusdem Filii tui Iesu Christi: Qui tecum vivit et regnat in sæcula sæculorum. R/. Amen.

Sagrado Corazón de Jesús †

Tomado de:

https://radiocristiandad.wordpress.com

Especial de San Francisco de Sales

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SAN FRANCISCO DE SALES,* Obispo, Confesor y Doctor

Las controversias, uno de los tres libros famosos de San Francisco de Sales

San Francisco de Sales a la conquista de los Calvinistas

Oración a San Francisco de Sales

LAS ROGATIVAS MENORES

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Las Rogativas (del latín rogare, rogar) o Letanías (del griego Litaneia, súplica u oración), son oraciones solemnes instituidas por la Iglesia para ser rezadas o cantadas en ciertas procesiones públicas y para determinadas y extraordinarias necesidades. Sólo las encontramos en la liturgia dos veces al año: el 25 de abril, fiesta de San Marcos (Letanías mayores) y el triduo que precede a la Ascensión (Letanías menores).

El Papa y los Obispos pueden prescribirlas a los fieles, en las calamidades y necesidades públicas, pero entonces figuran como actos extralitúrgicos. Los calificativos de mayores y menores sólo sirven para distinguir unas de otras.

2. Las Rogativas Menores, o de la Ascención, por su parte, tuvieron un origen franco. En el año 474, la región francesa del Delfinado fue asolada por varios desastres naturales, plagas y un terremoto. San Mamerto, obispo de Vienne, ordenó a sus fieles hacer tres días de ayuno y oración, con procesiones públicas en la diócesis. Este triduo se realizó antes del Jueves de Ascención (lunes, martes y miércoles de la Domínica V de Pascua). Las Rogativas Menores fueron aprobadas por el Concilio de Orléans en el año 511; e incluidas en el Rito Romano por el Papa San León III en el año 799.
Con el rezo de la Rogativa, se gana indulgencia parcial.

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Oración por la paz

Por el Papa Pío XII

El Papa Pío XII

¡Oh Madre de misericordia! Intercede ante Dios y obtennos la gracia
de la reconciliación cristiana de los pueblos.
 Obtennos las gracias que en un instante puedan convertir los corazones humanos,
aquellas gracias que puedan preparar y asegurar la anhelada paz.
Reina de la Paz,
ruega por nosotros
y logra para el mundo
la paz en la verdad,
en la justicia,
en la caridad de Cristo.
Amen.
 
Tomado de:

Señor en este año que comienza os digo :

Te pido Fe para mirarte en todo...

Creo, Señor : fortaleced mi fe;

espero, Señor : asegurad mi esperanza;

os amo, Señor : inflamad mi amor;

pésame, Señor : aumentad mi arrepentimiento.

 

Os adoro como a primer principio,

os deseo como a último fin,

os alabo como a bienhechor perpetuo,

os invoco como a defensor propicio.

 

Dirigidme con vuestra sabiduría,

contenedme con vuestra justicia,

consoladme con vuestra clemencia,

protegedme con vuestro poder.

 

Os ofrezco, Dios mío, mis pensamientos para pensar en Vos,

mis palabras para hablar de Vos,

mis obras para obrar según Vos,

mis trabajos para padecerlos por Vos.

 

Quiero lo que Vos queréis,

lo quiero porque lo queréis,

lo quiero como lo queréis,

lo quiero en cuanto lo queréis.

 

Os ruego, Señor,

que alumbréis mi entendimiento,

abraséis mi voluntad,

purifiquéis mi cuerpo y santifiquéis mi alma.

 

No me inficione la soberbia,

no me altere la adulación,

no me engañe el mundo,

no me prenda en sus redes el demonio.

 

Concededme la gracia de depurar la memoria,

de refrenar la lengua,

de recoger la vista y mortificar los sentidos.

 

Llore las iniquidades pasadas,

rechace las tentaciones futuras,

corrija las inclinaciones viciosas,

cultive las virtudes que me son necesarias.

 

Concededme, Dios mío,

amor a Vos,

odio a mi,

celo del prójimo,

desprecio del mundo.

 

Haced que procure obedecer a los superiores,

atender a los inferiores,

favorecer a los amigos,

perdonar a los enemigos.

 

Venza el deleite con la mortificación,

la avaricia con la largueza,

la ira con la mansedumbre,

la tibieza con el fervor.

 

Hacedme prudente en las determinaciones,

 constante en los peligros,

paciente en las adversidades,

humilde en las prosperidades.

 

Haced, Señor, que sea en la oración fervoroso,

en la comida sobrio,

en el cumplimiento de mis deberes diligente,

en los propósitos constante.

 

Concededme que trabaje por alcanzar la santidad interior,

la modestia exterior,

una conducta edificante,

un proceder arreglado.

 

Que me aplique con diligencia a domar la naturaleza,

a corresponder a la gracia,

a guardar vuestra ley y merecer mi salvación.

 

Que consiga la santidad con la confesión sincera de mis pecados,

con la participación devota del cuerpo de Cristo, 

con el continuo recogimiento del espíritu,

con la pura intención del corazón.

 

Dadme a conocer, Dios mío, cuán frágil es lo terreno,

cuán grande lo celestial y divino,

cuán breve lo temporal,

cuán duradero lo eterno.

 

Haz que me prepare para la muerte,

que tema el juicio,

evite el infierno,

y alcance la gloria del Paraíso.

 

Por nuestro Señor Jesucristo. – Amén.

 

¿Podré yo, como lo aconseja S. Benito Abad en su Regla incomparable,

« Amar a Cristo sobre todas las cosas.

Nihil amori Cbristi praepónere»?

ORACIÓN UNIVERSAL 

Para todo lo concerniente a la salvación (Clem. XI).

A todos los visitantes de este humilde blog

les deseo que la gracia del Único Dios Verdadero, Uno y Trino, esté siempre con ustedes.

Feliz Año Nuevo 2013

Fraternalmente:

Arturo Medina Muñoz.

Editor del blog.

Stabat Mater dolorósa

Era menester que el Cristo padeciese y así entrase en la gloria. (San Lucas, 24, 26).

Latin:

Stabat Mater dolorósa
Juxta Crucem lacrimósa,
Dum pendébat Filius.

Cujus ánimam geméntem,
Contristátam et doléntem,
Pertransívit gládius.

O quam tristis et afflícta
Fuit illa benedícta
Mater Unigéniti!

Quae maerébat, et dolébat,
Pia Mater, dum vidébat
Nati poenas ínclyti.

Quis est homo, qui non fleret,
Matrem Christi si vidéret
In tanto supplício?

Quis non posset contristári,
Christi Matrem contemplári
Doléntem cum Fílio?

Pro peccátissuae gentis
Vidit Jesum in torméntis,
Et flagéllis súbditum.

Vidit suum dulcem natum
Moriéndo desolátum,
Dum emísit spíritum.

Eja mater, fons amóris,
Me sentíre vim dolóris
Fac, ut tecum lúgeam.

Fac, ut árdeat cor meum
In amándo Christum Deum,
Ut sibi compláceam.

Sancta Mater, istud agas
Crucifíxi fige plagas
Cordi meo válide.

Tui nati vulneráti,
Tam dignáti pro me pati,
Poenas mecum dívide.

Fac me tecum pie flere,
Crucifíxo condolére,
Donec ego víxero.

Juxta Crucem tecum stare,
Et me tibi sociáre
In planctu desídero.

Virgo vírginum praeclára,
Mihi jam non sis amára:
Fac me tecum plángere.

Fac ut portem Christi mortem,
Passiónis fac consórtem,
Et plagas recólere.

Fac me plagis vulnerári,
Fac me Cruce inebriári,
Et cruóre Fílii.

Flammis ne urar succénsus,
Per te, Virgo, sim defénsus
In die judícii.

Christe, cum sit hinc exíre
Da per Matrem me veníre
Ad palmam victóriae.

Quando corpus moriétur,
Fac, ut ánimae donétur
Paradísi glória.

Amen. 


 †

 

Español:

Estaba la Madre de dolores junto a la cruz llorando,

mientras su Hijo pendía.

 

Su alma llorosa, triste y dolorida,

fué traspasada por una espada.

 

¡Oh cuán triste y afligida estuvo

aquella bendita Madre del Unigénito!.

 

Estaba triste y dolorosa, como madre piadosa

al ver las penas de su divino Hijo.

 

¿Qué hombre no lloraría, si viese a la Madre

de Cristo en tan atroz suplicio?

 

¿Quién no se contristaría, al contemplar a la Madre

de Cristo dolerse con su Hijo?

 

Por los pecados de su pueblo,

vió a Jesús en los tormentos,

y sometido a los azotes.

 

Vió a su dulce Hijo morir abandonado

cuando entregó su espíritu.

 

¡Ea, Madre, fuente de amor!  

Haz que sienta yo la fuerza de tu dolor,

para que contigo llore.

 

Haz que arda mi corazón

en amor de Cristo mi Dios,

para que así le agrade.

 

¡Oh santa Madre! haz esto:

graba las llagas del crucificado en mi corazón hondamente.

 

De tu Hijo,

lleno de heridas,

que se dignó padecer tanto por mi,

reparte conmigo las penas.

 

Haz que yo contigo piadosamente llore

y que me conduela del Crucificado,

mientras yo viva.

 

 

Haz que esté contigo junto a la cruz;

pues deseo asociarme a ti en el llanto.

 

¡Oh virgen la más ilustre de todas las vírgenes!

no seas ya dura para mi, haz que contigo llore.

 

Haz que lleve la muerte de Cristo;

hazme socio de su Pasión y que venere sus llagas.

 

Haz que, herido con sus heridas,

sea yo embriagado con la Cruz y con la Sangre de tu Hijo.

 

Para que no me queme y arda en llamas,

por ti, oh Virgen, sea defendido en el día del juicio.

 

¡Oh Cristo! cuando hubiere de salir de aquí,

dame por tu Madre, que llegue a la palma de la victoria.

 

Cuando el cuerpo feneciere,

haz que al alma se le dé la gloria del Paraíso.

 Amén.

Fuente:
MISAL DIARIO Y VISPERAL
DÉCIMATERCIA EDICIÓN
Por Dom Gaspar Lefebvre O.S.B.
De la Abadía de S. Andrés (Brujas Bélgica)
Traducción Castellana y Adaptación
Del Rdo. P. Germán Prado
Monje Benedictino de los Silos (España)
1946
English:
At the cross her station keeping,
Mary stood in sorrow weeping
When her Son was crucified.

While she waited in her anguish,
Seeing Christ in torment languish,
Bitter sorrow pierced her heart.

With what pain and desolation,
With what noble resignation,
Mary watched her dying Son.

Ever-patient in her yearning
Though her tear-filled eyes were burning,
Mary gazed upon her Son.

Who, that sorrow contemplating,
On that passion meditating,
Would not share the Virgin’s grief?

Christ she saw, for our salvation,
Scourged with cruel acclamation,
Bruised and beaten by the rod.

Christ she saw with life-blood failing,
All her anguish unavailing,
Saw him breathe his very last.

Mary, fount of love’s devotion,
Let me share with true emotion
All the sorrow you endured.

Virgin, ever interceding,
Hear me in my fervent pleading:
Fire me with your love of Christ.

Mother, may this prayer be granted:
That Christ’s love may be implanted
In the depths of my poor soul.

At the cross, your sorrow sharing,
All your grief and torment bearing,
Let me stand and mourn with you.

Fairest maid of all creation,
Queen of hope and consolation,
Let me feel your grief sublime.

Virgin, in your love befriend me,
At the Judgment Day defend me.
Help me by your constant prayer.

Savior, when my life shall leave me,
Through your mother’s prayers
receive me
With the fruits of victory.

Virgin of all virgins blest!
Listen to my fond request:
Let me share your grief divine

Let me, to my latest breath,
In my body bear the death
Of your dying Son divine.

Wounded with His every wound,
Steep my soul till it has swooned
In His very Blood away.

Be to me, O Virgin, nigh,
Lest in flames I burn and die,
In His awe-full judgment day.

Savior, when my life shall leave me,
Through your mother’s prayers
receive me
With the fruits of victory.

While my body here decays
May my soul your goodness praise,
Safe in heaven eternally.

Amen

 †

The Collegeville Hymnal
Minnesota: Liturgical Press, 1990.

Devoción a San José

Treintena en Honor a San José

SE DEBE REZAR 30 DIAS SEGUIDOS SIN INTERRUPCIÓN.

¡San José, ora pro nobis!

¡Oh amabilísimo Patriarca, Señor San José! Desde el abismo de mi pequeñez, dolor y ansiedad, os contemplo con emoción y alegría de mi alma en vuestro solio del cielo, como gloria y gozo de los Bienaventurados, pero también como padre de los huérfanos en la tierra, consolador de los tristes, amparador de los desvalidos, gozo y amor de tus devotos ante el trono de Dios, de tu Jesús y de tu santa Esposa.

Por eso yo, pobre, desvalido, triste y necesitado, a Vos dirijo hoy y siempre mis lágrimas y penas, mis ruegos y clamores del alma, mis arrepentimientos y mis esperanzas; y hoy especialmente os traigo ante vuestro altar y vuestra imagen una pena que consoléis, un mal que remediéis, una desgracia que impidáis, una necesidad que socorráis, una gracia que obtengáis para mí y para mis seres queridos.

Y para conmoveros y obligaros a oírme y conseguírmelo, os lo pediré y demandaré durante treinta días continuos en reverencia a los treinta años que vivisteis en la tierra con Jesús y María, y os lo pediré, urgente y confiadamente, invocando todos los títulos que tenéis para compadeceros de mí y todos los motivos que tengo para esperar que no dilataréis el oír mi petición y remediar mi necesidad; siendo tan cierta mi fe en vuestra bondad y poder, que al sentirla os sentiréis también obligado a obtener y darme más aún de lo que os pido, y deseo.

(Aquí, levantado el corazón a lo alto, se le pedirá al Santo con amorosa insistencia la gracia que se desea.)

1.- Os lo pido por la bondad divina que obligó al Verbo Eterno a encarnarse y nacer en la pobre naturaleza humana, como Dios de Dios, Dios Hombre, Dios del Hombre, Dios con el Hombre.

2.- Os lo suplico por vuestra ansiedad de sentiros obligado a abandonar a vuestra santa Esposa, dejándola sola, y yendo solo sin ella.

3.- Os lo ruego por vuestra resignación dolorosísima para buscar un establo y un pesebre para palacio y cuna de. Dios, nacido entre los hombres, que le obligan a nacer entre animales.

4.- Os lo imploro por la dolorosísima y humillante circuncisión de vuestro Jesús, y por el santo y dulcísimo nombre que le impusisteis por orden del Eterno para consuelo, amor y esperanza nuestra.

5.- Os lo demando por vuestro sobresalto al oír del Angel la muerte decretada contra vuestro Hijo Dios, por vuestra obedentísima huida a Egipto, por las penalidades y peligros del camino, por la pobreza del destierro, y por vuestras ansiedades al volver de Egipto a Nazaret.

6.- Os lo pido por vuestra aflicción dolorosa de tres días al perder a vuestro Hijo, y por vuestra consolación suavísima al encontrarle en el templo; por vuestra felicidad inefable de los treinta años que vivisteis en Nazaret con Jesús y María sujetos a vuestra autoridad y providencia.

7 .- Os lo ruego y espero por el heroico sacrificio, con que ofrecisteis la víctima de vuestro Jesús al Dios Eterno para la cruz y para la muerte por nuestros pecados y nuestra redención.

8.- Os lo demando por la dolorosa previsión, que os hacía todos los días contemplar aquellas manos infantiles, taladradas un día en la Cruz por agudos clavos; aquella cabeza que se reclinaba dulcísimamente sobre vuestro pecho, coronada de espinas; aquel cuerpo divino que estrechabais contra vuestro corazón, ensangrentado y extendido sobre los brazos de la Cruz; aquel último momento en que le veíais expirar y morir por mí, por mi alma, por mis pecados.

9.- Os lo pido por vuestro dulcísimo tránsito de esta vida en los brazos de Jesús y María. y vuestra entrada en el Limbo de los Justos en el cielo, donde tenéis vuestro trono de poder.

10.- Os lo suplico por vuestro gozo y vuestra gloria, cuando contemplasteis la Resurrección de vuestro Jesús, su subida y entrada en los cielos y su trono de Rey inmortal de los siglos.

11.- Os lo demando por vuestra dicha inefable cuando visteis salir del sepulcro a vuestra santísima Esposa, resucitada, y ser subida a. los cielos por ángeles, y coronada por el Eterno, y entronizada en un solio junto al vuestro como Madre, Señora y Reina de los ángeles y hombres.

12.- Os lo pido y ruego y espero confiadamente por vuestros trabajos, penalidades y sacrificios en la tierra, y por vuestros triunfos y gloria feliz bienaventuranza en el Cielo con vuestro Hijo Jesús y vuestra esposa Santa María.

¡Oh mi buen San José! Yo, inspirado en las enseñanzas de la Iglesia Santa y de sus Doctores y Teólogos y en el sentido universal del pueblo cristiano, siento en mí una fuerza misteriosa, que me alienta y obliga a pediros y suplicaros y esperar me obtengáis ,de Dios la grande y extraordinaria gracia que voy a poner ante este tu altar e imagen y ante tu trono de bondad y poder en el Cielo: la espero, Santo Patriarca.

Rezar un Paternoster, tres avemarias y un Gloriapatri.-

Tomado de:

http://radiocristiandad.wordpress.com

Oración para este año 2012 que empieza

Te pido Fe para mirarte en todo...

¿Qué traerá el año que comienza?


¡Lo que Tú quieras; Señor!


Te pido Fe para mirarte en todo.


Esperanza para no desfallecer.


Caridad perfecta en todo lo que haga, piense y quiera.


Dame paciencia y humildad.


Dame desprendimiento y un olvido total de mi mismo.

Dame, Señor, lo que Tú sabes me conviene y yo no sé pedir.


¡Que pueda yo amarte cada vez más; y hacerte amar de los que me rodean!


¡Que sea yo grande en lo pequeño!


¡Que siempre tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas, el pie dispuesto!

¡Derrama, Señor tus gracias sobre todos los que quiero. Mi amor abarca el mundo y aunque yo soy muy pequeño, sé que todo lo colmas con tu bondad inmensa!

Amén

Feliz Año Nuevo 2012

Misal Romano: Oración Para antes de la Misa

ORACIÓN PARA ANTES DE LA MISA
Voy, Dios, a asistir al tremendo y Santo Sacrificio de la Misa. El es la representación viva del Sacrificio que Jesucristo ofreció en el Calvario, por toda la humanidad.
En él se renueva diariamente la Vida, Pasión y Muerte de mi Dios y Redentor. Yo Quiero, Señor, asistir con una fe ardiente, meditar tus misterios, adorar la Hostia incruenta que sobre el Altar se ofrece al Eterno Padre, y se aplica por nosotros.
Recibe, Dios mio, esta ofrenda en remisión de nuestros pecados y por todas nuestras necesidades. Dadme, Señor, vuestras gracias para que con atención y reverencia, asista a éste Sacrificio siguiendo al sacerdote, y concelebrando con él en tu nombre, por los méritos de tu Unigénito Hijo y el amor del Espíritu Santo.
Amén.

Fuente:  Misal Romano, traducido al español según decreto del Sagrado Concilio Tridentino, confirmado por los Sumos Pontífices S. Pio V, Clemente VIII y Urbano VIII. Con licencia eclesiástica. Imprenda de Zacarías Soler, Madrid, 1851.
Transcrito por Iván Cruz Bonino.

ORACIÓN DE LIBERACIÓN DE SAN ANTONIO DE PADUA

¡San Antonio de Padua, ora pro nobis!

Haciendo la señal de la cruz dirás con mucho fervor:

He aquí la Cruz del Señor,+
Huid, potestades enemigas:+
El león de Judà, descendiente de David,+
Ha vencido. Aleluya.

Este exorcismo usado frecuentemente por San Antonio es muy eficaz contra las tentaciones del demonio, como lo prueban muchísimos ejemplos.

Constituyen esas palabras el breve o carta de San Antonio que él mismo escribió y entregó a una devota suya para librarla de una fuerte y tenaz tentación.

Oración

A ti, Antonio, dechado de amor a Dios y a los hombres que tuviste la dicha de estrechar entre tus brazos al Niño-Dios, a ti lleno de confianza, recurro en la presente tribulación que me acongoja………….

Te pido también por mis hermanos más necesitados, por los que sufren, por los oprimidos, por los marginados, por los que hoy más necesiten de tu protección.

Haz que nos amemos todos como hermanos, que en el mundo haya amor y no odios. Ayúdanos a vivir el mensaje cristiano.

Tú, en presencia ya del Señor, no ceses de interceder por Él, con Él, y en Él, a favor nuestro ante El Padre.

Amén.

Tomada de el excelente sitio web, obra de Las  Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.:

http://corazones.org



Oraciones a Santa Juana de Arco

¡Santa Juan de Arco, ora pro nobis!

Oración a Santa Juana para que nos de fe

Ante tus enemigos, ante el hostigamiento, el ridículo y la duda,
te mantuviste firme en la fe. Incluso abandonada, sola y sin
amigos, te mantuviste firme en la fe. Incluso cuando encaraste
la muerte, te mantuviste firme en la fe. Te ruego que yo sea tan
inconmovible en la fe como tú, Santa Juana. Te ruego que me
acompañes en mis propias batallas. Ayúdame a perseverar
y a mantenerme firme en la fe.
Amén.

Oración a Santa Juana, luchadora por la libertad

Santa Juana, tu valor y tu fe en Dios consiguieron grandes cosas.
Pido tu ayuda en la lucha por lo justo. Permíteme tener claros mis
propósitos y que la justicia sea mi afán. No me permitas renunciar
ante la dureza de las dificultades. Con tu ayuda no tengo miedo y
quiero emplear todas mis cualidades y todo mi esfuerzo.
Ésto te lo pido en nombre de Jesús.
Amén.

Tomadas del excelente sitio dedicado completamente a esta Gran Santa:

http://libreopinion.com/members/jeanne-d-arc/espanol/index.html

ORACIÓN A NTRA. SRA. DE FÁTIMA

Nuestra Señora de Fátima

Nuestra Señora del Rosario de Fátima, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora del linaje humano, Mediadora de todas las gracias, que habéis protegido a la Iglesia, desde su nacimiento y «habéis vencido todas las herejías, en el universo mundo«, que nos habéis exhortado, en La Salette, en Lourdes y en la Cova de Iria, al arrepentimiento y a la penitencia, que habéis vertido lágrimas, repetidas veces, en vuestras veneradas imágenes a fin de que «no ofendamos más a Dios«, le amemos y le sirvamos fielmente y colaboremos, para que se extienda, hasta los confines de la tierra, el reinado de Cristo, miradnos, «con ojos de misericordia«, de suerte que, en esta «hora de tinieblas«, de incredulidad, de apostasía, de universal depravación, resplandezca en las mentes la lumbre de la fe; arda, en los corazones, el fuego del amor a Dios; brille, en las costumbres, la virtud del Evangelio; reine en las naciones, el «Rey de Reyes y Dominador de los que imperan», y se cumpla, a plenitud, vuestra maternal y alentadora promesa: «Mi Inmaculado Corazón triunfará«. Así sea.

Jaculatoria: Nuestra Señora de Fátima, salvadnos. Proteged a la Iglesia y apresurad vuestra victoria.

Señor, Dios Todopoderoso, en esta confusión que ha venido a turbar a tantas almas fieles, queremos expresaros todo nuestro amor de hijos y nuestra voluntad de mantener hacia Vos los sentimientos de adoración profunda y de piedad confiada y filial.

Vos sois el Dios de San Juan Crisóstomo, desterrado por haber predicado la Doctrina y la Virtud.
El Dios de Juana de Arco, llena de fe y de pureza.
El Dios de San Francisco de Asís, con corazón de niño y sencilla piedad.
El Dios de Teresa de Avila, de alma generosa e intrépida…

¡Oh, Cristo Jesús!, Dios de toda felicidad y del Calvario, inmolado por nuestros pecados, que predicasteis la renuncia al mundo y el amor a vuestro Padre…

¡Oh, Espíritu Consolador!, enviado a nuestras almas para purificarlas y santificarlas…

Venid a vuestra Iglesia a fin de darle nuevo aliento y valor. Recordad a los sacerdotes que Vos sois la Verdad y la Vida, que no hay otro nombre por el que podamos ser salvados… Renovad en ellos la fe en la Iglesia, vuestra única esposa, y la sumisión a su autoridad infalible…

Consolad y fortificad a vuestros fieles, aquellos que no saben ya adónde ir porque su clero o sus periódicos les predican un Evangelio distinto. Decid a estos fieles desconcertados cómo el Evangelio de su infancia permanece como la sola Palabra, y que no hay otro Dios que Vos, Señor.

Que no se dejen arrastrar por los falsos profetas a llamar bien lo que es mal, verdad lo que error, espíritu del Concilio lo que es desobediencia…

Santa Virgen María, Reina del Cielo y muralla contra las herejías, sed nuestra luz y nuestra abogada para que guardemos el camino de la Verdad en una caridad  inquebrantable, pero sin dejamos engañar por los lobos vestidos de oveja que quieren conducimos a la adoración del Mundo.


P. Coache

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/


Oración a San Francisco de Sales

Glorioso San Francisco de Sales,
vuestro nombre porta la dulzura del corazón mas afligido;
vuestras obras destilan la selecta miel de la piedad;
vuestra vida fue un continuo holocausto de amor perfecto
lleno del verdadero gusto por las cosas espirituales,
y del generoso abandono en la amorosa divina voluntad.


Enséñame la humildad interior,
la dulzura de nuestro exterior,
y la imitación de todas las virtudes que has sabido copiar
de los Corazones de Jesús y de María.

Amén