A NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT

Rosa de abril, morena de la sierra
de Montserrat, estrellado.
Ilumina la catalana tierra
y guíanos hacia el cielo

   En las montañas,

los ángeles trabajan

esos picos
para hacerte un palacio

   Reina del cielo,
que los ángeles bajaron
danos abrigo,
dentro de tu manto azul

   Alba naciente de estrellas coronadas,
ciudad de Dios que soñaba David
a vuestros pies la luna se ponía
y el sol con sus rayos os vestía.

   De los catalanes siempre seréis princesa,
de los españoles estrella de oriente,
sois el pilar de fortaleza
y para los pescadores, puerto de salvamento,

   Dais consuelo a quien la patria añora,
sin haber visto nunca la cima de Montserrat,
en tierra y mar, os imploramos
devuélvele a Dios los corazones que le han dejado.

   Fuente del agua de la vida
desde el cielo regáis el corazón de nuestro país
dones y virtudes dejáis floreciendo
para hacer vuestro paraíso

   Dichosos ojos, Maria, los que os ven
dichosos los corazones que se abren a vuestra luz
Rosa del cielo, que los ángeles revolotean
y en la oración ponéis vuestro perfume.

   Árbol gentil, que el Líbano corona
árbol de incienso, palmera de sion
los frutos sagrados que vuestro amor nos da
es Jesucristo, el Redentor del mundo.

   Con vuestro nombre, empieza nuestra historia
y es Montserrat nuestro Sinaí
sean para todos la escalera de la gloria
esos escalones cubiertos de romaní. 

NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT, Patrona de Cataluña

27 de abril

 La montaña de Montserrat, en Cataluña, famosa entre las montañas por su rara configuración, ha sido desde tiempos remotos uno de los lugares escogidos por la Santísima Virgen para manifestar su maternal presencia entre los hombres.

Bajo la advocación plurisecular de Santa María de Montserrat, la Madre de Dios ha dispensado sus bendiciones sobre los devotos de todo el mundo que a Ella han acudido a través de los siglos. Pero su maternidad se ha dejado sentir más particularmente, desde los pequeños orígenes de la devoción y en todas las épocas de su desarrollo, sobre las tierras presididas por la montaña que levanta su extraordinaria mole en el mismo corazón geográfico de Cataluña.

Con razón, pues, la Iglesia, por boca de León XIII, ratificando una realidad afirmada por la historia de numerosas generaciones, proclamó a Nuestra Señora de Montserrat como Patrona de las diócesis catalanas, señalando. asimismo una especial solemnidad litúrgica para honrar a la Santísima Virgen y darle gracias por todos sus beneficios bajo esta su peculiar advocación.  

¿Quién es Antonio Yague?

ANTONIO YAGUE “llegó a Colombia, apoyado por otros sospechosos, el año pasado, a hablar que la Mujer del Apocalipsis que pare un hijo con dolor, estaba pariendo a Francisco.

Lo que resultaría coincidencia es que él haya hecho una charla donde el aspecto central, aunque no confesado, era decir que un FRANCISCO sería como un hijo de María, sería Vicario y que prácticamente sería un nuevo redentor, actuando como el Apocalipsis plantea, según la forma de entender de él.

Más extraño es que haya sido varios meses antes de la elección del Papa, lo cual hace pensar en varias cosas:

– De una parte, podemos recordar el “anuncio” del cardenal Castrillón Hoyos hace un año, diciendo que el papa Benedicto moriría en 2012.

– De otra, el que el nombre del nuevo papa estuviera ya definido. Es por ello que la masonería podría haber utilizado a Antonio Yagüe para dar un matiz de profecía a la venida de FRANCISCO.”

Raúl Patiño

A continuación un video editado sobre otro video que tiene una duración de una hora.  Editaron muy bien el video de manera que han tomado los pasajes de interés que demuestran que el nombre de FRANCISCO viene siendo “trabajado” desde hace tiempo.

ANTONIO YAGUE, es el conferencista que aparece en el video. Ustedes pueden verlo en aquí:

 

Ahora bien, ¿Quién es Antonio Yagüe? Es un disertante “experto en apariciones”. En especial tiene una particular devoción personal por los eventos de GARABANDAL. Y bien, más que un relator o “explicador” de las apariciones, Yagüe se ha convertido en un “INTERPRETADOR” de las mismas, de suerte que va por todas partes dando conferencias acerca de lo que él piensa que debe interpretarse de cada una.

Juega mucho con los nombres. Los nombres de las localidades, de los o las videntes, de las fechas, etc.

De más está decir que don Antonio Yague es un Católico Conciliar, avalado por la Iglesia Conciliar y que da sus conferencias en ámbitos de la Iglesia Conciliar, en la cual goza de un cierto prestigio.

En la disertación que pueden ver en el video editado es notable como Antonio Yagüe fuerza de un modo completamente artificioso los argumentos que expone hasta lograr finalmente llegar al nombre “FRANCISCO”.

antonio-yague

Que las Logias Masónicas campean muy cómodamente AD INTRA de las estructuras de la Iglesia Conciliar no resulta ser ninguna novedad.

Que se habla de INFILTRACIÓN MASÓNICA desde hace siglos incluso, tampoco es un secreto.

Que la judería está detrás de la Masonería tampoco lo es.

Que la B´NAI B´ERITH es una logia Judeo-masónica que se ha mostrado muy complacida por la promoción de Jorge Mario Bergoglio al Sumo Pontificado, está hasta en los diarios.

Que Jorge Mario Bergoglio es asiduo visitante de sinagogas y que comparte públicamente con rabinos, principales y muy mediáticos, actos, ideas y rezos, no me lo he inventado yo…

Extracto tomado del artículo:

¿USTED CREE EN LAS CASUALIDADES? III

Escrito por OSKO

Tomado de:

Radio Cristiandad

https://radiocristiandad.wordpress.com

NOTA DE Ortodoxia Católica:

Y como era de esperarse, Antonio Yagüe  es un falso profeta más, profetizó que el supuesto Gran Aviso de Garabandal sería el 13 de noviembre de 2016, lo cual, como era obvio, nunca sucedio.

Antonio Yagüe sostiene que el gran Milagro tendrá lugar el Jueves Santo de 2017 (día de San Hermenegildo, mártir de la Eucaristía), que es el 13 de abril. El Aviso será cinco meses antes, es decir, el 13 de  noviembre de 2016. Un 13 de noviembre de 1965 fue la fecha de la última aparición a Conchita, sola y bajo la lluvia en los Pinos de Garabandal.

Parráfo tomado de:

http://ecosdegarabandal.blogspot.mx/2015/11/el-aviso-anunciado-en-garabandal-y-la.html

El Padre Pío y Garabandal

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Llega una carta del Padre Pío

No entro en la valoración de los hechos de Garabandal. Ese cometido le corespnde a la Jerarquía. Solo queremos dejar constancia de unos documentos abalados por la santidad de los protagonistas, y que cada cual saque sus conclusiones. Sí quiero afirmar que el Padre Pío  merece toda mi confianza, y que a veces la Jerarquía pude no acertar si sus fuentes o expertos consultados no gozan de una especial clarividencia. Muchas almas santas se han quedado sin canonizar por una lamentable instrucción de su proceso. SOLO DIOS tiene la certeza absoluta.   Juan García Inza

4 noviembre 2016

El 3 de marzo de 1962 las cuatro jóvenes videntes, Conchita, Mari Loli, Jacinta y Mari Cruz recibieron una carta anónima en San Sebastián de Garabandal. Este hecho fue confirmado por el Dr. Celestino Ortiz, un incuestionable testigo, y sobre él hace un recuento el Padre Eusebio García de Pesquera en su libro Se fue con prisas a la Montaña; de aquí tomamos el siguiente texto:
    Félix López, un antiguo alumno del Seminario Mayor de Derio (Bilbao) quien es hoy día el profesor de escuela de Garabandal, estaba reunido con algunas personas en la cocina de Conchita. La niña recibió una carta que no entendió, así que le solicitó a Félix que se la tradujera. Estaba escrita en italiano y Félix, después de leerla dijo: «Por su estilo bien podría ser del Padre Pío». Conchita le preguntó si conocía la dirección del Padre Pío y al recibir una contestación afirmativa le pidió que le ayudara a escribirle una carta para dar respuesta a la suya y manifestarle su agradecimiento.
    Habiendo terminado la carta la dejaron sobre la mesa de la cocina, sin doblarla. Después de un rato, Conchita entró en éxtasis y rezó el Rosario. Al regresar a su estado normal Félix le preguntó: «¿Preguntaste a la Virgen sí la carta era del Padre Pío?» «Sí, y me dió una respuesta para enviarle.» La niña subió a su habitación, regresando poco más tarde con un papel escrito a mano. Delante de todos metió el papel en el sobre, que había ya sido dirigido al Padre Pío por el profesor, sellándolo luego.
    La carta que había llegado a Conchita, sin firma y sin dirección de retorno pero con estampilla italiana, decía lo siguiente:

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Queridas Niñas:
A las nueve de esta mañana la Santa Virgen Maria me ha hablado de vosotras, queridas niñas, de vuestras visiones y me ha dicho:
“Benditas niñas de San Sebastián de Garabandal yo os prometo que estaré con vosotras hasta el fin de vuestra vida y vosotras estaréis conmigo hasta el fin del mundo y luego en el gozo del paraiso”.
Con la presente os remito una copia del Santo Rosario de Fátima que la Santísima Virgen me ha ordenado de enviaros. Este Rosario ha sido dictado por la Santísima Virgen y quiere que sea propagado para la salvación de los pecadores y para la preservación de la humanidad de los peores castigos con que el buen Dios está amenazando.
Una sola es la recomendación:  Rezad y haced rezar, porque el mundo está en el camino de la perdición. No creen en vosotras ni en vuestros coloquios con la blanca Señora pero creerán cuando sea demasiado tarde.

3 de Marzo de 1962
Entrevista a Conchita, sobre esta carta.
P. Conchita, ¿recuerdas algo sobre esta carta?
Conchita: Recuerdo haber recibido en el correo una carta dirigida a mí y a las otras tres niñas, Jacinta, Loli y Mari Cruz. Me preguntaba qué contenía y, como no estaba firmada, la metí en el bolsillo hasta que ví a la Santísima Virgen ese día. Cuando se apareció le mostré la carta y le pregunté quién nos la había enviado. La Virgen dijo que era del Padre Pío. Como no sabía quien era el Padre Pío, no pregunté nada más. Después de la aparición conté a la gente sobre la carta; un seminarista que estaba presente me explicó acerca del Padre Pío y de dónde era él. Entonces le escribí una carta diciéndole que me gustaría verle cuando visitase mi país. El entonces me envió una pequeña carta diciendo: «¿Crees que puedo subir por la chimenea?» Yo sólo tenía 12 años en esa época y no sabía nada de los claustros.

La Visita de Conchita al Padre Pío
En febrero de 1967, Conchita llegó a Roma con su madre, un sacerdote español, el padre Luis Luna, el Profesor Enrico Medi y la Princesa Cecilia de Borbón-Parma. Había sido llamada allí por el Cardenal Ottaviani, prefecto del Santo Oficio, llamado hoy la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Fue durante esta visita que Conchita tuvo una audiencia privada con el Papa Pablo VI, durante la cual sólo cinco personas estuvieron presentes con el Pontífice. El Papa le dijo «Conchita, Yo te bendigo y conmigo te bendice toda la Iglesia» . Tenemos sobre esto el confiable testimonio del Profesor Medi, entonces presidente de la Asociación Europea de Energía Atómica y amigo del Papa, y quien era uno de los cinco presentes.
    Como Conchita tuvo que esperar un día antes de su reunión con el Cardenal Ottaviani, el Profesor Medi sugirió que ya que tenían algo de tiempo libre fueran a San Giovanni Rotondo a ver al Padre Pío.
    A continuación el testimonio de la propia Conchita acerca de la visita:
Todos estuvimos de acuerdo, así que salimos para el Monasterio en el auto alquilado del Profesor Medi. Llegamos como a las nueve de la noche y nos dijeron que no podríamos ver al Padre Pío hasta la mañana siguiente en su Misa de cinco.
Antes de Misa, el Padre Luna y el Profesor fueron a la sacristía. El Profesor me contó más tarde lo que ocurrió allí. Dijo que el Padre Luna había dicho al Padre Pío que la Princesa de España estaba allí para verle. El Padre Pío dijo entonces al Padre Luna: «No me siento bien y no podré verla hasta más tarde hoy». El Profesor Medi dijo entonces: «Hay otra persona que quiere verlo también. Conchita quiere hablar con usted.» Padre Pío dijo entonces: «¿Conchita de Garabandal? Vengan a las ocho de la mañana».
Al llegar, fuimos conducidos a un pequeño cuarto, una celda, que tenía una cama, una silla y una pequeña mesita. Le pregunté al Padre Pío si este era su cuarto y si él dormía ahí, a lo cual respondió: «Oh, no. No pueden ver mi cuarto. Este es un cuarto rico». En ese momento no sabía la clase de hombre santo que era el Padre Pío, como ahora sí lo sé. Entonces yo era muy joven; tenía sólo 16 años.
    La entrevista continúa:
P. ¿Quién estaba en el cuarto contigo?
Conchita: Sólo mi madre, el Padre Luna y un sacerdote del Monasterio que hablaba español y estaba tomando muchas fotos. No recuerdo que la Princesa y el Profesor hubieran estado allí.
P. Puedes decirnos ¿qué se dijo durante tu visita al Padre Pío?
Conchita: Sólo recuerdo un poco. Sí recuerdo que el sacerdote que había estado tomando fotos pidió permiso para ello al Padre Pío, quien le respondió: «Has estado tomándolas desde que llegaste».
Recuerdo que tenía el crucifijo besado por Nuestra Señora, y que dije al Padre Pío: «Esta es la Cruz besada por la Santísima Virgen. ¿Quisiera besarla?» Padre Pío tomó entonces el Cristo y lo colocó en la palma de su mano izquierda, sobre el estigma. Tomó entonces mi mano, que colocó sobre el crucifijo, cerrando los dedos de esa mano sobre mi mano; con su mano derecha bendijo mi mano y la cruz. Lo mismo hizo con mi madre cuando ella le dijo que por favor bendijera su rosario, también besado por la Virgen. Yo estuve de rodillas durante todo el tiempo que estuve ante él. Me tomó de la mano, con la cruz, mientras que me hablaba.
El sacerdote que tomó las fotos de Conchita con el Padre Pío vive aún en San Giovanni Rotondo. Estuvo en los Estados Unidos hace varios años promoviendo la Causa de Beatificación del Padre Pío y visitando a Conchita en su casa. Estas fotos son importantes documentos que confirman la entrevista de Conchita con el Padre Pío.

Padre Pío y el Milagro
A el Padre Pío le fue concedido un privilegio que tan solo se dió antes al P. Luis Andreu. El P. Pio vió el gran Milagro antes de morir.
Años antes, en la noche del 8 de agosto de 1961, el P. Luis Andreu S.J. tuvo una visión del Milagro mientras observaba a las videntes en éxtasis en los pinos, cerca del pueblo de Garabandal. El Padre Andreu murió de felicidad y sin dolor alguno a la mañana siguiente durante su regreso a casa.
Una de las profecías de Nuestra Señora en Garabandal en relación con el Milagro fue que el Santo Padre lo verá desde cualquier sitio donde esté, y que el Padre Pío lo vería también. Al morir el Padre Pío en 1968, Conchita quedó perpleja, preguntándose por qué la profecía aparentemente no se había cumplido. Un mes más tarde fue tranquilizada, recibiendo además un regalo precioso.
En octubre 16 de 1968, Conchita recibió un telegrama de Lourdes, proveniente de una mujer de Roma a quien Conchita conocía. El telegrama pedía a Conchita ir a Lourdes a recibir una carta del Padre Pío dirigida a ella. El Padre Alfred Combe y Bernard L’Huillier de Francia estaban en ese momento en el pueblo y accedieron a llevar a Conchita y a su madre a Lourdes. Partieron esa misma noche. Con el afán, Conchita olvidó su pasaporte. Al llegar a la frontera fueron detenidos durante seis horas, y sólo gracias a un pasaporte especial, firmado por el Gobernador militar de Irun, pudieron pasar la frontera hacia Francia.
En Lourdes se entrevistaron con los emisarios del Padre Pío de Italia, entre los cuales estaba el Padre Bernardino Cennamo, O.F.M.  El Padre Cennamo no era realmente de San Giovanni Rotondo, sino que pertenecía a otro monasterio. Era, sin embargo, bien conocido por el Padre Pío y por el Padre Pellegrino; éste último fue quien cuidó al Padre Pío durante sus últimos años y quien transcribió la nota para Conchita dictada por el Padre Pío.
El Padre Cennamo dijo a Conchita que no había creído en las apariciones de Garabandal hasta que el Padre Pío le pidió darle el velo que cubriría su cara después de su muerte. El velo y la carta fueron entregados a Conchita, quien preguntó al Padre Cennamo: «¿Por qué la Virgen me dijo que el Padre Pío iba a ver el Milagro y él ha muerto?» El Padre le respondió: «El vió el Milagro antes de morir. Me lo dijo él mismo.»
    Al regresar a casa Conchita decidió escribir sobre ello a un amigo:
… Tenia el velo ante mis ojos mientras escribía cuando, de repente, toda la habitación se llenó con una fragancia. Había oído sobre las fragancias del Padre Pío, pero nunca les había dado mayor importancia. El cuarto entero olía con un perfume tan fuerte que comencé a llorar. Era la primera vez que experimentaba esto. Ocurrió después de su muerte.

Ler mais: http://m.mensagemdegarabandal.com/products/carta%20del%20padre%20pio%20%C3%A0%20las%20ninas%20de%20garabandal/

Tomado de:

http://www.religionenlibertad.com/

NOTA DE Ortodoxia Católica:

Lamentablemente en la actualidad, en relación a las supuestas apariciones, los fieles nos encontramos divididos en dos grupos: los que creen que la Santísima Virgen María si se apareció verdaderamente en Garabandal y los que creen que no; tal confusión se debe al Decreto que Pablo VI dio a la Iglesia sobre las Apariciones, la Iglesia ya no es la que tiene la última palabra en este tema, los fieles somos los que ahora tenemos la última palabra: 

DECRETO DEL PAPA PABLO VI SOBRE LAS APARICIONES.

«El Canon 1399 prohibía por derecho la publicación de ciertos libros tales como aquellos que tratan de revelaciones, visiones, profecías y milagros. Este Canon ha sido derogado. (…) Esto significa que se permite a los Católicos publicar sucesos de revelaciones, visiones, profecías y milagros, sin necesidad de Imprimatur o de Nihil Obstat, o cualquier otro permiso. Por supuesto estas publicaciones no deben poner en peligro la Fé y la Moral. (…) De aquí que no hay ninguna prohibición relativa a Apariciones, sean ellas reconocidas o no por la Autoridad Eclesiástica. Por la misma razón se permite a los Católicos frecuentar lugares de Apariciones, aún aquéllas no reconocidas por los Ordinarios de la Diócesis o por el Santo Padre. Los Católicos que frecuenten estos lugares deben respetar la Fe y la Moral. (…)

Se requiere permiso tan solo para la celebración de la Santa Misa o cualquier otro servicio religioso.

El Canon 2318 disponía penas contra los que violasen las leyes de censura y prohibición. Este Canon ha sido derogado a partir de 1966. Nadie puede incurrir en censura eclesiástica por frecuentar lugares de apariciones, aún aquéllas no reconocidas por los Ordinarios de la Diócesis, o por el Santo Padre. Tambien aquéllos que hubieran incurrido en las prohibiciones tratadas en el Canon 2318 serán igualmente absueltos por el mismo hecho de la abrogación de este canon.»
Firmado: Alfredo Cardenal Ottaviani, Pro-Prefecto. P. Parente, Secretario. (Aprobado por S.S. Pablo VI el 14 de Octubre 1966, fué publicado el 15 de Noviembre de 1966, en A. A. S. 58/16 a 29 de diciembre 1966, entrando en vigor el 29 de Marzo de 1967.)

Conchita González, fué llamada una segunda vez a Roma en Febrero de 1968, donde permaneció dos semanas. Se cree que el mensaje de Garabandal («Sacerdotes, obispos y Cardenales…»), guarda una extrecha realación con el mensaje de Fátima. El mismo Cardenal Ottaviani, en una conferencia de prensa que hubo, con motivo del 50 aniversario de Fátima, el 11 de Febrero de 1967, declaró: 

«Maria dió en Fátima un mensaje para todos y uno secreto. (… ) Oración y penitencia pidió Maria, como los dos medios capaces de evitar terribles castigos que, como en el Apocalipsis de San Juan, amenazan a un mundo del que se pudiera decir, como dijo el Profeta: «Ha sido profanada la Tierra por sus moradores.» »

(Conforme al quinto Concilio de Letrán, el juicio definitivo sobre apariciones y profecías está reservado a la Santa Sede, el Papa es el único juez. Juicio al que nosotros humildemente nos sometemos.)

«Pero vosotros cuando empiecen a suceder estas cosas, levantad la cabeza, alegraos, pues vuestra liberación está cerca.»
(S. Lucas 21,28.)

Tomado de: http://www.statveritas.com.ar/Marianos/Garabandal-01.htm

NOTA DE Ortodoxia Católica:

Las apariciones en Garabandal no fueron aprobadas por el Santo Oficio.

El Card. Ottaviani acusó de recibo de toda la documentación con carta del 7 de marzo de 1967, en que decía: La S. Congregación examinó atenta y cuidadosamente todos los documentos, y otros venidos de distinta procedencia, Y POR FIN LLEGÓ A LA CONCLUSIÓN DE QUE LA CUESTIÓN HA SIDO YA DISCUTIDA Y DEFINIDA POR S. E., POR LO CUAL NO HAY RAZON PARA QUE ESTA S. CONGREGACIÓN PROCEDA EN ESTE ASUNTO (Carta del 7-111-67). La nota de Mons. Puchol (1) pasaba del no consta de la sobrenaturalidad de sus predecesores al consta de la no sobrenaturalidad, pues decía textualmente:

“NO HA EXISTIDO NINGUNA APARICIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN, NI DEL ARCÁNGEL SAN MIGUEL, NI DE NINGÚN OTRO PERSONAJE CELESTIAL; NO HA HABIDO NINGÚN MENSAJE; TODOS LOS HECHOS ACAECIDOS EN DICHA LOCALIDAD TIENEN EXPLICACIÓN NATURAL.”

Al tomar posesión un servidor de la diócesis de Santander, vacante por fallecimiento de Mons. Puchol, los adictos a las apariciones citadas hicieron pública, incluso en escritos varios, su esperanza de que al cambiar de obispo traería una actitud diferente de la Jerarquía. Por eso, tras estudiar el amplio expediente y vista el sólido fundamento del juicio de mi predecesor, de venerable memoria, reafirmo su posición con una nota publicada por mi Secretaria de Cámara y Gobierno, el 9 de octubre de 1968.

Tomado de: https://forocatolico.wordpress.com/2015/08/25/prohibiciones-oficiales-de-la-jerarquia-sobre-garabandal-i-acusan-a-los-adictos-a-garabandal-de-pretender-desfigurar-los-criterios-de-roma/

NOTA DE Ortodoxia Católica:

Las vidente Conchita dijo que la Santísima Virgen María le dijo que Joey Lomangino recibiría nuevos ojos en el día del gran milagro, actualmente estamos en el año 2016 y aún no se ha dado el supuesto milagro, Joey Lomangino murió en el 2014.

El 19 de marzo de 1964, Conchita de Garabandal le escribió la siguiente carta a Joey Lomangino: “Día de San José, 1964. Querido Joey, Hoy en una locución en los Pinos, la Virgen me dijo que te comunicara que la voz que tú oíste era de ELLA. Que tú recibirás nuevos ojos en el día del gran milagro. También me dijo que el Hogar de Caridad que fundarás en Nueva York dará gran gloria a Dios. Conchita González”.

Previamente Lomangino, luego de, supuestamente, recibir en confesión la confirmación del Padre Pío sobre el asunto de Garabandal, dijo: 

Quiero asegurarles que lo comprendo y que creo realmente que el día del gran Milagro tendré nuevos ojos y que, como dijo Nuestra Señora, ‘Serán para Gloria de Dios’. Hasta entonces, esperemos, recemos y miremos a los Sucesos de Garabandal que están por venir”.

El 20 de Junio de 2014 Lomangino falleció y no recuperó los ojos, ni siquiera la vista, antes de fallecer.

Tomado de: https://forocatolico.wordpress.com/2014/06/20/muere-lomangino-invidente-que-segun-garabandal-recuperaria-la-vista-el-dia-del-milagro/

NOTA DE Ortodoxia Católica:

Para el día de hoy 13 de Noviembre de 2016 Antonio Yague profetizó que sería el día en que se daría el Gran Aviso, y obviamente tal aviso no se dio.

El Aviso de Garabandal es una manifestación extraordinaria de la Misericordia divina. Es muy probable que, casi al terminar el Año de la Misericordia, Dios nos ofrezca una prueba patente de su Amor, a todos los hombres, de manera personal y directa a cada uno.

Antonio Yagüe, que ha investigado con profundidad las apariciones de la Virgen en Garabandal, afirma que “El Aviso o Advertencia es un importante hecho de carácter global, físico y espiritual, anunciado por la Sagrada Escritura en el sexto sello del Apocalipsis (Apoc 6, 12-18) y recordado por la Virgen como algo próximo, especialmente a partir de las apariciones de Garabandal”.

“El sexto sello del Apocalipsis —continúa Yagüe—, describe una gran catástrofe natural de origen astronómico y simultáneamente un fenómeno personal universal. Ambos hechos afectan a los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres (Apoc 6, 15). No hay estamento social o régimen político que no le afecte. El conjunto de acontecimientos es tan insólito que dejan en todos los hombres la convicción interna, como aviso íntimo, de que ha llegado el Gran Día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse? (Apoc 6, 17). Día de ira el día aquel, día de angustia y de aprieto, día de devastación y desolación, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y densa niebla (Sof 1, 15). Se puede decir que hay un antes y un después de los hechos del sexto sello” (La Astronomía Sagrada y los Últimos Tiempos, Parte 1, p. 35).

Antonio Yagüe sostiene que el gran Milagro tendrá lugar el Jueves Santo de 2017 (día de San Hermenegildo, mártir de la Eucaristía), que es el 13 de abril. El Aviso será cinco meses antes, es decir, el 13 de noviembre de 2016. Un 13 de noviembre de 1965 fue la fecha de la última aparición a Conchita, sola y bajo la lluvia en los Pinos de Garabandal.

La picadura de las langostas del Apocalipsis “atormenta durante cinco meses (Apoc 9, 6). Tiene límite el periodo de responder afirmativamente a la invitación de conversión del Aviso. El final lo marca el día del Milagro, de la señal de la Mujer, porque el Aviso es como una purificación para prepararse para el Milagro, (…) para ver si con el Aviso y el Milagro nos convertimos (Conchita 14 septiembre 1965 en Our Lady comes to Garabandal por Joseph A. Pelletier, A. A., pp. 149-150)” (La Astronomía Sagrada y los Últimos Tiempos, Parte 1, p. 35).

Otra coincidencia interesante es un mensaje de la Virgen a Marga, precisamente el 13 de noviembre de 2008(ocho años antes de la fecha probable del Aviso), en el que nos habla de lo importante que es amar; es decir: tener misericordia con todos (cfr. Tomo Azul: El Triunfo de la Inmaculada, p. 36):

“¡Marga…! ¡Marga…!

Lo que Yo quiero contigo es muy grande, hija. Misionera. Te quiero proclamando la Buena Noticia por todos lados. Te quiero en permanente misión.

Preparaos para un Juicio particular. Sí, hija mía: va a venir una especie de Juicio particular.

¿El Aviso? (palabras de Marga)

Sí.

Reparte de mi Amor. Están todos muy necesitados.

Olvídate de todo lo que tú opinas que son afrentas hacia ti, y ámalos. ¿Qué más da afrenta o no afrenta? ¡Ama!

Ah… es donde más os cuesta amar donde vendrán las preguntas en mi Juicio: “¿Amaste a esta persona que te costaba? ¿Le procuraste el bien? ¿Le devolviste bien por mal? Cuando Dios te probaba en el amor, ¿saliste vencedora?”.

Porque fácil es amar cuando todos nos aman. Así, ¿qué mérito tenéis. Hacen esto mismo los publicanos y pecadores (cfr. Mt 5, 46).

Sí, sí… afinad mucho. Sed cada vez más finos en el amor. ¡Y exigíos mucho! Pues mucho se os ha dado.

Te bendigo.

Adiós”.

Tomado de: http://ecosdegarabandal.blogspot.mx/2015/11/el-aviso-anunciado-en-garabandal-y-la.html

 

Este es el Verdadero Tercer Secreto de Fátima

El tercer secreto de Fátima

El tercer secreto de Fátima

 

JMJ                                                                                    Tui/1/4/1944

Agora vou revelar o terceiro fragmento do segredo: Esta parte é a apostasía na Igreja! Nossa Senhora mostrou-nos uma vista do um indivuo que eu descrevo como o santo Padre, em frente de uma multitud que estava louvando-o. Mas había uma diferença com um verdadeiro santo Padre, la mirada do demonio, este tinha os olhos do mal. Entaô depois de algums momentos vimos o mesmo Papa entrando a uma Igreja, mas esta Igreja era a Igreja do inferno, naô ha modo para descrever uma fealdade d’ese lugar, parecia como uma fortaleza feita de cimento cinzento. com ângulos quebrados e janelas semelhantes a olhos, tinha um bico no telhado do edificio. Em seguida levantamos a vista para Nossa Senhora que nos disse Vistes a apostasía na Igreja, esta carta posse ser aberta por O santo Padre, mas deve ser anunciada depois de Piu XII e antes de 1960. No reinado de Juan Pablo II a pedra angular da tumba de Pedro deve ser removida e transferida para Fatima. Porque o dogma da fe naô é conservado em Roma, sua autoridade será removida e entregada a Fatima. A catedral de Roma deve ser destruida e uma nova construida em Fatima. Sí 69 semanas depois de que esta ordem é anunciada Roma continua sua abominaçaô a cidade será destruida. Nossa Senhora disse-nos que esto está escrito, Daniel 9, 24-25 e Mateus 21, 42-44

Traducción al español

JMJ                                                             Tuy 1/4/1944

Ahora voy a revelar la tercera parte del secreto: Esta parte es la apostasía en la Iglesia!

Nuestra Señora nos mostró una visión de un individuo que yo describo como el “santo Padre” frente a una multitud que lo vitoreaba.

Pero había una diferencia con un verdadero santo Padre, la mirada del demonio, éste tenía los ojos del mal.

Entonces, después de algunos momentos vimos al mismo Papa entrando en una iglesia, pero esta Iglesia era la iglesia del infierno; no hay manera de describir la fealdad de ese lugar. Parecía como una fortaleza hecha de cemento gris con ángulos quebrados y ventanas similares a ojos; tenía un pico (bico, en portugués) en el tejado del edificio.

Enseguida levantamos la vista hacia Nuestra Señora que nos dijo: Visteis la apostasía en la Iglesia; esta carta puede ser abierta por el Santo Padre, pero debe ser publicada después de Pío XII y antes de 1960.

En el reinado de Juan Pablo II la piedra angular de la tumba de Pedro debe ser removida y llevada a Fátima. Porque el dogma de la fe no ha sido conservado en Roma, su autoridad será removida y entregada a Fátima. La catedral de Roma debe ser destruida y una nueva construida en Fátima.

Si 69 semanas después de que esta orden se publique, Roma sigue su abominación, la ciudad será destruida. Nuestra Señora nos dijo que esto está escrito, en Daniel 9:24-25 y Mateo 21:42-44

EL TERCER SECRETO DE FATIMA FINALMENTE REVELADO

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Este estudio pretende estudiar el Tercer Secreto de Fátima aparecido anónimamente en la WEB en Abril de 2010 y que podrá leerse en el sitio indicado, para determinar si es es auténtico, O sea si fue escrito por Lucía en 1944. Su escritura es similar (hay un dictamente técnico que lo niega reproducido en este mismo blog) a la de Lucía en esa época. Difiere enormemente del “Secreto” publicado por el Vaticano que ha sido tachado como falso por algunos análistas.

PROLOGO

Recuerdo los meses previos a la llegada del año 1960. La expectación era enorme por conocer finalmente el secreto que NªSª reveló a la niña Lucia dos Santos, nacida en 1907 y a su prima Jacinta Marto, nacida en 1910 (el niño Francisco Marto no oyó las palabras de NªSª) en julio de 1917.

Lucia dos Santos, a la sazón, Hermana María Lucía de Jesús Santos, religiosa dorotea con votos desde 1934, lo escribió y entregó en un sobre lacrado a las autoridades eclesiásticas portuguesas, en 1944, estando en Tuy, España, en donde moraba desde 1928 cuando ingresó como postulante en el convento de las religiosas de Santa Dorotea. Previamente, a los 14 años de edad en 1921, 4 años después de las apariciones, había ingresado en el colegio de las hermanas doroteas en Vilar, cerca de Oporto.

Allí aprendió a leer y a escribir (tal como NªSª había mandado), con la buena caligrafía que conocemos, por sus memorias, que aparentemente es similar a la del “Secreto” revelado. Verosímilmente aprendería las cosas convenientes a una jovencita educada, durante siete años en el colegio de Vilar.

Fue en 1928, a los 21 años cuando ingresó como postulante en el convento de las religiosas de Santa Dorotea en Tuy. Después de las distintas etapas de su vida religiosa, en 1934, a sus 28 años, pronuncia los votos religiosos. Después de 25 años de estancia en España vuelve a Portugal a los 46 años de edad.

A los 48 años en 1955 , “decide” ingresar en el Carmelo de Coimbra previa petición de la dispensa de sus votos religiosos. En 1957 tiene lugar la controvertida entrevista con el P. Agustín Fuentes. Esta entrevista marcó una inflexión en la Vida de Lucía.

Desde entonces sería estrechamente controlada en el convento carmelitano, sometida a un ostracismo más que carcelario, bajo la atenta vigilancia de sus superioras. Lucía desaparece de la vida pública y sus escasas entrevistas fueron tasadas y atentamente vigiladas. Como Lucía dijo en varias ocasiones, el “Secreto” que había entregado a los superiores eclesiásticos -o mejor la tercera parte del secreto- no podría ser publicado, por orden expresa de NªSª, hasta 1960, aunque podría ser leído por las autoridades eclesiásticas, tanto locales como las del Vaticano.

El “Secreto” nunca ha sido revelado (aunque en 2000 fue publicado por el Vaticano un Secreto al que algunos nuegan autenticidad), supuestamente, hasta ahora, abril de 2010. La supuesta visión que los Cardenales Sodano y Ratzinger revelaron el 26 de Junio de 2010 parece no ser el verdadero secreto de Fátima. Si esto fuera así, probablemente sería  una fabricación de las autoridades vaticanas. O sea, sería falso.

Tanto el contenido de lo revelado como el escrito del que se aportó un facsímil, no parecen coincidir ,ni con el supuesto”Secreto” que ahora comentamos, ni con la escritura de Lucía en sus memorias (según dictamen de algunos profesionales a quienes nos remitimos). Todo esto se comprenderá perfectamente después de la lectura de este artículo, que lo estudia. Por otra parte hay que citar la otra  supuesta falsificación  de finales del S.XX y de comienzos del S.XXI: La carmelita descalza del convento de Coimbra que se nos ha hecho conocer como la “Hermana Lucía” no sería Lucia dos Santos.

Habrían suplantado la persona de Lucía y la que conocemos como Hermana Lucía habría hecho su papel. Estas gravísimas suposiciones se desprenden verosímilmente del estudio que hago del “tercer secreto de Fátima” que recientemente, en Abril de 2010, ha sido publicado.

El facsímil del documento está ya en la WEB al alcance de cualquiera que quiera leerlo. Este artículo pretende estudiar la autenticidad del anónimo documento (no hay un responsable de su publicación). Si es una filtración  de algún personaje vaticano que haya tenido acceso a él en fecha desconocida o proviene de alguien que lo guardaba desde los tiempos de Lucía, se comprende que haya sido dado a la luz pública en el mayor de los secretos y en un total anonimato.

Con la lectura de este estudio y comentario del “Secreto”  quizás quedarán aclaradas, las suposiciones hechas y también la autenticidad o imautenticidad del documento. Sigue leyendo

Especial de Nuestra Señora de Fátima

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Peregrinos presenciando el acontecimiento de la última aparición de la Madre de Dios.

Reparemos el corazón de Nuestra Santísima Madre

APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA

  NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

 APARICIÓN DE NTRA. SRA EN PONTEVEDRA

 HECHOS SOBRESALIENTES

LOS VIDENTES DE FÁTIMA

EL TERCER SECRETO DE FÁTIMA

 

 ORACIÓN A NTRA. SRA. DE FÁTIMA

 

 A propósito del Tercer Secreto de Fátima (I)

 A propósito del Tercer Secreto de Fátima (II)

 El Verdadero Tercer Secreto de Fátima

La Virgen y los errores de Rusia

Mensaje de Fátima: contra pecado y abandono de Dios

ACTUALIDAD DE FÁTIMA

El pacto de Metz

 

MARÍA MEDIANERA UNIVERSAL DE TODAS LAS GRACIAS

7 de noviembre

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Jesucristo vino al mundo por medio de la Santísima Virgen,

y por Ella debe también reinar en el mundo.

(San Luis María Grignion de Monfort)

Los Padres de la Iglesia han enseñado de distintas formas que María Santísima es la Medianera Universal de todas las Gracias y, con ellos, la tradición cristiana desde siempre, la ha reconocido como tal.

Las iglesias orientales de rito bizantino eslavo celebran la fiesta del Pokrov, la Medianera de todas las Gracias, y así resalta en las oraciones del oficio: En este día de la fiesta, la Virgen intercede por nosotros en la Iglesia y con las invencibles armas de los santos, pide a Dios por nosotros. Angeles y Pontífices se postran, exultan los apóstoles y profetas, porque la Madre de Dios pide por nosotros al Dios Eterno.

En Occidente, se instituyó una misa a celebrarse el 31 de mayo, junto a la de María Reina. Al menos España, Bélgica y Holanda tienen fiesta propia. En nuestra patria, hace pocos años, una providencial decisión de nuestros obispos establece esta fiesta el 7 de noviembre para comenzar con ella el Mes de María. Esto, por otra parte, constituye un ruego más un ruego argentino- para apresurar la hora en que esta verdad sea proclamada a la faz de la Tierra como dogma de nuestra Fe.

Una de las oraciones más antiguas, la antífona Sub tulum praesidium, que fuera encontrada en un manuscrito copto del siglo III, recoge esta idea de la Mediación; y en las Catacumbas de Roma, del siglo IV, se representa la Virgen Medianera.

En la Iglesia oriental hay muchos lconos que representan a la Virgen como Medianera, entre ellos se destacan los de la Deisis o súplica y el icono de la Terondisa o Virgen protectora de los monjes, que tiene su origen en una antiquísima tradición según la cual, la Virgen hace ese oficio en el cielo, proveyendo a los monjes de lo necesario para la vida.

Otra clase de iconos es el de la Fuente vivificadora, en que se representa a la Virgen sosteniendo al niño de pie al borde de una fuente que rebosa agua, símbolo de las gracias que Dios da por medio de Su Madre.

La Iglesia tiene innumerables testimonios en su culto como en su doctrina, apoyados todos en la Sagrada Escritura, que junto con el sentir de todo el pueblo fiel afirman la verdad de que MARÍA SANTÍMA ES LA MEDIANERA UNIVERSAL DE TODAS LAS GRACIAS.

Tomado de:

http://misa_tridentina.t35.com

¿Apocalipsis ya? Otra señal importante aparece en los cielos

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2 noviembre, 2015

[Nota del autor: En el siguiente artículo me propongo exponer una serie de hechos y observaciones sin llegar a una conclusión definitiva. Sin embargo, estos hechos y observaciones son de una naturaleza tal que se prestan a ser malinterpretados cuando se observan y se informa de ellos. Quiero dejar claro que en el presente artículo no pretendo vaticinar nada. Me limito a hacer unas observaciones sobre unos fenómenos que se avecinan, tanto por parte del cielo como de los hombres, que pueden resultar interesantes y de los que habría que estar al tanto.]
El 23 de septiembre de 2017 se verá la constelación de Virgo con el sol ascendiendo exactamente por detrás (la mujer vestida de sol). Esto tendrá lugar durante el centésimo aniversario de las apariciones de la “Mujer vestida de sol,” Nuestra Señora de Fátima en 1917. ¿Qué significa esto?
* * *

La gran señal en el cielo

Si el Señor nos diera una señal, ¿seríamos capaces de reconocerla? Y si Él, como ya ha hecho en otras ocasiones, nos pusiera una gran señal en el cielo, un presagio de grandes y terribles sucesos, ¿nos daríamos cuenta? ¿Estamos tan ocupados como muchos que nos han precedido, que ni nos molestamos en mirar hacia arriba? Si el Señor nos enviara esa señal hoy mismo, ¿la veríamos? Y si llegásemos a verla, ¿nos importaría o la desecharíamos como una tonta superstición?

¿Qué pasaría si les dijera que se aproxima un portentoso suceso astronómico que en cuanto a precisión, contexto y momento se asemeja a la señal descrita en el Apocalipsis? ¿Levantarían la mirada?

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LA MILAGROSA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR FUE CUANDO ELLA AÚN VIVÍA

el_apc3b3stol_santiago_y_sus_discc3adpulos_venerando_a_la_virgen_del_pilarEl apóstol Santiago y sus discípulos venerando a la Virgen del Pilar, la primera aparición de la Madre de Dios, aún en vida.

Testigos de la divinidad de su Maestro en la Resurrección gloriosa después de tantos milagros que la acreditaban; llenos de aquel espíritu consolador que les enseñó todas las lenguas y el arte de dominar en las almas por el ministerio de la palabra; convenidos en el Concilio de Jerusalén sobre los artículos que habrían de formar el fondo de su predicación, nada faltaba más que la dispersión de los Apóstoles. Y he aquí la época feliz a donde se debe traducir el principio de la ventura de España.

Estaba esta hermosa porción del mundo sumergida en la idolatría; el haber enriquecido la naturaleza su suelo con tantas preciosidades habían llamado las atenciones y la codicia de las más remotas gentes; todas habían traído, juntamente con su ambición y con sus armas, sus respectivas supersticiones. Sin tener necesidad de subir a los tiempos fabulosos saben todos que con los fenicios y los romanos vinieron a España cuantos ídolos pudo inventar una loca fantasía en todos los países que sujetaron sus armas victoriosas; aquella ridícula multitud de deidades de las que burlaba Juvenal, era adorada de nuestros antepasados, a no ser que el furor de la guerra y su natural indócil les hubiese hecho sacudir el yugo de la religión como el del imperio romano; pero de cualquiera manera, o no tenían religión, o su Dios era, además de sus pasiones las mudas obras de las manos de los hombres. En esta situación; he aquí que el Altísimo le dirigió una benéfica mirada desde lo alto de su trono de Su gloria. Los apóstoles fortalecidos por el Espíritu Santo, animados con el heroico ejemplo del protomártir Esteban, e instruidos plenamente por la Reina de los Mártires, emprenden la predicación del Evangelio.

Santiago, uno de los discípulos más amados del Señor, se prepara para venir al Occidente, cumpliéndose en esto, como siente Santo Tomás de Villanueva, la pretensión hecha por su Madre en la solicitud de las dos sillas para sus hijos. María Santísima, que después de la Pasión de su Hijo y de su gloriosa Ascensión a los cielos no podía tener otros pensamientos que la retardasen unirse para siempre con su Esposo que la propagación de la fe y la predicación del Evangelio, veía la dispersión de los Apóstoles como el último plazo para el logro de las eternas dichas. Exhalábase su dulcísimo corazón en mil tiernos suspiros, repitiendo aquellas amorosas palabras de la Esposa: Dime, ó amado de mi corazón, en dónde se sesteas, á dónde vas a descansar al mediodía, que no quiero ya más estar en este destierro sin ver las hermosísimas luces de tus ojos, y recrearme para siempre con la divina hermosura de tu semblante. Toda absorta en la contemplación de su Hijo, estaban de acuerdo su alma y sus sentidos para no tener otro objeto que á Dios. Los ardores de su voluntad se echaban de ver en aquel rostro con visos de divino, como decía san Dionisio Aeropagita. Privada solamente de la vista sensible de su Hijo, todos sus deseos, todos sus anhelos, sus votos, sus ansias se dirigían al cielo, cuya consideración se mantenía; cuando he aquí que el Apóstol Santiago, destinado por el Espíritu Santo a la predicación de los españoles, se presenta a la Reina de los Ángeles; dobla las rodillas ante quien mucho antes se habían hecho semejantes demostraciones los más encumbrados serafines; besa sus manos virginales bañándolas de lágrimas, y le pide su bendición y su licencia para venir a la predicación de España. Ve, hijo, le dice la amorosísima Madre, cumple el mandamiento de tu maestro, y por él te ruego que en aquella ciudad en que mayor número conviertas a la fe, edifiques una iglesia en mi memoria, yo misma te lo daré a entender. Sigue leyendo

Rosa Mística, Virgen del Rosario

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7 octubre, 2015

El nombre de Rosario, define un conjunto de oraciones dedicadas a la Virgen y pronunciadas a manera de guirnalda de rosas en su honor.

Desde antiguo, María ha sido la Rosa mística. «Rosa entre espinas», la llamó Edulio Caelio en el siglo V. Cuatro siglos después, el monje Teófanes Graptos usa el mismo símil refiriéndose a la pureza de María y a la fragancia de su gracia. La Iglesia de Oriente la invoca como «Rosa mística de la cual salió Cristo como milagroso perfume» (Himno Akathistos). San Bernardo dice que la misma Virgen fue una rosa de nieve y de sangre.

1- Desde la Edad Media, el Rosario consta de tres series de Misterios (Gozosos, Dolorosos y Gloriosos): las “tres partes” del Rosario. Las 150 avemarías (50 en cada una de estas partes) evocaban los 150 Salmos que componen el Libro del Antiguo Testamento, por lo que se llamaba al Rosario: el Salterio de María.

Su origen puede verse en la recitación continuada de 150 avemarías por parte de los monjes legos, mientras que el resto de los monjes que sabían podían hacerlo, rezaban las horas canónicas del Oficio Divino en el Coro. Para estos inicios nos remontamos al siglo XII en el seno de las grandes órdenes monásticas como benedictinos, cistercienses y cartujos. Con la aparición de los mendicantes, a comienzos del siglo XIII el fundador de la Orden de Predicadores (los dominicos), el español Santo Domingo de Guzmán, asumió para la espiritualidad y la predicación de sus frailes la costumbre de recitar avemarías, añadiendo un aspecto que llegaría a ser esencial al Rosario: la meditación de los misterios de la redención: vida de Cristo y de María. Sigue leyendo

Mensaje de Fátima: contra pecado y abandono de Dios

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6 octubre, 2015

Se ha iniciado en Roma el Sínodo ordinario 2015, con una agenda centrada en  La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo. Como sabemos desde fuera y desde dentro, muchos esperan un giro eclesial que produzca un cambio en la doctrina católica. La lineamenta sinodal, propuso una orientación que dirige los debates de la asamblea sinodal aparentemente más en la línea del Nuevo Orden Mundial –que en otras palabras- ataca la familia según el Plan de Dios.

Los fatimistas miramos este debilitamiento de la familia, que lleva a las almas lejos de la Fe Católica, como un castigo por haber desoído las peticiones de Nuestra Señora del Rosario de Fátima.

Durante décadas todo el mundo estuvo preocupado por el contenido del Tercer Secreto de Fátima, guardado celosamente por los últimos pontífices y que se encierra en la carta que Lucía, escribió al Papa. Sigue leyendo

Tras incendio en base militar madrileña, la imagen de la Virgen de Lourdes quedó intacta

Intacta entre el pasto calcinado. Así encontraron los militares de la madrileña base de El Goloso una imagen de la Virgen de Lourdes presente en el lugar. Las llamas que habían quemado el terreno que rodeaba a la imagen, no afectaron sin embargo a la talla de la Virgen, ante la sorpresa de los presentes.

El pasado 30 de julio, en plena ola de calor, se produjo un incendio en el interior de las instalaciones militares de El Goloso que quemó parte del terreno en el que se encontraba una imagen de la Virgen, que se libró de ser dañada por el fuego. También las flores que adornaban la imagen se salvaron de ser calcinadas.

Los militares de esta base quedaron asombrados ante el impactante suceso y no consiguen explicarse cómo es posible que la imagen haya permanecido intacta. Otro hecho sorprendente ha sido la aparición de las flores alrededor de la Virgen, que según sostienen varios militares, no estaban antes del incendio.

Algunos de los presentes en el descubrimiento de la talla intacta aseguran que nadie sabe quién puso las flores a la Virgen, ya que muchos no conocían ni siquiera la presencia de la talla en la base y la zona se encontraba bajo vigilancia.

Este suceso acaecido en la base de El Goloso ha circulado por las redes sociales y hay quien sostiene que se trata tan sólo de un montaje, aunque las imágenes demuestran que esto es poco probable. Lo que sí es seguro es que se trata de un hecho al menos llamativo, para quien no se atreva a considerarlo milagroso.

La imagen quedó aislada y sin manchas, según los elementos de la base militar.

La imagen quedó aislada y sin manchas, según los elementos de la base militar.

 

Pese a que las llamas habían calcinado todo el pasto entre lo quemado se erigía intacta una talla de la Virgen de Lourdes así como las flores que adornaban la imagen. Las llamas ni siquiera se habían acercado. En la imagen se puede apreciar como todo el resto de tierra quemada excepto la zona que rodeaba a María.

Pese a que las llamas habían calcinado todo el pasto entre lo quemado se erigía intacta una talla de la Virgen de Lourdes así como las flores que adornaban la imagen. Las llamas ni siquiera se habían acercado. En la imagen se puede apreciar como todo el resto de tierra quemada excepto la zona que rodeaba a María.

 

Tomado de:

https://forocatolico.wordpress.com/

Especial de Nuestra Señora de Fátima

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Reparemos el corazón de Nuestra Santísima Madre

APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA

 

 

 NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

 

 

 

APARICIÓN DE NTRA. SRA EN PONTEVEDRA

 

 

HECHOS SOBRESALIENTES

 

 

LOS VIDENTES DE FÁTIMA

 

 

EL TERCER SECRETO DE FÁTIMA

 

 

ORACIÓN A NTRA. SRA. DE FÁTIMA

 

A propósito del Tercer Secreto de Fátima (I)

 

 

A propósito del Tercer Secreto de Fátima (II)

 

 El Verdadero Tercer Secreto de Fátima

Especial de Nuestra Señora de Lourdes

Visitaste la tierra y la regaste, colmándola de riquezas.   (Salmo 64, 10)

Visitaste la tierra y la regaste, colmándola de riquezas. (Salmo 64, 10)

 

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

LA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA EN LOURDES

Santa Bernardita Soubirous después de 136 años de fallecida

Día de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Lourdes

La Canción de Bernadette

Día de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Lourdes

Febrero 11

La Gruta de Lourdes: lugar de las apariciones de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción

La Gruta de Lourdes: lugar de las apariciones de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción

LOURDES

Transcrito del Folleto EVC (El Verdadero Catolicismo) 409

Autor: Pedro Sembrador

“La Virgen Santísima confirma el Dogma de la Inmaculada Concepción”

Entre los días más grandes que ha tenido nuestra Iglesia en su paso triunfar a través de los siglos, está escrito con letras de oro el día 8 de diciembre de 1854, en que S. S. el Papa Pío IX, declaró dogma de Fe la Inmaculada Concepción de la Virgen Santísima, es decir, que la Virgen María no había heredado de nuestros primeros padres la mancha del pecado original.

Y la alegría de la tierra llegó hasta los cielos y la Santísima Virgen quiso volver al mundo una vez más para ratificar, Ella misma, esta definición Papal y la Divinidad de la Santa Iglesia dándose a sí misma como nombre “La Inmaculada Concepción” y para dejar sobre la tierra un lugar en que, con mano pródiga, mostraría constantemente que Ella es verdadero “CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS”.

EI lugar escogido por la Santísima Virgen para su nueva visita a la tierra, fue Lourdes, una aldea de Francia perdida en la cordillera de los Pirineos que la limitan con España y que era en aquel entonces casi desconocida.

La aldea de Lourdes está situada a la entrada de varias gargantas de montañas; y a corta distancia de ella y al oeste, se levantan las rocas llamadas “Massabielle” que quiere decir “rocas viejas”.

Casi al pie de este acantilado, corre el Río Gave que se forma con las aguas que descienden de las montañas y que lleva agua a un molino y a un aserradero.

La naturaleza ha ahuecado una gruta como de 3 metros y medio de ancha por 3 metros y medio de alto, en la muralla formada por las rocas Massabielle y la derecha, en un extremo de ella a la altura de 2 mts. y medio del suelo hay una excavación en forma de nicho que tiene 1.80 mts. de alto. Este es el lugar escogido por la Providencia Divina para que la Santísima Virgen diera, una vez más, pruebas de su bondad apareciéndose a Bernardita Souvirous.

Una decena de miles de curaciones han sido consideradas extraordinarias por el comité de constataciones.

Una decena de miles de curaciones han sido consideradas extraordinarias por el comité de constataciones.

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Especial de la Santísima Virgen María de Guadalupe

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El Misterio de la Virgen de Guadalupe Mejicana

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Especial de la Santísima Virgen María de Guadalupe

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Nuestra Señora de Guadalupe

 

Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América

12 de diciembre

Yo soy la siempre virgen Santa María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive.

En diciembre de 1531, diez años después de tomada la ciudad de Méjico por Cortés, caminando el indito  Juan Diego por el rumbo del Tepeyac -colina que queda al norte de la metrópolii-, oyó  que le llamaban dulcemente.  Era una hermosísima Señora, que le habló con palabras de excepcional ternura y deli cadeza y que le dijo: «Yo soy la siempre virgen Santa María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive«, y le pidió que fuera al obispo (Zumárraga) para contarle cómo ella deseaba que allí se le alzara un templo. El obispo, con muy católica prudencia, le respondió que pidiera a la Señora alguna prueba de su mensaje. Obtúvola Juan Diego : unas rosas y otras flores que en pleno invierno y en la cumbre estéril cortó él por mandato de la Señora y recogió en su tilma o ayate -suerte de capa de tela burda que, atada al cuello, usaban los indios más humildes- ; y, al extender ante el obispo Zumárraga la tilma, cayeron las flores y apareció en ella pintada la imagen de la Virgen.

Ese mismo ayate es el que se venera en nuestra basílica de Guadalupe. Sus dos piezas están unidas verticalmente al centro por una tosca costura; lo menos adecuado y elegible humanamente para pintar una efigie de tan benigna y encantadora suavidad, que  por cierto mal puede apreciarse en las múltiples copias que corren por el mundo. Lo mejor es, modernamente, la directa fotografía a colores. Técnicos en esta y otras novísimas especialidades afines han estudiado con asombro, en nuestros días, la pintura original, como antaño la estudiaron el célebre Miguel Cabrera o el cauteloso investigador Bartolache.

Un contemporáneo de las apariciones, don Antonio Valeriano, indio de noble ascendencia y de relevante categoría intelectual y moral, alumno fundador del colegio franciscano de Tlalateloco hacia 1533, narra el milagro según lo conocemos. Su relato, en lengua náhuatl, desígnase -como las encíclicas- por las palabras conn que empieza: Nicam Mopohua. El manuscrito autógrafo perteneció a don Fernando de Alba Ixtlixóchitl, pasó luego a poder del sabio Sigüenza y Góngora -quien da memorable testimonio jurado de su autenticidad- y fue reproducido en letra de molde por Lasso de la Vega en 1649, incorporándolo en el volumen náhuatl que conocemos por sus primeras palabras: Huei Tlamahuizoltica. Este volumen fue traducido en su integridad al castellano en 1926 por don Primo Feliciano Velázquez y publicado a doble página -fotocopia de la edición azteca y versión española- por la Academia Mejicana de Santa María de Guadalupe.

Hay nueva edición, de 1953, bajo el título de mi estudio Un radical problema guadalupano, donde se escudriña con rigor la autenticidad del Nican Mopohua, el más antiguo relato escrito de la «antigua, constante y universal » tradición mejicana.

Esta, lejos de oscurecerse o arrumbarse al paso del tiempo, se ha robustecido con los modernos y exigentes estudios críticos, que, sobre todo a partir del cuarto centenario (1931), han desvanecido objeciones y confirmado la historicidad de lo que el pueblo mejicano viene proclamando, desde los orígenes hasta hoy, con un plebiscito impresionante.

Porque el caso de nuestra Virgen de Guadalupe es singular. En otros países católicos hay diversas advocaciones de gran devoción -digamos las Vírgenes del Pilar, o de Covadonga, o de Montserrat en España-, pero que tienen mayor o menor ímpetu y arraigo según las zonas geográficas o las inclinaciones personales; mas ninguna de ellas concentra la totalidad de la nación en unidad indivisible, y ninguna de ellas -como tampoco la de Lourdes, en Francia, ppor ejemplo- viene a ser el símbolo indiscutido de la patria. Y en Méjico así es. A tal punto, que hasta un liberal tan notorio como don Ignacio Manuel Altamirano llegó a estampar: «El día en que no se venere a la Virgen del Tepeyac en esta tierra, es seguro que habrá desaparecido no sólo la nacionalidad mejicana, sino hasta el recuerdo de los moradores de la Méjico actual

Tomado de:

http://misa_tridentina.t35.com/

NUESTRA SEÑORA DEL SANTÍSIMO ROSARIO*

7 de octubre

 

Desde que la Santísima Virgen ha dado una eficacia tan grande al Rosario, no existe ningún problema material, espiritual, nacional o internacional que no pueda ser resuelto por el Santo Rosario y nuestros sacrificios. (Hna. Lucía de Fátima).

Fangeaux está en un alto, dominando la inmensa llanura de Lauregais. Es un paisaje impresionante, en especial por la inmensidad del horizonte que se descubre. Precisamente Dios Nuestro Señor lo eligió para abrir los ojos de Santo Domingo de Guzmán a otro paisaje más dilatado aún, el de la inmensidad de las almas que estaban esperando quien les mostrara el camino de la auténtica vida cristiana.

Un discreto y sencillo monumento, llamado la Seignadou, marca y lugar en que, estando en oración, recibió el Santo una gracia extraordinaria. Pocos detalles sabemos de ella. Es muy fácil que, como suele ocurrir tantas veces en las vidas de lo santos, ni el mismo Santo Domingo percibiera desde el primer momento toda la trascendencia de lo que entonces se le revelaba. Parece cierto que Dios le confirmó en su idea de fundar una Orden de Predicadores, que le confirmó también que eran aquellas tierras del mediodía de Francia el más adecuado escenario para dar comienzo a la tarea, y que la Santísima Virgen mostró mirar con especial predilección este apostolado dominicano.

¿Ocurrió entonces la revelación del Santísimo Rosario? Ya hemos dicho que es poco lo que nos queda de fehaciente sobre aquella visión. El Santo no fue nunca explícito, pero la tradición unánime hasta tiempos muy recientes ha hecho a Santo Domingo de Guzmán fundador del rosario. Oigamos, por ejemplo, al Papa Benedicto XV: «Y así -dice hablando de Santo Domingo- en sus luchas con los albigenses que, entre otros artículos de nuestra fe, negaban y escarnecían con injurias la maternidad divina de María y su virginidad, el Santo, al defender con todas las fuerzas de su alma la santidad de estos dogmas, imploraba el auxilio de la Virgen Madre. Con cuánto agrado recibiese la Reina de los cielos la súplica de su piadosísimo siervo, fácilmente puede colegirse por el hecho de haberse servido de él la Virgen para que enseñase a la Iglesia, Esposa de su Hijo, la devoción del Santísimo Rosario: es decir, esa fórmula deprecatoria que, siendo a la vez vocal y mental (pues al mismo tiempo que se contemplan los principales misterios de la religión se recita quince veces la oración dominical con otras tantas decenas de ave marías), es devoción muy a propósito para excitar y mantener en el pueblo el fervor de la piedad y la práctica de todas las virtudes. Con razón, pues, Domingo de Guzmán mandó a sus hijos que, al predicar a los pueblos la palabra de Dios, se dedicasen constantemente y con todo empeño a inculcar en los ánimos de sus oyentes esta forma de orar, cuya utilidad práctica tenía él harto experimentada

Este es, por consiguiente, según el parecer unánime de la tradición, robustecida por los documentos pontificios, el celestial origen del Santísimo Rosario. La moderna crítica pone, sin embargo, no pocos reparos a este sentir. Las trazas del rosario como devoción popular son muy posteriores, y aparecen con independencia de la actuación de Santo Domingo.

No es éste el lugar de discutir una cuestión histórica. Como suele suceder en estas ocasiones, hay un desenfoque inicial en la actitud de los críticos: una idea, una institución, una devoción, no nacen nunca enteramente hechas. Piénsese en la devoción al Corazón de Jesús, elaborada durante siglos por el amor hacia la humanidad de Cristo, que iba en aumento. O piénsese en la serie de vicisitudes por que pasa una idea antes de plasmar en una realización práctica, poniendo ante los ojos, por ejemplo, las di versas tentativas y ensayos que precedieron a la configuración jurídica de la Compañía de Jesús. Que Santo Domingo de Guzmán concibió su apostolado y el de sus hijos con un matiz eminentemente mariano, no hay quien lo discuta. Que ya en los primeros tiempos de la Orden dominicana encontramos la recitación frecuente del avemaría, utilizando incluso cuerdas con nudos, también parece cierto. Recuérdese el ejemplo de Romeo de Livia, O. P. (t 1261); el de Delfín Humberto, O. P. (t 1356); el de la Beata Margarita Ebner, O. P. (t 1351); el de Juan Taulero, O. P. (t 1361), y otros muchos personajes eminentes de la Orden de Predicadores en los que encontramos elementos que luego han de servir para dar la estructuración definitiva al rosario. Esto sólo puede explicarse, o al menos se explica muy fácil mente, teniendo presente una tradición que arrancara del fundador y persevérase dentro de la Orden.

A base de estos elementos comienza la devoción del rosario a extenderse en el siglo xv por obra principalmente de dos in signes dominicos: Alano de Rupe, forma latinizante de su apellido de la Roche, y Santiago Sprenger. El primero prefería la fórmula «salterio de la Virgen» más que la de rosario, que le parecía un tanto paganizante, y trabajó no poco en los Países Bajos por extenderlo. Sprenger no sólo consiguió difundir gran demente el rosario por Alemania y los países del centro de Europa, sino que escribió un folleto de propaganda y consiguió la primera aprobación por parte de la autoridad apostólica, otorgada por el Papa Sixto IV el 10 de marzo de 1476. Ni fue ésta sola la aprobación que obtuvo, sino que antes de morir logró nuevos documentos pontificios y la confirmación de todo lo actuado por parte del maestro general de la Orden. Por eso, aunque algunas veces no se valore suficientemente su influencia en la difusión del rosario, es necesario tenerle por uno de los más destacados artífices de la difusión de la misma.

Ya desde entonces puede decirse que la marcha del rosario por todo el mundo es verdaderamente triunfal. Pronto salta de los países de la Europa central a los países latinos, y las concesiones papales se encuentran ya en abundancia. En España mismo vemos cómo el cardenal Gil de Viterbo, legado para España y Portugal, después de definir el rosario en su forma actual, con cede gracias en 1519 a la cofradía que se había fundado en Tu dela. En Vitoria, en el convento de Santo Domingo, había una capilla y altar bajo la advocación del rosario, a la que Adriano VI concede amplias indulgencias el 1 de abril de 1523, confirma das luego por Clemente VII y dos veces por Paulo III. Algo parecido se encuentra ya por todas partes, no sólo en Europa, sino también en América, a la que la devoción del rosario es llevada por los dominicos. Ni se piense sólo en el rosario como una devoción exclusivamente dominicana: San Ignacio de Loyola, por ejemplo, y los primeros jesuitas fueron extraordinariamente afectos a ella.

Los papas continuaron alabando esta devoción y cargándola de indulgencias. Pero quien verdaderamente aparece como eminente en la historia del rosario es San Pío V. Tras algunos actos de carácter más bien particular, el día 17 de septiembre de 1569 daba la solemne bula Consueverunt Romani Pontífices, en la que no sólo definía ya con precisión el rosario, sino que además resumía y ampliaba todos los privilegios e indulgencias unidos a esta devoción. Continúa durante todo su pontificado trabajando por la difusión del rosario. Y el 5 de marzo de 1572 da la bula Salvatoris Domini, en la que, recordando la victoria obtenida en Lepanto el 7 de octubre, permite a la Cofradía del Rosario de Martorell (Barcelona) que ese día celebren todos los años una fiesta bajo la advocación de la Virgen del Rosario, según lo había pedido don Luis de Requeséns, señor de Martorell, que había estado presente en Lepanto. No parece que pueda decirse que fue San Pío V el que insertó en las letanías la invocación «Auxilium christianorum «, sino que tal invocación debió de tener origen en sus tiempos en Loreto mismo, por donde pasaron no pocos de los que habían participado en la batalla de Lepanto.

Su sucesor Gregorio XIII, el 1 de abril de 1533, extiende la fiesta del Rosario a todas las iglesias y capillas en que estuviera erigida la cofradía. Clemente XI, en 1716, extendió la solemnidad a la Iglesia universal, unida al primer domingo de octubre. Sólo en 1913, como consecuencia de la reforma litúrgica que quiso descargar de fiestas los domingos, quedó fijada en el calendario de la Iglesia universal esta fiesta en el 7 de octubre, conservando la Orden dominicana el privilegio de celebrar la fiesta el mismo primer domingo de octubre.

Todos estos datos cronológicos y eruditos no son al fin y al cabo más que una manifestación del unánime sentir del pueblo cristiano, que ama extraordinariamente esta devoción. Con el certero instinto que le caracteriza, adivina lo grata que es a la Santísima Virgen. Por eso en cuantas circunstancias, agradables o tristes, se presentan en la vida del cristiano, espontáneamente sube a sus labios esta hermosa oración. Ya se encuentre velando un cadáver, ya se acerque en peregrinación a un santuario famoso, ya trate de ofrecer algo por el éxito de unos exámenes o la resolución de un asunto difícil… en cualquier circunstancia el cristiano recurre al rosario, seguro de hallar en él un obsequio verdaderamente grato a la Santísima Virgen.

Y que tal sentir no es erróneo nos lo demuestra claramente la actitud de la Iglesia. Puede decirse que no hay devoción que de manera tan continuada haya sido recomendada e inculcada por los Romanos Pontífices. Es más, hay un hecho bien significativo: la devoción al rosario es para los papas un refugio providencial en las circunstancias difíciles que se presentan a la Iglesia. Ya se trate, como en tiempos de San Pío V, del peligro turco, ya se trate de los espinosos problemas que plantea la fermentación intelectual del siglo XIX, como en tiempos de León XIII, hacia esta devoción se vuelven los ojos de los papas.

¿En qué está el secreto de la eficacia? Precisamente los mismos papas nos lo dicen: en tratarse de una devoción que, siendo sencilla, está, sin embargo, llena de contenido. Sencilla, porque hartos estamos de ver cómo la más humilde mujercita sabe rezar su rosario. Llena de contenido, puesto que sistemáticamente nos obliga a recorrer los principales misterios de la vida de Jesucristo y de su santísima Madre.

Buena prueba de ello la tuvieron los misioneros que en 1865 descubrieron, viva aún, la fe de no pocos japoneses que ocultamente habían continuado, aislados del resto del mundo, siendo cristianos. La fiesta de Nuestra Señora del Japón, que se celebra allí el 17 de marzo, recuerda precisamente ese descubrimiento. Pues bien, una de las armas que habían servido para mantener viva la fe, había sido el rosario, recitado por aquellos que sobre vivieron a las persecuciones y por sus descendientes, que de ellos lo habían aprendido.

Trabajar, por consiguiente, en el conocimiento y en la difusión del Santísimo Rosario es hacer obra muy grata a Dios Nuestro Señor y contribuir al arraigo y difusión de nuestra santa fe. La aparición de la Santísima Virgen en Lourdes y Fátima, así nos lo confirman. Como nos confirma también la admirable adaptación de esta forma de devoción a los tiempos modernos: la asombrosa acogida que ha tenido la cruzada del rosario en fami lia, nacida en los Estados Unidos y difundida por todo el mundo.

LAMBERTO DE ECHEVERRÍA(1)

MISA DEL DÍA

EL MISMO DÍA: SAN MARCOS, Papa y Confesor

VER TAMBIÉN:

ENLACES:

(1) BIBLIOGRAFIA (volver)

  • Acta sanctorum, agosto, t.l (1867) p.422-436; octubre, t.3 p.787-788. WALZ, A., O. P., De Rosario MarÍlle a Sixto IV lid S. Pium V(Roma 1959).
  • Monumenta Ordinis Fratrum Praedicatorum historica (Roma 1896ss). WALZ, A., O. P., Compendium historiae Ordinis P..aedicatorum(Roma 1948) 2ª  ed.
  • WILLIAM, F. M., Geschichte und Gebetsschule des Rosenkranzes (Viena 1948).
  • FAUCHER, X., Les origines du Rosaire (Parls 1923).


    Año Cristiano, Tomo IV, B.A.C., Madrid 1966(volver)

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NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES(1)

24 de septiembre

Lleguémonos confiadamente al trono de la gracia: a fin de alcanzar misericordia, y hallar gracia para ser socorridos en tiempo oportuno. (Hebreos, 4, 16).

En el tiempo en que los sarracenos oprimían a España y llevaban en esclavitud a gran número de cristianos, la Madre de Dios, compadecida de sus males y peligros, apareció durante la misma noche a San Pedro Nolasco, a San Raimundo de Peñafort, y a Jaime, rey de Aragón, conjurándolos a establecer una Orden religiosa para la redención de los cautivos. Ésta fue la Orden de la Merced, o de la Redención, fundada en Barcelona en 1223, y que prestó inmensos servicios a la Iglesia y a la sociedad. Para agradecer a la Santísima Virgen, la Iglesia estableció esta fiesta.

MEDITACIÓN SOBRE
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES

I. Desde que María, consintiendo en el sacrificio del Redentor en la cruz, llegó a ser la cooperadora de la Redención, nada desea más que ayudar a los pobres pecadores. Por cargados de crímenes que estemos, apenas recurramos a Ella con el deseo de corregirnos, nos acogerá bondadosamente y nos obtendrá el perdón. Cuanto más desgraciados somos, con tanto mayor razón es nuestra reina. Vos sois la Reina de la misericordia, y ¿quién tiene necesidad de misericordia sino los miserables? (San Bernardo).

II .La Santísima Virgen no se contenta con retirarnos del abismo del pecado, sino que nos impide recaer en él. Recurrir a María es un medio infalible para vencer los asaltos del infierno, porque Ella es temible como un ejército en orden de batalla. ¿Te cuidas de recurrir a Ella en las tentaciones? Acuérdate de las circunstancias en las que has sucumbido y verás que, precisamente, son aquéllas en que descuidaste invocar su socorro. En tus peligros, en tus angustias, en tus dudas, piensa en María, invoca a María: que su nombre no se aleje de tus labios ni de tu corazón. (San Bernardo).

III. Pero sobre todo es en la hora de la muerte cuando María cuida de sus servidores. Si el demonio, en esa hora tremenda, redobla sus esfuerzos para perdernos, María redobla su solicitud para asegurar nuestra salvación. Es entonces sobre todo cuando para nosotros es reina de misericordia. Una madre de la tierra tiene para con su hijo moribundo menos ternura que María para con sus servidores. Invócala, pues, durante tu vida a fin de que tengas la dicha de morir uniendo en tus labios el nombre de María al de Jesús. ¡Oh Soberana, salid al encuentro de mi alma a su salida de este mundo, y recibidla en vuestros maternales brazos! (San Buenaventura) .

La frecuente invocación del nombre de María 
Orad por los pecadores endurecidos.

ORACIÓN

Oh Dios, que por intermedio de la gloriosa Madre de vuestro Hijo, habéis enriquecido a vuestra Iglesia con una familia religiosa consagrada a la redención de los cristianos caídos en poder de los infieles, dignaos, en vista de sus méritos y de su intercesión, conceder a los que la honran piadosamente como la fundadora de esta gran obra, la gracia de quedar libres de las cadenas del pecado y de la cautividad del demonio. Por J. C. N. S. Amén.

NUESTRA SEÑORA DE LA SALETTE

19 de septiembre

El 19 de septiembre de 1846, en La Salette, en los Alpes franceses, la Sma. Virgen se le apareció a dos pastorcitos, Maximin Giraud, que contaba a la sazón 9 años, y Melania Calvat, de 14 años de edad. Los dos niños eran ignorantes y provenientes de familias muy pobres. A ellos fue que la Reina de los Cielos escogió para desbordar Su Corazón doloroso y «anunciar una gran noticia.» Ese sábado, temprano, los dos niños cruzan las pendientes del monte sus-les-Baisses, cada uno llevando sus cuatro vacas. Maximino, además, su cabra y su perro Loulou. El sol resplandece sobre los pastos. A mitad de la jornada, el Angelus suena allá abajo en el campanario de la iglesia de la aldea. Entonces los pastores conducen sus vacas a «la fuente de las bestias», una pequeña represa que forma el arroyuelo que baja por la quebrada del Seiza. Después las llevan hacia una pradera llamada «le chômoir», en las laderas del monte Gargas. Hace calor, las bestias se ponen a rumiar.

Maximino y Melania suben un pequeño valle hasta la «fuente de los hombres». Junto a la fuente toman su frugal comida: pan con un trozo de queso de la región. Otros pequeños pastores que «guardan» más abajo se les unen y charlan entre ellos. Después de su partida, Maximino y Melania cruzan el arroyo y descienden unos pasos hasta dos bancos de piedras apiladas, cerca de la hondonada seca de una fuente agotada: «la pequeña fuente». Melania pone su pequeño talego en el suelo, y Maximino su blusa y merienda sobre una piedra.

Contrariamente a su costumbre, los dos niños se tumban sobre la hierba… y se duermen. Se está bien bajo el sol de este fin de verano, no hay una nube en el cielo. Al rumor del arroyo se añade además la calma y el silencio de la montaña. pasa el tiempo…

¡Bruscamente, Melania se despierta y sacude a Maximino! «¡Mémin, Mémin, rápido, vamos a ver nuestras vacas… No sé dónde están!» Rápidamente suben la pendiente opuesta al Gargas. Al volverse, perciben todo el pastizal: sus vacas están allá, rumiando plácidamente. Los dos pastores se tranquilizan. Melania comienza a descender. A media pendiente, se queda inmóvil y asustada, deja caer su garrote: «¡Mémin, ven a ver, allá, una claridad!».

Cerca de la pequeña fuente, sobre uno de los bancos de piedra… un globo de fuego: «Es como si el sol se hubiera caído allí». Pero el sol continúa brillando en un cielo sin nubes. Maximino acude gritando: «¿Dónde está? ¿Dónde está?» Melania señala con el dedo hacia el fondo del barranco donde ellos habían estado durmiendo. Maximino se acerca a ella, paralizada de miedo, y le dice: «¡Vamos, coge tu garrote! Yo tengo el mío y le daré un buen golpe si nos hace algo». La claridad se mueve, gira sobre sí misma. Les faltan palabras a los dos niños para indicar la impresión de vida que irradia este globo de fuego. En él una mujer aparece, sentada, la cara oculta entre sus manos, los codos apoyados sobre las rodillas, en una actitud de profunda tristeza.

La Bella Señora se levanta. Ellos no han dicho una sola palabra. Ella les habla en francés: «¡Acercaos, hijos míos, no tengáis miedo, estoy aquí para contaros una gran noticia!» Entonces, descienden hacia ella. La miran, ella no cesa de llorar: «Parecía una madre a quien sus hijos habían pegado y se había refugiado en la montaña para llorar». la Bella Señora es de gran estatura y toda de luz. Está vestida como las mujeres de la región: vestido largo, un gran delantal a la cintura, pañuelo cruzado y anudado en la espalda, gorra de campesina. Rosas coronan su cabeza, bordean su pañuelo y adornan sus zapatos. En su frente una luz brilla como una diadema. Sobre sus hombros pesa una gran cadena. Una cadena más fina sostiene sobre su pecho un crucifijo deslumbrante, con un martillo a un lado y al otro unas tenazas.

«Ha llorado durante todo el tiempo que nos ha hablado». Juntos, o separados, los dos niños repiten las mismas palabras con ligeras variantes que no afectan al sentido. Y esto, cualesquiera que sean sus interlocutores: peregrinos o simples curiosos, personalidades civiles o eclesiásticas, investigadores o periodistas. Que sean favorables, lleven buenas intenciones o no, he aquí lo que ellos nos han trasmitido:

» Acercaos, hijos míos, no tengáis miedo, estoy aquí para contaros una gran noticia».

«La escuchamos, no pensamos en nada».

«Si mi pueblo no quiere someterse, me veo obligada a dejar caer el brazo de mi Hijo. Es tan fuerte y tan pesado que no puedo sostenerlo más». ¡Hace tanto tiempo que sufro por vosotros! Si quiero que mi Hijo no os abandone, estoy encargada de rogarte sin cesar por vosotros, y vosotros no hacéis caso. Por más que recéis, por más que hagáis, jamás podréis recompensar el dolor que he asumido por vosotros. Os he dado seis días para trabajar; me he reservado el séptimo, ¡y no se quiere conceder! Esto es lo que hace tan pesado el brazo de mi Hijo. Y también los que conducen los carros no saben jurar sin poner en medio el nombre de mi Hijo. Son las dos cosas que hacen tan pesado el brazo de mi Hijo. Si la cosecha se pierde, sólo es por vuestra culpa. Os lo hice ver el año pasado con las patatas, !y no hicisteis caso! Al contrario, cuando las encontrabais estropeadas, jurabais, metiendo en medio el nombre de mi Hijo. Van a seguir pudriéndose, y este año, por Navidad, no habrá más». La palabra «pommes de terre» (patatas) intriga a Melania. En el dialecto de la región se dice de otra forma («là truffà»). La palabra «pommes» evoca para ella el fruto del manzano. Ella se vuelve a Maximino para pedirle una explicación. Pero la Señora se adelanta: «¿No comprendéis, hijos míos? Os lo voy a decir de otra manera». La Bella Señora repite en el dialecto de Corps desde «si la cosecha se pierde…», y ya prosigue todo su mensaje en este dialecto: «Si tenéis trigo, no debéis sembrarlo. Todo lo que sembréis, lo comerán los bichos, y lo que salga se quedará en polvo cuando se trille. Vendrá una gran hambre. Antes de que llegue el hambre, a los niños menores de siete años les dará un temblor y morirán en los brazos de las personas que los tengan. Los demás harán penitencia por el hambre. Las nueces saldrán vanas, las uvas se pudrirán».

De repente, aunque la Bella Señora continúa hablando, sólo Maximino la oye, Melania la ve mover los labios, pero no oye nada. Unos instantes más tarde sucede lo contrario: Melania puede escucharla, mientras que Maximino no oye nada, y se entretiene haciendo girar su sombrero en una punta de su cayado mientras que con el otro extremo lanzaba pequeñas piedras. «¡Ninguna tocó los pies de la Bella Señora!», dirá algunos días más tarde. «Ella me contó algo diciéndome: No dirás esto ni esto. Después no entendí nada, y durante este tiempo, yo me entretenía».

Así la Bella Señora habló en secreto a Maximino y luego a Melania. y de nuevo los dos juntos escuchan sus palabras: «Si se convierten, las piedras y las rocas se cambiarán en montones de trigo y las patatas se encontrarán sembradas por las tierras. ¿Hacéis bien vuestra oración, hijos míos?»

«No muy bien, Señora», responden los dos niños.

¡Ah! hijos míos, hay que hacerla bien, por la noche y por la mañana. Cuando no podáis más, rezad al menos un padrenuestro y un avemaría, pero cuando podáis, rezad más. Durante el verano no van a misa más que unas ancianas. Los demás trabajan el domingo, todo el verano. En invierno, cuando no saben qué hacer; no van a misa más que para burlarse de la religión. En Cuaresma van a la carnicería como perros. ¿No habéis visto trigo estropeado, hijos míos?».

«No, Señora», responden.

Entonces ella se dirige a Maximino: «Pero tú, mi pequeño, tienes que haberlo visto una vez, en Coin, con tu padre. El dueño del campo dijo a tu padre que fuera a ver su trigo estropeado. Y fuisteis allá, tomasteis dos o tres espigas de trigo en vuestras manos las frotasteis, y todo se quedó en polvo. Después, al regresar; como a media hora de Corps, tu padre te dio un pedazo de pan, diciéndote: «¡Toma, hijo mío, come todavía pan este año que no sé quién lo comerá al año que viene si el trigo sigue así!»

Maximino responde: «Ah sí, es verdad, Señora, ahora me acuerdo, lo había olvidado».

Y la Bella Señora concluye, no en el dialecto, sino en francés: «Bien, hijos míos, hacedlo saber a todo mi pueblo».

El 19 de septiembre de 1851, Mons. Filiberto de Bruillard, Obispo de Grenoble, publica finalmente su «carta pastoral». He aquí el párrafo esencial:

«Juzgamos que la aparición de la Santísima Virgen a dos pastores, el 19 de septiembre de 1846, en una montaña de la cadena de los Alpes, situada en la parroquia de La Salette, del arciprestazgo de Corps, contiene en sí todas las características de la verdad, y que los fieles tienen fundamento para creerla indudable y cierta».

La resonancia de esta carta pastoral es considerable. Numerosos obispos la hacen leer en las parroquias de sus diócesis. La prensa se hace eco en favor o en contra. Es traducida a numerosas lenguas y aparece notoriamente en el Osservatore Romano de 4 de junio de 1852. Cartas de felicitación afluyen al Obispo de Grenoble.

La experiencia y el sentido pastoral de Filiberto de Bruillard no se detienen aquí. El 1 de mayo de 1852, publica una nueva carta pastoral anunciando la construcción de un santuario sobre la montaña de La Salette y la creación de un cuerpo de misioneros diocesanos que él denomina «los Misioneros de Nuestra Señora de La Salette». Y añade: «La Santa Virgen se apareció en La Salette para el universo entero, ¿quién puede dudarlo?» El futuro iba a confirmar y sobrepasar estas expectativas, el relevo estaba asegurado, se puede decir que Maximino y Melania han cumplido su misión.

El Santuario de Nuestra Señora de La Salette está situado en plena montaña, a 1800 mts. de altitud en los Alpes franceses. De la atención del Santuario y su hospedería es responsable la Asociación de Peregrinos de La Salette por encargo de la diócesis de Grenoble. Los Misioneros y las Hermanas de Nuestra Señora de La Salette aseguran la animación y el funcionamiento, ayudados por capellanes, sacerdotes religiosos o diocesanos, religiosas, laicos asociados y por empleados asalariados y voluntarios.

El 19 de septiembre de 1855, Mons. Ginoulhiac, nuevo Obispo de Grenoble, resumía así la situación: «La misión de los pastores ha terminado, comienza la de la Iglesia».

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NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS

Méjico

1º de septiembre

La advocación de Nuestra Señora de los Remedios va unida, en Méjico, a la entrada de los españoles con Hernán Cortés y a la famosa «Noche triste». En aquellos heroicos momentos, fue Ella su auxiliadora y consoladora, llegando hasta a aparecérseles en el cerro de Totoltepec, según asegura la tradición. Todavía se levanta en su honor, cerca de Méjico, una suntuosa iglesia, cuya imagen es llevada a la Catedral , en la Octava de su festividad, para satisfacer la devoción del pueblo fiel.

Según Cayetano de Cabrera y Quintero, desde 1575 se colocó la imagen en una iglesia nueva, «acabada perfectamente-, y con casi los adornos que hoy tiene; bien que techada como se practicaba entonces, de maderas, y esculpida techumbre, que después, sufriéndolo las primeras paredes, que acaso se hicieron bastantemente fuertes a este intento, se labró, y edificó de bóveda. Añadiremos que en esa iglesia hubo unas pinturas al pincel de Alonso de Villasaña donde se daba cuenta del magnífico portento, o sea la aparición de la Virgen

Nuestra Señora de los Remedios, gozó de la devoción de los españoles. Por eso resulta conmovedor el empeño de criollos como Cayetano de Cabrera y Quinteto quién señala que si para su tiempo -mediados del siglo XVIII existían dos saantuarios importantes cerca de México, era porque la Virgen quiso tener dos recompensas por los favores que había hecho a los indígenas a quienes se había aparecido y a sus respectivos parientes que sanaron por su intercesión. Esa doble recompensa no era sino «dos templos, y dos casas que fuesen la de la salud para todos; la de Guadalupe, donde se apareció para darla: y la de los Remedios, donde se quiso aparecer para aplicarlos, y donde como en oficina de arcanos mezclando los que -habían traído de la Europa, los templó yy ajustó a nuestro clima, uniéndolos o haciéndolos uno, con los que ya en flores, y sus quintaesencias había alambicado en Guadalupe, y los que como antes a los Indios, quiso franquear aquí a los españoles, poniéndolos como en botica para todos, en la casa de sus remedios, que es muy suya, por serlo el suelo de esta tierra, y más porque se la ingenió y mandó hacer, a su otra imagen, a la que con franqueza de indiana, no sólo labró casa, cuando por conquistadora, y venida de España estaba (como suelen decir) por los suelos, sino que quiso alternar con ella su poder para nuestro bien, y salud especialmente cuando la combatiesen pestilencias».

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NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES

5 de agosto

Manda a los ricos de este mundo que sean caritativos y benéficos, que se hagan ricos en buenas obras y que den limosna de corazón. (1 Timoteo, 6, 17-19).

Juan, patricio romano, como careciese de hijos, decidió, con su mujer, consagrar sus bienes a la Santísima Virgen. Durante un buen tiempo le rogaron que les hiciese conocer qué empleo habrían de dar a sus riquezas. La Santísima Virgen se les apareció y les ordenó construir una iglesia en el lugar que, al día siguiente, encontrasen cubierto de nieve. El Papa Liberio tuvo la misma revelación, y, en pleno verano, se encontró una parte del monte Esquilino cubierto de nieve. Se edificó allí una iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves o basílica Liberiana, hoy Santa María la Mayor. En el siglo VII fue en ella depositado el Pesebre de Belén.

MEDITACIÓN
SOBRE
EL BUEN USO
DE LAS RIQUEZAS

I. Si Dios te ha dado riquezas, debes hacer buen uso de ellas. Él te permite que emplees una parte para tu sostén, según tu condición, y conforme con las reglas del Evangelio. No las malgastes, pues, en locuras; no las emplees en satisfacer tu vanidad, en alimentar tu lujo, en procurarte criminales placeres. Sería oponerse al fin que se propuso Dios al concedértelas.

II. Dios quiere que emplees parte de tus riquezas en el decoro de sus templos y en el alivio de los pobres. ¿Qué mejor uso podrías hacer de ellas, sobre todo si no tienes hijos? Y si los tienes, ¿no es justo, acaso, que destines parte de tus bienes, adquiridos con tanto trabajo, en el alivio de tu propia alma, redimiendo tus pecados mediante tus limosnas? ¡Extraña ceguera! Fatigase la gente por dejar muchos bienes sobre la tierra, y no piensa en hacer que sus riquezas den frutos para la eternidad!

III. El apego que se tiene a los bienes de la tierra es la causa del mal uso que de ellos se hace. Será preciso dejarlos el día menos pensado, ¿por qué, pues, te condenas y te haces desgraciado aun en este mundo, para que aprovechen herederos ingratos que impacientemente esperan tu muerte? Se alegrarán ellos, mientras ardas tú por haberlos enriquecido; y si estás en el purgatorio, preferirán dejarte allí antes de sacrificar, para alivio de tu alma, la más mínima parte de las riquezas que tan locamente les abandonaste.

La devoción a la Santísima Virgen María
Orad por las Congregaciones de María.

ORACIÓN

Dignaos, Señor, concedemos la salud del alma y del cuerpo; y acordadnos, por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, que seamos librados de los males de la vida presente y que gocemos en el cielo de la eterna felicidad. Por J. CN. S. Amén.

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NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN*

16 de julio

Jesús dijo a su Madre: He ahí a tu hijo; y, en seguida, al discípulo: He ahí a tu Madre. (San Juan, 19, 26-27)

Es una piadosa creencia que aquellos que llevan el escapulario de la Virgen del Carmen serán preservados del infierno, y que si rezan las oraciones prescritas serán liberados del purgatorio el sábado siguiente al día de su muerte. Este escapulario representa en pequeño el escapulario que la Santísima Virgen en persona dio a simón Stock, religioso carmelita inglés. La fiesta de este día ha sido establecida para recordar este gran beneficio acordado por la Madre de Dios, y excitar a los fieles a aprovecharlo.

MEDITACIÓN SOBRE EL ESCAPULARIO

I. Un buen servidor tiene a honra vestir la librea de su señor: debemos tener como un honor el llevar la librea de la Reina del Cielo. ¿Qué gloria, después de aquella de servir a dios, puede compararse a la de ser servidores e hijos de María? ¡Y cuán generosa es esta buena Madre para con los cristianos que la honran! Aun por los menores homenajes, Ella concede los favores más grandes. (San Andrés de Creta)

II. Pero, para goar de las gracias anexas al escapulario, hay que llevarlo piadosamente. Y la primera condición para ello, es estar en gracia de Dios. ¿Cómo  gozar de los favores de María, si se es enemigo de Jesús? ¿No sucederá que, a veces, nos prevalemos del escapulario para pecar más libremente, so pretexto de que los que lo llevan no podrían condenarse? ¡Qué indignidad prevalerse de la protección de la Madre para ofender al Hijo! ¡Ah! si estamos en pecado mortal, gimamos al menos por nuestro estado, aspiremos a salir de él, imploremos la ayuda de Aquélla a quien la Iglesia llama refugio de los pecadores. Ella rogará por nosotros y nos devolverá a la amistad con Dios: porque su poder y clemencia sobrepujan incomparablemente la multitud de nuestros pecados. (San Jorge de Nicomedia).

III. Es preciso también, si se quiere participar de todas las ventajas del escapulario, recitar las oraciones y cumplir las buenas obras que se te han asignado cuando fuiste recibido en la Cofradía. ¡Nos imponemos mil sacrificios cuando se trata de preservarnos contra la miseria; y, para escapar de las llamas del purgatorio, retrocedemos ante algunas oraciones que debemos rezar, ante algunas mortificaciones que debemos hacer! ¡Cuánto arrepentimiento deben experimentar, tardío e inútil, en el purgatorio, las almas que no han sido suficientemente fieles a estas prácticas! Prevengamos esos arrepentimientos tardíos e inútiles, y sintámonos dichosos de poder abreviar a tan poco costo, un suplicio tan horrible.

La devoción al escapulario -Orad
por la Cofradía de la Virgen del Carmen.

ORACIÓN

Señor, que habéis honrado a la Orden del Carmelo con el glorioso título de la Bienaventurada Virgen María, vuestra Madre, dignaos concedernos, hoy que celebramos solemnemente su memoria, la gracia de llegar, por su protección, a la beatitud eterna. Por J. C. N. S. Amén.

* Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo III, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)

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Nuestra Señora de Chiquinquirá

9 de Julio

Reina de Colombia, por siempre serás. Es prenda tu nombre de júbilo y paz. Desde tu Santuario a nosotros ven pues eres la egregia Virgen del Rosario, con corona regia ceñirán tu sien. La Nación entera con culto filial, tus glorias pregona, tu Imagen venera, y en tu honor entona un Himno Triunfal.

Patrona de Colombia


Reina de Colombia, por siempre serás. Es prenda tu nombre de júbilo y paz. Desde tu Santuario a nosotros ven pues eres la egregia Virgen del Rosario, con corona regia ceñirán tu sien. La Nación entera con culto filial, tus glorias pregona, tu Imagen venera, y en tu honor entona un Himno Triunfal.

“Reina de Colombia por siempre serás”

Bendice a todos los peregrinos que visitan tu Santuario y a todos los devotos que te invocan; serena los corazones y líbralos del odio que disgrega y de la ambición que corrompe, bendice ¡oh! Madre Santísima a esta República que se consagra a Ti y has ver que nuestra Patria, Colombia, es una nación de orden, libertad y progreso

Cuenta la tradición que entre los primeros conquistadores del Nuevo Reino de Granada, Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y Chiquinquirá, era especialmente devoto de la Virgen del Rosario. Por este motivo edificó en el pueblo de Suta su dormitorio y pequeña capilla.

Deseando poner en ella una imagen de la Madre de Dios, comisiona  a Fr. Andrés de Jadraque para que haga pintar en Tunja por Alonso de Narváez una imagen de Nuestra Señora del Rosario en una manta de algodón. Alonso de Narváez, en su paleta usó colores al temple, con pigmentos naturales tomados de la composición mineral de la tierra y del zumo de hierbas y flores de la región.  Como el lienzo era casi cuadrado (44 pulgadas de alto por 49 de ancho), el artista balanceó y completó el espacio añadiendo, a los lados de la Virgen del Rosario, las imágenes de San Antonio de Padua y de San Andrés Apóstol por ser el primero patrono del encomendero que solicitaba la imagen y el segundo, del fraile que la había mandado a hacer.

Luego que Santana recibió la imagen, acomodó el lienzo en un bastidor de madera y lo expuso en el altar la capilla techada de paja en la que se filtraba la lluvia y con ella la humedad del ambiente.  Esto, unido a la acción del aire y el sol dejaron la pintura en tan mal estado que muy pronto era ya imposible reconocer lo que había sido pintado en ella.  En 1577 la deteriorada imagen fue llevada al sitio de Chiquinquirá y abandonada en el cuarto que tiempo atrás sirviera de oratorio a la familia.  Ocho años más tarde llegó a este lugar María Ramos, una piadosa sevillana, cuñada del difunto Santana, quien después de arreglar y limpiar la modesta capilla colocó en ella el borroso lienzo que un día llevara la imagen de la Virgen del Rosario.  El viernes 26 de diciembre de 1586, se disponía a salir de la capilla, cuando una india cristiana le llamó la atención hacia la imagen, que aparecía rodeada de vivos resplandores. Volvió el rostro María Ramos y fue grande su asombro al advertir la transformación que se había obrado en el lienzo, cuyos colores, antes tan borrosos y desteñidos, aparecían ahora vivos y claros: había  recobrado prodigiosamente su color y su brillo original en una restauración instantánea, que cerró los rasguños y agujeros de la tela cubriéndolos de luz y color.

La Virgen del Rosario que ocupa el centro del cuadro mide aproximadamente un metro de alto; su mirada se vuelve hacia la izquierda, desviando la atención hacia el Niño casi desnudo que lleva en sus brazos.  Es una imagen serena cuya delicada sonrisa irradia gran dulzura.  El color de su rostro es pálido, lo mismo que el del Niño. Curiosamente, éste lleva en la mano derecha un pajarito de vivo plumaje que un cordel sujeta a su dedo pulgar y de la mano izquierda deja colgar un pequeño rosario.

Nuestra Madre apoya su cuerpo sobre una media luna, en una posición que sugiere que va de camino.  Cubre su cabeza una toca blanca recogida sobre el pecho, y un manto azul celeste envuelve su vestido de color rosado. Con el dedo meñique de su mano izquierda sostiene un rosario que le cae en el medio del cuerpo y en la mano derecha porta un cetro de reina. El cuadro conserva las huellas del pasado deterioro y es cosa notable el que las figuras, que de cerca se ven imprecisas o borrosas, adquieren su relieve y profundidad cuando se observan a cierta distancia.  Al lienzo se le han superpuesto dos coronas, un cetro, dos rosarios y 27 escudos de oro que dan un hermoso relieve al cuadro, cuyo marco, formado por semicircunferencias de plata, porta las insignias de la condecoración presidencial.  Durante trescientos años el cuadro de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá se presentó a los fieles sin protección alguna, contándose por millares los objetos que anualmente tocaban la endeble tela de algodón.  Los devotos usaban largas varas o cañas para hacer llegar hasta el bendito lienzo diversos objetos de devoción.  Es algo realmente admirable que la tela se conserve intacta, a pesar de que tanta manipulación, por fuerza debió haber destruido totalmente el frágil tejido de algodón.  Desde 1897 un grueso cristal protege la pintura de las inclemencias del tiempo y del roce con los devotos peregrinos.

Pío VII la declaró patrona de Colombia en 1829 concediéndole fiesta litúrgica propia.  “La Chinita” como la llama su pueblo, fue coronada canónicamente en 1919 y su santuario declarado Basílica en 1927.

HIMNO MARIANO

Reina de Colombia, por siempre serás.
Es prenda tu nombre de júbilo y paz.
Desde tu Santuario a nosotros ven pues eres la egregia
Virgen del Rosario, con corona regia ceñirán tu sien.
La Nación entera con culto filial, tus glorias pregona, tu Imagen
venera, y en tu honor entona un Himno Triunfal.



NTRA. SRA. DEL REFUGIO

¡Virgen del Refugio, ora pro nobis!

Dime, Señora, di,
cuando parta de esta tierra,
si te acordarás de mí.

Cuando ya sean publicados
mis tiempos en mal gastados
y todos cuantos pecados
yo mezquino cometí,
si te acordarás de mí.

En el siglo duradero
del juicio postrimero,
do por mi remedio espero
los dulces ruegos de ti,
si te acordarás de mí.

Cuando yo esté en la afrenta
de la muy estrecha cuenta
de cuantos bienes y renta
de tu Hijo recibí,
si te acordarás de mi.

Juan Alvarez Gato (1445-1510)

Tomado de:

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NTRA. SRA. REFUGIO DE LOS PECADORES

4 de julio
En Méjico

Yo soy la Madre de los pecadores, a condición de que se arrepientan (Palabras de N. Sra. a Sta. Brígida)

Sabemos que una sola es la Virgen, la Madre de Jesús y Madre nuestra. Se le invoca con títulos diferentes según el lugar donde ha manifestado su protección o según se quiere hacer resaltar una característica de su amor.

Por su intercesión, muchos pecadores han encontrado el camino de la salvación. Es por eso que se le ha invocado como el “Refugio de los Pecadores”.

En efecto, cuando un pecador recurre a María con voluntad de cambiar, siempre la encuentra pronta a acogerlo. Solamente le exige que renuncie al pecado.

El Papa San Gregorio VII le escribió a la princesa Matilde: «Poned fin a vuestra voluntad de pecar y yo no dudo en prometeros que encontraréis a María más dispuesta a amaros que una madre según la carne».

La Santísima Virgen rehúsa su ayuda solamente a aquellos que se obstinan en su mala conducta. Pero no puede permanecer sorda a los ruegos de quienes recurren a Ella con confianza y con el propósito de librarse de las cadenas del pecado. Acudirá en su ayuda y los guiará al camino de salvación. En una ocasión, Santa Brígida oyó a Nuestro Señor decirle a su Madre: «A aquellos que se esfuercen en retornar a Dios, Vos les prestaréis vuestra ayuda y no dejaréis a nadie sin consuelo».

Según la tradición, esta imagen de la Santísima Virgen fue encontrada en el hueco del tronco de una encina, en Montepulciano (Italia), por lo que, al inicio de su veneración, se le conoció como Nuestra Señora de la Encina. Las misiones de franciscanos y jesuitas la reconocían como su protectora en su labor evangelizadora y la invocaban como Refugio de Pecadores. En el siglo XVIII, el padre Juan Giuca llevó a la ciudad de Puebla (México) una copia de la pintura.

Iconografía: aparece con vestido color de rosa, rodeada de nubes y cuatro querubines; un Niño Jesús, coronado, en el brazo izquierdo; sobre la cabeza de la Virgen figura una aureola de doce estrellas y cuatro rosas. Es patrona principal de las ciudades mexicanas de Matamoros, Tampico y Acámbaro (Guanajuato).

Para promover esta devoción de pedir la intercesión de la Virgen en favor de los pecadores, se escogió una copia de la imagen pintada en 1709, conocida como “Nuestra Señora de la Encina”, que se venera en Poggio Prato (Italia). Fue el beato Antonio Baldinucci que la mandó hacer para llevarla consigo en sus misiones. La ternura de esta imagen y la predicación del misionero causaba arrepentimiento en los pecadores. Esto hizo que algunos empezaran a darle el título de “Refugio de Pecadores”. Esta misma imagen se conserva ahora en Frascati, cerca de Roma.

Llegó a México por iniciativa de algunos misioneros, quienes en el mismo siglo XVIII la llevaron allí para exponerla a la devoción del pueblo y educarlo a pedir por la conversión de los pecadores.

ORACIÓN

Oh piadosísima Virgen Maria, madre y refugio de pecadores a quien el Dios de las venganzas cedió el imperio de la misericordia; ya que en aquel riguroso Juicio no podré acudir a vuestra intercesión, os suplico ahora que me alcancéis la gracia de una sincera penitencia, y de una perfecta enmienda de mi vida, a fin de que al comparecer después de mi muerte ante el divino tribunal, merezca una sentencia favorable de eterna salvación. Por los méritos de vuestro Hijo, nuestro Señor, que en unión del Padre y del Espíritu Santo, vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.


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NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO (*)

27 de Junio

EL ORIGINAL ESTÁ EN LA IGLESIA DE SAN ALFONSO, EN ROMA.

Pocos casos hay en la historia de la Iglesia de difusión tan rápida y universal de una devoción mariana como es la del culto al famoso cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Era el día 23 de junio del año 1867, domínica infraoctava del Corpus, cuando, en la iglesia de padres redentoristas de Roma, el decano del Capítulo Vaticano, patriarca de Constantinopla (después cardenal), daba comienzo a la ceremonia de coronación de la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Con anterioridad, el día 12 de mayo del mismo año, habían aprobado por unanimidad los capitulares el proyecto de coronación, declarando en público decreto que dicho cuadro reunía todas las condiciones para tal honor: antiquísimo culto de más de tres siglos y fama de muy milagroso. Se señaló para la litúrgica conmemoración. de aquélla fiesta la domínica que precede a la Natividad de San Juan Bautista. Hoy se celebra trasladada al 27 de junio en el calendario universal de la Iglesia.

¿Cuál es la historia de este cuadro, desde entonces tan celebrado en las cinco partes del mundo?

Precisamente uno de los diputados por el Cabildo Vaticano para la coronación era Pedro Wenzel, subprefecto después del Archivo Secreto Vaticano, quien, años andando, en 1903 comunicó a un padre redentorista, investigador del origen de este cuadro por Bibliotecas y Archivos vaticanos, un interesante documento manuscrito que constituía la fuente primaria para la historia de la venerada imagen. Hallábase el documento en un códice manuscrito de Franciscus Turrigius (s. XVI), También se hallaron dos relaciones del mismo en la obra manuscrita en veintiséis grandes volúmenes de Io. Antonius Brusius (s. XVII) sobre antigüedades sacras de Roma. El documento primitivo, escrito en pergamino, fijo en una tabla, estaba colocado en el cancel que cerraba el altar mayor de la iglesia de San Mateo in Merulana. Ambos autores copiaron el original, que, por ser largo, lo resumiremos aquí.

Un comerciante de Creta robó de una iglesia el cuadro milagroso y se dio a la mar, ocultando el cuadro entre las mercancías. Sobrevino una tempestad y todos, sin saber del cuadro, invocaban a la Virgen. Serenóse el mar y tomaron puerto. Un año después el comerciante, con el cuadro, llegaba a Roma. Enfermó el cretense y un amigo romano se lo llevó a su casa. En el trance de la muerte el cretense contó al romano el robo del cuadro, sin honor entre sus mercancías, rogándole que lo colocase en una iglesia donde se le diera culto. Lo prometió el romano. Muerto el mercader, hallaron, en efecto, el cuadro, mas la mujer del piadoso amigo persuadió a su marido a quedarse con el cuadro, reteniéndolo nueve meses. La Virgen, en una visión, dijo al romano que no hiciera tal, sino que lo colocara en lugar más decente. No obedeció. Volvió la Virgen segunda y tercera vez, amenazándole entonces con una mala muerte si no lo ponía en una iglesia. Temió el romano y rogó a su mujer que regalara el cuadro a alguna iglesia. Negóse ella con muchas razones y el marido se conformó. La Virgen volvió a hablar al romano: «Te avisé, te amenacé, no has querido obedecer. Tendrás que salir tú primero, para salir yo después en busca de lugar más honorable”. Y se murió el romano. Se apareció la Virgen a una hija suya de seis años y le dijo: «Avisa a tu madre y a tu tío, y diles que Santa María del Perpetuo Socorro quiere que la saquéis de casa si no queréis morir todos muy pronto». Contó la niña, temió la madre, que había tenido la misma visión, y se determinó a obedecer. Pero en esto una vecina, enterada de lo ocurrido, la decide con muchas y poco piadosas razones a que no lo haga. Volvió la vecina a casa, pero enfermó de peste. Entonces invocó a la Virgen y se curó. Volvió la Virgen a la niña para que dijese a su madre: que quería ser llevada a cierta iglesia llamada de San Mateo, entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Obedeció la madre y, avisando a los frailes agustinos que llevaban aquella iglesia, con acompañamiento de todo el clero Y pueblo fue trasladado el cuadro y el mismo día de la traslación hizo el primer milagro.

La fecha de la traslación fue el 27 de marzo de 1499, reinando Alejandro VI, y la data del documento fue entre la fecha anterior y el año 1503, en que murió dicho Papa. Brutius decía que la letra y el color denunciaban la fecha.

Quedó allí la imagen durante tres siglos (1499-1798). Las tropas de Napoleón ocuparon Roma y, entre otras iglesias, derribaron la de San Mateo. Los agustinos irlandeses que la regentaban se pasaron con el cuadro a la próxima iglesia de San Eusebio y, de allí, a la de Santa María in Posterula. En el año 1855 tomaba el hábito de redentorista el joven Miguel Marchi. De niño había sido monaguillo en la casi extinta comunidad de agustinos, custodios del cuadro que ignoraban. Pero un lego, fray Agustín Orsetti, muy viejo, que había conocido el culto y los milagros de la Virgen olvidada, decía con frecuencia al monaguillo: «Sábetelo bien, Miguelito. La Virgen de San Mateo la tenemos en el oratorio. No lo olvides… ¡Era muy milagrosa!». Y no lo olvidó. Enterado el superior general de los padres redentoristas, reverendísimo padre Nicolás Maurón, se presentó con el padre Marchi a Pío IX. Le refirió el caso del milagroso cuadro, su paradero, ser voluntad de la Virgen exponerla al culto entre San Juan de Letrán y Santa María la Mayor, término que coincidía precisamente con el solar de los redentoristas. Acogió Pío IX las súplicas y pocos días después, por billete escrito de propio puño, ordenó (11 de diciembre de 1865) al cardenal prefecto de la Propaganda gestionase la entrega del cuadro a los padres redentoristas. Así se hizo.

El día 26 de abril de 1866 recorrió el cuadro de nuevo las calles de Roma. Al año siguiente, como dijimos al principio, fue coronado por el Cabildo Vaticano. Desde entonces no ha cesado su devoción de recorrer aldeas y ciudades de las cinco partes del mundo con gran fruto espiritual de conversiones.

El cardenal Francisco Ehrle, S. I., decía a un padre redentorista: «No hay Virgen romana más documentada que la Virgen del Perpetuo Socorro».

Descripción del cuadro.-Su tamaño es de 53 por 41,5 centímetros. Está pintado al temple y en nogal. Fue restaurado por el artista polaco Novodny en 1866. La Virgen viste túnica roja, peplos o manto azul marino con vueltas verdes y esclavina. El quecrúfalos, redecilla o pañuelo verde, le recoge el cabello. El Niño viste túnica verde con cinturón púrpura y manto marrón claro. A la derecha de la figura San Miguel, túnica jacinto, manto y paño de honor verdes. A la izquierda, San Gabriel, túnica, manto y paño de honor jacinto. Todos los personajes nimbados. Los pliegues de los paños van acusados con reflejos de oro. El fondo es oro. Los personajes llevan sus nombres en abreviaturas griegas: Jesús-Cristo, Madre de Dios, el arcángel Miguel, el arcángel Gabriel. Los trazos sobre las letras son signos ortográficos y de abreviación.

Composición del cuadro.- No es una simple imagen o retrato de María. Es una escena, una especie de cuadro de género. Para ello no basta que haya en la escena varios personajes. Es preciso que el pedazo de vida que allí se vive encadene y relacione a los personajes unos con otros, no con inscripciones o guiones, sino con el gesto, la mirada, el sentido. Es un momento simbólico de la vida de María.

Su momento feliz es interrumpido por una visión terrible: la Pasión, cuyos instrumentos presentan los ángeles al Niño. Este vuelve la mirada consternado hacia la aparición. Con el movimiento brusco de terror contrae el pie izquierdo y la sandalia se le desprende. Las manecitas se aferran al pulgar de la Madre. Por eso la llaman a veces los rusos la Virgen del pulgar (Taletskaia Bojia Mater). La mirada de la Virgen trasciende el cuadro y pasa al espectador.

Escuela y fecha.- La flexibilidad de la escena denota la presencia del realismo italiano. Sin embargo, la técnica es bizantina. Su dibujo es más rígido que el de sus contemporáneos italianos, tiene más de calco que de inspiración personal. No es un cuadro hecho en Italia como sus congéneres de Cimabue, Bernabé de Módena y Botticelli. Es un cuadro bizantino con influencias italianas. La isla de Creta era entonces colonia veneciana. Un ejemplar de nuestro cuadro está firmado por Andreas Rico de Candía (s. XV). El nuestro parece más antiguo que sus similares esparcidos por Italia. Kondakof y Muratof, disintiendo a veces, convienen en la inspiración italiana y lo atribuyen a la escuela ruso-bizantina de Novgorod, entre los siglos XIV y XV. En Rusia las Metsnaia ikona (imágenes de asiento) o Poklonnaia ikona (imágenes grandes) estaban fijas en el Iconostasio. Las Vírgenes de la Pasión (nuestro cuadro) eran imágenes de la devoción íntima y se llamaban Domovaia (imagen doméstica) o Molennaia ikona (imagen pequeña).

Los papas han tenido siempre particular devoción al cuadro de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Pío IX lo regaló a los católicos de Zitomir (Rusia), que le pedían una de las Vírgenes más veneradas en Roma. León XIII se la dio a los misioneros de la Asunción que partían para Bulgaria. San Pío X la regaló a la emperatriz abisinia Taitú. Benedicto XV la tenía sobre su trono; para el 50 aniversario de la exposición al culto del prodigioso cuadro acuñó, a sus expensas, una medalla conmemorativa con su busto y la imagen del Perpetuo Socorro. Pío XI la puso en el escudo de la misión pontificia para socorrer a los niños hambrientos de Rusia. Hoy se la considera como símbolo de enlace entre la Iglesia romana y las Iglesias orientales disidentes, para la unión. Es cosa menos que interminable enumerar las naciones y centros en que a la Virgen del Perpetuo Socorro se le tributa culto especial. Baste decir que se halla extendida su devoción por las cinco partes del mundo. Sólo destacaremos las formas más significativas de este culto.

Existe la Archicofradía de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de la que Pío IX quiso ser el primer archicofrade, encabezando las listas. También lo fue Alfonso XIII, cuya curación, en una gripe infantil, se atribuyó a una estampa de la Virgen colocada en su cuna. La Archicofradía tiene una sección especial: la Súplica Perpetua, por la que los socios se comprometen a orar media hora todos los meses ante el cuadro. Está también en plena vitalidad la Visita Domiciliaria por medio de capillas portátiles. En muchos países extranjeros existe la Novena Perpetua, sobre todo en los pueblos anglosajones, originaria de los Estados Unidos, que celebra una función religiosa como de media hora un día a la semana, durante todo el año. Pero esa función se repite, como en San Luis (Estados Unidos) once veces por día, para dar entrada a las oleadas de devotos. Estos, en la iglesia de Boston, no bajan de 20.000 el día semanal de la novena. El centro de Manila es asombroso. En Baclarán, barrio de la capital, se ha construido una iglesia capaz para 12.000 personas. En los días de Novena Perpetua el municipio organiza servicio especial de tranvías y autobuses, con un promedio de 60.000 asistentes en los siete ejercicios al día. El delegado apostólico, monseñor Panico, decía: “La Novena Perpetua es la gracia más grande que Dios ha dado a Filipinas después de su conversión al cristianismo». A estas Novenas Perpetuas asisten muchos no católicos. El padre Juan Herat, oblato de María Inmaculada, decía que, en su parroquia de Colombo, asistían los miércoles de la Novena 30.000 personas entre católicos, hindúes, budistas, mahometanos, parsis y protestantes. Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Alemania, Inglaterra la tienen en la mayor parte de sus iglesias. Son cientos de miles los lugares misionados adonde se ha llevado el cuadro y su devoción. Varios cientos de miles suman los ejemplares de las revistas de su nombre. Los altares erigidos en su honor son innumerables. Un cronista extranjero contaba por el año 1916 unos 1.200 altares sólo en pueblos de Andalucía. En España, además de la devoción privada que todo español conoce, tiene esta Virgen el homenaje de instituciones públicas de que es ella Patrona, así: Sanidad Militar, Colegios Médicos, Beneficencia Municipal de Madrid, en el Ministerio de la Gobernación, Asociación Mutua de Socorros, el Seguro Español, Mutualidad de Peritos del Ministerio de Agricultura, Ministerio de Hacienda. En Méjico y en las naciones de Centro y Sudamérica florece la devoción en prácticas piadosas y frutos de bendición, como en cualquier nación europea.

No basta la distancia remota de los pueblos para limitar su devoción. A principios de siglo unos misioneros austriacos, en misión rodante por el Transiberiano, llevaron el cuadro desde Moscú a VIadivostok. En Africa lo presentan al culto los misioneros del Alto Níger (franceses), del Congo (belgas), de Africa del Sur (ingleses). También en Oceanía los misioneros de Nueva Guinea. Siete catedrales de Australia y Nueva Zelanda celebran la Novena Perpetua. En Newcastle (Oceanía) cinco estaciones radiofónicas comerciales transmiten la Novena Perpetua. En 1948 el padre Henry, oblato de María Inmaculada, llevaba el cuadro al Polo Norte, al 70º de latitud, península de Boothia.

Como se ve, esta devoción tiene un marcado carácter universalista, con un fruto abundante de conversiones.

RODRIGO BAYÓN, C. SS. R.

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL SOCORRO

Oh María, Madre bendita del Socorro, concededme que siempre pueda invocar vuestro dulcísimo Nombre porque él es ayuda del que vive y salud del que muere. Oh, Virgen Santísima del Socorro, haced que vuestro nombre sea de hoy en adelante la respiración de mi vida. Señora y Madre mía, no tardéis en socorrerme siempre que os llame, ya que en todas las tentaciones que han de combatirme, en todas las necesidades que se me presenten yo no quiero nunca dejar de llamaros, exclamando siempre: María, Madre mía. ¡Qué alivio, qué dulzura, qué confianza y qué ternura siente mi alma con sólo invocar vuestro nombre y con sólo pensar en Vos! Mil gracias doy a Dios por haberme dado para mi bien este nombre tan dulce, tan amable y tan poderoso; y V os, oh portentoso Señor de los Milagros, concededme que escudándome bajo el nombre y la protección de la Virgen Santísima del Socorro, merezca, por su intercesión, verme libre de todo peligro y de todo mal en la tierra, a fin de poder bendecir su nombre y adoraros a Vos en la eterna bienaventuranza. Así sea.

* Año Cristiano, Tomo II, biblioteca de Autores Crisitianos, Madrid, 1966.

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MARÍA AUXILIADORA

24 de Mayo

MARIA SANTÍSIMA, NUESTRA AUXILIADORA

Cuando San Juan se llegó a Éfeso, y desde allí regía la Iglesia de Asia, fundada por él, María Santísima, en memoria del testamento de Cristo siguió al discípulo predilecto, al hijo predilecto.

De todas partes la gente venía a María. Los paganos, atraídos por la fama de su sabiduría y virtudes y no hay duda de que muchos de éstos, o por la eficacia persuasiva de sus palabras, o sólo por aquélla luz divina que iluminaba toda su persona, se convirtiesen a la fe de Cristo. Los creyentes, para venerar a la Madre del Salvador, al ver, a María se hacían la ilusión de ver a Jesús; en las facciones de la Madre resplandecía la belleza del Hijo. Muchas jóvenes partieron de la casa de María con el propósito de consagrar a Dios su virginidad; los vacilantes se confirmaron en la fe; los débiles cobraron ánimo, prontos a medirse con los perseguidores y sufrir el martirio; los perezosos se animaron a una santa actividad; los tibios se sintieron enfervorizados; todos se separaron de Ella mejorados. Porque -aseguran los santos padres- bastaba fijar los ojos en el rostro de María para sentir en el corazón deseos del bien, propósitos de virtud, llama de caridad.

María Santísima recibe entre sus brazos a esta Iglesia recién nacida, la alimenta, la calienta con su afecto, la defiende de sus enemigos y la lleva a aquélla plenitud de vida, a aquel desarrollo de fuerzas que la harán la Reina de los pueblos. Así actúa la Auxiliadora en el plan de Dios.

Historia de la devoción a
María Auxiliadora en la Iglesia Antigua.

Los cristianos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en su idioma, el griego, se dice con la palabra «Boetéia», que significa «La que trae auxilios venidos del cielo». Ya San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla nacido en 345, la llama «Auxilio potentísimo» de los seguidores de Cristo. Los dos títulos que más se leen en los antiguos monumentos de Oriente (Grecia, Turquía, Egipto) son: Madre de Dios y Auxiliadora. (Teotocos y Boetéia). En el año 476 el gran orador Proclo decía: «La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto». San Sabas de Cesarea en el año 532 llama a la Virgen «Auxiliadora de los que sufren» y narra el hecho de un enfermo gravísimo que llevado junto a una imagen de Nuestra Señora recuperó la salud y que aquélla imagen de la «Auxiliadora de los enfermos» se volvió sumamente popular entre la gente de su siglo. El gran poeta griego Romano Melone, año 518, llama a María «Auxiliadora de los que rezan, exterminio de los malos espíritus y ayuda de los que somos débiles» e insiste en que recemos para que Ella sea también «Auxiliadora de los que gobiernan» y así cumplamos lo que dijo Cristo: «Dad al gobernante lo que es del gobernante» y lo que dijo Jeremías: «Orad por la nación donde estáis viviendo, porque su bien será vuestro bien». En las iglesias de las naciones de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (En Europa y América se celebre el 24 de mayo). San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo en el año 560: «María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo». San Juan Damasceno, famoso predicador, año 749, es el primero en propagar esta jaculatoria: «María Auxiliadora rogad por nosotros». Y repite: «La «Viren es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte». San Germán, Arzobispo de Constantinopla, año 733, dijo en un sermón: «Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda».

La batalla de Lepanto.

En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa. En ese tiempo no había la tolerancia de unas religiones para con las otras. Y ellos a donde llegaban imponían a la fuerza su religión y destruían todo lo que fuera cristiano. Cada año invadían nuevos territorios de los católicos, llenando de muerte y de destrucción todo lo que ocupaban y ya estaban amenazando con invadir a la misma Roma. Fue entonces cuando el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos para que salieran a defender a sus colegas de religión. Pronto se formó un buen ejército y se fueron en busca del enemigo. El 7 de octubre de 1572, se encontraron los dos ejércitos en un sitio llamado el Golfo de Lepanto. Los mahometanos tenían 282 barcos y 88,000 soldados. Los cristianos eran inferiores en número. Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Terminados estos actos se lanzaron como un huracán en busca del ejército contrario. Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta a la que ellos llevaban, y detenían sus barcos que eran todos barcos de vela o sea movidos por el viento. Pero luego – de manera admirable – el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza contra las naves enemigas. Entonces nuestros soldados dieron una carga tremenda y en poco rato derrotaron por completo a sus adversarios. Es de notar, que mientras la batalla se llevaba a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario. En agradecimiento de tan espléndida victoria San Pío V mandó que en adelante cada año se celebrara el siete de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se rezara siempre esta oración: MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS.

El Papa y Napoleón.

El siglo pasado sucedió un hecho bien lastimoso: El emperador Napoleón llevado por la ambición y el orgullo se atrevió a poner prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Varios años llevaba en prisión el Vicario de Cristo y no se veían esperanzas de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso gobernante de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia, y su ejército era siempre el vencedor en las batallas. El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: «Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica». Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que había dicho: «Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados», vio con desilusión que, en los friísimos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados, y el fusil se les iba cayendo, y él que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Y al volver se encontró con que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, el cual lo atacó y le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y el que antes se atrevió a aprisionar al Papa, se vio obligado a pagar en triste prisión el resto de su vida. El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la madre de Dios.

San Juan Bosco y María Auxiliadora.

El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. su constructor fue San Juan Bosco, humilde campesino nacido el 16 de agosto de 1815, de padres muy pobres. A los tres años quedó huérfano de padre. Para poder ir al colegio tuvo que andar de casa en casa pidiendo limosna. La Sma. Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera «ciencia y paciencia», porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres. Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora.

Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía repetir: «Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen». Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.

San Juan Bosco decía: «Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros» y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: «María Auxiliadora, rogad por nosotros». El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo.

ORACIÓN

Oh Dios omnipotente y misericordioso que en la Santísima Virgen María Auxiliadora estableciste maravillosamente una continua ayuda para defensa del pueblo cristiano; concédenos propicio que luchando en esta vida al amparo de tal protección, en la hora de la muerte podamos alcanzar la victoria sobre el maligno enemigo. Por J. C. N. S. Amén.

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SANTA MARÍA DE LA CARIDAD DEL COBRE,(*)

20 de Mayo

Patrona de Cuba

En El Cobre, poblado minero de la provincia de Oriente, fue consagrado en 1927 el actual santuario nacional a la Virgen de la Caridad. La advocación no es oriunda de Cuba: el año 633 fundó San Ildefonso el monasterio de Illescas, y la tradición dice que él llevó allí la imagen de Nuestra Señora de la Caridad, que todavía existe en la villa toledana, en el santuario construido por el Greco en 1600. La advocación es frecuente en la costa andaluza: en Cádiz, desde que Juan de Austria fundó una cofradía bajo esa advocación, para la tripulación de las galeras. Loja la tiene por Patrona. Y hasta cerca de Avila se conoce una imagen de la Virgen de la Caridad ante la cual rezó Santa Teresa.

Posiblemente la advocación cubana llegó directamente de Sanlúcar de Barrameda. Durante más de un siglo, después del tercer viaje de Colón, salían de allí las naves que iban a América; y hoy está confirmada la devoción que los marinos sanlucareños sentían por la Virgen de la Caridad venerada en Bonanza y en la Cofradía del Puerto de Santa María.

Dos hermanos indios llamados Juan Rodrigo y Juan Diego Hoyos, a los que se añadió un muchacho de la raza negra también llamado Juan según la tradición, obreros todos del hato de Barajagua, que se encontraba muy cerca de una mina de cobre, fueron comisionados para conseguir sal en la costa norte de la isla. Llegaron hasta el río Mayarí, y por él salieron a la gran bahía de Nipe, alojándose en un pequeño cayo llamado Francés o Vigía con objeto de pasar la noche y salir muy de mañana para la salina. Una tormenta inesperada les impidió realizar el proyectado viaje, y hasta tres días tuvieron que permanecer en el cayo por el mal tiempo. Hacia la medianoche del cuarto día cesó el viento; los tres Juanes tomaron la canoa antes de salir el sol, y a medida que avanzaban notaron que en la lejanía, sobre la superficie tranquila del mar, había algo que no era un ave acuática de las conocidas. Remaron con mayor curiosidad; los primeros rayos del sol iluminaron plenamente aquel bulto navegante. Cuando lo tuvieron frente a frente se dieron cuenta de que era una talla de madera de unos cuarenta centímetros de alto y la inscripción: «Soy la Virgen de la Caridad». Esto sucedía entre los años 1604 y 1608.

Podemos imaginarnos fácilmente la variedad de sentimientos que experimentarían aquellos nativos cubanos ante semejante hallazgo. Habrían oído hablar muchas veces de la Virgen y de sus apariciones; era la devoción más propagada por los evangelizadores hispanos en el Nuevo Mundo. Pero jamás se imaginarían que habrían de encontrar sobre las aguas del mar una imagen de María. En la escasa literatura sobre esta advocación mariana no encontramos que se interpreten los hechos bajo el signo del milagro. La etapa milagrera comenzará después. Inicialmente parece que ellos recogieron la imagen como quien recoge un objeto precioso que otro ha perdido sobre las aguas. Pero esta interpretación tan poco espiritual no le restó, ni le restará nunca, intensidad a la veneración que sintieron todos por aquel pedazo de madera que representaba a la Madre de Jesucristo.

La imagen provenía de una nave española, de las muchas que zarpaban de Sanlúcar. Es cierto que usaban el verbo sustantivo en las tablas onomásticas de las naves y, por tanto, la leyenda podía referirse a la imagen o a la embarcación bajo cuyo patrocinio navegaba. La razón de aparecer flotando sobre las aguas antillanas es más difícil de determinar. Se dice que los marinos, durante las tempestades, echaban al mar alguna imagen para conseguir por su intercesión que el mar se apaciguara. También se dice que, en momentos de gran calma, los marinos colocaban la imagen en el mar, sobre una balsa, y de esa manera determinaban la dirección de las corrientes marinas que podían ayudarles a avanzar.

Los afortunados indios transportaron la imagen al hato; improvisaron un altar, y la devoción popular comenzó a desarrollarse y a manifestarse: plegarias ante la imagen, flores siempre frescas para la Virgen. Un día desapareció la imagen de su sitio. Entonces comenzó la etapa milagrera de la advocación cubana. Desaparecerá varias veces; la cambiarán de sitio, interpretando posibles deseos de la Virgen; se repetirán las desapariciones. Apolonia, una niña india, encontrará un día la imagen, o dirá que había visto la imagen, sobre unas rocas cercanas a la mina de cobre. En el mismo lugar alguien verá una luz misteriosa tres veces consecutivas, y la voz popular fue que la Virgen deseaba en aquel sitio una ermita. Las historias dicen que el lugar era de tan difícil acceso que hubo que modificar, sin embargo, un poco la situación.

La devoción creció y la ermita llegó a ser capilla, iglesia, santuario. Varias veces los temblores de tierra o los huracanes destruyeron el edificio, y otras tantas los devotos de la Virgen lo reconstruyeron. La generosidad de los cubanos fue enriqueciendo los adornos de la imagen, hasta provocar un robo sacrílego; el ladrón se atrevió a mutilar la talla para llevarse las piedras preciosas que tenía incrustadas; pero se pudo recuperar todo providencialmente. La dulce talla de madera oscura es hoy un verdadero joyero cubierto de mantos preciosos.

Los favores que se atribuían a la Virgen eran tan numerosos y tan extraordinarios, que se llegó a invocarla con el nombre de Nuestra Señora de la Caridad y de los Remedios. Los exvotos fueron inundando el altar de tal manera que hubo que acudir a la solución -en el actual santuario- de una gran capilla debajo del altar de la Virgen, para acumular en ella todos esos regalos. Uno de los últimos es la medalla de oro del premio Nobel ganado por el novelista Hemingway.

Cuando prendió en los cubanos el deseo de la independencia, la devoción a Santa María de la Caridad del Cobre estaba tan metida en el corazón de los nativos que iba a ser la devoción insignia de los libertadores. Los insurrectos se encomendaban a la Caridad -como se dice vulgarmente-, antes de salir para el campo de batalla, y llevaban a la guerra un pequeño recuerdo sagrado que consistía en una cinta del tamaño de la imagen. El 20 de mayo de 1902 adquirió Cuba la soberanía y, pocos años después, el 8 de septiembre de 1916, a petición de los veteranos de aquella guerra, el papa Benedicto XV le concedía a la advocación cubana el título de Patrona principal de la República.

La fiesta litúrgica de la Patrona de Cuba, sin oficio ni misa especial aún, se celebra el 8 de septiembre, pero la importancia que tuvo la devoción de los libertadores durante la gesta independentista permite que cada año, al celebrarse la instauración de la República el 20 de mayo, fiesta nacional, no falte el homenaje a la Patrona de Cuba, a la Virgen Mambisa (mambises se llamaba a los que peleaban por la independencia).

La ignorancia religiosa y ciertos residuos ancestrales de los esclavos africanos que llegaron a Cuba durante la colonización ha fomentado supersticiones y prácticas piadosas a la Virgen de la Caridad no del todo ortodoxas. En definitiva, ello prueba la antigüedad de la devoción y lo arraigada que siempre ha estado en el corazón de las capas sociales más humildes de la nación. Por eso, sin duda, el santo obispo de Santiago de Cuba, monseñor Claret, explotaba bien este sentimiento de filial devoción mariana escribiendo así en su carta pastoral del 25 de marzo de 1853: «La verdadera devoción a Nuestra Señora de la Caridad consiste en abstenerse de todo pecado, en imitar sus virtudes, en tributarle algunos obsequios, en frecuentar los santos sacramentos y en hacer bien, con agrado y perseverancia, las devociones y demás cosas de su servicio».

ALBERTO J. VILLAVERDE, S. I.

* Año Cristiano, Tomo II, bibliotecade Autores Crsitianos, Madrid, 1966.

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ORACIÓN A NTRA. SRA. DE FÁTIMA

Nuestra Señora de Fátima

Nuestra Señora del Rosario de Fátima, Madre de Dios y Madre nuestra, Corredentora del linaje humano, Mediadora de todas las gracias, que habéis protegido a la Iglesia, desde su nacimiento y «habéis vencido todas las herejías, en el universo mundo«, que nos habéis exhortado, en La Salette, en Lourdes y en la Cova de Iria, al arrepentimiento y a la penitencia, que habéis vertido lágrimas, repetidas veces, en vuestras veneradas imágenes a fin de que «no ofendamos más a Dios«, le amemos y le sirvamos fielmente y colaboremos, para que se extienda, hasta los confines de la tierra, el reinado de Cristo, miradnos, «con ojos de misericordia«, de suerte que, en esta «hora de tinieblas«, de incredulidad, de apostasía, de universal depravación, resplandezca en las mentes la lumbre de la fe; arda, en los corazones, el fuego del amor a Dios; brille, en las costumbres, la virtud del Evangelio; reine en las naciones, el «Rey de Reyes y Dominador de los que imperan», y se cumpla, a plenitud, vuestra maternal y alentadora promesa: «Mi Inmaculado Corazón triunfará«. Así sea.

Jaculatoria: Nuestra Señora de Fátima, salvadnos. Proteged a la Iglesia y apresurad vuestra victoria.

Señor, Dios Todopoderoso, en esta confusión que ha venido a turbar a tantas almas fieles, queremos expresaros todo nuestro amor de hijos y nuestra voluntad de mantener hacia Vos los sentimientos de adoración profunda y de piedad confiada y filial.

Vos sois el Dios de San Juan Crisóstomo, desterrado por haber predicado la Doctrina y la Virtud.
El Dios de Juana de Arco, llena de fe y de pureza.
El Dios de San Francisco de Asís, con corazón de niño y sencilla piedad.
El Dios de Teresa de Avila, de alma generosa e intrépida…

¡Oh, Cristo Jesús!, Dios de toda felicidad y del Calvario, inmolado por nuestros pecados, que predicasteis la renuncia al mundo y el amor a vuestro Padre…

¡Oh, Espíritu Consolador!, enviado a nuestras almas para purificarlas y santificarlas…

Venid a vuestra Iglesia a fin de darle nuevo aliento y valor. Recordad a los sacerdotes que Vos sois la Verdad y la Vida, que no hay otro nombre por el que podamos ser salvados… Renovad en ellos la fe en la Iglesia, vuestra única esposa, y la sumisión a su autoridad infalible…

Consolad y fortificad a vuestros fieles, aquellos que no saben ya adónde ir porque su clero o sus periódicos les predican un Evangelio distinto. Decid a estos fieles desconcertados cómo el Evangelio de su infancia permanece como la sola Palabra, y que no hay otro Dios que Vos, Señor.

Que no se dejen arrastrar por los falsos profetas a llamar bien lo que es mal, verdad lo que error, espíritu del Concilio lo que es desobediencia…

Santa Virgen María, Reina del Cielo y muralla contra las herejías, sed nuestra luz y nuestra abogada para que guardemos el camino de la Verdad en una caridad  inquebrantable, pero sin dejamos engañar por los lobos vestidos de oveja que quieren conducimos a la adoración del Mundo.


P. Coache

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HECHOS SOBRESALIENTES

Cova de Iria

Primavera, verano y otoño de 1916 Apariciones del Ángel.
Los días 13 de cada mes, desde mayo a octubre de 1917 Apariciones de Nuestras Señora en Cova de Iria.
En la segunda aparición se les comunica el primer secreto.
En la tercera aparición, tiene lugar la visión del infierno y se les comunica el segundo secreto.
En la séptima aparición tiene lugar el milagro del Sol, y aparecen en el cielo el Niño Jesús y San José, vestidos de rojo, que vienen para traer la paz al mundo.
04-04-1919 Muere Francisco Marto en Aljustrel.
28-04-1919 Se inicia la construcción de la Capilla de las Apariciones.
20-02-1920 Muere Jacinta Marto en el hospital de D. Estefania, en Lisboa
Mayo de 1921 Lucía va a vivir a un convento.
13-10-1921 Se autoriza por primera vez la celebración de la misa junto a la Capilla de las Apariciones.
06-03-1922 Es destruida la Capilla. Se restaura un año más tarde
03-05-1922 El Obispo de Leiria ordena la apertura de un proceso sobre los acontecimientos de Fátima.
13-10-1922 Comienza la publicación de «La Voz de Fátima».
10-12-1925 Se le aparece a la hermana Lucía la Santísima Virgen con el Niño Jesús, en Pontevedra (España), pidiendo al mundo la devoción de los primeros sábados.
26-06-1927 El Obispo de Leiria preside por primera vez una ceremonia oficial en Cova de Iria, tras bendecir las estaciones de la Vía Sagrada.
13-05-1928 Se coloca la primera piedra de la Basílica.
Año 1929 La Virgen vuelve a aparecerse a Lucía para pedirle la consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón.
13-10-1930 El Obispo de Leiria declara dignas de crédito las Apariciones y autoriza oficialmente el culto de Nuestra Señora de Fátima mediante la resolución «la Divina Providencia».
13-05-1931 Peregrinación nacional y consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, hecha por el Episcopado portugués.
12-09-1935 Traslado de los restos mortales de Jacinta desde el cementerio de Vila Nova de Ourém al de Fátima.
13-05-1942 Pío XII, hablando por radio en portugués, consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María.
13-05-1946 Coronación de la imagen de Nuestra Señora de Fátima de la Capilla de las Apariciones por el cardenal Masella, legado pontificio.
01-05-1951 Traslado de los restos mortales de Jacinta desde el cementerio de Fátima a la Basílica del Santuario.
13-10-1951 Clausura de Año Santo en Fátima por el cardenal Tedeschini, legado pontificio.
13-03-1952 Traslado de los restos mortales de Francisco del cementerio de Fátima a la Basílica del Santuario.
07-07-1952 Consagración de los pueblos de Rusia al Inmaculado Corazón de María por el Papa Pío XII.
07-10-1953 Consagración de la iglesia del Santuario de Fátima.
12-11-1954 Pío XII concede el título de Basílica Menor a la iglesia del Santuario.
13-05-1956 El cardenal Roncalli, patriarca de Venecia, preside la peregrinación internacional.
01-01-1960 Comienza la Sagrada Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento en el Santuario de Fátima.

¡Santa María, ora pronobis!

APARICIÓN DE NTRA. SRA EN PONTEVEDRA

Reparemos el corazón de Nuestra Santísima Madre

Estando Lucía en el convento de las Doroteas en Pontevedra, el 10 de  Diciembre de 1925, se le apareció Nuestra Señora con el Niño Jesús a su lado, en una nube de luz. La Virgen puso su mano en el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su Corazón rodeado de espinas. Al mismo tiempo, el Niño Jesús dijo: «Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas».

Después dijo nuestra Señora a Lucía: «Mira, hija mía, mi corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú al menos, procura consolarme y di a todos que si durante cinco meses seguidos en el primer sábado se confiesan, comulgan, rezan el Rosario y me hacen compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del Rosario con el fin de desagraviarme, les prometo asistirlos en la hora de su muerte con las gracias necesarias para su salvación«.

Esta es LA GRAN PROMESA de la Santísima Virgen.

Hoy en día este lugar de esta aparición, está el Santuario del Corazón Inmaculado de María, el cual puede ser visitado por todo aquel que quiera conocer mejor el mensaje de Nuestra Señora.

La dirección del Santuario es:

Santuario del Corazón Inmaculado de María
Rua de la Hermana Lucía, 3
Pontevedra – España
Telf: 986 – 85.51.14

Tomado de:

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APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA

FÁTIMA

¡Santa María, ora pronobis!

En 1917, Portugal estaba al borde del totalitarismo después de la revolución de 1910. Ésta había decretado la separación de la Iglesia y el estado, la propiedad de la Iglesia había sido confiscada, y se había ordenado la disolución de las congregaciones religiosas. Los intelectuales y los gobernantes eran antirreligiosos y decisivamente anticlericales. Sostenían que las creencias católicas tradicionales eran supersticiones y así lo indicaban en semanarios y diarios. Aún las áreas rurales normalmente inmunes a las novedades intelectuales de los centros cosmopolitas se vieron afectadas por el cierre de las iglesias y una cautelosa advertencia contra cualquier expresión externa de creencias religiosas. A pesar de esto, una sólida fe religiosa estaba arraigada en los sencillos campesinos del país. En esta atmósfera, tuvieron lugar una serie de apariciones de la Santísima Virgen a tres pequeños niños del villorrio rural de Fátima.

Las apariciones de la Santísima Virgen comenzaron el 13 de mayo de 1917, pero habían sido precedidas por las de un Ángel.

En 1915, tres pequeños: Lucia dos Santos, de nueve años, y sus dos primos menores, Francisco y Jacinta Marto, estaban haciendo pastar a un rebaño de ovejas en las afueras de Fátima, cuando Lucía vio una nube translúcida que parecía tener una forma humana. Esta se movió a través del cielo y finalmente se posó sobre unos pinos.


Un año después, en el verano de 1916, los niños llevaban su rebaño hacia  una pradera llamada Couza Velha y  fueron sorprendidos por una súbita tormenta. Guareciéndose en el refugio de una cueva cercana, decidieron comer y esperar hasta que la lluvia cesara antes de reagrupar sus manadas. Después de completar un breve Rosario, la lluvia paró repentinamente y, luego se levantó un fuerte viento. Entonces vieron nuevamente la nube transluciente que Lucía había visto el año anterior. Esta vez la nube se movió hacia ellos y finalmente tomó la forma de un » Joven » de cerca de catorce años de edad, que les dijo: «No teman. Soy el ángel de la Paz. Recen conmigo«. «Entonces se arrodilló e inclinándose hacia adelante hasta apoyar la frente en la tierra, y rezó : «Dios mío, creo en ti,  te adoro y te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen, no te adoran y no te aman» Repitió esta oración tres veces. Luego se levantó diciéndoles a los niños: «Recen de esta manera. Los corazones de Jesús y María están atentos a las voces de sus suplicas». Diciendo esto, desapareció. Los niños estaban rebosantes de gozo y en estado de éxtasis.

Los pastorcitos decidieron guardar silencio acerca de sus experiencias temiendo hacer el ridículo y que no les creyeran. Muchas semanas después, el ángel se les apareció nuevamente y les pidió que ofrecieran sacrificios a Dios y aceptaran cualquier sufrimiento que el Señor les enviara. En esta tercera y final aparición en Octubre, el ángel trajo consigo un cáliz y antes de ofrecer la Hostia a Lucía, la única que había recibido la Primera Comunión , se postró en tierra y dijo:

«Santísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, Yo os adoro profundamente y os ofrezco el Precioso Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos de la tierra, en reparación por todos los ultrajes, sacrilegios, e indiferencia con la cual Él mismo es ofendido. Y a través de los infinitos méritos de Su Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, os suplico la conversión de los pobres pecadores».

Repitió esta oración tres veces y levantándose, elevó la Hostia y dijo:  «Tomad y bebed el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, horriblemente insultado por la ingratitud humana. Haced reparación de sus crímenes y consolad a vuestro Dios«. Con esto, le dio la comunión a Lucía y dejó que los otros niños bebieran del Cáliz.

Mientras esto ocurría en Portugal, la primera guerra mundial estallaba a través de Europa. En el otoño de 1914, el Papa Benedicto XV pidió a los líderes de Europa que pusieran fin al baño de sangre, pero fue en vano. Después de numerosas solicitudes, el 5 de Mayo de 1917, el Papa dispuso que la invocaciónReina de la Paz, ruega por nosotros fuera permanentemente incluida en las letanías de la Santísima Virgen. Además dijo:

A María, quien es la Madre de la Misericordia y omnipotente por gracia, devotamente amémosla y atraigamos devotos de todos los rincones de la tierra – desde nobles templos hasta pequeñas capillas, de palacios reales y mansiones de ricos hasta las mas pobres villorrios – desde todos los lugares donde un alma llena de fe encuentre refugio – de la sangre que empapa las llanuras y los mares. Llevémosle a ella la angustia y el llanto de madres y esposas, el lamento de los pequeños inocentes, las miradas de todo corazón generoso, para que su mas tierna y benigna gracia sea movida y la paz que buscamos sea obtenida para nuestro agitado mundo.

En Fátima, los niños seguían rezando y ofreciendo sus sacrificios, tal como el ángel les había pedido. El 13 de Mayo -ocho días después de que el Papa solicitara directamente la intervención del cielo- los pequeños pastores estaban llevando sus rebaños a las llanuras de Cova da Iria cuando un rayo muy brillante los deslumbró. Pensando que era un relámpago, corrieron a cobijarse bajo un alto roble. Un segundo rayo los asustó y entonces corrieron desde el árbol hacia el este buscando un mejor refugio . Sorprendidos, vieron un brillante globo de luz revoloteando sobre un pequeño arbusto. En medio de la luz se veía una Señora vestida de blanco brillante, con sus manos juntas sobre el pecho en actitud de orar, llevando en la mano derecha un Rosario.

La Señora les habló con una suave y melodiosa voz:

«¡No teman, no les haré daño !»

Lucia le preguntó a la Señora de donde venia, a lo cual Ella respondió,

«Vengo del cielo.»

Oído esto, Lucía le preguntó que quería de ellos. La Señora contestó:

«Vengo a solicitarles a que vengan a este lugar por seis meses consecutivos, los días trece a esta misma hora. Entonces les diré quien soy, y que es lo que quiero. Luego volveré aquí una séptima vez«.

Lucía preguntó si ella iba a ir al cielo, y la Señora le respondió,

«Si, tu irás».

Preguntó entonces si Jacinta y Francisco también irían al cielo. La Señora respondió:

«También. ¡Pero Francisco deberá rezar muchos Rosarios!»

Después Lucía le consultó sobre el estado de dos niñas que habían muerto recientemente, la Señora contestó y luego les preguntó:

«¿Desean ofrecerse a Dios, para resistir todo el sufrimiento que El pudiera enviarles, como expiación de los pecados con que es ofendido, y para pedir por la conversión de los pecadores?«

Los niños respondieron: «Sí, queremos». La Señora entonces les dijo que tendrían que sufrir mucho, pero que la gracia de Dios seria su consuelo.

Jacinta, la menor de los niños, estaba embelesada por la belleza y gentileza de la Señora. Cuando la aparición terminó continuaba repitiendo: «¡Oh, que hermosa Señora!».

Aunque se habían puesto de acuerdo en no  hablar a nadie acerca de la aparición, Jacinta no pudo resistir el contarle a su madre acerca de la «bella Señora» que habían visto.

Tal como lo había prometido, María se les volvió a aparecer los 13 de cada mes durante seis meses. Los niños tenían mucho que sufrir. En su aparición de Julio, La Santísima Virgen les prometió hacer un milagro en Octubre para que todos aquellos que vinieran a Cova da Iria creyeran realmente que Ella estaba presente allí. También les dijo:

«Sacrifíquense por los pecadores, y repitan continuamente, especialmente cada vez que hagan un sacrificio por ellos: ¡Oh Jesús, esto es por amor a ti, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados que se cometen contra el Inmaculado Corazón de María«

La Santísima Virgen les dijo a los niños que pidieran a todos que rezaran, convirtieran sus almas a Dios y que honraran sus apariciones en ese lugar. Durante la aparición de Julio, les comunicó a los niños tres Secretos los que no debían ser revelados sino cuando Ella lo autorizara. Luego les dijo:

«Cuando recen el Rosario, digan después de cada misterio: ¡Oh Jesús mío, perdónanos nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia«.

Las apariciones empezaban a llamar la atención de las autoridades, de modo que en Agosto, justo antes del día 13, se llevaron a los niños, los interrogaron, y luego los encarcelaron en la prisión de la localidad,  amenazándolos con ejecutarlos. Todo esto como consecuencia de su negativa a cambiar la historia acerca de la hermosa Señora vestida de blanco y a no querer a revelar los Secretos.

Los que habían ido a Cova da Iria sin saber que los niños habían sido raptados, cerca del mediodía oyeron un trueno y vieron al sol perder su brillantez, luego la atmósfera se volvió opaca y observaron una pequeña forma blanca nebulosa alrededor del tronco del árbol donde las apariciones habían tenido lugar. Vieron que las nubes que rodeaban al sol se volvían de color carmesí y rápidamente pasaron por todos los colores del arco iris. Después, todo volvió a la normalidad.

Peregrinos presenciando el acontecimiento de la última aparición de la Madre de Dios.

Durante la última aparición, el 13 de  Octubre de 1917, La Señora de luz se  identificócomo Nuestra Señora del Rosario. Los 70,000 peregrinos empapados de lluvia que habían ido a presenciar la última aparición de la Madre de Dios, observaron al sol girar fuera de su órbita, en un arco iris de colores; finalmente, cuando esto cesó, el sol pareció precipitarse sobre la tierra causando gritos de terror entre los peregrinos. Cuando volvió a su situación normal después de cerca de doce minutos de este inexplicable fenómeno, las ropas de los peregrinos, empapadas por la lluvia estaban totalmente secas.

Una de las principales publicaciones anticlericales de entonces, era O Dia, el periódico mas grande de Lisboa. En Octubre 17, publicó lo siguiente:

A la una de la tarde, medio día, la lluvia se detuvo. El cielo, de color gris perlado, iluminó la vasta y árida pradera con una extraña luz. El sol aparecía con un velo de gasa transparente de tal forma que los ojos podían ser posados en él fácilmente. El tono de perlamadre se volvió como una hoja de plata la cual se disolvió mientras las nubes fueron puestas aparte y el sol plateado, envuelto en la misma gaseosa luz gris, fue visto agitarse y rotar en el circulo de nubes rotas. Un grito salió de los pechos y la gente cayó de rodillas en la fangosa tierra. La luz se volvió de un hermoso azul tal como si viniera a través de los vitrales de las ventanas de la catedral y se dispersó sobre la multitud que se arrodilló con las manos extendidas. El azul se disolvió lentamente y entonces la luz pareció filtrarse a través de un vidrio amarillo. El amarillo tiñó los blancos pañuelos y las blusas oscuras de las mujeres. Se lo reportó en los árboles, en las piedras y en la sierra. La gente lloró y rezó con las cabezas descubiertas en la presencia del milagro que habían observado.

El otro periódico importante de Lisboa, O Seculo, envió a su editor, Avelino de Almeida a la escena. Este había sido escéptico acerca de la totalidad de la historia de Fátima y el milagro anunciado, en un artículo que escribió la mañana del mismo día 13. Sin embargo, ahora, como testigo de los eventos de Fátima, escribió lo siguiente:

Desde el camino, donde los vehículos se habían estacionado y había cientos de personas que no se habían atrevido a meter en el lodo donde se habían congregado, podía verse a la inmensa multitud volverse hacia el sol, el cual estaba libre de nubes en su cenit. Este lucia como una placa de plata apagada y era posible mirarlo sin ninguna molestia. Parecía un eclipse. Pero en ese momento un gran grito estalló y uno podía oír a los espectadores cercanos gritando:«¡Milagro! ¡Milagro!» Ante los atónitos ojos de la multitud, cuyo aspecto era bíblico mientras permanecían con las cabezas descubiertas, ansiosamente hurgando el cielo, el sol temblaba, haciendo de improviso increíbles movimientos fuera de todas las leyes cósmicas -el sol «bailaba» de acuerdo a la expresión típica de la gente.

Otro observador que testificó estos eventos fue Joseph Garrett, un profesor de ciencias naturales de la Universidad de Coimbra. El Doctor Garret describió los acontecimientos de manera similar:

Este no era el chisporroteo de un cuerpo celeste, por sus giros en sí mismo en un loco remolino. Subitamente un clamor se escuchó entre la gente. El sol, girando, parecía perderse del firmamento y avanzar aterradoramente sobre la tierra como para aplastarnos con su poderoso y fiero peso. La sensación durante estos momentos fue terrible.

Una versión condensada de los eventos en Fátima fue publicada por varios periódicos de todo el mundo, a pesar de que los astrónomos no reportaron que nada inusual había sucedido con el sol.

Después de casi treinta años de ser examinado por una comisión compuesta por clérigos, físicos y científicos. La Iglesia Católica estableció, el 13 de Octubre de 1930, que las apariciones de Fátima eran auténticas,  con la siguiente declaración del Obispo de Leiría:

«Consideramos nuestro deber:

  • 1) Declarar digna de credibilidad las visiones de los pastores en Cova da Iria, en el paraje de Fátima de esta diócesis, en el día treceavo de los meses de Mayo a Octubre de 1917;
  • 2) Otorgar permiso oficial para el culto a Nuestra Señora de Fátima.»



    Los Secretos comunicados en estas apariciones fueron solamente revelados en 1942, cuando la única sobreviviente, la hermana – Lucia escribió cuatro memorias separadas entre 1935 y 1941. Los Secretos revelados por la Santísima Virgen en 1917 fueron:

  • Una visión de la realidad del infierno, previamente descrito, el cual era tan horrendo para los visionarios que estos desearon tomar todas las penas y mortificaciones inimaginables, si con esto tan sólo pudieran evitar que las almas fueran allí. María les dijo, «Ustedes han visto el infierno donde las almas de los pobres pecadores van. Para salvarlos, Dios desea establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.»
  • » La Primera Guerra Mundial terminará pronto. Sin embargo, si la humanidad no cesa de ofender a Dios, otra guerra peor estallará en el reinado de Pío XI. Cuando vean la noche iluminada por una luz desconocida, sepan que esta es la gran señal que Dios les da, y que Él va a castigar al mundo por sus crímenes, lo que significa guerra, hambre, persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir esto, Yo vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los Primeros Sábados. Si mi solicitud es atendida, Rusia se convertirá, y entonces habrá paz. Si no, Rusia propagará sus errores a través del mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia; los buenos serán martirizados, El Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas; y al final mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre hará la consagrción de Rusia, que se convertirá, le será otorgado al mundo un tiempo de paz».
  • Lucía dijo «que el tercer secreto no podía ser abierto antes de 1960» . Tres Papas han dicho haberlo leído en los años posteriores a 1960, pero decidieron no publicar su contenido.


    La devoción al Inmaculado Corazón de María se ha incrementado dramáticamente después de la Segunda Guerra Mundial luego de que los secretos fueran más conocidos. Sin embargo, esta devoción ha ido declinando durante los últimos veinte años. Las principales predicciones del segundo Secreto se han cumplido.

    La Primera Guerra Mundial finalizó un año después de la última aparición de Fátima. Muchos historiadores estarían de acuerdo en que la Segunda Guerra Mundial empezó en 1938, el último año del reinado de Pío XI , con la anexión Germana de Austria. Dos meses antes de este acontecimiento una inusual aurora con una luz ultraterrena se mostró en el cielo hacia el Norte ocasionalmente visible en la noche en altas latitudes, fue vista sobre toda Europa y reportada ampliamente por la prensa ya que fue observada tan lejos como desde el sur Roma. Atónitos observadores reportaron incendios forestales e intensos fuegos aparentemente asociados con estas luces extrañas. Poco antes de que estas apariciones empezaran, la revolución Bolchevique irrumpió y llevó a Rusia a la senda del Comunismo. Mas de 35 millones de católicos devotos fueron asesinados por Stalin ya sea en el Gulag o mediante sus escuadrones de aniquilamiento. Rusia se anexó un número de países vecinos a la USSR y el comunismo se volvió un dogma que reemplazó al fascismo como la mayor amenaza global a la libertad y dignidad personal.

    No tan conocida como el Tercer Secreto de Fátima, es una locución interior reportada en una carta escrita por la Hermana Lucia en 1943. En esta carta, la Hermana Lucia estableció que Nuestro Señor le había pedido que transmitiera sus preocupaciones al Obispo de España. Su carta dice, en una parte:


    «Debido al acto de consagración hecho por Su Santidad (en Octubre 31 de 1942), Él (Nuestro Señor), promete que la guerra terminará pronto. Pero ya que esta (la consagración) estaba incompleta, la conversión de Rusia será pospuesta. Si el obispado de España no hace caso de Sus deseos, esta (Rusia) nuevamente será azotada con lo cual Dios los castigará.»


    Últimamente, Lucia (actualmente religiosa carmelita) dijo, «Realmente es muy triste que muchas personas se dejen dominar por la onda diabólica que se está expandiendo por el mundo y deben estar ciegos para ser no ser capaces de percibir el error. El principal mal es haber  abandonado la oración; esto produce el distanciamiento de Dios, y sin Dios, todo falla… El diablo es muy astuto y busca nuestros puntos débiles a fin de atacarnos. Si no somos diligentes y cuidadosos para acercarnos a Dios, caeremos, porque estos tiempos son muy malos y somos muy débiles. Solamente el acercamiento a Dios nos puede mantener a salvo.«


    Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/



NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

13 de Mayo

"Dios mío, creo en ti, te adoro y te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen, no te adoran y no te aman"

Es la “gran Aparición de la Virgen María del siglo XX”. Hasta 1917 apenas si la pequeña villa de Fátima (Portugal) era conocida fuera de su nación ni aun dentro de ella.

Cerca de Fátima se encuentra la aldea de Aljustrel, en donde nacieron los tres niños: Lucía, Francisco y Jacinta; éstos dos últimos eran hermanos y primos de la primera.

Lucía era la menor de cinco hermanos y la mayor de los tres videntes de la Virgen de Fátima y la que más directamente trató con la Virgen María, quizá por ser la mayor. Muertos ya sus dos primitos, ingresó con las Religiosas Doroteas en Pontevedra (España) y más tarde, con deseos de vivir más retirada del mundo, abrazó la vida de religiosa carmelita contemplativa. Falleció el 13 de febrero de 2005 en Coimbra, Portugal.

Los tres videntes eran sencillos, humildes y de familias muy cristianas. Recibieron una formación bastante severa y desde muy niños se vieron obligados a trabajar para poder comer. Francisco era jovial, simpático y muy agraciado. Le gustaba la música, las flores y, sobre todo, las estrellas. Normalmente él veía a la Virgen, pero no le hablaba ni la oía. Corto sería su destierro en esta vida. El 4 de abril de 1919, a los dos años de las celestes apariciones, volaba al cielo. Jacinta también era muy fina y agraciada. La benjamina de diez hermanos. Desde muy pequeñita fue muy piadosa y sufría cuando le contaban los padecimientos de Jesús en su Pasión. A los diez años de edad volaba al cielo este ángel de carne humana que, como su hermanito, el 13 de Mayo del año 2000, el Papa Juan Pablo II los declaró beatos en su visita a Fátima, siendo los primeros niños no mártires en ser beatificados.

A los tres videntes, el 13 de mayo de 1917, en medio de una tormenta y mientras cuidaban el rebaño, después de haber rezado el Santo Rosario, se les apareció la Virgen María vestida de blanco y les pidió que volvieran seis veces más y que el mes de octubre les revelaría quién era y lo que quería. Les anunció que tendrían que sufrir mucho, pero que no se desalentaran que Ella les ayudaría. Les pidió rezaran muchos rosarios, pero mejor de lo que lo hacían hasta entonces. Las apariciones se repitieron el 13 de cada mes. En todas ellas sucedía algo parecido: mientras rezaban el Santo Rosario, acompañados cada día de más seguidores que palpaban lo sobrenatural, se les aparecía aquella joven, resplandeciente de luz, vestida de blanco, con el rosario entre las manos y les invitaba a rezar con Ella. Después les comunicaba algunas cosas que han llegado hasta nosotros, donde se manifiesta el deseo ardiente de la Virgen de que seamos almas de oración y que procuremos hacer sacrificios para unirlos a la Pasión de su Hijo.

De todas partes del mundo desde entonces, y cada día va en aumento, acuden gran cantidad de fieles a la pequeña villa de Fátima, a rezar a la Virgen María, a recibir los Sacramentos y mejor vivir la vida cristiana. La Virgen de Fátima irradia desde allí sus gracias y bendiciones sobre toda la humanidad. Su Corazón Inmaculado y el Escapulario del Carmen han sido los instrumentos que ha elegido para manifestarnos su amor.

ORACIÓN A
NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás éstas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Tomado de:

http://www.tradicioncatolica.com

Nuestra Señora de Luján

8 de Mayo

¡Oh Madre de Clemencia! ¡Ora pronobis!

La devoción a María Inmaculada fue la preferida de los descubridores y conquistadores, y la que arraigó más hondamente en la América Española. Prueba de ello son los numerosos títulos y advocaciones de la Virgen existentes en estos países.

En la Argentina, en el Uruguay y en el Paraguay, el más famoso es el de Nuestra Señora de Luján, venerado aquí desde hace más de 300 años. Su sagrada imagen quiso quedarse en Luján por modo milagroso, para ser madre del pueblo argentino y la “Perla del Plata”, y atraer desde allí los corazones de todos los buenos cristianos.

El primer modesto santuario, erigido de 1754 a 1763 y que medía 48,50 mts. de largo por 8,25 mts. de ancho, cedió su lugar a la actual magnífica Basílica gótica, de 115 mts. de largo por 20 mts. de ancho y 30 mts. de alto, más de 70 mts. de crucero, coronada de esbeltas torres, cuyas dos flechas principales se levantan a 110 mts. de altura. Es, por cierto, un monumento digno de María y de la fe de los argentinos, y bajo sus bóvedas resuenan año tras año cánticos y plegarias en todas las lenguas de la tierra, ya que peregrinos de toda raza y nación van a postrarse ante la querida imagen en demanda de su protección.

Dicha imagen fue solemnemente coronada el 18 de mayo de 1887, coronación que se rememora en la fiesta de hoy.

ORACIÓN A
NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN

¡Oh Inmaculada Virgen María! Que habéis querido ser venerada por los fieles bajo el título de Nuestra Señora de Luján, manifestando en la imagen que os está dedicada en aquel pueblo, vuestro poder, vuestro amor y vuestra gloria; tened compasión de nosotros y líbranos de tantos males como nos rodean. Haced que reine en las familias el espíritu religioso de nuestros mayores; conservad a la mujer cristiana en la práctica santa de la religión; preservad a la niñez y a la juventud de los peligros del vicio; iluminad a los que gobiernan. Apartad de nosotros toda peste; fecundad con lluvias oportunas nuestros campos; bendecid sus frutos, haciéndolos saludables. Convertid, Virgen piadosísima, a los pecadores, que atraen sobre las naciones los castigos del cielo. Escuchad ¡Oh Madre de Clemencia!, el amor que de toda la República llega hasta vuestro glorioso Santuario y colmadnos a todos de vuestras maternales bendiciones. Amén.

ORACIÓN

Mira, oh Señor, con ojos propicios la devoción de tu pueblo; a fin de que, por los méritos y súplicas de la beatísima Virgen María, alcancemos tus dones en la presente vida y la salvación eterna en el Cielo. Por J. C. N. S.

Tomado de: http://www.tradicioncatolica.com

LA APARICIÓN DE NUESTRA SEÑORA EN LOURDES*

Visitaste la tierra y la regaste, colmándola de riquezas. (Salmo 64, 10)

El 11 DE febrero de 1858, tres niñas: Bernadette Soubirous, de catorce años, su hermana Marie-Toinette, de once y su amiga Jeanne Abadie, de doce, salieron de su casa en Lourdes para recoger leña.  Para llegar lugar a orillas del río Gave, donde les habían dicho que encontrarían secas en abundancia, tenían que pasar ante una gruta natural abierta peñascos de Massabielle que bordeaban el cauce del río, después de cruzar el arroyo, cuya corriente movía la rueda de un molino.

Las dos niñas más pequeñas vadearon el arroyo dando chillidos, porque el agua estaba muy fría. Bernardette, que a diferencia de sus compañeras, usaba medias en razón de su delicada —sufría de asma—, no se atrevía a imitarlas. Sin embargo, cuando las otras dos se negaron a ayudarla a pasar, comenzó a quitarse las medias.  En eso estaba, cuando oyó a su lado el ruido de un murmullo, como el que produce una ráfaga de viento.

Levantó la cabeza y comprobó que los Otilios de la otra orilla estaban quietos; sólo que le pareció advertir un leve movimiento en las malezas que crecían ante la gruta, muy cerca de ella, al lado del arroyo. Se desentendió del asunto, acabó de quitarse las medias y, ya iba a meter un pie en el agua, cuando el susurro se repitió.

Aquella vez se quedó mirando fijamente hacia la gruta y vio agitarse con fuerza las ramas de las zarzas, pero además, en un nicho dentro de la cueva, detrás y encima de las ramas, estaba la figura de «una joven vestida de blanco, no más alta que yo, saludándome con ligeras inclinaciones de la cabeza», como dijo más tarde Bernadette.  La aparición era muy hermosa: la joven vestía túnica blanca, ceñida por una banda azul y llevaba un largo rosario colgado del brazo. Al verla, le pareció que hacía signos como invitándola a orar; Bernadette se arrodilló, extrajo de la bolsa su rosario y comenzó a recitarlo; entonces, la aparición tomó también el rosario en sus manos y empezó a pasar las cuentas, rezando, pero sin mover los labios.

No se hablaron, pero al terminar los cinco misterios, la figura sonrió y, retrocediendo hacia las sombras de la gruta, desapareció. Las otras dos niñas regresaron de recoger la leña y se echaron a reír al ver de rodillas a Bernadette. Jeanne le reprochó que no las hubiese ayudado a recoger ramas secas y luego se encaramó a las rocas, corriendo hacia el otro lado de la gruta; pero Marie-Toinette se acercó a su hermana: «Tú estás como asustada, le dijo. ¿Viste algo que te dio miedo?».

Bernadette se lo contó todo, mediante la promesa de que no lo repetiría a nadie; sin embargo. Toinette se lo dijo a su madre tan pronto como regresaron a casa. La señora Soubirous interrogó a Bernadette.

—Te engañaste, chiquilla, le dijo. Debes haber visto una piedra.

—No, repuso la niña; era una jovencita y tenía un rostro muy bello.

La madre llegó a la conclusión de que tal vez sería un alma del purgatorio y prohibió a su hija que volviese a la gruta. Los dos días siguientes Bernadette se quedó en casa, pero numerosos chiquillos de la vecindad que se habían enterado del suceso, la importunaron para que regresara al lugar.

La señora Soubirous, exasperada, mandó a su hija a que pidiera consejo al padre Pomia quien no le hizo caso; entonces, la señora recomendó a Bernadette que hablara con su padre y éste, después de algunas vacilaciones, la autorizó a que fuera. Varias niñas emprendieron el camino de la gruta, llevando una botella con agua bendita y, al llegar, todas se arrodillaron a rezar el Rosario.

Cuando iban en tercer misterio, «la misma joven blanca se hizo presente en el mismo lugar de antes», para decirlo con las propias palabras de Bernadette: «¡Ahí está! le dije a la que estaba más cerca de mí y le puse el brazo sobre los hombros señalando a la joven blanca, pero ella no vio nada».

Otra niña, llamada Marie Hillot, le dio el agua bendita y, levantándose, arrojó algunas gotas hacia visión; la figura sonrió e hizo la señal de la cruz. Bernadette le habló: «Si vienes de parte de Dios, acércate». La figura avanzó un paso.

En aquel momento Jeanne Abadie con otras niñas trepó a las peñas de la gruta y lanzó una piedra que fue a caer a los pies de Bernadette. La visión desapareció. Pero Bernardette volvió a arrodillarse y permaneció inmóvil, como en un trance, con ojos fijos en la gruta. Sus compañeras no pudieron moverla. Con dificultad, el molinero Nicolás y su mujer, levantaron en vilo a la chiquilla, y la llevaron por la pendiente hasta el molino, donde repentinamente volvió en sí y se echó a llorar amargamente.

Pronto se reunieron ahí muchas gentes y la madre de Bernadette comenzó a regañar a su hija, con lo cual todos se retiraron discretamente y regresaron a Lourdes. Ninguno de cuantos conocían a Bemadette ni siquiera las monjas que le enseñaban el catecismo, creyeron lo que algunos opinaron que lo que había visto era un ánima del purgatorio.

La tercera aparición tuvo lugar el 18 de febrero, cuando una dama llamada Millet y su hija, que era de la Congregación de las Hijas de María, se llevaron a Bernadette hasta la gruta, una mañana muy temprano. Traían consigo una vela bendita, pluma y tinta.

Las tres se arrodillaron a rezar y, cuando Bernardette murmuró que ahí estaba la figura, la hija de madame Millet le entregó pluma, papel y tinta.

—Si vienes de parte de Dios, por favor dime lo que quieres; si no, vete, dijo Bernadette.  Como la Señora se limitó a sonreír, la niña, agregó alargando el papel y la pluma: por favor ten a bien escribir tu nombre y lo que quieres.

Entonces, la aparición habló por primera vez utilizando el «patois» (dialecto) de Lourdes:

—No hay necesidad de que escriba lo que tengo que decir. ¿Quieres tener la amabilidad de venir aquí todos los días durante una quincena?

Después de una pausa añadió: —No prometo hacerte feliz en esta vida, pero sí en la otra— y elevándose hacia el techo de la gruta, desapareció.

El domingo 21 de febrero, gran número de personas la acompañó a la gruta, incluyendo el Dr. Dozous, un médico escéptico que tomó el pulso y examinó la respiración de la niña durante el trance. La aparición habló de nuevo: «Oraras a Dios por los pecadores», recomendó.

Después de la misa mayor, Bernadette fue a visitar al procurador imperial]. V. Dutour quien la interrogó detenidamente para llegar a la conclusión que la chiquilla era sincera, pero estaba obsesionada.

Después de las vísperas, el comisario de policía, Dominic Jacomet, mandó a buscarla y la sometió un interrogatorio muy severo, y la despidió más tarde con la advertencia de que debía mantenerse lejos de la gruta o atenerse a las consecuencias.

Aquellos funcionarios consideraban que la conducta de la chiquilla perturbaba el orden público y además, habían observado que los terrenos donde estaba situada gruta, ofrecían muy pocas seguridades a las grandes muchedumbres que iba a reunirse ahí.

El día 22, Bernadette fue a la gruta, a pesar de la prohibición. Había ahí un pequeño grupo de ciudadanos y dos gendarmes; pero la aparición no se produjo. El mismo día, el P. Pomian, confesor de Bernadette, declaró que si el procurador Dutour, máxima autoridad en el lugar, no había prohibido a la joven que se acercara a la gruta, ésta podía ir cuando quisiera.

A las seis de la mañana del día 23, Bernadette llegó al lugar y ya se encontraba ahí una multitud de doscientas personas. Aquella vez vio de nuevo la aparición y cayó en un trance que duró casi una hora, Al otro día, la multitud había aumentado a cuatrocientas o quinientas personas y, de nuevo Bernardette tuvo una hora de éxtasis cuando la aparición se manifestó.

Pero se negó a revelar cualquier cosa que la Señora hubiese dicho. El jueves 25, después de rezar un misterio del Rosario, Bernadette comenzó a avanzar de rodillas por la pendiente que ascendía a la cueva, apartando suavemente el follaje.

Al llegar al fondo de la gruta, dio media vuelta sin levantarse y avanzó en sentido contrario; después se detuvo a mirar inquisitivamente hacia el nicho, se puso en pie y caminó hacia el lado izquierdo de la cavidad.*

Lo que la propia Bernadette relata es esto:

«Ve a beber en la fuente y lávate en sus aguas, le dijo la Señora.» Como Bernardette no sabía que hubiese una fuente en las peñas de la cueva, se volvió para acercarse al río. Pero entonces, la Señora volvió a hablar para explicarle.

«Ella misma señaló con el dedo, dijo la joven, para mostrarme dónde estaba la fuente; caminé hacia allí; pero sólo pude hallar un charquito de agua sucia; metí las manos, pero no pude recoger agua suficiente para beber.

Comencé a escarbar y salió agua, pero turbia. Por tres veces la saqué con las manos y la arrojé fuera; después ya podía beberse».

Las gentes vieron que la niña se inclinaba y, al erguirse, tenía la cara sucia con lodo. De nuevo se inclinó y se diría que estaba mordisqueando las dos hojas de una planta. Instantes después, se enderezó y comenzó a andar hacia Lourdes.

Al principio, la gente se mostró despectiva y hasta burlona, pero algo más tarde, aquel mismo día, todos quedaron asombrados al ver que había brotado un manantial de agua turbia en la gruta y su corriente desembocaba en el Gave. Antes de una semana, el manantial estaba produciendo 27,000 galones – (102.200 litros) diarios, como sigue haciéndolo hasta hoy.

El 26 de febrero, ochocientos testigos vieron a Bernadette, en trance, arrastrándose por la pendiente de la gruta, inclinándose con frecuencia para besar el suelo y haciende señas, como si invitara a los demás a imitarla. La aparición había aconsejado que se hiciera penitencia.*

Las visiones del 27 y el 28 siguieron el curso de costumbre, aunque la muchedumbre creció. Bernadette se inclinó repetidas veces para besar el suele y las gentes la imitaron.

Por la tarde del 28, la llevaron ante un magistrado quien le hizo las mismas advertencias. Para el 1º de marzo, el número de espectadores había aumentado a 1,000 y, por primera vez, un sacerdote estaba presente.

El señor cura de Lourdes y los cuatro párrocos, habían declarado que ellos no tenían nada que ver con la gruta de Massabielle, pero el abad Dézirat procedía de distritos lejanos y no estaba bajo la jurisdicción de Lourdes Este sacerdote se mostró muy impresionado. Aquel día tuvo lugar una curación en el manantial, pero no se dio la noticia hasta meses después.  El 2 o marzo, a las 7 de la mañana, estaban presentes 1,700 personas cuando Bernardette vio la aparición por décima tercera vez.

En aquella oportunidad, la Señor: le rogó que hiciera saber a los clérigos su deseo de que se construyera una capilla y se realizara una procesión. Bernadette fue a ver al señor cura, quien la recibió fríamente, la despidió con palabras bruscas y dio a entender a los funcionarios civiles que él personalmente desaprobaba toda la cuestión de las apariciones.

El 3 de marzo fue un día de grandes desilusiones y desprecios para Bernardette. A las 4,000 personas que habían acudido, tuvo que confesarles su fracaso, porque la Señora no había aparecido; pero aquel mismo día, cuando la mayoría de los espectadores habían partido, volvió a la gruta, vio a la aparición y entró en trance durante corto tiempo.

El 4 de marzo, ante miles de espectadores, volvió a tener la visión, entró en trance, pero no hubo novedades. Habían transcurrido catorce días y la Señora no volvió a aparecer; pero el 25 marzo —día de la Virgen— Bernadette visitó la gruta entre las cuatro y las cinco de la madrugada, la Señora apareció y le dijo que se acercara. Bernadette le pidió entonces:

«‘¿Quieres tener la bondad de decirme quién eres?» La aparición sonrió sin responder nada. La niña repitió la pregunta dos veces más y entonces la Señora juntó las manos, levantó la vista al cielo y respondió en «patois»: «Que soy era Inmaculado Conceptiou», «Yo soy la Inmacula Concepción».

Después siguió hablando: «Deseo que se me construya aquí una capilla! Bernadette replicó: «Ya les he dicho lo que tú quieres, pero ellos piden milagros como prueba de tu deseo». La Señora volvió a sonreír y, sin agregar una palabra, se desvaneció a la vista de Bernadette.

La penúltima de las apariciones tuvo lugar el 7 de abril; una muchedumbre de 1.200 a 1,300 personas vio a Bernadette en trance durante tres cuartos de hora. El Dr. Dozous estaba a su lado y constató que la niña alzaba las manos con los dedos entrelazados y las ponía sobre la llama de la vela que ardía frente a ella.

Observó que la llama acariciaba sus dedos y se filtraba entre ellos, sin que la niña pareciera darse cuenta. No sólo era insensible al dolor, sino que los tejidos de su piel no fueron afectados por el fuego, ni le quedó cicatriz alguna.

Cuando volvió en sí del trance, el doctor acercó la vela encendida a la mano izquierda de la niña y ésta la retiró de prisa, exclamando: «¡Me quema!» Debe admitirse, sin embargo que el padre Cross en su «Histoire de Notre-Dame de Lourdes» (i, 494-499) da razones que desacreditan esta declaración.

De todas maneras, la comisión episcopal que examinó e informó las pruebas de las apariciones, no la tomó muy en cuenta. La décima octava y última aparición, ocurrió el 16 de julio, fiesta de Nuestra Señora del Carmen.

Ya para entonces, la gruta estaba cercada para que el público no se aproximara y Bernadette no podía ver más que la parte superior del nicho por encima de las bardas y desde la orilla opuesta del río Gave; sin embargo, la figura no parecía más alejada que las otras veces.

Después de aquella fecha, Bernadette Soubirous nunca volvió a tener visiones de la Santísima Virgen durante los veintiún años que aún vivió. A nadie más que a ella se le otorgó el privilegio de esas visiones.

Conviene agregar unas palabras, a manera de comentario, sobre dos puntos relacionados con las apariciones de la Santísima Virgen en Lourdes: algunos críticos hostiles* trataron de hacer creer que las manifestaciones sobrenaturales habían sido organizadas por el clero, desde Roma, con el propósito de que se confirmara y se popularizara el Dogma de la Inmaculada Concepción que, apenas cuatro años antes, había sido definido por el Papa Pío IX.

Puede comprobarse lo erróneo de esas críticas, recordando que fueron los informes de los testigos, recogidos por las autoridades locales y sometidos a la atención de la Prefectura del Departamento de Lourdes y al Ministerio del Interior de Francia, los que dieron pie a la historia, sin que el clero o la Iglesia se mezclara para nada en las supuestas apariciones, hasta que la fe las arraigó profundamente en el pueblo y ocurrió la extraña coincidencia del nacimiento de un manantial en la gruta y las gentes comenzaron a llegar ahí por miles, desde todos los alrededores.

Tampoco es posible que nadie llegue a creer sinceramente que las autoridades de la Iglesia, trataron de popularizar (como se afirmó) un Dogma aprobado por el Vaticano, «recurriendo a la imaginación y a la superstición de las masas» y para colmo, organizaran el fraude en una remota aldea perdida en los Pirineos, a cien kilómetros de la línea férrea más próxima. Además, todos los actos en la vida subsecuente de Bernadette, la pequeña impostora que habría servido de instrumento a algún astuto eclesiástico, desmienten categóricamente tal hipótesis.

La muchacha no volvió a tener visiones; nunca se le ocurrió adornar con nuevos detalles el relato que hizo desde un principio; jamás demostró sentirse complacida o halagada por la atención que se le dispensaba y nunca obtuvo alguna ganancia pecuniaria por ello.

Rehuyendo el cebo de la fama y la popularidad y conservando la sencillez de una niña, Bernadette ingresó a una orden religiosa de hermanas enfermeras, en 1886, a la edad de veintidós años. Hizo el noviciado en Nevers.  Lejos de Lourdes, y ahí se quedó doce años, hasta su muerte; no tomó parte en ninguna de las grandes obras de construcción en torno a la gruta, ni en las ceremonias de la consagración de la basílica.

En segundo lugar, es necesario llamar la atención hacia un hecho muy notable que confirma el carácter único y sobrenatural de las visiones de Bernardette. Durante sus prolongadas visitas a la gruta, mientras permanecía en trance, con los ojos fijos en la aparición que ella veía tan claramente, diciéndole cosas que hacían llorar de emoción a los campesinos que la observaban, nadie pretendió nunca haber visto lo que ella contemplaba.

No hubo una alucinación colectiva, ni escenas de desorden, ni extravagancias, gritos, contorsione; o cualquiera otra muestra de exaltación. En cambio, cuando la serie de visiones de Bernadette había concluido, comenzaron a aparecer por todas parte; falsas visionarias que hacían demostraciones repugnantes.

Los informes que envió el comisario de la policía a la prefectura sobre este particular, son muy claros. Algunas de las visionarias eran jóvenes realmente piadosas y de buena conducta, sobre todo María Courrech, criada del alcalde, reconocida por todos como una joven buena.

Marie tuvo visiones desde abril hasta diciembre del mismo año y mucha gente le creyó, pero la diferencia entre sus arrobamiento; y los de Bernadette era muy marcada. El P. Cross publicó el testimonio de un testigo intachable sobre las extravagancias de Marie.

Si llegaron a producirse semejantes aberraciones en mujeres de buena disposición y preparación, ya puede imaginarse el lector lo que harían otras muchachas indiferentes e ignorantes, así como los chiquillos que, para imitar a sus mayores, comenzaron también a tener visiones.

Los piadosos ciudadanos de Lourdes y los campesinos de las aldeas vecinas, enteramente convencidos de que las primeras apariciones en la gruta fueron auténticas, estaban dispuestos a ofrecer a cualquiera de sus vástagos como receptáculos de inspiración divina. No hay duda de que, a veces, esos niños quedaron en estado de arrobamiento y hasta hubo algunos que verdaderamente tuvieron alucinaciones.

En cuanto a los «visionarios» adultos, aparte de los mencionados, sólo se puede decir que casi todos hicieron exhibiciones de fenómenos extraños y repulsivos, convulsiones histéricas, gestos, contorsiones, etc., y, por supuesto, en todos esos casos había razones para sospechar que se trataba de una impostura deliberada.

Entre los muchos libros que se han escrito sobre Lourdes, vale la pena consultar para el aspecto histórico, el del padre L. J. M. Cross, Histoire de Notre-Dame de Lourdes (1901), 3 vols., por ser el mejor documentado y el más completo.

Una obra reciente, Histoire exact des apparitions de N. D. de Lourdes, de P. H. Petitot (1935), es buena. Cf. la nota sobre Santa Bernadette, el 16 de abril, en la obra de B. G. Sandhurst We saw her, publicada en 1953, para encontrar catalogadas las pruebas sobre las visiones, con notas críticas.
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  • * Fuente: Vida de los Santos de Butler, Tomo I.
  • (1) Hay dos nichos en la gruta; uno a mayor altura que el otro (en aquel se encuentra actualmente la imagen de Nuestra Señora) y una especie de túnel entre los dos. La figura apareció en distintos lugares; el 25 de febrero y el 25 de marzo, las dos ocasiones más impotantes, la aparición estaba en la abertura inferior del túnel, al nivel del suelo, según afirma el P. Martindale.
  • (2) Aquel día del año 1858, fecha en que se reconoció como manantial la fuente que había surgido de la gruta, era el segundo viernes de Cuaresma y el Evangelio de la misa se refería a una piscina de aguas curativas que se hallaba frente a la Puerta de las Ovejas, en Jerusalén. (Juan V, 1-15).
  • (3)* Ver sobre todo, el British Medical Journal del 18 de junio de 1910, que está dedicado a las curaciones milagrosas de Lourdes. Un artículo de Sir Henry Morris, habla largamente del asunto.
    311.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES *

11 de febrero

En cuanto a mí de nada me gloriaré, sino de mis flaquezas. (2 Cor. 12, 5).

El 11 de febrero de 1858, la Santísima Virgen dignóse mostrarse por primera vez a Santa Bernardita Soubirous; la última aparición tuvo lugar el 16 de julio de ese mismo año. Desde entonces, las peregrinaciones se han sucedido procedentes de todas las partes del mundo, y, en multitud, los enfermos han acudido a implorar a María Inmaculada. Muchos han obtenido una milagrosa curación, muchos otros han recibido la gracia de soportar sus padecimientos con espíritu de fe, y de ofrecerlos a Díos.

MEDITACIÓN
COMO ES PRECISO
SOPORTAR LAS ENFERMEDADES

I. La enfermedad es un presente de Dios, que, a menudo, nos es más útil que la salud. Dios tiene sus designios cuando nos envía una enfermedad: quiere castigarnos por nuestros pecados, o apartar nos de ellos, o bien ejercitar nuestra paciencia y dar nos ocasión de adquirir méritos. Si seriamente buscases la razón de tus sufrimientos, encontrarías que Dios quiere acosarte para que renuncies a tus vicios y lleves una vida más santa. No nos quejemos de nuestras enfermedades, ellas pueden ser para nosotros fuente de grandes virtudes. (Salviano).

II. Sufre pacientemente los dolores de tu enfermedad, súfrelos de buena gana y por el amor de Dios. Mas, como Dios te impone el deber de velar por tu salud, recurre a los medios humanos. Sigue las prescripciones del médico y obedece a los que te cuidan. El que sufre tiene muchas ocasiones de practicar la virtud: aprovecha diligentemente estas ocasiones.

III. No murmures, no te impacientes; persuádete de que estás en tu lecho como en una cruz, y mira con qué paciencia sufrió Jesús en la suya. Para imitarlo, piensa en todos los pobres enfermos abandonados y en los suplicios de las almas del purgatorio; y recuerda que en las adversidades y en los sufrimientos es donde se reconoce al hombre virtuoso. En la adversidad, el pecador se queja, y su impaciencia se derrama en blasfemias; el justo sufre con paciencia. (San Cipriano).

La paciencia
Orad por los enfermos.

ORACIÓN

Oh Dios, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, habéis preparado un digno santuario a vuestro Hijo, concedednos os suplicamos, que, cele brando la Aparición de María Santísima, obtengamos la salud del alma y del cuerpo. Por J. C. N. S. Amén. Por J. C. N. S. Amén.

* FUENTE: Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo I, (Ed. ICTION, BuenosAires, 1982)

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NUESTRA SEÑORA DE LA CONCEPCIÓN

2 de febrero

CONCEPCIÓN DE SUYAPA *

En 1925 S.S. Pío XII declaró a Nuestra Señora de Suyapa Patrona de la República de Honduras, y se escogió el 3 de febrero como el día de la celebración patronal, con misa y oficio propios.

La imagen de la Madre de Dios que más se venera en Honduras es la de Nuestra Señora de la Concepción de Suyapa. El culto a la patrona de Hon. duras comenzó un sábado de febrero de 1747, cuando su imagen fue des cubierta por unos indios que, sorprendidos por la noche al regresar de su trabajo, decidieron quedarse a dormir junto al camino. El jefe del grupo estaba tomando sus disposiciones y limpiando el terreno, para acomodar a sus hombres, cuando tocó con su mano un objeto duró ~ue despertó su curiosidad. Lo desenterró a tientas y, al día siguiente, pudo ver que se trataba de una pequeña estatua de la Virgen María. Asombrados por el hallazgo, los indios se apresuraron a llevar la imagen a la vecina aldea de Suyapa, donde en seguida se ganó la veneración de todos los indígenas. Se dice que la imagen comenzó a obrar milagros y así, su fa- ma se extendió rápidamente. Se le erigió una ermita que, poco a poco, se convir- tió en el pequeño y concurrido templo que hoy existe. La estatuita no mide más que seis centímetros y medio de alto. Le sirve de pedestal un globo de plata de cinco centímetros. Con el manto y los vestidos que la adornan, llega a una altura de quince centímetros. Monseñor Hombach, arzobispo de Tegucigal- pa obtuvo de la Santa Sede que esta imagen fuera declarada Patrona de Honduras y que su fiesta, con misa y oficio propios, se celebrara el día 3 defebrero.

Valladares, R. Juan, La Virgen de Suyapa, Tegucigalpa, 19%. Die Katolische Missionen 30,315. Du Manoir, H., Maria Etudes sur la Sainte Vierge, París 1958, vol. 1, p. 305.

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NUESTRA SEÑORA DE SAN JUAN DE LOS LAGOS *

2 de febrero

¡Santa María de los lagos, rogad por nosotros!

Llegó a México esta imagen, gracias a los franciscanos que evangelizaron lo que entonces se llamaba Nueva Galicia.
En 1623 ocurrió un milagro que sacó del olvido a la imagen: En un acto peligroso que una familia de titiriteros realizaba en mitad de la plaza de San Juan de los Lagos, la hija joven murió al caer sobre filosas espadas. La consternación de los padres fue enorme y la población también sintió mucha lástima por ellos. Una india que tenía honda devoción a la imagen de la Virgen que se hallaba en la sacristía de la capilla del hospital, llevó la estatuailla hasta los brazos de la muerta. Al cabo de unos momentos, en que todos suplicaban el favor de la Santísima Virgen, la joven volvió a la vida. Para conmemorar tal suceso, la familia de titiriteros quiso reparar la imagen que se encontraba muy deteriorada. La llevaron a la ciudad de Guadalajara y allí un joven misterioso se les presentó y restauró la imagen y desapareció en seguida.


Con tales sucesos, la devoción popular se incrementó. Se edificaron varias capillas con su nombre; pero pronto fueron insuficientes para recibir la corriente de peregrinos que acudía a honrar a la Madre de Dios. Treinta y siete años se tardó en construir el actual santuario. En 1769 se bendijo y destinó al culto. Tiene dos torres de 65 metros.

La imagen tiene 27 centímetros de altura y representa a María en el misterio de su Concepción Inmaculada.

* FUENTE: VIDAS DE LOS SANTOS, DE BUTLER

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NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA DE POTOSÍ *

2 de febrero

Imagen de una procesión de Nuestra Señora de la Candelaria, en España

En la iglesia de San Pedro de Potosí, lugar famoso por sus minas de plata, se venera una imagen de la Candelaria.
Es extraordinario un hecho que se cuenta sobre esta imagen.

Se habían hundido unas minas y sepultado a ocho indios que trabajaban en ellas. El hundimiento fue tan grande, que no había esperanzas siquiera de sacar los cadáveres. Pero un sábado, a los dieciséis días del suceso, se alborotó toda la ciudad: Por las calles corría la noticia de que los ocho indios sepultados en la mina habían salido con vida y, hasta en la iglesia donde se celebraba la misa, las gentes comentaban el suceso.

El alboroto creció de punto cuando los indios aparecieron en la iglesia y se postraron ante la imagen de la Virgen para dar gracias por el favor. Luego relataron que hallándose sepultados bajo tierra, habían comido unos panes y bebido un agua que milagrosamente aparecieron; el cabo de vela que tenían, no se les había consumido y dos de ellos habían visto en sueños a la Madrde Dios que les aseguró que se salvarían precisamente en la fecha en que pudieron salir: el sábado a la hora de la misa. La narración de estos hechos la escribió Martínez Vela en sus «Anales de la villa imperial de Potosí». El año era el de 1616.

Vargas U., Hist. del culto de María en lberoamérica, p. 703.

* FUENTE: VIDAS DE LOS SANTOS, DE BUTLER

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Imagen tomada de: http://sancho.alkar.info/archivos/2008/jerez-de-la-frontera-semana-santa-2008-3/