Lutero, el monje maldito -Capítulo 11 de 16

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Presentamos a continuación el ciclo de 16 programas sobre la Reforma Protestante y la figura histórica de Martín Lutero, para de esta manera poder conocer donde se encuentra el error, que como veneno se esparció desde aquella época hasta hoy, cegando tantas almas…

Un documento excepcional sobre la verdadera figura de Lutero, a la que se pretende rendir homenaje en breve por parte de la propia Iglesia católica.

Narrado por Fabián Vázquez-Radio Cristiandad.

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Lutero, el Monje Maldito- Capítulo 11 Bloque 1

Lutero, el Monje Maldito- Capítulo 11 Bloque 2

Original de:

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Radio Cristiandad

www.radiocristiandad.wordpress.com

Obispos pidiendo perdón

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Anuncian las redes sociales que los 115 Obispos de Francia han pedido perdón por el largo silencio culpable guardado ante los casos de pedofilia de los sacerdotes. El acto ha tenido lugar a propósito de las Jornadas de oración y penitencia celebradas según una iniciativa del Vaticano que tuvo lugar en el pasado mes de Septiembre, en la cual se dejaba a las Conferencias Episcopales la organización de las diferentes modalidades para llevarlas a cabo.

Como es de dominio público, el hecho de pedir perdón es una moda puesta muy en boga por la Jerarquía Católica que, como no podía ser menos, ha sido sido proclamada a los cuatro vientos por todos los media, con coreografía añadida por la misma Jerarquía Católica.

Aunque la moderna Sociedad no suele detenerse en examinar despacio determinados hechos sociales, salvo aquellos que resulten contrarios y dañinos contra la Fe y la Moral de la Iglesia para ser aireados y magnificados, parece que vale la pena parar la atención en este al que aludimos, teniendo en cuenta sobre todo la profundidad del contenido que encierra…, aparte de la absoluta falta de sinceridad que manifiesta.

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El último error de Hillary

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No recuerdo, en mi larga vida monacal, haber asistido a unas elecciones presidenciales norteamericanas tan seguidas de cerca en mi monasterio.  La culpa la han tenido mis novicios, que andan pegados a sus tuites y a las televisiones. Y mis Superiores, que andan servilmente pegados a los novicios. Son progresistas de nuevo cuño. Adquirieron un progresismo clerical en las Facultades de Teología que se les ha quedado pegado, como el pringue en el puchero de mi abuela. Menos mal que tengo a Fray Malaquías. Y desde luego, esta mañana hemos disfrutado al terminar los Maitines. Todos los monjes andaban cabizbajos, tristes y cetrinos. Con unas ojeras atribuladas y murriosas. Se han pasado la noche escuchando la radio (espero que no haya sido la COPE), mientras Fray Malaquías y yo dormíamos a pierna suelta. Por eso esta misma mañana, cuando cantábamos los dos vejestorios los Aleluyas, nos miraban de reojo para ver si en realidad lo decíamos por las elecciones norteamericanas.

He de reconocer que llevo varios meses escuchando que iba a ganar la Clinton, y casi casi me lo había creído. La veía tan apoyada y aupada por todos -unos y otros-, que pensaba que iba a funcionar una vez más la guillotina general. Se empecinaban -unos y otros-, en vaticinar el desastre monumental del Planeta en caso de que ganara Donald. Y la estabilidad y continunidad si ganaba Hilaria. El derrumbe del Sistema Financiero si uno ganaba y el Cielo en la Tierra si vencía la otra. No nos han dejado tener una opinión distinta de la prevista, a excepción de algunos medios periodísticos, calificados por eso mismo de anti-sistema. ¡Con lo que le gusta al Sistema eso del anti-sistema!

Cuando se aventaban los correos de Hillary, las graves acusaciones del FBI, los siniestros datos sobre su siniestra vida, negocios, arreglos y chanchullos, las noticias sobre sus participaciones en los líos del mundo árabe con su Isis y sus crímenes… nunca dejé de pensar que iba a ganar con toda seguridad. Ya sabemos que a los oscuros jefes mundiales les tiene todo esto sin cuidado. Además, suelen ser precisamente ellos los que lo organizan.

Frente a esto, las palabras despectivas de Trump hacia algunas mujeres, su machismo (pecado super-capital del mundo moderno), su dinero, sus modales y expresiones bastas, hasta su pelo… eran denunciados por todos. O sea, que se le podía perdonar todo a Hillary, ante este monstruo-pretendiente a la Casa Blanca. Realmente confieso que hasta ayer, tenía que reconocer que la victoria de la Clinton estaba cantada.

Pero según leí en su momento, Hillary cerró la campaña citando al Papa. ¡Zas! ahí me desperté de mi sueño dogmático. Si ha citado a Francisco, entonces ya tiene encima el mal de ojo, me dije. Como he denunciado en otras ocasiones, cada vez que algún presidenciable, ministeriable o primerministrable acude a darle la mano a Bergoglio, su derrota electoral está cantada. Y si se relaciona con él de alguna manera, aunque sea de lejos, los augurios serán bastante malos. Ya sé que desde hace mucho es conocido que Francisco estaba decantado hacia la Candidata. Ya sé que el Soros es amiguete de los dos y ha financiado a los dos, y mantiene a Obispos financiados para apoyar a la Hilaria. Pero citarle como apoyo en el final de la campaña, ha hecho que se desataran todos los malos agüeros. Los hígados de los pollos demócratas se tornaron de un negro-infernal de forma automática.

Por eso me acosté tranquilo. Bueno, antes de acostarme me fui a la celda de Fray Malaquías para que me escanciara una gota de su licor tridentino. Y brindamos en la celda mientras los novicios y demás monjes escuchaban la COPE.

Por cierto, ahora que lo pienso, también puede haber tenido algo que ver en la victoria de Trump el hecho de que la cadena de los Obispos apostó siempre por Doña Clinton. La prueba está en que ahora mismo presenta en su página la noticia con este titular: Un país dividido. Ahora me entero yo de que cuando alguien gana unas elecciones y otro las pierde, el país está dividido. Pues claro. Unos ganan y otros pierden. Seguro que estos de la cadena de los Obispos también recibieron instrucciones de Roma. Se les ve el plumero.

En fin, lo siento por los demócratas de todo el mundo, a los que siempre se les llena la boca diciendo que el pueblo debe hablar, que el pueblo vota y nunca se equivoca, que el pueblo es el que en cada papeleta deposita un trocito de soberanía… y otras memeces. En este caso, como en Colombia, el pueblo se equivoca. Faltaría más.

Yo le aconsejaría vivamente al nuevo Presidente de los Estados Divididos (Cope dixit), que ni se le ocurra ir a Roma. Por si acaso.

Fray Gerundio

Tomado de:

adelantelafe.com