37,7. La Iglesia Católica es SANTA en su doctrina, en su moral, en sus medios de santificación -los sacramentos- y en sus frutos. No quiere esto decir que todos los católicos sean santos. Esto es imposible, dada la libertad humana1.
La Iglesia condena la mala conducta de toda persona.
Precisamente los malos, lo son por no cumplir lo que manda la Santa Iglesia Católica.
No se puede atribuir a la Iglesia los pecados de los malos católicos.
No es la fruta podrida caída de un árbol sino la madura que cuelga de sus ramas lo que manifiesta la bondad de ese árbol.
«Cristo no fundó su Iglesia para reunir santos, sino para formarlos»2.
«Es incomprensible, en los que acusan a la Iglesia, que habiendo en ella tanta grandeza, sólo se fijen en lo malo. Esto es tan ridículo como si a un árbol cuajado de frutos se le condenara por alguna fruta que yace podrida en el suelo.
«De los Papas que ha tenido la Iglesia, solamente tres no han cumplido con las obligaciones de su cargo.» Pero los enemigos de la Iglesia continuamente están haciendo alusión a ellos, pero nada dicen de treinta y un Papas que murieron mártires, y de los ochenta que llegaron a santos»3.
»A los que se me acercan acusadores, yo les digo: “Enséñame otra Iglesia que tenga más mártires que hayan dado su sangre por Cristo, más misioneros que hayan proclamado el Evangelio, más mujeres que se hayan consagrado al servicio de los pobres y enfermos”, y se quedan callados»4.
Si para entrar en la Iglesia católica hubiera que ser santo, pocos podrían entrar.
Dice San Cipriano: «Aunque la cizaña aparece en la Iglesia (…) nosotros debemos procurar ser grano bueno, a fin de que cuando llegue el momento de recoger el grano bueno en los graneros del
Señor, recibamos una recompensa apropiada»5.
«En la historia de la Iglesia se entrecruzan luces y sombras.
»La Iglesia ha reconocido siempre que ella, a pesar de ser una comunidad santa, acoge en su seno a hombres pecadores.
»Todos los miembros de la Iglesia están sometidos a la tentación, a la infidelidad y al pecado»6.
Los malos católicos no son malos por ser católicos, pues la Iglesia quiere que sean buenos.
Los que han vivido la plenitud del catolicismo han sido unos santos, unos héroes, unos bienhechores de la humanidad. Basta citar nombres como San Vicente de Paúl, San Raimundo de Peñafort, San Pedro Nolasco, San Pedro Claver, San Juan de Dios, San Juan Bosco …, y tantos otros miles de santos que la Iglesia venera en los altares. La Iglesia Católica es admirable por la grandeza de sus santos, el celo de sus misioneros, y el heroísmo de sus mártires.
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2 PINARD DE LA BOULLAYE, S.I.: Jesús, viviente en la Iglesia, VI,6. Ed, FAX. Madrid.
3 JUAN RIVAS, L.C.: Por qué soy católico, VI. Ed. Hombre Nuevo. Los Ángeles. California.2002
4 JUAN RIVAS, L.C.: Por qué soy católico, VI, 3. Ed. Hombre Nuevo. Los Ángeles (EE.UU.) 2002.
5 SAN CIPRIANO: Epístola LIV, nº 3. Migne Latino, IV, 344.
6 Conferencia Episcopal Española: Ésta es nuestra fe, 1ª, IV, 2. EDICE. Madrid 1986.