En la Misa Tradicional se contempla la belleza de Dios

misa

En la Misa de siempre se percibe con total claridad la trascendencia y sacralidad del Misterio que se celebra. Mucha gente alejada de la Fe vuelve a la ella cuando la conoce. Es el caso de Luis Medina, que regresó a la Iglesia tras caer en el protestantismo. Hoy es un padre de familia ejemplar que compagina su actividad profesional con la evangelización a través de las redes sociales. En esta entrevista nos cuenta lo que supuso en su vida descubrir la Misa de San Pío V.

¿Nos podría hablar de su infancia y educación católica y de cómo la religión estaba muy presente en cada actividad cotidiana?

Crecí en el norte de México, el seno de una familia muy católica. Mis padres son católicos y personas muy buenas. El pilar de la fe eran mis abuelos, los dos eran muy devotos, iban a la Santa Misa a diario, estaban involucrados en algún tipo de actividad de la parroquia y ponían un énfasis muy grande en la oración. Mis abuelos siempre, SIEMPRE rezaban el Ángelus al mediodía, y el Santo Rosario a las seis de la tarde todos los días. La vida entonces tenía otro ritmo, era un mundo más lento que el actual, había un sentido más comunitario y las familias se visitaban muy seguido sin tener pretexto alguno, de repente te llegaban de sorpresa porque querían ‘ir a saludar’.

Mis padres, aunque muy fieles a la Iglesia no eran tan devotos como mis abuelos, ellos se encargaban de que tuviéramos la formación espiritual necesaria, pero las disciplinas espirituales no eran enfatizadas al mismo grado que mis abuelos.

A pesar de que México era (y lo sigue siendo) un país altamente laico, durante mi infancia la presencia de la Iglesia era palpable en la sociedad. En ese entonces se respetaban los días festivos del calendario cristiano, durante la Semana Santa todo el vecindario se volcaba a la parroquia local, y era común ver a los sacerdotes visitar a las familias, todo giraba en torno a la fe. En ese entonces era normal que las mamás ayudaran a catequizar a los niños y los papás dieran clases de formación de los adultos, a preparar a los niños para ser monaguillos, mi familia -como cualquier otra familia mexicana- participaban en las actividades y necesidades de la parroquia. Tanto mi madre como mi abuela fueron ‘mamás catequistas’, mi abuelo ayudaba en el coro, mis tíos ayudaban en Misa y yo fui monaguillo. Hoy en día ese mundo parece cada vez más una fantasía si lo contrasto con el mundo en el que están creciendo mis hijas.

¿Cómo se alejó de la fe católica hasta hacerse protestante?

Mi introducción al protestantismo llego por medio de mi esposa. Usualmente, cuando la gente deja el catolicismo, lo abandona en malos términos. En mi caso no sucedió así. Cuando conozco a mi esposa me di cuenta de lo bien versada que estaba en los temas bíblicos y eso me dejó anonadado. Ella viene de una familia de tradición protestante-evangélica de las praderas del ‘Mid-West’ de los Estados Unidos, con una religión donde el énfasis en la memorización de la Biblia es primordial. Yo, clásico católico nominal con años de ignorancia, bombardeo secularista e influencias pragmáticas americanas no tenía ni idea de lo que me hablaba cuando discutíamos de temas religiosos, después de todo no tenía idea de quien era Moisés, por ejemplo. Conocerla fue como el encuentro de dos mundos.

Y usted cayó en el error… 

Así es. Es ahí donde entró el argumento luterano de la ‘Sola Scriptura’ en mi pensar, lo introdujo un pastor bautista en uno de sus sermones. Empecé a frecuentar a una iglesia bautista y de ahí comencé a explorar otras denominaciones, Pasaron los años y yo ya ni me acordaba de la Iglesia Católica, ni sentía la ausencia de no comulgar en ella, pero no tenía animosidad hacia ella, simplemente no había una hambruna en mi alma por ella. Después de dos años de intenso estudio informal me llegó la idea de estudiar en un seminario, algo más formal. Decidí, optar por ‘Southwestern Baptist Theological Seminary’ en Fort Worth, TX. Todo, una vez más, iba bien, estaba aprendiendo, creciendo en mi fe, era el presidente de la asociación hispana del seminario, trabajaba medio tiempo como pastor de jóvenes en una iglesia local y si jugaba mis cartas bien tendría grandes posibilidades de crecimiento en el mundo bautista, pero a pesar de todo, algo en mi alma no me dejaba en paz. Al paso del tiempo me di cuenta de que lo que me faltaba en la vida era la Liturgia, los sacramentos, una comunidad eclesiástica, necesitaba algo trascendental. Era obvio que la Misa Tradicional era la respuesta que buscaba, pero al principio creí que podía balancear las dos, ir a Misa los sábados y los domingos desempeñarme como pastor de jóvenes, pero este estilo de vida no era sustentable y solo causó estragos en mí.

¿Cómo eran las celebraciones bautistas y el vacío que le dejaban?

La liturgia bautista es muy peculiar, en lugar de Misa, los bautistas tienen servicios, su liturgia es informal, y cualquier tipo de alcohol está prohibido, su comunión consiste en tomar jugo de uva y unas galletitas insípidas (una vez por año). Conforme más estudiaba menos me agradaban las tradiciones evangélicas. Mi regreso a la Iglesia comenzó un domingo de pascua, ese día el pastor de la iglesia bautista me pidió que si le ayudaba a traducir su sermón al castellano en vivo lo cual yo accedí. Después de unas canciones el pastor decide cambiar la dinámica del servicio, y dice ‘sé que la comunión la reservamos para después del sermón, pero en esta ocasión comenzaremos con ella antes de predicar’, prosigue aclarando a su congregación sobre como la comunión no tiene ningún significado, solo es meramente simbólico.

Fue ahí donde yo no pude traducir lo que dijo, y simplemente me limite a recitar unas palabras de Apóstol San Pablo en la carta a los Corintios. Ese suceso me dejó claro que el problema era yo, que mi corazón añoraba la Liturgia católica pero mis intereses buscaban el potencial de crecimiento del entorno bautista y había que tomar una decisión.

¿Cómo la Santa Misa Tradicional le hizo volver al catolicismo? 

El tradicionalismo solo lo conocía de oídas, mi padre me contaba cómo era la Misa antes, (celebración “Ad Orientem”, todo muy sacral y respetuoso, las damas usando velo, el Padre no permitía gente mal vestida y el latín era el idioma usado etc). Era un mundo que me fascinaba, pero jamás pude experimentarlo de joven, yo crecí bajo Novus Ordo.

27157790_10215502013840757_691517088_nGracias a Dios puede descubrir la Misa de siempre y yo debo mi fe a ello. Gracias a la liturgia tradicional pude ver la belleza de Dios, su plan de salvación, y sobre todo una gran reverencia a Dios asistiendo con devoción a su Santo Sacrificio y participando de él. En un mundo rodeado de pastores que construyen una fe a los gustos de los congregantes, con estrategias de mercadotecnia, y operan como una corporación de Wall Street, la Misa Tradicional fue la antítesis a ese mundo sintético que me rodeaba. Me fue de mucha ayuda porque restituyó en mi la creencia en lo sobrenatural, lo sacro, lo estético, me sacó de un gnosticismo disfrazado que reducía a Dios a una pieza de información.

Todo tiene un orden, un sentido, un propósito, y lo más importante, la Misa Tradicional me ayudó a entender que el foco de atención no es la congregación, no soy yo, es Dios. La Misa es Sacrificio. Es la misma Víctima del Calvario la que se inmola sobre el altar; sólo que allí se inmoló con derramamientote sangre, y en el altar se inmola de forma incruenta bajo las especies de pan y de vino. En el Calvario Jesucristo nos mereció con su muerte los tesoros infinitos de las gracias; en el altar ya no puede merecer más, pero nos comunica esos tesoros.

Uno de los efectos más impactantes para mí fue ver como mis propias hijas respondían a la solemnidad de la Misa Tradicional, era como si ellas entendieran que algo importante había en el Templo. Todo es importante, su constancia provee disciplina, su enfoque Cristo-céntrico no da lugar a abusos litúrgicos, su universalidad transciende idiomas o culturas, y la manera en que estructuran sus partes ayudan a entender todo en un contexto más fidedigno. Pero para mí, lo más impactante fue la manera en que respeta y adora la Santa Eucaristía. Nunca había visto una reverencia tan pura hacia el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo.

¿Por qué la Liturgia tradicional debe ir unida a la doctrina recta? 

Porque es vital en nuestro caminar por este mundo. A mí me encantan las actividades al aire libre, y una clave para poder disfrutarlas es el tener buenas guías, sin ellas es muy fácil perderse. La doctrina funciona de una manera similar, sin ella tarde o temprano uno puede terminar en herejía o promoviendo cosas que van en contra de la fe. En los Estados Unidos, la doctrina recta es algo de lo más controversial que se puede hablar porque va en contra del individualismo extremo que nos rige como sociedad. Un cristiano sin doctrina recta es como un niño con un padre ausente, ambos son muy dañinos y pueden llevar a la tragedia.

Para finalizar háblenos de su vocación como comunicador católico… 

Los medios tienen la función de alterar el pensamiento, buscan cambiar patrones de consciencia, no es coincidencia que lo que antes era considerado ‘tabú’ o una falta a la moral hoy en día no solo es aceptable, si no promovido. No es coincidencia que la pornografía sea tan popular, esa industria ha sabido posicionarse en los medios y se hace accesible a todo el mundo. Ellos saben que para expandir su influencia es indispensable que haya ausencia de católicos en los medios, y por eso gastan millonadas en publicidad. Es imperativo para mi ser parte de la solución, el combatir el vicio con la virtud, la pornografía podrá usar imágenes eróticas para llamar tu atención, pero jamás se comparará con una obra de el Greco o Zurbarán.

Ellos tendrán los recursos, pero nosotros contamos con la verdad, ellos tendrán la atracción pecaminosa, pero nosotros tenemos la belleza. Si deseamos detener el deterioro cultural hay que cambiar mentalidades, para eso es necesario estar en los medios, no hay de otra.  Mi vocación como católico tiene como principal objetivo honrar a Dios, a su Iglesia, y promover la sana doctrina. Mi intención es normalizar en los medios la presencia de la Iglesia Católica, el difundir la belleza de la doctrina recta y buscar ser una alternativa al hedonismo que impera en nuestros medios.

Javier Navascués

Tomado de:

https://adelantelafe.com/

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