Santa Misa Dominical

QUINTO DOMINGO
DESPUÉS DE PASCUA
( Doble – Ornamentos blancos )

Dejo el mundo y voy al Padre.

Los misterios de Pascua y la Ascensión son dos temas que aparecen íntimamente unidos en la liturgia de hoy. Unos días más, y el tiempo pascual, en el más riguroso sentido de la palabra, habrá concluido. En el Introito de la Misa sigue dominando el claro júbilo pascual. No nos cansamos de ensalzar al Señor por las grandezas que ha obrado en nosotros, al redimir nuestras almas. Pero nuestro canto no basta; tenemos que comprender la grandeza de nuestro estado de cristianos y debemos vivir de acuerdo con él (Oración). Como un espejo, debemos tenerlo constantemente delante de nosotrosl, para reproducir en todo momento los rasgos de heroísmo y de virtud que él nos imprime (Epístola). Aquí está la piedra de toque de la verdadera fe. ¡Amor al prójimo y ruptura con el mundo, con el pecado! Cristo nos da el ejemplo en el Evangelio del día. Nos anuncia que se va al Padre; pero no va a vivir y a gozar sólo para Sí. Quiere ser allí nuestro Mediador; quiere que le presentemos nuestras necesidades y que le pidamos el remedio de ellas. No olvidemos que dentro de unos momentos se va a presentar entre nosotros en el altar.

Introito. Ps. 48, 20

INTROITUS Ps. 48, 20 – Vocem jucunditátis annuntiáte, et audiátur, allelúja: annuntiáte usque ad extrémum terræ: liberávit Dóminus pópulum suum, allelúja, allelúja. Ps. 65, 1-2 Jubiláte Deo, omnis terra, psalmum dicite nómini ejus: date glóriam laudi ejus. Glória Patri. Introito – Con voz de júbilo, anunciad y haced saber esta nueva, aleluya. Llevad la hasta los últimos confines de la tierra, y decid: El Señor redimió a su pueblo, aleluya, aleluya.» Que toda la tierra cante alegre a Dios; Cantad salmos a su Nombre ; dadle gloria alabanzas. Gloria al Padre, etc.

Oración-Colecta

ORATIODeus, a quo bona cuncta procédunt, largíre supplícibus tuis: ut cogitémus, te inspiránte, quæ recta sunt; et, te gubernánte, éadem faciámus. Per Dóminum nostrum.   R. Amen   

Oh Dios, de quien todos los bienes proceden: suplicámoste humildemente, te dignes inspirar nos santos pensamientos, y nos los hagas poner por obra, con el auxilio de tu gracia(1). Por Nuestro Señor. etc. R. Amen.

Epístola

Todo lo bueno nos viene de Dios y a Él se lo debemos pedir, y en especial le debemos pedir la gracia de obrar siempre en consonancia con nuestra fe, ya que la fe sola, sin las obras no puede salvarnos; Por más que en tiempo de los Apóstoles lo enseñaran algunos gnósticos y ahora lo enseñen los protestantes y prácticamente lo confiesen muchos católicos tibios.

Léctio Epístolæ beáti Jacóbi Apóstoli. Jac. 1, 22-27 Caríssimi: Estote factores verbi, et non auditóres tantum: falléntes vosmetípsos. Quia si quis audítor est verbi, et non factor: hic comparábitur viro consideránti vultum nativitátis suæ in spéculo: considerávit enim se, et ábiit, et statim oblítus est, qualis fúerit. Qui autem perspéxerit in legem perféctam libertátis, et permánserit in ea, non audítor obliviósus factus, sed factor óperis: hic beátus in facto suo erit. Si quis autem putat se religiósum esse, non refrénans linguam suam, sed sedúcens cor suum, hujus vana est relígio. Relígio munda, et immaculáta apud Deum et Patrem, hæc est: Visitáre pupíllos, et víduas in tribulatióne eórum, et immaculátum se custodíre ab hoc sǽculo. Carísimos: Poned en práctica la palabra divina, y no os contentéis con oírla, engañándoos a vosotros mismos. Porque el que se contenta con oír la palabra de Dios y no la practica, parécese al hombre que contempla en un espejo su rostro nativo; y que, luego de mirarse, se va y se olvida al punto de cómo es. Mas, quien contemplare atentamente la ley de la perfecta libertad, y perseverare en ella, no haciéndose oyente olvidadizo, sino ejecutor de la obra, éste será por su hecho bienaventurado. y si alguno se precia de tener religión, sin refrenar su lengua, engaña su corazón, y la religión suya es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y en preservarse de la corrupción de este siglo..

Salmodia

Allelúja, allelúja. Resurréxit Christus, et illúxit nobis, quos redémit in sánguine suo. Allelúja. Joann. 16, 28 – Exívi a Patre, et veni in mundum: íterum relínquo mundum, et vado ad Patrem. Allelúja. Aleluya, aleluya. Cristo resucitó, y se apareció a nosotros, a quienes redimió con su Sangre. Aleluya. Salí del Padre, y  vine al mundo. Ahora dejo el mundo, y vuelvo al Padre. Aleluya.

Evangelio

Antes de marcharse definitivamente al Cielo, de donde ha venido, Jesús da a sus discípulos, y a nosotros por ellos, algunas normas sobre sus relaciones filiales con el Padre Celestial, sobre todo en lo tocante a las peticiones.

U Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem. Joann. 16, 23-30

In illo témpore: Dixit Jesus discípulis suis: Amen, amen dico vobis: si quid petiéritis Patrem in nómine meo, dabit vobis. Usque modo non petístis quidquam in nómine meo: Pétite, et accipiétis, ut gáudium vestrum sit plenum. Hæc in provérbiis locútus sum vobis. Venit hora, cum jam non in provérbiis loquar vobis, sed palam de Patre annuntiábo vobis. In illo die in nómine meo pétitis: et non dico vobis, quia ego rogábo Patrem de vobis: ipse enim Pater amat vos, quia vos me amátis, et credidístis, quia ego a Deo exivi. Exívi a Patre, et veni in mundum: íterum relínquo mundum, et vado ad Patrem. Dicunt ei discípuli ejus: Ecce nunc palam lóqueris, et provérbium nullum dicis. Nunc scimus, quia scis ómnia, et non opus est tibi, ut quis te intérroget: in hoc crédimus, quia a Deo exísti.

Credo.

U Continuación del Santo Evangelio según San Juan (16,, 23-30)En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: En verdad, en verdad os digo: que si algo pidiereis al Padre, en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora, nada le habéis pedido en mi nombre(2). Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo. Estas cosas os he dicho usando de comparaciones. Va llegando el tiempo en que ya no os hablaré con parábolas, sino que abiertamente os anunciaré las cosas de mi Padre. . Entonces le pediréis en mi Nombre, y no os digo que rogaré al Padre por vosotros, pues el mismo Padre os ama, porque vosotros me amasteis y habéis creído que yo salí de Dios. Salí del Padre, y vine al mundo: otra vez dejo el mundo, y voy al Padre. Dícenle sus discípulos: «Ahora, sí que hablas claro, y no dices ningún enigma. Ahora conocemos que sabes todas las cosas, y no es preciso que nadie te pregunte. En esto creemos que has salido de Dios. Credo.

OFFERTORIUM – Ps. 65, 8-9 et 20 Benedícite, gentes, Dóminum Deum nostrum, et obaudíte vocem laudis ejus: qui pósuit ánimam meam ad vitam, et non dedit commovéri pedes meos: benedíctus Dóminus, qui non amóvit deprecatiónem meam, et misericórdiam suam a me, allelúja. OfertorioBendecid, naciones, al Señor Dios nuestro, y haced que se oiga la voz de su alabanza. El ha dirigido mi alma por los senderos de la vida, y ha preservado mis pies de todo desliz; bendito el Señor, que no rechazó mi oración, y no apartó de mí su misericordia, aleluya.

Oración-Secreta

Súscipe, Domine, fidélium preces cum oblatiónibus hostiárum: ut, per hæc piæ devotiónis offícia, cæléstem glóriam transeámus. Per Dóminum. Recibe, Señor, las oraciones de los fieles, con la oblación de las hostias(3), a fin de que pasemos a la gloria celestial, por medio de estos piadosos testimonios de nuestra devoción. Por Nuestro Señor, etc.

Prefacio propio de Pascua

Vere dignum et justum est, aequum et salutare: Te quidem, Domine, omni tempore, sed in hac potissimum die (in hoc potissimum) gloriosius praedicare, cum Pascha nostrum immolatus es Christus. Ipse enim verus es Agnus, qui abstulit peccata mundi. Qui mortem nostram moriendo destruxit, et vitam resurgendo reparavit. Et ideo cum Angelis et Archangelis, cum Thronis et Dominationibus, cumque omni militia caelestis exercitus, hymnum gloriae tuae canimus, sine fine dicentes:   Sanctus, Sanctus, Sanctus, etc. Verdaderamente es digno y justo, debido y saludable, que en todo tiempo, Señor, te alabemos; pero principalmente con mayor magnificencia en éste, en que Jesucristo inmolado es, nuestra Pascua. Porque El es el verdadero Cordero que quita los pecados del mundo. El cual muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, reparó nuestra vida. Por esto, con los Ángeles y Arcángeles, con los Tronos y Dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, can tamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo, etc.

COMMUNIO Cantáte Dómino, allelúja: cantáte Dómino, et benedícite nomen ejus: bene annuntiáte de die in diem salutáre ejus, allelúja, allelúja. Comunión. Cantad al Señor, aleluya: cantad al Señor y bendecid su nombre: pregonad con gusto un día y otro día la manera como nos ha salvado, aleluya, aleluya.

Oración-Postcomunión

POSTCOMMUNIO – Tríbue nobis, Dómine, cæléstis mensæ virtúte satiátis: et desideráre quæ recta sunt, et desideráta percípere. Per Dóminum. Concédenos, Señor, a los que hemos sido saciados con el alimento de la mesa celestial, la gracia de desear lo que es justo y bueno y de saborear eso mismo que deseamos. Por Jesucristo Nuestro Señor.
  • (1) Sin Dios no podemos pensar ni obrar rectamente, pero, inspirados por Él y por Él dirigidos, podemos elevarnos hasta el Cielo y aspirar hasta el heroísmo. Sin Dios nada, con Dios todo. ¡Qué bofetón a la suficiencia humana! (volver)
  • (2) Pedir a Dios algo en nombre de Jesucristo, su Hijo, es, en primer lugar, poniéndolo a Él como mediador, y, en segundo lugar, apoyando nuestra oración en sus méritos y en los derechos de hijos de Dios que Él nos ha conquistado; pues en Cristo y por Cristo somos lo que somos y aspiramos a la gloria del Cielo. Pedir en nombre de Jesucristo es también pedir teniéndolo a Él con nosotros, por el estado de gracia; pedir cosas buenas y conducentes a nuestra salvación; pedir con fe y confianza; pedir, en fin, razonable y filialmente. (volver)
  • (3)Alude a las ofrendas de pan, vino, aceite, etc., y hasta dinero, que los antiguos hacían en el Ofertorio, en señal de gratitud. Así se unían todavía más personalmente al sacrificio del altar. (volver)

Tomado de:http://misa_tridentina.t35.com/

SAN GREGORIO NACIANCENO,(*)Obispo, Confesor y Doctor

9 de Mayo 

Ceñid vuestras cinturas y tened en vuestras manos las lámparas encendidas. (San Lucas, 12, 35).

San Gregorio Nacianceno, yendo a Atenas a estudiar filosofía, fue sorprendido en el mar por una tempestad tan violenta que prometió a Dios abandonar el mundo si escapaba del naufragio. Su voto fue escuchado y Gregorio, en compañía de San Basilio, compañero suyo de estudios en Atenas, retiróse a la soledad. Dormía en el desnudo suelo, llevaba cilicio, mortificaba su cuerpo con continuos ayunos y vigilias. Fue arrancado de su retiro, nombrándoselo patriarca de Constantinopla. Murió alrededor del año 390, a edad muy avanzada.  

MEDITACIÓN SOBRE
EL BUEN EJEMPLO

     I. Da buen ejemplo a los demás, lleva en tu mano la lámpara encendida, alumbra a tu prójimo y, con tus buenas acciones, abrasa su corazón con el amor de Dios. Es ésta una obligación que te impone la caridad; si faltas a ella, si te haces para el prójimo ocasión de escándalo, serás doblemente castigado. ¿Cómo te atreves a escandalizar a tu hermano, por quien dio su vida Jesucristo? San Francisco de Asís predicaba con su modestia; los apóstoles conquistaron más almas para Jesucristo con su paciencia que con sus predicaciones, y eso que sus palabras ardían en el fuego del Espíritu Santo.

  II. Cuando veas las faltas de tu prójimo, vuélvete sobre ti mismo y examina si no incurres en iguales pecados. Si nada te reprocha tu conciencia, agradece a Dios, y considera la fealdad de aquellos peca dos para que les tengas aversión; reconocerás mejor su enormidad en otro que no en ti mismo. Huye de las ocasiones en que aquel desventurado naufragó, porque quien ama el peligro en él perecerá. Dichoso aquel que no se detuvo en el camino de los pecado res. (Salmo).

  

   III. Mira el ejemplo que te dan tantas almas santas. ¡Cuántas veces ves todos los días a personas que viven en la austeridad y en la humildad, que trabajan celosamente por la salvación de las almas! ¡Cuántos y cuántas jóvenes que tienden al cielo con esfuerzo continuo! Exclama con San Agustín: ¡Yérguense los ignorantes y se ganan el cielo, y nosotros, con toda nuestra ciencia, yacemos en la carne y en la sangre!  

Huir de las malas compañías
Orad por la conversión de los pecadores.  

ORACIÓN  

   Oh Dios, que disteis al bienaventurado Gregorio a vuestro pueblo para que lo instruyera acerca de los caminos de la salvación eterna, haced, os lo suplicamos, que después de haberlo contado en la tierra como doctor y guía, merezcamos tenerlo como intercesor en el cielo. Por J. C. N. S. Amén.  

* Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. Tomo II, (Ed. ICTION, Buenos Aires, 1982)  

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com