Santa Misa Dominical

TERCER DOMINGO 
DESPUÉS DE EPIFANÍA


Di solo una palabra y mi siervo quedará sano.

Semidoble  – Ornamentos verdes

A partir de este domingo, la Liturgia rompe el orden cronológico de la vida de Jesús y extracta del Evangelio los milagros y discursos que cree más convenientes para nuestra enseñanza y edificación. Jesús es un profeta y un maestro errante, que va sembrando por ciudades y caminos bien y verdad. La multitud le sigue ávida de luz y paz, y confiesa ingenuamente que «nadie ha hablado como este hombre; nadie puede hacer las maravillas que Él hace». Y para confirmar con milagros esta hermosa confesión de las turbas, Jesús cura de cerca a un leproso y de lejos al criado del Centurión. La liturgia de hoy renueva aquella página de la vida de Nuestro Señor, para excitar nuestra fe y confianza en Él y para que acudamos a la Confesión a limpiarnos de la lepra del pecado.

IntroitoPs. 96, 7-8

INTROITUS Ps. 96, 7-8

Adoráte Deum, omnes Angeli ejus: audivit, et lætáta est Sion: et exsultavérunt fíliæ Judæ. Ps. ibid., 1. Dóminus regnávit, exsúltet terra: læténtur ínsulæ multæ. V. Glória Patri...

   Adorad a Dios todos sus Ángeles: oyólo y alborozóse Sión, y regocijáronse las hijas de Judá. – Ps. El Señor reina ya; regocíjese la tierra: llénense de júbilo todas las islas. V. Gloria al Padre  

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