Había Jesús nacido en Belén, y los magos vinieron de Oriente a la corte de Herodes para averiguar dónde acababa de nacer “el rey de los judíos”. Turbóse Herodes, y, habiendo convocado a los príncipes de los sacerdotes, les preguntó donde debía nacer el Cristo. Llamó después a los magos en secreto y les dijo: “Id, informaos con cuidado acerca de este niño, y cuando lo hayáis encontrado, hacédmelo saber, para que yo también vaya a adorarlo”. Pero los magos, advertidos por el Cielo, no volvieron. Se enfureció Herodes e hizo degollar a todos los niños de Belén y sus alrededores, hasta la edad de dos años. Este bautismo de sangre envió muchos ángeles al cielo.
