DOMINGO 5º DESPUÉS DE EPIFANÍA
Semidoble – Ornamentos verdes
Hay en el mundo un genio maléfico, sembrador de cizaña, trastornador del orden social y provocador maldito de llantos y miserias. El Evangelio de hoy le llama «Malo» y «Enemigo»; su nombre ordinario es «Demonio». Un odio implacable le consume las entrañas: odio a Dios, porque es la fuente de todo bien, y odio al hombre porque, después de los ángeles, en cuyo número está él, es él la más bella obra de Dios. Contraponiéndolos a los de Cristo, envía también el demonio al mundo sus apóstoles, sus predicadores, sus profetas, sus taumaturgos y sus locuaces doctores, para sembrar la cizaña de la discordia, para reducir a los incautos con el sofisma, con la ilusión, con la mentira, con sortilegios y apariencia de milagro, con todas las ambiguas prácticas del ocultismo, del espiritismo y del satanismo. Sin embargo, no hay que temer: Dios está con nosotros, y el ángel bueno nos defiende. Vigilemos y no nos dejemos sorprender.
