Levíta Lauréntius

El diácono Lorenzo

Probásti, Dómine, cor meum, et visitásti nocte.  Igne me examinásti et non est invénta in me iníquitas. Ps. 16,3

Probásti, Dómine, cor meum, et visitásti nocte. Igne me examinásti et non est invénta in me iníquitas. Ps. 16,3

 
Sondeaste, Señor, mi corazón, y le visitaste durante la noche.  Me sometiste a la prueba del fuego, y no se halló iniquidad en mí. Salmo 16,3
 
El mártir Lorenzo entró y confesó el nombre del Señor Jesucristo.
Lorenzo ha hecho una buena obra, dando vista a los ciegos mediante la señal de la cruz.
Mi alma vuela en pos de Ti, porque mi carne ha sido quemada en el fuego por Ti, Dios mío.
El Señor envió su Ángel, y sacóme de en medio del fuego, y no me abrasé.
San Lorenzo oraba diciendo: Gracias te doy, Se{or, porque merecí entrar en tus moradas.
 
 

Fuente: MISAL DIARIO Y VISPERAL

Por Dom. Gaspar Lefebvre O.S.B.  De la Abadía de S. Andrés (Brujas, Bélgica) Traducción Castellana y Adaptación del Rdo. P. Germán Prado Monje Benedictino de Silos (España)  Páginas 1624 y 1625.

Fuente Primaria e Indispensable del Verdadero Espíritu Cristiano(Pío X).

 

El primer templo dedicado a San Lorenzo (extramuros).

En el altar mayor el retablo bajo de la advocación de San Lorenzo

En el altar mayor el retablo bajo de la advocación de San Lorenzo

 En el año 1097 se levantó en Huesca el primer templo dedicado a San Lorenzo (extramuros). A este templo sucedió otro gótico de cantería, seguramente construido en la primera mitad del siglo XIV, y del que aún quedan restos. Presidía el altar mayor el retablo bajo de la advocación de San Lorenzo, que según la tradición fue donado por Fernando el Católico a principios del siglo XVI y ha sido atribuido a su pintor de cámara Pedro Aponte y sus colaboradores. El retablo estaba compuesto por numerosas tablas que narraban escenas de la vida de San Orencio y San Lorenzo.

El edificio permaneció en pie hasta 1607, fecha en la que comenzó a ser demolido en sucesivas campañas, excepto la torre y el pórtico, para ser sustituido por el gran templo actual. El retablo fue desmontado y acomodado en el coro alto. Una vez terminado el nuevo templo, el retablo fue colocado de nuevo en la capilla mayor.

Todos estos avatares perjudicaron el retablo, además de que se veía viejo y pobre para el gusto de la época y se pensó en otro retablo, como así se hizo en el año 1648.

El sistema de adjudicación del retablo fue el de “concurso” y la iniciativa partió de la Parroquia que era, dentro de los órganos directivos de la iglesia de San Lorenzo, una institución laica.

Ganó el concurso el escultor de Barbastro Sebastián Ruesta, que cobró por su trabajo 4.000 escudos, dice el lumen de la iglesia. Éste construía la estructura y Gaspar Ramos, escultor de Sangüesa, tallaba las imágenes y las historias del retablo, dejando amplios espacios para ser cubiertos con la ora de masonería o de pintura, según se acordase.

Tras largas discusiones, en 1656 se reunieron los parroquianos y acuerdan la terminación del retablo decidiendo que fuera de escultura de relieve entero”.

No se sabe por qué, pero la realidad es que no se hizo de escultura, ya que en 1678, según el lumen de la iglesia, don Artal de Azlor regaló los lienzos de Bartolomé que completaron el retablo que había sido dorado en 1676 gracias a las limosnas de los fieles.

Es un retablo de estructura novedosa, tanto por lo que se refiere a los elementos arquitectónicos y ornamentales del mismo, cuanto por lo que afecta al diseño general en planta y alzado.

Comenzando por los elementos arquitectónicos del retablo hay que referirse en primer lugar a la introducción de la columna salomónica. Representa el primer ejemplo de este tipo de columna en la ciudad de Huesca y uno de los primeros en Aragón.

Esta columna salomónica del protobarroco aragonés es de simbolismo eurocarístico,. Presentando el fuste adornado con zarcillos y hojas de vid, racimos de uva y putti, dentro de la mejor tradición paleocristiana.

La introducción de esta columna transforma el alzado del retablo frente a los romanistas de la época anterior a unificar los pisos mediante el orden gigante, ensanchándose considerablemente la calle central, ocupada en este caso por el gran lienzo del martirio de San Lorenzo.

El retablo gana notablemente en unidad compositiva frente a la fragmentación en numerosas calles y pisos del retablo romanista anterior.

Tomado de: http://www.cruzblanca.org/sanlorenzo/2/25/index.htm

San Lorenzo, Mártir

 

Quien poco siembra poco cosechará; y quien siembra en abundancia en abundancia también recogerá. 2 Cor. 9,6-10

Quien poco siembra poco cosechará; y quien siembra en abundancia en abundancia también recogerá. 2 Cor. 9,6-10

San Lorenzo, de origen español, pues se cree nació en Huesca, fue el primero de los siete Diáconos que tenía la Iglesia Romana.  Él había de asistir al Pontífice mientras celebraba los Santos Misterios, y distribuir la Eucaristía entre los fieles, y administrar los bienes ecleciásticos.

 

Arrestado por el Prefecto de Roma (año 258) y compelido a entregar al fisco los bienes ecleciásticos de que, como diácono, era administrador, presentóle toda una turba de menesterosos, diciéndole:  “Éstas son las  verdaderas arcas de la Iglesia por el don inestimable de su fe, y porque ellos nos convierten nuestras limosnas en tesoros imperecederos.”

Se le tendió sobre una gran parrilla, debajo de la cual había ascuas medio encendidas, y así su martirio fue más prolongado y más atroz.

“Las llamas no pudieron vencer la caridad de Cristo, y el fuego que por fuera le quemaba fué más tibio que el por dentro abrasaba al corazón del mártir” (S. Léon)  Así decía a su verdugo: “Da la vuelta a mi cuerpo, pues ya está bastante asado por esta parte.” Y luego decía: “Mi carne está ya asada; puedes comer de ella”  (Visp.) Murió San Lorenzo en 258, y su nombre figura en el Canon entre los mártires de Roma.

 

Recemos siempre, como acción de gracias, la oración de este día, que la Iglesia ha colocado después del Cántico de los tres jóvenes dicha ya la misa.  En ella pedimos a Dios apague en nosotros el ardor de las pasiones.  El párroco celebra hoy la misa por sus feligreses.

Oración

Oh Dios todo poderoso, te pedimos nos concedas se apaguen las llamas de nuestros vicios, ya que diste a S. Lorenzo superar al fuego que le atormentó. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Fuente: MISAL DIARIO Y VISPERAL

Por Dom. Gaspar Lefebvre O.S.B.  De la Abadía de S. Andrés (Brujas, Bélgica) Traducción Castellana y Adaptación del Rdo. P. Germán Prado Monje Benedictino de Silos (España)  Páginas 1622 y 1623.

Fuente Primaria e Indispensable del Verdadero Espíritu Cristiano(Pío X).

 

10 de agosto

SAN LORENZO, 
Diácono Mártir

El que ama su vida, la perderá, mas el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. (San Juan, 12, 25).

El que ama su vida, la perderá, mas el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. (San Juan, 12, 25).

 

San Lorenzo, diácono de la Iglesia de Roma, viendo al Papa San Sixto marchar a la muerte, le dijo con tristeza: «Oh padre mío, ¿adónde vas sin tu hijo? -No te abandono, respondióle el pontífice, me seguirás dentro de tres días». En efecto, Lorenzo fue prendido; y como le pidiesen los tesoros de la Iglesia, llevó ante el tirano a los pobres a quienes se los había distribuido, diciendo: «He aquí los tesoros de la Iglesia». Fue colocado sobre una parrilla ardiente, y, poco después, dijo al perseguidor: «Dadme vuelta, estoy bastante cocido de este lado». Lo dieron vuelta, y añadió poco después: «Está bastante cocido; podéis comer». Murió en el año 258, bajo Valeriano dando gracias a Dios por la merced que le concedía de poder sufrir por Él.

  MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA
DE SAN LORENZO

    I.  De tal modo abrasaba a San Lorenzo el amor de Dios, dice San Agustín, que su cuerpo no sentía las llamas que lo consumían. Cuando se ama a Dios, no se ama el cuerpo ni los placeres carnales; se desprecia la vida y se desea la muerte. Siendo así, oh Dios mío, ¡cuán débil es mi amor por Vos! ¡Qué mal he aprovechado el tiempo que me concedéis! Es perder la vida no amar a Dios. (San Agustín).

   II. Su paciencia es admirable: no espera los tormentos, sale a su encuentro; sube al instrumento de su suplicio como a un carro de triunfo; urge a sus verdugos a que vuelvan su cuerpo para aumentar sus sufrimientos. Si amas tu cuerpo, si lo acaricias en esta vida, menester será experimentar en la otra o los fuegos del infierno o los del purgatorio. ¿Quién no preferiría arder una hora con San Lorenzo a soportar toda una eternidad el fuego del infierno? (San Agustín).

   III. San Lorenzo eleva su mirada al cielo y agradece a Dios el honor que le hace de aceptar el sacrificio de su vida. En tus aflicciones, imita su ejemplo: dirige tus miradas al cielo para pedir a Dios la gracia de sufrir con valentía; agradécele que ejercite tu paciencia y te juzgue digno de sufrir algo por Él. ¡In grato! ¡no agradeces a Dios sino cuando te concede favores temporales! El mayor presente que Dios puede hacerte es la santidad, y la santidad no se ad quiere sino por los sufrimientos.

 

El amor de Dios
Orad por el Papa.

ORACIÓN   

   Oh Dios omnipotente, que habéis dado a San Lorenzo la gracia de triunfar de las llamas que lo consumían, dignaos extinguir en nosotros el fuego de las pasiones culpables. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado de: http://misa_tridentina.t35.com/index 

 

Nuestros Hermanos MAYORES en la FE,

los Santos

10 de Agosto

  • San Lorenzo, Diácono y Mártir
  • Celebración de la Traslación del Cuerpo y Martirio Santa Filomena, Mártir
  • Santa Misa Dominical

    10mo. Domingo Después de Pentecostés

     

     

    Doble. Verde.

     

    No soy como este publicano

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