7mo. Domingo Después de Pentecostés

Cuidaos de los falsos profetas que vienen a vosotros vestidos con piel de oveja, mas por dentro son lobos rapaces. (San Mateo 7.15-21)
Adherido el cristiano a su cabeza, Cristo, como las ramas al árbol que les da la vida, debe producir buenos frutos, so pena de ser cortado y echado al fuego. La amenaza es terrible.
El valor y la autenticidad de una vida cristiana se prueban por las obras que produce. «Un árbol bueno produce buenos frutos.» Aunque hay más debilidad que malicia en el desorden y vacío de bien de las vidas humanas, con todo, no es menos verdadera la apreciación de Cristo. Retengámosla para nosotros mismos en todo su rigor y desconfiemos de los «falsos profetas», que abundan en bellas palabras, sin enmendar su vida.
INTROITO. Salm. 46.2-3
BATID palmas todas las gentes; vitoread a Dios con voces de júbilo.
Salmo. Porque el Señor es el Altísimo, el terrible; es el rey grande de toda la tierra.
OMNES gentes, pláudite mánibus: jubiláte Deo in voce exsultatiónis. Ps. Quóniam Dóminus excélsus, terríbiles: Rex magnus super omnem terram.
COLECTA
Pongamos tolalmente nuestra vida en manos de Dios, que en su providencia divina sabrá lograr y mantener nuestro bien más segura y firmemente que nosotros.
OH DIOS!, cuya providencia no se engaña en sus disposiciones; te suplicamos apartes de nosotros todo lo dañoso, y nos concedas todo lo sudable.
DEUS, cujus providéntia in sui dispositióne non fállitur: te súpplices exoramus; ut nóxia cuncta submóveas, et ómnia nobis profutúra concédas .
EPISTOLA Rom. 6.19-13.
La libertad del cristiano consiste en estar libre de la esclavitud del pecado para entregarse sin reserva a la práctica del bien. Antes estaba consagrado a la muerte; ahora camina hacia la vida eterna.
GRADUAL Salm. 33.12,6.
VENID, hijos, y oidme; os enseñaré el temor del Señor. Acercaos a él y seréis iluminados, y vuestros rostros no serán confundidos.
VENÍTE, filii, audíte me: timórem Dómini docébo vos. Accédite ad eum,
et illuminámini: et fácies vestrae non confundéntur.
ALELUYA Salm, 46.2
ALELUYA, aleluya. Batid palmas todas las gentes; vitoread a Dios con voces de júbilo. Aleluya
ALLELUIA, alleluia.
Omnes gentes, pláudite mánibus: jubiláte Deo in voce exsultationis. Alle.
EVANGELIO San Mat. 7.15-21.
La enseñanza de Jesús sobre los falsos profetas y sobre el árbol y sus frutos evoca toda una enseñanza bíblica. Dios pide ser amado y servido con sinceridad.





