37,4. Es decir, según la mente de Cristo, su Iglesia debe ser:
UNA:
Jesucristo no fundó más Iglesia, que la que fundó sobre San Pedro: «Tú eres Pedro y sobre esta piedra (San Pedro) edificaré mi Iglesia»1. Jesucristo habla en singular, es decir, de una sola Iglesia.
«En el mundo semita el nombre es la persona misma. (…) Cambiar el nombre era indicio de imponerle otra personalidad»2.
En la lengua aramea, que Jesús hablaba, Pedro y piedra se dicen con la misma palabra: Kefá. Jesús hace un juego de palabras para expresar que Pedro es la piedra fundamental de su única Iglesia.
Como dice San Jerónimo, Mateo escribió en arameo, y en arameo Kefá significa roca.
Se trata, naturalmente, de una piedra grande, de una roca; pues sobre una piedrecita no se puede edificar nada.
La autenticidad de estas palabras ha sido negada de diversas maneras por críticos protestantes. Pero recientemente el célebre teólogo protestante Oscar Cullmann, la ha confirmado de la manera más convincente3.
«Nadie acepta hoy la teoría de la interpolación posterior, por su carácter semítico y porque aparece en todos los códices»4.
Cristo cambió a Pedro su nombre de Simón por el de Pedro, piedra, roca (kefá) porque lo iba a hacer fundamento de su Iglesia.
Cuando en la Biblia Dios cambia el nombre de alguien es porque esta mutación es efectiva de lo que el nombre significa5.
Jesucristo quiere ser el único Pastor del único rebaño que es su Iglesia6.
Este rebaño se lo entregó a San Pedro antes de partir de este mundo7.
Y ya nos advirtió Él que todo reino desunido no subsistirá, se arruinará8; es decir, que si la Iglesia debe permanecer hasta el final de los siglos, debe permanecer una.
SANTA:
Santificar -o dar la vida de gracia- fue el primer objetivo de la venida de Cristo9, lo hace por medio de los sacramentos.
Dice San Pablo que «Cristo amó a su Iglesia y se sacrificó por ella para santificarla…, para hacerla santa»10. «Cristo nos eligió para que seamos santos»11.
«Ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación»12. El mismo Jesucristo dijo que Él había venido «para que el mundo se salve»13. «He venido, dice el Señor, no para juzgar al mundo, sino para salvarlo»1.
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1 Evangelio de San Mateo, 16:18
2 JUAN CEDRÉS: ORACCIÓN, XXI, 2. Ed.Antillas. Barranquilla. 1998.
3 M. OSCAR CULLMANN:San Pedro,discípulo,apóstol,mártir. Ed.Delachaux et Nestlé. Pgs.154ss
4 JOSÉ ANTONIO SAYÉS: Compendio de Teología Fundamental, 2ª, VII, 2, 1. Ed. EDICEP.1998.
5 JUSTO COLLANTES, S.I.: La Iglesia de la Palabra, 1º, 3ª, XII, 2, a. Ed. BAC. Madrid. 1972
6 Evangelio de San Juan, 10:16
7 Evangelio de San Juan, 21:15ss
8 Evangelio de San Mateo, 12:25
9 Evangelio de San Juan, 10:10; SAN PABLO: Carta a Tito, 3:4-7
10 SAN PABLO: Carta a los Efesios, 5:26s
11 SAN PABLO: Carta a los Efesios, 1:4
12 SAN PABLO: Primera Carta a los Tesalonicenses, 4:3
13 Evangelio de San Juan, 3:17