JUEVES SANTO

MISA SOLEMNE VESPERTINA
EN LA CENA DEL SEÑOR

ESTACIÓN EN SAN JUAN DE LETRÁN
(Semidoble de 1ª clase – Ornamentos morados )

Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros. (San Lucas 22,19)

El tabernáculo, si lo hay en el altar mayor, está del todo vacío: para comulgar clero y pueblo, hoy y mañana, se pone sobre el altar el copón con partículas que se consagren en esta misma misa.
Comienza la procesión en la iglesia hacia el altar, y entretanto canta la escola el introito.

Introito Gal. 6, 14

INTROITUS – Pos autem gloriári oportet in Cruce Dómini nostri Jesu Christi: in quo est salus, vita et resurréctio nostra: per quem salváti et liberáti sumus. Ps. 66, 2 Deus misereátur nostri, et benedícat nobis: illúminet vultum suum super nos, et misereátur nostri. Nos autem. Nosotros, empero, debemos gloriamos en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, en quien está nuestra salud, vida y resurrección, por quien hemos sido salvados y liberados. -Salmo. Apiádese Dios de nosotros y nos bendiga; ilumine su cara sobre nosotros y nos compadezca. – Nosotros, empero, debemos…

El celebrante, en llegando al altar con los ministros, hecha la confesión, sube, bésalo en medio y lo inciensa, aun cuando celebra solo con canto.
Terminada la incensación del altar, el celebrante, después de leer el Introito y recitar el Kyrie eléison, comienza solemnemente Glória in excélsis y se tocan las campanas y el órgano, los que callan hasta la Vigilia pascual, terminado el himno.

Oración-Colecta

ORATIO – Deus, a quo et Júdas reátus sui pœnam, et confessiónis suæ latro prǽmium sumpsit, concéde nobis tuæ propitiatiónis efféctum: ut, sicut in passióne sua Jesus Christus, Dóminus noster, divérsa utrísque íntulit stipéndia meritórum; ita nobis, abláto vetustátis erróre, resurrectiónis suæ gratiam largiátur. Qui tecum vivit et regnat. R. Amen ¡Oh Dios!, de quien Judas recibió la pena de su pecado, y el ladrón el premio de su confesión: haz nos sentir el efecto de tu misericordia; para que, así como Jesucristo nuestro Señor en su Pasión dio a entrambos su merecido, así también, destruido en nosotros el error del hombre viejo, nos conceda la gracia de resucitar gloriosamente con Él. Que contigo vive y reina.R. Amen.

Epístola

San Pablo empieza aquí el relato evangélico de la Institución de la Eucaristía y exhorta seriamente a los cristianos a comulgar con las debidas disposiciones, para no hacerse reos de eterna condenación. Este aviso es sobre todo práctico hoy, día clásico de la comunión pascual.

Léctio Epístolæ beáti Pauli Apóstoli ad Corínthios. I Cor. 11, 20-32 – Fratres:  conveniéntibus ergo vobis in unum, jam non est domínicam cenam manducáre. Unusquísque enim suam cenam præsúmit ad manducándum. Et álius quidem esurit, álius autem ébrius est. Númquid domos non habétis ad manducándum et bibéndum? Aut ecclésiam Dei contémnitis, et confúnditis eos, qui non habent? Quid dicam vobis? Laudo vos? In hoc non laudo. Ego enim accépi a Dómino, quod et trádidi vobis, quóniam Dóminus Jesus, in qua nocte tradebátur, accépit panem, et grátias agens fregit, et dixit: «Accípite, et manducáte: hoc est corpus meum, quod pro vobis tradétur: hoc fácite in meam commemoratiónem». Simíliter et cálicem, póstquam cenávit, dicens: «Hic calix novum testaméntum est in meo sánguine: hoc fácite, quotiescúmque bibétis, in meam commemoratiónem». Quotiescúmque enim manducábitis panem hunc, et cálicem bibétis: mortem Dómini annuntiábitis, donec véniat. Itaque quicúmque manducáverit panem hunc vel bíberit cálicem Dómini indígne, reus erit córporis et sánguinis Dómini. Probet autem seípsum homo: et sic de pane illo edat et de cálice bibat. Qui enim mandúcat et bibit indígne, judícium sibi mandúcat et bibit, non dijúdicans corpus Dómini. Ideo inter vos multi infírmes et imbecílles, et dórmiunt multi. Quod si nosmetípsos dijudicarémus, non utique judicarémur. Dum judicámur autem, a Dómino corrípimur, ut non cum hoc mundo damnémur. Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Corintios.Hermanos: Cuando os reunís, no es ya para celebrar la Cena del Señor. Porque cada uno come allí lo que ha llevado para cenar, sin atender a los demás. Y así, mientras unos sufren hambre, otros comen con exceso. Pues qué, ¿no tenéis vuestras casas para comer y beber? ¿O venís a profanar la Iglesia de Dios, y a avergonzar a los que nada tienen? ¿Qué os diré de esto? ¿Os alabaré? En eso no os alabo. Porque yo aprendí del Señor lo que también os tengo ya enseñado, y es, que el Señor Jesús, la noche misma en que había de ser traicionado, tomó el pan, y dando gracias, lo partió, y dijo: «Tomad y comed: Éste es mi cuerpo, que por vosotros será entregado a la muerte. Haced esto en memoria mía». Tomó asimismo el cáliz, y después de haber cenado, y dijo: « Este cáliz es el Nuevo Testamento en mi Sangre. Haced esto cuantas veces lo bebiereis en memoria mía». Pues o todas las veces que comiereis este pan y bebiereis este cáliz, anunciaréis la muerte del Señor hasta que venga y así, cualquiera que comiere este pan o bebiere el cáliz del Señor s: indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Por tanto, examínese a sí mismo el hombre, y entonces coma de aquel pan y beba de aquel cáliz. Porque quien le come y bebe indignamente, se come y bebe su propia conde nación, no haciendo el discernimiento del cuerpo del Señor. Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y flacos, y mueren muchos. Pues si antes nos juzgásemos, no seríamos juzgados por Dios. Si bien cuando lo somos, el Señor nos castiga como a hijos, con el fin de que no seamos conde nados juntamente con este mundo.

Salmodia

GRADUALEPhil. 2, 8-9 Christus factus est pro nobis obœdiens usque ad mortem, mortem autem crucis. Propter quod et Deus exaltávit illum: et dedit illi nomen, quod est super omne nomen. Gradual. – Cristo se ha hecho obediente por nosotros hasta la muerte, y muerte de Cruz. V. Por lo cual también Dios le ensalzó, y le dio un nombre sobre todo nombre.

Evangelio

USequentia sancti Evangelii secundum Joánnem. Jo. 13, 1-5 In illo tempore: Ante diem autem festum Paschæ, sciens Jesus quia venit hora ejus, ut tránseat ex hoc mundo ad Patrem, cum dilexísset suos, qui erant in mundo, in finem diléxit eos. Et cena facta, cum diábolus jam misísset in cor, ut tráderet eum Júdas Simónis Iscariótæ, sciens quia ómnia dedit ei Pater in manus, et quia a Deo exivit, et ad Deum vadit, surgit a cena, et ponit vestiménta sua, et cum accepísset línteum, præcínxit se. Deinde mittit aquam in pelvim, et cœpit laváre pedes discipulórum, et extérgere linteo, quo erat præcínctus. Venit ergo ad Simónem Petrum. Et dicit ei Petrus: «Dómine, tu mihi lavas pedes?»  Respóndit Jesus, et dicit ei: «Quod ego fácio, tu nescis modo, scies autem postea».  Dicit ei Petrus: «Non lavábis mihi pedes in ætérnum». Respóndit ei Jesus: «Si non lávero te, non habes partem mecum». Dicit ei Simon Petrus: «Dómine, non tantum pedes meos, sed et manus et caput». Dicit ei Jesus: «Qui lotus est, non índiget nisi ut pedes lavet, sed est mundus totus. Et vos mundi estis, sed non omnes». Sciébat enim quisnam esset qui tráderet eum; proptérea dixit: Non estis mundi omnes. Póstquam ergo lavit pedes eórum, et accépit vestiménta sua, cum recubuísset íterum, dixit eis: «Scitis quid fécerim vobis? Vos vocátis me Magíster et Dómine, et bene dícitis; sum étenim. Si ergo ego lavi pedes vestros, Dóminus et Magíster: et vos debétis alter altérius laváre pedes. Exémplum enim dedi vobis, ut, quemádmodum ego feci vobis, ita et vos faciátis». U Continuación del santo Evangelio según S. JuanEn aquel tiempo: La víspera del día solemne de Pascua, sabiendo Jesús que era llegada la hora de su tránsito de este mundo al Padre, como hubiese amado a los suyos, que vivían en el mundo, amólos hasta el fin, y así, acabada la Cena, cuando ya el diablo había sugerido al corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, el designio de entregarle, Jesús, sabiendo que el Padre le ha bía puesto todas las cosas en sus manos, y que como había venido de Dios, a Dios volvía; levántase de la mesa y quítase sus vestidos, y habiendo toma do una toalla, se la ciñe. Echa después agua en una jofaina, y pónese a lavar los pies de los discípulos y a limpiarlos con la toalla que se había ceñido. Viene a Simón Pedro, y Pedro le dice: ¡ Señor! ¿ Tú lavarme a mí los pies? Respondióle Jesús, y le dijo: Lo que Yo hago tú no lo entiendes ahora, lo entenderás después. Dícele Pedro: ¡Jamás me lavarás Tú a mí los pies! Respondióle Jesús: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Dícele Simón Pedro: ¡Señor! no sola mente los pies, sino las manos también y la cabeza. Jesús le dice: El que acaba de lavarse, no necesita lavarse más que los pies, estando como está limpio todo lo demás. Y en cuanto a vosotros, limpios estáis, mas no todos. Como sabia quién era el que le habla de hacer traición, por eso dijo: No todos estáis limpios. Habiéndoles ya lavabo los pies y tomado otra vez su vestido, puesto de nuevo a la mesa, díjoles: ¿Sabéis lo que acabo de hacer con vos otros? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy. Pues si Yo, que soy el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, debéis también vosotros lavaros los pies unos a otros. Ejemplo os he dado, para que así como Yo he hecho con vosotros, así lo hagáis también vosotros. No se dice Credo.

Es muy conveniente que, después del Evangelio, se tenga breve hornilla, para ilustrar los grandes misterios que en esta misa se celebran, la institución de la Sagrada Eucaristía y del Orden sacerdotal, corno también el Mandato del Señor acerca de la caridad fraterna.

NOTAS

  • (1) El castigo visible de Judas, al cual aquí se alude, fue su muerte temporal desastrosa, colgándose él mismo de una soga y reventando al caer al suelo, y no su muerte eterna, a sea, el infierno; ya que sólo Dios sabe cuál fue su verdadero paradero, al morir de esa forma. (volver)
  • (2) Reprende aquí San Pablo a los corintios por haber pervertido la piados y muy cristiana práctica primitivade los ágapes fraternales en los que todos comían en común, como hijos de la misma mesa de familia, sin distinción de ricos y pobres. Ahora hacían ya sus platos aparte y se desntendían de los pobres. En la Eucaristía, verdadero banquete en común, participamos todos del mismo manjar que es el Cuerpo sacrosanto del Señor. (volver)
  • (3) Comulgar sacrílegamente es comer la propia condenación, por cuanto se abusa del Cuerpo del Señor. (volver)
  • (4) Alude San Pablo a los castigos ejemplares que, por lo visto, recibían en su tiempo, en Corinto, los comulgantes sacrílegos; pues muchos de ellos hasta morían repentinamente, y otros se enfermaban. (volver)
  • (5) Hasta el fin de su vida, y todo lo que un Dios puede amar, o sea infinitamente. (volver)
  • (6) Si el hombre no se deja lavar por Cristo en el Sacramento de la Confesión, no tendrá parte con Él, ni en la tierra, por gracia, ni en el Cielo, por gloria. ¡Que no lo olviden los que pretenden no necesitar confesarse, sin duda por creerse limpios! ¿Limpios, con años y años de pecados, y pecados de todo género. ¡Hipócritas! (volver)
  • (7)El que está limpio de pecado mortal, no necesita, en efecto, para estar del todo limpio, más que purificarse de los veniales, los que puede efectuar, o confesándose, o de otros varios modos. (volver)

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