EXCLUSIVA RORATE
3 noviembre, 2015
Su Excelencia el Obispo Atanasio Schneider, uno de los prelados más visibles que trabajan para la restauración de la Misa latina tradicional y para la fe, ha escrito una respuesta al Sínodo (de casi 5.000 palabras) en exclusiva para nuestros lectores. Cualquier persona puede reproducir o enlazar este artículo, pero se debe hacer referencia a Rorate Caeli como fuente, y si se reproduce la traducción a la edición española.
Queremos expresar nuestra más sincera gratitud a Su Excelencia por tomarse el tiempo para analizar y expresar sus puntos de vista sobre uno de los eventos más importantes en la historia de la Iglesia – que él también lo ve como una “puerta trasera” para la Sagrada Comunión para los adúlteros, como el rechazo de las enseñanzas de Cristo y como un Informe Final (Relatio Finalis) lleno de “bombas de relojería”.
En los próximos días, publicaremos de nuevo otra entrevista de Su Excelencia, con una gran variedad de temas distintos. Mientras tanto, les traemos este importante trabajo en exclusiva, para nuestros lectores.
La puerta falsa hacia una práctica neo-mosaica en el Informe Final del Sínodo
La XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (del 4 al 25 de Octubre de 2015), que se dedicó al tema de “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”, emitió un informe final (Relatio finalis) con algunas propuestas pastorales que fueron presentadas al criterio del Papa. El documento en sí es solamente de carácter consultivo y no posee un valor magisterial formal.
Sin embargo, durante el Sínodo, aparecieron los nuevos fariseos y verdaderos nuevos discípulos de Moisés, que en los numerales 84 al 86 del Informe Final abrieron la puerta falsa (con bombas de relojería inminentes) para la admisión a la Santa Comunión de los divorciados vueltos a casar. Al mismo tiempo, los obispos que defendieron intrépidamente a “la Iglesia [que] profesa la propia fidelidad a Cristo y a su verdad” (Exhortación Apostólica de Juan Pablo II Familiaris Consortio, 84) se encontraron etiquetados injustamente como fariseos en algunos medios de comunicación.
Durante las dos últimas Asambleas del Sínodo (en 2014 y en 2015), los nuevos discípulos de Moisés y los nuevos fariseos maquillaron el hecho de negar la indisolubilidad del matrimonio y el hecho de suspender el sexto mandamiento, en base a un supuesto ‘caso por caso’, bajo el pretexto de un nuevo concepto de la misericordia o del uso de expresiones tales como: “el camino de discernimiento”, “acompañamiento”, “orientaciones del obispo”, “diálogo con el sacerdote”, “foro interno,” “una integración más plena en la vida de la Iglesia” o “una posible supresión de la imputabilidad sobre la convivencia en uniones irregulares (cf. Informe Final, nn. 84-86). Sigue leyendo