BEATO NICOLÁS DE FORCA PALENA, Eremita

1 de octubre

 Después de haber ejercido el ministerio como sacerdote diocesano en su pueblo natal de Abruzos, Nicolás se trasladó a Roma. Ahí se sintió llamado a la vida eremítica y fundó una congregación de ermitaños bajo el patrocionio de San Jerónimo. La cuantiosa herencia que le dejó un amigo, le permitió establecer la congregación en Nápoles. El Papa Eugenio IV le cedió un monasterio en Florencia para que extendiese la fundación a esa ciudad. Además, el beato Nicolás fundó otra comunidad en el Janículo de Roma, en la iglesia de San Onofre, que es en la actualidad un título cardenalicio. En aquella época, existía otra congregación de ermitaños de San Jerónimo, tanto en Roma como en otras ciudades, fundada por el Beato Pedro de Pisa. El Beato Nicolás fusionó ambas congregaciones. Su muerte ocurrió en 1449, cuando tenía cien años de edad. Su culto fue confirmado en el seno de la congregación de los Jerónimos en 1771; pero el Papa Benedicto XIV no quiso proceder a la beatificación solemne.

Los bolandistas no encontraron ninguna biografía medieval del beato, así pues, se limitaron a publicar una serie bastante abundante de noticias biográficas de época posterior, tomadas principalmente de Historia Monumenta de Sajanello (septiembre 29). Existen pruebas fehacientes del culto del Beato en el siglo XVII.

Vidas de los Santos, de Butler. Vol. IV, ed. 1964.

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BEATA LIDUVINA de SCHIEDMAN, Virgen

(1433)

Hoy 14 de Abril la Iglesia Católica recuerda a Santa Liduvina. Esta santa es la Patrona de los enfermos crónicos que quieren aprovechar su larga enfermedad para pagar sus pecados, convertir pecadores y conseguir un gran premio en el cielo. El decreto de Roma al declararla santa dice de ella que fue «un prodigio de sufrimiento humano y de paciencia heroica».


Liduvina nació en Schiedam, Holanda, en 1380. Su padre era muy pobre y tenía por oficio el de «celador» o cuidandero de fincas. Su familia era sumamente piadosa y a la niña le encantaba recoger regalos para llevarlos a gentes muy necesitadas.


Hasta los 15 años Liduvina era una muchacha como las demás: alegre, simpática, buena y muy bonita. Pero en aquel año su vida cambió completamente. Un grupo de jóvenes de su edad la invitó a patinar sobre el hielo y en pleno descenso por la montaña, uno de sus compañeros, por alcanzar a los que iban más adelante, apresuró mucho su carrera y sin darse cuenta de que Liduvina bajaba por ese mismo camino, arremetió violentamente contra ella dejándola en el hielo, y con la columna vertebral partida. La llevaron a casa pero ya de este golpe nunca más se iba a reponer.

SAN ZENÓN de VERONA, Obispo

12 de abril

 Los «Diálogos» de San Gregorio y algunos martirologios ponen a San Zenón en el número de los mártires, pero San Ambrosio, que fue contemporáneo suyo, en una carta dirigida a su sucesor Siagrio, habla de la apacible muerte del santo. Pero, aunque hubiese muerto en paz, San Zenón puede considerarse como mártir, por lo que tuvo que sufrir en las persecuciones de Constancia, Juliano y Valente.

   De un panegírico que San Zenón pronunció sobre San Arcadio, mártir de la Mauretania, se desprende que nació en Africa. El excelente latín de sus escritos y las frecuentes citas de Virgilio, prueban que conocía muy bien a los clásicos.

Según parece, fue hecho obispo de Verona el año 362. En sus tratados, que son breves sermones de estilo familiar, hay muchos detalles interesantes sobre el santo y su diócesis.

   Así, sabemos que todos los años bautizaba a muchos paganos, y que luchó con celo y éxito contra los arrianos, a los que había favorecido mucho el emperador Constancio. El gran número de conversiones de herejes y gentiles que consiguió, le obligó a construir una gran basílica. Los habitantes de Verona contribuyeron generosamente.

Por lo demás, la liberalidad de los veroneses era proverbial: todas las casas de la ciudad estaban abiertas a los extranjeros; los pobres apenas tenían tiempo de manifestar sus necesidades, pues al punto encontraban quien les socorriese. San Zenón felicitó a su grey por acumular en esa forma un tesoro en el cielo. Después de la batalla de Adrianópolis, en 378, cuando los godos derrotaron a Valente e hicieron una terrible matanza, los bárbaros tomaron muchos prisioneros de las provincias de Iliria y Tracia. Según parece, en esa ocasión los veroneses rescataron de la esclavitud, de la muerte o de los trabajos forzados a un gran número de prisioneros.

   Aunque esto ocurrió probablemente después de la muerte de San Zenón, el desinterés de sus compatriotas se inspiraba sin duda en el ejemplo de su celo.

San Zenón vivía en gran pobreza. Con frecuencia habla en sus sermones de la formación de su clero y de los regalos que sus hermanos en el sacerdocio recibían en Pascua. También hace alusión a las ordenaciones que llevaba a cabo en el tiempo pascual y a la solemne reconciliación de los penitentes, que tenía lugar en Semana Santa. San Ambrosio cuenta que San Zenón había formado en Verona un cuerpo de religiosas que vivían en sus casas y consagraban su virginidad a Dios.

   El santo obispo fundó y dirigió también un convento, de religiosas propiamente dicho, antes de que San Ambrosio hiciese lo propio en Milán.

El celoso obispo condenó los escandalosos abusos que se cometían en el «ágape» o fiesta del amor, así como la costumbre de interrumpir las misas de difuntos con lamentaciones. Los sermones del santo conservan el recuerdo de muchas costumbres de la época.

   Según parece, por lo menos en Verona, se practicaba todavía el bautismo de inmersión, pero se calentaba previamente el agua. San Zenón es el único escritor que menciona la costumbre de dar medallas a los bautizados.

San Gregorio el Grande cuenta un notable milagro ocurrido dos siglos después de la muerte de San Zenón, tal como se lo había relatado uno de los testigos presenciales, Juan el Patricio.

   El año 598, el río Adige amenazaba inundar la ciudad de Verona. El pueblo se refugió en la iglesia de un santo obispo y patrón para protegerse de la inundación; aunque las aguas llegaron hasta la altura de los ventanales, no penetraron en la iglesia. El pueblo permaneció ahí, orando, no hicieron sino aumentar el prestigio del santo. Durante el reinado de Pepino, hijo de   Carlomagno, se construyó una iglesia; las reliquias de San Zenón se conservan todavía en una de las capillas de la cripta.

   Se suele representar a San Zenón con un caña de la que cuelga un pescado; se trata de un símbolo de la tradición, según la cual, el santo acostumbraba pescar en el Adige, aunque el pescado puede también representar el bautismo.

Vidas de los Santos de Butler, Méjico, 1964

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