Tras casi un año de investigaciones, el Fiscal del Tribunal de Avellino, D. A. Del Bene, ha pedido la desestimación del procedimiento contra el Padre Stefano Maria Manelli, fundador de la Orden de los Franciscanos de la Inmaculada, actualmente aún bajo el gobierno de un Comisario Pontificio, sin que, desde 2013, se haya dado una motivación válida por parte de la “Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica”.
Recientemente, el Padre Stefano Manelli ha sido objeto de una campaña mediática particularmente virulenta, que en realidad parecía inspirada y orquestada por alguien perteneciente a su propia Orden religiosa. Acusaciones que buscaban producir un fuerte impacto mediático, declaraciones escandalosas de ex-monjas, y hasta la divulgación de la sospecha de un asesinato. En la saga de los Franciscanos de la Inmaculada no se ha escatimado en ningún recurso digno de un folletín decimonónico, y ha habido en los medios de comunicación alguien que ha seguido con demasiado interés, y sin mucho espíritu crítico, la marea malintencionada de las acusaciones.
Ahora que la Justicia, con la petición de desestimación, hace de verdad justicia contra una campaña que podríamos definir difamatoria, emerge el hecho de que el fundador del Instituto de los Frailes Franciscanos de la Inmaculada ha sido injustamente acusado de haber perjudicado la integridad física y moral de las monjas del convento de Frigento, maltratándolas y hasta cumpliendo actos de violencia sexual.