35.- JESUCRISTO DESPUÉS DE SU MUERTE RESUCITÓ Y SE FUE AL CIELO.
35,1. Jesucristo, después de ser crucificado, estuvo muerto y enterrado, y al tercer día 4 resucitó juntando su cuerpo y su alma gloriosos para nunca más morir 5.
Por tanto, Jesucristo está ahora en el cielo en cuerpo y alma.
La resurrección de Cristo es dogma de fe. Está definido en el IV Concilio de Letrán (1215):
«Creemos y confesamos que Jesucristo resucitó de entre los muertos y subió al cielo en cuerpo y alma» 6.
La resurrección de Cristo es «el dogma fundamental del cristianismo» 7.
La expresión del Credo: «subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre» significa que tiene el mismo poder de Dios-Padre.
«La expresión de San Mateo atribuye a Jesús sepultado una duración de “tres días y tres noches” 8. Pero tal expresión venía a ser idéntica a la duración hasta el tercer día, al juzgarse el día como una unidad de día-noche. El decir “tres días y tres noches” es un modismo equivalente a “al tercer día”»1.
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1 JOSÉ RICCIOTTI: Vida de Jesucristo, nº 181. Ed. Miracle. Barcelona
2 SAN PABLO: Carta a los Gálatas, 6:7
3 DENZINGER: El Magisterio de la Iglesia, nº 805 y 826. Ed. Herder. Barcelona
4 Evangelio de SAN MATEO, 20:19
5 Evangelio de SAN MATEO, 28:6s; de SAN LUCAS, 24:36-43; de SAN JUAN, 20:19-29
6 DENZINGER: Magisterio de la Iglesia, n º 429. Ed. Herder Barcelona.
7 SANTOS SABUGAL, O.S.A.: Credo, 2ª, II, 4, 19. Ed. Monte Casino. Zamora.
8 Evangelio de SAN MATEO, 12:40
Jesucristo murió un viernes por la tarde y resucitó un domingo por la mañana: es decir que estuvo en el sepulcro un día entero y dos medios días. Pero para el modo de hablar hebreo esto equivale a tres días 2, o lo que es lo mismo, «al tercer día». Dijo San Pedro: «resucitó al tercer día» 3.
Antes de morir Jesús había profetizado varias veces su resurrección 4. Por lo tanto, al resucitar por su propio poder, demostraba nuevamente, y con la prueba más convincente, que era Dios.
Dice San Mateo, que los fariseos mandaron a sus soldados que habían estado guardando la tumba, que dijeran: «Sus discípulos vinieron de noche estando nosotros dormidos y lo robaron» 5. San Agustín dio a esto una respuesta definitiva: «Si estaban durmiendo, no pudieron ver nada. Y si no vieron nada, ¿Cómo pueden ser testigos?»6.
Los teólogos modernos buscan diversas explicaciones al hecho de la resurrección de Cristo. Pero cualquiera que sea la interpretación debe incluir la revivificación del cuerpo, si no se quiere hundir la teología de la resurrección 7.
Para el protestante Bultmann, la resurrección de Cristo es un mito 8.
Algunos dicen que la resurrección de Cristo no es un hecho histórico, pues no hay testigos. Este modo de hablar es ambiguo y puede confundir; pues «no histórico» puede confundirse con «no real».
Por eso no debe emplearse, como recomienda el padre José Caba, S.I., Catedrático de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, en su libro Resucitó Cristo, mi esperanza 9. La resurrección de Cristo es un hecho que ha sucedido en la realidad.
«Aunque no haya habido propiamente ningún testigo del hecho de la resurrección, en cuanto tal, es histórica en razón de las huellas dejadas en nuestro mundo y de las que dan testimonio los Apóstoles» 10.
Si aparece un coche en el fondo de un barranco y está destrozado el pretil de la curva que hay en ese sitio, no necesito haber visto el accidente, para comprender lo que ha pasado.
De la misma manera puedo conocer la resurrección de Jesucristo.
Para otros sí se puede considerar como hecho histórico, pues puede localizarse en el espacio y en el tiempo; y según Pannemberg es histórico todo suceso que puede ser colocado en unas coordenadas de espacio y tiempo 11.
«Con otras palabras: es histórico todo lo que ha sucedido en un determinado momento y en un determinado sitio» 12.
Por eso para el P.Ignacio de La Potterie, S.I., que es uno de los mejores especialistas en el mundo del Evangelio de San Juan, la resurrección de Cristo tuvo una realidad física, histórica 13 Dice Max Meinertz: «La resurrección entra en el campo de la realidad histórica» 14.
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1 JUAN Ml. IGARTUA, S.I.: La Resurrección de Jesús y su Cuerpo, IV, 5. Ed. Mensajero, Bilbao.
2 JESÚS Mª GRANERO, S.I.: Credo – Jesucristo, XXVII. Ed. Escelicer. Cádiz
3 SAN LUCAS: Hechos de los Apóstoles, 10: 40
4 Evangelio de SAN MATEO, 12:39s; 16:21; 17:22; 20:19; de SAN LUCAS, 9:22
5 Evangelio de SAN MATEO, 28:13
6 SAN AGUSTÍN: Enarratio in psalmum, 63(64) MIGNE: Patrología Latina, 36.767
7 BALDOMERO JIMÉNEZ DUQUE: Volver a lo esencial, XXXVIII. Ed. Tau. Ávila, 1985
8 JOSÉ ANTONIO SAYÉS: Compendio de Teología Fundamental., 2ª, IV, 1. nota 4. Ed.EDICEP.
9 JOSÉ CABA, S.I.: Resucitó Cristo, mi esperanza, IX, 1, 4º, 2. Ed. BAC. Madrid, 1986
10 JOSÉ ANTONIO SAYÉS: Cristología fundamental, VII, 2, 1. Ed. C.E.T.E. Madrid, 1985
11 CÁNDIDO POZO, S.I.: Teología del más allá, pg. 69. Ed. BAC. Madrid, 2ª ED.1980.
12CÁNDIDO POZO, S.I. Resucitó de entre los muertos, I, 1. Cuadernos BAC, nº 93. Madrid.1985.
13 IGNACIO DE LA POTTERIE, S.I.: Revista 30 DÍAS, 62(1992)76.
14 MAX MEINERTZ: Teología del Nuevo Testamento, 1ª, IV, 5. Ed. FAX. Madrid
La resurrección de Cristo la refiere San Pablo en la carta a los Corintios, el año 57, es decir, a contemporáneos de los hechos: «Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día» 1.
Y lo atestigua San Pedro: «De Jesús resucitado todos nosotros somos testigos» 2.
San Lucas lo afirma enfáticamente: «El Señor ha resucitado verdaderamente» 3
35,2. Cristo estaba muerto en la cruz 4.
Por eso los verdugos no le partieron las piernas como solían hacer para rematar a los crucificados.
Si no hubiera estado muerto, le hubiera matado la lanzada que le abrió la aurícula derecha del corazón.
La cantidad de sangre que salió después de la lanzada, según el relato de San Juan, que estaba allí presente, dicen los médicos, sólo se explica porque la lanza perforó la aurícula derecha que en los cadáveres está llena de sangre líquida 5.
Al tercer día el sepulcro estaba vacío: no estaba el cuerpo de Cristo.
La fe en la resurrección de Jesucristo parte del sepulcro vacío. Oscar Cullmann, protestante, de la Universidad de Basilea, dice: «la tumba vacía seguirá siendo un acontecimiento histórico»6.
Los Apóstoles «no habrían creído en la resurrección de Jesús de haber encontrado su cadáver en el sepulcro»7. Los cuatro evangelistas relacionan el sepulcro vacío con la resurrección de Cristo.
- a) San Mateo: «No está aquí, pues ha resucitado» 8.
- b) San Marcos: «Ha resucitado, no está aquí»9.
- c) San Lucas: «No está aquí, sino que ha resucitado»10.
- d) San Juan al ver la tumba vacía y la disposición de los lienzos «vio y creyó»11 que había resucitado; pues si alguien hubiera robado el cadáver, no hubiera dejado los lienzos tan bien puestecitos.
San Juan vio la sábana, que había cubierto el cadáver de Jesús, yaciendo en el suelo, y doblado aparte el sudario que había estado sobre su cabeza.
Según los especialistas12 la palabra ozonia usada por San Juan debe traducirse por «lienzos» y no por «vendas» como hacen algunos equivocadamente. Es verdad que las vendas son lienzos, pero no todos los lienzos son vendas.
El sepulcro vacío sólo tiene dos explicaciones. O alguien se llevó el cadáver o Cristo resucitó.
El cadáver no lo robaron los enemigos de Cristo, pues al correrse la noticia de la resurrección la mejor manera de refutarla hubiera sido enseñar el cadáver. Si no lo hicieron, es porque no lo tenían13
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Tampoco lo tenían sus amigos, pues los Apóstoles murieron por su fe en Cristo resucitado, y nadie da la vida por lo que sabe es una patraña.
Se puede dar la vida por un ideal equivocado, pero no por defender lo que se sabe que es mentira.
Dice Pascal: «Creo de buena gana las historias cuyos testigos se dejan matar para defenderlas»14.
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1 SAN PABLO Primera Carta a los Corintios, 15:3s
2 Hechos de los Apóstoles, 2:32
3 Evangelio de SAN LUCAS, 24:34
4 Evangelio de SAN MATEO, 27:50; de SAN MARCOS, 15:37; de SAN LUCAS, 23:46; de SAN JUAN, 19:30
5 JORGE LORING, S.I.: La autenticidad de la Sábana Santa de Turín. Madrid, 1990. Sexta edición.
6 JOSÉ LUIS CARREÑO, O.S.B.: El último reportero, XVII. Ed. Don Bosco. Pamplona, 1975
7 JOSÉ ANTONIO SAYÉS: Cristología fundamental, VIII, 3, 1, e. Ed. C.E.T.E. Madrid, 1985
8 Evangelio de SAN MATEO, 28:6
9 Evangelio de SAN MARCOS, 16:6
10 Evangelio de SAN LUCAS, 24:6
11 Evangelio de SAN JUAN, 20:8
12 M.BALAGUÉ: Revista ESTUDIOS BÍBLICOS del C.S.de Investigaciones C. 25(1966)169-192.
13 JOSÉ MOINGT, S.I.: El hombre que venía de Dios, 2º, V, 3. Ed. Desclee. Bilbao.
14 JOSEPH HUBY, S.I.: El Evangelio y los Evangelios, II, 2. Ed. PAX. San Sebastián.
Es evidente que los Apóstoles no escondieron el cadáver.
Luego si Cristo estaba muerto, y el sepulcro estaba vacío, y nadie robó el cadáver, sólo queda una explicación: Cristo resucitó1.
San Pablo nos habla también de la resurrección de Cristo en la Primera Carta a los Tesalonicenses del año 51 de nuestra era 2: Jesús murió y resucitó3; y en la Primera Carta a los Corintios del año 55: Cristo resucitó al tercer día4.
Una confirmación de la resurrección de Cristo es la Sábana Santa de Turín donde ha quedado grabada a fuego su imagen por una radiación en el momento de la resurrección. No hay explicación más aclaratoria.
Sobre la Sábana Santa yo he hecho tres vídeos titulados: La autenticidad de la Sábana Santa, La Sábana Santa y el Carbono-14, La Sábana Santa y el Sudario de Oviedo. Los tres se complementan, aunque algunas cosas se repiten. «Cristo resucitado de entre los muertos, ya no vuelve a morir»5.
La resurrección de Cristo no fue una reviviscencia para volver a morir, como le pasó a Lázaro; tampoco fue una reencarnación, propia del budismo y del hinduismo; menos aún fue el mero recuerdo de Jesús en el ánimo de sus discípulos.
Fue el encuentro con Jesús resucitado lo que provocó la fe de los discípulos en la resurrección, y no viceversa. «La resurrección no fue la consecuencia, sino la causa de la fe de los discípulos. (…)
Jesucristo fue restituido con su humanidad a la vida gloriosa, plena e inmortal de Dios. (…) Se trata de la transformación gloriosa del cuerpo»6.
Después de resucitar subió a los cielos. «La expresión “subir a los cielos” es un recurso literario muy en consonancia con la cultura de aquellos hombres. También nosotros expresamos nuestros anhelos levantando hacia el cielo nuestras manos»7.
Después de resucitar, antes de subir al cielo con su Padre8, estuvo varios días apareciéndose a los Apóstoles9.
Estas apariciones las expresa el Nuevo Testamento con la palabra griega «ófze», que significa «se mostró», «se hizo ver», «se dio a ver», lo que da a entender que se trataba de un cuerpo real10.
Los apóstoles comieron11 con Él y le palparon con sus propias manos.
Los fantasmas no comen ni se dejan palpar.
Cristo resucitado cenó con los Apóstoles12 y se dejó palpar por Santo Tomás13. Decía Cristo:
«Soy Yo. Tocadme y ved. Un espíritu no tiene carne y hueso, como veis que Yo tengo»14.
San Pedro lo recuerda: «Nosotros hemos comido y bebido con Él después que resucitó de entre los muertos»15.
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1 JOSÉ CABA, S.I.: Resucitó Cristo mi esperanza, 3ª, IX, pg. 349. Ed. BAC. Madrid, 1986
2 JOHANNES BEUMER: El camino de la Fe, IV, 3. Ed. FAX. Madrid.
3 SAN PABLO: Primera Carta a los Tesalonicenses, 4:14
4 SAN PABLO: Primer a Carta a los Corintios, 15:3s
5 SAN PABLO: Carta a los Romanos, 6:9
6 VV. AA.: El Salvador del mundo, VI, 3s. Ed. B.A.C. Madrid. 1996.
7 MIGUEL PEINADO: Exposición de la fe cristiana, 3ª, VII, 96. Ed. BAC. Madrid.
8 Evangelio de SAN MARCOS, 16:19
9 Hechos de los Apóstoles, 1:3
10 CÁNDIDO POZO, S.I.: La venida del Señor en la gloria, I, 2, 2. Ed. EDICEP. Valencia. 1993.
11 Hechos de los Apóstoles, 10:41
12 Evangelio de SAN LUCAS, 24:41ss
13 Evangelio de SAN JUAN, 20:27
14 Evangelio de SAN LUCAS, 24:39
15 Hechos de los Apóstoles, 10:41
La resurrección de Cristo está confirmada por sus apariciones a San Pedro y San Pablo después de las cuales cambiaron radicalmente1.
En una ocasión se apareció a más de quinientos estando reunidos. Así nos lo cuenta San Pablo escribiendo a los Corintios, y añadiendo que muchos de los que lo vieron, todavía vivían cuando él escribía aquella carta2, en los años 55-56 de nuestra Era3.
El verbo empleado por San Pablo excluye una interpretación subjetiva del término, «aparición»4.
Las apariciones de Jesús son un motivo de credibilidad en la resurrección de Cristo5.
En la Biblioteca Nacional de Madrid he leído un incunable en el que Poncio Pilato escribe al emperador Tiberio sobre Cristo. Dice: «Después de ser flagelado, lo crucificaron. Su sepultura fue custodiada por mis soldados. Al tercer día resucitó. Los soldados recibieron dinero de los judíos para que dijeran que los discípulos robaron su cadáver. Pero ellos no quisieron callar y testificaron su resurrección»6.
«Sabemos con certeza que existieron unas actas oficiales de Poncio Pilato, Procurador de Judea, al Emperador Tiberio, como era obligación y costumbre en el Imperio»7 por testimonio de Tertuliano (siglo III) 8.
El historiador Jacques Perret, Catedrático de la Universidad Sorbona de París, publicó en 1984 un libro refutando a los que niegan la historicidad de la resurrección de Jesús, pues «los métodos históricos modernos hacen que el investigador se vea prácticamente obligado a reconocer la realidad objetiva de la resurrección de Jesús». Y añade: «Los que rechazan la resurrección de Cristo no es por razones históricas, sino por prejuicios teológicos. La historia nos lleva a aceptar la verdad de la misma»9.