Sábado Santo – Solemne Vigilia Pascual

Cristo ayer y hoy, Principio y Fin, Alfa y Omega

Jesús ha pasado toda la noche y pasará también todo el sábado en el sepulcro, custodiado por los soldados, sobornados por el Sanedrín para testificar contra su Resurrección. La Iglesia está hoy toda absorta en ese hecho, y en virtud del decreto del 9 de febrero de 1951 de la Sagrada Congregación de Ritos, en el que se restituyó todo el rito de la Vigilia pascual a la noche del sábado al domingo, conforme al uso primitivo, todo el día del sábado lo dedica a conmemorar y venerar la muerte y sepultura del Redentor, a las que alude todo el Oficio del día. Tal debe ser también la preocupación de los fieles por todo el Sábado Santo: meditar y venerar la sepultura del Redentor, asistiendo, en cuanto les sea posible, a los oficios litúrgicos y funciones extralitúrgicas del día.

La Sagrada Congregación de Ritos, atendiendo a tantos; ruegos y deseos de liturgistas contemporáneos (nosotros mismos lo reclamábamos en las ediciones anteriores de este Manual) y de obispos de todos los países, después de haber estudiado seriamente el asunto a la luz de los documentos antiguos, se resolvió a restituir el rito de la vigilia de Pascua, que hasta ahora se celebraba en la mañana del Sábado Santo, a las horas de la noche, para que así recobrara todo su significado y sirviera de preparación inmediata a la Pascua de Resurrección. La novedad, aunque anunciada sólo como a título de «experiencia» para el año 1951, fué recibida con aplauso general. Ella significaba no sólo un feliz retorno a la antigüedad, sino también al buen sentido, en el terreno litúrgico.

Según, pues, el aludido Decreto, el Sábado Santo es un día «alitúrgico», es decir, sin sacrificio eucarístico, pero con el Oficio Divino completo. Éste, por lo tanto, se compone de Maitines y Laúdes, Horas Menores, Vísperas y Completas, y ha de rezarse en sus horas correspondientes. Por lo mismo, las Tinieblas del Viernes Santo ya no tienen lugar, como antes, al anochecer de ese día, sino el sábado por la mañana.

Sábado Santo

SABBATO SANCTOSÁBADO SANTO
I classisI clase
DE VIGILIA PASCHALIVIGILIA PASCUAL
Statio ad S. Ioannem in LateranoEstación en san Juan de Letran
De benedictione novi IgnisBENDICIÓN DEL FUEGO NUEVO
1. Hora competenti tobaleis cooperiuntur altaria, sed candelæ exstinctæ manent usque ad principium missæ. Interim excutitur ignis de lapide, et ex eo accenduntur carbones1. A la hora conmpetentes, cubiertos los altares con manteles. Las velas estarán apagadas hasta el principio de la misa. Entretanto, fuera del templo, se saca fuego del perdenal y con el se encienden los carbones.
2. Celebrans induitur amictu, alba, cingulo, stola et pluviali violacei coloris ; ministri sacri amictu, alba, cingulo, diaconus stola et dalmatica, subdiaconus tunicella, eiusdem coloris.2.  El celebrante revestido con amito, alba, cíngulo, estola y pluvial morado; los ministros sagrados, con amito, alba, cíngulo, el diácono con estola y dalmática, el subdiácono con tunicela del mismo color.
2a. Sacerdos induitur amictu, alba, cingulo, stola et pluviali violaceo, vel manet sine casula2a. Revestido de alba, estola y capa moradas, en su defecto sin con estola, sin casulla.
3. Adstantibus ministris, seu ministrantibus, cum cruce, aqua benedicta et incenso, sive ante portam, sive in aditu ecclesiæ, yel intus eam, ubi scilicet populus ritum sacrum melius sequi possit, celebrans benedicit novum ignem, dicens :3. Los ministros o ministrantes con la cruz, agua bendita e incensario se colocan en el atrio o cancel, o ante la misma puerta, o en el interior del templo. El sacerdote bendice el nuevo fuego diciendo:
V/. Dóminus vobíscum.V/. El Señor sea con vosotros. 
R/. Et cum spíritu tuo.R/. Y con tu espíritu.
Orémus. Oratio.Oremos.
Deus, qui per Fílium tuum, angulárem scílicet lápidem, claritátis tuæ ignem fidélibus contulísti : prodúctum e sílice, nostris profutúrum úsibus, novum hunc ignem sanctí + fica : et concéde nobis, ita per hæc festa paschália cæléstibus desidériis inflammári ; ut ad perpétuæ claritátis, puris méntibus, valeámus festa pertíngere. Per eúndem Christum, Dóminum nostrum.OH Dios, que por medio de tu Hijo que es la piedra angular, diste a tus fieles el fuego de tu claridad, santifica esta nuevo fuego sacado de la piedra, y que ha de servir para nuestros usos, y concédanos que, de tal modo nos inflamemos en deseos celestiales en estas fiestas pascuales, que merezcamos llegar con almas puras a las fiestas de la luz perdurable. Por el mismo Cristo Señor nuestro. 
R/. Amen.R/. Amen.
Deinde ignem ter aspergit, nihil dicens.Asperja el fuego con agua bendita
4. Acolythus, seu unus ministrantium, assumens de carbonibus benedictis, ponit in thuribulum ; celebrans vero ponit incensum in thuribulum, benedicens illud more solito, ignemque ter adolet incenso.4.. Un acolito, tomando de las ascuas benditas, prepara el incensario: el sacerdote pone incienso, bendiciéndolo como de costumbre, e inciensa tres veces el fuego.
De benedictione cerei paschalisBENDICION DEL CIRIO PASCUAL
5. Novo igne benedicto, acolythus, seu unus ministrantium, portat cereum paschalem in medium, ante celebrantem, qui cum stilo, inter extrema foramina ad insertionem granorum incensi destinata, incidit crucem. Deinde facit super eam litteram græcam Alpha, subtus vero litteram Omega, et inter brachia crucis quatuor numeros exprimentes annum currentem, interim dicens :5. Con un punzón graba el celebrante en el cirio pascual una cruz, Α  y  Ω (primera y ultima letras del alfabeto griego), y las cifras del año en curso.Al grabar los dos brazos de la cruz, el celebrante dice:
(1) Christus heri et hodie (incidit hastam erectam),(1) Cristo ayer y hoy.
(2) Princípium et Finis (incidit hastam transversam),(2) Principio y fin.
(3) Alpha (incidit supra hastam erectam litteram A)(3) Alpha
(4) et Omega (incidit subtus hastam erectam litteram O)(4) et Omega
(5) Ipsíus sunt témpora (incidit primum numerum anni currentis in angulo sinistro superiore crucis)(5) De el son los tiempos
(6) et sǽcula (incidit secundum numerum anni currentis in angulo dextro superiore crucis) ;(6) y los siglos.
(7)Ipsi glória et impérium (incidit tertium numerum anni currentis in angulo sinistro inferiore crucis)(7) A el la gloria y el imperio
(8) per univérsa æternitátis sǽcula. Amen (incidit quartum numerum anni currentis in angulo dextro inferiore crucis).(8) por todos los siglos de la eternidad. Amen.

Especial de Sábado Santo

Traslado de Nuestro Señor Jesucristo al sepulcro

Sábado Santo

 Sábado Santo-Misa solemne de la vigilia pascual

Pregón Pascual

Pregón Pascual

(Antiquísimo y Bellísimo Poema Litúrgico de la Iglesia Católica Primitiva)

Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.

Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.

Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.

En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.

Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.

Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.

Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.

Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.

Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?

¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!

Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!

¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.

Ésta es la noche
de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mí gozo.»

Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.

En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por medio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.

Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.

¡Que noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!

Te rogarnos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado,
que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.
Amén.

Tomado de:

http://www.conocereisdeverdad.org