Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás, fraile dominico, es representado con el Espíritu Santo, un libro, una estrella o rayos de luz sobre su pecho y la Iglesia.

(1225-74)

Filósofo dominico y teólogo. Llamado «Doctor Angélico». Autor de la Suma Teólogica, obra insigne de teología. Patrón de las escuelas católicas y de la educación. Aclamado doctor el 11 de abril, 1567 por el Papa Pío V.

La Suma Teológica

EXPOSICIÓN TEOLÓGICA DE SANTO TOMÁS SOBRE LA EXISTENCIA DE LOS ÁNGELES (A. 1)

Santo Tomás se pregunta si existe alguna criatura del todo espiritual y absolutamente incorpórea, es decir, una sustancia tan elevada sobre la naturaleza del cuerpo y la materia, que ni ella ni su operación sean corpóreas o ejercidas mediante algún órgano corpóreo. La solución que da cuadra perfectamente con el enunciado, es decir, trata de la existencia de los ángeles, reservando tratar plenamente de la perfecta espiritualidad de ellos para el articulo siguiente. Limitado así el problema a la sola existencia de seres puramente espirituales, la conclusión del Aquinatense es afirmativa, y su argumentación vigorosa, clara y sencilla. La base para la solución está en otros principios que anteriormente ha expuesto el santo Doctor y de los cuales es consecuencia lógica. Después de la bondad divina -dice en el cuerpo del articulo 4 de la cuestión 22 de la primera parte-, que es un fin independiente de las cosas, el principal bien que existe en las criaturas es la perfección del universo, que no existiría si en el mundo no se encontrasen todos los grados del ser. Por tanto, corresponde a la Providencia divina producir el ser en todos sus grados. Y siendo uno de los grados del ser el entender, que no puede ser acto del cuerpo ni de nada corpóreo, síguese que deberán existir seres intelectuales perfectamente espirituales e incorpóreos, a los que llamamos ángeles.

Para leer más, clic aquí

DE LA VIDA ACTIVA Y CONTEMPLATIVA

COMPENDIO DEL PENSAMIENTO DE SANTO TOMAS

El pensamiento de Santo Tomás se compendia en el párrafo siguiente: «La vida contemplativa se ocupa directa e inmediatamente del amor de Dios… El ocio santo, o sea, el de la vida contemplativa, busca la caridad de la verdad divina, objeto principal de la vida contemplativa» (q.182 a.2).   El contemplativo busca la verdad, fija su mente en la verdad, que, por ser Dios mismo, infunde amor y requiere amor, para ser asimilado con su propia riqueza, dentro de las limitaciones humanas.

El hombre tiene recursos necesarios para la especulación y la contemplación filosófica. Pero la contemplación cristiana requiere una postura inicial de pasividad, por la cual se acoge la luz de la fe con que se «descubre» la verdad íntima de Dios en su misterio trinitario, y se recibe la infusión de la caridad para «sintonizar» con el misterio del mismo Dios, que es amor (1 Jn 4,8). La contemplación del cristiano se dirige a la verdad de Dios en sí, en cuyo «fondo» es imposible penetrar sin la caridad, que es la que da «connaturalidad» con el misterio contemplado, haciendo que la persona «sintonice» con él mediante la totalidad de su ser, con la ayuda de los dones del Espíritu Santo, especialmente del de sabiduría, que corresponde a la virtud de la caridad, como Santo Tomás explica en la cuestión 45. Ahora bien, la contemplación cristiana es más profunda que la filosófica y requiere el concurso de todas las fuerzas psicológicas para alcanzarla y ejercitarla de manera connatural.

La pasividad inicial se abre a una actividad que requiere el máximo esfuerzo de penetración y la máxima concentración psicológica. Pero la contemplación cristiana no recae solamente sobre Dios en sí; sino también sobre sus atributos y la obra de la creación. Pero hay que tener en cuenta que, tanto en el orden humano como en el cristiano, es necesario que haya quienes consagren su vida al ejercicio de una actividad externa, regulada por la razón. A esta vida Santo Tomás llama activa, que no se identifica con el solo cúmulo de obras externas, sino que requiere su regulación por la razón; para que no se confunda con el activismo, que Pío XII calificó de herejía de la acción y que procede de simple agitación, de inestabilidad interna, de apasionamiento o de cualquier otro motivo deformado: «Marta, Marta, estás muy inquieta y nerviosa por muchas cosas» (Lc 10,41).

Para leer más, clic aquí

DE LA VIDA CONSAGRADA

Recordemos sumariamente lo que el príncipe de los teólogos enseña sobre la vida religiosa, a cuyo estudio dedica cuatro cuestiones en la 2-2.  Dos son los estados de perfección: el estado episcopal, que es estado de perfección ya adquirida, del que ya hemos tratado, y el estado religioso, cuya finalidad es adquirir la perfección de la caridad, o con categoría de «perfectionis accquirendae».

El estado religioso constituye un estado de perfección en el que los religiosos se ofrecen a Dios como en holocausto, en un «un largo martirio», dice la Doctora Mística. “Religiosos por antonomasia son los que se consagran totalmente al servicio de Dios, ofreciéndose en holocausto” (q.186 a.1). Santo Tomás sitúa en primer plano la idea de consagración total a Dios “El estado religioso implica la eliminación de todo lo que impide al hombre entregarse totalmente al servicio de Dios” (q.186 a.4), lo que es “como un holocausto por el cual se consagra totalmente a Dios la propia persona y sus bienes” (q.186 a.7). Consiguientemente “los religiosos deben, ocuparse en vivir para Dios” (q.187 a.2). “La entrega total de uno mismo al servicio de Dios es un elemento común a todas las órdenes religiosas” (q.188 a.1 ad 1).

Para leer más, clic aquí

Naturaleza y racionalidad en Santo Tomás de Aquino

Entrevista a la profesora Ana Marta González de la Universidad de Navarra

¿Por qué la ética tomista es actual?

–González: La palabra actual tiene dos significados que conviene distinguir: uno de ellos lo hace equivalente a la moda: es actual lo que está de moda, o aquello de lo que se habla hoy, pero ya no se habla mañana, lo que suele pasar con las noticias de los periódicos.

El otro sentido es más filosófico: es actual lo que es permanente. Las cuestiones filosóficas tienen este tipo de actualidad, que es la que suele atribuirse, también, a lo «clásico».

El pensamiento de Tomás de Aquino es siempre actual en este segundo sentido. Por eso volvemos a él, como volvemos en general a los clásicos, en los que se afrontan cuestiones de interés permanente.

Pero además es actual en el primer sentido, en la medida en que la ética contemporánea continúa profundizando en aquella rehabilitación de la filosofía práctica comenzada en el último cuarto de siglo XX. Si entonces la recuperación de la razón práctica vino especialmente de la mano de Aristóteles y Kant, era razonable que esa recuperación alcanzara tarde o temprano a Tomás de Aquino, que tanto por razones cronológicas como conceptuales ocupa un lugar intermedio entre ambos autores.

Para leer más, clic aquí

Extractos tomados de:

http://www.corazones.org

Este sitio web es obra de Las  Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.