¿Vendrá un Antipapa?

 (1967)

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Dice San Pablo:

“Entre tanto, hermanos, os suplicamos por el advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión al mismo, que no abandonéis ligeramente vuestros sentimientos, ni os dejéis alarmar por algún espíritu, ni por cierta palabra, ni por cartas que se supongan enviadas por nosotros, como si el día del Señor estuviera muy cercano. No os dejéis seducir de nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que primero haya acontecido la apostasía, y aparecido el hombre del pecado, el hijo de la perdición, el cual se opondrá y se alzará contra todo lo que se dice Dios o se adora; hasta llegar a poner su asiento en el templo de Dios, mostrándose como si fuese Dios. ¿No os acordáis que cuando estaba todavía entre vosotros os decía estas cosas? Ya sabéis vosotros lo que ahora lo detiene, hasta que sea manifestado en su tiempo. El hecho es que ya está obrando el misterio de iniquidad. Entre tanto, ¡el que lo detiene ahora deténgalo hasta que sea quitado de en medio. Entonces se dejará ver aquel perverso, a quien el Señor Jesús matará con el aliento de su boca, y destruirá el resplandor de su venida.” (Tesal. II, 1-8)

¿Qué es “lo que detiene”, el “obstáculo”, el katejón, que impide la manifestación del Anticristo? San Agustín y los antiguos padres vieron en él al Imperio Romano. “Esa creencia – dice Straubinger – quedó desvirtuada por la experiencia histórica y no parece posible mantenerla”. Se la mantiene, a pesar de todo. Se cree ver en ella, ya que no el imperio Romano, el “orden romano”. Pero lo cierto es que a partir de la Revolución Francesa, llevamos ya casi dos siglos de desorden y aún no se ha manifestado el Anticristo.

A nuestro juicio, el katejón no es el Imperio Romano sino el Imperio Espiritual de Roma, el Pontificado Romano. No significa esto que haya de desaparecer. Pero puede sobrevenir un cisma, un antipapa poderoso que arrastre a una gran parte de la jerarquía y de los fieles, en una palabra la apostasía anunciada por San Pablo, mientras el verdadero Papa sólo gobierna a una minoría de “elegidos”.

En los siglos XIV y XV el Pontificado sufrió una grave crisis. Destierro en Avignon, Cisma de Occidente. Pareció que iba a ser “quitado de en medio”. San Vicente Ferrer anunció el fin de los tiempos y probó la verdad de su anuncio resucitando un muerto. ¿Se equivocó? No, Santa Catalina de Siena y una pléyade de grande santos impidieron entonces. Pero ese hecho, nos demuestra, hasta qué punto el advenimiento del Anticristo y el fin de los tiempos parece estar ligado a la suerte del Pontificado Romano.

La posibilidad de un cisma e inclusive de un antipapa en los últimos tiempos tiene un firme respaldo en el Apocalípsis.

“Entonces se me dio una cala a manera de una vara y díjoseme: Levántate y mide el templo, y el altar, y los que adoran en él. Pero el atrio exterior del templo, déjalo fuera, y no lo midas, por cuanto está dado a los gentiles, lo cuales han de hollar la ciudad santa cuarenta y dos meses” (Ap. XL, 1-2).

Este texto significa – según el P.Castellani en su obra “El Apokalypsis” – “la reducción de la iglesia fiel a un pequeño grupo perseverante y la vasta adulteración de la verdad religiosa en todos los restantes; y en esto están unánimes todos los Santos Padres”. Lo mismo puede verse en la Bestia de la Tierra:

“Vi después que otra bestia que salía de la tierra, y que tenía dos cuernos, semejantes a los del cordero, más su lenguaje era como el del dragón” (Ap. XIII; 11).

Para Castellani, “la fiera de la tierra es una religión falsa (falsificada) o una herejía máxima, con su jefe y conductor: quizás un obispo apóstata que es también un mago (Solovief)”. En otro lugar de su obra admite que este obispo apóstata puede ser “incluso un antipapa”. Eyzaguirre, en su “Interpretación literal del Apocalipsos”, si bien identifica a la Bestia de la Tierra con la Masonería, llega a sospechar que un antipapa pueda ser el jefe supremo de la secta (Gentilini, “El Anticristo” pág. 104).

  En varias profecías privadas abundan referencias o indicios respecto de este presunto antipapa…

 

Gran Apostasía NCSJB

Tiempos difíciles parecen aproximarse para la Iglesia. No queremos señalar nombres ni tendencias que por desgracia hacen verosímil en nuestros tiempos el cumplimiento de esas profecías, y que por otra parte son demasiado evidentes.

Nada deseamos más que equivocarnos y que todo esto sea sólo una terrible pesadilla. Y rogamos a Dios y a la Santísima Virgen, que tan directamente está interviniendo en estos últimos tiempos en los acontecimientos humanos con sus apariciones, milagros y mensajes, quieran impedir, o al menos atenuar, los grandes peligros que parecen cernirse sobre la Santa Iglesia.

Por Alberto Ezcurra Medrano

Revista Jauja N° 2. 2 de Febrero de 1967

Tomado de:

http://nacionalismo-catolico-juan-bautista.blogspot.com.ar/

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