SANTOS MELCHOR, GASPAR y BALTASAR, Reyes Sabios

23 de julio

(Siglo I)
 

Guiados por el brillo de una estrella los Magos dejan su país lejano, y buscan con su luz la luz divina hasta encontrar a Dios y confesarlo. (Breviario Romano: Himno de Epifanía)



 
En el Evangelio no se dice que los magos o sabios de oriente hayan sido tres; pero la tradición que lo afirma es muy antigua y se funda sin duda en las tres clases de dones que el Evangelio menciona. Algunos de los frescos más antiguos de las catacumbas, representan a tres reyes, pero otros representan a dos, cuatro y aun seis magos, probablemente por motivos artísticos. Algunos de los Padres, como Orígenes (Hom. in Genesim 16:3), San Máximo de Turín y San León consideran como cosa probada que los magos eran tres. Tal vez en la determinación de este número influyó también el hecho de que frecuentemente se compara o se contrapone a los magos con los tres jóvenes que cantaron las alabanzas de Dios en el horno en llamas, a que se refiere el Antiguo Testamento.
 
   En los frescos de las catacumbas, así como en los más antiguos grabados de los sarcófagos, se representa siempre a los magos con gorros frigios. La idea de que eran reyes se divulgó posteriormente y es posible que se originase en el salmo 71:10: «Los reyes de Tarsis y de las islas ofrecerán presentes; los reyes de Arabia y de Saba llevarán regalos.» Según parece, San Cesario de Arles, que murió en el año 543, fue el primero en citar dicho salmo a este propósito (Migne, PL., vol. XXXIX, c. 2018) y, a partir del siglo VIII, los magos aparecen en todas las representaciones con la corona real.
 
   Más tarde, el pueblo cristiano dio nombres propios a cada uno de los tres. Un manuscrito de París, que data del siglo VIII, les llama «Bithisarea, Melchior y Gathaspa.» En una miniatura del Codex Egberti (c. 990) aparecen dos nombres: «Pudizar» y «Melchias.» A pesar de estas ligeras divergencias, no cabe duda de que de ahí se derivaron los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar. En las pinturas posteriores de la Edad Media, uno de los magos es casi siempre un joven, otro de edad madura y el tercero muy anciano. La costumbre de representar a uno de los magos como hombre de la raza negra, data del siglo XV.
 
 
   Según la leyenda, los restos de los magos reposan en la catedral de Colonia, en una capilla que constituye uno de los más bellos ejemplos del primor con que se trabajaba el metal en la Edad Media. No hay razón para dudar de que dichas reliquias sean las que fueron trasladadas en 1164, de 1a basílica de San Eustorgio, en Milán, después de que Federico Barbarroja las regaló al arzobispo de Colonia. Pero la historia anterior de las reliquias es menos clara, por más que ya en el siglo IX, se las consideraba en Milán como las de los Reyes Magos. Se cuenta que habían sido transportadas de Constantinopla a Milán, probablemente en la época del emperador Zenón (474-491); pero ignoramos cómo se identificó a dichas reliquias con las de los magos y cómo fueron a dar a Constantinopla. Es indiscutible que en la Edad Media el culto de los magos era muy popular, sobre todo en Alemania. A su desarrollo contribuyeron las peregrinaciones a la catedral de Colonia y los «misterios» medievales, en donde los magos ocupaban un papel muy importante. Con frecuencia se les veneraba como los patronos de los viajeros.
 
   Véase Hugo Kehrer, Die heiligen Drei Könige, en Literatur und Kunst (2 vols., 1909); Kraus, Geschichte der christl. Kunst, vol. I, p. 151, y otros muchos pasajes; H. Detzel, Christliche Ikonographie (1896), vol. II, pp. 473-475; y G. Messina, I Magi a Betlemme (1933).
 

Vidas de los Santos, de Butler, Vol. III.

Tomado de:

https://tridentina-misa.blogspot.com/

Francisco, no formas parte de la comitiva de los Reyes Magos


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Francisco, ¿por qué te has quedado alejado del humilde hogar donde ha nacido el Hijo de Dios, mientras los tres Reyes se postraban para a adorar al Rey de Reyes? ¿Por qué no lo has adorado tú, que eres su Vicario? Comprendo, Francisco, eso no va contigo. Claro, tu vídeo, ¿verdad? Tu primer vídeo donde ya nos dices lo que significa para ti el Santo Niño nacido en el Portal de Belén. No es más que  un “diosecillo” como tantos otros. ¿Te acuerdas del vídeo? Genial y ocurrente. ¿Viste? El Niño Jesús al nivel que cualquier otra deidad. Ese eres tú, Francisco, el que no forma parte de la comitiva de los santos Reyes Magos; el que no se postra ante el único Dios de cielo y tierra, porque no  crees que lo sea.

Eso sí, hablas y hablas, de vaguedades, de cosas sin sentido, de vaciedades, que si “la estrella de Jesús no ciega, invita, acompaña, da luz”. ¿De qué hablas? ¿Qué quieres decir que “no ciega”? ¿Qué quieres decir que “invita”? ¿Qué quieres decir que “acompaña”? ¿Qué quieres decir que “da luz”? Pero vamos a ver Francisco, por favor, que nos vuelves locos, no hay quien te entienda, de verdad. Mira Francisco,  la “estrella” de la que nos hablas, y que sólo ves tú y los tuyos, ciega, no invita, no acompaña y no tiene luz. Porque es la “estrella” que impide ver al verdadero y único Dios. Es la “estrella” que no tiene luz para descubrir la verdad del Niño Dios, del Verbo encarnado. Es la “estrella” que aleja a los verdaderos adoradores del único Dios.

Esa “estrella” es tu personal estrella, es sólo tuya, Francisco, oscura, sin brillo, sucia y fea que NO reconoce al VERDADERO DIOS nacido en el Portal de Belén.

¿Te acuerdas de tu primer video, Francisco? Francisco de nuestros pecados, no nos dejas tranquilos, pero la fe no la perderemos, porque no te seguimos, porque formamos parte de la comitiva de los tres Reyes Magos, en la que tú no estás.

Mario Vázquez

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