4 de agosto
— Abad irlandés
(† principios del siglo VII)
Su nombre era Lugaid (pronunciado Lua). El prefijo irlandés “mo” significa “mi”, expresión de cercanía y cariño. Así nació el apelativo Molua —“mi Lua”— por el que comúnmente se le conoce. Nació hacia mediados del siglo VI (alrededor del 554 d. C.), en el reino de Munster, en una familia noble de la septa Corca Oiche, de los Uí Fidgenti; su padre se llamaba Carthach, y su madre, Sochla, de Ossory. Fue discípulo de San Comgall, quien lo acogió en el monasterio de Bangor, en el Ulster, uno de los centros monásticos más destacados de su tiempo.
MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA
DE SAN MOLUA
I. Tras su formación, consagró su vida a la evangelización y fundó numerosos monasterios en Irlanda: el más célebre, Clonfert-Molua (en Laois, antiguamente Queen’s County), y otro notable en Killaloe (Condado Clare), cuyo nombre deriva de Cill-da-Lua —la iglesia de Lua.Según tradiciones citadas por San Bernardo, Molua redactó una regla monástica rigurosa, caracterizada por silencio austero, recogimiento y notable severidad, incluido el impedimento de que mujeres se acercaran al recinto sagrado. Era famoso por su hospitalidad: recibía a los peregrinos como si fueran Cristo mismo. Su sensibilidad hacia la creación era extraordinaria; se dice que, al morir, todos los seres vivientes —humanos y animales por igual— lamentaron su partida.
II. Una leyenda relata que un novicio vio cómo un pajarillo lloraba por la muerte del santo. Un ángel intervino para calmar su pena, explicando que “todos los seres vivientes lamentan su pérdida, pues él amó a todo ser viviente”. Se le atribuyen milagros desde temprana edad: se cuenta que sanó a su padre de una enfermedad grave —incluso se dice que restauró una pierna amputada— y realizó prodigios que reforzaron su fama de hombre de Dios. Murió a principios del siglo VII; las fechas más citadas son entre el 605 y el 609, aunque algunas fuentes sugieren hasta el 622. Su fiesta se celebra el 4 de agosto, especialmente en Irlanda.
III. San Molua —Lugaid, “mi Lua”— se distingue como un modelo excepcional del monaquismo irlandés: hombre de oración, fundador incansable, amable con todos los seres y autor de una regla austera. Su legado perdura en los lugares que edificó, en su fama de santidad y en el profundo testimonio de compasión hacia toda la creación.
ORACIÓN
Oh Dios, que concediste a San Molua un corazón manso y caritativo,
haz que también nosotros aprendamos a vivir en humildad,
a servir a los pobres y a reconocer en toda tu creación
el reflejo de tu bondad.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.