Que contento se pondría Lutero si pudiera ver una estatua de su persona, casi 500 años después de su Apostasía, expuesta dentro del Vaticano al lado de un «Papa», como si con este hecho éste estuviera aprobando todas sus herejías.
Que contento se pondría Lutero si pudiera ver una estatua de su persona, casi 500 años después de su Apostasía, expuesta dentro del Vaticano al lado de un «Papa», como si con este hecho éste estuviera aprobando todas sus herejías.