Traducción de LAP para Página Católica
El 23 de enero de 1904, seis meses antes de morir, un exhausto Teodor Hrzl se reuniò con el Papa Pío X . El polìglota Herzl trato de tantear si el Papa apoyaría al movimiento sionista, y lo cabildeó en italiano.
Pero la respuesta del papa fue inequívoca; estaba decididamente contra la idea de la fundación de Estado Judío en la Tierra de Israel, y se opuso en principio a dar reconocimiento político al pueblo judío.
“Los judíos no han reconocido a nuestro Señor, por tanto no podemos nosotros reconocer al pueblo judío”, dijo.
No obstante esta posición, Pío no se opuso a la inmigración judía a la tierra de Israel.
“Rezamos por ellos, para que sus mentes se iluminen… y así, si vienen a Palestina y se establecen ahí, tendremos iglesias y sacerdotes preparados para bautizarlos a todos vosotros”, dijo.
Pío subrayó que Jerusalem “no debía caer en manos de los judíos”.
“Los judíos, quienes debían haber sido los primeros en reconocer a Jesucristo, no lo lo han hecho hasta hoy”, agregó.
Casi 110 años más tarde, el Papa Francisco realiza una visita de estado oficial a Israel, el Estado-nación del pueblo judío y su capital Jerusalem.
Todos los símbolos de la soberanía han sido visiblemente expuestos durante la visita. se programó un encuentro con Shimon Peres, con el Primer Ministro Netanyahu, y los grandes rabinos; visitó el Yad Vashem Hall de la Memoria y el Muro Occidental.
Pero según mi punto de vista, la visita al Monte Herzl fue la perla de la corona, porque significó un cierre. La misma tiene una claro significado superador: el Sionismo ha triunfado.
El acercamiento entre la Santa Sede y el Estado de Israel fue largo y laborioso. La visita del Papa Paulo VI a Israel en 1964, que duró sólo 11 horas, fue un hito que sirvió bien a las relaciones bilaterales puesto que permitió un reconocimiento de hecho del Estado de Israel.
Se rehusó a reunirse con líderes israelíes en Jerusalem, pues podía interpretarse como un reconocimiento de Jerusalem como su capital.
El Presidente Zalman Shazar y el Primer Ministro Levi Eshko dejaron a un lado su orgullo y acordaron reunirse con el Papa en Megido.
Recien después de 30 años Israel y la Santa sede anunciaron el establecimiento de relaciones diplomáticas; transcurrirían seis años más para una nueva visita oficial.
A Israel se lo presenta como un Estado paria, una entidad cuyo control sobre un territorio en disputa lo ha convertido en un marginado. Pero eso es grito lejano de su real posición en el escenario mundial hoy.
En 1964, tres años antes de la Guerra de los seis dìas, cuando Jerusalem estaba aún dividida y Judea y Samaría estaban bajo dominio jordano, la imagen de Israel era mucho peor que la actual. La visita de Pablo VI y el modo en que se condujo en su peregrinaje son prueba de ello.
La visita del Papa Francisco al Monte Herzl fue un tributo al visionario que anticipó el establecimiento del Estado de Israel. Su predecesor se reusó a hacer el mismo gesto. Herzl ha ganado; su proyecto se ha realizado.
Sí, Israel efectivamente aún enfrenta una campaña de deslegitimización, aún siete décadas después de su fundación (algunos llevan adelante este empeño dentro mismo de Israel) pero su posición global en el escenario mundial está en ascenso.
No en vano los líderes mundiales continúan llegando a Israel. Se tiene la impresión de que hay puente aéreo permanente a Israel. Los más grandes músicos realizan sus conciertos aquí también. Israel goza de un fortalecimiento de sus vínculos económicos a escala mundial. Este es el triunfo del sionismo. La visita del Papa al Monte Herzl lo hace patente.
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